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La primera vez que mame tú guevo.

en Sexo Oral

Caía un fuerte aguacero, yo te esperaba en medio de la plaza pública como habíamos acordado la noche anterior, la verdad no recordaba tu cara, había transcurrido ya mucho tiempo desde que te vi aquella vez. Pasaba el tiempo y el clima se ponía peor, pude observar los pocos vehículos que transitaban por la avenida, La lluvia era tan fuerte que solo alcanzaba a ver a unos dos metros de distancia. Tú estabas en el mismo lugar donde yo estaba pero yo no te veía, o no te reconocía hasta el momento que tú mismo te acercaste a mí, pronunciaste mi nombre y te mire a los ojos, no hicieron falta las palabras, tomaste mi mano, cruzamos la calle, y caminamos bajo la lluvia por el bulevar. Me llevaste a un motel de baja categoría la habitación era muy pequeña, no tenia buena iluminación y el olor a desinfectante dominaba el lugar, yo te abrace con un tierno pero fuerte abrazo, metí mi lengua en tu boca  llegando casi hasta tu garganta, me sujetaste con fuerza, y me acostaste sobre la cama, pude sentir como frotabas tu guevo contra mi cuerpo y como manoseabas mis hermosos senos.

  Solo pensé que jamás te había visto desnudo  así que te mire y te dije quiero verte como Dios te trajo a este mundo…

 Sin temor alguno te quitaste la ropa, y te juro que en mi mente pensaba que tenias el cuerpo feo al igual que tu cara y estaba muy nerviosa por lo que iba a ver pero cuando te vi desnudo parado frente a mi y observe tu cuerpo tan hermoso, y tu enorme guevo parado me quede sin aliento y  pensé: Dios existe y le di gracias por todas las cosas bellas que me había dado. Te dije date vuelta, antes de mamarte el guevo quiero chupar tu culito….me diste espalda, primero te di un buen masaje en tus hermosas nalgas firmes y redonditas, empecé por  abrir tus nalgas y me dispuse a darle mucha lengüita a tu agujero, tu gritabas de placer te chupe el culo por un buen rato estaba delicioso… observe que el agujero de tu culo estaba bien relajado y tu pene estaba muy duro así que me no pude esperar más y metí por completo tu guevo en mi boca.

 El sabor salado de tus fluidos seminales, me llevó hasta la gloria. Comencé por la cabecita de tu guevo pase mi lengua por todo el frenillo de tu pene, luego le di unos suaves mordisqueos en la punta, entre tanto tú acariciabas mis nalgas y frotabas mi clítoris haciéndome gemir de placer. Empecé a mover suavemente mi cabeza de arriba hacia abajo, chupando tu guevo de vez en cuando. No quería que acabaras tan pronto. Paraba de succionar por un momento y jugaba con mi lengua haciéndote el remolino sedoso en la cabeza de tu pene. Después tome tu guevo con mi mano y comencé a moverla rítmicamente, al mismo tiempo chupaba tu pene, con mi boca. Sentí como tu guevo entraba y salía de mi boca cada vez mas rápido, Tú me  dijiste con la voz entrecortada sigue…. sigue…. así  lo hice. Cuando noté tu leche en mi lengua, mis papilas gustativas se activaron, tu semen espeso y tan dulce, no era muy abundante, pero fue tan excitante. Lo saboreé un rato y luego me lo trague, al mismo tiempo escuchaba tus quejidos y tu agitada respiración.

Escuche cuando  me dijiste: Mi Ángel  me hiciste sentir un orgasmo espectacular………………….................

 Pude ver tu cara de satisfacción y tu hermosa sonrisa, te abrace de frente  para poder escuchar los latidos de nuestros corazones, y jamás olvidar aquel momento.  No encuentro las palabras para poder expresarte el placer que  tú me haces sentir cuando acabas dentro de mi boca. Tú sabes lo mucho que me gusta el olor y el sabor de tu leche y espero que me la des siempre………