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El forjador de historias: un chico vampiro 2

en Grandes Relatos

EL FORJADOR DE HISTORIAS: Un chico Vampiro II

La Venganza

Sigo Forjando...forjo el odio que hay dentro del chico, el martillo nunca me había ardido tanto, parece que se vaya a romper. Es increíble el odio y el rencor que tiene este chico contra la humanidad. ¿Tal vez sería hora de actuar? Llevo mucho tiempo forjando pero jamás he ayudado, aún sabiendo que era lo pero que podía hacer. MI misión es abstenerme, y eso es lo que haré (por el momento). Mira ya se ha despertado de su sueño el pobre chiquillo.

Y así pasaron los años, el muchachito cazaba animales para beberse su sangre y entrenaba y entrenaba cada día más, su fuerza era descomunal, su inteligencia también. Durante todos estos años había trazado un plan contra la humanidad. Y más efectivo se haría al saber que el joven David, podía incluso volar.

Unas alas enormes le crecieron a su sexto y último año de reclusión, unas alas angelicales y poderosas, más resistentes que el acero.

Al fin llegó el día en que el chiquillo debía irse de allí y así lo hizo. Esperando siempre a la oscuridad salió de los confines de la tierra y se adentro en el terreno dónde reina el ser humano. Desplegó sus enormes alas y alzó el vuelo pronto vio a la primera persona humana. Un hombre alto y con mostacho. El joven David que ya tenía 21 años decidió esperar y siguió volando hasta llegar a una gran ciudad. Allí aterrizó en un callejón.

Observo a los lados y vio como alguien se acercaba. Se dijo a si mismo que ese era el momento de hacer su aparición, de consumir esa venganza que tanto había querido.

Desplegó sus alas tan fuerte que rompieron el yeso de la pared, se irguió tanto que parecía un auténtico gigante, y cuando alguien se cruzó en su camino...

Una joven muchacha, tal vez no la más guapa, pero una muchacha al fin y al cabo. Hacía mucho tiempo que David no veía una. La verdad es que le pareció preciosa. Antes de que la muchacha pudiera ver a David con su temible forma de alas. Éste las escondió insofacto, milésimas de segundo antes de que la chica pudiera verlo.

¿Qué haces aquí? – preguntó la inofensiva chica.

David vaciló y no contestó.

Eres muy guapo – Observó mientras le tocaba el mentón.

David se puso rojo por momentos. Una sensación extraña le invadió, no la había sentido antes en su vida.

Me llamo Helena, ¿y tu?

Da...vid.. — tartamudeó.

¡Oye! Que haces sin pantalones y camiseta, ¡te vas a helar!

La chica sin pensárselo dos veces cogió a David y se lo llevó a su casa. Esa muchacha vivía sola des de hacía 2 años y eso que tan solo tenía 21. Sus padres la abandonaron aunque el motivo no lo dijo.

Empezaron a hablar más y más, aunque David siempre ocultaba su secreto. Y cuando estaba a punto de amanecer el muchacho desapareció. La chica preocupada lo buscó por todas partes pero ni siquiera lo encontró. Al caer la noche sin saber cómo ni porqué, se fue hasta el mismo callejón dónde lo había encontrado. Tras esperar media hora y darlo por perdido David apareció por su espalda.

Helena saltó de alegría y se lanzó a sus brazos. Otra noche estuvieron hablando y hablando hasta que cayó el alba y David volvió a desaparecer.

Así pasaron los meses y seguían viéndose por la noche solamente. Helena le prometió no hacer preguntas respecto su desaparición y David prometió no preguntar tampoco acerca de su familia. Pronto llegaron los besos y después el contacto carnal.

Eran verdaderamente la pareja más perfecta que jamás había existido. Les gustaba casi lo mismo, sentían amor por las mismas cosas y siempre, siempre querían estar juntos.

EL joven y único vampiro dejó de odiar a los humanos y pasó a quererlos como hermanos. Todo su odio se había tornado amor por una muchacha a la que apenas conocía.

Pasaron los meses hasta que...