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Todo comenzo en un tren

en Fantasías Eróticas

Aquel día tenía la negra conmigo. Por la mañana el Jefe que llama y me espeta que tengo que estar en una reunión al día siguiente con unos "capullos" en Orense, y encima el trabajo de la oficina, que amenazaba con desbordar mi mesa, quedé trabajando toda la tarde y a eso del anochecer salí desde la Capital rumbo a Cádiz. En parte me ilusionaba el proyecto, viajaría unas cuantas horas y ya en las puertas del país de Califato " me alojaría en algún hotel de carretera y ver la posibilidad de darle un alegrón al "chichi" con algún joven camionero.

La boca se me hacía agua, y la almejita se me iba poniendo como dulce en almíbar, por lo cual, aunque las normas de tráfico nada dicen al respecto, y dado que suelo utilizar el esquema, "de que lo que no está prohibido está permitido" pues dejé resbalar mi mano izda. por entre la falda para sopesar la fuerza del alambique que tenía entre las piernas, y calar a sí su densidad, olor y gusto, a la par que meterme las costuras de la braga entre los labios de la almeja.

Como buena sumiller caté mis dedos a base de chupetes, y establecí que los caldos empezaban a estar en su punto para dentro de unas horas, en los cuales aspiraba a tener a un macho sorbiendo tan apreciados destiles. Pero antes había que ponerse a tono, coloqué como digo las bragas entre mis labios, y procedí mientras conducía a restregarme por el asiento, esos tirones de la braga sobre mi culito y la almeja, me subliman y me llevan al cabo de unos minutos al más plácido paroxismo.

Ya iba llegando la medianoche cuando llegaba al culmen de mi orgasmo, cuando el coche hizo un inesperado chof y allí se quedó, llamadas de teléfono, la grúa, etc.. y el viaje a medio hacer, un taxi tardaría casi dos horas en venir, y hacer el viaje con el gordo gruista no me apetecía un pimiento. El sonido de un tren de mercancías, me dio la idea de continuar el viaje en RENFE, y allí me fui hasta la solitaria estación de Almenajero de Arriba, allí me explicaron que no podían darme billete de Coche Cama pues iba completo, osea que me dieron una litera hasta Cádiz

Dos horas de espera y el tren llegó a su punto, a tientas avancé por el oscuro pasillo y entré en un oscurísimo departamento de olor a "tigre", me medio desnudé como pude y pegué el primer sueño, soñando con mí ansiado camionero comiéndome la almeja. Estaba llegando al ensoñadp orgasmo cuando me desperté con ganas de ir al baño, me levanté a tientas , me puse el albonoz y en un bamboleo del tren me fui a estrellar contra litera de enfrente, un bulto y un conocido olor a leche merengada, me decía que allí alguien se estaba haciendo una "alemanita".

Salí pues hasta el baño, por un pasillo sin luz y un iden en el water, el calor era axfisiante, y olor no era menos, me relajé sentada en la taza, cuando sentí abrirse la puerta, no pude ni decir ni pío, y allí quedé como una estatua, cuando sentí que una relajada polla, chocaba con mi cara, unos rayos de luz de alguna estación dieron suficiente claridad al estrecho departamento como para que el interfecto de la polla se diera cabal cuenta del preciado dulce que tenía ante sí.

Reaccionó en apenas unos segundos, metió sus dedos por entre el albornoz y palpó a placer mis menudas tetas, quise zafarme de tal acoso, cuando de un empellón me vi estrujada contra la pared del baño y una polla se restregaba en mi rostro en busca de un hueco, me negué a tal ultraje, cuando sentí como me aprisionaban la nariz, la búsqueda de aire me hizo boquear a más y mejor, con lo cual mi agresor me metió su ya calenturienta polla en la boca, que intenté morder, aunque entre las arcadas por el pedazo de polla que tenía dentro y una ajustada presión sobre mi rostro me impedían tal acción, quedándome solo la opción de que mi lengua intentara impedir la entrada de más chorizo de cantimpalo.

El sujeto me trabajaba a su antojo y capricho sin importarle ni los arañados y pellizcos que le metía en sus nalgas, en plena batalla opté por tirarle de los huevos, fue apretárselos y correrse en mí con una impresionante y asquerosa corrida a base de una leche espesa, que tuve que tragarme sino quería quedar allí ahogada en medio de tanto yogurt humano. Tan pronto se corrió se fue por donde había venido, sin darme tiempo a más.

Quedé allí llorando mis desconsuelo y mi mala fortuna, pues ese no era el tratamiento que mi delicada almeja necesitaba, me levanté como pude y me arrodillé sobre la taza del WC para vomitar tanta leche presa como me había tragado.

En ello estaba cuando alguien empujaba mi cogote a irse water abajo, creí que sería el "escupidor de la leche merengada" que no quería dejar innecesarios testigos, la idea cruzaba por mi mente cuando sentí que me echaban por encima de la cabeza el albornoz, y de un tirón me clavaban las bragas en plena almeja, eso me gustó, no puedo negarlo, y también me gustó sentir una ensalivada mano hurgar por entre mis partes, aunque mi instinto me llevaba a rebelarme, entre la costuras clavadas en plena almeja se introdujeron dos o tres dedos, sabe dios cuántos , y ese mete y saca me corrí entre lagrimas y gritos de rebelión , pero mi agresor, no se desanimó y pronto sus dedos dejaron paso a una polla morcillona que se iba abriendo paso entre tirón y tirón de braga, si a mí aquello me hacía daño, el tenía que ver las estrellas, lo cual no fue óbice o impedimento para que se viniera dentro de mí con un fuerte churretón de leche.

Limpió su polla sobre mi albornoz y bragas y pasó sus ásperas manos por mis bajos que luego restregó sobre mi cara y pelo, y así fue como sentí irse de mí la segunda polla de la noche. Cerré la puerta, me limpié como pude y me fui camino de la litera. La encontré medio a tientas y cuando me estaba durmiendo, boca abajo y medio destapada por el gran sofoco que allí había, alguien dejaba caer todo su peso sobre mi espalda, quise gritar pero un trapo ocupó toda mi boca, y mis manos fueron literalmente atadas por algo, abrieron mis piernas y sentí llegar escupitazos hasta mi respigón culito y chichi este no mereció atención pues estaba abierto y manando "restos". Este nuevo violador optaba por otra vía, sentí como un ensalivado dedo se hacía dueño de todo mi ojete, que sin contemplaciones iba recibiendo otra unidad más para luego dar paso a algo que sentí monstruoso, pues se metió en mí a la fuerza, sin contemplaciones ni circunloquios , creí que lo peor había pasado cuando un continúo vaivén del pollón me hacía ver las estrellas a cada segundo. Sentí llegar el churretón quemándome las entrañas, y sentí que me arrastraban hasta el borde de la litera, y me ponían de rodillas entre las piernas de una persona, el trapo fue saliendo poco a poco, aunque la polla del culo aún seguía allí metida, dilatándome hasta la extenuación.

Cuando el trapo había salido , me encontré abocada a comerse un repugnante chichi de inabarcable olor a leche. La polla del culo salió y dejó entrar otra más fina y puntiaguda, larguísima y que arrastraba consigo algo que me parecía el pañuelo que yo había salivado y mordido en mi desesperación, allí me tenían atrapada y maniatada entre el aquella apestosa almeja y la culebreante polla de mi culo. De nuevo empezó el vaivén dentro de mi culo, esta vez algo mas placentero, aunque otra polla que optaba por ubicarse en mi chocho, me sacó de mis casillas, algo gordo inmenso, trataba de abrirse paso entre mis cachas, mientras la otra polla no dejaba de balancearse sobre mi ojete subiéndose a mi grupa.

La polla del chocho logró entrar como un torbellino, sentir un pollón de aquellas dimensiones correrse por mi almejita querida, el largo pirulillo hacer también de las suyas, fue pese a la violación a la que estaba sometida, una sensación única y más cuando empezaron a correrse y sentí como el pañuelo se deslizaba culo abajo pasando entre mis doloridos labios que se abrían ante tanto placer como me estaban dando.

No sé cuantas horas siguió estuve a merced de aquellos jodedores, aunque debieron ser unas cuantas a juzgar por el estado en que desperté. Allí ,me dejaron una nota, si te ha gustado y quieres más el día 8 de noviembre toma el Expreso de la noche y acomódate en el coche cama 3 departamento nº 13 , en algún momento de la larga travesía encontrarás más sorpresas.

Tus violadores

Pese a todo espero con impaciencia el día 8.

 

Ó Abelardo de Leire

Aleyre@latinmail.com