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Convertida en puta para salvar a mi familia 2

en No Consentido

CAPÍTULO 2

Los cabrones, me subieron a su furgoneta, y antes de arrancar, me durmieron, para que no me enterara de donde me llevaban.

Perdí la noción del tiempo, me desperté en una habitación muy grande, estaba mareada, no sabía dónde estaba, me habían desnudado, no me dolía nada por lo que quizás no habían abusado de mí.

Mirando hacia mi izquierda, me fije que había un cuarto de baño, como pude me levanté y fui hasta allí.

Según entraba, estaba el lavabo, encima un espejo, al lado derecho un armario de baño muy alto y amplio, y el retrete. En el lado izquierdo había un cesto de plástico, y una gran plato de ducha.

Detrás de la puerta había un albornoz, a la derecha una estantería con champú y  gel,  y al lado antes de llegar al plato de ducha, una toalla colgada.

No me lo pensé dos veces y me di una ducha, salí, me sequé con la toalla, me puse el albornoz (que me llegaba por encima de las rodillas), me peiné, y me quedé con el pelo mojado ya que no había secador.

Seguidamente, volví a la habitación, tenía un vestidor muy grande, aunque vacío, había un tocador, con un espejo ovalado y una mesa,  también vi  una televisión, un sofá de tres plazas, y una terraza.

Me senté en la cama, y empecé a recordar lo que había pasado, estaba a punto de llorar cuando de repente, entraron en la habitación dos negros, parecían gorilas de lo grandes y musculosos que eran,  iban vestidos igual, pantalón negro, camiseta negra muy ajustada que les marcaba esos enormes brazos.

-          ¿Quiénes sois? – pregunté muy asustada

-          Vamos, preciosa, el jefe quiere verte – dijo uno de ellos

-          ¿Qué jefe?

-          ¡Deja de hacer preguntas puta! – gritó el otro

Me cogieron de los brazos, y me sacaron de la habitación, había un pasillo muy grande, a la izquierda había tres puertas muy separadas entre sí, a la derecha se veían unas escaleras, me llevaron al piso de abajo, todo era grande y muy lujoso, había cuadros, esculturas, lámparas de araña, cruzamos el inmenso salón, y me llevaron hasta el comedor, que estaba separado de este por puertas correderas, las abrieron, y me empujaron dentro.

-          Aquí se la traemos, señor – dijo uno de los negros dirigiéndose a un hombre que estaba sentado en una gran mesa rectangular.

-          Bien, ya podéis iros, cerrar la puerta y que nadie nos moleste – respondió

No me lo podía creer, aquel hombre era el mismo que entró en la tienda hace unos meses y me dijo aquellas cosas, recuerdo que le di una bofetada y me amenazó, según se acercaba a mí miedo se acrecentaba. No llevaba las gafas y pude ver que tenía los ojos azules, y también que llevaba puesta una bata de seda azul y unas zapatillas a juego.

-          ¡tú!

-          ¿Cómo estás preciosa, me alegro de verte? Imagino que el sentimiento no es mutuo ¿verdad?

-          ¿Tú eres el responsable de lo que me hicieron y de que me hayan separado de mi familia?

-          Así es, ya te dije que te saldría caro haberme dado una bofetada.

-          ¡Hijo de puta! Si lo hice fue por todo lo que me dijiste.

-          Antes de que sigas hablando, me presentaré

-          ¡No me interesa!

-          Aun así, mi nombre es Marc

-          ¡Me da igual como te llames, quiero irme de aquí!

-          Puedes irte si lo deseas

-          ¿Qué?

-          Claro que si lo haces, ya sabes que tu familia morirá.

-          ¡Maldito cabrón!

-          ¿Quieres que mueran?

-          Por supuesto que no

-          Bien, entonces escucha con atención, a partir de ahora, yo soy tu amo, y harás todo lo que te ordene sin protestar.  Si te niegas a algo, intentas huir, o tratas de quitarte la vida, tu familia morirá. ¿Me has entendido?

-          Yo…  (se me empezaban a saltar las lágrimas)

-          ¡No te oigo!

-          ¡Si, cabrón haré lo que quieras!

-          Así me gusta – dijo mientras se me acercaba por detrás, empezó a besarme el cuello y según lo hacía, me quitó el albornoz, y quedé completamente desnuda, luego el también se lo quitó. – mmm que bien hueles Andrea. Dime ¿Quién es tu amo?

-          Tu – dije con voz temblorosa

-          Muy bien zorrita –

Empezó a tocarme las tetas con la mano izquierda, y con la derecha, me acariciaba el coño y luego el culo, me dio la vuelta, empezó a besarme en los labios, y seguidamente, comenzó a chuparme las tetas, me las pellizcaba y mordía sin ningún miramiento.

-          Mmm ¡que tetas tienes!  ¡ahora ponte de rodillas puta y chúpamela como si fuera lo más rico que te has metido en la boca!

Obedecí, y se la empecé a chupar, cerré los ojos y me imaginé que se lo estaba haciendo a mi novio. Marc cada vez la tenía más dura, y me obligaba a metérmela hasta el fondo, me daban arcadas, y eso le ponía mas. Luego me levantó del suelo y me llevó hasta la mesa, me tumbó encima, se sentó en la silla y empezó a comerme el coño y a meterme mano muy salvajemente, incluso gruñía cuando me mordía el coño.

-          ¡Uff! ¡esta delicioso este coñito! ¡y jugoso! ¡quiero que te excites perra, y no te resistas, te lo ordena tu amo!

Me relajé y continué imaginando que era mi novio el que me follaba, así empecé a disfrutarlo aunque en mi interior me sentía sucia y quería despertar de aquella pesadilla.

Marc se levantó, y bruscamente, me metió la polla en el coño, di un grito y todo porque me había dolido, y eso le excitó más, empezó a metérmela con mucha velocidad.

-          ¡Así, siéntelo puta, te voy a reventar para enseñarte quien es tu amo!

-          ¡Me estás haciendo daño!

-          ¿En serio? ¡me encanta! ¡suplícame que pare!

-          ¡por favor! ¡no continúes!

-          Mmm ¡perra, eso me excita más! ¡lo que viene ahora si que te va a doler!

-          ¡Que vas a hacer!

-          ¡te voy a romper el culo!

-          ¡no! ¡no! ¡por favor! ¡por favor!

-          ¡eso grita, grita más!

-          ¡nooo! – grité tras sentir como su gran polla la metía de golpe y muy bruscamente en mi culo. ¡dios me duele mucho!

-          ¡si, si, ahggrr! ¡que culito! ¡ uff y empieza a sangrar! ¡me encanta!

El dolor empezó a dejarme atontada, ya no podía más, al cabo de un rato la sacó y me la volvió a meter por el coño, con más fuerza que antes.

-          ¡ahora puta vas a sentir mi leche!

-          ¡Dentro no!

-          ¡Claro que si perra! Y recuerda que yo voy a hacer contigo lo que quiera así que deja de decir no ¡o empezará a morir alguien!

-          ¡Hazme lo que quieras cabrón!

-          ¡Así, me llamas cabrón eh! ¡pues mira! ¡ahhh ufff! ¡ahí va mi leche si, si uff, perra, eres mía, uff, joder, aggghhhh!

Se corrió dentro de mí, yo quería morirme.

-          Qué bien puta. Me he corrido de lo lindo. Voy a disfrutar mucho contigo amor.

-          ¡No me llames amor!

-          ¡Te llamaré como quiera, soy tu amo!

-          ¡Yo no tengo dueño hijo de puta!

-          Por esta vez no mataré a nadie, pero,  tengo que enseñarte quien manda, después de eso se te van a quitar las ganas de insultarme y verás que sumisa te vuelves.

-          ¡Que vas a hacer!

-          ¡Ya lo verás perra! ¡levántate de la mesa vamos!

Tras decir eso, se dirigió a un armario que estaba a la derecha, cogió una caja y la puso encima de la mesa, la abrió y sacó 5 cartas que parecían pertenecer a alguna baraja, las colocó boca arriba, en una ponía 10, en otra 20, así hasta 50.

Me dijo que les diera la vuelta y las mezclara sin mirar, luego las cogió y las metió en la caja.

-          Tapate los ojos y coge una – ordenó

-          ¿Para qué son?

-          ¡Hazlo y deja de hacer preguntas si no quieres que me enfade!

Obedecí, saqué una, le sí la vuelta, y ponía 30.

-          ¿Qué significa el 30?

-          Ja Ja Ja ¡vete a dormir preciosa! ¡mañana por la noche lo descubrirás!

Espero que os hayáis quedado con la intriga y que os haya gustado.

Pronto subiré el capítulo 3.