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Sola (7)

en Lésbicos

Vamos a la sala y nos acomodamos en nuestros asientos, Helen a mi lado derecho en el asiento pegada a la pared, y José a mi lado izquierdo.

-Oí que esta peli tiene una escena lésbica- Dijo bajito José

-Si… también me lo comentaron

-Que? –preguntó Helen

Que esta película tiene una escena lésbica –le respondí sonriendo, las luces ya estaban apagadas así que no se veía bien…

-Me golpeó suavemente el muslo con la rodilla

Al cabo de 15 minutos de estar en nuestros puestos comenzó la película. Todo iba normal al comienzo, pero conforme pasaban los minutos nuestras manos (las de los 3) se ponían más inquietas, José me pasó el brazo por los hombros con ese viejo truco de bostezar, estirarse y luego posar el brazo disimuladamente en el espaldar de mi asiento. Helen estaba cada vez más cerca de mí. Llegó un punto en que nuestros muslos sestaban totalmente pegados, agradecía ese contacto porque realmente tenía frío, la temperatura del ambiente era gélida, hasta que Helen empezó a dibujar pequeños círculos con su dedo medio sobre mi rodilla, cada vez subía más y más, todo esto era muy sutil, José no se daba cuenta pero yo si y toda la situación me tenía el corazón acelerado, estaba tensa, pero a la vez una excitación extraña me recorría todo el cuerpo solo de encontrarme en esa circunstancia de potencial “peligro”. Estaba concentrada en la película – o trataba de estarlo- pero era obvio que las dos personas que estaban a mis costados tenían la mente en otro sitio.

Al rato de abrir el Hershey’s me distraje y mi parte del chocolate se me empegostó en los dedos, busqué en mi cartera un kleenex o un pañuelo que pudiera usar para limpiarme pero no lograba encontrar lo que necesitaba y la penumbra en el ambiente no ayudaba en lo absoluto.

-Qué estás buscando? –susurró Helen en mi oído.

Volteé la cara con toda la discreción del mundo y le respondí tan bajo que solo ella pudo escucharme

-Algo para limpiarme, se me regó todo el chocolate.

En la oscuridad buscó mi mano con la suya y con lentitud la atrajo hacia a ella, con tanta suavidad que nadie a nuestro alrededor podría notarlo, luego con su lengua limpió mis tres dedos con una parsimonia digna de admirar. Mi corazón se aceleró más, se me quitó el frío totalmente, miré a José que ahora estaba atrapado en la historia. Empujé su pierna con mi rodilla, aún tenía mi mano en la de ella.

-Quieta Helen! –Susurré lo más ferozmente que pude

-Ah?- preguntó José

-Nada, nada

-Tienes frío?

-No >estoy caliente, de hecho< tranquilo, así estoy bien.

Pasaron “la famosa escena lésbica” y en ese momento mi pulso estaba fuera de control, lo que estaba viendo me traía tantos de mis propios recuerdos a la mente. Eran indescriptibles las ganas que tenía de copiar lo que veía en la pantalla con Helen que la tenía justo al lado, estaba tan cerca, pero tan inalcanzable para mí en ese momento cuando más necesitaba de su cercanía.

-Que sexy – susurró José en mi oído.

Yo estaba mirándola a ella, estaba mentida en la escena también como si la estuviese viviendo, tenía los brazos cruzados y mordía suavemente el dedo índice de su mano derecha, se estaba conteniendo.

-Si algo… Te parece sexy eso? –Le pregunté muy bajo a José

-Claro, esas tipas están buenísimas, las dos

-Ahí no te puedo contradecir….

-Pero tú les ganas –sonrió

-Dime algo que no sepa

-Shhhh… -nos mandó a callar Helen…………………………….

Cuando salimos del cine a mí se me ocurrió que podíamos ir a cenar a una feria que tiene muchos restaurantes, es un sitio muy famoso en mi ciudad, le decimos “la calle del hambre”, aunque es mucho más grande que lo que dice su nombre. José había comido bastante durante la película pero él es como un barril sin fondo, así que aceptó gustoso, Helen dijo que no tenía hambre  pero que igual nos iba a acompañar, eran alrededor de las 10 de la noche.

Estando allá José se fue a pedir la comida para él y para mí; yo me quedé con Helen en unas de las pocas mesas libres que estaba un poco retirada del restaurant que habíamos elegido para comer, el lugar estaba full, todo el mundo estaba sufriendo de hambre tardía.

-Dónde vives Helen?

-Al norte de la ciudad, en la Urb. La Arboleda.

-Ah, sí ya, es relativamente cerca de mi casa…

Veo que viene caminando en nuestra dirección un chico alto, de buen cuerpo, rondando los 22 años, casi tan blanco como yo y de cabello negro, Helen no se dio cuenta pues estaba de espaldas al muchacho, sentada en la silla frente a mí.

-Dónde vives tú?.... Jessiiii!! – Volteó para seguir la línea de mi mirada y vio al muchacho que ya estaba considerablemente más cerca de nosotras.

-No puede ser!- dijo dándome la cara nuevamente y cerrando los ojos en señal de resignación.

-viene para acá… Quién es?- Volteó los ojos al sentir una mano en su hombro.

-Hola hermosa cómo te va?

-Bien Miguel, y a ti? – forzó una sonrisa

-Feliz, porque te alegras de verme –dijo sonriendo irónicamente

-Sigues igualito

-Tomaré eso como un cumplido

Yo solo observaba, este chico era bastante atractivo, sus ojos grises lo hacían exótico y contrastaban de manera exquisita con la camiseta roja que llevaba puesta, la cual destacaba sutilmente lo mucho que debía trabajar en el gimnasio.

-Y eso… Qué haces aquí? Desde cuando comes? –Pregunto “Miguel” enarcando una ceja

-Que gracioso Migue… Pues ya ves, ando con unos amigos

-Yo solo veo una, y por cierto, que maleducada has sido, no me la vas a presentar? –Extendió la mano hacia mí.

-Mucho gusto linda, soy Miguel Robles, todo el mundo me dice “Mígue” =)

-Ella es…

-Soy Jessika Méndez y todo el mundo me dice Jessika Méndez –Migue sonrió ampliamente, verdaderamente era un tipo encantador, no entendía el sarcasmo de Helen hacia él.

-Nuestro otro amigo está trayendo la comida

-Entonces apenas están llegando –Se sentó en el banco al ladito de Helen, ella se tuvo que rodar y Migue quedó frente a mí.

-Si, normal, no llevamos mucho tiempo aquí -respondí

-Tú con quién estás? –quiso saber Helen

-Solo

-No seas mentiroso, no vas a venir solo a esta feria y menos a las 10 de la noche.

-Es como si lo estuviera, somos como 15 en el grupo, así que si falta uno los demás tardarán en notarlo.

-Vas a comer con nosotros? –pregunté con ganas de que así fuera, no quería tensión en el ambiente durante la cena, cuando Helen me tocara debajo de la mesa y José quisiera abrazarme a cada momento.

-Si Helen está de acuerdo y a su otro amigo no le molesta…

-No te preocupes por José –dijo Helen- está por regresar, pero mientras puedes ir tú a ver que te vas a comprar de comer.

-Ya vuelvo –se alejó de la mesa rápido

-Qué te ocurre Jessika? Cómo vas a invitar a “Migue” a comer con nosotros? –se oía frustrada

-Qué tiene? Vi que es amigo tuyo! –Dije inocentemente- además pudiste haber dicho que no.

-No es ningún amigo mío, es un tipo ahí que se las da de galán conmigo, vivía cerca de mi casa.

-Y no te gusta por…?

-Todas las niñas de la urbanización estaban babeadas por él, pero a mí me parece muy creído y siempre he sido súper seca con él, aunque no te niego que si me gustaba pero, no quiero contribuir a subirle el ego. Cuando él se dio cuenta de que yo no estaba “derretida” por él como las otras niñas como que se puso por meta conquistarme o algo así, porque no me dejaba ni a sol ni a sombra.

-Crees que sea “galán” contigo solo para alimentar su ego?

-Obvio!

-Y lo logró?

-No… o sea, a mi me gustaba pero…

-Qué?

-Tengo que decírtelo?

-Ya empezaste! Escúpelo… yo no muerdo… a menos que me lo pidas –me mordí el labio, ella se sonrojó y mirando hacia abajo dijo:

-Es que soy demasiado tímida… y orgullosa, Migue cree que no logró su objetivo y realmente no lo hizo, simplemente me parecía lindo pero

A quien no – dijimos al unísono y amabas reímos después.

Helen era bastante agradable cuando bajaba su guardia de frialdad, hablar con ella era muy natural, fluía orgánicamente, se sentía como hablar con una amiga.

A los pocos minutos llegó José

-No sabes quién está por llegar…

-A dónde?

-Aquí pues! –dijo Helen con el gesto del que dice algo obvio xD

-Invitaste a alguien? –Sonrió- A la persona protagonista de tu primer beso?

-No! Cállate! -Dijo Helen sonrojándose

 José hizo un gesto de dolor, creo que Helen lo pateó por debajo de la mesa

-ah… él fue el que te dio tu primer beso?

-No, Jessika, no le hagas caso a José.

-Él… es un chico –se quedó pensativo

-Migue

-Migue… tu ex vecino?

-Seh….

-Lo llamaste Helen? –Preguntó muy sorprendido

-Cómo crees?

-Él estaba por aquí, vio a Helen y prácticamente se autoinvitó –Dije

-Aha y dónde está pues?

-Fue a comprar su comida y ya viene

Y llegó.

José luego de que Helen se lo presentara quiso hacer una broma

-Y de pronto me encuentro en una doble date –Le guiñó un ojo a Helen, esta lo vio con cara de quererlo matar. Otra patada debajo de la mesa.

-Bueno, Helen está un poco reacia hoy, relájate mi amor, dijo atrayéndola hacia él. Ella se sonrojó. Verdaderamente es tímida. A mí me dio algo de celos verlos así pero como Helen no se veía cómoda en lo absoluto no me pareció una amenaza ni mucho menos.

>Una amenaza? Que es eso<

Al ratico el ambiente se relajó, yo hablaba con Migue y José animadamente, Helen a veces intervenía pero no era la misma Helen, se comportaba de manera fría otra vez, casi que cada vez que Migue la veía a los ojos la sangre se le subía a las mejillas haciéndola lucir más aniñada. Ya me estaba empezando a sentir incómoda, este chico no dejaba de acariciarle el cabello una vez tuvo libre las manos y en cada oportunidad le daba besos en la mejilla, José también estaba bastante cariñoso por su lado, en una de esas me robó un besito y Helen no pudo disimular su molestia.

-Voy al baño –dijo parándose rápido de su asiento

-Yo también necesito ir, te acompaño.  Ambas nos alejamos sin decir nada, cuando estábamos del otro lado de la feria paré en seco, ella quiso seguir caminando pero yo la agarré por el brazo

-No necesitas ir al baño, yo tampoco, qué te pasa?

-Qué me pasa? –dijo alterada- Tú me pasas! Me cuesta ver cómo te besas con mi mejor amigo luego de casi haberlo hecho conmigo hoy en la tarde!

-Me tomó por sorpresa!

-Tarde o temprano te vas a besar con él Jessika, acuérdate que no son sólo amigos…

-Si, pero no enfrente de ti

-Yo muchas veces voy a estar y qué vamos a hacer ahí? No sabes cómo odio ver eso…

-Bueno Helen, no sé, nosotras no estamos juntas. Sus ojos se pusieron vidriosos.

-Ya sé.

-No te pongas así… yo no sé qué está pasando entre nosotras, estoy confundida.

-Tranquila –dijo limpiándose las lágrimas y separándose de mi reciente abrazo –sé que no estamos juntas, solo que duele escucharlo así, pero estoy totalmente consciente de que esa es la situación.

-Me sorprende tu actitud tan cambiante Helen

-De qué hablas? – preguntó extrañada

-Durante el cine y aun cuando llegamos aquí estabas tan linda, tan habladora y cuando llegó Migue te volviste como de hielo, como cuando te conocí.

-Su presencia me incomoda

-Si pero después supiste disimular, no te podía mirar sin que te pusieras como un tomate… todavía te gusta?

-Tienes celos?

-Pregunté primero

-Yo le gusto a él

-Eso ya lo sé, pero a ti como que también

-Nosotras no estamos juntas

-Sólo quiero saber aunque…. ya me dijiste. Es muy simpático y si fue tu primer beso pues, donde hubo fuego cenizas quedan.

-Él no fue mi primer beso –dijo sonrojándose otra vez- ya te había dicho que no

-Pudiste haber mentido

-No tengo por qué…. Tú fuiste mi primer beso –dijo tan bajo que creí haber escuchado mal

-Disculpa? –La miré fijamente

-Esta luz te hace ver los ojos casi amarillos…

-No me cambies el tema

-Ya te dije…

-No te escuché

-Eh… que tú fuiste mi primer beso –puso “poker face”

-En serio? O.O

-Sí. Seguía con el rosto indescifrable

-Con una mujer…

-No, mi primer beso.

No pude disimular mi sorpresa

-Ya te dije que soy demasiado tímida

-No me lo jures…

Nos quedamos en silencio por un momento, yo no sabía que decir y Helen con su ánimo extraño tenía la expresión fría  y distante de nuevo.

-Deberíamos volver, ya nos estamos tardando como que mucho. Nos encaminamos hacia la mesa sin decir una palabra más.

Cuando llegamos ya no estaba Migue.

-Me alegra que se estén llevando mejor, lo que no me agrada es que me dejen solo –se cruzó de brazos e hizo un puchero fingiendo tristeza.

-Ay José deja las actitudes homosexuales –rió Helen

- =O Me maltratas! Yo tanto que te quiero

-Y Migue? –pregunté

-Se tuvo que ir, lo llamaron unos amigos con los que vino, te dejó este papelito Helen –dijo levantando las cejas animadamente mientras le entregaba una servilleta con algo escrito en ella.

-Qué es? Sé que lo leíste, eres un chismoso

-Léelo tú misma… seguía con la sonrisa de oreja a oreja- mi pajarita está dejando el nido…

-Ay José deja el fastidio

-Léelo Helen, a ver que dice, Migue es bastante guapo –Le guiñé un ojo, sentía curiosidad, nada de celos

 >Así soy yo =)<

José me lanzó una mirada cómplice

-Lo leeré luego, no puede decir gran cosa.

-Bueno ya vámonos, es tarde y no le avisé a mi mamá que me quedaría fuera hasta estas horas –Dije agarrando mi cartera mientras me paraba de la mesa.

-Ok… este… mi amor no quiero que te vayas solita pero, no te voy a poner a llevar a Helen.

-Bueno, yo no tendría problema en llevarla, yo voy también cerca del norte…

-Además José tú vives cerca de aquí y si me llevas a mí casa tendrías que subir para volver a baja, no tiene sentido.

-Te quieres ir con Jessi? –Preguntó sorprendido

-Eh… si a ella no le molesta. –Se encogió de hombros

-no para nada, yo vivo hacia el norte también así que prácticamente me queda en el camino.

-Eso quiere decir que se cayeron bien! Vieron! Yo se los dije!

-Ya lo habías dicho José

-Jajaja ok, lo sé

Vamos pues –dijo ella caminando hacia el estacionamiento

-Rapun no te vas a despedir de mí? –Helen se volteó y José la abrazó con fuerza –Me avisas cuando llegues ok?. Luego me abrazó a mí firmemente y me dio un beso suave en los labios, tierno, cálido, por un momento olvidé que estaba Helen ahí y le devolví el beso de la misma manera, no muy largamente pero al fin y al cabo me dejé llevar; me separé un poco confundida por como mi voluntad había temblado por ese beso.

-Chao

-Me escribes también cuando llegues por favor Jessi, para quedarme tranquilo…

-Ok

Me encaminé al carro y Helen ya iba mucho más adelante que yo, apresuré el paso hasta alcanzarla, no decíamos nada, yo me moría de la curiosidad por saber si me había visto con José pero no me atrevía a preguntarle.

Nos metimos en el carro y todavía seguíamos en silencio. Como que si nos había visto porque no había encendido el aire acondicionado y la frialdad y la tensión del ambiente adentro casi hacía que se empañaran los vidrios pero al revés xD

-Entonces no has tenido novio… -Tuve que hablar porque tanta calma me iba a volver loca.

-Ya lo sabes –contestó secamente

-Me habías dicho que tenías te acuerdas? –La miré de reojo

-No…

-Entonces, ¿Qué hacías en el centro el día que me besaste de repente? –

>Por fin me desahogué!!!!<

-Ah… tartamudeó- no-no me acuerdo

-No te acuerdas… -Dije sarcásticamente

Helen

Que rabia, no sé si pueda soportar que MI Jessika esté con José, me sacó de quicio ver ese último beso. >celos desgraciados< no sé hacia donde vaya esto con ella porque no me da la gana de compartirla y ella parece muy cómoda… quisiera tener su capacidad de aguante.

Pero estar aquí solas las dos, con su perfume flotando en el aire me cuesta hacerme la dura, me tiene embobada, realmente no me puedo resistir.

-No me acuerdo que fui a hacer ese día…

-Dijiste que habías ido al cine con “tu novio” – me precisó

-Mentí –  confesé

-Ya me he dado cuenta pero tranquila, no se lo diremos a nade –Guiñó un ojo

-Cómo puedes hacer eso?

-Qué?

-besarte con José deliberadamente y luego seducirme así? Sin ningún tipo de remordimiento.

-No quiero hablar de eso –Su expresión se volvió seria

-Pues que mal porque yo si quiero…

-Por qué buscas pelear siempre? A mi me gustas Helen, no lo puedo negar, pero cambiar cada 5 minutos, tu humor es una montaña rusa, en cambio José es muy dulce siempre, atento, y m fascina como te trata y me trata…

-Tú me haces cambiar! Yo estoy contenta de verte y de pronto haces algo que no me esperaba y me pone mal y… lo peor es que tú ni te das cuenta del control que ejerces sobre mí!...                3era calle a la izquierda.

-Podemos por favor dejar de tratar de ponerle etiquetas a esto que tenemos? Solo vivamos el momento.

-Creo que estamos jugando con fuego

-A mi también me parece eso... –Noté un poco de picardía en su voz

-Ahí en la esquina

Jessika se orillo para dejarme en mi casa,

-Buenas noches Helen. No te pongas brava conmigo si? Tú me caes bien.

Me acerqué a ella para despedirme, no pude evitar ver sus labios, sus ojos que ahora eran de un color como caramelo líquido. Mi aplomo falló y la besé, ella me correspondió, tomó mi rostro entre sus manos y con su lengua dibujó el perfil de mi labio inferior, al próximo minuto ya mi pulso estaba descontrolándose, sentir su calidez  junto a mí era algo que me trasladaba al paraíso, nuestro beso era profundo, podía sentir mi lengua. Me separé de repente haciendo uso del último gramo de dignidad que tenía, no podía seguir besando esa boca que hacía unos minutos había besado a mi mejor amigo.

-Lo siento… yo

-Shhhh…..  -puso un dedo en mis labios – No digas más, no pienses más, quédate conmigo – susurró en mi oído

>Maldito poder de convencimiento que se trae esta pelirroja<

La besé de nuevo, esta vez con desesperación, como si estuviera sedienta y ella fuera mi copa, la deseaba más que al oxígeno que me mantenía con vida, ella al notar mis ganas se me puso a la par, pero al ratico de estar tocándonos y besándonos locamente se separó y me dijo:

-Así no, es muy incómodo… Se le notaba la excitación en la voz, esto me prendió aun más, bajé el espaldar del asiento hasta que este quedó casi en posición horizontal.

-Ven aquí. Jessika se pasó al asiento del copiloto, estaba totalmente encima de mi, su cabello caía a los lados de su cara tapando la mía, ella misma desabotonó los botones de su camisa esa vez y pude observar su torso parcialmente desnudo, a temperatura dentro del carro había subido muchísimo, ahora sí estaban empañadas los cristales, hacía demasiado calor, Jessika sin separarse de mí prendió l aire acondicionado, yo me incorporé del asiento, ella estaba sentada encima de mi, tenía mis piernas entre las suyas, me ayudó a quitarme le suéter y luego la camiseta, dejando al aire mi sujetador negro

-Me encanta tu color de piel – Dijo con esa voz hipnotizante

-Es como la tuya

-Tú eres más suave……

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Súper agradecida con sus comentarios y sus valoraciones, perdonen tanta tardanza, trataré de subir la próxima parte lo más rápido posible.

Gracias a los que me han agregado y por msn me han dicho que me leen y les gusta.

Besos (k)