Si al contacto de tu piel en otra piel tu cuerpo permanece mudo y sin respuesta y no reacciona ante el estímulo de otro cuerpo y tus manos al tocarlo siguen buscando la medida exacta de mis formas y quedan holgadas o pequeñas y por instinto rebuscan desesperadas la proporción exacta a la que están familiarizadas no insistas, padeces la ausencia de mi.
Si tus labios exigentes te urgen a ser besados como están acostumbrados y no encuentran la respuesta necesaria en esos otros y sólo topan con besos carentes de pasión o en su defecto, la pasión que te demuestran no es la que ansías encontrar, no insistas, padeces la ausencia de mi.
Si tu boca desespera por no encontrar mi sabor y te reclama la lengua un baile sensual que no halla en otra lengua y termina convirtiéndose en un dueto no sincronizado entre desconocidos, no insistas, padeces ausencia de mí.
Si al escuchar otra voz no descubres acompasado el soneto de la mía y anhelas el timbre vivaz de aquella risa que te mantenía atento a ella, haciendo que tu interior se agitara desbocado, no insistas, padeces ausencia de mi…
Si tu corazón no encaja en otro corazón y lo sientes roto, vacío, ausente de toda emoción y desvergonzado te recuerda vívidos latidos más intensos y añoras sentirlo vivo de nuevo no insistas, padeces ausencia de mí.
Si este destierro te acompaña en todo instante y extrañas el calor del corazón patria en que vivimos y crees escuchar mi voz y al girarte solo sientes el golpe de la soledad en la boca del estómago no insistas, padeces ausencia de mi.
Si sientes que has envejecido mil años por instante y que has perdido la razón de sonreírle a la vida y maldices tu suerte o evocas tiempos pasados, no insistas, padeces ausencia de mi.
Si sigues hablándome en sueños, soñándome despierto, viviéndome en silencio, acallando tu corazón al evocarme…
Entonces, amor mío….me sigues amando!