miprimita.com

Bienvenida

en Orgías

Estás en tu casa, escribiendo en tu pieza. No sabes que yo he regresado. Repentinamente unas manos te aprisionan por detrás, tú te asustas pero reconoces mis dedos y mi olor así que te relajas. Te aprieto los pechos mientras beso tu cuello y tus orejas. No nos decimos ni una palabra. Te voy desvistiendo lentamente hasta que te paras y te pones frente a mí. Nos besamos apasionadamente, me sacas la ropa y puedes apreciar lo caliente que estoy después de casi un mes sin verte. Te pones encima del escritorio y me ofreces tu sexo, yo me acerco gustoso y te abrazo. Te quiero penetrar lentamente pero estás tan mojada que llego hasta el fondo de un solo empujón. Empezamos a movernos, te empujo cada vez más fuerte hasta que sentimos un ruido y es alguien que ha entrado a tu pieza.

Es un amigo tuyo que nos ha descubierto, yo me averguenzo pero tú te sonríes y nos dices que ya que estamos los tres, pasemos un buen rato juntos, mientras te vas a tu cama y nos esperas.

Nos acercamos a tí y te besamos y acariciamos, te pones como perrita en cuatro patas y él te empieza a penetrar por atrás mientras me comienzas a lamer mi pene. Tu boca hace maravillas y me tienes a mil, mientras tu amigo no lo pasa nada de mal por atrás.

Finalmente no resisto más, tengo un orgasmo enorme y descargo en tu cara todo el semen que tenía acumulado.

Tú sientes las gotas tibias correr por tus mejillas.

Mientras descanso te comienzo a lamer los pezones, que los tienes muy duros mientras tu amigo sigue dando por atrás, cada vez más fuerte hasta que ambos tienen un orgasmo, ayudado por mis caricias a tus tetitas.

Te vas a lavar la cara al baño y estás en eso cuando sientes algo duro que te aprieta por atrás. Soy yo, que vuelvo a la carga. Tú te quedas de pie con las piernas abiertas apoyada en el lavatorio mientras comienzo a penetrarte. Me muevo cada vez más fuerte y cada golpe suena plaf plaf plaf, tú me miras toda caliente por el espejo y yo me vuelvo más loco hasta que me derramo entero dentro tuyo, mientras tú tienes tu segundo orgasmo. Te quedas en la misma posición y es ahora el turno de tu amigo que empieza con lo mismo. A mí me sigues mirando por el espejo, con tus ojos de hembra deseosa. El acaba dentro tuyo y el semen de ambos chorrea por tus piernas.

Volvemos a tu cama a descansar, y entre ambos nos dedicamos a complacerte, te besamos la boca, los pezones, tu sexo, tus orejas, te lamemos entera.

Nuestras manos recorren toda tu piel y te masturbamos hasta que tienes otro orgasmo salvaje.

Como agradecimiento, comienzas a pajearnos, uno con cada mano, lo haces muy bien y cada vez más rápido, también vas chupando alternativamente los penes de uno y otro. En un último esfuerzo ambos eyaculamos nuestros últimos restos de semen encima tuyo y quedas allí saboreando nuestras gotitas.

A tu amigo lo llaman urgente por el celular y tiene que irse, nosotros nos quedamos retozando en tu cama unas horas más.