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Evento de Trabajo (4)

en Hetero: General

Me incorporé y besé con furia a David a quien como sabía, le encantaba su propio semen y por lo que me había insinuado hacía un momento, también el ajeno.

Nos relajamos unos minutos sobre la cama dándonos piquitos pero a mi móvil empezaron a entrar whatsapps, que por la hora suponía eran de Gloria o de Manuela. Además se acercaba la hora de la cena, así que me levanté, tiré de David hacia mi y tras un morreo de despedida, una par de apretones a su pene flácido y un azote en el culo, lo largué a su habitación a que se duchara y se cambiase:

  • Nos vemos abajo para la cena. Yo tardaré algo en bajar porque tengo que hacer un par de llamadas y casi mejor, porque así no llegamos juntos y Andrés no sospechará.

  • Nos vemos abajo Marta.

Tal como David cerró la puerta corrí a por el móvil. El último era de Manu: “Llámame cerda, tengo que contarte cosas interesantes”. Inmediatamente la busqué en la lista de llamadas y marqué su número:

  • ¿Qué has encontrado?

  • Me parto Marta…. Has tenido una suerte de cojones hija, eso sí no creo que te sirva de gran cosa. Lo he estado pensando y como te dije antes: imposible mandarte nada por escrito. Me la juego y supongo que lo entiendes, así que no vas a poder probar nada.

  • Tu no vayas tan deprisa, a veces tener la información es lo más valioso. Cuéntame que has encontrado

  • A ver…he llamado a nuestra gente de sistemas y con la excusa de que tenemos un problema de gestión de derechos de autor con el proveedor de vídeo bajo demanda les he pedido un listado de todos los videos que se reprodujeron en el “Diagonal Arts” durante los últimos seis meses, lo que incluye los días en los que tu empleado estuvo por allí. No les he pedido los días concretos para no despertar sospechas. Afortunadamente el listado no es muy largo. Como te puedes imaginar, la mayoría de los videos que se reproducen son porno y desde que los ves gratis en Internet, supongo que los únicos que pagan por verlos son los que quieren pantallas grandes porque sino no me lo explico…en fin, al grano…el cerdo ese que te quiere chantajear vio tres pelis en las dos noches que pasó en el hotel. Te doy los títulos si quieres y te los apuntas, pero como tengo acceso a la web del proveedor y puedo ver las sinopsis y resúmenes de cada peli para hacerme una idea, pues hija…ya lo he ido haciendo y me he puesto tan caliente, que según te cuelgue voy a tener que abrir la agenda y empezar a buscar con quien desahogarme esta noche

  • Eres un zorrón de cuidado, le dije…¿de qué van las pelis?

  • Eso es lo mejor. De las tres que compró, una es bastante convencional, ya sabes porno hetero un tanto salvaje y machista, sexo anal, gargantas profundas y algún numerito lésbico. Pero la segunda es porno gay eso sí…nada de cuero, ni negros sodomizando a blancos ni nada de eso… una parejita de mediana edad muy machitos de apariencia pero morreándose y luego montándoselo, primero en un 69 y luego se dan por el culo, primero uno y luego el otro, versátiles ellos…

  • ¡¡Hostias!! El cabrón del Andrés que callado se lo tenía.

  • No te asombres, alguno de mis ex me ha confesado que alguna vez le pone ver porno gay. Probablemente jamás se atreverán a probarlo en la realidad, pero a los tíos les puede el morbo

  • Y a ti, no te jode…

  • Como me conoces guarra… pero espera que la mejor es la última. La última me ha puesto cerdaca del todo porque es una de mis fantasías aún por cumplir

  • Me temo lo peor, le dije

  • La última empieza con un trío: dos chicos y una rubia, aparentemente un trío de lo más normal hasta que uno de ellos empieza comerle el coño a la rubia y el otro se pone a chupársela al primero, luego intercambian los papeles y al final uno de ellos se la mete por el culo al otro. La rubia aburrida, le coge la polla al que la tiene libre y se la ensarta montando un trenecito de lo más divertido…

  • ¿Y tu quieres montarte eso?

  • Pues sí hija…no sé si te lo he contado alguna vez, pero he hecho un par de tríos. Uno con otra chica y otro con dos tíos. A mi las pavas no me ponen nada, fue un capricho que le dí a Fernando en aquel momento. El que hice con los dos tíos estuvo bien pero ellos ni se rozaban entre sí. Uno con dos pavos que hagan a pelo y a pluma sería lo más…

  • ¿Te he dicho alguna vez que eres muy puta, Manu?

  • Calla asquerosa que eres una aburrida… bueno ¿qué te parecen los gustos de tu querido y asqueroso compañero de trabajo?

  • Pues de lo más ameno… pero tienes razón que una cosa es ver videos gay o bisex y otra muy distinta llevarlos a la práctica. Aunque este último es muy guarrete y no me extrañaría. De todas formas Manu, te debo una.

  • Me debes varias zorrón. ¡Hala!… Te dejo que voy a ver a quien pillo para esta noche. Besitos guapa y pásalo bien con el yogurín.

Joder con Andrés… empezaba a tener material para joderle aunque lo que me acababa de contar Manu, como ella misma decía, era muy difícil de utilizar en la práctica. Tendría que pensar cómo usarlo. De momento me metí en la ducha y me preparé para la cena vistiéndome lo más sexy que pude y aunque no había llevado ropa de guerra al evento, me enfundé en un vestido ceñido de falta corta y con escote. Me pinté, pero sin pasarme, y me bajé a cenar. 

La cena de ese primer día del evento era en la playa aledaña al hotel. Habían acondicionado la playa con antorchas, puestos variados de comida y un par de barras para que el personal se mamase ya que en esencia, el evento iba de eso.

Al llegar, vi a David vestido con unos chinos y un polo hablando con un grupo que me sonaban de Alemania y a Andrés, dadas sus limitaciones con el inglés, en la barra al lado de los dos colegas portugueses. Busqué con la mirada a Gilles, mi jefe europeo para disculparme por faltar a la reunión de por la tarde y ya nos quedamos hablando un rato de esto y aquello. Luego me encontré con Alexandra, mi colega italiana, la otra única mujer jefe de ventas en su país y con quien me llevaba muy bien. Estuvimos charlando un buen rato hasta que me dí cuenta que tenía varias llamadas perdidas. Eran casi las diez de la noche, con el ruido y la música no había oído el teléfono y Gloria había estado intentando localizarme así que cogí un par de sandwiches para cenar algo, una cerveza y me aparté a una zona aislada para poder hablar con Gloria desde donde además pudiera tener bajo control a David y a Andrés y que no me pudieran interrumpir.

  • Hola Gloria cariño… ¿Qué me puedes contar?

  • Ayyyy Marta… ¿Estás sentada?

Me entró un cosquilleo en el cuerpo ante el tono de voz de Gloria. Cuando hablé con ella hacía tres o cuatro horas, salía de la oficina para investigar el restaurante donde Andrés se dejaba entre 500 y 700 pavos por comida.

  • ¿Qué has averiguado? ¿Estuviste en el restaurante de marras?

  • Pues claro. Todavía me tiemblan las piernas pero me lo he pasado como nunca .. y se empezó a reír como una loca.

  • Calma mujer… cuéntame anda

  • Espera que está Manolo pegándose con el pequeño… ya está, dijo mientras oía cómo se cerraba una puerta, pues resulta que me he plantado en el restaurante en cuestión con la última factura de Andrés que es de hace unas tres semanas y aún no se ha cargado en la cuenta de la tarjeta de la empresa: 675 euros del ala.

El sitio está en uno de los bajos de Azca, un garito al que da miedo acercarse hija, y tiene una pinta cutre que te cagas, vamos que ahí no te dejas casi 700 euros en una comida ni aunque te tomes cuarenta gin tonics en la sobremesa. Total que he entrado y he preguntado por el encargado. Cuando ha salido, el encargado en cuestión era una señora de unos cincuenta y muchos, educada y vestida de forma elegante, a la que le he enseñado la factura. Le he comentado que yo trabajaba en el departamento de recursos humanos de la empresa propietaria de la tarjeta con la que se había abonado la comida y que habìa dado instrucciones de que no se pagara nada mientras no se aclarase cómo era posible que una comida con tres comensales, en un restaurante que no era precisamente un tres estrellas Michelin, hubiera ascendido a tal cantidad.

La señora, educada pero discreta, me ha llevado a su oficina en la parte trasera del local y me ha explicado que ellos no tenían nada que ocultar. En su local las copas eran muy caras porque incluían servicios adicionales y que el problema no era suyo, sino de nuestro empleado y que si queríamos explicaciones se las pidiéramos a él. Lo de los servicios adicionales, quedó meridianamente claro cuando dos mujeres altísimas y encima con unos tacones de infarto y que cuando me fijé un poco más, estaba claro que eran travestis, entraron en la oficina, se disculparon por molestar y la señora les dijo que hablaría más tarde con ellas, o con ellos, o como coño se diga.

Le comenté a la encargada que ya tenía claro en qué consistían los “servicios adicionales” y que no se preocupase, que desbloquearía el pago de forma inmediata y que hablaríamos con nuestro empleado. La mujer respiró aliviada y como en realidad no había habido ningún tipo de mal rollo entre nosotras, me invitó a tomar un café en la barra. Con la cercanía y el cafelito le estuve contando a la encargada que desgraciadamente no era la primera vez que me veía en una situación similar y me inventé historias varias de mi supuesto trabajo para ganarme su confianza. Cosa que logré, porque ella me contó que su local, a pesar de la apariencia y de usar el restaurante como tapadera, era de los locales más exclusivos de la capital por el tipo de servicios que ofrecía y que no se limitaban a travestis, que según ella con la competencia de la calle cada vez eran menos demandadas, sino que lo más frecuente era que ejecutivos y gente de posibles, acudiera allí para hacerlo con chicos y con parejas. Quise llegar más allá y le intenté sonsacar que le gustaba concretamente a “nuestro empleado” y aunque no fue explícita me dejó entrever que si Andrés hubiese querido sexo de pago convencional, no hubiese ido allí.

En resumen, que puedes utilizar la información como quieras pero más pruebas no he conseguido.

  • Joder Gloria… me dejas muerta. Sospechaba que Andrés era un putero pero parece mucho más divertido que eso.

  • Pues ahí lo tienes, hija… y su mujer tan pancha

  • Bueno… a saber lo que hace su mujer durante todo el día, que no trabaja… en fin Gloria eres un crack. Recuérdamelo cuando vuelva y por favor, esto es estrictamente confidencial. Ni una sola palabra en la empresa. Recuerda que Andrés y Eugenio son amigos personales.

  • Tranquila Marta, el lunes te veo y lo hablamos. Besos y pásalo bien.

Joder… ahora todo cuadraba. Los videos del hotel de Barcelona no eran sólo caprichos morbosos, Andrés los ponía en práctica.

Allí mismo, sentada en un taburete, aislada del resto de la fiesta, empecé a darle vueltas a todo lo que había pasado ese día: el chantaje de Andrés para que me acostase con él, el polvazo con David que me había confesado que a veces se lo montaba con otros chicos, saber que Andrés tenía gustos sexuales no convencionales, por decirlo de algún modo… Allí mismo tomé la decisión. Iba a arriesgarme y a lo mejor todo acababa peor de lo que ya estaba pero era la única solución que se me ocurría.

Alcé la mirada para buscar a mis dos colegas. David estaba con un grupito variopinto de gente que aparentaban ser los más jóvenes del evento, me fijé en que ya estaba tomando una copa y que por lo extrovertido que parecía, raro en él, no debía de ser la primera. Andrés estaba con otro grupo, sólo de hombres y tenía pinta de no estar muy entretenido con ellos, así que me dirigí hacia él y cogiéndole del brazo me lo llevé hacia una de las barras para pedir algo de beber.

La verdad es que a Andrés muchas más copas no le hacían falta. Borracho no estaba, pero un poco achispado si que se le veía. Cogimos cada uno nuestra copa y me lo llevé del brazo a una mesa alta algo apartada donde poder hablar. Se ve que el alcohol a Andrés le ponía parlanchín porque fue acoplarnos en la mesa e ir al grano:

  • ¿Cómo estás?, me preguntó. Me dijeron que esta tarde no habías ido a la reunión de managers

  • La comida me sentó regular, le contesté. Además tenía trabajo pendiente pero no te niego que también aproveché para reflexionar sobre lo que estuvimos hablando.

  • Lo siento Marta, igual fui un poco brusco contigo.

Que hijo de puta, ahora se me ponía amable y todo. De todas formas, sabía que era mentira y fruto del alcohol. Sus amenazas eran reales y el peligro de que me montase un pollo con Recursos Humanos a la vuelta, muy alto. Mi plan no varió ni un ápice por este comentario y aproveché para acercarme más a él en la mesa. No estábamos pegados pero casi.

  • Fuiste sincero y eso sabes que lo valoro. Además me hiciste darme cuenta de cosas que me faltan en la vida y que por el asqueroso ritmo de trabajo que tenemos, mantengo descuidadas. Si no mantienes una vida personal satisfactoria, es casi seguro que tu rendimiento en el trabajo no va a ser óptimo, lo que te lleva a tener que trabajar más y a entrar en una espiral peligrosa.

  • Hay que dedicarse más a uno mismo y menos a la empresa Marta, respondió él

  • Completamente de acuerdo y ¿Sabes?, me acerqué mucho más a él poniéndole mi mano en la pierna y hablándole al oído procurando además rozarle con mis tetas en el brazo. Desde que me divorcié hay algo que echo muchísimo de menos y no es a mi marido por cierto.

Andrés sonrió y puso cara de interesante, intuyendo que le estaba pidiendo guerra.

  • Eso sería antes de anoche ¿No? Porque anoche te desahogaste bien, me dijo ampliando aún más su sonrisa.

  • Lo de anoche estuvo bien. Entre cero y diez pongámosle un seis, me reí yo también

Ahora el que se acercó y puso su mano en mi muslo fue Andrés

  • Alguien como tú se merece un diez

Me reí abiertamente y le pegué otro trago a la copa. Me volví a acercar a él y volví a posar mi mano en su pierna:

  • Y alguien como tu, acostumbrado a todo tipo de ambientes, como me dijiste a mediodía, seguro que puede aspirar al sobresaliente ¿verdad?

Volví a susurrarle en la oreja esta vez rozando mis tetas en su brazo sin ningún pudor

  • Porque yo no espero algo normal. Para un polvete rápido ya tengo a David que es más jovencito y más fogoso

Andrés se estaba encendiendo y ahora directamente puso su mano en mi cintura atrayéndome ligeramente hacia él:

  • Más joven seguro, más fogoso habría que verlo y más aburrido, te lo aseguro. Si quieres, podemos subir a la habitación ahora en un rato y lo comprobamos.

¡¡¡Bingo!!! Ya estaba… tampoco era tan difícil, total él me lo había pedido a cambio supuestamente de su silencio, lo único que yo había hecho, era hacerle creer que yo también lo deseaba.

Eché un vistazo rápido alrededor para asegurarme de que no estábamos dando el espectáculo. Nadie nos miraba, todo el mundo bebía y los más jóvenes bailaban. David no bailaba pero estaba charlando con otro grupo así que mi mano que hasta entonces reposaba en la pierna de Andrés se desplazó hasta su paquete que sobé ligeramente y apreté un poco lo que provocó que Andrés pusiera una cara de sorpresa primero y felicidad después, digna de verse, y susurrándole en el oido le dije:

  • Hoy no puede ser Andrés, mañana tengo reunión a primera hora e intuyo que si subo contigo a la habitación terminaremos muy tarde ¿Verdad? Además me temo que has bebido demasiado, le dije dándole un último apretón a su paquete

Andrés me atrajo más hacia sí pero yo intenté mantener una distancia suficiente para no dar el cante si alguien nos veía:

  • A mi el alcohol no me afecta en el rendimiento, dijo sonriendo, pero la última palabra siempre la tiene la dama y mañana es la última noche aquí. Si te sigue apeteciendo estoy en la 627.

  • Ahora me voy a dormir, le dije apartándome de él. Si me cuesta coger el sueño tendrás noticias mías, le dije poniendo sonrisa de zorrita.

Le pegué un último trago a la copa y me subí a la habitación. 

Ya tenía cerrado el tema con Andrés y aunque él ni se imaginaba lo que pensaba montar, visto lo visto, le iba a terminar gustando. Ahora me tocaba hablar con David pero seguía abajo en la fiesta de la playa, así que aproveché para salir a la terraza a fumarme un cigarrillo.

Mientras fumaba, noté como bajaba el volumen de la música que provenía de nuestra fiesta, imaginé que estarían terminando. Entré, me puse la ropa de dormir y me eché sobre la cama esperando a que subiese David, asumiendo que no se hubiese enrollado con alguna de las niñas alemanas con las que estaba, o con alguno de los alemanes que después de lo que me había contado por la tarde, todo era posible.

Al poco noté como entraban en la habitación de al lado. Arrimé la oreja a la pared por si oía algo extraño pero nadie hablaba ni se oían más ruidos que los de David entrando en el baño y meando, así que supuse que no había ligado y le mandé un whatsapp:

  • No me apetece dormir sola

A los cinco minutos, oí como llamaban muy despacio en mi puerta, abrí y obviamente era David y esta vez, venía con el neceser. Cerré la puerta y me abracé a él, me puse de puntillas para besarle y él se agachó para pegarme un buen morreo. Acababa de lavarse los dientes.

  • Ayúdame y juntamos las camas, anda

Retiré la mesilla a un lado y ayudé a David a empujar la otra cama para juntarla con la mía. Madre mia… David se había pasado con las copas, se tropezó en la moqueta y no se pegó un buen porrazo de milagro. Aún así juntamos las camas. Me fui al baño a lavarme y a hacer pis y cuando volví, David se había despelotado completamente y se había tirado encima de la cama pero el muy gilipollas se me había quedado dormido.

Bueno… le había dicho que no quería dormir sola y él se lo había tomado al pie de la letra, así que me quite toda la ropa yo también y metí en la cama a dormir pero eso sí, aproveché para echarme su brazo por encima y hacer la cucharita con él. Hacía un siglo que no dormía con un hombre abrazándome y me encantaba sentir su pene flácido rozando mi culete. Y por cierto, debía de haberse puesto fino con las copas porque por mucho que me hubiese prometido la noche anterior, se puso a roncar como un campeón. Ahora si que ya no echaba tanto de menos lo de dormir con un tío.

Me desperté con un cosquilleo tremendo y una sensación extraña. Cuando entreabrí los ojos vi que David estaba besándome las tetas. Le acaricié el pelo y él, al notar que ya estaba despierta, pasó de darme ligeros lametazos y besitos a empezar a mordisquear los pezones que se me pusieron completamente erectos. Bajé la mirada y vi que mis pezones no eran lo único que estaba erecto en esa cama.

David paró de chuparme las tetas y se puso encima de mí apoyándose en sus brazos para no descargar todo su peso encima, me empezó a besar muy suavemente, sin lengua y a mordisquearme en el cuello:

  • Buenos días princesa

Mientras seguía mordisqueando, su polla erecta se paseba por encima de mi coño sin penetrarme pero frotándose con mis labios vaginales y dándome un intenso placer. Me escurrí por la cama para poder llegar a lamer su pecho y mordisquear también sus tetillas, continué bajando hasta llegar a su ombligo que también me puse a lamer mientras mis brazos abrazaban su cuerpo y haciendo algo de fuerza lo tumbé en la cama boca arriba con su polla enhiesta a escasos centímetros de mi boca.

Se la cogí con la mano y empecé a lamerla de arriba a abajo como si chupase un helado, luego bajé hasta sus huevos que estuve besuqueando un rato y que no me metí en la boca porque David estaba claro que no se depilaba ninguna parte del cuerpo y no era cuestión de atragantarse. Volví al mástil, pero esta vez me centré en el capullo dándole besitos y lametones alrededor. Finalmente miré a David que tenía la cara desencajada de placer y mientras le mantenía la mirada me engullí su polla.

Estuve mamándosela un buen rato hasta que David, me arrastró hacia arriba para morrearme. Yo sentía su polla cerca de mi coño y pensaba que iba a metérmela en esa postura pero David paró un momento, se puso de rodillas en la cama y se estiró a coger un preservativo del neceser que había dejado sobre la mesilla.

  • Espera, le dije. Vamos a descansar un ratillo.

Era mi turno. Tenía a David más caliente que un mono.

Ël se tumbó boca arriba y yo me eché a su lado apoyando la cabeza en su pecho acariciándoselo y de vez en cuando mi bajo bajaba para acariciarle también la polla ligeramente:

  • Me dejaste ayer flipada con tus historias sexuales, le dije

  • ¿Por?

Me erguí apoyándome sobre el codo izquierdo para poder mirarle a los ojos y mientras con la mano derecha empecé a masturbarle muy despacito para mantenerlo caliente y duro.

  • Hombre, tampoco soy tan vieja pero en mi época yo creo que éramos más recatados

  • No te creo. Erais iguales, sólo que o no os atreviais a hacerlo o si lo haciaís no se contaba

  • Pues igual es verdad. Al final todo el mundo tiene fantasías sexuales. Otra cosa es llevarlas a la práctica

David se giró hacia mí pero yo no solté mi presa que seguía dura como una piedra

  • ¿Ah, sí? ¿Tu también tienes fantasías?… Venga cuéntame la que más te ponga, me dijo poniendo morritos

  • Todas las mujeres tenemos las nuestras no te fastidia ¿O te crees que lo de pensar en guarradas es solo cosa de hombres?

  • Venga… cuéntame las tuyas... dijo riéndose y haciéndome cosquillas debajo de las tetas

Ya estaba, lo había pillado… me tumbé boca arriba mirando al techo

  • Pues me encantaría hacer un trío con dos tíos

  • Como mola, se rió… ¿Y con doble penetración?

  • ¿Dos pollas a la vez? No jodas, que no me caben.

Me hice la tonta. Sé perfectamente lo que es una doble penetración.

  • Trabajas demasiado y ves poco porno Marta. Es una por el coño y otra por el culo

  • Pufff... No me termina de convencer, acuérdate que por detrás sólo has entrado tu y por que me pillaste con el día tonto… lo que me gustaría es un trío bisex, o sea que los chicos me follen, mejor dicho, que me hagan el amor así de bien como tu, pero que entre ellos se lo monten también.

  • Uuuyyyy que guarrilla… ¿Y esa fantasía la tienes desde siempre o desde que ayer te conté que yo a veces me lo hacía con chicos?

  • Esa fantasía ya tiene cara y ojos y son los tuyos, le dije mientras le plantaba un morreo de escándalo

David empezó a magrearme las tetas mientras yo seguía morreándole y alargando mi mano para volver a poner a tono su herramienta cuando de repente empezó a sonar mi móvil.

Miré y era Gilles, mi jefe europeo. Cogí el teléfono sin dudarlo porque después de no haber ido a la reunión del día anterior no podía seguir evitándole. Gilles quería desayunar conmigo antes de la reunión de managers de la mañana para discutir las previsiones de ventas de España y ver como encajaban en los números globales de la región. Como todo el mundo se había acostado tarde por la fiesta, la reunión se había fijado a las 10 y él quería desayunar conmigo a las 9. Colgué, miré el teléfono y ¡¡Mierda!! Eran menos veinte.

Me puse a horcajadas encima de David que a diferencia de Andrés hablaba perfectamente inglés y por supuesto se había enterado de toda la conversación. Le puse carita de pena y le di un piquito:

  • Lo siento cielo pero tengo que bajar ya mismo

  • ¿Y me vas a dejar así?, dijo mirándose hacia la entrepierna

  • Venga tonto... te quejarás!! Además esta noche es la última y te lo compenso

Le di otro beso y me levanté para ir a la ducha pero antes de entrar en el baño, le dije a  David:

  • Cielo, dos cositas. La primera es que procures no beber mucho hoy, anda… no te vaya a pasar lo de anoche. La segunda es que no te la casques, le dije riéndome y entrando en el baño

Continuará