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Una fría llamada

en Sexo con maduros

Como siempre otro día frío al parecer siempre coincidimos en el estado climático cuando nos vamos a ver y a disfrutar de esos grandes placeres, no vamos de muy buen humor días atrás habíamos discutido, por una frase malinterpretada te encendiste en celos y yo lo tome a la defensiva desde mis perspectiva orgullosa no pienso dar mi brazo a torcer. A pesar de todo acepto tu propuesta de vernos.

Me despierto como siempre temprano, un desayuno ligero eso si tomando un par de tazas de cafés, que indecisa soy para vestirme cuando te veo, en mi late el corazón adolescente con ganas de gustarle a tu mirada, me arreglo. Como es de costumbre me esperas subo y nos damos un beso rápido pero algo frio.

No decimos ni una sola palabra en el trayecto, espero mientras pides la habitación, al poco entramos en ella, me siento en la cama desvistiéndome lentamente pero no del todo, estas de pie frente a mi tomo mi móvil y comienzo a escribir un mensaje, lo agarras y lo haces a un lado, me empujas suavemente a la cama, tu sobre mí me besas con muchas ganas, sin dejarme decir nada pegando tu cuerpo al mío

Nos miramos sin decir nada, olvidando todo lo pasado me pides disculpas y yo a ti me das muchas explicaciones de porque me celas tanto yo solo te callo con un beso. Ahora si la ropa vuela por todos lados. Te recuesta y yo sobre ti siento perfectamente tu dureza, una sonrisa pícara no está demás. Toda clase de besos de tu boca para la mía.

Usas nada más la yema de tus dedos para recorrer mi espalda mientras tu lengua y la mía se entrelazan, tus manos tocan con dulzura mi cuerpo pero en un instante me das una fuerte nalgada que me sobresalta un poco, esta resuena en las paredes. Con tus fuertes brazos me estrujas contra tu cuerpo, un abrazo muy fuerte y sostenido. Tus dedos ya buscan mi rajita no pierdes tiempo y tus dedos se encuentran frotando mí ya empapado clítoris.

Me das la vuelta y  yo quedo abajo, miras mis senos y los lames primero uno con un chupetón y luego el otro yo suelto pequeños gemidos tus manos recorren mi pequeña cintura tocas mi abdomen dibujando con tus dedos sobre él. Buscas estimularme y eso me encanta, tus dedos entrando en mí masturbándome y yo colaborando con el movimiento de mi cadera, estoy ansiosa de sentirte.

Levantas mis piernas y me dejo hacer suspiro y jadeo con más ganas a cada paso, la electricidad que recorre mi cuerpo va en aumento al sentir el roce de tu boca con mi rajita, muerdes mi clítoris con suavidad sabes que me enloquece que hagas eso. Tu lengua se adentra en mi interior te miro tan concentrado en tu labor en como tu mirada se fija en mi intimidad

Tu lengua hoy más intensa que de costumbre, mis piernas pegadas a mi pecho completamente expuesta a ti, succionas y te adentras, tu mirada de deseo hundida en mi interior cierro los ojos y gimo más a cada paso, te detienes y miras mi rajita con una de tus manos juntas mis labios y metes tu lengua es como si le dieras un beso, aprovechas para morderme suavemente

Me corro en tu boca y tomas todos mis flujos, estoy muy sensible a tus caricias hoy, me siento en tus piernas, me preguntas si te quiero, si me gustas, si en verdad quiero estar contigo, respondo a cada una de tus preguntas. Acaricio tu cabello y te beso me dices que como demuestro cuanto me gustas, ves esa mirada de determinación en mi rostro cuando me retas.

Te empujo a la cama, y susurro con una voz muy sexy en tu oído “así” me escurro entre tus piernas, hoy noto que estas demasiado duro y me cuesta un poco tragarme todo tu miembro, me miras expectante a cada uno de mis movimientos, disfruto de ese sabor de tu miembro, un delicioso manjar, te rasuraste a la perfección asi disfruto más saboreándote.

Tu mano se acerca a mi cabello y lo acaricias, lamo toda tu envergadura de una manera muy lasciva, lamo tus huevos los siento muy cargados de leche, toda ella para mí, mi boca se dirige a tu cabeza la lamo siento la suavidad y mientras bajo tus venas palpitantes mis dedos juguetean con tus huevos deteniéndome en ellos presionándolos suavemente, te levantas y me pegas a ti, tu boca busca con desespero la mía

Me arrastras al borde de la cama tu lengua nuevamente entra en vigor lamiendo de arriba abajo y yo jadeante aceptando tus caricias, no aguardas mucho más, tomas mis caderas levantándolas al nivel de tu cadera y dejas tu miembro entrar despacio, abriendo mis paredes estrechas pero ansiosas de sentirte.

Besándonos en ese frenesí, dejas que mis caderas actúen te quedas quieto mientras yo hago la labor moviéndome impaciente, dando círculos  sujetas fuertemente mis caderas y me penetras con ganas, furia, deseo. Sacas tu miembro que reluce brilloso por mis jugos bastante empapado, tu boca y dedos entran en mí y no paras hasta sacarme otro orgasmo.

Me das la vuelta, levanto mis caderas y tus dedos no paran de moverse, gimo descontrolada mis piernas tiemblan y asi en cuatro noto como mis jugos caen como un grifo mojando la cama a mi paso. Caigo rendida pero no me dejas descansar tu jadeas buscando mi piel siento tu aliento de macho en celo poseyendo a su hembra.

Eres salvaje en esa posición, recoges mi cabello haces una cola de caballo mientras jalas de él, tus dientes muerden con fuerza mi espalda y mi cuello mientras sin piedad penetras mi interior gimo con ganas de más, ese momento en que te vuelves un macho alfa dominante me enciende, acoplo mis caderas a tu ritmo, tus manos bajan a mis senos y los aprietas con fuerza.

Caigo rendida en la cama, pero sigues sin darme tregua te colocas sobre mí, mis piernas en tus caderas, apoyándote con el pie en una y la otra arrodillada me sostienes asi y sigues con fuerza sin cesar a cada paso taladrando mi interior mis manos se aferran a la cama y solo puedo gemir, me dejo hacer me excita sentir el sudor de tu frente cayendo en mi espalda, mis jugos brotan nuevamente los siento caer por mis piernas.

No puedes más te tumbas a mi lado me dices que te vas a correr y mi boca se aferra a tu miembro como si mi vida dependiese de ello succiono y oigo tus gruñidos de placer no te reprimes se nota que para ti es una corrida muy placentera y me encanta saber que yo contribuí en ello. Puedo ver tu cara desencajada del placer mientras continuo succionando hasta la última gota de tu leche, ha sido una gran corrida que he devorado toda.

No damos más me tumbo a tu lado con mi mano en tu pecho y la otra acariciando tu cabello, recuperando el aliento, como siempre hablamos tonterías pero hoy nos besamos mucho más con muchas más ganas, de manera de que poco a poco recuperamos el aliento pero nuestras bocas interrumpen la respiración.

Acaricias mi cabello y mi rostro, mi boca busca la tuya para beber de tu aliento el sabor de nuestras esencias se puede sentir, se puede saborear eso le da un toque especial a los besos, me encanta el aroma de tu colonia se queda impregnado en mi piel, de manera traviesa muerdo tu cuello te quejas pero no hago caso, reímos mientras continua nuestra sesión de besos

Tus dedos se entrelazan con los míos, entre distintas clases de besos todos esos que la mente puede imaginar cada uno de ellos ya más tranquilo, con la mirada entrecerrada la respiración cansada pero con ganas de más, siempre con ganas de sentirnos aún más, muerdo tu labio un poco en un beso provocador.

Me deslizo hasta tu verga aún está dormida recuperándose pero eso tiene solución, me coloco sobre ti dándote como primer plano mi rajita mi boca juega con tu miembro flácido lo introduzco por completo succionando y tus dedos recorren mi intimidad pones dedicación en tocar mi clítoris, me haces jadear de placer.

Pero callo mis gemidos con tu miembro, lo lamo y chupo sintiendo como de a poco va recobrando fuerza como vuelve a todo su esplendor, me deleito saboreándolo chupeteando la cabeza de una manera muy intensa, mi boca sube y baja con ganas mientras tus dedos se adentran desatando mi humedad.

Trato de concentrarme en darte una buena mamada pero tu lengua y dedos se encargan de sacarme de concentración ese movimiento hace que pegue mi rajita a tu rostro, no te detienes y tu lengua me hace gemir tanto que no puedo continuar sigues atendiéndome hasta que mis flujos nuevamente salen en un intenso orgasmo que te bebes por completo y lo que no moja tu pecho.

Me tumbo a tu lado calmando un poco mi respiración pero con mi mano sigo masturbándote, después de un segundo aliento me coloco sobre ti y dejo caerme clavándome tu virilidad, soltando un gemido muy sensual al hacerlo. Mis movimientos sobre ti cada vez son más agiles la experiencia que he adquirido a tu lado.

Me muevo primero de manera lenta subo y bajo pero no me entierro tu miembro del todo ambos vemos como mi rajita se devora tu verga con hambre de sexo, sostienes mis nalgas para hacerlo mejor, las retiro con suavidad para dejarme caer y me muevo en círculos bajo buscando tus labios.

Nos besamos mientras mis caderas siguen moviéndose, tomo tus manos llevándolas sobre mis senos los aprietas ante mi mirada lasciva, ahora las guio a mis nalgas nuevamente se me apetece que me des unas nalgadas pero las mantienes quietas allí, tomo una de ellas y te hago el ademan de esa acción.

Un gemido mío un poco fuerte es la respuesta ante cada nalgada, mezclando mis movimientos, cuando bajo nuevamente a besarte damos la vuelta, quedas arriba llevas una de mis piernas a tu hombro y empiezas ese vaivén salvaje que hace saltar mis senos. Mis gemidos no se hacen esperar. Tomas mis piernas las plantas de mis pies apoyadas en tu abdomen y me sigues penetrando.

Abro mis piernas enroscándolas en tus caderas tu boca besa la mía, muerdes mis cuellos, elevo mi pelvis para sentirte más. Dejo una de mis piernas a un lado y coloco la otra encima asi me follas de lado hasta que termino de dar la vuelta completa.

Tus piernas agarran las mías y no detienes tus movimientos, me sorprende tu aguante para tus años pero me encanta que seas así, aprieto las paredes de mi raja para sentir mayor contacto con tu miembro. No te detienes sigues pero ya ninguno tiene muchas fuerzas para gemir a todo pulmón, nuestros alaridos son ahogados pero muy sentidos.

Levanto mis caderas cada tanto para sentirte, mis uñas se clavan al colchón y asi me entran nuevamente la necesidad de correrme y te lo hago saber aceleras tus embestidas y ambos explotamos en un intenso orgasmo mis flujos bañando tu verga y tu leche llenando mi interior, te desplomas sobre mí, tu leche caliente, espesa llenándome otra gran corrida parecida a la primera.

Te desplomas sobre mí, ambos calmando nuestra respiración casi pareciera que nuestros corazones laten al mismo ritmo, lames mi oreja y me estremezco, cuando te recuperas te tumbas a mi lado, después de descansar un rato con caricias más tranquilas nos metemos a la ducha.

Veo tu mirada de morbo y preocupación al ver tu leche bajando por mis piernas, es la primera vez que te corres en mi interior, “no te preocupes el periodo me viene mañana” suspiras aliviado, me pegas a tu cuerpo apretando mis nalgas. Nos bañamos juntos, pasas tus dedos por mi rajita tus dedos salen algo mezclado de nuestras esencias los llevas a mi boca y me besas sintiendo ese sabor.

 Salimos del hotel, pero me invitas a dar una vuelta, paseamos un rato disfrutando de la compañía mutua, al final nos despedimos con muchos besos y sabiendo que nuevamente empieza la cuenta regresiva para el próximo encuentro.