Luego de conocer un mediodía a un muchacho al salir de un estadio, nos acariciamos en mi coche y esa noche, tuvimos sexo pero, deseando más, fui a buscarlo a un “cuartito donde vivía” y ahí di salida a mi sexualidad reprimida, con él, sin importarme la diferencia de edades, pues podía ser su madre…
Una señora de 37 años separada va a ver jugar a su hijo, de 18, y ahí conoce a un muchacho de la edad de su hijo, con el que tiene un rápido encuentro en su auto; la invita a una fiesta esa noche y ahí se hacen “novios” y tienen relaciones sexuales.
Acababa de terminar una relación de pareja cuando mi hijo organizó una fiesta de su escuela en la casa. Ahí conocí a un jovencito con el que, de manera impensada, tuve un rapidín delicioso, que nunca lo olvidaré.
Siendo yo jovencita me mandaron de la casa a pagar mi colegiatura. Esperando en el banco para pagar, ahí me encontré al jefe de mi papá, un hombre mayor, quien me invitó un café. Estuvimos platicando y me estuvo acariciando, hasta que nos salimos y , nos fuimos a un motel, en donde me hizo mujer.
Esta es la historia, simple, de una mujer muy joven, que apenas despierta a la vida, que se ve viuda de repente, con casi dos hijos. Es de buena posición social en el pueblo y, los amigos de su esposo deciden ayudarla. Le va tan bien , que hasta con la bendición salió aquella tarde.
Soy cuarentona, casada pero separada de mi marido. Nunca tuve a ningún otro hombre, ni antes ni después de mi marido, él había sido el único hasta que mi hija, tratando de alegrarme la vida, me presentó a un muchachito, ¡a un negro!, quien me sedujo y me hizo descubrir las maravillas del sexo.
Les cuento cómo descubrí el sexo; fue en una fiesta; mi padre estaba muy ebrio y mi madre se encontró con un hombre, teniendo relaciones sexuales. Yo los miraba escondida, pero fui sorprendida por otro hombre, quien se aprovechó para quedarse con mi virginidad.
Fui a México por negocios y ahí conocí a un chico con quien tuve sexo. Esa noche, luego de la cena, regresamos a tener relaciones sexuales: ¡las estaba deseando con toda mi alma, tener sexo fuerte con ese muchacho, y se me concedió!. ¡Se volvió a apoderar de mi cuerpo, mi alma y de mis orgasmos!.
Fui a la ciudad de México por negocios y ahí, en el hotel donde me hospedé, conocí a un chico casi 20 años más joven que yo. Hubo química y me le entregué; tuve sexo con otro, por primera vez desde que me casé: ¡me hizo su puta!, y yo estuve feliz.
Soy una señora madura, con dos niñas. Tengo un vecino estudiante con el que ya tuve relaciones sexuales, que disfruté. Volvimos a tener relaciones, pero luego de eso, me llevó a una fiesta de estudiantes en donde estuvimos perreando, calentándonos y regresamos a casa a volver a tener relaciones sexu
Soy una señora madura, separada de mi marido, con dos niñas. Tengo un vecino estudiante, muy inquieto, que me hizo proposiciones sexuales; lo acepté y disfruté. Me gustó mucho, pero a él le gustó más y al día siguiente fue a buscarme a la casa, haciéndome revivir el placer de estar con un jovencito
Soy una señora madura, separada de mi marido, con dos niñas, que vive en una unidad habitacional popular. Tengo un vecino estudiante, muy inquieto, que me hizo proposiciones, lo acepté y disfruté..., ¡de a mares!.
Ya viuda, andaba con un amigo de mi difunto esposo, pero un día, René, un ex compañero de mi hijo, se me atravesó en mi camino y me convirtió en su putita. Aquí les cuento la segunda ocasión que estuvimos, esperando les guste, como me ha gustado a mí el complacer a ese chico.
A casi dos años de mi viudez, había tomado como pareja a un amigo de mi difunto esposo, pero era algo como para llenar una formalidad, hasta mi hijo lo había aceptado, sin embargo, un día, el menos pensado, un ex compañero de mi hijo se me atravesó en mi camino; no supe ni cómo, pero me dejé seducir
Acababa de enviudar cuando conocí a un gringo, muy joven, de la edad de mis hijos, quien quiso tener relaciones sexuales conmigo. Las circunstancias se dieron y vivi un fin de semana inolvidable con ese muchacho. Aquí se los cuento.
Fue casi al final de un viaje de turismo que conocí, de manera impensada, a un chico muy joven, mucho más que mis hijos, con quien viví una aventura extraordinaria, que me permitió dejar el ayuno de sexo en que había yo caído. Fue algo como salido de un sueño, del que aún no he querido despertar.
Señora mal atendida sexualmente maestra de escuela, casada, madre de dos niñas, entra por internet y le contesta un jovencito negro, panameño, que la viene a visitar para tener sexo. Olvida todo decoro, educación y familia y se entrega a él y lo disfruta, sin importarle ningún nada más.
Este es un homenaje a un hombre maduro, recio, que me hizo descubrir mi sexualidad. A mis 22 años salí a estudiar al extranjero, en donde lo conocí y me hizo conocer un sexo desconocido para mí, llevándome al paroxismo del placer.
Este ha sido uno de los coitos más felices y gratificantes de toda mi vida, aunque fue muy rápido y está contado muy rápido, pues no hay mucho que agregar: ¡más felicidad no cabe!. ¡Ojalá lo disfruten!.
En relatos anteriores comenté cómo, platicando con mi hijo, traté de entender la filosofía de los jóvenes, su manera simple de ver la vida, de entender el amor, de entender y tener sexo. De repente, me veo en una vorágine de sexo con jovencitos, que me tiene continuamente excitada y deseando por más
En un torneo de futbol me enredé con Javier, amiguito de mi hijo, compañero de escuela y de equipo; tuvimos varios días de relaciones sexuales, hasta que , me penetró por el ano. Aquí les relato cómo entra en ese juego mi hijo, quién también me lo mete, ¡deliciosamente!, por los tres lados posibles.
En relatos anteriores comenté cómo me enredé con un amiguito de mi hijo, compañero de escuela y de equipo, y le comencé a enseñar el arte del sexo. Aquí relato cómo, luego de un partido de fut, tenemos un sexo violento, ¡que termina por la desfloración de mi ano, en un "completo fuera de lugar".
En relatos anteriores comenté cómo me enredé con un amiguito de mi hijo, compañero de escuela y de equipo; narré cómo lo seduje y le comencé a enseñar el arte del sexo. Aquí relato cómo, luego de una noche tormentosa, al despertar, con premuras de tiempo, lo hicimos muy rápido, ¡pero delicioso!.
Tenía 35 años cuando un torneo de futbol me llevó, con mi hijo y un amiguito suyo, a ir a otra ciudad, donde viví la pasión, por el amiguito de mi hijo. Esta es la tercera parte del apasionado juego que viví con él, que supo anotarme un golazo tras otro, en mi cuerpo, haciéndome enloquecer de pasión
Tenía 35 años cuando un torneo de futbol me llevó, con mi hijo y un amiguito suyo, a ir a otra ciudad, donde viví la pasión , por el amiguito de mi hijo. Esta es la segunda parte de ese juego tan apasionado que viví con él, que supo anotar un golazo en mi cuerpo, haciéndome renacer la pasión.