miprimita.com

La insaciable Victoria

en Transexuales

Soy Victoria, tengo 22 años y un cuerpo envidiable de, orgullosamente, 100-90-100, desde los 5 años desee cambiar mi cuerpo y lo logré a través de hormonas y mucho ejercicio desde que fui adolescente. Mis pechos crecieron naturalmente, al igual que mis caderas, mi piel se hizo más suave al igual que mis facciones, nunca tuve vello y el poco que tenía lo removí con depilación láser. Mis piernas largas y torneadas, cintura de ensueño, piel blanca, pelo castaño claro natural y con ojos color miel-avellana. Pero después de cumplir 18 y de legalmente cambiar mi nombre, me faltaba solo una cosa para ser una mujer completa, y esto era, reasignar mis genitales a los de una mujer.
 
El procedimiento fue sumamente doloroso para mí, me sentí muy extraña y a veces, creo yo por el cambio hormonal o la mutilación, me sentí deprimida y llorando, pero con el paso de los meses, con recuperación, terapia física y psicológica, fui enfocándome en vivir una vida plena como mujer completa, cual era mi meta desde pequeña, y después de un año de mucho esfuerzo físico, mental y no pocas terapias de todo tipo, finalmente a mis casi 20 años logré plenamente mi propósito de vida.
 
Quisé como "graduación" de mi nueva vida completa experimentar cosas nuevas con mi vagina, que por cierto quedo muy linda =). Así que en unas vacaciones salí con dos de mis mejores amigas a un hotel de playa, estando en la alberca, las tres en bikini, el de mis amigas he de decir mas conservador que el mío, puesto que como ya no tenía nada que ocultar, decidí usar el super micro bikini más pequeño que encontré que cubría basicamente nada, color azul cielo, dejando ver mis atributos mucho muy a la vista, así que casi de inmediato conocimos a tres chicos lindos que luego nos invitaron a salir.
 
En la noche en el bar, mis amigas y yo salimos con ellos, ellas vestidas con mini vestiditos, y yo como andaba en playa, solo me pusé otro mini bikini, ahora color rojo, me vestí con un minishort de mezclilla, usando el top del bikini solamente arriba y unas sandalias. Bailamos mucho, nos divertimos y bebimos también bastante. Mis amigas se aburrieron de los chicos con quienes originalmente salimos y se fueron con otros, pero yo decidí quedarme a platicar con los tres.
 
Seguimos tomando y bailando, luego ya pasando las horas, uno de ellos, moreno, pelo liso, el más alto y musculoso, me comenzó a besar y a acariciar a lo cual yo también respondí. Luego, el otro amigo de él, un moreno más bajito con pelo rizado, pero lindo, también comenzó a acariciarme y a besarme el cuello, el último, más tímido y rubio solo se concentró en vernos. Como vi que las caricias y besos subían de volumen, les sugerí mejor fuera a su cuarto en el hotel.
 
Entre risas, besos y juegos fuimos los cuatro caminando con dirección al cuarto. Llegando el elevador, nos subimos los cuatro, y el chico rubio, de inmediato se lanzó contra mi y mis pechos besándome y apretándome con mucha fuerza, no pasaron ni unos segundos cuando se bajo para besarme entre mis piernas, bajándome el minishort.
 
Llegamos en instantes al piso y luego, yo ya sin minishort, a besos, abrazos y muchas caricias llegamos a la habitación. Su cuarto era un desastre, con ropa por todos lados y botellas de tequila tiradas en el suelo y un montón de latas de cerveza. Parecía que no habían hecho el aseo en todo el día. Dos de ellos me tomaron con fuerza y me arrojaron sobre la cama. Entre risas y gemidos sentí como ahora los tres me besaban y acariciaban sin límites. Rompieron mi mini bikini y el alto moreno se desvivió por darme el placer más grande que haya tenido en mi vagina, otro de ellos me besaba los pechos con delicadeza mientras que el rubio me frotaba los pies y se los metía a la boca.
 
El rubio no aguantó más y sacó su pene, se veía extremadamente grande para su estatura, además que aparentaba ser tímido y retraído, pero quitando al otro del camino se montó entre mis pechos para masajear su herramienta. El moreno alto y el otro más bajo sacaron a su vez sus cosas, aunque no se veían tan grandes como la del rubio. Empezaron a tocarse mientras veían a su amigo disfrutando de mis grandes y redondos pechos. Pasado un tiempo corto, los dos morenos me voltearon boca abajo en la cama, y el alto metió su pene en mi boca, cual empecé a disfrutar como caramelo con chocolate, el rubio, ahora abriendo mis nalgotas empezó a besarme el ano, dándome ricos besos negros, aunque batallaba un poco por el tamaño de mis caderas y pompas.
 
El moreno bajo empezó a penetrarme por el ano, mientras que el alto seguía amartillando mi boca y garganta. Sentí tanto placer que me deshacía en gemidos de dolor y sensación, solo tenía oportunidad entre mamada y mamada para respirar y gritar que quería más y más. El chico rubio detuvo todo, me sentó a la orilla de la cama, vino a darme besos y caricias suaves, y delicadamente solamente él y yo, hincado y yo sobre él, fue delizando su gran amigo dentro de mi todavía virginal vagina, poco a poco, centímetro a centímetro. Aquello fue, como si el supiera que mi cosita era nueva y estaba a punto de ser estrenada por él.
 
Lo que prosiguió fue indescriptible. Uno de mis grandes temores al pasar por la cirugía era que perdiría sensibilidad y que solo me serviría como cuestión estética. Estaba muy equivocada. Sentí, poco a poco, como algo dentro de mí se iba introduciendo, una sensación muy nueva, puesto que en esa parte no existía ningún orificio antes, y luego sentí algo muy doloroso, como si me encajaran algo filoso y estuvieran deshaciendo mi interior, por otro lado, sentí muchísimo placer, como si mi pene estuviera a la inversa, y en lugar de tener placer al meterla, era todo al revés ahora, disfrute de algo nuevo, el gran placer de recibir algo dentro de mí, delicioso, doloroso, lindo, excitante y nuevo, todo a la vez.
 
Aunque sentía mucho placer en este primer intento, les dije que necesitaba más lubricación, así que más tarde en decirlo, en que uno de ellos, el moreno bajo, me acostó boca arriba y se comió por entero toda mi concha escúpiendo y vertiendo toda su saliva en mí, somo si estuviera inflando un globo de agua.Él se acomodó luego sobre mí, y comenzó a penetrarme, otra vez suavemente, ya habiendo agarrado calor, empezó a moverse con más fuerza, haciendo movimientos super ricos y nuevos dentro de mí, el rubio, se acercó a mi boca y dejo que disfrutara oralmente de su pene, mientras que el otro me montaba, unos momentos más, y su otro amigo se acercó para poco a poco escabullirse, y finalmente estar a puerta de penetrarme junto con su amigo.
 
Le dije que estaba bien, que deseaba sentir a los tres en mí, y entre gemidos de mucho placer, ya no sentía más dolor, solo emociones y sensaciones nuevas dentro de mí, el otro moreno se coordinó con su amigo, y me empezaron a penetrar ambos al mismo tiempo en mi vagina. Acostada yo boca arriba, uno hizo espacio subiendose lo más que pudo, mientras que el otro detrás de él, dejo caer su vida dentro de mí.
 
Esto fue sensacional, los dos penes dentro de mí, deshaciéndose, mientras que me comía al otro con mucha intensidad y pasión. De poder ver mis ojos en ese momento, creo que hubiese estado completamente ida en el placer. Les dije a los tres que me dieran con todo y lo más rápido posible, a lo que ellos obedecieron y los tres por los dos frentes gimieron, jadearon y se cansaron hasta que finalmente terminaron. El primero fue el rubio, que explotó en mi cara; el segundo fue el moreno bajito que decidió venirse fuera también virtiéndo todo en mi estomágo, se quitó dando más espacio a su otro amigo alto que después de un tiempo todavia más explotó todo su líquido caliente dentro de mí. Sentí su lechita en mi vientre, muy caliente, por primera vez tuve esta sensación como ninguna otra, en ese momento, finalmente me hice mujer por completo.
 
Al terminar todos nos quedamos dormidos en la misma cama y temprano al día siguiente me levanté antes que ellos, tomé algunas de su prendas prestadas (ya que literalmente yo ya no tenía nada de ropa) y me fui a mi cuarto, llegué pero no estaban mis amigas, así que solo me bañé y me volví a dormir.