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Bacanal erotica

en Erotismo y Amor

Bueno ya estoy de vuelta, he estado en una fiesta de las que llaman bacanales eróticas, ¡ que divertido !, he follado al menos con cinco tios, he chupado y mamado al menos a siete, probando el sabor del semen de todos ellos, eramos entre hombres y mujeres unas veinte personas,

Cuando me invitaron me dijeron que serian tres o cuatro parejas, y que les hacía falta una mujer para desnivelar las parejas, para eso del intercambio, pero cuando entre en el piso, la cosa ya estaba mas que caliente, tres de las mujeres estaban ya sin bragas, solo tenían puesta una camisa, que por la mida, eran mas bien de hombre, les cubrían solo hasta el púbis, que con el movimiento

no les servían para tapar mucho, los hombres casi todos desnudos, uno de ellos con un pantalon corto, y de fina tela, por lo que marcaba el paquete, muy abultado, otro llevaba un minitanga y el miembro se le salía por uno de los lados.

Me recibió en la puerta mi invitador, era el chico con el que nos habíamos pajeado mutuamente en mi apartamento, el mismo dia que lo conocí. Aquel dia habiámos quedado en que la próxima vez, me jodería a placer.

Cuando vi el caracter de la fiesta, estuve a punto de dar la vuelta y marchar, pero mi amigo de masturbación, me cogió de la mano, y cerró la puerta a mis espaldas.

-Buenas noches, Mira, ven no te asustes, te presentaré a mis amigos, - Amigos esta es Mira, ya os hablé de ella, Mira, estos son mis amigos de fiesta, con ellos puedes disfrutar del sexo, todo lo que te guste hacer, lo puedes practicar, nadie te dirá que no, y las mujeres tambien estan dispuestas a todos tus deseos. Pasa y disfruta con todos.

Me llevo hasta una mesa llena de toda clase de bebidas, un chico de unos treinta años, desnudo me acercó un vaso con hielo y wisqui, yo dirigí la mirada a su miembro, tieso como un palo, y cogí el vaso, dando un sorbo, estaba bueno, el wisqui, bueno el pene del chico tambien, movió las caderas, el miembro se agitó a un lado y al otro – Te gusta, - me dijo, si quieres puedes probarlo con tu boca,- bebí otro sorbo de licor, y lo agarré con mi mano, sobresalía al menos un palmo, hinchado como estaba, con el glande descubierto, la verdad, me dieron ganas de metérmelo hasta los huevos en la boca, me arrodillé ante esa maravilla, noté el toque de la punta en el fondo del

paladar, me dió un arcada, nunca en la vida había tenido en mi boca un pene tan grande, los demás hombres, celebraron con gritos de júbilo mi debút en la fiesta.

A partir de ese principio, ya todo fue una voragine, entre varios me despojaron de las ropas, sentí manos recorriendo todo mi cuerpo, al menos cuatro de ellos sobaron mis pechos, sentí unos dedos introducirse en la vagina, palmadas en los glúteos, alguien, haciéndome agachar, metió la punta de la lengua en mi ano, besando y lamiendo, mis genitales, otro estirado en la alfombra, alargaba sus manos, pellizcando los pezones de las tetas.

Entonces yo empecé a calentarme, no sé como, ante mi boca apareció una verga, no miré de quien era, pero la introduje en la boca, no era tan grande como la primera, esta cabía perfectamente hasta el fondo, los testículos golpearon en mi barbilla, estaba completamente depilada, unas manos me sujetaron la cabeza, obligándome a mantener aquel miembro dentro de la boca, pude saborear un principio de corrida, el hombre debía estar superexcitado porque sin casi mover mis labios, un chorro de leche inundó mi boca, casi sin darme tiempo a tragar todo aquel derrame de semen. De gusto un poco salado pero diferente a los que yo hasta la fecha había saboreado.

Despues, el pene se redujo, con la mano lo levanté y lamí sus huevos, el hombre cayó sobre el sofa, me senté a su lado para mirar a mi alrededor, ¡ bueno !, nunca había visto nada igual. En el suelo, sobre la alfombra, dos mujeres practicaban un 69, tres hombres estaban metiendo sus miembros en una vagina al mismo tiempo, la nujer estaba arrodillada sobre un sillón, con el culo levantado, y los hombres metían sus vergas, uno tras otro, por turno, apostaban por cual de ellos acabarían eyaculando antes, mientras la boca de la chica mentenía el miembro de otro hombre, mamándolo y lamiéndolo glotonamente.

Sentada, con las piernas abiertas, metí mis dedos en mi propia vulva, cuando una chica de unos veinte años se me acercó, desnuda se arrodilló y metió su cabeza entre mis piernas, su lengua ocupó el sitio de mis dedos, con la lengua, frotó el clítoris, lamiéndolo, y la introdujo entre los labios de la vagina, lamiendo su interior, yo ya estaba en un estado de profundo extasis, sujeté su cabeza contra mi coño, la lengua parecia vibrar dentro de mi, me estaba acercando al climax, sentí ganas de orinar, pero yo sabía que no era eso, era que me estaba corriendo abundantemente, la chica no apartó su boca de mi vulva, en su cara recibió el chorro de mi corrida, riendo y lamiendo el flujo, gozando de mi eyaculación.

El hombre que estaba a mi lado, recuperando fuerzas, ya estaba de nuevo con el miembro erecto, masturbandose para mantenerlo tieso, mientras se acercaba a las dos mujeres que practicaban el 69, la muje que estaba encima de la otra, se levantó, dejando el cuerpo desnudo a disposición del hombre, que se arrodilló delante, y sin mas, la penetró, con un gemido de la chica, que levantó su cadera para acoplarse a los envites del hombre.

El amigo al que ya conocía, estaba estirado en el suelo, con la cabeza entre las piernas de una mujer, lamiéndole el coño, su miembro estaba erecto, con la ayuda de su propia mano, me acerqué y poniéndome en cuclillas sobre él, dirigí el pene hacia mi vagina, mojada como estaba, entró suave entre los labios de la vulva, gocé de sentir aquel miembro tan grueso dentro de mí.

Con sus manos en mis glúteos, empecé a mover mi cuerpo, arriba y abajo, apoyándome con las manos en el suelo, el chico se separó un momento para mirar quien le follaba, con una sonrisa, volvió a su tarea de lamer el coño que parecía a punto de correrse. La mujer temblaba y gemia y entre espasmos de placer, con un grito, se corrió, mi amigo recibió todo el flujo de la corrida en su boca, la mujer se derrumbó sobre el, temblando y gimiendo, con las piernas dobladas sobre el cuerpo del hombre, se acercó a mí, mis pechos recibieron su atención, lamiéndo y chupando los pezones, con pequeños mordisquitos, que me provocaban tal placer que temí correrme antes de hora, sin lograr que se corriera antes mi amigo.

Y pasó, cuando sentí que me corría, me dejé ir, con un grito y temblando, me corrí, con el miembro del hombre dentro de mi útero, al mismo tiempo que él se corría tambien, mezclando nuestros flujos en un espasmo conjunto, sentir la leche de hombre dentro de una, es un placer de orgasmo. Pero vaya, supongo que muchas de vosotras ya lo habeis gozado.

A mi alrededor solo veía cuerpos desnudos, con la música, los gritos, los gemidos, las risas, mujeres tremolando de placer, los hombres que tenían que descansar entre un orgasmo y otro, casi sin interrupción, ellas de vez en cuando se metían en el baño para lavarse el sexo, ellos eran mas rápidos en limpiarse con una toalla y seguían buscando donde meter de nuevo sus miembros pegajosos, a mi lado, dos mujeres se estaban lamiendo el coño al mismo tiempo, en uno de los sillones, un hombre agachado, ofrecía su ano, abriéndo con sus manos los glúteos, a otro hombre, que esperaba a que una chica jovencita mojara con su saliba la entrada del ano masculino, mientras lo masturbaba.

En el sofá que tenía enfrente mio, tres chicas, arrodilladas en el, presentaban sus sexos a tres hombres, alternativamente las penetraban, bien en la vulva o bien en el ano, dando unas cuantas embestidas para cambiar de chica en un juego, consistía en ver que chica recibía el primer orgasmo.

El suelo estaba cubierto de charcos de orines y esperma, perecía que a nadie le importaba, cuando alguien resbalaba y caía, era motivo de risas, si era un hombre, las mujeres en grupo de tres o cuatro, se tiraban sobre él, lamiendo su cuerpo entre risas, alternando en chuparle el miembro, una de ellas, tambien le pasaba la lengua por el ojo anal. En un estado normal me habría dado asco, pero con el ambiente de frénesis, la bebida, una pastilla que alguien me había dado y el olor fortísimo a sexo, me importaba poco tanta suciedad.

Amigas, la verdad, no os recomiendo una bacanal así.

Sentada en el sofá, con los pies sobre la alfombra, pegados a ella por el pegajoso semen que la cubría, cuatro hombres completamente desnudos, me rodearon, una mano sosteniendo su propio pene, apuntando todos a mi cara, evidentemente con la intención de que los mamara uno tras otro, todos tenían una erección importante, dos de ellos sin prepucio, pensé que serian judios, les miré a la cara, vi el efecto de las drogas en sus ojos, pero no me importó, sin ningun orden empecé a chupar, lamer, succionar pollas, algunas ya con sabor a esperma, no me importó, estaban pegajosas, pringosas, pero seguí chupando y lamiendo sus testículos, los hinchados glandes, sorbiendo cuando se corrían dentro de mi garganta, saboreando las diferentes leches que me impregnaban el paladar, tragando semen cuando acababan corriéndse con gritos, casi alaridos, escupían sus eyaculaciones sobre mi boca, mi cara, mis ojos y mis pechos desnudos. Necesitaba urgente pasar por el baño.

Cuando entré, dos mujeres se estaban duchando, entre risas se acariciaban y besaban, bajo el agua de la ducha, una de ellas tenía su boca pegada a la vulva de la otra, lamiendole el clítoris mientra el cuerpo de la otra era poseída de espasmos, gritando que parase, que no podía aguantar mas, mientras un potente chorro de flujo impregnaba la boca de su compañera.

No me hicieron ningun caso, era normal tener espectadores de su goce sexual.

Esperé a que salieran de la ducha, riendo y sin dejar de tocarse y acariciarse, sin secar sus cuerpos, salieron de nuevo al salón, donde sabían que ya las esperaban para seguir gozando del sexo.

Me miré en el espejo, todo mi cuerpo estaba lleno de chorretones de esperma, mi cara, mi pecho, pero los pezones, erectos y duros, señal de mi excitación, llevé una de mis manos a la vagina, aun no me habia penetrado ninguna verga, a parte de la penetración del amigo, pero había sido yo quien me la introduje, la tenía pegajosa de mi propios jugos, me sente sobre el videt, encontré una esponja, supongo que la hacían servir todas las que pasaban a lavar sus genitales pero aun así, me frote con fuerza el sexo, no era suficiente, me metí en la ducha, bajo el chorrro de agua, limpié toda la leche que impregnaba mi cuerpo y mi cara y la entrepierna. No tenía una toalla a mano, por lo que volví al salón desnuda y mojada.

Cuando entré, dos hombres me cojieron, en volandas me llevaron a la mesa, sentándome en ella, me pusieron un cojin bajo las nalgas y me estiraron con las piernas levantadas, no sé como lo hicieron, pero mi vagina quedó a la altura de sus hinchados miembros, uno de los chicos dijo – yo voy el primero- y sin mas, me penetró, la vulva estaba muy mojada, y lubricada, su pene entro en mi cuerpo con suavidad, mientras los otros chicos, pues eran cuatro, mientras se pajeaban, acariciaban todo el resto de mi anatomía, lamían los pezones, metían su lengua en mi boca, uno de ellos por debajo de la mesa, seguía los embates de mi penetrador, acariciandole los testículos, no sé cuanto tiempo estuvo aquel miembro en mi coño, no me importaba, porque yo me estaba corriendo a chorros, no me dí cuenta de que el segundo hombre ya había tomado el sitio del primero, si, me dí cuenta, porque esta segunda verga era bastante mas gruesa que la primera, mi vagina ardía con furor uterino, a gritos pedía mas y mas, sin correrse el segundo participante, se retiró, se corrió fuera, su leche llenó mi pubis, saltando hasta el ombligo, de nuevo, sentí la penetració de otro, su miembro delgado pero muy largo, lo sentí hasta el fondo del útero, con sus embestidas llegué de nuevo al orgasmo, mi eyaculación, corrió por las pienas del hombre, que delicadamente sacó su verga de mi vagina, contemplando riendo como de mi vulva salía un chorro de flujo, cuando acabé de correrme, de nuevo sentí la penetración del cuarto hombre, no se como mi pobre vagina podía acojer este miembro tan grueso, era como mi brazo, pero ya lo creo que entró, y salió, pero salió despues de correrse como un rio dentro de mi, su esperma caliente inundó de tal modo mi vagina, que al retirarse, de la vulva salió, cayendo sobre la alfombra una mezcla de semen y orina, formando un charco, por fin, quedé echada sobre la mesa, algunas mujeres habían estado jaleando a los cuatro hombres, mientras me follaban, una de ellas, ¡ que guarra ! Se agacho para lamerme el coño, pasando su lengua por la vulva, el pubis y la barriga impregnadas de esperma.

Me levanté tambaleándome temblorosa, agotada pero gozosa de tanto sexo contínuo.

No se si volvería a una fiesta de estas, pero me conozco, ¡ claro que volveré!, soy ninfómana y me gusta el sexo duro y guarro. Pero vosotras, pensarselo antes de asistir, si sois un poco cortadas y meticulosas, no vayais,

Bien, buenas noches pajilleros y vaginas calientes.

MANYLAS