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Ranma. Una historia diferente (1)

en Parodias

Mucho, y muy bueno, por cierto, se ha escrito en esta y en otras web sobre estos personajes, tan queridos por muchos, tan odiados por otros.

Pero estos textos siempre giraban en torno a lo mismo, Ranma chica siendo violada por Kunô, o por Ryoga, o por otros personajes de la serie.

Akane o Shampoo o Ukyo o las hermanas de Akane siendo folladas con mayor o menor grado de dureza por Ranma o por otros...

Estas historias tienen un final demasiado predecible, y resulta muy fácil escribir de algo que todo el que alguna vez haya leído un manga de Ranma, se ha imaginado.

Me enorgullezco en presentarles un relato nuevo, con un hilo argumental totalmente distinto a todo lo que hasta ahora han leído. Pónganse cómodos para leerlo, y preparen la mente para este relato. Prometo sorprender a más de uno.

 

El verano estaba llegando a la ciudad de Nerima. El calor propio de esta época del año se hacía notar. La gente andaba por la ciudad ligera de ropa, las piscinas públicas se empezaban a abarrotar de bañistas ansiosos por refrescarse en el agua fría de estas. Los puestos de venta de helados no daban abasto para atender tanta demanda, y el sol apretaba sofocantemente sobre las pequeñas casas, donde sus ocupantes trataban de refrigerarse un poco, poniéndose delante de aparatos de aire acondicionado, o simplemente, abanicándose.

Una de esas casas, en cuya puerta se leía un cartel que ponía: Dojo Tendô. Estilo Musabetsu Kakutó, estaba guardando un silencio sepulcral.

El cabeza de familia, Sôun Tendô, descansaba placidamente en la pequeña parcela de su hogar, cobijado bajo una sombra, con gafas de sol en los ojos y un refresco helado en una mano.

Dentro de la casa, la hija mayor de este, Kasumi, revisaba las cuentas de la casa, con una pluma en la mano. Parecía preocupada. Incluso, agobiada.

La situación económica de la familia no iba bien. El Dojo no les proporcionaba suficientes ingresos. Tenían lo suficiente para cubrir necesidades primarias, pero la situación no estaba como para derrochar, precisamente...

En una sala, dentro de la casa, se encontraba un hombre, amigo de Sôun, que vivía allí en calidad de invitado. Era Genma Saotome. Estaba sentado en el suelo. Piernas cruzadas, y rostro pensativo. Parecía meditar algo muy serio

-"Esto no puede seguir así. " Pensó él, con los ojos cerrados, ensimismado en este profundo pensar. "Si no hacemos algo pronto, esta familia se quedará en la ruina. ¡Y lo peor será que no habrá dinero para comida!...No me queda otra opción..."

Al instante abrió los ojos de par en par. Estaba en frente de las pequeñas charcas que la familia Tendô tenia en sus tierras. Una carpa saltó del agua para volver a sumergirse.

Genma había tomado una decisión.

El maestro pasó en ese instante por encima del muro que delimitaba las terrenos de la casa. Llevaba su típico trapo cubriéndole la cara y un gran saco a las espaldas, del cual asomaban los restos de una caza de sostenes y braguitas. Se oía el ruido de mujeres correr tras él, pero el maestro era mas rápido, y se escabullo de sus perseguidoras. Su risa se perdió en el horizonte.

Ranma, el chico sobre cuyos hombros pesaba la terrible maldición de convertirse en chica al contacto con agua fría, pasaba por ahí en ese momento.

Llevaba una toalla por la cabeza. Parecía que salía de entrenar. Era la ocasión perfecta.

Genma, de un brinco, se incorporó, y empujo a su hijo dentro del estanque. Al segundo salió la cabeza de Ranma chica del agua, gritando e insultando a su padre.

-"¡Te has vuelto loco! ¡¿Por qué me empujaste al agua, viejo estúpido?!¿¡Quieres pelea?!"

-"Ranma, ven aquí. Necesito hablar contigo."

Ranma se sorprendió tanto de que su padre le dijera aquellas palabras, que obedeció, y salió del agua. Ya se vengaría mas tarde...

Ranma no podía entrar en casa mojado, se estropearía el tatami, así que se despojó de toda su ropa. Ya estaba acostumbrado/a a andar desnuda por la casa, pues aunque tuviera la apariencia de una mujer, su cerebro era de hombre.

Estiró las ropas al sol, que como apretaba tanto no tardarían en secarse.

-"¿Qué te ocurre, viejo?" Pregunto Ranma, conteniendo su enfado.

-"Ranma, tenemos que hablar seriamente de nuestra situación en esta familia."

Ranma estaba cada vez más desconcertada.

-"Por si no te habías dado cuenta, estamos quedándonos en la ruina. El Dojo no le proporciona a esta casa todos los beneficios que debiera, y encima, tienen a dos invitados más que alimentar." Genma hizo una pausa para ver como lo estaba enfocando su hijo.

-"Es por ello, que he decidido que debes trabajar y ganar dinero para alimentar a tu pobre padre..." Ranma se levantó y le dio un puñetazo a su padre, indignado. Tras aquella muestra de aparente preocupación social, Genma estaba realmente interesado en comer, más que en ayudar a los Tendô...

-"Si, ya me di cuenta de que algo así debía estar pasando cuando esta semana, Kasumi solo nos puso un plato de arroz para desayunar, sin nada de acompañamiento..."

Un momento de silencio se apoderó de la sala, pero en seguida, Genma continuó:

-"Yo ya soy viejo para trabajar en otra cosa que no sea como ayudante del doctor Tôfû. Y no me paga mucho, precisamente... Pero tu eres joven, Ranma, y podrías trabajar por las noches y seguir tus estudios durante el día."

-"¿Y en qué pretendes que trabaje, a ver?" Preguntó Ranma, empezando a mostrar cierto grado de interés por el problema, pues era cierto lo que su padre le contaba, No había bastante dinero, y como invitados, lo lógico era que ayudaran a sus anfitriones en la medida de lo posible.

-"Esta noche, a las 10 en punto, estate preparado en la puerta del Dojo, y te enseñaré tu nuevo empleo. Ya hablé con tu jefe, y está todo arreglado. No te preocupes por nada. Y ahora, sigue con lo que estabas haciendo"

Ranma estaba desconcertado. Si era su padre el que había firmado el contrato, no podía ser nada bueno...

La ropa ya se había secado, así que Ranma se la puso. Justo enfrente de él / ella estaba Sôun. Tenia las gafas de sol colgándole solo de una oreja, estaba muy quieto, mirando fijamente a Ranma. Parecía que la cañita con la que tomaba su refresco se había quedado incrustada en una muela, o algo así, pues le colgaba del lado izquierdo.

Ranma reparó entonces en que era chica, y tenia los pechos al aire. Sôun estaba excitado mirándola. Ranma lo comprendió y le asustó un fuerte puñetazo en la cara, mientras decía algo así como "¡Pervertido!"

Se fue a la cocina, buscando agua caliente.

El pantalón ya lo tenia puesto, y se estaba abrochando la camisa cuando una especie de sombra, del tamaño de la de un niño pequeño, no más, se abalanzó y se quedó encajada en medio de sus tetas. Era el maestro Happôsai.

-"¡¡Hola Ranma!!¡Qué buen aspecto tienes!" dijo el viejo, magreandole las tetas a Ranma. El maestro estaba chupando de un pezón cual bebe con su madre. Ranma, que ya estaba arto de que le hiciera eso el maestro, estaba sin embargo empezando a gustarle que la tocaran por ahí...

Este le dio una patada y mandó al maestro volando bien lejos, atravesando el techo.

Ranma tenia la respiración algo acelerada, y se miró el pecho. Sus pezones estaban totalmente excitados, duros y muy tiesos...

No le dio mayor importancia, y agarró la tetera de siempre, rociándose agua hirviendo por encima. Ya como hombre, dijo que se estaba escaldando, que no sabia que esa agua estuviera tan caliente...

Ranma subió a su cuarto, agarrando un periódico del día que estaba sobre la mesa. Nunca le interesó leer la prensa, pero algo que vio en la primera plana le dijo que siguiera leyendo, que algo iba a interesarle...

Guiado por este impulso, el chico se puso a leerlo, ya sentado en su habitación.

No tuvo que buscarlo mucho.

En la pagina numero dos, en letras bien gordas, estaba el titular que necesitaba:

Los manantiales encantados de China están secándose por culpa de la ola de calor

Según nuestras fuentes de información, los manantiales menos profundos, como el del cerdo ahogado, ó el de el mono ahogado, ya están totalmente secos. El calor de estos días ha hecho que se evaporaran las aguas de dichos charcos, y los especialistas aseguran que solo el agua original de cada charca tiene los terribles efectos maldicientes, así que será imposible rellenarlas con agua normal.

Aun se mantienen en niveles mínimos manantiales como el del hombre ahogado, o el de la mujer ahogada, pero si sigue haciendo tanto calor, nos tememos que estos también desaparecerán...

El articulo seguía comentando otras tonterías, como el motivo de las maldiciones de dichas charcas, y aconsejando que nadie se acerque al lugar...

Ranma debía costearse un viaje a China YA!!. Si quería volver a ser un hombre normal, debía ir a aquellos manantiales, y dejarse caer en el del hombre ahogado siendo chico, para que la maldición dejara de transformarlo en chica. Por suerte para él, ese manantial aun seguía existiendo.

Si antes tenia dudas del trabajo que le mandó su padre, ahora veía en el la esperanza de ahorrar y costearse el viaje. Total, no tenia que alimentar él solo a toda la familia, simplemente, colaborar en las ganancias. Algo siempre podría guardarse para él...

Con este pensamiento, y cansado por el entrenamiento reciente, y el sofocante calor, se quedó dormido en medio del suelo, sin bajar a comer...

Una voz que decía: ¡Me voy a correr! Le despertó. Era Akane, que salía de la casa. Fuera ya estaba oscuro. Se había quedado dormido sin haber comido ni cenado... Le rugían las tripas, pero miró el reloj, marcaba las 21:55. Era casi la hora de reunirse con su padre. Recordándose a si mismo su intención de viajar a China, salió por la ventana de un salto, y se fue, aun pese al terrible hambre que tenia...

Genma le esperaba en la puerta. Ranma se presentó ante él dando un par de saltos, y entonces, dijo:

-"¿Y bien? ¿Piensas decirme en qué pretendes que trabaje?"

-"Todo a su debido tiempo, Ranma. Ven, acompáñame. Te llevaré hasta allí"

Caminaron un trecho, ilunimados por la tenue luz de las farolas, acompañados de una luna en cuarto decreciente al fondo.

Ranma notó que su padre llevaba algo en una mano. Por la oscuridad reinante no pudo distinguir qué era eso, así que se lo preguntó a su padre:

-"¿Qué llevas ahí, viejo?"

-"¿Aquí? Esto"

Genma roció una jarra de agua fría sobre Ranma, quien al instante adoptó su forma de chica.

-"¡¡Pero te has vuelto loco!!" Gritó Ranma, peleándose con su padre. Este consiguió esquivar todos los golpes, salvo uno que fue a la parte en la que más le duele a un hombre cuando le pegan...

-"¡Para, Ranma! ¡Déjame explicarte!"

Ranma furiosa como estaba, no parecía dispuesta escucharle, pero decidió dejarlo estar de momento. En cuanto le contara lo que tenia que contarle, si no le gustaba lo que oía, podía seguir dándole...

-"Habla, viejo estúpido"

-"Veras, Ranma, no puedes entrar en el local de tu nuevo trabajo siendo un hombre, ¡lo contraté para ti siendo tu una chica!"

Genma señalaba con el brazo a un local, del cual no salía ninguna luz, salvo cuando alguien entraba dentro, o salía. Entonces se veía un destello rojizo...

-"Trabajarás allí"

Se acercaron a la puerta, y entraron. Ranma se encontró dentro de un burdel

En ese momento no sabia si matar a su padre ahí y ahora, o hacerlo lentamente y con dolor. Esa segundo opción le gustó más...

Habia mujeres con poco (o nada) de ropa deambulando por ahí, y un montón de hombres que tonteaban con las fulanas, embriagados por una mezcla de olores de perfume y sexo.

El dueño del local, un tipo bajito, regordete, con un espeso bigote de oreja a oreja y pinta de no haber trabajado en su vida, se les acercó.

-"¡Ah, señor Saotome! ¿Es esta la hija de la que me habló, la que estaba interesada en trabajar par mi?"

Ranma miró a su padre maldiciendo el día que este se acostó con su mujer y le engendraron.

-"Bien, bien, ¡más que bien!" dijo el hombrecillo "¡no me engañabas al decir que tu hija tenia un cuerpo de escándalo! ¡Mira que caderas! ¡Son perfectas!¡Y buen trasero!" Le estaba metiendo las manos por debajo del pantalón. "¡Pero lo mejor de esta jovencita son sin duda este par de enormes y majestuosas tetitas que tiene!" Con cierta dificultad por ser tan bajo, el hombre metió las manos dentro de la camisa de Ranma. Este estaba poniéndose muy furioso. Cuando volviera a casa se iba a convertir en huérfano. Su padre iba a morir.

-"Muy bien niña" Le dijo aquel asqueroso hombre "Ve a aquella sala, y que las otras te enseñen lo que debes hacer" Dijo señalando una puerta al fondo de la sala donde se encontraban.

Cuando Ranma volvió la cabeza para ver a su padre, el aspirante a cadáver, este estaba tonteando con una puta que tenia un culazo gigantesco, pero que no era nada gorda...

Ranma entró en una estancia en donde una chica un poco mas joven que ella estaba cambiándose de ropa, poniéndose un traje muy provocativo.

-"Hola, ¿eres nueva?" Preguntó esta

-"Me temo que si" articuló Ranma, pensando en todo momento en su viaje a China.

-"Ven, te daré un traje para que puedas empezar a trabajar"

¿Trabajar? ¡Ostras! ¡Eso era un burdel, y ella una prostituta mas del local, así que alguien (o alguienes) iban a follarsela! ¡Y Ranma aun era virgen!

La cabeza empezó a dolerle...

Ranma, como todo buen hombre de esa edad, ya había descubierto los placeres que uno puede darse a si mismo mediante la masturbación, pero siempre había renunciado a hacer algo con su cuerpo de chica, pese a que este era de veras muy bonito...

Y entonces, le vino la idea:

-"¡No tengo por qué hacerlo con nadie! En esta clase de sitios se retiran las prostitutas con sus clientes a habitaciones individuales. Puedo llevarme a alguien, y una vez allí, dejarle inconsciente con unos golpes y no tendré que soportar que nadie me robe la virginidad..."

Si, ese parecía un buen plan.

La otra muchacha le entregó a Ranma un curioso atuendo. Un pequeñísimo corpiño de color violeta intenso, con un agujerito en la entre pierna, y el hueco para que las tetas le queden al aire. Una pequeña bolita de pelo a modo de rabo de conejito le colgaba por detrás, y el juego se completaba con las correspondientes orejas de conejo, también de color violeta.

Por un momento, se indigno de que un (medio) hombre fuera a ponerse ropa de puta, pero la palabra dinero apareció en su mente, así que al final, cedió y se puso aquel traje (si es que podía llamársele así...)

Regresó a la sala principal del burdel, y se le heló la sangre. Miró hacia la puerta, y su madre estaba allí. Parecía no saber donde se había metido, estaba como pidiendo consejo de dónde encontrar un lugar en el que pasar la noche. Levantó la vista, y no tardó en darse cuenta que aquello era un puti-club.

Más frió se quedó aun al ver como su madre se quedó mirándole...

-"¡Anda, Ranko!" dijo ella "¡Hola!¿qué haces aquí?¿te has perdi...?" Pero no acabo la frase. Se fijo en la indumentaria de su hijo/a.

-"¡Je je je je! ¡Hola señora! ¿deseaba usted algo ? », preguntó Ranma, muy abochornado de que su madre le estuviera viendo así...

-"¡Ranko! ¡No esperaba esto de ti! ¿estas segura de lo que haces, encanto?" Preguntó esta, poniendo cara de autentico agobio.

-"¡Si, señora!, ¿sabe?, Su hijo Ranma se deja ver mucho por aquí..." Fue lo primero que a Ranma se le ocurrió. Si su madre pensaba que Ranma usaba los servicios de un burdel, podía pensar de él que era, o un fresco mujeriego que no se contenta con Akane, o pensar que su hijo era todo un hombre, pues esa clase de sitios solo los frecuentaban varones...

-"¡¿Qué mi hijo es cliente de este lugar?!" comento ella. Ranma pensó que se había equivocado totalmente. "¡Mi querido Ranma!¡Ya es todo un hombre!¡Seguro que frecuenta este sitio para entrenarse con Akane...!"

Ranma no esperaba que su madre reaccionará así, y le salió una cara que era todo un poema...

-"Ranko, cielo, dime... ¿es Ranma cliente... tuyo ? » ¡Bueno eso ya era demasiado!, ¡Ni en sus más oscuros y perversos sueños Ranma se hubiera imaginado que esta conversación acabara así...

-"Pues...no nos está permitido hablar de nuestros clientes con terceros, pero siendo usted su madre...Si, Ranma es cliente mío" Después de todo, no mentía: ¿acaso no se masturbaba Ranma?¿Y acaso no era la mano de Ranma chico la misma que la de Ranma chica? En cierto modo, si, era cliente suyo...

-"¿Sabe Akane que trabajas aquí, Ranko?"

-"Pues..."

Pero no pudo terminar la frase. Una muchacha entró en aquella sala desde unas escaleras que provenían de una planta superior. Ranma y su madre miraron a aquella muchacha, y no pudieron hacer otra cosa que quedarse boqui-abiertas. Era Akane.

-"¡Akane!" dijeron al unísono Ranma y su madre. Esta se sonrojo al instante. Pese a ser tan dura, parecía una muñequita débil y frágil, ahí donde estaba, de pie, en la escalera, con un hombre detrás con cara de decir: No lo hago más con esta, que me muero...

-"¡Señora! ¡Ranm...Ranko!, ¿qué hacéis aquí?"

-"Trabajo aquí" Contestó Ranma, mirando al suelo. No se atrevía a mirar a los ojos a su prometida. ¿Qué iba a pensar esta de él?

Ranma y Akane empezaron a hablar, y la conversación se fue trasformando en pelea. La madre de Ranma, en un momento en que ninguna miraba, se escabulló y desapareció del lugar.

Ranma la buscó con la mirada, y se horrorizó al ver quien había entrado en el burdel...

-"¡La chica de la trenza!¡Y Akane Tendô!"

Era Kunô, que recién entraba...

-"¡Qué afortunado soy!" monologaba este, "¡Podré tirarme a mis dos amores a la vez!"

De pronto Ranma recordó que él estaba allí de puta, y Kunô era otro cliente más... Los problemas se acumulaban.

Kunô parecía tener cierta influencia en el dueño del local, quizás, por ser cliente habitual, así que consiguió que su querida chica de la trenza, y Akane, le sirvieran a la vez. Tendría que abonar un suplemento, pero merecía la pena por estar con sus dos amores juntas...

Los tres subieron juntos a un cuarto pequeño, con cierta luz rojiza, una cama en medio, y lo que parecía un pequeño...¿retrete?,que no levantaría mas de medio metro del suelo, con un taburete, donde las putas se lavarían su "aparato" tras cada "uso".

Ranma recordaba su idea de estamparle un puñetazo a sus clientes, cobrarles, pero no dejarles trabajarla, pero Kunô fue muy rápido. Se abalanzó sobre la chica de la trenza, que como llevaba las tetas al aire, no pudo oponer mucha resistencia.

¿Por qué no se defendía? ... ¿Acaso... estaba... gustándole?

No sabia la respuesta. Sus ojos se cerraron por instinto, y sintió como en su entrepierna nacía una humedad nunca antes experimentada. Kunô jugaba con los pechos de Ranma a su antojo. Le chupaba el pezón, mientras sobaba con la mano la otra teta...

Ranma no podía creer que el estúpido de Kunô, al que tantas veces había derrotado en combate, pudiera darle tanto gusto...

Pero algo en el interior de Ranma le dijo que él no seria el que se llevaría el tesoro de desvirgarla, al menos, por delante...

Akane estaba mientras sentada en una esquina, agachada, y con las piernas abiertas, metiéndose varios dedos dentro, para después comprobar el sabor de los jugos que de dicho lugar procedían, mezcla del semen de su anterior cliente y de sus propios fluidos...

Cuando, tras varios minutos, Kunô pareció cansarse de las tetas de Ranma, decidió probar las de Akane.

Se acercó a ella, y le levantó la camisa. Akane no llevaba sostén.

En cualquier otra circunstancia, Kunô habría tenido que estar ingresado en urgencias varios meses de la paliza que Akane le hubiera propinado, pero Akane se dejó hacer, poniendo cara de puta, muy callada, gozando en silencio, dejando escapar algún gemido casi inaudible...

Ranma y Akane se tumbaron en la cama. Kunô, de un tirón, desgarró la ropa de las chicas, dejándolas con apenas lo que ya eran unos harapos como prendas de ropa puestas.

Se quitó su kimono, y una polla, de un tamaño no muy grande, pero si bien gordota, apareció ante las chicas...

Akane fue la más lanzada, y como si tuviera experiencia en ello de toda la vida, de un par de lametones, consiguió tragarse el miembro de Kunô entero. Akane succionaba como una posesa, y parecía querer toda la leche en su boca...

Cuando parecía que iba a correrse, Kunô se separó de Akane, que parecía una lapa, y amarrándola del hombro, la volteó, poniéndola de espaladas a él. De un leve empujoncito, la dejó en pompa, con el culito justo a la altura de la polla de Kunô. Akane estaba bien lubricada, pero para facilitar aun mas la labor, Kunô humedeció un poco sus dedos y llevó esa saliva al agujerito de Akane.

Fue cuestión de segundos el que el aparato de Kunô de perdiera de vista, totalmente oculto en el interior de Akane. Kunô embestía a la chica, agarrando por debajo bien las tetas de esta., jugando con los pezones.

Kunô no tardó en venirse en el interior de Akane. Tras unos dos o tres chorros de cálido liquido, Kunô se separó de ella. Una cosa flácida, pero aun estirada asomó por el hueco.

Akane debía de tener ya de ante mano alguna experiencia en el tema del sexo anal, pues este, aun pese a tener ahora mismo un agujero del tamaño de la polla de Kunô, no mostraba signos de que el dolor hubiera sido muy excesivo...

Y entonces vino el turno de Ranma...

Kunô miró a su adorada chica de la trenza, totalmente desnuda, y su cosita despertó de nuevo...

Se acercó a Ranma, Akane estaba extasiada en una esquina de la cama, donde no parecía que fuera a moverse...

Kunô miró a Ranma. Ranma le miró a él. Y algo en el interior de Ranma le movió a cerrar los ojos, y acercarle los labios a Kunô. Este, por fin, descubrió el sabor de los labios de la chica de la trenza...

Sus lenguas se entremezclaban y provocaban en Ranma una sensación de estremecimiento muy extraña. ¿Cómo era posible que le estuviera gustando tanto? ¡Y pensar que había estado cargando con aquella maldición de la doble sexualidad durante años, y nunca había dejado disfrutar a su cuerpo de chica!

Ranma notó que estaba totalmente mojada... Kunô la había excitado muchísimo, y ahora quería dar el siguiente paso, quería que la hiciera lo mismo que a Akane. Sería desvirgada por adelante por otra persona, Kunô no se llevaría ese tesoro que suponía la virginidad de Ranma...

La polla de Kunô aun estaba impregnada en los fluidos de Akane, y Ranma tenia el culo muy húmedo, así que no hizo falta lubricación extra...

-"¡Qué apretado tienes el culo, chica de la trenza!" Dijo Kunô, con una voz que parecía...¿fatigada?

-"Cállate y mátemela ya, Kunô, que estoy que no me aguanto. Pero hazlo suave, por favor, que es mi primera vez"

Dicho esto, Kunô empujó con cuidado. Ranma apretaba sobre su polla, y este estaba a punto de reventar de gusto, pero quería meterla más dentro...

Akane parecía estar en silencio observando la escena, cuando decidió intervenir. Se arrastró detrás de Kunô y de un empujón, su polla se introdujo totalmente dentro de Ranma.

Ranma sintió como si le taladraran por dentro. El dolor era insoportable, quería que se la sacara pero ya...Sin embargo...pronto empezó a notar otra cosa...un placer exquisito.

Kunô hacía el típico movimiento de adelante atrás, y Ranma acompañaba.

Cuanto tiempo estuvieron así, no lo sabrán nunca, pero llegó el momento en que por fin, Kunô reventó dentro del culo de la chica de la trenza...

Un chorrito de sangre acompañado de semen salió del culo de Ranma, quien se quedó totalmente inmóvil en la cama, respirando agobiadamente.

La habían follado. Y por el culo. ¡Y nada menos que su enemigo, Kunô!

De pronto un sentimiento de arrepentimiento e ira nació en su interior, se incorporó, y asestó a Kunô un puñetazo que le hundió la mano en toda la cara. Este cayó de espaldas, desmayado. Un fajo de billetes apareció en un bolsillo de su ropa. Ranma y Akane se repartieron sus ganancias, y bajaron a por más clientes.

Y así estuvieron toda la noche, hasta primeras horas de la madrugada, momento en que terminaron su jornada, y se retiraron a casa.

Por el camino, Ranma, que había recuperado su aspecto de hombre, y Akane discutieron del tema:

-"Akane, ¿podrías explicarme qué hacías tu allí?" Preguntó Ranma

-"¡Eso a ti no te incumbe. Mis asuntos son míos!" Contestó esta

-"¡Así que esto hacías cuando nos decías que ibas de casa, ¿eh?! ¡Mentirosa!"

-"¿Quién ha mentido? Yo os decía que me iba a correr, y... bueno, eso hago, ¿no?"

Ranma se quedó totalmente desconcertado ante aquellas palabras. Debió poner tal cara de tonto, que Akane añadió:

-"Además, ¿y tu?¿Qué hacías ahí?¿Y desde cuando te interesa el sexo como chica?"

-"¡Era la única manera de ganar dinero rápidamente que tenía! Los manantiales encantados se están secando, y si no consigo romper la maldición, ¡nunca podré volver a ser un hombre normal!"

-"¡Ranma!¿esa era tu intención? ¿Ir a China? ¡Habérmelo dicho!"

-"¿ehhh?"

-"Yo estoy ahorrando también para un viaje a los manantiales encantados. ¡Pero no te diré nada más!"

-"¡Akane! ¡Entonces, con lo que ganemos juntos, podremos pagarnos el viaje a medias!"

-"humm. Está bien. Me lo pensaré. ¡Buenas noches, Ranma!" Y, llegando ya a casa, Akane se retiró a su habitación.

Fin de la primera parte. Continuará.