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Cumpleaños salvaje

en Textos de risa

La semana pasada fue mi cumpleaños ; y un amigo que conoce mis apetencias Zoo me dio como regalo pasar en el zoológico un día que el parque estaba cerrado al público.

Estando aún en su casa, me preparé para la experiencia haciendo algo que había visto que hacían otras chicas en sus relatos : Eduardo - mi amigo - tenía una perrita que, colmo de la suerte para mí, estaba en su época de celo. Busqué una toalla pequeña y se la pasé cuidadosamente por su colita, para que su olor quedara en la toalla. Luego guardé la pieza de tela en una bolsita, y ésta última en mi cartera, para usarla en el momento oportuno.

Me despedí temprano de Edu y fui a tomar un autobús hacia el parque zoológico.

Después de entrar a escondidas, esperé a que los cuidadores se fueran. A eso de las diez de la mañana, habían terminado con todas sus tareas y salieron del parque dejándome por fin el lugar libre.

El sueño de toda chica como yo estaba ante mí ! ... Tenía a mi alcance a todos los animales que quisiera !

Por unos segundos pensé comenzar por el sector de la granja, donde estaban los caballos y las cabras, entre otros.

Pero en el camino hacia los corrales encontré la jaula de los lobos. Por allí tenía que empezar a festejar mi cumpleaños.

Otro signo de buena suerte era que casi todas las jaulas estuvieran abiertas por arriba, de modo que no tuve más que trepar dos metros y bajar con cuidado al interior de la jaula. Tres lobos se acercaron curiosos, según me pareció. Abrí rápidamente la cartera aunque estaba nerviosa y saqué la bolsita donde había guardado la toalla impregnada. Se la di a oler a cada uno esperando que entendieran mis intenciones, y ellos parecieron comprender.

Enseguida me desvestí ante ellos, que seguían mirando fijamente mis movimientos, y me apresuré a frotar mi "panochita" con la consabida toalla. Debo confesar, antes que nada, que la perrita de Edu era una Chihuahueña, pero confiaba en que el truco funcionara con los lobos.

Me puse en cuatro patas para dejar que siguieran olfateando y entonces uno de ellos se alejó, siendo reemplazado por otro que aparentemente era el jefe, porque enseguida empezó a gruñirle al que se había quedado junto a mí.

Aaaaaah ... Iban a pelear por mí, algo que siempre había querido. Empecé a excitarme ante esa idea, cada vez más, y mientras me sacudía violentamente hacia adelante y atrás, con las manos apoyadas en la tierra arrancaba manojitos de pasto. Eso quería decir que estaba verdaderamente a mil por hora.

Los dos lobos entretanto seguían ocupados luchando, y yo, pensando que era por mí, me excité aún más. Empecé a lanzar aullidos mientras con mis manos empujaba hacia arriba una y otra vez la parte delantera de mi cuerpo ; luego, mi parte posterior. Todos dentro de la jaula me miraban entonces - pensé - tan excitados como yo. Incluso algunas palomas se posaron en el borde de la valla para ver qué pasaba.

Poco después uno de los lobos se acercó a olisquear mi "cuquita" ... Y yo, "Aaaaah ... Aaaaaaaaaah, aaaaaaaaaah ...", imaginando ya al lobo, o a todos ellos, penetrándome con todas sus fuerzas.

Sin embargo, al parecer había disminuido su interés, pero yo en cierto modo había disfrutado la experiencia. Siempre completamente desnuda, salí de la jaula y me dirigí a otro sector del zoológico.

Así encontré el recinto de los osos pandas, donde había una pareja de ellos. Los dos estaban comiendo sus tallos de bambú, pero yo al ver a "mi " oso, lo imaginé sometiéndome completamente bajo su corpulenta figura.

Subí y bajé por la reja ; ya estaba cerca de mi oso. Él siguió mordisqueando su tallo, pero yo me puse en cuatro patas igual que en la jaula de los lobos, para llamar su atención. El panda volvió su cabeza para verme y luego de casi cuarenta minutos ( pues había seguido comiendo ) caminó hacia mí, con un ligero contoneo. Olisqueó mi cuqui, dio dos o tres rugiditos ... Y se montó sobre mí. Yo en el colmo de la excitación veía ya mi sueño realizado : iba a pertenecerle para siempre a un oso del zoológico.

Su enorme cuerpo me tendría sometida hasta que yo apenas si podría resistir la violencia de su pasión, que yo misma le habría provocado. La fuerza de su penetración iba a tenerme sujeta allí mismo, para completo gusto y placer de mi inesperado amante.

Tales pensamientos, por supuesto, me hicieron hervir a mí, de increíble pasión. Mi cuerpo parecía sacudirse como en un terremoto, mi lengua saliendo y entrando como la de una serpiente, mis gemidos cada vez más largos.

De pronto el panda volvió a su rincón para seguir comiendo bambú. ¿Qué, diez segundos ? ¿Ya había terminado ? Me había parecido sentir algo entrando por mi cuqui, pero ahora el oso estaba otra vez ocupado en sus asuntos.

Ya un poco decepcionada, salí de esa jaula para ver dónde podía satisfacer al fin mis deseos zoo. Mirando a ambos lados vi parte de un cartel donde al parecer había otros osos, así que fui para allá.

Los que habían en esa jaula eran osos hormigueros, pero supuse que me daba igual. Subí y bajé una vez más, dispuesta a disfrutar mi día de cumpleaños, regalo de Edu.

Dos de ellos se me acercaron y yo hice evidentes mis intenciones : teniendo la cabeza apoyada de costado sobre el pasto les ofrecí mi cuquita, que trataba de abrir con los dedos de ambas manos, mientras yo gemía y tal vez babeaba un poco.

De pronto sentí algo pasando por mi cuqui ... Un oso hormiguero había sacado su lengua larga y pegajosa. Yo estaba esperando sentir todo ese cuerpo peludo sobre mí - después de la experiencia fallida con el panda -, pero sobre todo porque ya estaba teniendo un poco de frío.

Sin embargo sólo su lengua siguió recorriendo mis intimidades, así que me puse de pie y salí de esa jaula. Entonces sentí unos aplausos no muy lejanos ... Miré alrededor y vi a tres hombres mayores mirándome desde un balcón que había al otro lado de la calle.

Fui enseguida a buscar mis cosas junto a la jaula de los lobos y salí del zoológico bastante frustrada, pero imaginando volver allí en mi próximo cumpleaños y esperando, con suerte, tener al menos un osito panda.