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Historia de M. La puta feliz 11. Comiendo coño.

en Fetichismo

Me llamo M y soy una zorra.

Me dirijo a un céntrico y caro  hotel. Tengo una cita… Vestida con botas altas hasta la rodilla, solo llevo encima una gabardina corta de color rojo, anudada a la cintura, un maxi bolso de firma y una gafas de sol con montura negra de pasta, estilo años 60. La melena suelta… Aprovecho los últimos rayos de sol de la tarde haciendo tiempo en un parque cercano, notando como el aire fresco del otoño me recorre la entrepierna y me pone los pezones duros. Cuando es la hora, recojo un duplicado de la llave en recepción y entro en el ascensor. Voy a ver a Juliana. 

Juliana es una cincuentona de buena posición. Casada con un tipo que se dedica a algo muy serio, ella da clases en la universidad de algo relacionado con las letras o con el arte, no lo sé con seguridad. Tienen una hija quinceañera que últimamente les trae de cabeza. Cuando estamos relajadas en la cama después de corrernos, suele contarme las últimas trastadas de la niña, más que para desahogarse, por escuchar mi sucio punto de vista sobre las cosas que hace la zorrita.

Juliana es convencional, conservadora, seguramente católica y en la intimidad, una guarra de cuidado. Después de probar con varias, tanto en casa de Belén como por otros sitios, finalmente se encoñó conmigo, porque supe llevarla a explorar sus límites, supe enseñarle que lo que llevaba dentro oculto a los ojos del mundo, era una bendición, nunca un castigo… supe encontrar su punto de no retorno, cuando se desinhibe y hace cosas que de pensarlas le hacen ruborizarse, pero conmigo da ese paso más allá y pide más y más y sabe que ya no puede vivir sin eso.

Nos vemos algunas tardes de cada mes, en las que se excusa con los horarios de tutoría de la facultad. Ella me reserva al menos siempre que puede, con un día de antelación, aunque no siempre es así… hay veces que tiene tantas ganas, que está tan cachonda o que algo en clase la ha puesto como una perra que llama por teléfono y soy yo la que se desplaza a su despacho. Es mejor en el hotel por supuesto, pero también tiene su gracia calmar su coño donde tantas horas pasa y nadie sospecha lo marrana que es en realidad.

Cuando subo a la habitación, a veces la encuentro en la cama y otras viendo porno en la TV.sentada en un sofá. Siempre desnuda eso si. No es atractiva. Lleva un peinado aburrido que encima no la favorece. Está pasada de peso y pese a gastarse un dineral en ropa lujosa, no logra salir de su estilo aburrido y anodino.

En nuestros repetidos encuentros, la he ido conociendo a fondo y llegó el día en el que, como cuando a una le pasan las preguntas del examen, no puede más que sacar un sobresaliente, pero procuro siempre sorprenderla en la linea de las cosas que se que le gustan. Ella también a veces, se pone a improvisar y se deja llevar, cosa que yo aplaudo y le animo a hacer.

Esta tarde, cuando abro la puerta, la encuentro convenientemente desnuda, solo con unos zapatos de salón, con tacones de 10 cm. y como comprobaré al poco tiempo, con el ojete relleno por un dildo del que solo asoma un extremo. Me acerco hacia ella, dejando mi bolso y mis gafas en un escritorio y desabrocho la gabardina dejándola caer al suelo, quedándome completamente desnuda en un momento, solo con mis botas altas. Para entonces la cara de la respetable mamá se ha transformado en la de una guarra viciosa, si es que no se había calentado ella sola lo suficiente. Doy dos pasos más hacia ella y abre su boca, sacando la lengua de la que le cuelga un hilo de babas que chorrea hacía sus gordas tetas caídas, esperando el salivazo con el que habitualmente la saludo al llegar, pero improvisando y justo en su cara, eructo como un camionero…después de soltar una carcajada, si que escupo en su boca, lo que ella se traga excitada…

-perdona, demasiadas corridas hoy en el estómago jajajaja (para entonces se que su coño suelta flujo por sus gordos muslos sin que haya manera de frenarlo)

-ufff…cariño, me lo tienes que hacer más veces, quiero comerme tus eructos siempre, siempre, aunque apesten a leche de tío so cerda, siempre que quieras tu ya…

…no termina de hablar porque le he metido la lengua en la boca y tengo su lengua en la mía. Sus tetas caídas apretadas contra mi cuerpo de niñata, sus manos agarradas primero a mis caderas y luego a mi culo y las mías amasando el suyo y descubriendo entonces, el dildo que lleva dentro de su mantecoso pandero.

Saciadas de babas y lenguas por el momento, nos separamos cogidas de una mano…

-bueno, bueno, ¿tenías muchas ganas de verme pedazo de marrana?

-muchas es poco, estaba tan cachonda hoy pensando en ti, que esta mañana me rellene el culo y llevo todo el día con eso puesto, incluso para dar clase…

-muy bien cochina, la puta profe da clases con el culo relleno, así me gusta

-es que me vuelves loca…

-yo desde que avisaste ayer, aunque he estado rodeada de pollas solo podía pensar en mi mami guarra

- y yo en mi nena putísima que en vez de estar estudiando como las de tu edad, está jodiendo con cualquiera, de polla en polla, disfrutando la muy puerca de ser un putón y una ramera

-lo que soy cariño, un pedazo de puta marrana y viciosa, por eso te gusto tanto…

le doy un azote en su culo y le pregunto de cuanto tiempo dispone hoy…

-¿nos dará tiempo a emborracharnos?

-no debería llegar más tarde de las diez…he pasado antes a comprar y luego diré que lo hice después de salir de la uní, así que hasta las diez o diez y pico, más no puedo

-pues aún tenemos unas horas, ¿traes algo de beber?

-tequila y vodka y algo de coca de la última vez… yo debería darle al vodka, así luego el aliento no me delata

-¿no se te nota el aliento a alcohol con el vodka so cerda? y… ¿cuando te apesta a mi culo…?¿eso no cuenta? jajaja que bueno… ¿que has comprado por cierto?

-pues fiambres y unos solomillos, tengo mañana una cena con una pareja en casa, el es compañero de trabajo de Rafael

-ummmm como os cuidas, pues podríamos hacer una cata ahora aquí, y te llevas la compra después de maridarla convenientemente, seguro que te mojas las bragas de pensar en mañana a esos estirados cenando lo que les vamos a preparar

-claro que lo he pensado,¿ pero te apetece a ti?

-mucho, siempre que puedo me gusta hacer la guarra, ya me conoces…

Trae los paquetitos, perfectamente envueltos, acorde a lo que le ha debido de costar… son de las “Mantequerías no se qué”…Los fiambres van en bandejas de cartón y envueltas a su vez por papel film y luego, otro papel especial, rematados con un cordelito, como si fuera una bandeja de pasteles… los solomillos separados uno a uno, en papel encerado. Como otras veces, separamos lo que son los quesos, del jamón, del lomo embuchado, del salchichón… Bebemos un poco y nos sentamos a descalzarnos. las dos llevamos los pies sudados, ya que preferimos lno ponernos medias ni pinkies. A cuatro patas, Juliana dispone en el suelo del cuarto de baño, toda la comida, reservando las bandejas para poder luego volver a presentarla convenientemente. Pongo en el iPhone una música suave y nos agarramos como dos amantes a bailar abrazadas, dejándonos llevar, pisoteando con nuestros pies la cena de mañana. No es la primera vez y hemos aprendido que las moquetas, quieras que no, dejan luego pelusas difíciles de justificar, por eso es mucho mejor el suelo del wc. El baile nos calienta todavía más. Es un no parar de morrearnos, de olernos, de sobarnos, de decirnos cochinadas una a la otra. Al cabo de un rato nos tiramos sobre la cama. Se saca el dildo del culo y lo deja sobre la mesilla. También tenemos experiencia en combinar los quesos. Los quesos encajan perfectamente con culos o con pies. Maridan mucho mejor los quesos curados de oveja o los franceses envejecidos. Lo propio es comprobar cual de las dos trae el culo más sudado y más guarro y nos pasamos un dedo la una a la otra por las rajas.

-¿Has venido cagada cariño? 

-Si, hace un rato, entre dos servicios, uno me enculó y me revolvió las tripas a base de bien…

-Yo cage esta mañana en casa antes de salir a trabajar…

-¿Tu que dices? yo creo que llevamos los ojetes parecidos

-Si, es verdad, deberíamos aprovechar los dos culos, hay bastante queso

Abro su enorme pandero y froto la pieza de queso por la raja, dejándosela incrustada justo en su agujero para que madure un rato. Ella hace lo propio con mi culo y me frota y coloca otra pieza. Nos lamemos los dedos la una a la otra y le hago lamer el dildo para lavarlo, mientras me mira a los ojos y le digo lo puerca que es…

Tumbadas, sobándonos pies con pies, con las piernas entrelazadas, muy pegadas, nos damos lengua, nos metemos mano…me como sus tetazas gordas y chupo sus sobacos. Ella disfruta lamiendo y sorbiendo mis pezoncitos puntiagudos. Las manos vuelan hacia los coños. Para entonces estamos empapadas las dos. El suyo es peludo, el mío depilado. Yo tengo los labios recogidos y ella sobresaliendo en la vulva. Es el momento de llenarnos las vaginas con los solomillos. Dos para cada coño, que se empapen bien de caldo de zorra. Es su receta secreta y fuente de alabanzas cuando llega el momento de cenárselos. Nadie imagina el punto que le da a la carne, el estar dentro de nuestros chochos empapados y más aún después, cuando nos corramos metiéndonos las lenguas por los culos en un 69 cerdo a más no poder.

Tenemos tiempo todavía, nos vamos a proporcionar unos cuantos orgasmos con toda seguridad. La muy puta se pone a hablarme de los problemas con su hija, mientras amaso sus tetazas. Resulta que la pequeña zorra ya folla con 15 años. La han pillado un sábado que se cancelaron los planes y volvieron a casa antes de tiempo. A Juliana le excita contármelo, es una preocupación fingida, en el fondo le gustaría cambiarse por su hija y vivir esa edad en esta época. La conozco demasiado. Le digo que no se preocupe mucho que es algo normal. No en su caso que llegó virgen a la polla de Julian, pero yo con treinta años menos que ella, ya he vivido otras costumbres. Le cuento que con 13 le hacia mamadas a un vecino cuarentón. La guarra quiere detalles escabrosos. Quiere saber si me obligaba…

-No cariño, simplemente el estaba en el momento adecuado en el sitio justo. Me hubiera dejado follar por quien fuera, tío o tía, estaba salida y casualmente el se benefició de ello, pero… yo llevaba las riendas del asunto aunque fingía que me embaucaba como una tonta…

El hecho de que yo con 13, manejase a situación y a un tipo cuarentón la enciende. Si, claro que nos morreábamos. Si, claro que me bebía su leche, y desde la primera vez además y la encontré agradable y además me puso a mil beberme los cojones del vecino a escondidas, siempre me la tragaba. Nunca le dejé follarme, a cambio las mamadas no se limitaban a su polla, también le chupaba el culo. Lo hacíamos en el último piso del edificio, en el pasillo de los trasteros, asustados por si alguien subía y no lo oíamos. Si, claro que me hice adicta a los tíos sudados. Desde luego que si. No venía precisamente duchado a verme… Solo duró unas semanas pero me bebí un par de litros de esperma caliente seguro...Le digo que su hija antes de follar habrá pasado por una etapa de mamadas o quizás la haya obviado de ganas que tenía de sacarse las bragas, pero que seguro que no tardará en convertirse en una mamona. Por muchas lecciones de piano o de hípica que le pagen y por muchas actividades parroquiales, ella ya nunca dejará de pensar en pollas babosas, ya nunca pensará en otra cosa…bueno, le digo, también es posible que piense en comer chochos babosos como su mami… o en chochos y pollas como yo, que es de hecho la mejor combinación posible.

Nos corremos una vez comiéndonos las bocas y las tetas y frotándonos los chichis una a otra. Al rato nos colocamos en un 69 cerdo, agarradas a las caderas de la otra, con la única intención de sorbernos los ojetes, tras quitarnos el queso de los culos. Está delicioso como intuíamos, esa mezcla de queso bueno y añejo y el sabor a culo currado de guarra. Cuando hemos chupado los restos, devoramos el ano de la otra, metiendo la lengua profundamente. Ella dilata perfectamente y mi lengua entra lavándole el culo por dentro. Menuda cerda, se retuerce de gusto la santurrona… Yo dilato mejor aún y aprisiono su lengua con mi esfínter. Pedorreo en su boca y su coño lo agradece, soltando flujo sin parar. La puta no tiene vergüenza cuando esta en acción y me hace lo mismo. Su ano se abre y frunce mientras expulsa en mi puta boca la música de los dioses… la segunda corrida va a llegar con los ojetes babosos, mientras nos metemos los dedos por el recto de la otra, sobando los solomillos que maceramos en nuestros coños. Aún más guarro que saberlo, es tocarlo desde el recto y constatar lo muy cerdas y asquerosas que podemos llegar a ser…

Satisfechas, apuramos el alcohol entre carantoñas. Luego nos haremos unas rayas para espabilarnos. Recoge la comida del suelo del baño a cuatro patas mientras le doy instrucciones para que las tetas rocen el piso y muestre sus agujeros hacia mi todo el tiempo. Cuando la ha colocado perfectamente, escupimos varias veces antes de volver a empaquetarla. Hace lo mismo con los quesos… Unos paquetitos monismos. Luego nos sacaremos los solomillos la una a la otra, jugando con los coños y lograré que se corra una tercera vez cuando le saque el segundo. Le digo que se supera cada vez que nos vemos, que estoy orgullosa de ella….

Para la próxima visita le encargo que se traiga algo de ropa interior usada de su hija. Jugaremos…

Comienza a vestirse de mujer decente mientras yo sigo desnuda observándola, despatarrada, en una obscena postura para que tenga un último recuerdo de hoy. Cuando solo le faltan los zapatos, yo me pongo mis botas y nos abrazamos, yo todavía desnuda, para que me de un último sobo, un último morreo. Le recuerdo cuando su apariencia es la de señora profesora, madre casada y decente, que sigue siendo la cerda lúbrica y perdida de hace un rato. Que ya ha descubierto para siempre que realmente es una guarra de cojones, que la vida de familia convencional solo es la tapadera…

Me dice que me ha dejado mi sobre junto a mi bolso. Nos frotamos las lenguas , una con otra, otra vez…Sé que ella no se iría a casa. Yo estoy a gusto con ella, pero ella está encoñada de mi. No tardaré en dar un paso más allá y meter a más gente en nuestra historia. Seguiré con su proceso de emputecimiento para evitar que llegue el día en el que por repetirme se aburra y busque la novedad en otra zorra. No tardando demasiado introduciremos rabos en el menú. Si a su hija le gustan, ella debería experimentar con ellos. Saber que siente su hija cuando tiene un tío disfrutando entre sus piernas o en su boca. Hay un mundo más allá de Julian. No todo es subirse el camisón y poner el culo para cumplir. 

Tras una despedida larga y húmeda, me pongo mi gabardina y salimos de la habitación. En el ascensor otra vez nos comemos la boca incluso cuando la puerta se abre y entra un matrimonio en un piso intermedio. Eso la va a poner a mil, cuando lo recuerde, de aquí a que nos volvamos a ver.

Le digo que suerte con la cena de mañana, aunque sé que será un éxito.

Me suelta un “te quiero puta” y se aleja andando delante de mi a buscar un taxi…

Como no tengo nada pendiente, me voy a quedar un rato por la cafetería del hotel, tomando algo y zorreando un poco… no sería la primera vez que vuelvo a tomar el ascensor con alguien sobándome el culo, para rematar la noche…

M.