miprimita.com

Ayudando a una hermana II

en Dominación

La situación para Sam no era buena e iba a ir a peor dado que Karen empezó a empujar el dildo en su culo con fuerza haciendo chillar a este que trataba de soltarse pero no podía. Ana y Mili cesaron sus caricias para ver todo aquello, disfrutaban como locas viendo a ese machito ser castigado de la misma forma que castiga él.

 

—Uy vaya vaya—dijo Karen mientras el gran miembro se ponía duro.

—Parece que tenemos un pervertido—Mili se puso a acariciar de arriba a abajo su miembro.

 

Karen bajo el ritmo, entraba y salia con suma delicadeza mientras masajeaba su escroto, la glande empezó a expulsar un poco de líquido blanco, antes no se ha podido correr y estaba deseando hacerlo pero Karen no le permitia, disfrutaba viendo sufrir al hombre.

 

—Por favor...soltadme—dijo entre lagrimas.

 

Karen entonces aceleró las embestidas provocando que el hombre se retorciera esta vez de puro placer, negaba que no estaba cachondo pero su pene parecía a punto de explotar...y así sucedió, dos potentes chorros largos de semen salieron disparados mientras el hombre gemía sin poder evitarlo.

 

—Guau...menuda potencia—dijo Karen echándose a reír.

—En fin...ya sabes que toca ahora...¿no?.

 

Al decir eso Sam empezó a sudar de miedo, suplicaba que no lo hicieran pero Karen ya tenía preparado el material ahí mismo. Saco el dildo de su culo y lo lamió, Mili y Ana se masturbaban llegando al climax varias veces.

 

—No por favor Mili...no lo hagas—dijo entre lagrimas.

 

Pero ella solo podía gozar mientras su hermana le comia el coño que chorreaba a raudales.

 

Dos días después...

 

Ambas hermanas disfrutaban desnudas en la piscina mientras se daban caricias y jugaban con una pelota de plástico, como cuando eran niñas, Karen tomaba el sol mientras disfrutaba de un resfresco servido en una copa.

 

—Sam, traenos más champán—ordeno Mili para después comer las tetas de su hermana que eran también muy grandes.

 

Sam apareció con las copas en la bandeja, la colocó en la mesa y se disponía a marcharse.

 

—Metete en la piscina...en bolas—ordeno Ana en un tono autoritario.

 

El hombre se bajo el bañador y lo tiro a un lado, ellas se echaron a reír viendo el diminuto pene de Sam, estaba pequeño y no mostraba el vigor que días atrás mostraba. Debajo tampoco quedaba rastro alguno de sus grandes huevos ya que no estaban allí.

 

—Por cierto...en un par de días viene Nacho...ya verás que bien os llevais—comento Karen mientras llevaba su mano a su entrepierna.

 

Las mujeres se quedaron allí jugando y riendo mientras Sam en el borde de la piscina lloraba al ver como ha perdido su bien más preciado por abusar de su mujer.

 

PD: Halcon125, esta autora creo que te gustara mucho mas que mis relatos.

https://www.todorelatos.com/perfil/1365592/