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Doremi X: Algo raro las ocurre...

en Parodias

Amanece. Doremi estaba sola en casa con su hermanita. Era Sábado. Sus padres les advirtieron que se iban a ir a la ciudad de compras por la mañana temprano, ya que había una buena tirada hasta la ciudad y otra tanta para regresar, por lo que ya se habrían ido.

Doremi intentó hacer memoria. ¿Qué había pasado?

Le dolía un montón la cabeza y se notaba algo mareada. ¿Por qué estaba con resaca, si nadie había bebido alcohol?

Se enderezó y miró a su alrededor. Estaba en su habitación. La persiana estaba echada y la puerta cerrada.

De pronto reparó en que no llevaba ropa. ¡Estaba desnuda! ¿Pero cómo y por qué?

Se estrujó los sesos bien y trató de reconstruir los acontecimientos de la noche pasada.

Nosotros los veremos tal y como ocurrieron:

Atatshuki, ese chico del mundo de los magos que traía loquita a Doremi se había enterado de que esta estaba dando una fiesta de cumpleaños en su casa, ¡y no le había invitado!

Ese era un gesto muy feo. Debía ser castigado.

Partió del mundo de los magos al de los humanos y llegó hasta la casa de Doremi.

Miró por la ventana. La casa estaba llena de compañeros de Doremi. Era obvio que la fiesta era solo para sus amigos de clase, por eso él no estaba.

Pero no se iba a ir sin más. Le apetecía disfrutar de la fiesta como al resto. Se acercó a la puerta, pero al comprobar que estaba cerrada, pensó en colarse dentro. Y para no ser visto, se lanzó sobre él mismo un conjuro de invisibilidad.

Abrió la ventana y saltó dentro.

-"Huy, chicas, que frió hace de pronto, ¿no?" comentó Doremi, que había sentido una ráfaga de viento al abrirse la ventana.

Atatshuki pensó en una manera de "vengarse". Tras un rato de elucubraciones, llegó a la siguiente conclusión:

-"Doremi y los demás son humanos. Y sé por mis experiencias con los adultos de esta raza que si ingieren una sustancia denominada alcohol, les cuesta pensar con claridad. Incluso a veces no recuerdan al día siguiente lo que pasó"

Decidido. Debía hacer que tragaran alcohol.

Entonces reparó en una ponchera que había sobre una mesa. Se acercó. Era un jugo de frutas.

Chasqueó los dedos y se disolvió con el zumo un fuerte licor, del mismo sabor, para que nadie notara nada raro.

Justo en ese instante, una de las chicas se puso en pie sobre una silla y propuso un brindis en honor de la anfitriona. Todos llenaron sus vasos con el "ponche" y se lo tragaron de un sorbo.

Algunos notaron algo raro, pues el calorcillo típico que siente una garganta al ingerir alcohol es especialmente acusado cuando no estas acostumbrado a beber, y ellos se lo habían tragado de golpe.

Pero la chica que a Atatshuki le interesaba no solo no había notado nada, sino que estaba diciendo que nunca había probado nada tan bueno, y recargó su baso. Repitió una tres veces.

-"¡Jolin con Doremi!" Pensó él.

Al cabo de un rato, Doremi se notaba algo mareada. Iba caminando haciendo eses y le costaba mantener los ojos abiertos...

Se dirigió al baño, pues sintió unas ganas profundas de vomitar...

Cuando por fin llegó, levantó la tapa del inodoro y dejó a sus entrañas expulsar todo aquello que quisieron.

Cuando se enderezó, notó una mano toqueteándola el culo.

Se dio la vuelta para darle una ostia al pervertido de turno, pero no vio a nadie.

-"Con que dando una fiesta solo para tus amiguitos, ¿y que pasa con tus "otros" amiguitos?"

Esa voz le resultaba familiar. Aquella mano encontró la forma de abrirse paso hasta el agujero del culo, metiéndose cada vez más dentro. Doremi estaba poniéndose caliente, y tras pensarlo un poco, preguntó:

-"¿Atatshuki? ¿Eres tú?"

Al oír que le llamaba por su nombre, el chico se descubrió, desactivando el hechizo de invisibilidad...

Doremi estaba muy confusa. Hace un instante hubiera matado al que la tocaba, pero el alcohol estaba empezando a confundirla. Por otro lado, resulta que el que la tocaba era su amado Atatshuki.

Unos corazoncitos se dibujaron en los ojos de Doremi, y esta le dejó al chico que siguiera con su labor...

-"Lo haces muy blien, Atlatshuki" Dijo Doremi medio borracha "Sigle, pol favoooool, no pares, ... , que gusto...

Atatshuki chasqueó de nuevo los dedos y la puerta se cerró con el pestillo. Estaban solos. Perfecto.

Con la otra mano le fue quitando a Doremi toda la ropa, pero se llevó una sorpresa al ver los pechos de Doremi.

-"¿Desde cuando te han crecido a ti los pechos, Doremi? ¡Si hace unos días estabas totalmente plana!"

-"Es por la edad, idliota. Tu sigue a lo tuyo..."

Ya totalmente desnuda, ella desvistió a su chico. Pero ella esperaba otra cosa. ¡Qué decepción! Atatshuki no practicaba tanto deporte como Tetsuya, por lo que sus músculos no estaban tan marcados (No es que Tetsuya estuviera cachas ni nada por el estilo, no, es que él estaba totalmente flácido...)

En fin, que se le iba a hacer...

Ella siguió desnudándole. Ahora había que bajarle los pantalones. ¡Menudo bulto había ahí dentro! Eso sí era lo que ella quería.

Le quitó la ropa, y una magnifica polla saltó, poniéndose totalmente perpendicular respecto al cuerpo...

Doremi la agarró y le quitó el capuchón. Este chico se había hecho pajas, no había duda, pero no había conseguido que el boli quedara totalmente destapado...

Agarró el pellejo de piel y suavemente tiró de él hacia atrás. A la mitad del trayecto, Atatshuki se quejó diciendo:

-"¿Para, Doremi, por favor, que me haces daño!"

-"¿Pero cómo va a hacerte daño esto?¡Si los hombres debéis poder llevaros este trocito de piel de aquí hasta el fondo!"

-"Pues yo aún no lo he hecho y es mi primera vez en esto"

La perturbada mente de Doremi pensó de pronto en que cuando te haces una herida y te ponen una tirita, lo mejor es quitarla luego de golpe, porque si no, arranca muchos pelitos poco a poco y es peor...

Probaría a hacerle lo mismo a la polla de Atatshuki. Cogió fuerzas y ¡tiró!

-"¡¡OOOHH!! ¡¡Doremi!! ¡Que gusto, madre mía!"

Ahora que la polla ya estaba en posición mamada, ella debía comérsela entera.

Puso la puntita de su lengua en la rajita de la polla y empezó ha hacer círculos, segregando bastante saliva, pues la zona en cuestión estaba bastante seca.

Su chico se retorcía, pero no sabía de gusto o de dolor...

Doremi abrió bien la boca y se tragó esa polla novata que tenía entre sus manos...

Atatshuki casi se desmaya... "Si en el fondo no iba a ser tan eficiente como Tetsuya, ya veras" Pensó Doremi.

Fuera estaban oyendo música, y la tenían bastante alta. De no haber sido así, los gemidos se habrían oído perfectamente...

Tras tragársela entera varias veces, parecía que el chico ya se estaba acostumbrando al sexo, por lo Doremi decidió pasar al siguiente nivel:

-"Atatshuki, quiero que me la metas dentro"

Atatshuki alucinaba. Él estaba ya rendido, pero Doremi quería más... En fin, nunca se debe discutir con una mujer, y menos sobre sexo...

Él la agarró por la cintura mientras torpemente puso su polla en el coño de Doremi. Empujó, pero no entró.

-"Será posible.¡Las cosas que tengo que hacer para que aprendas! ¡Pero si todos los hombres nacen sabiendo esto!"

Atatshuki se puso más colorado de lo que ya estaba...

Doremi metió la puntita de la polla en el lugar correcto y fue ella la que tiró de Atatshuki hacia si. ¡Ahora!

-"¡Hummm, Dios, esto es mejor que una mamada...!

-"¡Que gorda la tienes, Atatshuki!"

Y antes de que los dos estallaran con el típico ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahh!, Atatshuki se llenó de coraje y decidió que si había de morir, debía ser así.

Empezó con unas embestidas muy fuertes, tanto, que hasta Doremi estaba sufriendo...

Sus piernas no pudieron sostenerla más y se volcó hacia un lado. Y fue en esta extraña pose, cuando su chico dijo que no se aguantaba más.

Y antes de que Doremi le contestara, él la llenó de semen las entrañas...

Tras la descarga, empezaron a calmarse. Atatshuki usó su magia para llevarla a su habitación sin que nadie la viera.

La acostó en su cama y ella cayó dormida al instante. El alcohol y el sexo son el mejor somnífero...

¡Claro, eso había pasado! ¡Atatshuki había parecido y se la había tirado en el baño! Ahora lo recordó. Bueno, ya no podía hacer nada.

Se vistió y como buena hermana mayor bajó a hacerle el desayuno a su hermana. Al salir de su cuarto, vio que ella no estaba. Entonces oyó el ruido de la tele en el salón. Estaría allí.

Bajó sin hacer ruido y observó, a ver que miraba su hermanita...

Una expresión de asombro y espanto apareció en su cara. ¡Popú estaba viendo una película porno!

Doremi sabía que su padre tenía material no apto para menores en algún lugar (Todos los padres lo tienen), pero ella no sabía donde. Parece que Popú si lo sabía.

En la película salía una rubia operada de pechos y labios, follándose a un negro que tenía un peazo rabo impresionante.

Popú estaba masturbándose, con los dedito de una mano, mientras con la otra pellizcaba sus pezones.

Doremi reparó en que Popú no estaba tan plana como ella pensaba...

La película empezaba a ponerla caliente a ella también, pero ahora no era el momento.

Llamó a Popú por su nombre. Esta se asustó tanto que se cayó al suelo.

En el sofá había una mancha de los jugos de Popú.

-"Jee, jee, ... , ¡Hola hermanita!" dijo sonriente Popú, como si aquí no pasara nada.

-"Hola. Quiero que pases un trapo por el sofá ahora mismo, y reza para que papá no descubra esa mancha..."

Doremi puso rumbo a la cocina y calentó leche, mientras unas tostadas se preparaban en la tostadora...

Mientras, Hanna se despertó en su habitación en la tienda mágica.

Se miró en el espejo y pensó para sus adentros:

-"¡Si! ¡El hechizo de Hanna empieza a notarse!" Estaba de perfil mirándose el pecho...

Justo en ese instante, llegaba Phao, el elefantito albino de Hanna. Phao había estado unas semanas enfermo, y tuvieron que llevárselo al mundo de las brujas para que lo curaran.

-"¡Hola, Hanna, Phao!" Dijo Phao (NOTA: que conste en acta para aquellos que no lo sepan. Este elefante puede hablar, y al acabar cualquier frase repite su nombre)

-"¡Phao, mi querido Phao, cuanto tiempo sin verte!" Dijo Hanna quien se lanzó sobre el elefante, dándole besitos en la frente.

Mientras le abrazaba, Hanna sintió que a Phao le rugían las tripas.

-"Phao tiene hambre, Phao"

-"Espera aquí. Te voy a traer tu comida"

Hanna subió a la habitación de la Bruja Rica, para pedirla la comida de Phao, pero estaba totalmente dormida. Tenía la mejilla roja y olía a licor. Sin duda habrían estado de juerga toda la noche, ya que las chicas estuvieron en la fiesta de Doremi...

No quedaba otro remedio que coger la llave de la despensa y darle a Phao comida de humanos...

Así lo hizo Hanna.

-"¡Estaba todo muy rico, Phao! Pero aún tengo hambre..."

Phao se había comido todas las reservas de una semana y media, pero seguía hambriento...

Ya no había más comida, ¿Qué hacer?

Entonces Hanna tuvo una idea.

-"Phao, ¿te apetecería un poco de leche?"

-"¿Leche? ¡Si, Phao!"

Esa era la respuesta que Hanna esperaba. Se quitó la camiseta y jugueteó con un pezón hasta que se puso durito.

-"Ven y chupa de aquí, Phao."

El elefante estaba confuso. Pese a ser un animal, era macho, y reconocía lo que Hanna le daba.

-"Pero, ¿Hanna va a darle leche a Phao de ahí?"

-"Tú chupa y veras como sale la leche."

Phao no se lo pensó más. Se acercó a Hanna. Esta se agachó para que Phao llegara mejor.

El elefante puso su boquita en el pezón que Hanna le había preparado, y con suavidad, empezó a succionar...

-"¡Hummm, que bien lo haces, Phao, no pares!" Dijo Hanna.

Phao, animal masculino que era al fin y al cabo, estaba disfrutando. Pero era muy raro, pese a que eran de especies diferentes, Phao estaba excitándose, y Hanna parecía gozarlo también.

De pronto, Hanna vio que algo crecía entre las piernas de Phao.

La excitación había provocado en Phao una erección. Hanna sabía por haberlo visto en la tele, que el pene de elefante podía llegar a medir hasta un metro, estando erecto. Phao era más pequeño ahora que en su estado normal, ya que para poderse quedar con Hanna, esta tuvo que encogerle con un conjuro. Pese a eso, su polla era muy apetitosa...

Parecía como si Phao no se diera cuenta, pero Hanna sí que percibió la excitación del elefantito.

Estiró un poco el brazo, y con la mano agarró el miembro.

Phao notó algo que lo tocaba. Paró de chupar, pues no encontraba la leche por ningún lado, agachó la cabeza y miró entre sus patas. Allí vio a Hanna, que movía arriba y abajo su polla...

-"¡Hanna! ¿Pero que haces, Phao?"

-"Hanna quería ver como era la cosita de Phao. ¡La tienes muy dura!"

-"¿Dura? Con lo blandito que yo soy..."

-"¡Oh, pero es mejor así!"

-"¿Phao?"

-"Si. Veras. Hanna tiene un sitio especial en su cuerpo. Un sitio en el que los chicos meten su cosa, como la tuya"

-"¿Pero es que los chicos humanos también tienen una cosa como la mía, Phao?"

-"Si. Pero no tan grande. ¡La tuya es enorme en comparación!" El elefante se estaba poniendo colorao "Hanna quiere que le metas en su sitio especial tu enorme cosita, ¿Vale, Phao?"

-"Por Hanna Phao iría hasta el fin del mundo, Phao"

-"¡Phao!"

Hanna abrazó a Phao como uno abraza a un peluche al que le tiene mucho cariño.

Hanna estaba ya bastante calentita, pues Phao la había estado chupando del pezón un buen rato. Pero antes de que su "sitio especial" albergase la "cosita" de Phao, Hanna decidió que debía probarla con su propia boca.

Se puso a cuatro patas y comenzó a comerle a Phao la polla.

-"¡Como me gusta esto, Phao!" Comentó el elefante

Pero Phao no tenía experiencia y estaba a punto de reventar dentro de la boca de Hanna, cuando esta le detuvo, diciéndole que eso debía hacerlo dentro.

-"No te muevas Hanna, deja a Phao que encuentre él solo el sitio especial de Hanna, Phao"

Hanna se quedó quieta. Pero notó un bulto apretando la entrada de su culo. ¡Phao creía que el sitio era el agujero del culo!

-"¡No, Phao, detente, que te has equivocado de..."

Demasiado tarde. El elefantito había embestido con toda la fuerza encontró. El culo de Hanna casi se rompe, y esta sintió que se lo hacían mil pedazos...

Pero, hay madre, que gusto. El instrumento de Phao realmente era enorme. Phao estaba métiendolo y sacándolo con mucha rapidez, y Hanna hacía lo imposible por contener sus gemidos, para que no despertaran ni la Bruja Rica ni Lala.

-"¿Qué decías, Hanna, que este no es el sitio? ¡Lo siento, Phao!"

-"No, ... , el sitio, ... , es, ... , este" Dijo jadeante Hanna, señalándose la raja adecuada...

-"¡Pues adelante!" Gritó Phao, Metiendo con la misma brusquedad su polla, ahora en el coño de Hanna.

-"¡¡Oggg!! ¡Phao! ¡Que bien lo haces! ¡ Pero no voy a resistir más...!"

-"¡Phao tampocoooooo...!"

Phao no aguantó más y llenó a Hanna de semen de elefante.

La bruja Rica Estaba empezando a despertarse, pues los chillidos de placer y dolor de ambos la habían despertado...

-"¿Hanna...?¿Dónde ... estas? Preguntó desde su habitación la Bruja Rica, sin salir de esta.

-"¡Estoy aquí! ¡Phao ya ha vuelto!"

Se fue corriendo al baño con Phao para que se lavaran un poco y eliminaran cualquier señal de sexo.

La Bruja Rica salió por fin. Tenía una cara de sueño que asustaba...

-"¡¡Phao tiene mucha hambre!!" Gritó Phao. Con tanto ejercicio, si ya tenía hambre, ahora estaba desfalleciendo...

-"Enseguida te traigo tu comida...." Comentó la Bruja Rica, aún dormida.

-"¡Hanna se va al mundo de las brujas!¡Quiero hacerle una visita a mis amigas de la guardería!"

-"¿Qué dices de un mudo y unas trufas?" Preguntó Lala, que tambien se había despertado, y no había oído muy bien.

Pero Hanna ya salió de la tienda mágica, con su traje de aprendiz de bruja y su escoba, entrando al mundo de las brujas...

Ya estaba atardeciendo. Momoko estaba en su casa, acabando unos ejercicios para el lunes. Pero no podía concentrarse. Desde su ventana podía ver a unos chicos que jugaban con un balón. Hacían tanto ruido que la desconcentraban...

Decidió asomarse y pedirles que se marcharan. Pero al asomarse, vio que eran unos chicos mayores. No harían caso a una chica de 12 años...

De pronto se fijó en la indumentaria de uno de ellos. Llevaba un pantalón corto y camiseta ajustada.

-"Dious miou, como esta ese chicou..." Pensó ella

Casi sin darse cuenta, se llevó una mano a la entrepierna, haciendo ya saben qué...

El chico que estaba excitándola debía estar pasando mucho calor con el entrenamiento, pues se le veía sudar. Pronto se quitó la camiseta, exponiendo al mundo un cuerpo trabajado en el gimnasio, sin duda.

Si Momoko ya estaba empezando a meterse los deditos por solo ver al chico, ahora que él la había regalado medio streptease...

Su respiración se agitó. Llegó a empañar el cristal...

Estaba empezando a humedecer sus braguitas, así que decidió quitárselas, pues no tenía más ropa íntima limpia de momento.

De pronto, el chico movió la cabeza y miró a su alrededor. Su cabeza se detuvo en la ventana de Momoko. Debió sentirse espiado...

La ventana era bastante baja, le llegaría a Momoko por las rodillas. Entonces ella se percató de que el chico con el que fantaseaba la estaba mirando, ¡Y tenía en coño bien visible!

Se asustó y bajó la persiana de golpe, poniéndose de espaldas a esta.

¡Hay madre, que susto! Sin embargo, los calores no se la iban. Se tranquilizó un poco y pensó que lo mejor era acabar lo que había empezado.

Se subió la camiseta por encima del pecho y con un dedito recorrió las aureolas de sus pezones, los cuales se pusieron duros al instante.

Con su otra mano buscó y encontró su clítoris. El movimiento conjunto de pezón y clítoris la estaba volviendo loca. Tanto, que se dejó caer sobre la cama...

¡Como echaba de menos aquel estupendo consolador que le regalaron a Doremi! Si lo tuviera entre sus manos, ahora estaría perdiéndose de vista dentro de su cueva...

De recordar el tamaño de dicho aparato, e imaginárselo dentro de sí, Momoko no pudo aguantar más, y un pequeño orgasmo recorrió su cuerpo.

Había gastado muchas fuerzas, y casi sin notarlo, sus párpados se cerraron, y se quedó dormida. Más tarde ya despertaría para bajar a cenar, totalmente repuesta.

Horas antes, Doremi buscó su mochila. No la veía por ningún lado y en ella tenía los cuadernos con los ejercicios...

Entonces recordó que salió de clase el viernes sin ella. Se la dejó olvidada en la clase.

El colegio no cerraba el fin de semana; tenían una biblioteca que permanecía abierta todo el año, por si un alumno de cursos superiores necesitaba una consulta.

Todo era cuestión de buscar al conserje y pedirle las llaves del aula.

Doremi puso rumbo al colegio. Pero por el camino se encontró con Aiko.

-"¿Dónde vas, Doremi?"

-"A la escuela. Es que me olvidé los libros allí y debo hacer los deberes..."

-"Ah, bien. Pues yo tengo que comprar unas cosas en la tienda que está al lado del cole, así que si quieres te acompaño y luego te espero para volver las dos juntas"

-"¡Gracias, Aiko! ¡Me parece estupendo!"

Tras un breve trayecto en el que hablaron de temas sin una importancia capital para este relato, llegaron a la escuela. En un desvió, Doremi y Aiko se separaron, quedando en volver a verse ahí, dentro de 20 minutos.

Doremi entró en el colegio y el conserje estaba en el patio, pasando una escoba.

Le pidió las llaves del aula tras identificarse como estudiante del centro, y se dirigió a su clase.

Efectivamente, en el respaldo de su silla estaba la cartera. La agarró y se dispuso a salir cuando sintió unos pasos.

Al rato apareció en la clase Tetsuya, quien había olvidado también los libros.

-"¡Doremi! No sabía que tú también habías olvidado los libros. De haberlo sabido, te los hubiera llevado a casa..."

Doremi estaba un poco perpleja, ¿desde cuándo era este tan amable con ella?

-"Pues ya ves, se me olvidaron y aquí estoy..."

-"Ah, bueno" Dijo Tetsuya acercándose a Doremi. Su pupitre está cerca del de Doremi, y al pasar junto a esta le tocó el culo sin ningún tipo de reparo.

-"¡Oye pero tú que te has creído...!" Gritó ella, al sentir que la sobaban.

-"Doremi, pensé que tú y yo ya habíamos superado esta fase. ¡Pero si te he hecho cosas peores que simplemente rozarte...!"

Era cierto. Doremi agachó la cabeza, dándole la razón.

Entonces él se acercó y siguió sobando el culete de Doremi, pero ahora ella no opuso resistencia. De algún modo, él era el mejor amante que tenía...

Al rato, las caricias se convirtieron en una excursión que los dedos de Tetsuya hacían en busca de un agujero donde meterse.

El coño de Doremi ya era todo un profesional. Los labios vaginales se abrieron con facilidad asombrosa. Tetsuya al notar que el cuerpo de Doremi pedía algo más que caricias, le quitó a esta las bragas, Se agachó, y con la lengua recorrió la raja de Doremi.

Esta miraba hacia el techo con los ojos cerrados, mordiéndose el labio para no gemir de gusto...

Tetsuya encontró con la lengua cierta parte de Doremi que identificó como su clítoris, y se dispuso a hacer círculos con la lengua alrededor de este.

-"¡Uhmmm, que gusto, cabrón! ¡No pares!"

Él siguió con su labor de chupeteo un rato más, acompañando sus movimientos los gemidos de Doremi. Entonces trató de separarse de ella para pasar a tareas más serias...

-"¡¡Te he dicho que no pares!! ¿Dónde crees que vas?" Dijo Doremi agarrando a Tetsuya por la cabeza y volviendo a poner su cara en el lugar apropiado.

Doremi estaba ya muy húmeda, y el olor que segregaba su zona íntima estaba poniendo a cien a Tetsuya. Quería metersela ya, pero Doremi no le permitía separar la cabeza, hasta tal punto le estaba sujetando esta que casi se ahogaba...

Tuvo una idea, Probó a succionar el clítoris como si de un pezoncete se tratase. Doremi gritaba como una posesa, hasta que no aguantó más, y un orgasmo la invadió.

Ahora que estaba más calmada, él se puso en pie y sacó a la luz su polla. El coño de Doremi estaba más que lubricado, por lo que casi no había que hacer fuerza para que entrase...

Se subieron a la mesa del profesor, pues los pupitres eran muy pequeños como para que aguantasen su peso.

Tetsuya se puso debajo, forzando a su polla a que se doblase para entrar en el agujero de Doremi. Aquella postura nueva le estaba encanto.

Con una mano jugaba con el pecho de Doremi, mientras se agarraba como podía con la otra.

Al cabo de unas cuantas embestidas más, Tetsuya explotó.

Doremi estaba rendida, pero debía irse pronto o Aiko se extrañaría de su tardanza.

Se puso la ropa rápidamente y se despidió de Tetsuya con un beso.

¡Por poco se la olvida la mochila! Pero Tetsuya se lo recordó a tiempo.

Ya en la calle estaba Aiko esperándola:

-"¿Dónde estabas? Llevo un rato esperando"

-"Perdón, es que no encontraba al conserje..."

-"Está bien. ¿Nos vamos ya?"

-"Si. Oye Aiko, ¿te importaría si vamos volando con las escobas, es que estoy algo cansada..."

Estaba agotada, pues el follar cansa...

-"Vale, por mi no hay problema..."

Sacaron sus discman mágicos y se pusieron sus trajes de aprendices de bruja. Se iban a subir a sus escobas cuando Doremi vio que Aiko estaba con la boca abierta y la miraba fijamente:

-"¡¡Doremi!! ¿¡Y tus bragas?!"

Doremi levantó su falda y comprobó que efectivamente, no llevaba bragas. ¡Con las prisas, se las habría olvidado en clase! Ahora debía buscar una excusa pronto, y volver más tarde a por ellas...

-"Si, ¿Es que no sabes? ¡Se va mucho más cómoda sin ellas!"

-"¿Si?" Se acercó a Doremi "Doremi, ¿No me estarás ocultando nada, verdad?" Un brillo apareció en uno de sus ojos.

-"¿Ocultarte algo? ¡Anda ya! Prueba tu a ir así un día. Ya veras que fresquito..."

Aiko sonreía pícaramente mientras le daba a Doremi un cachete en el culete. Esta sonrió y ambas se marcharon.

Mientras estos hechos acontecían, Hanna había llegado al mundo de las brujas. Se dirigió a la guardería mágica.

Una vez allí las brujas que cuidaban de los bebes, la dijeron que estuviera calladita, que se acababan de dormir todas las niñas, y que su amigo Bigotes había salido a comprar un abono para las plantas, que le esperara en su cuarto, que no podía tardar, pues hacía un buen rato que se fue...

Así lo hizo. Se fue a la habitación de Bigotes y esperó.

Había una cama, y decidió echarse en ella a esperar...

Al instante entró Bigotes:

-"¡Hanna! ¡Qué alegría verte!"

-"¡Bigotes!"

Hanna se lanzó sobre Bigotes dándole un fuerte abrazo. Este notó algo raro, algo así como unos bultos que le rozaban. Agarró a Hanna y la separó de su cuerpo, diciendo:

-"¡Qué mayor estas, Hanna!"

La soltó y esta se recostó otra vez sobre la cama.

Hanna cayó en una postura que provocaba deseos carnales en la mente de Bigotes. Algo se le puso duro a este entre las piernas, ocultándolo como difícilmente pudo. Pero Hanna percibió esa erección (Había adquirido algo así como un sexto sentido para percibirlas).

En cierta ocasión, Doremi le contó a Hanna que ella se entregaría al chico que ella quisiera, y que este le metería su polla por el agujero que tenía.

Hanna siempre quiso mucho a Bigotes, y Doremi le dijo que lo haría con el que ella más quisiera. Si había un hombre que Hanna quisiera en ese momento, ese era Bigotes, así que era el momento de hacer caso a los consejos de su madre...

-"Bigotes, tu sabes que Hanna te quiere mucho..."

-"¿Uh?"

-"¿Y tú quieres a Hanna?"

-" Pues claro que te quiero. Recuerdo cuando Doremi te trajo por primera vez a esta guardería. Nadie podía hacerte sonreír, pero yo me esforcé, y finalmente logré que sonrieras. El ver a ese bebé convertido en esta chica tan guapa es como un sueño para mi..."

-"¡Bigotes!"

Hanna se volvió a abalanzar sobre él, pero esta vez, con la mano, desabrochó los botones de la camisa de Bigotes.

-"¡Qué haces Hanna!"

-"Si Hanna y Bigotes se quieren tanto, debemos hacer lo que Doremi me contó una vez..."

Tras un rato de "trabajos manuales", el cinturón de Bigotes cedió, mostrando efectivamente, una polla erecta, que Hanna no dudó ni un instante en probar.

-"¡Que gusto! Lo haces muy bien..."

Aquella polla era algo más pequeña que la de Phao, pero muy sabrosa igualmente...

Bigotes ya se quejaba de que se iba venir, cuando aún Hanna no había tenido bastante.

Se puso en pie e introdujo la pirindola de Bigotes en la puerta de su coñete.

-"¡Hanna! ¡Pero si ya no eres virgen! ¿Quién te robó la virginidad?" Preguntó sorprendido Bigotes.

-"¿Robado? ¡Pero si nadie le ha robado nada a Hanna! Antes de venir aquí Hanna hizo esto con Phao, el elefantito blanco..."

-"¡Con Phao! ¡Pero Hanna, si él es un elefante y tú una humana!, sois distintos, no podeis hacer esto juntos!"

-"¿Y por qué no?"

-"Pues porque no está bien. Hay cosas que no se debe hacer, y una de ellas es follar con animales"

-"¡Pues con Phao Hanna disfrutó mucho más que con Bigotes!" Hanna se estaba cabreando. ¡Pero cómo que con su querido Phao no podía hacerlo!

-"Hanna, has de entender que..."

-"¡¡No!! ¡¡No!! ¡¡Y no!! ¡Si Bigotes no aprobar lo que Hanna hizo, no ser digno de hacerlo con Hanna!"

Y se separó de él, se puso la ropa y regresó corriendo al mundo de los humanos, con los gritos de Bigotes pidiéndola que regresara de fondo...

En cuanto llegó, se metió en su cuarto y no quiso hablar con nadie, ni con el propio Phao...

Llegó el domingo, y se pasó tan pronto como vino.

El lunes de esa semana era especial, pues había dado la casualidad de que iban a juntar esa semana las fiestas locales con una fiesta nacional, por lo que no tendrían clase ni martes, ni miércoles, ni jueves ni viernes.

Doremi llegó a casa por la tarde y se encontró a sus padres haciendo la maleta.

-"¿Vais a algún lado?" Preguntó ella sorprendida.

-"Si. Nos vamos de vacaciones toda la semana. Volveremos el lunes que viene, por la noche. Y como ya sois mayorcitas, vais a quedaros solas toda la semana. Vendrá a cuidaros una canguro, pero hasta mañana no llegará, así que cuida de tu hermana esta noche. ¡Adiós!"

Y antes de que Doremi pudiera cuajar toda la información recibida de golpe, sus padres se subieron al coche y salieron disparados, dejándola en la entrada totalmente perpleja...

Cada vez que había un puente, pasaba lo mismo. Sus amigas se iban cada una a un sitio distinto y no podían verse. Esta ocasión no era distinta. Encima resultó que la tal "canguro" que iba a venir se debió olvidar de sus labores como cuidadora, porque no apareció ningún día...

-"¡Soy la chica más desgraciada del mundo mundial...!" Agonizaba la pobre Doremi para sus adentros...

Pero en aquellos días pasó algo extraño. Tanto ella como su hermana notaban como si les creciera el pecho un poco cada día. Hasta tal punto esto era cierto, que al domingo siguiente, Doremi tuvo que cogerle prestados unos sujetadores a su madre.

Popú no los tenía tan exageradamente grandes, pero igualmente se la notaba que la habían crecido.

Una tarde de aquel puente, Popú se deslizó hasta ponerse detrás de su hermana, la cual leía un comic que debía ser muy gracioso, porque no paraba de reírse...

Y así, coló sus manos por debajo de los brazos de Doremi, y se agarró a sus tetas como si su vida dependiera de ello.

-"¡Popú! ¡Otra vez tú!"

-"Sabes hermanita, he probado el sexo con un chico y con chicas. Y sabes qué, ¡me gusta más con chicas!"

Su hermana acababa de confesarla que tenía inclinaciones lesbianas. ¡Qué fuerte!

-"¡Pero Popú! A mi, ... , me gusta... más ... con un... chico..."

Doremi respiraba entrecortadamente, pues su hermanita estaba excitándola.

-"Doremi, eres demasiado fácil. ¡Solo te he tocado y ya jadeas!"

-"Tú calla y sigue, que lo haces muy bien"

Popú buscó los pezones y se puso delante de Doremi. Realmente esta tenía unas tetas apetecibles, ¡y el pezón había crecido con ellas!

Se lo metió en la boca y con la mano pellizcaba y retorcía a su gemelo...

Doremi estaba poniéndose cachonda con tanto toqueteo.

-"¿Por qué me estoy excitando? ¡Lo estoy haciendo con una mujer! ¡Y es mi propia hermana! No, esto no está bien." Pensó ella "Pero me gusta..."

Con la otra mano, Popú buscó la conchita de su hermana, y al dar con ella, halló un mar de líquidos vaginales...

Eso bastó para que Popú enloqueciera. Le metió a Doremi toda la mano de golpe. Pero lo curioso es que el coño de Doremi se dilató lo suficiente como para comerse entera la mano de Popú.

-"Hermanita, tu coño es una maravilla..."

Doremi se sentía algo halagada. Después de todo era un piropo, ¿no?

Al rato Doremi sintió que un orgasmo la invadía, y se quedó rendida en el sofá, si moverse...

¡Hay que ver lo rápido que se pasan los días de fiesta, carajo! El lunes había regresado más pronto de lo que esperaban / deseaban, y había que volver a clase.

En el aula, se sentaron al fondo Hanna, Doremi y Momoko, por este orden.

Ellas estaban, medio dormidas, y no se dieron cuenta. Pero todos sus compañeros y compañeras se quedaron atónitos contemplando a las tres tetudas que tenían en su clase.

Entonces entró la profesora y saludó a los alumnos, como de costumbre.

Empezó la clase y al rato reparó en que ningún chico la estaba escuchando. Todos miraban a las tres tetudas...

La profesora observó qué leches miraban, y entonces lo entendió. Doremi, Momoko y Hanna tenían un pecho exageradamente grande para su edad.

-"¡Pero chicas!" Dijo dirigiéndose a sus tres alumnas "¿Qué os ha pasado? ¿Cómo podéis estar así?"

Doremi y las otras entonces cayeron en la cuenta de que las tres estaban igual. Se pusieron coloradas, alegando que debía ser cosa de la edad...

¡Menudo día! Tanto en clase, como en el patio, eran el centro de todas las miradas. Miradas de envidia de las chicas, y miradas de violador de los chicos.

Para colmo de males, aquel día había educación física. Si con la ropa de calle ya estaban tremendas, verlas con el chándal, que les quedaba muy ajustado por el repentino cambio de tamaño, era algo que los chicos que no pudieron soportar. La mayoría se tuvo que ir la enfermería, pues les sangraba la nariz...

Por la tarde, en la tienda mágica, las siete (Popú incluida) pudieron comprobar que estaba igual de "dotadas".

-"Chicas esto no es normal" Comentó Ompu

-"You sabia que a las chicas les empieza a crecer el pechou con esta edad, perou no sabía que ocurriera tan de golpe" Alegó Momoko.

Mientras discutían, Hanna estaba curiosamente muy calladita, y Popú, que ya había demostrado sobradamente que era lesbiana, estaba gozando toqueteando los pechos de todas. Estas la dejaban hacer, pues estaban demasiado concentradas hablando como para regañar a Popú.

-"Chicas, esto no es normal. Parece cosa de magia" Dijo Hazuki

¡Magia! Hazuki había pronunciado la palabra mágica. Todas las miradas se dirigieron a Hanna y preguntaron al unísono:

-"¿Hanna? ¿No tienes nada que contarnos?"

-"Puede que Hanna usara algo de magia..."

Doremi casi la mata, las otras tuvieron que sujetarla.

-"¿Y deberemos quedarnos así para siempre?" Preguntó Aiko.

Por un lado estaban irresistibles, pero por otro, eran demasiados los problemas de que unas chicas de 12 años en busca de 13 tuvieran el pecho de una de 19...

-"Chicas creo que lo mejor es ir a ver a la Reina" dijo Ompu

Las demás asintieron. Doremi miraba a Hanna con unos ojos que parecían dos hogueras encendidas, con una expresión asesina en el rostro.

Se fueron al mundo de las brujas, pero con ropa normal, pues no entraban en sus trajes de bruja...

Una vez en el palacio de la reina, le contaron a esta el problema. Ella les comentó:

-"Como ya sabéis, chicas, solo la bruja que lanzó el conjuro puede desactivarlo"

Todas miraron a Hanna, a lo que esta dijo:

-"¡¡Pues a Hanna le gusta la figura que tiene ahora y no piensa cambiarlo!!"

Si antes era Doremi la que quería matarla, ahora todas deseaban estrangularla...

-"¡Calma, chicas!" Dijo la reina. Chasqueó los dedos y los pechos desarrollados de todas desaparecieron. En medio de la sala aparecieron siete muñecas de ellas mismas, pero con el pecho grande. Hanna lloraba en una esquina...

-"Veréis, lo que he hecho es quitaros los efectos del conjuro de encima, pero no puedo hacer que desaparezca, ya que Hanna no quiere. Pero lo que he hecho es que el hechizo afecte a estas muñecas."

Las chicas las agarraron y observaron, mientras la reina seguía:

-"El hechizo no ha desaparecido del todo. Si observáis detenidamente esas muñecas, veréis que tienen el pecho tal y como lo tenías antes. Pues bien, si les apretáis el pecho a estas muñecas, os volverá a crecer a vosotras"

Probaron a hacerlo y sus pechos alcanzaron el tamaño de antes.

-"Para volver a la normalidad, tirar de los pezones de las muñecas"

Así lo hicieron y volvieron a su estado normal.

-"Creo que con eso bastará. En cuanto a ti, Hanna, tus ideas sobre sexo han llevado a estas chicas a una situación peligrosa para todos. Lo mejor será que..." Volvió a chasquear los dedos y una nube de color púrpura salió de la cabeza de Hanna, yendo al interior de un bote que la reina había hecho aparecer.

-"Doremi, como la madre de Hanna, te corresponde a ti guardar este frasco. En él están almacenados todos los recuerdos de sexo que posee Hanna. Si lo abres ó se rompe, ella recuperará estos pensamientos. Mientras permanezca cerrado, no correréis ningún peligro"

-"¡Gracias, Majestad, sois fantástica!" Dijeron todas, despidiéndose ya de la reina.

En la escuela explicaron que eso debían habérselo imaginado ellos, que ellas seguían igual que siempre.

Los de clase se lo tuvieron que creer, y nadie volvió a sacar el tema. En cuanto a Hanna, ella volvió pensar como una chica normal y dejó el sexo para los adultos.

 

FIN

Doremi: "¡¡Espero que tengáis tanta suerte como yo, chicos y chicas, y quien sabe si nos veremos en un futuro relato de Doremi X!!

 

Agradecimientos:

Quiero darle las gracias a Remmzugo, sin cuyas imágenes, estos relatos no habrían sido lo mismo.

Así mismo, agradecerte a ti, querido lector, el haberte molestado en estar frente a la pantalla de tu ordenador, haciendo el esfuerzo mental de leer esto. Gracias a todos.