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Juventud en casa mis tíos_8. A la calle vestidita

en Transexuales

--Es conveniente leer los relatos anteriores “Mi Juventud en casa de mis tíos” para ponerse en contexto de cómo yo había llegado a esta situación. Los encontrarás en https://www.todorelatos.com/perfil/1450609/

 

 

 

-Dani, buenos días, ya he oído que tu tío te ha dado los buenos días a su manera jeje. Se te ha oido gemir en toda la casa - dijo mi tía sentándose al lado en la cama.

Traté de taparme con la sábana, pero mi tía me lo impidió suavemente mientras me decía que ya teníamos confianza y que no tenía nada que ocultar.

-Dani, creo que ya tenemos suficiente confianza, puedes seguír acariciando tu polla, que la tienes preciosa, mientras charlamos - me dijo mi tía mientras abría la sábana y dejaba mi polla al descubierto - Además la tienes muy dura, te ha vuelto a gustar que tu tío te la metiera?, se os ha oído en toda la casa.

- Sí tía, ha venido de repente y casi sin decirme nada me ha vuelto a follar mi culito. 

- Claro, ya te trata como si fueras su chica y no me importa compartirle contigo porque eres mi sobrinita favorita. Además creo que te está gustando mucho.

- Sí, tia hoy no me he corrido aún pero cuando me la ha metido he disfrutado incluso más que ayer.

- Claro Dani, y cada vez te gustará más. Acabarás teniendo un novio con el que dormirás todas las noches y podrás abrazarle y besarle en lugar de dormir sola.

- Pero tía, yo nunca me había planteado ser gay. 

- Dani, se te nota que te gustan los hombres, y eso es muy bonito. No pasa nada porque no lo hayas pensado antes. Ahora tienes la oportunidad de sentirte mujer y vivir esa experiencia y ya verás como la disfrutas. Además no me negarás que no te excita, tienes tu pollita totalmente empalmada.

- Sí tía, estoy muy caliente, y cada vez que hablo contigo y me dices esas cosas me excito más. Vas a acabar convenciéndome de que sí tengo alguna parte de mi femenina.

- Una parte de ti no Daniela. Toda tú eras una zorrita, pero no lo querías reconocer. Tu tío y yo lo habíamos hablado muchas veces. Sabíamos que eras muy gay desde pequeñito. No le des más vueltas Daniela, ya verás que bien lo pasamos los tres, y sobre todo tú que estás descubriendo todo lo que puede disfrutar una mujer.

Y mientas me hablaba mi tía se sentó encima de mi y se introdujo mi empalmada polla en su coño. Noté como entraba completamente y que el coñito además de abierto estaba empapado. Hasta el punto que abundante líquido espeso y caliente salía de su coñito y se escurría por mi polla empapando todos mis testículos.

- Tía Lola, que estás haciendo?

- Que te queramos convertir en una mujercita no quita que tengas una pollita muy rica, y que tu tía quiera disfrutar de ella. Además, el poder hablar como amigas mientras me penetras nos unirá mucho más, ya lo verás. O no te gusta follarte a tu tía?

- Sí tía. Me gusta mucho. Te confieso que el tío Carlos me hace disfrutar mucho cuando me penetra mi culito y en ese momento me siento que de verdad soy una chica como él dice, aunque también me gusta mucho cuando te hago el amor a ti. 

- Claro Daniela, a mi me gusta mucho también que me penetres, es maravilloso tener dos pollas en la casa - mi tía hablaba con toda naturalidad mientras se movía suavemente clavándose mi polla en su encharcado coñito - además, no notas que tengo mi coño lleno de semen?.

- Sí, tía, lo noto. Me está escurriendo por toda mi polla y por los huevos. 

- Es el semen de tu tío Carlos, que a media noche le ha dado un calentón y me ha llenado de leche mi coñito. Y ahora tú estás metiendo tu pollita entre toda la leche, ufff me encanta lo morbosos y cochinos que somos.

Mi tía empezó a hablar más entrecortadamente a medida que la excitación le aumentaba. Empezó a cabalgarme cada vez más deprisa hasta que soltó un chillido corriéndose como loca y haciendo q yo no pudiera aguantar más y descargara toda mi leche dentro de ella. Me corrí penetrando a mi tia, pero a la vez recordaba como mi tio Carlos me la acababa de meter hacía menos de media hora. Aun notaba mi culito abierto y el roce de su enorme polla en mi punto G. 

Cuando mi tía Lola se relajó un poco sacó despacito mi polla de su coñito y avanzó hasta ponermelo encima de mi cara. - Quieres chuparlo Daniela?, quieres probar el coñito de tu tía lleno de tu semen y del semen de tu tío? - y sin esperar respuesta lo plantó en mi boca.

Noté como se pegaba a mis labios y como el semen caía en mi cara y cuando abrí la boca para chuparlo con mi lengua me entró hasta la garganta. Era una mezcla de mi leche y de la de mi tío. No solo me estaba volviendo afeminado sino que me estaba empezando a gustar el sabor de la leche.

Aunque mi tía estaba disfrutando con las lamidas y caricias de mi lengua en su coñito, acabó por levantarse y me dió un beso en mi boca, igual que había hecho mi tío, solo que ahora yo tenía la boca llena de semen y mi tía deseaba que compartiera parte de la leche que me había inundado.

Después de un rato de estar tumbadas en la cama nos fuimos a la ducha y mi tía me propuso ir de compras. 

- Ahora que seguiremos el juego de convertirte en una mujercita lo mejor es que vayamos de tiendas y compremos algunas cosas, hoy tengo el día libre. Te parece Dani?. 

Nos duchamos y como ya era costumbre me puse un tanguita de mi prima y mi tía se empeñó en que siguiera llevando el sujetador. 

- Pero tía Lola, cómo voy a llevar el sujetador?.

- Tú hazme caso, te lo pondrás debajo de la camiseta, pero sin relleno para que apenas se te note. Es una prenda muy cómoda y te acabarás acostumbrando para que no puedas salir de casa sin ella. Obedeceme y verás que bien lo pasamos. Total en esta ciudad no te conoce nadie - Y según decía esto la veo que saca del armario un vestido super entallado y muy cortito de verano.

- Pero cómo voy a salir a la calle vestida de chica?, 

- Dani, aquí nadie te conoce. Pruebalo, sólo es por un día y luego se lo cuentas a tu tío y ya verás como le gusta.

-Tía, no me atrevo, aunque te confieso que me parece precioso el vestido.

-Está bien Dani, hoy iremos en jeans, pero ya verás como tú misma me pides ponerte faldita y vestidos. Sobre todo cuando te empiece a hacer efecto el tratamiento - me dijo mientras sacaba del armario unos jeans y una camiseta q me mandó ponerme.

- El tratamiento? - pregunté yo mientras me intentaba meter en esos jeans - a qué tratamiento te refieres?.

- Bueno, ya sabes que soy enfermera y hablando con tu tío me comentó que sería bueno probar a darte algunas hormonas simplemente para que estuvieras más relajada. Pero no te preocupes ahora de eso, ponte los pantalones y vamonos.

No pude pensar mucho tiempo lo de las hormonas porque cuando me puse los pantalones vi que eran de cintura tan baja q casi se me veía el tanga por detrás. Y encima la camiseta era un top cortito q dejaba todo mi ombligo al aire. Cómo iba a ir así?

El caso es que cuando me miré en el espejo sólo pensé en lo morboso q sería q mi tío Carlos me viera así vestida y me quisiera follar. Aún tenía el picor de su ultima follada en mi culito y ya deseaba volver a sentir esa polla dentro de mi. Sería verdad lo que decían mis tíos de que yo era muy mujer?

- Vamos Dani, que se nos hace tarde. Además si tenemos tiempo quiero pasar por un sitio para que te hagan un piercing en el ombligo, creo que te quedaría muy bien - me dijo mi tía Lola agarrándome del brazo y sacándome de casa casi contra mi voluntad.

Fuimos en el coche de mi tía hasta un centro comercial y al llegar no me atreví a quitarme ni las gafas de sol ni la gorra de Dolce Gabbana q mi tía me había dejado. 

Paseamos por las tiendas y yo procuraba estar siempre pegado a mi tía por la vergüenza de quedarme solo. Aunque a veces me despistaba y mi tía se alejaba mirando ropa en las tiendas y yo sentía que todo el mundo me miraba. Incluso en una ocasión tres chicos pasaron a mi lado y les oí como se reían y comentaban cosas sobre mi que no alcancé a oir.

Por un lado me avergonzaba, pero por otro lado me excité mucho al notar que, a pesar de las risas, estaban clavando su mirada en mi culito y empecé a ser consciente de q lo estaba moviendo demasiado al caminar.

Justo en ese momento mi tía me llamó para que entrara con ella a una tienda porque había visto algo para mi - Dani ven corre, quiero que te pruebes estos pantalones tan lindos - chilló mi tía mostrando unos jeans cortados casi a la altura de los gluteos y exhibiéndolos en alto que todo el mundo los vio. Incluidos los tres chicos a los que entre risas se les iban los ojos al imaginar mi culito metido en esos pantalones tan cortitos.

- Daniela, estos pantaloncitos te van a quedar de muerte, ven y pruebatelos.

Me acerqué al probador y entré con mi tía. Era un probador grande en el que mi tía se sentó y me miraba emocionada viendo como yo me quitaba los vaqueros tan ajustados que llevaba y me intentaba poner esos mini shorts. Mi tía había cogido una talla demasiado grande y me quedaban un poco anchos. Aún así, a mi me parecían muy cortos y sentía que casi se me veía el culito por detrás.

- Espera que pido una o dos tallas menos - dijo mi tía abriendo la puerta del probador y pidiendo a un dependiente que si podía ayudarnos. 

El dependiente, un señor ya de cincuenta años pero muy bien conservado y vestido elegantemente, se acercó al probador y mi tía abrió completamente para enseñarle el short y pedirle otro de menor talla.

El hombre estaba aún mirándome de arriba abajo entre intrigado y sonriente cuando mi tía me empezó a desabrochar los shorts y a bajármelos para que se los llevara y trajera otros. Yo me había quedado paralizada por la situación, mirando al dependiente de arriba abajo también. Cuando me quise dar cuenta mi tía me había quitado los shorts completamente y yo estaba en tanguita delante del hombre que clavó su mirada en mi tanga viendo el paquete que formaba mi pollita que empezaba a ponerse durita.

Al darme cuenta que estaba mirándo mi polla me di la vuelta aunque sin dejar de mirarle a él que había clavado de nuevo sus ojos esta vez en mi culito totalmente al aire porque el tanga era de hilo dental.

Mi tía rompió el silencio que había dandome un azote en mis gluteos y pidiendo al hombre que nos trajera alguna talla menos y cerrando de nuevo la puerta cuando el dependiente salió.

- Tía, me has desnudado delante de ese hombre! - dije yo todavía en shock - y se ha dado cuenta de que tengo polla.

- Claro cielo, tienes que comportarte con más naturalidad. Aunque eres una verdadera mujer y te irás dando cuenta poco a poco, tienes que asumir que tienes una pollita y no tienes que avergonzarte. Ya verás como el dependiente volverá a fijarse en tu tanga y eso quiere decir que le habrá gustado.

- Pero es un señor mayor, y parece muy serio, a saber lo que habrá pensado de mi.

- Cielo no te preocupes tanto. Además a los hombres maduros les gustan mucho las jovencita como tú y como ya han vivido mucho pues no tienen tantos prejuicios con la vida ni con el sexo. Ya verás como seguro que hasta se excita si le provocas un poco.

Yo estaba nervioso en medio del probador sólo con el tanga que dificilmente me tapaba mi pollita y mi tía, que se la notaba que estaba disfrutando de la situación tan morbosa, me empezó a acariciar mi culito y también mi polla.

- Además yo sé que en el fondo eres un poco zorrita y te gusta excitar a hombres maduros, verdad Dani? -  dijo mi tía mientras me acariciaba el tanga y notaba como se iba poniendo un poco dura - O es que no te gusta cuando pones a tu tío a mil mientras él te folla tu culito?, o cuando al vecino le provocas tal excitación que un día le dará un infarto?

En ese momento llamó el dependiente a la puerta y mi tía le abrió la puerta. - Pase, dese prisa, no se quede en la puerta que mi sobrinita está medio desnuda y es muy tímida. 

De repente me encontré sólo con el tanga y el dependiente pegado a mi en el pequeño probador. La situación era extrañísima, pero mi tía parecía que estaba disfrutando mucho y al dependiente le notaba que se fijaba mucho en mi.

Me pasó el pantalón y noté que era mucho más pequeño. Mi tía me animó a que me lo pusiera y al agacharme a ponérmelo prácticamente apoyé mi culito sobre las piernas del dependiente porque no había más sitio y me dio la impresión de que el dependiente se aproximaba ligeramente hacia mi para mantener el contacto de sus piernas contra mi culito. Incluso juraría que noté un poco su paquete.

Traté de subirme el pequeño short pero me estaba muy estrecho y no llegué a subirlo del todo. Mi tía intentó ayudarme pero no subía más. Y lo peor es que por detrás se me quedó tapando sólo medio culito y por delante se me quedó mi polla que, aunque dentro del tanga, estaba un poco empalmada, fuera. El bulto que hacía mi polla y los testículos, aunque tapados malamente por el tanga, salían por la cremallera del pequeño pantalón. La situación era vergonzosa.

- Dani cielo, intenta subírtelo - decía mi tía - que tienes unas pintas muy curiosas jaja

- Tía, que no me vale de verdad - intenté explicar yo pero no había manera.

- Ya verás como sí - dijo mi tía - ayudenos que usted tendrá experiencia en estas situaciones - dijo mi tía al dependiente que no dejaba de mirar mi pequeña polla que salía por la parte delantera del pantalón.

El señor, con toda naturalidad presionó mi polla para intentar meterla en el pantalón pero no era posible. Como si tal cosa me estaba tocando mi polla y mis huevos.

Mi tia, viendo la situación, se empezó a excitar y se la notaba en el comportamiento - es que este pantalón no está pensado para tener un paquetito como tiene mi sobrina, verdad? - dijo mi tía hablando con el dependiente.

Este la respondió sin dejar de tocar mi polla e intentar meterla dentro del pantalón. Todo con una naturalidad increible - Sí, está dificil, sobre todo porque creo que por las caricias se está excitando y cada vez la tiene más dura. A este paso se va a salir del tanguita tan bonito que tiene.

- Le gusta? - preguntó mi tía - me alegro mucho porque Dani es un poco tímida y a veces creo que se averguenza de ser una chica con pene.

- Pues no tiene que avergonzarse, ni mucho menos, es una chica muy atractiva. Si yo fuera un jovencito estaría encantado de tenerla como novia - dijo el dependiente tocando ya descaradamente mi pollita y también mi culito mientras me acababa de subir del todo los mini pantalones - ves que bien te queda cielo, aunque te apriete un poquito estás estupenda.

El pantalón se me metía completamente por mi culito, menos mal que llevaba tanga porque tenía los dos gluteos al aire, y por delante se me marcaba completamente mi pollita que estaba muy empalmada por lo morboso de la situación.

- No sé tia, igual podria probar una talla más - dije yo tratando de no ponerme más nerviosa.

El dependiente salió a por una talla más y cuando regresó me empezó a bajar el mismo el pantaloncito poniendo su cara a pocos centímetros de mi culito, incluso sentí que me rozaba con su cara mis gluteos al aire. Cuando me quitó los shorts yo estaba con el tanguita delante del espejo y mi polla claramente empalmada pero mi tía y el dependiente seguían con total naturalidad y me dieron el pantaloncito de talla mayor para que me lo probara.

- Que bien te queda Dani, estás preciosa - dijo mi tía.

- Sí, es verdad - afirmó el dependiente tocándome descaradamente el culito para alisar un poco la tela aunque por delante era imposible alisarlo por el bultito que me hacía mi polla.

En ese momento sonó el teléfono de mi tía. Era una llamada urgente del hospital, mi tía es médico de urgencias. La reclamaban inmediatamente y mi tía apenas tuvo tiempo para despedirse.

- Dani cielo, tengo que irme corriendo al hospital, comprate el pantaloncito y lo que quieras que yo lo pago el próximo día. Tendrás que ir en transporte público a casa que no me da tiempo a llevarte yo en coche. Un beso cielo.

Me quedé solo, vestido completamente de chica, en un probador junto a un extraño.

 

Seguiré contando mis aventuras en casa de mis tíos en cuanto pueda. No duden en comentar y puntuar el relato y decir que les ha parecido, o enviarme sus comentarios o simplemente un saludo. Un beso

dulcex@gmx.es