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Diario de un Hipnotista: Café en Plutón

en Control Mental

-Jajajaj no tenia idea de que Roger quería tener algo contigo.

 

-No es un mal tipo, pero definitivamente no es lo mio. -Dijo Hannah con una leve cara de desprecio.

 

Ella me había contado sobre el fallo de Roger en un intento de cita, viajó a Italia para un supuesto turismo, él podía costearse el viaje gracias a la tienda de muebles de su padre, sin dotes para el trabajo, no lo habría logrado nunca.

 

Se juntaron, tomaron unas cervezas, sospechaba el desenlace, lo conocí junto a Tobias, fuimos a la fiesta en la que hipnoticé a Hannah por primera vez, mientras me encargaba de las tres chicas él bailaba con Lisa, la gorda e infantil hermana de nuestra anfitriona.

 

Entendí porque antes de la fiesta había revestido latas de soda con cubiertas de cerveza, mientras el tomaba soda, le ofrecía a la inocente de Lisa cerveza, borracha logró llevarla a la habitación y desvirgarla. No me entere por mi increíble ingenio deductivo, corrió la voz a todos los que pudo, haciéndola más retraída a la ya tímida Lisa.

 

Dejé de juntarme con ellos, incluyendo Tobias, ninguno era capaz de contrastar con su opinión, la indulgencia del padre de Roger, comprando a sus ‘amigos’, me libere de ellos, no deseaba estar allí cuando todo explotara.

 

Hace mucho no escuchaba de él. Por alguna razón, hasta estos días, viejos conocidos, incluyendo a Hannah, creen que somos amigos. No lo somos, porque llegue a conocerlo lo suficiente para no serlo, lo que paso en la cita con Hannah, fue tragicómico, pero predecible.

 

Vomitó por todo el traje, Roger nunca tuvo resistencia al alcohol, en todos estos años eso no había cambiado. Le confeso su ‘amor’ y como había robado sus medias de ositos para no olvidarla (esto le causo mucha gracia, porque las medias no eran de ella sino de la vecina de 80 años la cual le pidió que se las lavara mientras reparaban su lavadora).

 

-Es un tipo horrible, ¿Recuerdas lo que le hizo a Lisa Thompson?

 

-Sí, pero eso era un juego de niños, cada uno estaba con actitud de juerga. No puedo juzgarlo ahora por ello. Pensaba que eran amigos.

 

Lo sospechaba.

 

-Era amigo de Tobias y Tobias era amigo mio, después estaba Julio que era amigo mío los fines de semana, pero entre semana un desconocido y Adam, ya sabes como era Adam.

 

-Sí, Adam ‘Dos Caras’.

 

-Como las monedas, un día feliz, un día triste. ¿Sabes algo de Jennifer (La enfermera) o Lauren (La Caperucita Roja)?

 

Revolvió el azúcar del café, le gusta dejarlo reposar un poco, para tomarlo tibio.

 

-¡Por supuesto! Jennifer esta casada y Lauren. Lauren, no lo creerás si te lo digo.

 

-Es actriz porno.

 

Ella se quedo boquiabierta, no lo sabía, solo la asocie con Jimmy. Cuando la induje, fue en esta dirección ‘Se la mayor fantasía sexual de Jimmy’. Si fuera el yo de ahora, habría terminado con ‘por esta noche’, para evitar posibles inconvenientes futuros. La hipnosis no deja de sorprenderme.

 

-¿Lo sabías?

 

-No, solo intuición, sabes, Jimmy también es actor porno.

 

-Precisamente, en la fiesta loca que tuvimos, él se enrollo con Lauren. Cuando Jimmy ingreso a la industria pornográfica, ella estaba trabajando de mesera en un restaurante, la llamó y le ayudó a entrar. Sabes que es la mejor ‘dotada’ de las tres, por lo que no le costó mucho. Voy a visitarla el próximo viernes. No vive muy lejos de aquí.

 

-Hemos cambiado mucho, lo que me sorprende es que te caiga bien Roger.

 

-No me cae bien, es solo que pensé que eran amigos o cercanos. Lo de las medias fue bastante espeluznante.

 

-Es más común de lo que piensas. Catwoman.

 

-Amo, necesito disciplina.

 

Lo dijo con su voz jadeante, en un susurro secreto.

 

-Te disciplinare, linda. Por ahora dame tus medias.

 

Hannah se quita las botas y las deja a un costado, luego las medias, primero la derecha luego la izquierda. Las hace una bola y me las entrega por debajo de la mesa.

 

-¿Hannah se enterara de esto?

 

-Hannah no sabrá nada, amo.

 

-¿Por que, Catwoman?

 

-Porque Hannah es una tonta chupa pijas.

 

-¿Estas celosa?

 

-Sí, Hannah te gusta y yo...yo..

 

-Tu eres una puta barata para follar.

 

-Soy una puta barata para follar.

 

-Eres tres agujeros para rellenar.

 

-Soy tres agujeros para rellenar.

 

-Buena esclava, dame uno de tus pies.

 

Me desabroché el pantalón y aprovechando el punto ciego que me brindaba la mesa, me masturbe con su pie desnudo.

 

El precum me ayudo a deslizar mi polla por la planta de su pie. Sus dedos acariciaban mi hinchado miembro viril.

 

-¿Que sientes?

 

-Tu verga esta muy dura y caliente.

 

-Más.

 

-Estoy muy mojada deseo ver tu verga regordeta.

 

-Buena chica. Escucha mi voz con atención Catwoman, Hannah ignorara lo que ocurre debajo de la mesa. Cuando toque con mis nudillos la madera de esta forma. *Toc* *Toc* . Recogerás tus botas y te las pondrás, Hannah no siente ninguna incomodidad, ni la falta de medias antes de llegar a casa. Pero Catwoman, tú y solo tú, incitaras a Hannah a lamerse el pie derecho, para satisfacer tu morbo personal, de saborear el semen seco del Amo, lo deseas ¿Cierto? Saborear mi jugo.

 

-Sí, Amo, ¡Me encantaría! Deseo su grandiosa verga entre mis labios.

 

-Despierta, Catwoman.

 

-Que sea común lo hace más raro. Me eriza la piel imaginarme hombres recolectando a escondidas ropa intima de mujeres.

 

Guardó las medias en mi maletín.

 

-¿Que piensas del sexo con los pies?

 

-¿Sexo con los pies? ¿Como es eso?

 

Sostengo mi polla con una mano, mientras revuelvo el azúcar en el café con la otra. Su pie derecho hace un hermoso y maravilloso trabajo sobre mi tallo erecto y resbaloso.

 

-Por ejemplo: Una chica masturba con uno o ambos pies la polla de un chico.

 

-Ugh, es algo asqueroso. Jamas haría algo tan raro.

 

Eyaculó en su suave pie.

 

*Toc* *Toc*

 

Efectuó el comando por impulso mientras yo me recupero del orgasmo.

 

-¡Oh, Dios santo y misericordioso!….¿Recuerdas nuestras noches de pasión?

 

-Ehhm…. -Ella tragá saliva.

 

No responde, porque no puede recordarlo. Solo vienen a ella sensaciones físicas, una lengua fantasma lamiendo su cuello, una polla imaginaria ingresando en su útero.

 

Todas esas noches de sexo, están refundidas en un cajón de su inconsciente. Permitiendole solo recordar aquellas caricias eróticas.

 

-Vamos, intentalo. Recuerda.

 

-…..Sí, ehm, sí, recuerdo un poco ¿Por que preguntas eso? Me inquietas, cambiemos de tema.

 

-De acuerdo ¿Has visto a Plutón?

 

-En fotos y documentales, ¿A que viene la pregunta?

 

-Tanto hablar de recuerdos me hizo acordarme de Adam ligando.

 

-¿Adam? Vamos, cuenta, era alguien muy peculiar.

 

-Si con peculiar te refieres a extraño como un tiburón alpinista, estas en lo correcto. Ambos nos tomamos unos shots de ron en un bar cerca de su casa. Vimos a una morena preciosa, grandes caderas, curvas de infarto y tetas. Oh, esas tetas, capaces de enloquecer a cualquiera. Andaba sola y estaba a punto de cruzar cerca de nuestra mesa. Lo rete, como hacíamos los cinco en esos días:

 

“Si le sacas el número, yo pago los shots”

 

Él la intercepto. Y le dijo:

 

“Acompañame, vamos a ver a Saturno”

 

Pause el relato para generar misterio y captar su atención.

 

-Bueno, ¿Y que pasó?

 

-La tomo de la mano y se la llevo al baño pequeño del bar. Cuando ambos salieron. La morena despelucada con el labial corrido. Y la bragueta abierta de Adam, me sorprendieron. Por supuesto no habían ido a ver a Saturno. Logró algo más.

 

Aquí ella me interrumpió.

 

-Espera, espera, espera. No puede ser verdad, eso no puede pasar. Una chica hermosa, casi una modelo, le da la mano a un desconocido y luego le chupa la polla. Hasta los videos porno son más realistas.

 

-Si lo cuentas así, te creo. Pero olvidas el detalle importante. Los planetas.

 

-¿Enserio?

 

-Sí, muy enserio. Yo quede como tú ahora, pero mis ojos no mentían. Adam no era agraciado, ni tenía el dinero para contratar a una actriz. Así que le pregunté:

 

“¡Que demonios! ¿Como lo hiciste?”

 

“Me gusta hacer mi jugada solo. Ya que estabas aquí al mismo tiempo que esa morena, no tuve otra opción. #######, hay mujeres que nacen para succionar pollas, pueden crecer, educarse y ser contadoras, abogadas, secretarias, científicas o empresarias.

 

Pero, y esto es importante.

 

Ni su estatus, ni su edad mental influyen en lo siguiente: Su necesidad de chupar. En sus ratos libres este tipo de chicas , siempre están con algo en la boca, un bolígrafo, una zanahoria o un plátano, las más desinhibidas, una berenjena o un pepino. ¿Me sigues?”

 

“Te sigo”

 

-No le creía, me parecía absurda la idea de que existieran ese tipo de chicas.

 

-Porque no existen.

 

-Dejame terminar y después podrás decidir que creer.

 

“¿Viste los labios de esa morena?”

 

“Sí, tenia el labial corrido.”

 

“¡Eso no! Eran labios gruesos. Con ellas funciona el truco.”

 

“No, ahora no te sigo”

 

-Yo tampoco -Me respondió ella, incrédula.

 

“Estas nenas, no le negarían una mamada a nadie. Pero no les puedes decir: ‘Dame una mamada’, te patearían las bolas o peor, ¿Bien?”

 

“Suena lógico. No pedirle mamadas a extrañas, anotado.”

 

“El truco esta en los planetas. Son la excusa perfecta.”

 

“Eso suena estúpido.”

 

-Sí, suena estúpido.

 

“Lo es, pero ¡Funciona!”

 

-Me dijo Adam. Estaba cediendo, sentía que algo se me escapaba. Aun así él logro aclarar mis dudas:

 

“Por coincidencias de la vida me entere, que estas chicas de labios gruesos, adictas a mamar. También les gusta ver documentales del universo, tanto como mamar. Lo descubrí de pura casualidad. Así que no hay que dejarlo desperdiciar. Nos vemos en otra ocasión. Ganaste la apuesta, yo pago los tragos.”

 

-Efectivamente, yo gane. El recibió su mamada, aunque la chica se veía más confundida que asustada. Se fue sin darle su contacto a Adam.

 

-Que gran historia, muy creativa. Pero no la creo.

 

-¿Me creerías si te dijera que lo intenté?

 

-No, pero te escucho. Me gusta reírme de tonterías.

 

-Nos vimos otra vez, en una discoteca, en otra ciudad, a las afueras. En medio del campo observe a una rubia despampanante. Cabello largo hasta la cadera y cuerpo de una muñeca sexual, no sé como habrá sido su vida antes, pero su cuerpo parecía hecho para satisfacer a los hombres.

 

Me acerque hable con ella, estudiaba derecho, su familia de nicho cristiano, adinerada. Nuestra charla fue casi una formalidad, a los cinco minutos ella estaba bailando con otro chico más alto, musculoso y mejor vestido que yo.

 

Mi aspecto desgarbado, la camisa blanca manchada de trago y los zapatos sucios, no me favorecían esa noche. Me encontré con Adam que estaba dirigiéndose hacia otra chica morena, ya que le encantan las morenas.

 

“Vuelve a donde esa rubia, y dile lo que charlamos la otra vez. No tienes nada que perder.”

 

-Adam tenía razón. No tenia nada que perder, espere a que se dirigiera a la barra y pase mi brazo por sus hombros. Me miró como si quisiera matarme, sus labios eran jugosos. Más gruesos que los de la chica morena.

 

“Acompañame, vamos a ver a Venus”

 

“Ok.”

 

-¡No puede ser!

 

-Sí, si puede ser. La lleve detrás de un arbusto y allí, ella me soplo la polla magníficamente. Balanceando ese hermoso par de tetas.

 

-No, no puede ser que sigas con esta farsa. ¿Me crees tan tonta? Ser una mujer de labios grueso no te hace una puta traga leche.

 

Claro, era una farsa, Adam jamás ligó de una forma tan absurda. Pero me gustaba verla imaginándose esas escenas delirantes.

 

-Acompañame, ‘Vamos a ver a Plutón’.

 

-De acuerdo.

 

Me levantó de mi silla y camino al baño unisex, entramos en una de las cabinas con los inodoros. Le empujo los hombros suavemente indicándole que debe arrodillarse y obedecé. Abro mi bragueta. Y la dejo observar mi verga erecta entre mis boxers.

 

-Esto no es nada parecido a Plutón. -Me lo dice con su típica sonrisa picara.

 

-Baja los boxers y te llevare al espacio, nena.

 

El desencadenante la había llevado a esta situación, sin conflictos, para Hannah chuparme la pija era tan natural como tomar un café, esto no había cambiado en tantos años. No tardo en apresar con sus labios mi trozo de carne, su húmeda boca me hacía estremecer, su lengua hábil le daba un toque especial. Al venirme en su boca y haciéndola a ella tomar cada gota de esperma, me sentía satisfecho de nuestro segundo reencuentro.

 

Ella seguiría sin creerme, tal vez pensaría que solo le apeteció chuparme la polla. Después de escuchar tantas historias de mamadas. Por esto Hannah es una de mis victimas preferidas.

 

******

 

La ayudé a limpiarse el labial sobrante y volvimos a la mesa.

 

-Tengo que presentarte a una amiga, se llevaran muy bien.

 

-Ah ¿Sí? ¿Como se llama?

 

-Karen, ustedes dos congeniaran de maravilla, te lo aseguro.