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Una granja muy caliente (Parte 5)

en Gays

Donato despertó en su cama a la mañana siguiente empapado en sudor y para su sorpresa con Carlitos también en su cama. No recordaba qué era lo que había pasado la noche anterior después de la cena, pero estaba totalmente desnudo y en el mono aun se podía ver la mancha de semen que había dejado Carlitos el día anterior y de la que Donato no recordaba nada. Sentía su culo aun húmedo después de la gran follada de la noche anterior que le había dado el aprendiz. Carlitos se había acostado con el mono abierto y los calcetines todavía puestos. Carlitos estaba mostrando el culo a Donato prácticamente balanceándolo, como si estuviera follando. Aquel culito le parecía totalmente cautivador, encantador y buscando ser follado.

               - Carlitos, Carlitos. Ojalá te quedaras aquí todos los días para que fueras follado sin parar día y noche. Te iba a follar día y noche. - Pensaba Donato.

Donato comenzó a masajear suavemente el culo de Carlitos por encima del mono. Trabajando sobre las nalgas y buscando el ano con un dedo y Carlitos en su sueño empezó a ponerse cachondo y por su boca empezó a emitir sonidos. Donato estaba disfrutando, le encantaba ponerlo caliente una y otra vez. Carlitos se dio la vuelta en la cama y abrió los ojos y el paisaje que se encontró no se lo esperaba. Donato empezó a oscilar su polla semi erecta delante de sus ojos y el joven no tuvo más remedio que seguirla con la mirada.

               - Sigue mi polla Carlitos. Relájate... Está todo bien.

Carlitos sonreía, aquella polla se veía deliciosa, un manjar con el que abrir el apetito.

               - Estas soñando y por eso estás en mi cama. Y en el sueño pueden pasar cosas muy agradables. Cosas muy ricas. Cosas que te hagan disfrutar. Mi polla puede hacerte disfrutar. Síguela Carlitos de izquierda a derecha. Relajándote más y más

Carlitos empezaba a encontrarse con la mirada perdida y sus ojos empezaban a no poder seguir la polla. Como si de pronto uno de los ojos se quedase por un momento parado mientras el otro seguía la verga del granjero hipnotista. Se encontraba cada vez con más sueño y esa polla se veía deliciosa.

               - Estas cansado ¿Verdad? No pasa nada si sigues la polla. Cada vez más cerca, cada vez más profundo.

Carlitos era incapaz de procesar esta última frase. Se encontraba ya en un trance profundo y su mente se encontraba concentrada en saborear esa maravilla que aquel hombre tan caliente le ponía delante del hocico y que cada vez estaba acercándose más. Instintivamente Carlitos comenzó a abrir la boca.

               - Muy bien Carlitos. Tómala, saboréala y nota como el placer empieza a invadir tu cuerpo de nuevo.

En el mismo instante en el que los labios Carlitos tocaron la erecta polla de Donato, este con un golpe de cadera le hizo que la engullera de golpe y que los ojos se abrieran como dos globos. Y entonces fue cuando volvió a aparecer el Carlitos experto en el arte de engullir pollas. Su boca comenzó a ser de nuevo una suite para la polla de Donato que comenzaba a sentir que su excitación comenzaba a crecer exponencialmente. Igual que su polla en la boca de Carlitos que parecía que se atragantaba con ese aparato en la boca, pero nada más lejos de la realidad. Estaba disfrutando cada segundo de aquella mamada, cuando el ganadero lanzaba su cuerpo contra él y la punta se estrellaba contra el paladar y cuando retrocedía y Carlitos aprovechaba con su lengua para saborear la cabeza de la polla de Donato.

               - ¡Qué bien la comes hijo! Estás caliente, muy cachondo.

               - Mmmmmmmm.

               - Hazte una paja mientras sigues lamiendo este manjar.

Carlitos sacó su polla del sudado mono para empezar a masturbarse y el olor comenzó a embriagar a Donato que seguía disfrutando más y más de aquella mamada.

               - Mmmmmmmm.

               - Sigue Carlitos, sigue cada vez más deliciosa, más rica con cada lamida. Siente que el placer comienza a recorrer todo tu cuerpo. Cada vez más intenso.

La cara de Carlitos mostraba más y más placer mientras Donato aprovechaba para jugar con las pelotas del joven. Carlitos puso los ojos en blanco al sentir el placer brotar desde sus testículos a la polla y al resto del cuerpo.

               - Más placer, llegando en oleadas. Oleadas de placer más profundo... más profundo el trance.

               - Argggh.... mmmpph.

Carlitos gemía de placer cada vez más mientras aceleraba en su paja. Con la cabeza solo tenía que dejarse llevar porque Donato comenzaba a agarrarle de la cabeza para facilitar la mamada. Tan solo tenía que ahuecar la garganta para que entrara más profundo la verga.

               - Ya viene la lecheeee... ya llegaaa la leche hipnótica- Avisaba Donato mientras Carlitos disfrutaba lamiendo, jugando con la lengua.

La sugestión entró en el subconsciente de Carlitos que seguía mamando sin parar. No había nada que le detuviese, al contrario casa vez con más intensidad continuaba su mamada, apretando los labios, jugando con el paladar. Donato comenzó a eyacular en su boca.

               - Trágatela leche. Bébetela. Leche hipnótica... Muy bien.

Según empezó a tragarse la leche la mirada de Carlitos comenzó a quedar inerte. Regresaba a un rico sueño profundo.

               - Muy bien hijo, quiero que te sientas orgulloso cuando despiertes. No recordarás la mamada pero te sentirás muy contento.

Mientras daba las instrucciones a Carlitos, Donato acababa de limpiarse la polla en la cara de Carlitos que quedaba llena de semen ahora.

Después de unos minutos en los que trataba de recuperarse de aquella maravillosa mamada Donato se levantaba, se ponía el mono e iba a la granja a ir adelantándole trabajo a Carlitos.

               - Tengo tiempo, aún le quedan un par de horas para que se levante. - Pensó Donato cuando miró el reloj. Salió de la habitación y dejó durmiendo en su cama a Carlitos.

Eran casi las 8 de la mañana cuando despertó Carlitos. Se sentía muy contento, estaba orgulloso de estar en la granja y poder cumplir con su trabajo, aunque había algo raro. No sabía qué hacía en esa cama. De hecho no sabía dónde estaba. Cuando se levantó y salió por la puerta se dio de que había dormido en la cama de Donato ¿Pero cómo? No recordaba nada, aunque tampoco le preocupaba mucho, lo más importante ahora era ese maravilloso estado de felicidad en el que se encontraba. Bajó al salón para desayunar y allí se encontró a su soñado ganadero mojando un bizcocho en el café, con la cremallera del mono azul medio abierta por la parte de arriba enseñando su panza. Carlitos se enorgulleció aun más de ver aquella vista.

               - Buenos días, Donato. Que acalorado te veo.

               - Más que acalorado... caliente. - Respondió con una carcajada Donato.

Ante aquella respuesta Carlitos comenzó a sobarse la polla con una sonrisa. No se esperaba en absoluto aquellas insinuaciones sexuales tan directas de aquel hombre y cuando las escuchaba tenía una erección instantánea.

               - Sí yo también estoy un poco caliente. - Dijo sonrojándose Carlitos

               - Pero eso es muy bueno Carlitos. Además tú estás caliente bastante a menudo. - Dijo señalándole la entrepierna a Carlitos.

Era verdad, además a Carlitos se le notaba el abultamiento en el mono de trabajo cada vez que tenía una erección. Era como si se hubiera montado una tienda de campaña en su entrepierna que a Donato le encantaba. Carlitos se acercó a él y comenzó a besarle. Donato tuvo que dejar el desayuno en la mesa para seguir poder agarrar las nalgas del joven. ¡Sí que estaban calientes los dos!

               - ¿Hoy te quedas en la granja conmigo trabajando Donato?

               - No, tengo que ir toda la semana al pueblo de Dionisio.

               - Es una lástima.

               - ¿Por qué? No te preocupes, luego vuelvo contigo por la tarde.

               - Quiero follarte, quiero follarte todos los días. Quiero follarte en la granja, rodeado de las vacas. Rodeado de los cerdos. En el prado. Entre las bolas de paja. Quiero follar.

Carlitos se sinceró ante Donato. El granjero estaba orgulloso de sí mismo y de Carlitos.

               - No te preocupes Carlitos. Vamos a follar todos los días y cuando esté aquí trabajando un día vamos a follar como marranos en la granja.

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Nelson llevaba ya 2 años en España y su situación no había mejorado . Después de todo este tiempo no era capaz de conseguir encontrar su sitio aun. Había salido de la República Dominicana después de que un primo suyo lo descubriera besándose con otro hombre. Lo trató de chantajear pidiéndole dinero a cambio de que no se lo contara a su familia y Nelson huyó ante tal horror. Desde que llegó a España apenas había podido conseguir trabajos temporales que duraran más de 3 meses. Aunque se esforzara y trabajara duro cuando se acababa el contrato siempre llegaba su jefe para decirle que aunque estaban muy contentos por su trabajo y les encantaría que pasara a formar parte de la plantilla indefinida, no había sitio para él. Llegó a pensar que por ser extranjero jamás lo contratarían de manera indefinida, aunque ya hubiera en la plantilla otros extranjeros. Tampoco le había ido muy bien con las relaciones amorosas. Los hombres que conocía y que se interesaban por él parecía que al principio lo que más les interesaba era el exotismo de estar con un extranjero de piel bastante morena. Sin embargo a las pocas semanas parecían cansarse y buscaban excusas para irse con otro hombre. Los últimos 3 meses no había conseguido encontrar un trabajo y la situación le estaba agotando. Hasta llegó a ir a la farmacia a por unos sedantes porque empezaba a padecer insomnio de la angustia que tenía al no salirle las cosas como él esperaba.

A través de una página de contactos comenzó a hablar con otro hombre. El nick de aquel hombre era Don_hypno y aunque al ver en el avatar a un oso de peluche no le animó demasiado a seguir la conversación, acabó por responderlo porque tenía un fuerte fetiche con la hipnosis. Le sorprendió mucho que no estuviera interesado en él por ser dominicano como los otros hombres que había conocido antes. Nelson se interesó por él y le preguntó donde vivía a lo que el hombre le respondió que en un pueblo alejado de la ciudad regentando una pequeña granja. Nelson ahora estaba aun más interesado. Quería salir de la ciudad a toda costa. Le angustiaba vivir en sitio tan grande y quería dar un nuevo cambio radical en su vida. Cuando Don le preguntó por su vida e intereses a Nelson, este contó sus experiencias desde que salió del Caribe y que ahora estaba buscando trabajo. Don le ofreció trabajo en su granja. Allí había trabajo siempre. Nelson no se lo pensó dos veces en una semana haría las maletas y abandonaría la ciudad para ir a la granja de aquel misterioso hombre. Tenía trabajo asegurado y quién sabe si una relación amorosa también. Tenía ganas de conocer al tal Don_hypno, a ver si era verdad que le gustaba la hipnosis.

Con el ánimo levantado empezó a recoger las cosas que tenía para volver a hacer la maleta. Ojalá esta vez saliera bien. Tenía un buen presentimiento, un trabajo asegurado la oportunidad de abandonar la ciudad y además un hombre con el que poder tener una relación. Era la oportunidad de que su suerte cambiara por fin.

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Durante toda la semana Carlitos siguió trabajando duro él solo en la granja por las mañanas y por las tardes hasta que llegaba Donato. Con un par de paradas siempre como mínimo, una para comer y otra para hacerse una paja y correrse en las botas de Donato. Había descubierto ese placer en ver como el pie de Donato se frotaba con su lefa cuando volvía de la granja de Dionisio. Después al llegar a casa tocaba hacer la cena. Verduras, carne o pescado. Para el postre sí que no había dudas. Donato tenía un manjar para que saboreara Carlitos con placer. Con gran placer para ambos. Después los dos se quedarían viendo una de las películas de Donato y Carlitos siempre se quedaba dormido mientras que Donato le susurraba al oído y le masajeaba en la cabeza. Ni siquiera necesitaba recurrir al trigger para que Carlitos cayera en un trance profundo, el masaje craneal desconectaba su parte consciente, la voz de Donato sobre estimulaba su oído y su vista quedaba anulada por la película. Con Carlitos a su merced Donato tendría vía libre para continuar con la programación haciendo que cada vez le gustara más la granja. Trabajar con animales. Que todos sus fetiches fueran cada vez más intensos e incontrolables. Un entrenamiento mental para ayudarle a seguir siendo obediente. Más obediente y explotar aún más sus seductoras armas para excitar a Donato y a todo aquel que pasara por la granja. Según fue pasando la semana las ganas de excitar a Donato fueron en aumento. El lunes salió de la ducha con la única camiseta que había traído a la granja y también el único pantalón. El martes salió solo con el pantalón para cenar mostrando el pecho desnudo. Las semanas en la granja comenzaban a moldear el cuerpo del joven con unos pectorales fuertes y unos abdominales más definidos. El miércoles prefirió no ducharse y tratar de excitarlo entre el mono de trabajo y su aroma corporal. El jueves salió de la ducha tan solo con el jockstrap. Según fue pasando la semana cada vez le costaba menos que Donato se sacara la polla para que el joven Carlitos le diera una pequeña mamada de impresión previa a la cena. La gran mamada se la reservaba para el postre de la cena. El viernes se quedó con Donato trabajando hasta que ambos fueron juntos a casa. A la vuelta a casa Carlitos le metió la mano en el bolsillo.

               - Mira Donato, a que esto no te habían hecho nunca.

Sonriendo de forma provocativa, empezó a masturbar al granjero que a pesar de un primer intento por detenerlo, acabó por ceder. Carlitos con la otra mano le bajaba la cremallera del mono y comenzaba a succionar sus pezones. Donato empezó a gemir de placer.

               - Ahhh Carlitos. Espera a que lleguemos a casa.

               - No puedo. Quiero follar. Quiero que me folles.

A Carlitos se le ponían los ojos en blanco según lamía los pezones de Donato y todo el sudor del día le invadía el olfato. Quería que Donato lo follara allí mismo sin esperar nada más. Cada lamida se excitaba más. El deseo de ser follado por Donato aumentaba con cada lamida. Donato trataba de conducirlo hasta la casa.

               - Vamos Carlitos, vamos a la casa. Allí te podré follar tranquilo.

Con una sonrisa de satisfacción al escuchar esas palabras, Carlitos detuvo por un momento su trabajo en el cuerpo de Donato hasta que entraron en la casa. Según cerró Donato la puerta no pudo aguantar más:

               - Ven aquí hijo ven. Llevo cachondo toda la tarde y ahora quiero follarte. Me estás provocando paseando con tu culito, lamiéndome los pezones, haciéndome una paja y yo ahora solo quiero abrirte el culo. Follarte hasta que te derritas de placer.

               - Aaay sí qué rico. Ya quiero que me vuelvas a follar una vez más. Sentir tu polla follándome el culo.

               - Estás hecho un marrano Carlitos. Te gusta chupar cada vez más. Y más.

Carlitos seguía lamiendo el cuerpo de Donato. Cada vez que su lengua tocaba un pezón de Donato, explotaba de placer.

               - Soy tu cerdito y quiero que esta noche me folles.

Donato se levantó y se alejó un poco y comenzó a oscilar la verga.

               - Contémplala. Cada vez te sabe más rica. Más ganas tienes de ser follado. Eso es. No la pierdas de vista.

La voz de Donato se volvió mucho más profunda y Carlitos volvió a quedar atrapado otra vez por esa polla que comenzó a moverse como si tuviera vida propia. A oscilar como un péndulo sintiendo Carlitos los ojos más pesados.

               - Puedes olerla, y notar como te dan ganas de mamarla, de ser follado. Más profundo, más adentro. Más como una bestia. Más profundo en la hipnosis. Mamando la polla más profundo en la hipnosis. Más cerdete. Solo con mamar la polla volverás a un estado profundamente hipnótico.

Carlitos abría la boca esperando regresar al trance hipnótico. Según sus labios tocaron la caliente carne del miembro del hipnotizador granjero los ojos de Carlitos se pusieron en blanco mientras su lengua jugueteaba con el glande. Donato seguía con su voz profunda pronunciando su retahíla hipnótica mientras que el joven saboreaba con gran placer el fruto no muy escondido. Desde luego nada prohibido. Aquel día Carlitos había llevado a la granja un vibrador para llevarlo en el culo mientras trabajaba. Donato explorando el cuerpo de Carlitos lo encontró en el bolsillo del mono que aun llevaba Carlitos. Aun estaba húmedo, así que Donato se percató de que lo había estado usando durante el día. Desde luego cada vez estaba más y más cerdete. Con gran habilidad se quitó la parte superior del mono dejando que cayera a los tobillos.

               - Eso es... Me gusta que seas tan cerdete. Usa esta crema... entrará más suave

Puso en marcha el aparato y untó con un poco de lubricación la cabeza del vibrador. La relajación sobre la zona anal hizo que pronto Carlitos le diera la bienvenida al vibrador con un orgasmo seco.

               - Placer total Carlitos. Orgasmo más intenso. Cada vez quieres follar más y más. Deseas ser follado por mi.

La cara de Carlitos volvía a ser totalmente expresiva. Sólo pensaba en sexo. La playa del año pasado quedaba en nada por los juegos hipnoeróticos de Donato. Con él sentía estar follando durante horas, cada vez más intensamente. Todos sus sentidos estaban abandonados al placer suyo y en su mente solo pasaba por la cabeza cómo darle más placer a Donato. El vibrador seguía y seguía estimulando la zona anal haciendo que Carlitos comenzara a derramar líquido preseminal sobre su mono. En seguida Donato sacaría su verga de la boca de Carlitos y a retirar el vibrador del ano. Cuando Donato retiró la polla de la boca Carlitos trató de seguirla pero con la mano detuvo el gesto del experto mamador.

               - Tranquilo Carlitos que ahora hay más placer para tí. Voy a follarte el culo y vas a sentir el placer más intenso.

Comenzó a hacer pases hipnóticos con la mano y Carlitos caía más profundo en el trance. Las palabras de Donato eran órdenes automáticas para el cerebro de Carlitos y su ano comenzó a dilatarse para esperar la entrada del pollón de Donato totalmente erecto.

               - Eso es... qué bien lo haces hijo. Ahora es tu culo el que me va a recibir. Y lo vas a hacer muy bien.

Dicho y hecho, según comenzó a follar el culo Donato, sintió que su verga entraba como si  fuera un cuchillo en mantequilla en el culo de Carlitos. Los músculos del ano de Carlitos comenzaron a contraerse y dilatarse para ajustarse perfectamente a la pene de Donato y la cantidad de lubricante hacía que la fricción fuera 100% placentera para ambos. Carlitos comenzó a gemir de placer.

               - Dame más. Fóllame más duro papi.

Era la primera vez que Carlitos le llamaba papi a Donato. Solo se lo había llamado a los dos hombres más mayores del grupo gay con el que se juntaba Carlitos y cada vez que les llamaba papi su mente solo deseaba ser follado. Aquellas palabras fueron como un trigger para Donato. Era la primera vez que lo llamaban papi y se transformó en una máquina de follar.

               - Tómala más dura Carlitos. Tómala ¿Te gusta?

               - Ay me encanta como follas. Fóllame más papi.

Donato agarró de las caderas a Carlitos que se puso a cuatro patas como un perrito. Aquella posición a Donato le ponía más cachondo.

               - Eres un cerdete... Y te gusta ser follado... Como un perrito... ahhh

               - Un cerdete para ser follado. Dame más duro papi. Dame más duro.

Donato cada vez empujaba más duro. Todos los líquidos del cuerpo hacían que cada vez fuera más fácil la follada. Donato hacía un rato que había roto a sudar y notaba como de los huevos comenzaba a fluir el semen que pronto inundaría el culo de Carlitos.

               - Me voy a correr... me corro.

               - Siiii... Llena a este puerco de semen... Quiero que tu polla sea como una fuente.

Aquellas palabras fueron directas para que su polla diera vía libre a eyacular dentro del culo de Carlitos. Mientras salía más y más semen de la polla de Donato, Carlitos comenzó también a notar un placer muy intenso. Unas ganas de correrse muy grandes. Estaba  teniendo un orgasmo prostático y comenzó a salir líquido sin parar de su polla. Los dos gemían de placer. No podían hablar. Carlitos miraba a Donato totalmente en trance. Donato miraba a Carlitos sonriendo de satisfacción. Quería premiar a Carlitos por tan grande polvo que habían echado.

               - Carlitos, quiero que cuando regreses del trance recuerdes todo lo que ha ocurrido desde que empezaste a lamer mi polla y que recuerdes todo el polvo con gran orgullo. 1 regresando de nuevo al salón, 2 tus ojos comienzan a enfocar y 3 ¿Cómo te encuentras Carlitos?

Los ojos de Carlitos comenzaron a enfocar al tiempo que su rostro parecía volver de otro espacio. De pronto por su mente volvía a recordar todo lo que había pasado durante la última hora. Donato había traído una botella de vino y llenó dos copas una para él y otra para Carlitos.

               - Te he traído un poco de vino fresquito para refrescarte.

               - ¿Para refrescarme? mmmm.

               - Tu bebe Carlitos y deja que te sirva otra copa más.

La intensidad del sexo que habían tenido los había dejado sedientos en especial a Carlitos que sentía su boca salada.

               - Qué bien follas Donato. Creo que nunca me han follado mejor que tú.

               - ¡Muchas gracias Carlitos! Eres muy joven de todos modos seguro que encontrarás a gente que folla mejor que yo. - Respondió el ganadero guiñando el ojo.

               - Bueno ya voy teniendo más experiencia desde el último año. Otros chicos de mie edad y algunos más mayores también me han follado y ninguno lo hizo como tú.

Sin darse cuenta Carlitos estaba confesando fuera del trance sus aventuras sexuales con el grupo de amigos gay que frecuentaba en la ciudad. Pronto el alcohol lo desinhibía más.

               - ¿Y también bebes alcohol para follar con ellos?

               - Bueno solemos tomar chupitos para ir entonándonos, luego comenzamos a excitarnos y ya no hay remedio para que empecemos a follar. - Dijo Carlitos mientras daba otro trago.

Donato preparó algo rápido para cenar mientras el joven daba buena cuenta de la botella de vino. Pronto el efecto del alcohol volvió a encenderlo.

               - Y ahora ¿Cómo te encuentras?

               - Muy cachondo y con ganas de más - Dijo sonriendo Carlitos

               - Vaya, para eso tendrás que esperar a que me recupere un poco... jajaja

               - No te preocupes Donato, tendré que esperar lo que haga falta. Soy tu cerdete y me encanta tener sexo contigo.

El efecto del vino hizo que Carlitos se desinhibiera completamente y comenzó a besar el cuello de Donato de nuevo.

               - Yo también soy un cerdete Carlitos. Y vamos a seguir follando sin parar.

               - Me gustas mucho. Nunca imaginé que un hombre mayor que mi padre me gustaría tanto pero es que es lo único que deseo ahora es estar contigo, follando, acariciándote. Me encanta tu aroma a macho.

               - Vaya... me iba a duchar ahora pero con esto que me has dicho Carlitos de que te gusta mi aroma jajaja

               - No te duches... total, vas a acabar igual que como estás ahora dentro de un rato cuando volvamos a follar.

Carlitos estaba muy cachondo de nuevo y ya comenzaba a sobar la polla de Donato mientras lo besaba mientras que con la otra mano guiaba hasta su culo la mano de Donato.

               - ¿Por qué no exploras mi ano de nuevo? Seguro que se vuelve loco por dar la bienvenida a tus dedos.

               - Vamos primero a la habitación.

Carlitos aprovechó para ponerse delante y con su culo desnudo sólo tapado por el suspensorio aprovechó para caminar delante de Donato y volver a ponerlo cachondo. Donato recogió el resto de la ropa de Carlitos y aprovechó para que el olor a macho penetrara en sus fosas nasales esnifando la entrepierna de la ropa del joven. Donato no pudo resistirse tampoco al contoneo de las caderas de Carlitos y en las escaleras lo agarró del glúteo y apretó. Después de varias semanas de duro trabajo en la granja Donato notó que el culo de Carlitos estaba duro y terso.

               - Este culito... tiene que ser alimentado con más grasas a partir de ahora que está muy duro. - Dijo Carlitos

               - Así podrás follarme mucho mejor.

               - Jajaja, ni gimnasio ni nada. ¡A la granja a trabajar el culo! - Respondió entre carcajadas Donato.

Cuando llegaron al piso de arriba Carlitos se dio la vuelta y con una mirada provocativa le respondió:

               - Y a follar en la granja.

La polla de Donato no aguantó más y empezó a buscar la forma de salir del mono de trabajo.

               - ¡Ay Carlitos! ¡Qué ganas tengo de pasar un día en la granja y follar sin parar allí! - Pensaba Donato. En apenas unos minutos Carlitos había vuelto a poner a 100 a Donato y en su cabeza solo pasaba la forma en la que iban a follar el tiempo en que estuvieran allí. Poco le importaba ahora a Donato que tuviera que venir un granjero nuevo en unos días. Al llegar a la habitación Carlitos se sacó el suspensorio y se lo acercó a la boca de Donato.

               - Cada día soy más macho ¿verdad? - Preguntaba con orgullo Carlitos mientras mostraba su polla erecta a Donato

               - Ya eres un macho. Me pones cachondo aun sin pretenderlo así que cuando te lo propones como ahora me transformas en una bestia.

Aprovechando que el culo de Carlitos aún supuraba lubricante Donato introdujo primero un dedo y pronto otro más en el ano de Carlitos.

               - Así, así. Pronto vas a sentir mi polla caliente.

Carlitos solo podía gemir de placer mientras sentía los dedos de Donato frotar su próstata. Carlitos comenzó a masturbarse de nuevo y Donato se agachó a mamar la polla que crecía y crecía del joven.

               - Ahhhh, joder cómo la chupas tú también. - Carlitos se estaba muriendo de placer.

Y es que por un lado los dedos de Donato estaban en perfecta sintonía con su próstata y por otro sentía como de su polla partía oleadas de placer hacia el resto del cuerpo. Las piernas de Carlitos se estiraban a cada movimiento de cabeza de Donato que empujado por el frenesí parecía hambriento. Carlitos no tardó mucho en contener el orgasmo y llenar de semen la boca de Donato. Carlitos pensó que el granjero se iba a detener en ese momento. Cerró los ojos y comenzó a oir aquel relajante ruido blanco. Cuando se quiso dar cuenta Donato agarró sus tobillos y los subió dejando la entrada a su culo totalmente libre.

               - Prepárate para ser follado de nuevo. - Donato estaba listo para seguir mientras Carlitos necesitaba una pausa.

Con la verga totalmente erecta Donato comenzó a penetrar de nuevo a Carlitos mientras que una crema viscosa la untaba por la cara del joven con sus dedos. Sorprendido por el tacto de la crema Carlitos abrió los ojos y pudo ver como Donato se había puesto un pasamontañas.

               - ¿Por qué llevas esss glup...? - La pregunta de Carlitos se vio interrumpida por los dedos de Donato metiéndose en su boca.

               - Shhhh relájate y disfruta... Esto va a hacer que tu mente esté más abierta.

La crema desprendía unos vapores hipnóticos que con la ayuda de los ruidos subliminales pronto hicieron que pronto Carlitos fuera listo para una nueva sesión de programación. El pasamontañas protegía a Donato de respirar los vapores y además camuflaban los tapones que llevaba puestos en los oídos para evitar escuchar la programación subliminal. Pronto Carlitos volvería a tener la mirada perdida mientras su mente recibía un nuevo bombardeo de mensajes subliminales. El bombeo sobre su culo lo mantenía excitado y su mente estaba en otro planeta. En el planeta del placer en el que todo lo que percibía por cada uno de sus sentidos le daba una nueva oleada de placer. Si le daba un beso Donato el sabor de ese beso lo relajaba más. Con cada embestida sobre su culo las terminaciones nerviosas del ano y la próstata lo hacían producir más y más placer también el olor de Donato le llevaba a otra dimensión. La vista lo hacía volverse loco como aquel hombre enmascarado lo llevaba al paraíso rítmicamente con cada follada. El oído lo hacía profundizar más y más en el trance. Donato hablaba mientras follaba pero la mente de Carlitos no estaba para escucharlo, al contrario, sus palabras le daban más y más sueño. Como sacado de una de la colección de películas que tenía Donato. La mente consciente de Carlitos paró de funcionar cuando Carlitos tuvo un pequeño orgasmo producido por todos los estímulos placenteros que invadían su cuerpo. Con un gemido cerró los ojos al tiempo que Donato seguía follándolo. Aquella noche tenía muchas ganas de follar y el sueño de Carlitos permitieron follarlo durante bastante tiempo hasta que finalmente fue incapaz de contener toda la presión que sostenían sus huevos y comenzó a eyacular con unos fuertes espasmos sobre el culo de Carlitos. Tan fuertes fueron los espasmos y la cantidad de semen que brotó de la polla de Donato que Carlitos tuvo que acomodarse y los músculos del recto y del ano comenzaron a trabajar para evacuar todo el líquido. Todo el esfuerzo que le había llevado aquel polvo a Donato hizo que al correrse un fuerte sueño lo invadiese y cayera rendido en la cama junto a Carlitos en un sueño profundo mientras de su pene brotaba aquel blanco maná. La tarde noche había sido muy intensa y Donato durmió en un estado de felicidad absoluta.

A la mañana siguiente Carlitos se despertó con el mono puesto. Para evitar que se quedara frío Donato al despertar le vistió con el mono. Carlitos se incorporó bajó a desayunar pero Donato ya se había marchado. Una pequeña decepción para el joven que salió a la granja a comenzar a trabajar. Después de la pausa de la comida comenzó a sacudirse la polla a escondidas como cada día con una de las botas de Donato preparadas para esparcir su semen en cuanto se corriera. De lo que no se dio cuenta es que Donato acabó de ayudar a Dionisio aquel día. Todos los partos fueron satisfactorios y Dionisio le agradeció a Donato la ayuda. Donato regresaría a su granja con Carlitos mientras Dionisio se quedaría "trabajando" con Patricio. Al regresar a la granja Donato notó que faltaban un par de botas que tenía normalmente a la entrada, pero como había llevado otro par a la granja de Dionisio entró con ellas a sus establos y allí pudo ver a Carlitos juguetear con su polla.

               - Ay Carlitos estás cachondo todo el día incluso cuando no estoy aquí. Me vas a venir muy bien para cuando venga el nuevo aprendiz.

Donato abrió la cremallera del mono y sin que lo viera Carlitos también comenzó a hacerse una paja. Unos minutos más tarde Carlitos  comenzaría a eyacular sobre la parte de dentro de las botas de Donato para su sorpresa. Sin dejar de masturbarse Donato se acercó a Carlitos y le sorprendió en la limpieza de su miembro.

               - Así que por esto están mis botas tan resbalosas últimamente. Ya creía que se había metido lodo por dentro.

               - Yo... Esto... Donato... estaba...

               - Calma, calma no va a pasar nada... malo - Sonreía Donato mientras seguía masturbándose.

               - Perdona Donato yo creía...

               - Hypnosemeister.

El trigger volvió a funcionar perfectamente y Carlitos soltó la bota que tenía en la mano y que fue a parar al fango y entró en un trance profundo.

               - Quieres ser follado en la granja ¿Verdad? Pues hoy vamos a follar toda la tarde y la noche aquí. Con las vacas y los marranos. Van a tener porno humano.

               - Si señor.

Donato comenzó a desnudar a Carlitos que esta vez ni siquiera llevaba el suspensorio. Tan solo el mono por encima y con eso se fue a trabajar.

               - Estás hecho todo un marrano Carlitos. Me gustas mucho. Me encanta que me quieras poner cachondo cada día.

               - Si señor. - Respondía como un robot Carlitos con la voz totalmente inerte por el trance profundo.

Del bolsillo del mono Donato sacó la crema lubricante que ya había utilizado con Patricio por la mañana. Por segunda vez le daría uso aquel día.

               - Entre Patricio y tú me hacéis follar como si fuera un semental.

               - Mi semental... quiero que me folles.

Aquellas palabras pusieron aun más cachondo a Donato que por su cabeza solo pasaba follarse a Carlitos como una bestia. Lo puso a cuatro patas y comenzó a encularlo.

               - Estás sudadito hijo. Entre eso y el lubricante menuda follada te voy a dar. Y otra. Y luego otra, hasta quedar seco.

Una inmensa sonrisa se dibujó en la cara del hipnotizado Carlitos. Su fantasía de follar en la granja estaba hecha realidad. Incluso varias veces. Donato además comenzó a jugar con su mente por medio de alucinaciones.

               - Mira a aquel hombre Carlitos. También quiere que se la chupes. Y allí hay otro más. Y el osito del fondo. Todos están tan cachondos.

               - Quiero mamársela a todos mientras me follas.

               - Eso es. Más marrano mamándosela uno a uno a todos.

               - ¡Qué ricas!

Por la mente de Carlitos todas aquellas pollas comenzaban a rozar sus labios, su nariz, sus mejillas. Incluso parecía por el ruido que comenzó a hacer su boca que lo atragantaban.

               - Poco a poco hijo... No hay prisa. Vamos a estar follando muuucho rato y esos hombres tienen mucha lefa para tí.

Carlitos delante de él veía a un musculado dominicano negro, a uno de sus amigos y al osito. Un hombre de unos cincuenta y tantos años calvo y con barba. Como Donato pero más gordo y joven. Él sólo se preocupaba de engullir las vergas mientras su cara lo mostraba su excitación y en su mente comienza a sentir el placer de ser follado una vez más. Las últimas sesiones de programación lo dejaron listo para que por su mente aparecieran todos estos hombres y más que estarían por llegar. Donato por su parte estaba preparado para una muy larga sesión de sexo. Había conseguido de la mochila de Carlitos un anillo para el pene y ya se lo había colocado para prolongar aún más aquella erección.

               - Chupa esas pollas Carlitos. Son un regalo para tí - Dijo Donato mientras agarraba de las caderas a Carlitos y comenzaba a follarlo por el culo.

Carlitos empezó a sentirse de nuevo en una nube y la saliva que tenía en la boca la alucinación hipnótica comenzó a tratarla en su mente como los fluidos de aquellos hombres. Aquella orgía iba a ser inolvidable para la mente inconsciente de Carlitos y Donato tampoco iba a olvidar aquella larga tarde en la que alimentaría en varias ocasiones el culo de Carlitos con su sabrosa leche.