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Como me cogí a una putita de armario

en Confesiones

Almorcé con mi mamá, me encontré con una chica y su madre. Las conocíamos de un restaurante de ellas, que ya esta cerrado actualmente.

En algún momento de la charla la madre de la chica (a la cual para simplificar llamare Coneja), dijo sobre un tipo que al intentar ‘relacionarse’ por chat con ella, le exigió una imagen de sus senos, pechos, tetas.

Todos reímos por lo escandaloso y desubicado de la situación, un tipo idiota, le pide los pechos a una madura, como si ella fuera una puta. La madre de Coneja, me toqueteaba cada tanto, parecía hipnotizada de mis hombros principalmente.

Coneja entre charla y charla me observaba babeando, no me era difícil imaginarla de rodillas chupándomela o imaginarme a mí, expandiendo mi pegajosa esencia entre sus pechos. Fui bajando y me deleite con sus pies, las uñas pintadas de rosa y una linea blanca, tengo un fetiche por ellos, entre mis perversiones y las miradas de ella, es lógico imaginar lo que deseaba hacer con ellos. La haría suplicarme por satisfacer mi fetiche. Pero esto solo era un cruce casual.

Fui a pagar la cuenta, ella también. Aprovechamos para hablar libres de nuestras madres, charlamos sobre alcohol y fiestas, sobre Italia, y aproveche para añadir la maravillosa costumbre del ******. Esa bebida extraña que se mezcla con coca-cola.

-¿Haz tenido novia allá?

-No, por el estudio.

-Pero si amiguitas.

-Sí, por supuesto.

Pensé en añadir: ‘Podríamos ser buenos amiguitos’. Sabía que ese no era el modo, así que lo descarte. Si todo había ocurrido, como preví, ella contribuiría para un próximo encuentro.

Un poco más de charla entre madres, la madre de ella seguía tocándome de vez en cuando. Nos despedimos, abrace a la Coneja, rubia, buenos pechos, buenas piernas y de ojos café. Simple pero follable. Hice lo mismo con su madre. En casa, encontraría en mi bolsillo el número de Coneja en una servilleta.

La agregue al wassap. Una imagen de perfil, desde sus pechos, camiseta fucsia, collar naranja holgado y la cabeza ladeada, sonriendo sin mostrar los dientes. Me masturbe con su foto de perfil. Estaba a punto de cogérmela y lo sabía.

Una luz se ilumino, el primer mensaje:

-Muéstrame tus pechos.

Visto, duro dos horas, pensé que iba a ser gracioso, ella me había dado su número, era obvio las ansias de verga que debía estar sufriendo. Para gracia mía la respuesta llego. Una imagen de ella tapándose los pezones con un brazo en el baño, el cuadro partía de su barbilla, hasta casi su pubis, debía estar desnuda, pero su coño no lo vería aún.

La conversación fue mucho más fluida ahora, nada sexual, casi como una entrevista, le daba algunas curiosidades de Italia y ella contribuía con sus experiencias en viajes.

Otra palabra casual, para desencadenar el cambio de mi parte:

-¿Que haces ahora?

-Estoy cenando, coca-cola y pan.

-Guarda un poco y pruebas el ******, te va a gustar.

No quedamos para esa noche, pero para el día siguiente ella conseguiría la gaseosa y yo llevaría el ******. Tenía un ******, pero desperdiciarlo en una zorra no tenía sentido.

Busque una botella desechable, le retire la etiqueta, y la rellene con vino de caja, ron y jugo en polvo de manzana. La justificación era simple, la botella de plástico es más segura que la de vidrio, así que preferí traer el ****** en esa botella. Ella no conocía el sabor del ******, ni de mi polla. Lo primero tampoco lo conoció en esa ocasión.

Dicha justificación nunca tuve que darla, ingrese a su casa, la salude de beso. Saco dos vasos, y yo mezcle la coca-cola con el menjurje que había realizado.

Primer vaso, ya estaba soltando la lengua, contó accidentes, como caídas, borracheras y guayabos. Medio vaso, nos sentamos lado a lado, coloque mi mano en su pierna, la deslizaba hacia arriba mientras ella se reía de uno de mis chistes malos. Un cuarto de vaso más, y la bebida quedo en el suelo.

La tenía abierta de piernas, aun con el brasier puesto, la empotraba enérgicamente. La putita gemía maravilloso.

-Muéstrame tus pechos.

Desabrocho el sostén a la mitad, vi sus dos grandes melones relajarse entre mis manos, succiones sus pezones, ella acaricio mi cabello. Jamás juntamos nuestros labios.

Cuando me canse de su coño, al cual pulí a la perfección, dejándole las piernas entumecidas. Dirigí mi verga a su cara. Lamió y beso mi venoso miembro. Y le dije algo que la encendió, como una llama al carbón:

-Siempre he pensado que solo las putas chupan polla a en su primer encuentro.

Se la metió en la boca y succiono, cerro los ojos para concentrarse. Se estaba masturbando mientras me succionaba, la agarre con mi mano derecha y la saque de su boca, eyacule en todo su rostro.

Esa imagen era magnifica y la guardare en mi mente durante un largo tiempo.

La leche fluyendo por su cara , su boca entre abierta, relamiendo el semen que llegaba a sus labios.

-¿Tu madre donde esta?, Coneja

-Ella salio de viaje, ¿Quieres quedarte?

-No, mejor vuelvo a casa.

-Lo bueno de ser vecinos.

-Yo no me confiaría, hay vecinas que pueden ser unas completas zorras.

(Risas)

-Me gusto mucho el ******, trae más la próxima vez.

-Te lo prometo.

Volví a casa, dormí en los cielos. Mantuvimos nuestras conversaciones activas, su madre viajaba, yo le decía a la mía que iba a verme con mis amigos a tomar unas cervezas, en plan ‘tranquilo’. Y luego, estaba uniendo mi pelvis a la de Coneja.

Vimos porno juntos, mientras nos masturbábamos, al principio, cada uno por su lado, ella masajeabá su coño y yo agitaba mi polla. Cada uno elegía que porno ver, veíamos entre 3 a 5 videos pornos por ocasión. Nos duchábamos el uno al otro, y esto me permitió avanzar.

La fui acostumbrando a no solo bañar mi pene, sino, tocarlo, masturbarlo con agua y jabón. Y yo la fui moldeando mientras metía mis dedos en su vagina para un lavado intensivo. Esto nos llevo a masturbarnos el uno al otro, la primera vez, escogimos porno estándar ‘Fuck Hard Pussy’. Después, cuando era mi turno veíamos pornografía de pies ‘Footjob’, BDSM y Dominación masculina/Sumisión femenina.

Claro que recibí comentarios leves de incomodidad, pero yo con mi mano en su clítoris, hacía más leve esta incomodidad y ella apalancando mi polla, reafirmaba lo insignificante de sus replicas. Cuando ella dejo de replicar, empece a follármela bruscamente como en los videos porno que ella colocaba, ya estaba con la entrepierna empapada, así que mi polla deslizaba a la perfección.

Así la acostumbre, aún en este punto dudo que ella imaginara que el almuerzo llevaría al siguiente nivel. Jugamos con el collar de un perrito de ella, se lo coloque y tuvimos sexo mientras yo la halaba de él. Gozo como nunca, el sexo no fue igual de ahí en adelante. Nuestra amistad progreso en muchos sentidos.

Acababa de llegar cansado, venía sudado, me senté en el sofá de Coneja. Antes de pronunciar cualquier palabra, ella desato mis zapatos, los aparto, me retiro las medias, y beso mis pies, casi desnuda, solo con una tanga blanca. A veces le follaba el culo, agarrándome de sus nalgas. A veces la dejaba chuparme las bolas. A veces le pedía que me colocara mis zapatos y mis medias, y salia de su casa de inmediato.

Obtuve una copia de sus llaves, por supuesto, ella me las dio. Entraba cuando quisiera, la veía dormida y me masturbaba, la despertaba para que me soplara un poco la polla, o me corría en sus pies con pedicura.

La ultima vez que nos vimos, antes de que yo viajara, ella me rogó que eyaculara una vez más en sus pies.

-Por favor, suena raro, lo sé. -Relamiéndose los labios- Quiero llevarme un recuerdo tuyo.

Un hombre encantado diría: ‘Vale’. O directamente, retiraría las sandalias de esos lindos pies y eyacularía en ellos. Aunque yo era distinto, me supere a mi mismo por un momento, tuve una revelación.

-No, no puedo hacerlo. -Me cruce de brazos-

Su madre toco la puerta nos trajo un poco de jugo y luego se fue.

-Mmn, esta bien, no me hagas caso. Hablemos de otra cosa, ¿Como te sientes para el viaje?

Notaba que estaba decepcionada, hasta un poco enojada. Seguimos hablando, ningún toqueteo, ni flirteo en camino. Hasta que ella movió su jugada.

Una jugada que espere desde que estábamos sentados en el restaurante.

Su pie se deslizo por mi bragueta, mi erección se torno más notoria, y la putita maldita, continuaba la conversación con total normalidad. Regreso su madre por los vasos. La coneja, me guiño un ojo.

Subió sus piernas sobre las miás, a la vez que jugaba con mi polla, a través de la tela.

Mire el reloj del celular.

-En nueve minutos tengo que irme.

-Por favor, sabes, lo quiero.

-Primero debes hacer algo por mí.

Saqué la lengua, la toque con mi indice y luego señale a mis zapatos. Ella abrió los ojos escandalizada.

-No, no, no, no, no. Mi mamá esta afuera. Si nos descubre estoy acabada.

-Un zapato solamente, confía en mí, no te miento cuando digo que me quedan solo nueve minutos.

Blanqueo los ojos resignándose, cayo de rodillas y se inclino, limpió primero mi zapato por encima con su lengua, grabé todo con mi celular. Prosiguió chupando mi pie aún con el calcetín puesto, estaba orgulloso, logré que una chica heredara mi fetiche.

-Eres una chupa medias.

-Callate.

Besó mi pulgar, mi empeine, su lengua hizo cosquillas en mi planta.

-Es suficiente. -Le dije.- Suficiente Coneja. -Reiteré, ella estaba absorta en su labor.

Bajó mi bragueta, y luego mis pantalones. Colocó el seguro al cuarto, y enrollando mi erección con los dedos de sus pies, masajéa mi tallo, hace círculos en mi glande y presiona suavemente mi escroto. Se notaba que su aprendizaje fue exitoso.

Cubrí esos hermosos pies con una manta pegajosa, mi erupción causo un gran impacto en ella. No había erupcionado con tanta potencia, en todas las ocasiones previas en que ella me realizo una paja o yo lo hice. Tenia una camiseta blanca, sencilla, con la inscripción en letras moradas ‘I´m Wonderful’ .

Tardó cinco segundos en reaccionar, boquiabierta observaba mi jugo fluir por sus pies que sostenían mi flácida polla. El olor dulce de su coño invadió el ambiente.

Baje sus pies de mi regazo y los deje sobre la cama. Limpie mi polla con su almohada, y la voltee para que su madre no se diera cuenta. Busque medias cortas, y se las puse sobre los pies impregnados de semen.

-Buen viaje mijo, salúdeme a su madre. Dígale que es bienvenida en la casa.-Dijo la madre de Coneja.

-Por supuesto, gracias a usted por permitirme visitar a Coneja. Para la próxima les traigo algún recuerdo.

-No subas el video a la red. -Me dijo Coneja al oído.

-No lo haré, tranquila. Es un recuerdo, unicamente.

Como se supondría que debe ser, Coneja desconfía de grabar escenas sexuales. Fui insistente, pero cauto, y pude sacarle un video, ella tuvo lo suyo y yo lo mío.