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Diario de un Hipnotista: La esclava manufacturada

en Control Mental

Ya conté las maravillas que realice con la mente y cuerpo de Alexandra Spencer. En paralelo estuve encargándome de Clara, convirtiéndola en una esclava adicta al esperma.

 

Clara es más delgada que Alexa, con tetas y culo más pequeño, aunque posee unas caderas decentes y sus curvas son buenas, el cuerpo de Alexa grita: ‘FOLLAME’. El cuerpo de Clara, genera curiosidad y atrae, aun así, físicamente Alexa la opaca por completo.

 

Estando sola conmigo en el consultorio, pude notar esa belleza que ignoraba. Clara, no tiene un mal cuerpo, practica patinaje, lo que le da un buen par de piernas. Lo que note, y sí me impacto, respecto a Alexa, fue su rostro, Alexa puede ser increíble, pero su expresión facial es común, es linda, atractiva, follable. Clara, es un caso completamente distinto, su rostro es serio, cuando empieza hablar, pareciera que fuera a sonreír de un momento a otro, no ocurre, deja de hablar y sus facciones vuelven a ese semblante serio. Debajo de esos piercing (un aro en el labio, una esfera azul en la lengua, uno en la parte superior de la oreja izquierda. Y un ultimo en el ombligo) y esos tatuajes (uno que empieza debajo de su oreja y termina rodeando su teta derecha, en forma de serpiente cascabel, el tatuaje que comparte con Alexa y el cráneo con rosas en su nalga izquierda), se halla el cuerpo y rostro de una chica angelical. No es broma, si se hace la operación mental, le retiras los tatuajes, piercing y las puntas coloreadas de verde en su cabello, tienes el estereotipo de chica inocente, recatada y angelical.

 

Esa clara divergencia en su rostro, es lo que la diferenciaba. Esa contradicción, le beneficiaba.

 

-Hola, quiero saber que paso con Alexa, ¿Por que no contesta mis llamadas? Ella no es así.

 

Así comenzó nuestra primera sesión. Clara estuvo esperando con Kassia, en la recepción por casi media hora.

 

-Alexa, sufrió una crisis nerviosa en nuestra sesión. No pude hacer nada con ella. Hablamos, se puso muy nerviosa y se fue. Tampoco contesta mis llamadas. Como terapeuta, la seguridad de mis pacientes es lo primero.

 

-No me engañe Doctor, una clínica sobre un centro de yoga, no puede ser seria. Si no es capaz de decirme la verdad, la buscare a ella por mi cuenta.

 

-Espera, tal vez esto pueda ayudarte a encontrarla.

 

Saque una llave de mi bolsillo y abrí el armario.

 

-¡Alexa! -Exclamo Clara, al ver a su pareja de pie, desnuda en el armario. Con un collar de cuero y pinchos, en el cuello. Además de un reloj en la mano.

 

Tome el reloj y cerré el armario.

 

-¿¡Que le ha hecho a Alexa!? -Lo dijo, mirándome con el enojo de un toro.

 

Pensé, este enojo es injustificado. Ella había jugado lo suficiente con Alexa, ahora era mi turno.

 

-¿De que me hablas? -Dije, a la vez que presionaba uno de los botones del reloj.

 

El Tic-Tac sonó con fuerza, al ritmo de una pausa por segundo.

 

-La vi en ese armario. ¡Dame la llave!

 

*Tic-Tac*

 

-Primero calmate, respira. Podemos hablarlo, no permitas que voces erróneas ingresen en tu mente. Escuchame, y te tranquilizaras.

 

*Tic-Tac*

 

-Dame la llave o llamare a la policía.

 

*Tic-Tac*

 

-Entiendo que ahora tus pensamientos son confusos. Pero si me escuchas, y te rindes a mis argumentos. Dejaras de pensar -Pausa- erróneamente.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-¡DÁMELAS!

 

*Tic-Tac*

 

-De acuerdo. Debes estar tensa, rígida, incapaz -Pausa- incapaz de controlar la situación. No puedes decidir -Pausa- sobre Alexa. Yo puedo -Otra pausa- ayudarte.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

Hice el gesto de estar buscando la llave, y le dí una a Clara.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-Esta no es la llave.-Con un tono de voz mas dejado y menos enérgico.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-Me pones en una posición difícil, prueba con estas.

 

*Tic-Tac*

 

Saco tres llaves de un bolsillo y cinco del otro.

 

*Tic-Tac*

 

Su enojo aumenta, aun así no dice nada. Esta muy cansada para desobedecer, bostezó alrededor de tres veces antes de dar con la correcta.

 

*Tic-Tac*

 

-No, no esta. Alexa no esta. -Con desilusión.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-¿Sorprendida? Te equivocaste -Pausa- Eso no te hace una mala chica. -Pausa- Eres una buena chica.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

Parpadeaba lento, su respiración era continua y profunda. Iba por un buen camino. La tome del hombro y la acerque hacia mí, balanceando el reloj frente a sus ojos.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-Clara, mira el reloj, deja que tus ojos sigan el balanceo. -Pausa- Las chicas buenas, prestan atención a sus mayores. -Pausa- El brillo permea tus ojos, izquierda, derecha, izquierda, derecha. -Pausa- Se siente bien, se siente muy bien. Es perfecto. -Pausa- ¿Te gusta?

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-Sí.

 

*Tic-Tac*

 

-¿Por que?

 

-Porque es..perfecto.

 

*Tic-Tac*

 

-Correcto. Buena chica. -Pausa- No necesitas pensar -Pausa- en más. Concentrate en el balanceo -Pausa- del reloj. -Pausa- ¿Cual es la contraseña de tu correo electrónico, Clara?

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-…..Vitto...#52…

 

*Tic-Tac*

 

-Vitto...Vitto...Es el nombre de….

 

*Tic-Tac*

 

-….mi perro.

 

*Tic-Tac*

 

-Tu perro se llama Vitto.

 

-Sí.

 

*Tic-Tac*

 

-Eso es, permite que tus ojos se hundan suavemente. ¿De donde proviene el #52?

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-Es la edad de mi tutora de piano.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-¿Ella que es para tí?

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-La primer mujer con la que tuve relaciones sexuales.

 

*Tic-Tac* *Tic-Tac*

 

-Con un hombre...alguna vez…

 

*Tic-Tac*

 

-No. Nunca me ha follado un hombre.

 

Sus brazos colgaban, estaba ligeramente encorvada, su mandíbula floja y sus ojos somnolientos. La guie a la silla, y nos sentamos uno junto al otro.

 

-Uno, dos, tres. Despierta, Clara.

 

-No me va a hipnotizar con un reloj. Yo vine aquí por Alexa. Ehm. Cuando se sentó usted a mi lado.

 

-Oh, disculpame, ya regreso a mi asiento.

 

-Su bragueta esta….abierta.

 

-Gracias -Subo mi bragueta.

 

-Creo que debo irme…

 

Presione el botón del reloj y con ello, el Tic-Tac volvió.

 

*Tic-Tac*

 

Ella cayo de bruces en el asiento. En un trance, poco profundo, pero eficaz.

 

-Ponte de pie, quitate la blusa. Y vuelve a sentarte. Tu culo es muy pesado y el asiento es demasiado cómodo para retirarse. Él no te va a hipnotizar con un reloj de juguete. Sacale información a ese Doctor, y luego si pensaras en irte. Despierta.

 

-No me iré hasta que me diga donde esta Alexa.

 

-¿Le preguntaste a mi asistente, en recepción?

 

-No. No se me ocurrió.

 

-Mal pensado. -Pausa- Es comprensible que pierdas -Pausa- el juicio. En esta situación -Pausa- es difícil concentrarse. Muy difícil concentrarse. -Pausa- ¿Me estas escuchando?

 

Un hilillo de saliva, se deslizo por una de sus comisuras.

 

-¿Como? Repítame lo ultimo.

 

-Mirame a los ojos, y te hablare de Alexa. -Pausa- Buena chica. ¿Recuerdas como llegaste aquí, a mi consultorio? Sigue mirándome, profundamente a los ojos.

 

-Yo….Yo….yo...esto es incomodo….yo

 

-No lo recuerdas. No puedes. No lo necesitas.

 

-No..no se que me pasa.

 

*Tic-Tac*

 

Otra vez, mentón flojo. Su pecho subiendo y bajando.

 

-Muy bien, relajada. Caliente como una hogaza de pan, recién salida del horno. Suave como la crema de leche, tan húmeda y sucia como el lodo de un charco. Kassia, es una mujer perfecta, tan perfecta como mi reloj. No pienses en sus piernas tersas, ni en sus labios ensalivados. Tu mente debe divagar en todo menos en su cabellera brillante y rojiza. Tampoco debes recordar. Debes recordar, cada palabra que hablaron. No permitas que su voz y aroma, intoxiquen tu mente hasta convertirla en mermelada de fresa. Despierta tonta.

 

-Lo recuerdo, ¡Lo recuerdo! Vine por Alexa, hable con Kassia. Kassia. Mmn. Kassia.

 

-Kassia es una buena asistente. Muy obediente. Como tú -Pausa- imaginaras.

 

-Kassia merece un trabajo mejor. Estudia filosofía. No sé como sea la relación entre ustedes. Pero merece un mejor jefe. Es muy inteligente y atenta. -Más halagos- Ella es… -Más halagos a continuación- Ella es perfecta.

 

Sus pupilas estaban dilatadas y se asomaba un ligero rubor en sus mejillas. Estaba extasiada con Kassia, eso lo sabía, pero la hipnosis se encargo de darle un empujón.

 

-Crees que merece un trabajo mejor. -Enciendo el intercomunicador- Kassia, ‘Trae tu culo aquí’, puta rastrera.

 

-Sí, señor. Voy de inmediato.

 

Kassia entro al consultorio, y se detuvo en medio de ambos.

 

-No puedes dejarte tratar de esa manera. -Exigió Clara- Puedo ayudarte a conseguir un trabajo mejor.

 

-Jefe, dígame que requiere. Estoy para obedecerlo. -Ignorando completamente las ofertas de Clara.

 

-Kassia reacciona. No puedes dejarte someter por este hombre.

 

-Kassia, mi zapato izquierdo esta manchado de café. Lustralo con tu lengua, por favor. Le di brillo esta madrugada, seria un desperdicio ensuciarlos tan pronto.

 

-Escúchalo Kassia, te esta rebajando con peticiones absurdas.

 

Mi asistente, se arrodillo y acato mi petición con diligencia. Busco, encontró y lamió cada mancha de café en mi zapato. Con delicadeza y ternura.

 

-¿Algo más, Jefe?

 

-¿Te gusta tu trabajo?

 

-Claro que sí, señor. Mi trabajo es maravilloso.

 

-¿Soy un buen jefe?

 

-Es intachable, señor.

 

-¿Que diferencia una buena empleada, de una mala empleada?

 

-Las malas empleadas, preguntan. Las buenas, hacen.

 

-Entonces ya sabes como proceder, Kassia.

 

Clara, estaba anonadada. Se notaba el choque neuronal, que debía estarse produciendo en su cabeza. Una mujer que para ella era perfecta, sometida absolutamente a mí.

 

Kassia desato mi zapato, lo retiro lentamente, cuidando no lastimar mi talón, saco la media con sumo profesionalismo, como un acto repetido mil veces. Sostuvo mi pie con ambas manos, acercándolo a sus fosas nasales y labios.

 

-Adelante. Te lo has ganado. -La felicite.

 

Ella lamió y beso mi planta de los pies, chupo mi dedo gordo como una polla vulgar. Recorrió mi empeine con sus labios ansiosos.

 

-Kassia...Kassia….

 

Clara estaba en shock. Su mujer perfecta hecha añicos, disfrutando ser humillada. Como una chica, que había experimentado en carne propia, la sensación de dominación, haciendo que Alexa lamiera sus pies. Entendía muy bien, la posición emocional e intelectual de ambos.

 

-¿Sorprendida?

 

-¿Como es posible? Tu no puedes haberla…

 

-Silencio. Te daré una pista, observa mis dedos, voy chasquearlos y recordaras lo que debas recordar.

 

*Chasquido*

 

-¡Mi camisa! Eres….

 

Su traquea debió cerrarse de la impresión. Alcé el reloj por encima de mi cabeza, con el pulgar en el botón ‘Tic-Tac’.

 

-Ya sabes lo que ocurrirá si presiono este botón. Este reloj me confiere poderes incomprensibles. Manipulación de la realidad, lectura de mentes, transporte de personas y objetos, transmutación. Y otras habilidades. Solo eres una débil mujer, incapaz de alterar tu destino.

 

Clara temblaba, sudor frío se deslizaba por su piel.

 

-No, no por favor. Por favor. No.

 

Sus ojos estaban dilatados y aun poseía rubor en sus mejillas, aunque estaba aterrada. Su cuerpo albergaba lujuria, lujuria por ver a Kassia sumisa a mí.

 

-Ahora eres menos elocuente.

 

*Toc* *Toc*

 

Golpee mis nudillos contra la silla. Alexandra salio mágicamente del armario.

 

-¡Alexa!

 

Bajé mi bragueta, y saqué mi polla.

 

-El Amo manda, la esclava obedece.

 

Se hinco frente a mí, y antes de que introdujera mi verga erecta en su boca. Le pregunte:

 

-¿Conoces a una tal Clara?

 

-No Amo. Solo vivo para usted. Soy una muñeca inflable, follable y desechable.

 

Le permití seguir su camino natural. Ensalivar mi polla y tragarla.

 

-Clara, te presento a mi esclava número 4002, o como tu la llamas, Alexa. -Utilice mi mano libre para llevar su cabeza más profundo. Permitiendole tragar por completo mi verga.

 

-Eso no es real. ¡No es real!¡NO!

 

-¿Que opinas del collar de Alexa, le queda a Vitto?

 

-…..

 

-¿La mujer mayor que te desvirgo, uso algo parecido? Prefiero que me lo digan voluntariamente, es más divertido. Si tuviera un piano aquí te pediría que tocaras una pieza. Algo alegre.

 

Una mancha de humedad apareció en sus pantalones, se estaba orinando encima. Temblaba y su respiración era agitada. Sus ojos estaban fijos en el reloj.

 

-Contare hacia atrás. Es bueno darles un poco de ventaja. Les permite disfrutar de una aparente esperanza. Cinco. Cuatro. Tres. Dos.

 

Cerro los ojos con fuerza y se tapo ambos oídos con las manos.

 

-Uno.

 

*Tic-Tac*

 

Se mantenía en la misma posición. Arrinconada. El destino era inevitable.

 

*Tic-Tac*

 

Le ordene a Kassia que volviera a recepción, con unos gestos.

 

*Tic-Tac*

 

El sonido rotundo de la puerta, tal vez la llevo a pensar que yo había salido o que alguien más entro. Clara abrió los ojos ligeramente para curiosear.

 

*Tic-Tac*

 

Sus ojos fijos en el reloj, el segundero en movimiento hizo que esos mismos ojos quedaran en blanco. Sus brazos se desplomaron. Clara cayo en trance profundo.

 

El orín goteaba del sillón. Encendí el intercomunicador, y le dí dos misiones a Kassia.

 

-Kassia, pregunta a las chicas de yoga si les sobra un pantalón que nos presten, o varios, probamos cual le queda a Clara. No olvides llevarle la caja de chocolates que le tengo guardada a la instructora. Luego trae el equipo de limpieza, yo cause este desastre, yo me encargo.

 

Alexa con sus ‘atenciones’, había endurecido y ensanchado mi erección. Hale su cabello para detener su succión.

 

-Ve al rincón, voy a idiotizar a esta puta. Puedes masturbarte mientras ayudo a Clara con sus problemas. Te doy el reloj, sostenlo con cuidado. Si presionas este botón, ella saldrá de trance. Y no sera la esclava que tanto queremos. ¿Entiendes?

 

-Sí, si toco el botón Clara no sera una esclava sexual.

 

-Correcto, ve a tocarte un poco. Mientras trabajo.

 

Recosté a Clara, su mandíbula floja mostraba la imposibilidad de ella de manejar la situación. Sus ojos revoloteando a múltiples direcciones, erráticamente; indicaban un signo de lucha, lucha inútil. Las sensaciones llegarían a ella como un sueño, podía escuchar mi voz, sentir mi tacto, oler mis pelotas, algo de la conciencia de ella aún brillaba. Incapaz de huir o luchar. Su propia fragilidad mental la había sometido.

 

Agarre su mentón para abrir más su boca, introduje mi verga venosa en ella. Empece a follar su rostro, a embestirlo. No quería darle placer a esa perra, lo único que deseaba era vaciarme en su cavidad bucal.

 

Mientras lo hacía, Alexa gemía secamente. Y yo recordaba, recordaba toda la planeación exitosa.

 

Primer paso. Opción uno: Clara llega temprano a la terapia, le preocupa la falta de contacto de Alexa. Opción dos: Llega tarde.

 

Dada la opción uno, Kassia, se encargaría de desarrollar la primera fase, ser amable, cordial y carismática con Clara, ganar su confianza. Después ofrecerle una bebida con hiervas aromáticas, y pastillas molidas diagnosticadas para personas con estrés. Utilizar un dialogo pausado, hipnosis conversacional. Para ir introduciendo ideas en la mente de Clara.

 

Segundo paso. Generar un impacto distractor. Opción uno (enojo leve, de Clara): datos secretos de Clara, que solo conoce Alexa. Opción dos (Más enojo): Mostrar ropa intima de Alexa, repartida por la habitación. Opción tres (actitud poco cooperativa): Abrir el armario, y mostrar a Alexa en trance y desnuda.

 

Dada la opción tres, debía aprovechar que capte su atención. Para continuar con la hipnosis conversacional. Dando énfasis a sus ordenes, en frases terapéuticas frecuentes y aparentemente inocentes. Comenzar el enlace reloj-trance.

 

Tercer paso. Pasada la fase distractora, extiéndase todo lo necesario. Usar el truco de magia correspondiente. Para la opción tres: Alexa, se oculta detrás de un fondo falso, en el armario. Conseguido en utilería, alquilada. Bajando la confianza inicial de Clara, haciéndola dudar de su realidad. Iniciar fase hipnótica fuerte. Balanceo ocular. Extraer datos importantes del objetivo (Clara).

 

Cuarto paso. Reforzar. Más hipnosis conversacional. Devaluar más su confianza. Amnesia temporal a través del contacto visual.

 

Quinto paso. Uso de psicología inversa. Dirigir la atención del objetivo a individuo, afición o grupo, moldeable. Kassia, generando el halo, de ‘mujer perfecta’. Basándome en perfiles psicológicos, concordantes con los de Clara y ayudándome con la información brindada por Alexa. Generar una disonancia cognitiva, rompiendo ese molde. El molde de Kassia.

 

Sexto paso. Rediseño de la realidad del sujeto (Clara). Utilizar ‘comando hipnótico no establecido explícitamente’, hay diversos comandos subliminales, que están en el inconsciente colectivo, sobre como ocurre la hipnosis; aplausos, toques en la frente o el hombro, jalones de brazo o chasquidos. Un chasquido que incentive a su mente a recordar, pero dado que ella ‘no necesita recordar’, por instrucción previa, la memoria regresara parcialmente. Dándose cuenta de aspectos triviales, olvidados por el enfoque de su atención en una distracción (Kassia lamiendo mi pie, por ejemplo). Como darse cuenta que le falta la camisa. O la conciencia de que fue hipnotizada.

 

Aproveche la confusión que produje en Clara, para darle más información de la que podía manejar. Mostrándome como un ser casi omnipotente. Hasta ese instante, ella se había equivocado vez tras vez, cada acto y cada palabra recaía en el error. En cambio yo siempre tuve ‘razón’ en todo lo que hice y dije.

 

Esta confusión en la mayor parte de los casos, viene acompañada de parálisis, por el shock causado. Esto, junto a la revelación de Alexa, que refuerza la realidad ficticia que he inducido en la mente de Clara, fortalece el esquema que he creado. Y debilita sus objeciones.

 

Acompañe esta ventaja, con secretos extraídos en el tercer paso. Para asegurarme de romper cualquier destello de lucha.

 

Séptimo paso. Trance, explotar el estado mental al cual se ha conducido a la victima (Clara). Aquí, el trabajo grueso esta hecho.

 

Una rutina clásica, para mentes con resistencia promedio a la hipnosis, con muchas objeciones. Al igual que con Alexa, partí de la suposición, de un esquema mental base. Clara se veía más resistente, pero tampoco era especial, en cuanto a su baja sugestionabilidad. Una muestra de eso, es que permitió ser conducida a mi consultorio, por su pareja, una mujer mucho más sugestionable.

 

Parecía dormida cuando deslizaba mi polla entre sus mejillas. Ocupe de lefa su garganta. Tapice su cavidad bucal, de blanco crema. Baje su sostén y palpe sus tetas. Pequeñas comparadas con Alexa, pero más suaves. Pezones erectos y firmes. Juguetee con su pelo negro. Sus ojos castaños, habían dejado de moverse erráticamente.

 

Octavo paso, completado. Clara nunca había estado con un hombre. Seguramente propuestas no le habrán faltado, su voluntad había evitado cualquier evento casual, con un hombre. Hasta que yo, el terapeuta de su novia, al cual ella desprecia; consigue por medio de trucos, follarle la boca. Sin forzarla físicamente, solo por medio de mi fuerza psicológica. La quietud de sus ojos, mostraba su voluntad machacada. Ahora podría reescribir su inconsciente tanto como deseara.

 

-Alexa, buena chica. Dame el reloj.

 

Si ella presionaba el botón del reloj, Clara no se despertaría del trance. El ‘Tic-Tac’, la sumerge en el trance, más no la libera. Entregarle el reloj a Alexa, solo fue una prueba, para medir el control que poseía sobre ella. Si Alexa, creyéndose capaz de liberar a Clara, no lo hizo; eso demuestra que mi control sobre su mente es absoluto.

 

-Muy bien, eso es, limpia por lados, lame la punta. Perfecto. Ahora encargate de la boca de Clara.

 

Alexa, tragó el semen sobrante, aquel que no se había escurrido por la garganta de Clara. Juntando su boca con la de ella.

 

Vestí a Alexa. Le retire el collar y se lo puse a Clara. La envíe a casa, mientras trabajaba con su amante.

 

Algunas profundizaciones banales, y preparaciones para el próximo encuentro. Y algunos sueños para reforzar las instrucciones dadas.

 

Siete sueños. Uno por cada día, hasta la siguiente cita. Cada uno de estos días, tendría un encuentro con Kassia. La cual se encargaría de fortalecer el rol de sumisa en Clara. La narración que le dí a ella, en trance, sería breve, un esbozo, de los sueños, y leves indicaciones y sensaciones, que la llevarían a encontrarse con Kassia, sin remedio. Mi secretearía se encargaría de pulir, cada uno de estos sueños en su mente.

 

Primer encuentro: En el apartamento de Clara, se encontrarían las dos, cenando como amigas. Kassia tal vez pediría un vaso de agua y Clara como buena anfitriona se lo daría, luego Kassia podría pedirle un masaje en los hombros. Después un masaje en los pies. Clara complacería a Kassia en cada uno de sus gustos. Hasta que al finalizar la noche, Clara estaría masturbándose mientas olfatea las medias viejas, rotas y fétidas de Kassia.

 

Primer sueño: Clara, en primera persona, camina mareada por la ciudad, dando tumbos. No puede divisar a nadie en particular. Capta un hombre con pantalones rojos, sus rodillas colapsan y cae a los pies del extraño. Baja los pantalones de él, y succiona su polla. Las próximas cuatro, seis u ocho horas de sueño, consistirían en el vello del estomago del extraño acercándose y alejándose, a la vez que su boca esta llena de polla. Al despertar sufriría la necesidad, de darse un dedo, para amanecer con buen animo. Es posible, como ocurrió con otras pacientes, que chupara sus dedos al tiempo que se daba placer.

 

Segundo encuentro: Se verían en un bar. Se retarían la una a la otra. Clara le daría retos a Kassia, simples, como tomarse un vaso de cerveza entera sin respirar o lamerse el codo. Kassia al contrario la retaría a besar a una mesera o bailar sin camisa y top sobre la mesa, por ejemplo. Posiblemente las expulsarían del bar. Como resultado de esto, Clara se despediría de Kassia comiéndole el coño.

 

Segundo sueño: Alexa y Clara van en un auto. Se detienen en una gasolinera para pedir unos chicles. Clara se baja del auto, saluda al joven cajero pecoso, pelirrojo y escuálido.

 

-Se me quedo el dinero en el auto, ya vuelvo.

 

-Toma los chicles. Me los pagaras luego.

 

Cambia el escenario, ella esta soplándole la verga, en la habitación de escobas. Los boxers de Star Trek están en el suelo. Alexa la llama desde el exterior de la habitación. Pero Clara esta demasiado ocupada con la polla del muchacho.

 

Al despertar, al entrar a una tienda donde estuviera algún cajero, hombre. Le entrarían ganas de masturbarse, y lo haría en cualquier baño publico que encuentre, al terminar las compras.

 

Tercer encuentro: En una biblioteca publica, Clara tiene un vibrador en el coño y Kassia el control. Ella le pregunta cosas intimas, mientras controla el placer de Clara. Solo le permitirá venirse si ella, se lo pide, llamándola Ama.

 

-Ama, por favor, necesito venir tan fuerte.

 

Todo esto mientras se turnan en leer unos poemas eróticos. Clara para si misma, y Kassia susurrándole en el oído a ella.

 

Al cerrar la biblioteca, se trasladarían al depto de Kassia, y Clara le haría manicura y pedicura a ella y la compañera de cuarto. Mientras Kassia la trata como una manicurista particular, barata.

 

Tercer sueño: Están Clara y Alexa bailando en una discoteca. Dos hombres altos las encaran.

 

-Tienes un lindo vestido.-Le dice uno de ellos a Alexa.

 

-Largo de aquí, nerd.-Responde Alexa.

 

Los hombres cuchichean entre ellos, Clara los ve rompiendo un billete de un dólar.

 

-Una mamada. La mitad ahora. La otra mitad luego.

 

Clara quiere responderles, tal como hizo Alexa. Pero su voz no sale. No les ve los rostros, solo ve los enormes bultos formados en sus pantalones.

 

El más delgado le introduce el medio billete en medio de los pechos. El otro la presiona de ambos hombros con sus manos. Las piernas de ella ceden. Toca los bultos palpitantes. Desabrocha los pantalones, que ceden por su propio peso. Su boca se dirige al hombre a su derecha, palpa sus bolas. Y masturba al otro chico. Va de una polla a la otra. Hasta que eyaculan en su rostro y vestido.

 

Se limpia el semen de los parpados y mira como se follan a Alexa, en cuatro.

 

El hombre alto más macizo, le introduce la otra mitad del billete en medio de los pechos. Atrás de ella algo golpea suavemente su cabeza, es otro bulto, de un desconocido. Su trasero se levanta, por instinto, el desconocido alza la falda, baja las bragas y palpa el coño de Clara con sus dedos ásperos, masculinos. Clara ya sabe lo que viene, su coño esta mojado y caliente...pero en ese justo momento, despierta.

 

Clara adquiere la afición de mirar la entrepierna de los hombres por varios segundos.

 

Cuarto encuentro: Kassia y Clara, se encuentran de ‘casualidad’ por la calle, van para el mismo sitio. Así que se acompañan. Se cruzan con una amiga de Kassia, que por cuestiones del ‘azar’, yo hipnotice hace un buen tiempo. Kassia ignora a Clara por completo, esta ultima interrumpe varias veces, notando la actitud de Kassia, ella la castiga con cachetadas. Luego de varias correcciones, Clara esta en el suelo, mirándolas hacia arriba, con la lengua afuera, sin entender lo que hablan. Se ha convertido en el escupidero de Kassia y su amiga. La saliva cubre su rostro. La amiga de Clara que tiene buena puntería a logrado que Clara trague buen porcentaje de su saliva.

 

Clara toma un taxi, sin limpiarse la cara. Kassia y su amiga, continúan su camino.

 

Clara se masturba fantaseando con la amiga de Kassia.

 

Cuarto sueño: Clara se encuentra trabajando en un restaurante de comida rápida. Su uniforme es incomodo, falda entubada extremadamente corta, medias blancas largas y apretadas, zapatos blancos angostos, pero no tanto como la camiseta, que permite respirar precariamente. La camiseta amarilla es tan ceñida al cuerpo que es imposible ponerse un brasier por más delgado que sea. Trabaja junto Alexa, entre todas las mujeres del restaurante, se turnan los oficios.

 

Más imágenes mentales, de ella trabajando con su incomodo uniforme. Sensaciones de sudor, calor y cansancio. Llega el día de paga, Clara debe presentarse en la oficina del superior, para recibir el dinero. El superior, un señor gordo, le entrega el sobre de paga a Clara.

 

Ella lo abre, y dice:

 

“Baja este escrito y recibe tu paga.”

 

El superior tiene los pantalones abajo, Clara observa el pene flácido, lo contempla. Una polla corriente, sin gracia. Ella se acerca a él, acercándose con sus zapatos angostos, se arrodilla. Agarra con sus manos la verga flácida. Nota lo ajustada que esta la moña en su pelo. Manosea la polla, la sigue manoseando, sin ganas. Adquiere forma y rigidez. Luego eyacula, una eyaculación patética y precoz. Esperma grasoso sobre sus manos, y un poco en su labio inferior.

 

El hombre gordo, limpia las manos de ella, con un pañuelo sucio. Clara sale de la oficina, para encontrarse con Alexa a la salida.

 

-¿Valió la pena el sacrificio? -Le pregunta Alexa.

 

Termina la escena. La pregunta de Alexa resuena en la mente de Clara, que aún sigue trabajando, en aquel absurdo lugar. Pero Clara, no puede sacar de su cabeza, esa imagen, la imagen de su jefe eyaculando en sus manos, su jefe eyaculando en sus manos, depositando semen sobre su piel. Mientras meserea, esa imagen invade todos sus pensamientos. La verga hinchándose gradualmente en sus manos. Entrega una hamburguesa, con papas y gaseosa. Las venas del tallo brotando. Recoge la mesa de una madre y su hijo. El escroto ablandándose. Lleva un perro caliente a un obrero.

 

Sus pezones estimulados por la presión de la camisa, su coño debajo de esas bragas amarillas (cortesía de la cadena de restaurantes), mojado, más mojado, más y más mojado. Sus piernas sacudiéndose, la sangre faltante en sus pies, por sus incomodas medias y zapatos, se acumula efervescente en su entrepierna. Los emparedados que cargaba para la mesa cuatro caen al suelo, y ella cae junto a ellos.

 

En éxtasis, orgasmo tras orgasmo invade su cuerpo. Esa moña ya no le parece tan molesta, mientras gemidos salen de su boca, desearía que alguien tomara su cola de caballo y la jalara en medio de un coito intenso y sucio.

 

-Sí. Sí...¡Sí!...¡Oh, Dios. Sí!

 

Se responde a ella misma la pregunta que Alexa, le había realizado.

 

Despierta con ganas de que eyaculen mucho en su boca.

 

Quinto encuentro: Clara se desentiende de lo ocurrido con Kassia el día anterior. Kassia la invita, a una casa con amigos. Es la casa de la amiga de Kassia, la del anterior encuentro. Esta ella, su pareja y Kassia, obviamente. Clara lee un escrito propio de ella, sobre lo maravillosa que es Kassia, cinco paginas de admiración a su figura. Nadie le pone atención, y cuando esta termina le aplauden como a una niña pequeña y torpe.

 

-Clara, estuvo muy bonito tu detalle, y eso, muy lindo. Podrías ayudar al novio de mi amiga. Tiene un pequeño problema.

 

-¿Cual problema?

 

-El palo no se endurece. El pepino esta blando. La banana…

 

-Creo que entendió, amor.

 

Clara, abre los ojos como platos. Pero luego de la insistencia de las otras dos chicas, cede. Se acomoda el pelo, agarra la verga de el sujeto. Y se la lleva a la boca. Claramente su problema era una mentira flagrante. Ya con la polla en la boca no puede parar. Continua mamando, lamiendo y soplando. Él eyacula en su boca. Y ella traga decepcionada, necesita más, más lefa en su paladar.

 

Quinto sueño: La visión de Clara esta anulada, todo es oscuro. Siente sus manos y rodillas apoyadas en el suelo, algo la empuja por detrás. Abre los ojos, lo que la empuja es un toro con una almohada en la cabeza.

 

Todo oscuro de nuevo, ella succiona, su cabeza balanceándose, ensalivando un cilindro grueso. Luz, esta inflando un globo alargado con la boca, es una payasa de una fiesta.

 

Oscuridad. Siente que algo pegajoso la cubre, primero la cara, luego los pies, y el torso. Luz. Despierta luego de una borrachera, Alexa dejo caer algo de yogur, al tropezarse en un mueble.

 

Oscuridad. Un objeto rígido ingresa por su vagina. Luz. Es una ginecóloga cincuentona, haciendo una revisión de rutina.

 

Oscuridad. Algo pegajoso, pero solido golpetea su rostro, y se desliza en sus labios. Luz. Es una banana pelada con jalea en un resorte sobre su cabeza.

 

Oscuridad. Otra vez algo pegajoso cae en gotas sobre su trasero y espalda. Luz. Esta lloviendo salsa de fresa, y ella quedo dormida con el culo al aire, en el pasto.

 

Oscuridad. Agarra un objeto que se hincha, y palpita cuando lo aprieta. Luz. Es una manguera rosada con forma de polla.

 

Oscuridad. Sus dedos están húmedos, aliento cálido la choca, gimen en su cara. Luz. Es Alexa follando con un extraño, mientras ella se masturba.

 

Despierta con ganas de comerse un postre de fresa. Mientras se la meten por el culo.

 

Sexto encuentro: Clara necesita hablar con Kassia. Luego de meditarlo, un tiempo prudente, se ha dado cuenta que la semana ha sido demasiado alocada. Ella nunca había chupado la verga de un hombre, y jamás había sentido una atracción tan animal, y sumisa, animal y sumisa hacía una mujer.

 

Van a verse en el departamento de Kassia. Esta la compañera de cuarto y Kassia. Esperándola.

 

-Eres la chica del otro día. ¿Podrías arreglarme las uñas?

 

-Vengo a hablar con…

 

-Por favor ¿Sí?

 

-No, no quiero…

 

-Solo las uñas de los pies, una pasada. Por favor. Mira como están, con una capa, mis pies se verán maravillosos cuando vaya a la playa.

 

Clara no tarda en ceder, al observar esos pies, imaginó sus manos rodeándolos, besándolos, lamiéndolos. Su coño mojado, no le permite tomar otra opción.

 

Y no puedo culparla. La compañera de Kassia, logro conquistar un chico en el secundario, gracias a una obra teatral, ella tenía el papel de cenicienta.

 

Aunque Clara, siempre ha sido la dominante en esta cuestión, no puede evitar sentirse maravillosamente ‘bajo los pies’ de esa chica. Le diseña espectacularmente las uñas, una obra de arte. Y de paso Kassia que se antoja luego de verla trabajar, le pide un pedicura para ella.

 

Al finalizar. Salen a un parque las dos, para tener más privacidad. Clara no dice ni una palabra del departamento al parque, aún esta demasiado caliente pensando en pies (esto lo sé, por un comentario de Kassia, acerca de los pezones anormalmente puntiagudos de Clara).

 

Kassia la escucha atenta. Clara le cuenta cada detalle de sus emociones y pensamientos, que la han acosado en esos días. Su casi devoción a Kassia (en realidad, absoluta). Su fetiche, relacionado a los pies. Lo disgustada que esta con los desprecios que ella (Kassia) y sus amigas le han realizado. Lo enojada que le pone, el control de Kassia, ya que Clara siempre la ha complacido y no ha recibido una retribución de igual a igual. Kassia siempre elige el lugar y hora de encuentro, Kassia siempre dice que hacer y que no, Kassia siempre domina.

 

-Eres genial como persona, como mujer. Sabes cuanto te admiro y aprecio. Pero todo esto era necesario para mí. Sacarme ese peso de encima. Espero, comprendas mis sentimientos.

 

-Sí, muy interesante. Después de aguantarme toda esa perorata. Lame mis pies puta sucia, ahora.

 

Kassia le respondió esto, secamente. Saco sus pies, de las sandalias y los acerco, a la cara de Clara. Le molesto, arrugo la cara, y la miro con desilusión, pero no pronuncio ni una sola palabra en contra de lo que Kassia le había dicho. Su rostro sonrojado, mostraba los verdaderos sentimientos que ocultaba.

 

Intentar esquivar fue inútil. Cuando la planta del pie de Kassia rozo sus labios, la lengua serpenteante de Clara, se arrastro por ellos. Necesitada de afecto, necesitando ser sometida. Clara termino recostada en el suelo, mientras Kassia pisaba su cara, victoriosa.

 

-Que sucia zorra eres. Esto es todo lo que mereces. -Le decía Kassia a la incomprendida Clara.

 

Kassia la reprendió cada vez que Clara tuvo un orgasmo. Por indecencia en la vía publica. Ella me había enviado varios mensajes para informarme de la situación, a la vez que Clara realizaba un trabajo extra a sus pies. La llame, para comunicarle el plan en mi casa.

 

-Sí, jefe. Sí. Sí. Llevare el ‘traje’ que me compro. Sí, por supuesto, dejare el ‘palo’ lubricado y las ‘pelotas’ pulidas. Clara, quedate aquí un rato. Volveré pronto, esperame.

 

Clara espero a Kassia durante una hora o más, en el suelo, con el olor a pies impregnado en la nariz. Kassia obviamente no volvió. Estaba ocupada, vestida de beisbolista, jugando conmigo.

 

Clara debió de ir detrás de algún arbusto y masturbarse en medio de la vegetación. El reforzamiento sexual, es una de las mayores armas hipnóticas de condicionamiento. Y me encanta.

 

Sexto sueño: No hay mucho que decir aquí. Es exactamente el mismo sueño de Alexa, en el bar. Solo que el rol de Clara, no es tan favorable, es totalmente sometida, a los caprichos de las meseras. Y termina humillada por Alexa.

 

Séptimo encuentro: Clara ya había demostrado, que tan sumisa podía ser a Kassia. Mi empleada, solo le quedaba, jugar con ella, y prepararla, antes de la segunda cita. Kassia llegaría de imprevisto al lugar de Clara, la cual estaría confundida en casa, procesando, todo lo que había hecho. “Esta no soy yo.” pensaría, recordando su ‘inusual’ forma de actuar.

 

Clara no tendría más opción que dejarla pasar. Si lo que ocurrió en el sexto encuentro, se hubiera dado en el segundo. Clara le habría cerrado la puerta en las narices a Kassia. Pero ya era demasiado tarde. Su mente y cuerpo, estaban demasiado sometidos, suficiente para que la presencia física de Kassia, fuera un estimulo enorme, mayor del que su voluntad podía tolerar.

 

-‘Pies Pegajosos’

 

Pronunciaría Kassia, con esto, con solo esto le bastaría, para tenerla a sus pies. Controlada y sumisa. Sin mente, sin voluntad.

 

Jugaría con su cuerpo, Kassia y sus delicados dedos, introducirían, dildos en su culo, coño y boca. La instruiría a obedecer. Le haría satisfacerla. Clara lamería sus zapatos, zapatos que Kassia traería en una gran maleta de viaje. Zapatos, viejos, desgastados y sudados.

 

Destruiría todo esbozo de libre voluntad, reemplazándolo por una voluntad ficticia aparentemente autónoma, pero ansiosa de ser controlada, de permitir que su cuerpo fuera usado para cualquier deseo lascivo imaginable. Convirtiéndola en una esclava perfecta, manufacturada.

 

La haría llegar a orgasmos durante toda la noche. Para que las sensaciones quedaran impregnadas en su cuerpo, tanto como sus indicaciones post-hipnoticas.

 

Séptimo sueño: En las dos o tres horas que Kassia le permitiría tener de sueño. Es bien sabido que una persona cansada, es una persona más sugestionable.

 

Clara, abriría la boca antes de abrir los ojos. Varios cilindros carnoso con punta redondeada, se introducirían en ella, por cada uno de sus agujeros. Su coño estaría perfectamente lubricado, y escucharía unos jadeos, roncos y graves, de hombres. Al abrir los ojos, estaría cubierta de esperma, rodeada de otras chicas hermosas, siendo folladas por cada agujero, sin mente.

 

Pasaría a otra sala, donde la guiaría un hombre de traje, al cual ella no podría verle el rostro (esta negación del rostro, es una forma de comunicarle “No importa quien sea, sino quien ejerza el poder”). En esa sala, estarían en fila vistiéndose, diversas mujeres.

 

Por ejemplo: Una mujer de ojos verdes y pelo castaño es limpiada con una manguera, secada por varios hombres y mujeres, con toallas y secadores. Luego, la morena mecánicamente se pondría la ropa que tiene en frente, le darían un espejo, peine y maquillaje, se haría una trenza, y se podría rubor en el rostro. Frente al espejo, vestida como azafata, pronunciaría las siguientes palabras:

 

-Soy [nombre de alguna conocida] y mi cuerpo es solo un maniquí vació. Mi existencia es reutilizable. Mis hoyos están para ser perforados. Y mi piel necesita esperma.

 

-¿Cual es tu fin?

 

-Obedecer.

 

-¿A quienes?

 

-A mis amos.

 

-Lo que veo es a una respetable azafata. ¿Como puedes explicar eso?

 

-La tonta, de mi otro yo, es una azafata vive en [dirección], hace [actividades varias]. Pero mi real yo, existe exclusivamente para obedecer. Ser un juguete sexual.

 

-Perfecto, puede continuar con la siguiente fase.

 

Clara, escucharía y vería diálogos similares, con diversas mujeres. Hasta que llega su turno. Observa la ropa. El sueño se interrumpe.

 

Despierta, mojada, y con ganas de ser follada. Follada fuertemente por uno o varios hombres

 

#Perra barata:

 

Clara volvería. Como debía ser, a mis terapias. No recordaría, nada de la experiencia traumática vivida. Solo tendría recuerdos difusos de lo vivido con Kassia.

 

Para ella, de forma inexplicable, yo la habría convencido, de continuar en terapia. Incluso, pensaría que Alexa, la había llamado, para explicarle sus condiciones.

 

-He vuelto, Doctor. Se que es una perdida de tiempo. No pude ser hipnotizada antes. No voy a ser hipnotizada ahora. Aun así estoy interesada, en saber como va la terapia con Alexa. Realmente, no quiero perderle.

 

Tenía puesto un jersey con capota, de color verde y gris. Unos vaqueros, recortados al nivel de la rodilla. Y unos tenis blancos, sencillos, de tela. No tenía pintadas las uñas.

 

Parecía recién levantada y muy cansada. Como si una fuerza envolvente la hubiera obligado a venir a esta ‘aburrida’ terapia.

 

-Hola Clara, te comprendo. Puede ser algo molesto, estas en un conflicto propio. Y piensas que no requieres ayuda. Te mostrare que tanto la necesitas. Y cuando aprendas lo que debes cambiar. Volverás con Alexa, tenlo por seguro.

 

-Déjese de tonterías Doc. La trate como una perra, realmente me equivoque con ella. Todos tenemos nuestros momentos de debilidad. La conocí cuando tenía novio, no sé si esta enterado. Debí ser más comprensiva. Aunque cuando veo una falla tan grande, no puedo alejar la mirada.

 

-Mmn, ya veo tu problema. ¿Por que consideras que ser una perra, es debilidad? ¿Tienes algún problema con la prostitución?

 

-¿De que esta hablando? Sabe a lo que me refiero. Aunque sí, la prostitución explota a la mujer. Para satisfacer a unos cerdos.

 

-¿Explota a la mujer? Explíqueme, por favor. La escucho.

 

-Doc, ya no tengo nada en su contra. Por favor, no me empuje a cambiar de opinión.

 

-Perdoname Clara.

 

-De acuerdo Doc, he lidiado con mi yo temperamental, hace tiempo.

 

-Como terapeuta, debo fijarme en detalles sutiles, de las personas. Esto incluye su relación con ciertos temas. No estoy para luchar contigo, dejame permitirte que comprendas más de tu persona, y yo te hablare de Alexa. ¿Me permites formularte la pregunta de otra manera?

 

-Esta bien. Pero hablaremos de Alexa.

 

-Es un trato. ¿Por que una mujer, que ofrece servicio sexuales, por lo general a hombres. A cambio de dinero. Es débil o esta siendo oprimida?

 

-Me esta preguntando lo mismo Doc, no soy tonta. Le daré mi opinión, y espero que zanje el tema allí. El cuerpo, es algo muy intimo, cada cual decide que hacer con su intimidad. Pero una mujer, que es presionada a vender su cuerpo, sin satisfacción, sin placer. Es monstruoso, no puedo tolerarlo.

 

-Gracias Clara. Respeto tu opinión. Llamare a Kassia. Necesito unas tarjetas. Jugaremos un juego, mientras te comento como le ha ido a Alexa. ¿Algún problema?

 

-No Doc. Mientras hablemos de Alexa, no hay problema.

 

Kassia ingreso con las tarjetas. Las dividió mitad y mitad, sobre un mesón chico. Una parte para Clara, otra para mí. Además me dio, un fajo de billetes didácticos.

 

La repulsión de Clara a la prostitución, era algo que ya sabía, gracias a Alexa.

 

Siendo completamente honesto, no estaba excitado. Clara, se veía tan poco dispuesta a colaborar. Que el único incentivo que poseía, era el juego en el que estábamos a punto de participar.

 

Cuando Kassia, volvió a recepción, Clara se lamió los labios, viendo sus talones.

 

-Es un juego fácil de entender. Lo uso para fortalecer el sentido de colaboración y empatía en mis pacientes. Nadie vuelve a ser el mismo, luego de jugar.

 

-Esta bien. Esta bien. Llegue al punto, Doc.

 

-Cada uno posee la misma cantidad de tarjetas. Cada una posee un reto a superar. Mis tarjetas te afectan a tí, y tus tarjetas me afectan a mí ¿Entendido?

 

-Sí, entonces, tengo que levantarlas.

 

-No, están boca abajo. Hasta que alguno gane una partida de piedras, papel o tijeras. El ganador, levanta alguna tarjeta, y puede guardarla o ponerla boca arriba, afectando al contrario.

 

-Suena extremadamente aburrido.

 

-Sera divertido, cuando lo juegues, sera muy divertido.

 

-Si no hay otra opción, juguemos.

 

-Dale, comencemos.

 

Batimos los brazos, ajuste los dedos a la figura indicada.

 

*Tijera*

 

*Papel*

 

Gane. Voltee la tarjeta, sobre el monto. Y se la dí a Clara.

 

-‘Revelaciones. Valor: 2 unidades’. ¿Que significa?

 

-Toma estos dos billetes.

 

-¿Por que? No entiendo. Este juego es absurdo.

 

-Tomalos, es solo un juego. Los billetes son de juguete.

 

Los agarró, sus dedos sudaban. Un signo, de la intriga, de su cuerpo preparado previamente, su cuerpo que ya sabe lo que implica ‘Revelaciones’.

 

-Esto..esto..Oh, Dios. Hijo de puta. He sido hipnotizada. ¡He sido hipnotizada!

 

-¿Como lo sabes? Me habías dicho, que no pudiste ser hipnotizada.

 

El juego había comenzado. Ella no podía escapar del juego.

 

-Solo lo sé.

 

-Describe.

 

-Veo un reloj, se balancea, mis ojos parpadean. Y son muy pesados. Muy pesados…..

 

‘Revelaciones’, recuerdos van apareciendo en su mente a medida que transcurre el tiempo. Además debe describirme, cuando se lo pida, lo que ella recuerda.

 

Mientras parecía describirme como la hipnotice. Sin recordar nada de lo que había hecho con ella. Se detuvo en medio del relato. Y una larga baba salio de su boca. Estaba en un ligero trance. La baba humedeció su rodilla izquierda, regresando a la normalidad.

 

-¿Seguimos jugando? -La empujo a continuar.

 

-Voy a descubrir que sucede.

 

*Piedra*

 

*Papel*

 

-¡Gane! Es mi turno. -Dijo alegre Clara.

 

Tomo la carta y leyó:

 

-‘Agarra una tarjeta de tu contrincante. Leela en voz alta. Y obedece sin costo.’, vaya mierda. Este juego esta amañado.

 

Aun sabiéndolo, no puede evitar agarrar una de mis tarjetas:

 

-‘Premio: Chupa la polla más cercana. Valor: 3 unidades.’ Estas loco si piensas que yo voy a..ugsgulpgus.

 

Tardo más en hablar, que en hincarse y mamarme fogosamente. Kassia le había dado una excelentes lecciones. Me recosté y disfrute de su lengua deslizando por mi glande.

 

-Es suficiente, vuelve a tu asiento. Clara.

 

-No puedo creer lo que acabo de hacer. Yo no hago estas cosas.

 

-Pues lo hiciste muy bien Clara. Felicitaciones.

 

-Mi mente es muy fuerte como para que una tarjeta me haga hacer esto. No es posible.

 

-Toma estos tres billetes. -Los lanzo sobre su regazo- Te pagare para que me chupes otra vez.

 

-¿Me tomas por una puta? Idio... gukl...ugsgulpgus..shshgul….

 

La agarre del cabello y le folle la cara, su boca era suave y cálida. Perfecta para complacer mi verga.

 

-Muy bien, eso es. Buen trabajo. Buen trabajo. Eres una buena puta. Y tu boca es un agujero delicioso para follar. Oh, nena. Muy bien.

 

La deje degustando mi virilidad, un poco más. Luego regreso a su asiento.

 

-Esto es ridículo. No puedo caer más bajo.-Mientras arruga la cara, disgustada. Y se limpia la lengua.

 

-¿Sabes como funciona la hipnosis?

 

-No, pero tengo una idea.

 

-¿Realmente sabes si te he hipnotizado?

 

-Sí, lo sé.

 

-¿Como lo sabes?

 

-Simplemente lo sé.

 

-¿Crees que yo te hice chuparme?

 

-No. No tengo una mente tan débil, como para mamar a un idiota.

 

-Esta bien. Entonces ¿Por que lo hiciste?

 

Se quedo pensando, hasta encontrar la respuesta que la satisfará.

 

-Porque soy una mujer libre.

 

-Así que...no querías probar mi polla.

 

-¡No! Ninguna mujer querría hacerlo. Eres un cerdo.

 

-¿Lo hiciste por los tres billetes?

 

-Mmn..ehm...No, lo hice porque soy una mujer libre. Si te chupaba la polla, estarías confundido y no tendrías tiempo de hipnotizarme de nuevo.

 

-Así que lamiste mi glande, solo para distraerme y ganar tiempo. Es una estrategia brillante.

 

-Exacto.

 

-¿Por que me lo dices?

 

-Yo...no lo sé.

 

Su expresión de asombro, me pareció muy divertida. Su propia arrogancia, la enredaba en una madeja más y más pesada.

 

-Juguemos, tienes muchas cosas por pensar.

 

-¡Alexa! ¡Hipnotizaste a Alexa!

 

*Tijeras*

 

*Piedra*

 

-He vuelto a ganar. Guardare esta tarjeta.

 

-Alexa estaba parada allí. -Señaló el armario- Desnuda. ¿Que le hiciste a Alexa, desgraciado?

 

*Papel*

 

*Tijeras*

 

-Wow, estoy de suerte hoy. ‘Desnudate. Valor: 1 unidad.’

 

-Podrás haber desnudado a Alexa con tus artimañas. Mi mente es un enigma. Y no caeré en tu trampa.

 

Arrugue en forma de pelota un billete y se lo lance.

 

-Vaya, recuerdas más. Excelente.

 

-Sí, tenías a Alexa, desnuda, con el reloj y un collar. Un collar de esclava.

 

-¿Como diferencias un collar de esclava de uno común?

 

-Porque...umm..

 

-Tienes lindos pezones.

 

-¡Hey, no! ¿Cuando?

 

-Esa ropa te quedaba mal de todos modos.

 

-Sí. Mi plan siempre consistió en desnudarme. Así me llevaras a tu guarida. Donde tienes a Alexa.

 

-Lo que digas. ¿Que te hace pensar que no voy a follarte aqui mismo? ¿Que no te pondré en cuatro, para darte unas cuantas nalgadas? ¿Que no usare mis artimañas contigo?

 

-Mi convicción, mi convicción te llevara a la perdición. Estas soltando información. Información con la que hallare a Alexa. Perderás este juego.

 

*Papel*

 

*Piedra*

 

-Podría hacerte graznar como pato. Mi poder sobre tí es absoluto. ¿Aun no te das cuenta?

 

-Esos chistes no dan gracia.

 

-‘Grazna como pato, hasta el próximo turno. Valor: 5 unidades.’ Toma, comprate algo bonito.

 

-Eres...cuak, cuak, cu ak. ¡Cuak! Cuak.

 

-No pensé que tuvieras esa imagen de mí, Clara. Cuéntame más.

 

-Cuak, cu ak , ¡Cuak, cuak! Cuak. Cuak. Cuak.

 

-Tienes toda la razón.

 

-¡Cuak! ¡CUAK!

 

*Tijeras*

 

*Piedra*

 

-‘Trabajo de manos, masturba al contrincante el tiempo que él requiera. Valor: 6 unidades.’ Me encantaban tus graznidos, pero tampoco me voy a quejar por esto.

 

Me senté al lado de ella, para que pudiera ‘trabajar’ mejor.

 

-Sientes que tienes el control. Cuando menos lo esperes, volteare tus fichas. Y lo pagaras.

 

Sus manos acariciaron mi polla. Subían y bajaban por mi tallo. Recorriéndola, memorizándola. Su mano izquierda bajaba de vez en cuando a amasar mis pelotas.

 

Su rostro sin expresión, como si de una rutina se tratara. Sin asco, ni placer.

 

-Estoy empezando a creerte. No tengo control sobre tí. -Lo dije seriamente. Como si lo creyera.

 

-Por fin. Por supuesto que no.

 

-Haces todo, por ser una mujer libre. Tu voluntad, autonomía e ingenio, actúan por tí.

 

-Correcto. Aunque eres un idiota. Puedes acertar en algo.

 

-Eres solo una perra, una perra de las más baratas.

 

-¿¡Como!? -Hizo una ligera presión, en mi escroto, que casi me hace llegar antes de tiempo?- No, no. Yo no soy una perra.

 

-Me hiciste una mamada. Te desnudaste frente a mí. Y ahora estas dándole brillo a mis bolas. Todo por unos billetes. No eres distinta de una zorra, una zorra barata.

 

-No soy una zorra. Además no he disfrutado esto. Lo hago por Alexa exclusivamente.

 

Revele la tarjeta que había guardado.

 

-‘Suave y mojado. Valor: 0 unidades.’

 

Su mano se detuvo en mi polla. Sus ojos de desviaron. Apoyo su frente, sobre su mano libre. Y suspiro hondo. Sus mejillas sonrojadas indicaban un cambio radical en su temperamento.

 

-Necesito aire. ¿Que me estas haciendo? -Dijo con su cara de tomate.

 

-Vuelve a decirme que no has disfrutado.

 

-…..

 

‘Suave y mojado’. Cualquier interacción sexual, la pondría cachonda. Casi al limite del orgasmo.

 

-Puedes dejar de masturbarme. Voy a llamar a Kassia.

 

-¡Kassia! Ella tiene que ver contigo. Ella..ehm.

 

-Sí. Es mi empleada.

 

-No. No es eso. Ella..ehm...ella. Maldición, no lo recuerdo, pero es importante.

 

Kassia pasa por la puerta. Los ojos de Clara no pueden hacer más que mirar a los pies de ella. La presencia de Kassia la intimida.

 

-¿Kassia eres una prostituta?

 

-No jefe, no lo soy.

 

-¿Que clase de pregunta le haces? ¿Acaso piensas que todas las mujeres son unas putas?

 

-Silencio. Clara me ha complacido sexualmente por unos billetes. ¿Clara es una puta?

 

-Por supuesto, señor. Clara es una puta.

 

-¡Kassia! Somos amigas. Porque dices eso de mí.

 

-Esos billetes, son billetes didácticos, billetes de juguete. Los que me pasaste. Eso que indica de Clara.

 

-Que ella es una puta barata y tonta.

 

-¡Kassia! -Clara se queja infantilmente. Incapaz de explicarse las respuestas de Kassia.

 

-Aunque debo decir, jefe. Que es solo un terreno hipotético. Esta aquí, desnuda. Pero eso no implica que ella haya realizado alguna de las cosas que usted me acaba de decir.

 

-Muy bien Kassia, me alegra escuchar tu buen criterio.

 

*Papel*

 

*Tijeras*

 

-Haz vuelto a ganar. No sé como. Pero lo has hecho, de nuevo.

 

-El jefe siempre gana.

 

-Kassia me conoce. ‘Trabajo de pies. Valor: medio billete.’

 

-¡Oh, por Dios! Lo recuerdo, Kassia te lamió los pies. ¡No! No, no. Yo no te lameré los pies. No sufriré esa humillación.

 

-¿Ni siquiera por Alexa?

 

-Mi dignidad es el limite. No puedo ir más allá.

 

Rompí uno de los billetes falsos, a la mitad. Lamí esa mitad y la pegue en el costado de Clara.

 

Ella trago saliva. Sin pronunciar palabra. Ella se agacho, desamarro mi zapato, lo retiro. Junto con la media. Antes de besar mi empeine. Me miro con las mejillas llenas de lagrimas.

 

-Ya entendí. Siempre tuviste el control. Ya entiendo. Por favor, no me hagas hacer esto. Por favor.

 

-De acuerdo. Igual no comprendías en que consiste el trabajo de pies.

 

Me observo con los ojos abiertos ampliamente. Se notaba, que la confusión dentro de su cabeza, estaba llegando a niveles críticos.

 

Le di la otra mitad a Kassia.

 

-Muéstrale Kassia, lo que es un verdadero trabajo de pies.

 

-A sus ordenes, jefe.

 

Se sentó en mi puesto, el puesto de terapeuta. Yo estaba en el futón grande al lado de Clara, que estaba sentada en el suelo. Desabrocho sus botas, sus medias veladas, resaltaban sus muslos. Rompió con unas tijeras, la media derecha, lo suficiente para sacar el pie por allí. Se acomodo, mi verga estaba hinchada y lista.

 

Le ayude a acomodar a cada uno de sus pies al lado de mi falo. Primero me masajeo con su pie izquierdo, luego cuando mi polla estaba dura como una roca, se ayudo con los dedos del derecho, el pulgar jugueteando con mi glande, cada cinco segundos. Sus uñas alternaban entre el negro y el fucsia, con diseños blancos, de la cara de un gato, flores y espirales. Me estaba volviendo, loco, ya estaba bastante excitado, y esto me ponía a arder la polla de placer.

 

Hurgó en su traje y saco un tarro pequeño de aceite de coco. Me lo tiro.

 

-Jefe, ayúdeme y yo lo ayudare. Lo ayudare a complacer esa polla, con un buen trabajo de pies.

 

Aplique el aceite, sobre mi verga y sus pies. Sus pies no dejaron de masajearme, ni por un segundo. Su pie cubierto por la media velada, realizaba una fricción placentera en mi bolas, mientras el otro deslizaba maravillosamente. Un chorro espeso, viajo de mi polla, a sus pies, tobillos y muslos. Era la primera vez que Kassia, contemplaba una eyaculación tan potente.

 

Su expresión, mordiéndose el labio inferior, observando mi lefa deslizar por su piel. Me hizo eyacular de nuevo, un chorro menos potente que el anterior. Recosté mi cabeza en el respaldo del asiento, recuperándome del placer.

 

Le di un vistazo a Clara, había sido espectadora en primera fila, del buen trabajo de Kassia. Anonadada, parecía observar mi polla, pero no, su atención estaba en los pies de Kassia, untados de mi crema.

 

-Clara, sabes lo que quieres Clara. Te mueres por lamerlos. Deseas intensamente limpiar mis pies, del semen de mi Amo.

 

Clara puso la mirada en blanco, obedeció sus instintos básicos, su instinto de lamer los pies de Kassia, su instinto de someterse a ella. Someterse a Kassia, que estaba sometida a mí.

 

Primero, tomó ambos pies y se los intento introducir en la boca, al tiempo. Luego, chupo el pie izquierdo, chupo su media y lamió desde la punta hasta llegar al muslo. Recorrió la pierna izquierda varias veces, hasta dejarla limpia. Con el pie derecho, demoro más, la piel desnuda causaba un efecto muy fuerte en ella. Lograba escucharla gemir mientras decía cosas del estilo de:

 

-Kassia, te amo.-Beso a la planta del pie-Amo tus pies.-Lamida-Eres mi diosa-Lamida con el reverso de la lengua.

 

Kassia estaba limpia. Y despertó a su esclava.

 

*Chasquido*

 

-Clara, ya termino. Puedes regresar.

 

Despegó la lengua de los pies de Kassia. Y nos miro, afectada, por todo lo que acababa de hacer.

 

-Lo recuerdo. Lo recuerdo todo.-Dijo Clara y se quedo en silencio.

 

-Perfecto. No tendré que explicarte nada más, en ese caso.

 

Saque un collar idéntico al de Alexa. Compre un par. Un par de collares de esclavas.

 

Rodee su cuello con él. Y antes de abrocharlo, la interrogue:

 

-Puedes apartar mis manos si quieres. O correr. El juego ya termino. Haz el intento.

 

-No, todo es inútil. No hay nada que pueda hacer. Solo soy una mujer débil.

 

Abroche el collar. Complacido. El trabajo y esfuerzo de esta semana había rendido frutos.

 

-Toma tu mazo de tarjetas, y leeme, que es lo que dicen.

 

-‘Clara obedece, Clara no piensa. Clara es una puta para su amo.’

 

-Ahora revisa mi mazo, con confianza.

 

-No dice nada. Esta...esta completamente en blanco.

 

*Chasquido*

 

-Vuelve a mirar. Ahí dice algo muy claro.

 

-‘Ten un orgasmo ahora.’ Oh….AaAah..mmn...Aaagmmn...no, no. Es demasiado repentino. Ahah. Mi cuerpo no puede resistir esto.-Dijo, con las extremidades extendidas, como extasiada luego de una larga juerga.

 

-¿Sabes porque paso de estar en blanco a tener algo escrito?

 

-No, no lo sé.

 

-¿Clara puede saberlo?

 

-No.

 

-¿Por que?

 

-Porque...porque ella esta en blanco.

 

-Ella eres tu, ¿Cierto?

 

-Sí, creo que sí.

 

-¿Puedes estar segura de algo en este momento?

 

-No lo sé.

 

-No puedes.

 

-No puedo.

 

-No puedes pensar por ti misma.

 

-No puedo pensar.

 

-Eres una perra barata.

 

-Soy una perra barata.-Dijo Clara, completamente obediente, en blanco.

 

-Tu único fin en la vida es obedecer a tu amo.

 

-Obedezco a mi amo. Ese es mi único objetivo.

 

La lleve al pomo de la puerta y aferre su mano a él. Y confesé.

 

-Soy un hombre normal. No soy un terapeuta certificado, solo son papeles falsos. Sé hipnosis y me aproveche de vacíos mentales, y debilidades humanas en tí, para manipularte Clara. Trucos de magia, artimañas y sugestión. Si deseas irte, hazlo.

 

Me aleje tres pasos de ella. Continuo con su mano en el pomo, sin girarlo. Por cinco minutos.

 

-Clara ¿Que opinas? ¿Algún reproche?

 

Por supuesto, no recibí respuesta. Esas no eran las preguntas adecuadas.

 

-¿Una esclava puede opinar? -La interrogue.

 

-No Amo, una esclava no piensa.

 

¡Perfección!

 

-Kassia, haz hecho un gran trabajo. Vuelve a la recepción. Yo me encargare de ajustarle algunos cables a esta perra estúpida.

 

-Con gusto, Amo. Me complace escuchar eso. Siempre estoy a su disposición.

 

La semana de retroalimentación hipnótica con Kassia, fue un exceso. Solo dos o tres días, habrían bastado.

 

¿Cual era el fin de jugar con ella? ¿Como gane?

 

Es fácil, el tiempo. Kassia se encargo de hacer las manualidades, conseguir los billetes y hacer las tarjetas.

 

Siempre que Clara, abría su mano, ya fuera tijera, papel o piedra. Ella quedaba en pausa dos segundos, esos dos segundos no existieron para su mente. No pudo captarlos.

 

Ya sabiendo la elección de ella, era imposible perder. Luego aplique trucos similares, para que ella perdiera el foco de atención en las tarjetas, Kassia me ayudo a cambiarlas, por nuevas.

 

La ultima tarjeta con ‘Ten un orgasmo ahora.’ Siempre estuvo allí. Solo que la presión mental, junto a el impacto que sufrió al recordar todo de golpe, no le permitieron dilucidar nada. Es similar a la acción instintiva de escapar de cualquier peligro. Un escape psicológico.

 

******

 

-Así que tu nombre completo es Clara Alonso.

 

-Sí, es el apellido de mi madre.

 

-¿Te gusto ser hipnotizada?

 

-Sí, nunca perdí la consciencia. Me sentí como flotando en las nubes. Alexa tenía razón, al venir aquí.

 

-La hipnosis es incapaz de privar de la voluntad a alguien. Yo soy solo un guía de las visiones más profundas de las personas.

 

-Agradezco su tiempo Doctor. Lo juzgue mal.

 

-Deberías relajarte más. No todos buscan ponerte el pie encima.

 

Se formo un bulto en mi entrepierna. Clara lo miro y trago saliva.

 

-Es hora de irme Doc. Tengo un compromiso más tarde.

 

-Oh, claro. Te deseo una semana prospera. Nos vemos en quince días, aproximadamente.

 

-¿Sería posible cambiar la ultima sesión, a fin de mes? Tengo algunas complicaciones, con la fecha.

 

-¿Que es? Si no es un problema, mi curiosidad.

 

-Un cumpleaños. Una tía cumple cincuenta. Cinco decenas de vida y contando.

 

-Lo pensare. Las llamare, cuando halle una fecha libre, más adelante.

 

-Gracias Doctor. Adiós.

 

-Adiós Clara. Suerte en ese compromiso.

 

Estaba a punto de abrir la puerta, cuando recordé algo importante.

 

-Clara.

 

-¿Sí?

 

-¿Es cómoda tu ropa? Es apretada. Diría yo que demasiado apretada.

 

-Sí Doctor, es -Tomando aire con dificultad- muy apretada.

 

-Y provocativa. Por tu culpa tengo esta enorme erección.

 

-..provocativa...apretada..yo....provocativa...erección.

 

Apoyó la espalda en la puerta cerrada, y se deslizo, chocando el trasero contra el suelo. Abriendo las piernas y masturbándose, a través de sus bragas amarillas.

 

Me levante de la silla, y de pie, deje mi bulto cerca de su tonta expresión de placer.

 

Agarre su cola de caballo, y la hale, obligándola a mirarme.

 

-¿Que quieres Clara?

 

-Quiero probar su polla, Doctor.

 

-¿Cuanto lo quieres?

 

-Lo quiero mucho.

 

-¿Eres lesbiana?

 

-Sí, Doctor. Siempre he sido lesbiana.

 

-Si tuvieras que elegir entre una mujer y chuparme la polla. ¿Cual elegirías?

 

-Su polla Doctor. Su polla es fantástica.

 

-Quieres que deposite toda mi carga en tu boca. Perra sucia.

 

-Lo quiero. ¡Lo necesito! Por favor Doctor. Estoy muy caliente. Tengo el coño ardiendo de placer.

 

-‘Pies Pegajosos’

 

La puse en trance, su mirada aún fija en mi erección.

 

-Escuchame Clara. Te pondrás de pie. Te cambiaras. Ansiaras muy en el fondo de tu ser, mamarme la polla, toquetearme las pelotas. Guardaras este traje, de mesera cachonda, en tu bolso, y lo usaras, cada vez que en soledad, desees masturbarte. Sera tu pecado. Tu sucio secreto. Nos veremos en la fecha acordada, en el horario establecido. Ni un minuto más, ni un minuto menos.

 

Sería una larga semana de placer en solitario, para Clara. Solo me quedaba unirlas. Alexa, una mujer sumisa de nacimiento, con el cuerpo de una actriz porno, y Clara, una rebelde, caprichosa, suavizada hasta ser una puta sin voluntad.

 

El festín de dos esclavas perfectas.