Ocurrió hace muchos años, en un pueblo de la costa española. Un chico joven ardiendo en deseos de perder su virginidad ve su sueño hecho realidad al conocer a un atractivo turista extranjero.
Nunca pensé que aquel hombre fuera a dar de sí tanto en la cama, fue inolvidable.
Luca, un abogado de 29 años comparte piso con Joel, un chulito de 22. Los dos, heteros, ególatras y arrogantes se ven abocados, por una apuesta de gallos, a toda una serie de acontecimientos relacionados con el mundo de la dominación sexual que no esperaban. ¿Serán capaces de controlar la situación?
La escena de la ducah sube la temperatura y nos acabamos trasladando al cuarto
Como me pone, cuando me dicen… “No pares cabrón no pares de chupar… aaahhh!!. Joder maricona, sí vas a hacer que me corra por segunda vez, menuda boquita tienes cabrona… uuummm!!”.
Continúa mi fin de semana con mi hermano...
Una chica en una discoteca nos deja con un calenton que ninguno de los dos podemos quitarnos solos por nuetra cuenta. Un pequeño accidente hace que se suban las cosas de todo y en la ducha acabamos relajando tensiones.
Total pillamos el coche del casado y nos encaminamos al rio me sente detras solito pero de vez en cuando entre los asintos palpaba sus pollas, llegamos por allí aparca el coche y nos encaminamos por uno de los senderos coño para ser una tarde grisacea había ambiente, había un tipo dandole por el culo a otro otro tío mirando y nosotros seguimos andando ví un sitio que me parecio bueno y un poco más allí separados había dos tios tocandose la polla y otro solo más haya y pensaba joder! como se vengan todos la fiesta que me voy a dar.
Mas tardo el joven aquel en golpear a mi amigo que al mismo tiempo que Lalo se tomaba el rostro por la agresión mi puño cerrado ya viajaba directo a la cara del agresor, con la puntería y fuerza necesaria para derribarlo en el suelo.
Buscando una polla que me follara, entré a los aseos públicos. Enrojecido y temblándome las piernas, miré hacia él, clavando mis ojos en la tremenda tranca que tenía el tío aquel. Dios, otro escalofrío recorrió mi cuerpo, al observar detenidamente aquella tranca. Aquello me asustó al verlo.
Le pregunto que si quiere follarme, y por suerte la respuesta es si. Se pone condón y así a 4 patas empieza a metérmela sin mucha dificultad porque de lo cachondo que estaba entró fácilmente
Arturo está obsesionado con la churra de su entrenador, hasta el punto que lo espía cuando se ducha.
Comenzando a chupársela como se, deslizando mi lengua desde su glande hasta sus genitales, lamiendo y dándole bocaditos. Continuando por lamer y chupar sus enormes genitales, enormes como pelotas de tenis al menos. Soltándome… “Joder, donde coño has aprendido a comerla de tal manera puta”.
En este hay poco sexo, más que nada situaciones sugerentes y ciertos momentos que hacen cambiar la historia. Espero que os enganchéis a la historia de este grupo de amigos
Llevábamos varios cubatas y serían como las 4 de la mañana cuando la noche maravillosa que me estaba ayudando a olvidarme de esa semana intensa estaba a punto de mejorar. Yo había ido allí sin ninguna pretensión de ligar porque iba con el grupo y aunque Lorena podría cubrirme no sentía la necesidad
-“Ufff nene, ha sido brutal!!!!” -“No sabía que tenía un amigo tan cerdo” -“Eso mismo estoy pensando yo”
Es mi primer relato, espero que os guste, lo valoréis y si os gusta me dejéis comentarios e ideas aquí o en mi correo: Erikoapav@gmail.com
Soy un despistado, mi abuelo decía que no podría encontrar agua en el mar. No podía dormir por culpa del calor agobiante. Tenía que salir a tomar el aire. Me estaba dando un paseo. Era un noche calurosa, de canícula, en pleno verano. Llevaba solo mis pantalones cortos, muy recortados...
Yo recostado en el gran sofá alargué el cuello para mirar al recién llegado ¡Pedazo de macho! Diego caminaba con largas zancadas sus piernas enfundadas en un ajustado vaquero de tiro corto muy gastado desteñido y marcando
La inclusión del primo mayor en el grupo anima bastante
Se había dado cuenta de que cada vez que me miraba mi perturbación iba en aumento. una excitación se iba apoderando de mi entrepierna. No sabía cómo hacer para ocultar el abultamiento de mi paquete, cada vez aquello crecía más y más, sin yo poder remediarlo.