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Ardiendo de deseo

en Sexo con maduros

Esta vez la espera no ha sido tan larga, ha caído en buen momento el nuevo encuentro lleno de placer, de ganas… Sobretodo ganas, los días anteriores no he hecho otra cosa que masturbarme de manera frenética anhelando saciar esa sed de sexo que invade mi interior, suena mi móvil es temprano como siempre… Un par de mensajes para vernos. Salto de la cama, y me meto a la ducha aprovecho y elimino cualquier rastro de vello que exista en mí.

Busco entre mi ropa, tomo unos cacheteros de color fucsia con unos diseños en vinotinto, un sostén que le hace juego y medias parecidas también, tomo una camisa blanca pegada al cuerpo con el diseño de una cornamenta unos jeans de tonalidad oscura que me regalo mi tío hace algunos años y que me quedan algo pequeños, mejor para mi asi se resaltan las curvas de y mi trasero. Algo de maquillaje y cepillo mi larga y lisa cabellera castaña.

Desayuno café y cereal, salgo casi corriendo de la casa al poco, las ganas que traigo en mi interior son demasiadas, aun asi siento un nudo en mi estómago, mis manos se ponen frías y pálidas cuando por el camino me encuentro con mi abuelo, una excusa y sigo mi camino, esta vez la he librado para mi tranquilidad estas estacionado más cerca de lo habitual, observo nuevamente a mi alrededor sin moros en la costa, me abres la puerta y me lanzo a tus brazos un buen beso para comenzar nuestro día.

Conduces estas tranquilo, la de las ganas desesperada soy yo… Debes tomar un desvío la calle está cerrada pero al fin llegamos a nuestro objetivo, como siempre te tardas unos minutos pidiendo la habitación. Al fin dentro en soledad, quitando la ropa de por medio al cerrarse la puerta, no te doy tiempo de reaccionar estoy sobre ti hecha una fiera hambrienta, llena de ganas. Al poco solo quedamos tú en boxer y yo con los cacheteros.

Besos, muchos besos cargados de deseo, de lujuria mi boca sin piedad ataca a la tuya, notas el deseo en mi mirada, acaricias mi espalda me estrujas entre tus fuertes brazos, noto tu mirada esa mirada de hombre maduro que me vuelve loca, la mezcla de tus años y mi juventud me genera un morbo increíble. Mi rajita se mueve sobre tu duro miembro con mis primeros jadeos de placer, tus manos juguetean con mi culito uno que otro azote no hace otra cosa que prenderme más.

Suspiro fuertemente cuando tus dedos se cuelan a través de la ropa y acaricias mi muy mojado clítoris. Muerdo tu labio, aprietas mi botoncito. Necesito sentir tus dedos en mí, pero me torturas no lo haces, damos la vuelta quedo debajo de ti, mis piernas buscan desesperadas pegarse a tu dureza, me contemplas caliente… Te acercas a mis senos, los chupas, siento tu aliento lames con la punta de tu lengua mis pezones, alternando como me encanta eso. Vuelves a mirarme, me besas tu lengua entrelazada con la mía.

Tu boca va bajando, besas mi cuello, tu boca se entretiene con mi plano abdomen sin un solo pelito, lo besas y muerdes, muerdes y lames mis caderas, mi panza por ambos lados algo de cosquillas mezclado con el deseo, muerdes sobre el cachetero, besas nuevamente por sobre el elástico me matas de la ansiedad. Bajas besando mi pierna hasta mi pie. Me das la vuelta, ahora muerdes fuertemente mi cuello, toda mi espalda, atacas de nuevo mi cuello. Mis brazos, te detienes en mi culito, levantas la tela y me muerdes, sigues descendiendo besándome y lamiéndome.

Me das la vuelva nuevamente, por fin quitas el cachetero del medio, tus dedos no pierden tiempo y se adentran en mi interior, no puedo creerlo pero apenas al sentirlos estoy teniendo un orgasmo, delicioso lo necesitaba… Tu cuerpo sobre el mío me encanta ese contacto de nuestras bocas, me arrastras al borde de la cama, tomas un caramelo refrescante sabor fresa, tu boca y tus dedos se pierden en mi rajita, estoy demasiado excitada me pierdo en el placer de tus lamidas.

Sabes que esos pequeños mordiscos a mi clítoris me enloquecen, elevas mis piernas a la altura de mi rostro, las sujeto mientras sigues deleitándote con mis flujos, no te detienes atacas también con tus dedos, elevas mis caderas y siento un nuevo orgasmo, levantas más mi cuerpo te incorporas y sigues penetrándome con tus dedos, de mi interior salen potentes chorros que salpican mi cuerpo, mi abdomen y mis senos.

Jadeos de mi boca, recuperando el aliento, estas de pie al lado de la cama, te sacas tu verga, la sacudes ofreciéndomela, como gatita ronroneo, estoy en celo y me acerco a hacer algo que me encanta, deleitarme con tu carne. Me coloco en cuatro, de lado asi chupo tu miembro. Y tus dedos se adentran nuevamente, a mi sensible y apretada intimidad. Gimo descontroladamente, me distraigo de mi labor, pegando mi rostro al colchón. Muevo mis caderas, me deseo tu verga en mi boca, me incorporo a duras penas por el placer que siento y busco tu miembro lo llevo a mi boca devorándolo por completo, lo lamo con ganas.

Me tiro a la cama, abro mis piernas ofreciéndote mi rajita, quiero que me folles como si un hubiese mañana, lo sabes me masturbo para ti y te acercas me sujetas firmemente, penetrándome engancho mis piernas a ti, me das lo que te pido un ritmo frenético, potente lleno de ganas, taladras mi rajita con firmeza, no puedo resistirlo otro orgasmo cuando retiras tu miembro para ver mis espasmos y mis gemidos.

A veces suelo pedirte que bajes un poco la intensidad pero hoy no, hoy quiero mucho más… Te sientas al borde de la cama mmm como me provocas, me clavo sobre ti enganchándome, me doy fuertes sentones si no fuese tan estrecha por la intensidad de mi ritmo hasta entrarían tus huevos. Alterno los ritmos me clavo a tu miembro a mi placer, buscando el movimiento donde siento que la penetración es más profunda, lo mantengo y jadeas.

Con tus fuertes brazos me sujetas, te aprovechas de que soy delgada para ponerte de pie, besándonos ayudas a mis caderas. Es un ritmo intenso y sostenido, me bajo de ti, me pegas a la pared te ofrezco en primer plano mi culito, unos cuantos azotes que solo me prenden más abro mis piernas y me penetras, nuestros cuerpos sudoroso no dan descanso. Muerdes mi cuello como marcando tu propiedad.

Te empujo a la cama, deseo montarte y eso hago, tomas mis senos los sujetas amasándolos, dejas tus manos de lado y te monto con destreza, con soltura, con la experiencia que me instruyeron tus maduras manos. Atacas nuevamente mi culito, varios azotes que me hacen gemir una y otra vez, definitivamente soy una hembra en celo ansiosa por recibir a su macho. Me desmonto tumbándome a tu lado.

Me agarras y te clavas en mí, pero mis caderas son las que se mueven frenéticas, permaneces quieto. Me retas y mi pelvis se encarga de darme el placer que necesito. Te afirmas sujetando uno de mis senos presionándolo cosa que me calienta aún más, me muevo de manera circular y me retiras tu verga de mi interior. Te veo como al niño al que le quitan su juguete favorito. Subes y tu verga queda a la altura de mi boca, la abro y comienzas a masturbarte los chorros de tu leche salen disparados a mi boquita, los recibo gustosa. Ya los últimos caen en mi senos, los cuales recoges llevas a mi boca y luego de eso me besas.

Nuestros cuerpos exhaustos ya no dan para más pero yo quiero más…  Mi joven cuerpo contrasta con tu edad, surge una especie de equilibrio. Hoy soy yo la que busca el segundo round primero, luego de darnos unos minutos de sana paz quiero volver a la guerra. Dejo de abrazarte, me tumbo abriendo mis piernas, primero masturbándome y haciendo lo mismo con tu flácido miembro, me ves y sonríes cuando siento que va recuperando dureza, busco tu mano que está jugando con mis senos y la conduzco a mi rajita, sigue igual de empapada, tus dedos entran y gimo descaradamente mientras más duro me masturbas más rápido masturbo tu verga, mi otra mano libre agarro tu mano para que no se salga y se adentre más.

Me colocas sobre mí con mis piernas abiertas nuestras caderas se mueven en perfecta sincronía, voy moviendo mi pierna derecha, primero en tu hombro, luego en tu pecho y al final la coloco al lado de mi otra extremidad, me follas asi de lado mientras presiono tu verga, estoy gimiendo más de lo que normalmente acostumbro. Colocas mis piernas sobre tu pecho y sigues taladrándome sin parar, se siente el chapoteo de mis flujos es como se absorbiera tu verga y por supuesto eso viene acompañado de un nuevo orgasmo.

Mi deseo no da tregua, me coloco en cuatro ofreciéndote mi rajita otra vez, le das unas lamidas, me das con todo sujetando mis caderas sin piedad, ayudo a ese ritmo pero te encuentras bastante cansado. Me coloco otra vez sobre ti pero dándote mi culito en primer plano, te monto con ganas mientras me das varios azotes que aumentan mi ritmo. Muevo mis caderas en círculos y si… Tengo otro orgasmo, saco tu verga de mi rajita totalmente brillosa hasta los huevos de mis flujos.

Te miro, me coloco entre tus piernas y lamo tu verga, mirándote fijamente la chupeteo y relamo, siento ese sabor que tanto me encanta el de nuestros fluidos mezclados. Chupo tus huevos y me deleito tragando toda tu envergadura hasta el fondo. Acomodas las almohadas para darte mejor vista, solo cierras los ojos cuando gruñes de placer, eso significa que lo estoy haciendo muy bien. Te la mamo hasta que me duele la boca de tanto chupar. Le doy golpecitos a mi lengua con ella.

Te monto otro rato, pero me das vuelta quedo debajo de ti. Sacas tu miembro y le das palmadas a mi rajita con este. Cierro mis ojos y me dejo hacer el ritmo despiadado con el cual danzan nuestras caderas, estoy bañada en sudor. De nuevo te quedas quieto y yo solita me follo, por eso me sonríes triunfante. Otro orgasmo más… ¿Cuántos he tenido el día de hoy?

Cuando ya no puedo más tú te encargas del resto, sujetándome firmemente bocabajo gimiendo con las pocas fuerzas que me quedan, elevo mis caderas para sentir más profunda la penetración. No aguantaras mucho más… Te corres inundando mi rajita con otra buena cantidad de leche. Sin moverte acaricias mi culito, rozando mi ano una suave palmada y me desmontas. Sin fuerza pero satisfechos