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Hola

en Confesiones

Hola, buenas tardes a todos.

Decidí empezar de nuevo, es que con el trabajo que tuve antes, el actual y los días que pasé, me confundí y ya no estaba claro mi reato, con que continuar, Disculpen esta falla pero, como maestra que soy, me saturé mucho con los trabajos.

Para ir con un mejor orden, trataré de escibir y revisar el escrito, no como me pasó, que en mi problema con mi esposo, me puse a tomar unas copitas y ya medio mareada, a escribir lo que sentía y cómo el no estuvo conmigo, me la pasé chateando com amigos de Tagged y de Hi5, de ahí una mala redacción, y otras cositas.

De hecho, ya no iba a seguir en el canal, por eso escondí mi mail, pero recibí algunos correos en los que pude explicarles mis sentimeintos y mis pensamientos, y me aconsejaron y me dieron tips. Gracias a todas y a todos los que me ayudaron.

A ver que les parece.

1.- Presentación:

Hace unas semanas encontré la página de “todorelatos”, después de leer varios, (sigo leyendo) sentí la inquietud de escribir mis experiencias, lo que ha sido mi vida, desde que tengo uso de razón, bueno, claro, no todo recuerdo, si mucho de las primeras experiencias pero ya en la primaria, aunque también, al confirmar mi mamá, que había heredado su gusto por el sexo, platicábamos más y me aconsejaba, también me contaba cosas que en parte recordaba y en otras al platicarme, me hacía recordar los detalles.

 Ayudada en su momento por mi mamá y alguna que otra amistad y familiar que me platicaron de mis actitudes de bebé, bueno, del kínder, y de algunas de los primeros dos años de primaria, ya que, de tercero, me acuerdo mucho.

Antes de continuar, quiero platicarles de mí.

PRESENTACIÓN:

Soy profesora de primaria, al inicio, por mi forma de tratar a los niños, soy muy maternal, me daban el grupo de primero o segundo año, pero el director, al darse cuenta de cómo era mi deseo por el sexo, me dio el sexto grado, aunque a veces, el 5to. Esto, claro, porque ya de sexto, los niños estaban ya casi entrando a la pubertad, les era más satisfactorio verme, por mi forma de comportarme y vestir, que, entre mí, sentía placer por mostrarles lo que eran mis piernas, o mis pechos, que, por cierto, en aquellos años había más libertad de vestir o comportase atractiva o coqueta, sin que lo criticara o juzgaran.

Mido 1.51 m mis pechos son de brasier talla 32 A, de cintura delgada, ya que no tengo llantitas (tengo 38 -13 sept 67- y aún sigo igual) vientre plano, mis caderas algo más anchitas, por lo regular la talla de mi pantalón o falda, me queda apretada de mis caderas y algo flojita de mi cintura con mis pompis paraditas, que llamaban mucho la atención cuando usaba pantalón o mallón.

Me visto por lo regular con minifalda o vestido corto. Pero también uso pantalón ajustado o mallón. Rara vez me pongo pantalón corte sastre. Me fascina que me vean, me gusta que los hombres vean mi cuerpo, y si se exciten al verme más gusto me da.

Me han dicho muchos que con o sin zapatillas, se me ven muy atractivas mis piernas bien torneadas, pero claro, con zapato alto, me veo más atractiva, por eso regularmente visto con zapatillas, de tacón alto, aunque me he comprado unos tipo sandalia con tacón de 5 cm pero hacen también, lucir muy atractivas mis piernas.

Me gusta mucho (siempre) me digan que soy una puta. Me excita cuando me cogen y me dicen. “Que rica puta, así mueve tu culo, puta, que rica” así que me digan que soy una prostituta o puta, me excita más.

Todo lo que soy sexualmente, es por dos cosas, Una, que heredé el síndrome de mi mamá, ninfomanía, lo segundo es exhibicionista, esto, ya de unos 8 ó 9 años, muchos amigos de la familia, o los mismos familiares, sin que decir de profesores, que me chuleaban siempre, me decían que, si seguía así y me cuidaba, sería la atracción de los hombres, sin importar la edad que ellos tuvieran, y así se dio, pues lo mismo les llamaba la atención a chicos de primaria, de mi salón, que a profes.

También me decían que se sentían muy bien, al ver a una mujercita con un cuerpo tan bonito, con esas piernas, que debería aprovechar para agradar a los hombres y vestir más coqueta. Así que todo eso, me llevó a hacerlo, y aunque al principio dudaba, con forme me decían cosas, me motivaba más, ya en sexto de primaria, por el sexo que ya tenía desde los 9 u 10, mis piernas, mi busto y cuerpo en sí, era más maduro que las otras niñas. Bueno, había otras en otros grupos que se veían también con cuerpo ya de mujer, pero éramos pocas en la escuela, tal vez unas 15.

Ya en secundaria, ni que decir, ya no me sentía a gusto si no me veían, a veces me sentía fea si percibía que no me veía algún chico o señor, hasta que mi mamá me dijo que eso no debería importarme, ya que los niños, y hombres también disimulan para que la mujer no se vaya a ofender porque la estén viendo con mucha insistencia o sus mujeres o novias se den cuenta, y que es mejor poquito para que estén más a gusto todos.

Bueno, traté de controlarme, pero fue y ha sido parte de mi vida, el enseñar mis piernas, mi pecho con escotes un poco más atrevidos que lo normal.

Ya se irán dando cuenta con forme lean mis relatos.

Por último, para que sepan de quien heredé este placer, les diré que mi mamá, según lo que me platicó, ella, desde muy chica, 7, 8 años, sintió deseos sexuales, ya que ella si se acariciaba, al sentir cosquillas en su vagina, descubrió la masturbación. Pero el platicarlo con mi abuela, era muy arriesgado, así que no quiso hacerlo, pues podría haber terminado en un convento.

Ya les platicaré como un primo de ella, unos 12 años mayor, le hizo el favor. Pero que ya de 15 años, cuando conoció a mi papá, y unas semanas después le declaro su amor, ella le confesó que era ninfómana, le platicó todo, le pidió que la apoyara, ya que ella, también sentía amor por él, pero no quería estar con alguien ocultándole. Mi papá que la quería mucho, la aceptó y siempre la apoyó y aún la sigue apoyando, ya que mi mamá tenía 16 años cuando nací, así que mi mamá a la fecha, tiene 54 años.

Mi papá, mecánico, ayudó mucho para que mi mamá pudiera tener más “amistades”, que cuando llegaba alguien, durante los primeros años, él salía a comprar” alguna refacción, así mi mamá podía atender al amigo, con mayor libertad. Con el paso de los años, mi papá no salía, ya que ella platicaba con el amigo, o igual, familiar del amigo, o amigo del amigo, de que sucedía y que contaba con el apoyo de mi papá.

Quiero aclararles que se los estoy contando así para no hacer muy largo esta introducción, y se vayan a aburrir, pero claro, los diálogos y platicas que tenían, eran más detalladas y e confianza. Les platicaré al terminar estos comentarios, un ejemplo de cómo era, así como me platicó mi mamá, para que sirviera de ejemplo y también, para que yo platicara con el hombre que quisiera para marido.

No me atreví a decirle a mi esposo, traté de ocultarlo, pero antes de cumplir los 30, me descubrió, casi me cuesta el divorcio, pero ayudado por un médico un primo de mí marido y dos amigos míos, logré que se le quitara la idea del divorcio. Ya les platicaré al terminar el relato de mi mamá, que a continuación les escribo.

La idea de escribir el de mi mamá, es para darles mejor ejemplo de como fui educada, aconsejada y que me sirvió de mucho para mi vida, tanto sexual, como para tener mayor madurez en mi vida social y profesional. También tuve mucho apoyo de mi papá, que igual, con toda confianza, platicaba con él muy abiertamente, así él también me daba su opinión desde su punto de vista, y muy importante, como hombre. NO, NO TUVE SEXO CON MI PAPÁ, si se están preguntando eso, nos amamos mucho como un padre a su hija o la hija al padre.

Posteriormente tuve el apoyo de mi marido, pues con esto, se dio una nueva etapa, la que vivo hasta la fecha y que me ha hecho disfrutar mejor la relación hombre-mujer. De ver sabido todo esto, desde hace mucho tiempo hubiera hablado con mi esposo de mis deseos sexuales.

A continuación, relato una vivencia de mi mamá, que daría a la estapa en que mi papá apoyó más abiertamente a mi mamá, es decir, en sus inicios, dejaba salir a mi madre a tener sus citas con algunos amigos, pero a lo que llego con este relato, es a lo que se dio, de como mi padre, le pidió a mi mamá, que lo hiciera en casa, que no saliera.

MY MAMA.

Durante el noviazgo, embarazo, recuperación del mismo, y meses siguientes, en total, unos 3 años, la relación de mi madre con mi papá, el apoyo de mi padre era dejarla ir a donde ella quería y así tener sus encuentros con amigos y hasta uno que otro familiar de mi papá, también de ella.

Pero ya con la segunda hija, y el cuidado, mi padre decidió que lo mejor era hacerle frente a eso.

Un día, dice mi mamá, ya en la cama, la abrazó, le dio un beso en la mejilla, y le dijo.

-          ¿Sabes Alejandra? Quiero proponerte algo.

-          Dime, dijo mama.

-          He estado pensando que sería mejor que ya no salgas a tus citas, la verdad que estás bien buena, tus piernas, tus nalgas bien redonditas y paradas, en fin, que me fascina tu cuerpo, y muchas veces, en este tiempo que tenemos de pareja, me he imaginado como te verías en diferente posición mientras que te están cogiendo.

Mi mamá, estando sin saber que decir, lo abrazó, y que has pensado, se le ocurrió peguntar.

-          Pues que no tengas que salir de casa, mejor que vengan aquí y bueno, tengas tus encuentros aquí, es que la verdad, cuando te has ido, últimamente me he puesto a fantasear, de como estarás con él, o como te estará cogiendo, y tú como disfrutas, ya que cuando te cojo, gimes y pujas y haces ruiditos ricos que me excitan mucho, así me imagino que estás cogiendo y, la verdad, terminó masturbándome y han sido muchas veces.

-          Nada más siénteme ahorita, y mi papá le tomó la mano y la llevo a su entrepierna, ella pudo sentir que no sólo estaba bien dura y parada su verga, sino también muy mojada, tanto le excitó simplemente su plática, que se calentó y para mi madre, con lo puta que es, que no pudo aguantar y se metió entre las cobijas y se la empezó a chupar, se la peló y con la lengua le lamía, mi papá quitó las cobijas y pudo ver a mi madre, con que deseos le pelaba la verga y la lamía.

Tan excitante fueron esos momentos, que mi padre, en unos dos o tres minutos estaba viniéndose en su boca. Pero, así la edad dice mucho, mi padre la tenía aun bien parada, que la agarró, la levantó de sus piernas, las echó a sus hombros y le metió con fuerza su verga por su panocha, que ella lanzó un grito de placer, se movía de un lado a otro, para sentir la verga de mi padre, y al igual mi papá hacía lo suyo, y mi mamá, que me confesó, se excitó mucho, más, porque mi papá estaba excitado con pensar que otros se la cogían.

Ya en el desayuno, mi mamá le preguntó sobre la idea.

Mi papá le confirmó su aprobación y que ella eligiera lo que deseaba, el aceptaría.

Mi mamá, según me dijo, estaba tan sorprendida y que era algo nuevo, que tampoco sabía de que forma podría ser. Y ahí estuvo la solución.

¿Cuál?, pues el preguntarle a uno de tus amantes, que es lo que desearía o cómo, al tener la oportunidad de verse con mamá sin problemas, en la propia casa.

Pues quedaron que mi papá los vería por la ventana mientras ellos cogían o en sí, tenían su encuentro sexual. Esto, para no apenarlos y que se sintieran con libertad. Ya en la noche, mi papá le contó a mi mamá que no pudo resistir y que se estuvo masturbando, pues la escena era muy excitante.

Después de que platicaron, cada uno, como vivió esa experiencia, mi mamá le confesó que ella, acostumbraba platicarles en la primera vez, o a veces, o, a veces, unas citas después, que lo hacía con el permiso de mi papá, que era ninfómana y que mi papá la apoyaba.

Al terminar todo, mi mamá le dijo a mi papá.

Después de comentarlo, decidieron de que mi papá estuviera con ellos. A los dos días de ese primer encuentro, sucede uno más, pero ya de forma que mi papá estuvo presente.

Así, mi mamá, con un vestido a la rodilla, escote sí, algo grande, que se le veía mucho sus pechos, acercó a la mesa, una cuba, ella otra, y se sentó junto a José, el después de darle un sorbo, puso su mano en la pierna de mi madre y la empezó a manosear, subiendo la mano, al llegar a la entrepierna, un dedo se deslizaba entre la pantaleta y tocaba y frotaba su vagina, ella, al saber que mi papá la veía y el manoseo del amigo, más se excitó, así que abrió sus piernas y José aprovecho para meter su cara entre las piernas y haciendo a un lado la tela de la pantaleta, la empezó a chupar, ella de inmediato su deseo se convirtió en un deseo grande, que sujetó del cabello fuerte y lo pegaba a ella, él hacía un esfuerzo para respirar, pero ella, tan cliente estaba que sus gemidos eran algo más fuerte, y sus palabras, más fuertes.

Así papito, méteme tu verga hasta adentro, si, así, asíiii, aaaaa, mmmm, si, cógeme como quieras, soy tu pinche puta, siiii, y un orgasmo, y otro, después, se enderezo, le abrió las piernas, y se la metió, que rica puta eres, que sabrosa siento tu panocha, me caliento más pues tu marido nos ve.

Ella se endereza un poco, y le hace peguntas a papá. ¿Te gusta ver como cogen a tu mujer?, soy una puta, soy una perra que quiere ser cogida mucho, métemela también anda.

No, deja disfrutar tu cuerpo como se ve, como te cogen, tus piernas ricas… Mi madre lo vio, mi padre no tenía pantalón ni calzón se estaba frotando la verga.

Si supieras como te veías, le dijo después mi papá, él tenía tus piernas en sus hombros, y de como movías tu culo, me hacía sentir que disfrutabas mucho la verga de este. Con tus caritas que ponías, tus gemidos, te veías muy rica, muy caliente.

Anda ven, y mi papá se acercó ella le agarró la verga y se la empezó a chupar, dice mi mamá que se vino con mucha cantidad de semen le metió en su boca, y aun así, su verga seguía dura, eso, lógico, también excitó más a José, y al ver eso, le empezó a meter más fuerte y más rápido, y mi madre, que ya había estado sintiendo varios orgasmos, con eso, su orgasmo duró unos segundos más, tanto que quedó rendida, ya nada más se mantuvo en posición para que acabara en su vagina el amigo José.

Unos minutos después, como 10, mi papá se levantó de la cama, fue al baño para asearse, regresó a la recámara y dijo.

Anda carnal, no te preocupes, sigue cogiéndote a mi mujer, el tiempo que ella quiera, o lo que tú aguantes.

Fue tan fuerte ese par de horas que ya nada más me manoseaba la vagina, y si, me calenté de nuevo y tuve otro orgasmo, pero ya no me la metió, me sentía un poco adolorida y rosada.