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La jaula cuenta su noche de sexo y de terror

en Grandes Relatos

LA JAULA CUENTA SU NOCHE DE SEXO Y DE TERROR

JAULA -- Ruiseñor, hijo de perra ! Sería el amanecer la hora de regresar, mientras yo estoy aún temblando por el terror de la muerte ? Cuántas horas quedásteis gozando en el honesto coño de la muñequita ?

RUISEÑOR -- Jaula malcriada, qué te pasa ? Quién murió durante nuestra ausencia, el padre de mi amo ?

JAULA -- Ni hablar! Mi misma arriesgué de morir! Ahogada! Dime la verdad : morir ahogado es un género de muerte espantoso?

RUISEÑOR -- Arriesgaste de morir ahogada por demasiado esperma?

JAULA -- No seas tonto! Por agua, agua marina, agua salada!

RUISEÑOR -- Escapaste de casa y fuiste a nadar a la playa o en el río?

JAULA - Si pudiera seguir mi gusto, yo querría cambiar dueña. Mi tía està ya totalmente insana de mente y su locura está peligrosa.

RUISEÑOR - Qué hizo esta vez?

JAULA -- Te contaré todo desde el principio. Estabamos solas en la habitación porque, como tu me anunciaste, vosotros debíais recuperar algo de equipo abandonado durante la precedente exploración del coño de la tierra. Después de unas horas de su lectura y de mi aburrimiento, la jovencita, dejando de un lado su libro se puso por un cuarto de hora de rodillas y después se desvestió completamente y se extendiò boca abajo sobre el piso frío hasta que nada menos que mi útero empezó a temblequear. Cuando ella fue totalmente aterida, se levantò y se echó bajo las mantas. Dado que ella había descuidado de encender el calientacama, aun la sábanas estaban frias por lo que ella se acurrucò como el niño en el vientre de su madre y puso sus manos heladas en los sobacos, que están siempre bastantemente calientes. Pero tu tienes que saber que en el cuerpo femenino hay otro lugar que además de ser el eldorado de vuestros deseos exhala natural calor: esto precioso lugar se llama la entrepierna.

RUISEÑOR -- Tu eres siempre la misma sin remedio alguno.Platicar de sexo te entusiasma y te hace la boca agua. Por otro lado no me faltan conocimientos anatómicos y fisiológicos acerca del cuerpo humano para conocer lo que tú quieres enseñarme. Aun en el cuerpo masculino hay los mismos lugares siendo los más calientes, y ademàs nuestra entrepierna tiene aquellos dos ricos radiadores que son los testículos.

JAULA -- No equivoques! Mi entusiasmo derivò de la esperanza que aquel contacto de sus manos conmigo le recordase mi olvidada desde hace mucho tiempo existencia., mi falta de nutrimiento y aun que el calor interior es superior al del exterior. No podía ser posible que ella hubiese olvidado la complicidad de su mano derecha, tal vez suave tal vez furibunda con mi clìtoris ( siempre sea bendito!) y mi inflamada mucosa vaginal! Durante esa operaciòn de calentamiento un ocasional contacto de un dedo suyo con mi suplicante clitoris hizo sobresaltar ella y mi misma también. De golpe ella retrajo su mano como si hubiera tocado una serpiente y se volviò antes sobre su costado izquierdo y después sobre el derecho y otra vez sobre el izquierdo.Quizás imaginandose de calmarse se levantó de la cama, fue al cuarto de baño a mear: dos gotas. De todo modo se sentò encima del bidé y esta vez , a pesar de que habria sido bastante un flujo de agua sobre mi exterior rasurado, sintió el impulso de introducir agua con sus dedos para limpiar el interior, mas de inmediato los sacó afuera y después volviò a introducirlos y de nuevo afuera y aún adentro haciendose una especie de dedito simultaneamente involuntario y voluntario, hasta que enojada con sí misma ,saliò del baño y regresó a su habitación. Donde, consciente que su

agitación no le permitía de adormecerse, se sentó en una butaca frente a la tele , se cubrió con tres mantas, y encendió el aparato. Se inclinó para conectar el reproductor a la pantalla y después se abandonó sobre el respaldo. Estaba impresionante su duda acerca de la postura de sus manos ora bajo las mantas con su calor, ora afuera detrás de la cabeza.

RUISEÑOR -- Entiendes tú la razón de ese comportamiento?

JAULA -- Claro! La fuerza y el rechazo de la ley de la selva.

RUISEÑOR -- Bravo! Tú eres una buena sicologa!

JAULA -- Tele y reproductor no habían sido usados desde hace unos meses, por lo que la cinta recomenzó a proyectar una escena que habìa sido interrupta a midad. Las imagenes estaban aún muy nítidas: una camarera ingresaba con un servicio para el té en un rico salón ,donde estaba extendido sobre un sofà , llevando una bata de seda amarilla , un hombre aún joven y bigotudo. La camarera llevaba el uniforme de las criadas de lujo, pero la minifalda negra estaba tan corta que se veía la redondez final de sus nalgas.

RUISEÑOR – Lo que inequivocabilmente clasificaba esta cinta como película porno.

JAULA -- Verdad! Sus amigas se las regalaban en los años primeros de su mala costumbre. Ella se dio enseguida cuenta del género de la película – creo que la habíamos ya vista hace mucho tiempo - e hizo inclinandose una tentativa de apagar la tele; pero se quedó como paralizada por la luz de la pantalla y por el recuerdo de la escena que habìa ya mirado en el pasado.

La camarera atractiva y lasciva iba acercandose al sofà cuando un ademàn de su dueño bigotudo y sensual le indicò una mesita cercana, así que ella con sus manos libres pudo acariciarle la cara: pero él con un dedo indicò un lugar donde de bajo la bata de seda se lavantaba una montaña semejante a la Sierra Nevada. Ella más bien conocía su grata mañanera tarea y, lamiendose sus proéios labios fuerte enrojecidos se apresuró al lugar enseñado y con sus manos abriò a los dos opuestos lados los bordes de la bata aurea., descubriendo un blanco calzoncillo luchando con algo que parecía un drago encarcelado. Con sus expertas manos trataba de buscar la cabeza del drago para extraerlo de su carcel tan estricta que no era fácil abrirle el paso. Por fin surgiò la cabeza roja y lisa, descapullada durante la lucha, y después todo entero, de los calzoncillos rasgado, como él deseaba, surgió derecho ,imponente, levantado hacia el cielo un soberbio misil pronto para disparar al espacio. Mi tìa hundía sus uñas en las palmas de sus manos, mas ahora volvían aquellos momentos cuando los licores sexuales están todos fluyendo asì que ni siquiera los eremitanos flagelandose o golpeandose el pecho con una piedra pueden refrenar el pecado. Y cuando los rojos labios de la boca femenina empezaron a aproximarse al rojo...

RUISEÑOR -- Yo me he corrido.

JAULA -- Por meses, ruiseñor, estabamos ayunas!

RUISEÑOR -- Tres dias!

JAULA -- Estrellas que brilláis en el cielo! Luna consoladora de las solteras! Sol fecundador de la tierra! Ahì està en todo su esplendor, el milagro del macho, la escalera para el paraiso. No me lo trague, amiga criada! Oh! Bendita mi tìa, que ha entendido mi grito. Fuera la primera manta, fuera la segunda, fuera la tercera, fuera aun las bragas! Yo soy, tía, toda un fuego, tú eres toda un fuego... Bendidos tus dedos que asaltan con furor el entrepierna, penetran en mis entrañas, frotan salvajamente el clitoris, hazme sufrir, mas verte tus licores como el Guadalquivir: te imágino por fin féliz y contenta como yo. El placer me mata; pero el tumulto interior se ha disuelto en un orgasmo que jamás puede acabar.

RUISEÑOR -- Yo estoy agotado, pero aun hambriento de coño.

JAULA -- Ahora el maravilloso instrumento masculino avanza todo afuera, sostenido por su doble redondo basamento, apetitoso como duro mas sabroso turrón, sublime como palo mayor, obelisco erecto hacia el cielo!

RUISEÑOR -- A través de la ventana y de las cortinas abiertas se ve la noche cerrada y sería oportuno que nosotros descansamos un rato para ser listos a los acontecimientos de mañana. Tú podràs continuar tu cuento por la noche de mañana.

JAULA -- Yo no se si mi vida se alargará hasta la noche de mañana.

RUISEÑOR -- Vaya! Piensas tú en suicidarte a causa del aresto domiciliario y de tu ayuno sexual?

JAULA -- Claro que no! Yo amo la vida con todas sus hazañas, pero tengo miedo que mi tía un día u otro quiera la muerte.

RUISEÑOR -- No, jaula, te ruego: no te mates antes que yo te haya conocida. Aunque tú eres desvergonzada y guarra yo te amo.

JAULA -- Ya ayer yo ví el rostro de la muerte.

RUISEÑOR -- Anda! Qué ocurriò? Escapaste de casa y un coche arriesgó de atropellaros?

JAULA -- Ni hablar! Yo creía que mi tìa después de su furor uterino fuese extremecida o bien arrepentida. Al contrario, ella obedeció a la ley que en una sesión sexual el primero orgasmo de una hembra requiere un segundo por lo que màs calma en el goce me penetró centimetro tras centimetro con dos y después tres dedos, mientras, levantando mi alma al cielo, rozaba delicadamente mi clitoris hinchado como jamás. Siempre mirando la pantalla ella tenía el mismo ritmo de la criada que con el círculo de sus rojos labios empezando desde el ojete centímetro tras centìmetro

discurria por el tronco de aquel miembro hasta los testículos de que ora tragaba el uno y ora el otro. o bien se paraba a tormentar con la punta de su lengua el frenillo, causando que el se arquease acrobaticamente; en esos casos simultaneamente ella me toqueteaba el clitoris volviendome loca. Yo suplicaba:"Amiga criada, después de tu extremo goce cencédeme por algun rato aquel potente carajo de manera que me bombee hasta hacerme morir". A mi suplicante pedido respondiò un chorro fluvial qua cubriò toda la cara de la afortunada y continuò a salpicar sobre las mamas y el cuerpo que estaba desde hace algun tiempo desnudo. Simultaneamente vino mi tía con gran voluptuosidad. "Esta es mi vida", dijo. "Ahora necésito una verdadera polla hinchada. Salimos. Que no se pueda encontrar en esta ciudad a esta hora de noche alguien buscando un buen coño para desfondarlo?

Ruiseñor,hazme recobrar el aliento y el ánimo para continuar.

RUISEÑON -- Ahora llegamos a la tragedia?

JAULA -- Antes el goce y después.....

RUISEÑOR – USQUE AD MORTEM ET ULTRA (*= hasta la muerte y más allá).

JAULA -- Qué dices?.... Afuera hacía mucho frío:el invierno, el viento, la noche. Ella rehusó de perder tiempo para vestirse. Ni un minudo de vida debía ser perdido. Un panty, un sujetador, y un espeso abrigo de piel apto a desafiar aun temperaturas antárticas. La furia uterina se apoderaba de la joven. Me haría dado a ser follada por un caballo. Le ocurió a la mente el recurso de ir al burdel al otro lado de la ciudad: "Quién quiere follar gratis una jovencita de diecisiete años?" Si hubiese llevado consigo un consolador, me habría perforado sentada sobre un banco. Por fin vimos apoyado a una farola un varon robusto de media edad que de vez en cuando se alejaba vacilando de su apoyo y enseguida se volvia atrás a abrazarlo para no caer sobre el andén:: borracho perdido. Ella se acercó a él, que se puso a acariciar el pelo del abrigo y, mirandola, se puso a reir y a cantar, mientras ella le abría la cremallera de sus vaqueros y sacaba un miserable pez secado. "Y yo deberìa lograr mi última follada con este cochino!" Lo descapulló y escupió sobre su glande. " Ánimo! Vayamos a la playa!" Me parecía que ella hablase justo conmigo, como para inculcarme el valor de afrontar algún acto desesperado que ella debía hacer. Yo temblaba toda y gritaba en mi lenguaje:"No quiero morir!"

RUISEÑOR - Calmate, pobre jaula! Estoy seguro que no seguirá nada de trágico.

JAULA -- Vaya, amigo mío! El peor va a llegar ahora y mañana. Tú sabes que a la extremidad sur de la playa grande hay una aspera peña encima de la cual se erguía desde hace muchos siglos una fortaleza para defender el puerto y la ciudad contra los ataques de los piratas barbarescos. De aquella construcciòn quedan las ruinas, receptáculo de malhechores, contrabandistas, vagabundos y parejas clandestinas.Abajo las olas del mar percuten la base del promontorio con un espantoso ruido. Hacia la cumbre de aquella roca se dirigiò atrevidamente la jovencita, caminando por un pedregroso sendero y desafiando el peligro de precipitarse al abismo por una piedra inestable. Cuál habrìa sido mi suerte? Me habría expuesto a la brutalidad de una manada de delincuentes o bien... Aqui mi mente rehusaba de pensar en la alternativa. Cuando llegamos al sumo de la peña, detràs de uno de los mil recovecos vimos las llamas de un fuego por cierto encendido para defenderse contra el frío de aquella noche. Una pareja, un varón y una hembra, que parecían ambos bastante jóvenes , quizás fugitivos de sus casas , follaban furiosamente, ella jadeante, él animado de un furor devorador. La luz iluminaba derechamente su fallo, que desaparecía y reaparecía con movimientos profundos y rápidos , ya totalmente rociado de los jugos de ambos.Mi tía se parò un rato a mirar el espectáculo excitante y el supremo gozo ajeno, después sin algún respeto avanzò hasta el círculo iluminado por la hoguera . No la vieron de inmediato hundidos en el éxtasis del coito; desdichadamente para ellos la apercibieron al final del doble orgasmo, el goce mezclandose con el miedo."Quién está allí?" preguntó el joven."Soy una osa" respondiò riendo mi tía, "una osa muy feroz. Hay un puesto aquí para una gran guarra?" Los dos se miraron en los ojos. "Hiciste jamás un trío?" preguntó el joven a su novia. "Como no! Aun cuartetos!", y reía de gusto probando el futuro goce. Los tres se extendieron bajo el abrigo y el joven fue cerrado entre dos pares de mamas. "Ahora haremos unos juegos para adultos," sugerió mi tía. "Tu polla, querido, será agarrada por una mano incognita que la acaricierá y sobará hasta el disparo del semen y tú tendrás que adivinar de quién fue la mano que te masturbó. Si adivinas te mamaremos juntas, en caso contrario tú debes lamer ambos nuestros coños y juzgar el más sabroso. La chica estaba entusiasta y sumamente excitada. Después de tres o cuatro jueguitos, mi jovencita juzgò de haber tocado el hondo de la degradación y dijo simplemente:"Os agradezco el supremo goce que me hicistéis lograr. Ahora os saludo, os regalo mi abrigo y voy al mar por la más corta ruta. Adiós". Ruiseñor, no tengo el ánimo para continuar. Ellos se pusieron de rodillas suplicando de no hacer esa locura, que ellos serían descubiertos y acusados como asesinos. "Tenéis razón,chicos. Y además por mañana he quedado una cita con mi tutor,que es mi amor."Ruiseñor, dime adiós por que esta noche yo me muero de angustia".

RUISEÑOR -- No tengo palabras. Moriré yo también de dolor!"

 

 

SIR