miprimita.com

Ayudando a una hermana I

en Dominación

La situación se estaba volviendo cada vez más insostenible, Mili, una mujer de unos 40 años con un cuerpazo de infarto y con unas grandes tetas estaba agotada, su hermana trataba de darle animos pero no lograba que ella le hiciera caso.

Pues chica tienes que hacer algo, no puedes estar así siempre dijo ella algo enfadada.

¿Y qué hago?, tiene una polla descomunal, si tu la vieses...él es un hombre respondió Mili suspirando.

No, es un cerdo con una gran polla, pero dejame a mi que solucione esto parecía muy convencida.

Gracias Ana le dio un abrazo llorando.

 

Aquella misma tarde volvió de tomar algo su marido Sam, vio que Mili se estaba duchando, aprovecho que iba un poco borracho para desnudarse y entrar como solía hacer. Se quito la camiseta, luego los pantalones y finalmente sus calzoncillos dejando ver su tremendo pene de unos 18 centímetros de largo y un grosor de 6, una mata de vello recubría su hombría mientras le colgaban pesadamente dos grandes huevos entre sus piernas.

 

Espero que hagas algo Ana pensaba ella asustada.

 

Como solía hacer, la tomo por la fuerza y comenzó a meterla con rudeza mientras la mujer gritaba tratando de zafarse pero era imposible, tenía demasiada fuerza para ella. La puso contra la pared y siguió sus embestidas mientras gemía de placer.

 

Toma, toma todo mi gran polla dentro de ti puta gritaba mientras sentía sus pezones contra el frío de la pared.

Para...por favor rogaba ella llorando.

 

No hizo caso y siguió durante un buen rato metiendo y sacando su pene de su culo para no dejarla embarazada, hasta que sintió que iba a explotar.

 

Me corro, toma todo en este culo de zorra grito él mientras daba el último empujón para eyacular en su interior.

 

Pero justo antes de que eso ocurriera el hombre dio un fuerte alarido al sentir un fuerte dolor proveniente de sus bolas que hicieron flaquear sus piernas y caer de rodillas mientras su polla perdía por completo su erección.

 

 

Al parecer Ana le había dado una fuerte patada desde atrás aprovechando que estaban haciéndolo de espaldas a la puerta, momento que ella aprovecho para entrar y golpear. Mili miraba furioso a este que se agarraba sus bolas, en el momento que este retiro las manos para verse mejor sus huevos y posicinarse Mili se las piso duramente contra el suelo provocando una fuerte sacudida en el cuerpo de su marido.

 

El dolor de huevos fue tan fuerte que Sam se desmayo durante una hora, cuando despertó sentía una punzada en su entrepierna, aún le dolía a horrores, se vio amarrado a la cama.

 

–Veo que has despertado–dijo Ana.

 

Cuando se giro vio a su esposa siendo penetrada por Ana quien llevaba un dildo atado a su cintura, era mucho más grande que su polla y encima vibraba provocando un mayor placer en su vagina. Entonces alguien entró por la puerta, una mujer rubia, vestida solo con unas bragas blancas, también llevaba puesto un dildo y un gorrito de enfermera.

 

–Ella es Karen, una amiga muy especial, cuentale–dijo Ana mientras penetraba a su hermana con rudeza.

–Primero voy a follarte con este duro, largo y gran pene de plástico, luego...bueno...soy médica, puede que te haga una operación justo aquí...ya no podrás presumir de ellos–dijo pasando su dedo indice por su escroto.

–No creo que vuelva a presumir de ello–dijo Mili entre gemidos como nunca ha escuchado Sam.

–¿Es una broma?–pregunto asustado Sam.

 

Karen se echó a reír mientras negaba con la cabeza.

 

–Mi amiga Rosa hizo algo parecido con el marido de una amiga, tenía una polla enorme, se llamaba Nacho y después de ese ''incidente'' nunca más la enseñó haciendose el macho...puede que te salves o puede que no–dijo colocando un poco de lubricante en el dildo.

 

Mientras Ana y Mili chorreaban de placer pensando en la posibilidad de quitarle a Sam su hombría.

 

Continuara...

 

Salvar sus huevos depende de tu comentario.