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Novita y Shishuka, los amantes

en Parodias

Novita regreso a casa tarde ese día, ya que le habían castigado después de las clases (como de costumbre) por no haber traído hechos los deberes del día anterior.

En cuanto entró, dejó los zapatos en una esquina y tras pedirle a su madre varias veces la merienda, sin obtener respuesta por parte de esta, comprobó que estaba solo, pues Doraemon le había dejado una nota en la que ponía que regresaría tarde, que tenía que ir a los grandes almacenes del futuro a arreglar la puerta mágica, que se había estropeado.

Subió a su cuarto y se tumbó en el suelo, recordando lo que le pasó antes, en la escuela:

Estaban en el patio, y su amiga Shihuka tropezó y se cayó. Llevaba puesta una falda corta, y al caer, esta se le levantó, dejando al descubierto el generoso trasero de la chica. Novita estaba en ese momento justo detrás de ella, con la mirada perdida en el horizonte, sin pensar en nada especial, pero el grito que dio Shishuka bastó para sacarle de su emparramiento. Al ver ese pandero majestuoso, la polla del chico reaccionó, poniéndose dura al instante. Novita fue a socorrer a su amiga, disimulando como difícilmente pudo su erección.

Shi: Gracias Novita, tropecé con esa piedra y me caí.

Nov: ¡Pero Shishuka, si te has hecho una herida en la rodilla!

Shi: No es nada, de verdad.

Nov: Será mejor que te lleve a la enfermería, no sea que se te infecte.

Shi: Pero...

Antes de que la chica se diera cuenta, Novita la agarró en brazos, sacando la fuerza de a saber donde, y la llevó a la enfermería.

Novita estaba que no se aguantaba. Su polla rozaba constantemente el culito de Shishuka, y eso hacía que se pusiera nervioso, no fuera que ella se diera cuenta y se enfadara (menuda es esta chiquilla cuando se enfada); y por otro lado, crecía en Novita un deseo antes desconocido de desnudarla ahí mismo y poseerla sin compasión.

Finalmente llegaron a la enfermería. La dejó en el suelo y salió corriendo, diciendo que necesitaba ir al servicio, a hacer pis.

Y así fue, pero lo que Novita hizo fue hacerse una paja de esas que hacen historia; estuvo los 30 minutos que quedaban de recreo estrujándosela.

Al recordar estos hechos, su verga se puso tiesa otra vez. Estaba deseando pajearse de nuevo, pero entonces pensó: ¿Por qué voy a pajearme, teniendo el motivo de mi excitación tan cerca, manzana abajo?

Si, estaba decidido, debía follarse a Shishuka hoy mismo. El problema era que ella no se dejaría penetrar tan fácilmente (se imaginó a si mismo en la puerta de la casa de Shishuka diciendo "hola, quítate la ropa que voy a follarte" y esa escena le provocó risa y otra erección, porque había algo de morbo en ella).

Entonces se acordó del bolsillo mágico de repuesto que Doraemon siempre guarda en el armario, debajo de los edredones. ¿Estaría aún ahí?

Abrió el armario, rebusco entre la ropa, y, ¡premio! Ahí estaba el bolsillo. Algo tendría que haber en él que le permitiera follar sin que ella lo note.

Encontró el reloj mágico, que pulsando un botón, el tiempo se paralizaba, pero él seguiría consciente.

Ya lo había usado otras veces, para colarse en casa de Gigante sin ser visto, con la intención de recuperar algún objeto robado. Sabía que las personas paralizadas no se quedaban totalmente tiesas, pues de haber sido así, difícilmente hubiera podido tirarse a Shishuka, si se quedaba dura como un mueble.

Si, con ese aparato bastaría. Pero Novita se quedó mirando el bolsillo un momento y pensó: ¿Cómo le sentaría a Shishuka tener las tetas más grandes?

Volvió a buscar en el bolsillo y encontró dos lupas, una con el mango naranja y la otro verde.

Esas lupas agrandaban (la naranja) y encogían (la verde) el tamaño de todo aquello que se mirara directamente a través de ellas. Quizás funcione en su amiga...

Antes de salir, Novita comprobó si las lupas funcionaban. Se bajó los pantalones y sacó su polla al aire. Esta aún estaba algo erguida, pues todo lo que estaba pensando hacerle a su amiga le ponía cachondo.

Se miró con la lupa naranja, y sintió un cosquilleo en la polla, la cual empezó a crecer al instante. Pasó de sus ridículos 11 cm a convertirse en una magnifica verga de 25 cm. Shishuka iba a gozar, aunque no tuviera constancia de ello, por estar paralizada por el efecto del reloj.

Ir por la calle así no era práctico, así que sacó la lupa verde y se miró con ella. Su polla regresó al instante a su tamaño normal.

Se guardó en los bolsillo las lupas y el reloj, sacó su gorro-coptero y salió por la ventana, derecho a casa de Shishuka.

Al acercarse, miró por la ventana. La chica estaba ante su mesa, haciendo los deberes, como todo buen estudiante. Entonces Novita sacó el reloj y apretó el botón.

Todo se congeló al instante. Nada se movía. Un pajarillo que volaba a su lado se quedo flotando ahí, paralizado. Los transeúntes se detuvieron al instante. Todos estaban quietos, y él podía hacer lo que quisiera.

Entró por la ventana, movió la silla donde Shishuka estaba sentada y la tumbó en su cama. Con cuidado, la desabrochó la camisa. La niña no era totalmente plana, pues tenía dos diminutos bultitos, síntomas de que la pubertad lo primero que quería cambiar en ella era el tamaño de los pechos.

Sacó las lupas. Agarró la naranja y dejó la otra encima de la mesa. Entonces miró la teta izquierda, Esta empezó a crecer rápidamente. Después miró el pezón izquierdo, para que su tamaño fuera proporcional. Repitió la operación con el otro pecho.

Shishuka era ahora una niña de 11 años con un pecho de talla 110, más o menos.

La polla del chico quería salir de su prisión, pues estaba que no se aguantaba. Novita la dejó libre y se la miró con la lupa hasta que tuvo el tamaño de antes.

Lo primero era masajear esas dos montañas que tenía delante. La sensación que tienen las manos al tocar un pecho de semejante tamaño es indescriptible. Lugo probó a besar el otro pecho. Chupó el pezón de la misma manera que lo hace un bebe en busca de leche en el pecho de su madre.

Entonces oyó una voz que le decía:

-¿Te gusta tocarme?

Era Shishuka, que no estaba paralizada. Miró a Novita a los ojos, pero no con deseos asesinos, si no más bien con los ojos que pone una amante en el jugueteo previo al acto sexual.

Novita no sabía que decir. ¿Cómo era posible que el reloj afectara a todo el mundo menos a Shishuka? La respuesta llegó pronto:

Shi: Doraemon me dijo que vendrías y que usarías ese reloj para paralizarme, pues me dijo que al ir al futuro, tuvo que regresar un momento, y te vio follándome, estando yo paralizada. Entonces me dio una pastilla que me haría inmune a los efectos del reloj mágico.

Nov: Shishuka, yo...

Shi: Pero Novita, ¿por qué no me dijiste nada? Yo estaba deseando que me hicieras sentir mujer desde que sentí el roce en mi culo de esa polla que tienes, la cual has agrandado...

Novita no sabía donde meterse. La cabeza le daba vueltas, ¡resulta que sí que quería hacer el amor con él!

Shi: Lo que ya no me esperaba es que me agrandaras las tetas. Ha sido una idea muy buena, viniendo de ti.

Shishuka estaba de pie, al lado de un espejo, contemplando los pechos que Novita la había regalado. Se los sobaba a la par que decía:

Shi: bueno, ¿a que estas esperando?

Mientras decía eso, se bajó las braguitas, se recostó en la cama y se abrió de piernas.

Novita se puso un condón que traía en el bolsillo, y movido más por su polla y por sus instintos primarios, que por su cerebro, se acercó hasta su compañera y guió su pollón hasta la entrada del coño de Shishuka.

Entonces ambos se fundieron en uno solo, desvirgándose el uno al otro a la vez, en una cogida espectacular. Shishuka gritaba y gemía, con mezclas de dolor por ser la primera vez que la penetraban, y placer por el acto sexual.

Novita agarraba con una mano la cintura de ella, para poder hacer fuerza mejor, mientras con la otra no soltaba uno de los inmensos pechos de su amante.

Así estuvieron un buen rato, hasta que Novita no aguantó más y se vino dentro de ella, pero no había peligro de embarazo, porque se había puesto un preservativo. Exhausto por ser la primera vez, Novita se tumbó al lado de su chica, uniéndose ambos en un apasionado beso. Ahí estuvieron un rato hasta que Novita pensó que ya era hora de regresar.

Nov: Creo que debo irme ya, mi amor. Otro día vuelvo y lo hacemos por detrás. Y ahora que sé que tu también me deseas, ya no volveré a usar el reloj mágico.

Shi: Como quieras...

La chica se levantó y se dispuso a vestirse, pero la camisa no le entraba, pues seguía teniendo unas tetas descomunales.

Shi: Novita, creo que deberías devolver mi pecho a su tamaño, pues si no todos se van a extrañar un poco...

Nov: ¡Es verdad, qué despiste tengo!

La chica se reía, mientras él buscaba la lupa verde.

Nov: ¿Dónde la habré puesto? ¡-ya recuerdo! Sobre la mesa.

Se acercó a la mesa tan deprisa, que cuando la cogió, tropezó y en un descuido, la lupa se calló al suelo, partiendose en mil pedazos.

Shi: Pero, y ahora, ¿me tendré que quedar tetona para siempre?

Nov: Tranquila, hablaré con Doraemon, él tendrá algo con lo que encogerlas, seguro...

Shi: Eso espero, porque, si no es así, ¿ qué voy a hacer con estas tetazas?

Mientras decía esto, se las apretó y estrujó un poquito, cosa que le levantó la polla a Novita otra vez.

Nov: Tranquila, mujer, que algo haremos. Mientras, procura quedarte aquí, y que nadie te vea...

Shi: Si... Adios...

Entonces se colocó el gorro-coptero , salió por la ventana, y en el aire, pulso de nuevo el botón del reloj mágico. La vida volvío a la normalidad y todo el mundo seguía a lo suyo, pese a que Novita y Shishuka habían estado juntos unas 4 horas...

Continuará...

 

 

Agradezco cualquier comentario o posible idea para futuros relatos. Dirijanse a Danisoyyo123@hotmail.com

Gracias por haberse molestado en leerlo