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Por un momento de placer con Raúl.

en No Consentido

Me llamo Marta, vivo en Madrid, tengo 33 años, mido 1.73, uso la talla 40, soy rubia con el pelo rizado por encima de los hombros y tengo los ojos azules.

Era viernes por la noche, había asistido a una cena de empresa de esas que terminan tarde, trabajo como secretaria en una multinacional y siempre tengo que acompañar a mi jefe a todos sitos.

Aquel día no me había dado tiempo a ir a casa a cambiarme antes de la cena así que fui con lo puesto, llevaba una  blusa blanca, mini negra, medias negras y zapatos de tacón negros de unos 10 cm y finos.

Para colmo había huelga de metro yo creo que ese día lo hicieron para fastidiar a los que iban al partido del Real Madrid – Barsa, la pusieron desde las 21 h hasta las 2.00

Salí de la cena a la 1.00, con las copas de más, no me acordaba que había huelga así que fui a coger el metro.

En el andén no había demasiada gente, sin embargo cuando llegó el tren, no se como se abarrotó, yo estaba la primera así que cuando empezó a entrar todo el mundo sobre todo en el último vagón, aquello era peor que una lata de sardina, no me dio tiempo a reaccionar y quedé apoyada sobre una de las puertas del fondo, me sujeté con las manos a uno de los cristales para no caerme y a penas me podía mover ya que tras de mi había un chico, y se había pegado a mí hasta el punto que podía sentir su verga en mi nalga derecha.

Le miré por el cristal, era muy guapo, tendría unos 35 años, moreno, los ojos parecían marrones pero no se veía muy bien, más alto que yo, y llevaba una chaqueta que le quedaba un poco ajustada y se le marcaban los músculos de los brazos, debía de trabajar en el Corte Inglés, en el lado derecho arriba había una chapita con su nombre, y creí haber leído Raúl.

Apoyó su mano izquierda en el cristal al lado de la mía, y se acercó más, podía sentir la respiración de su nariz en mi pelo, estaba poniéndome un poco nerviosa.

-       Perdóname – dijo él, es que esto está hasta arriba.

-       Sí lo sé, no te preocupes ¡maldita sea! – grité al sentir el frenazo brusco del tren - ¿Qué pasa ahora?

-       No, lo se parece que nos hemos quedamos parados en el túnel.

-       ATENCIÓN POR FAVOR – dijo el conducto por megafonía - POR AVERÍA DE UN TREN VAMOS A ESTAR PARADOS APROXIMADAMENTE 30 MINUTOS DISCULPEN LAS MOLESTIAS

Lo que faltaba, encima de tarde y huelga también avería y para colmo las luces parpadeaban y se veía muy mal, entonces, sentí como Raúl introducía su mano derecha por debajo de mi falda y empezaba a acariciarme el coño, me excité, y aunque me daba un poco de corte por la gente, no me importó, me daba morbo, asique le dejé que siguiera. Al ver que yo no decía nada, me bajó las medias y el tanga blanco que llevaba, no me veía nadie por un lado me tapaba el y por otro la puerta o eso creía yo ya que en los asientos de mi derecha había 3 obreros rumanos que no perdían detalle de lo que estaba ocurriendo.

-       Qué bien hueles – dijo Raúl susurrándome al oído – ¿te gusta cómo te toco el coñito?

-       Sí, me gusta mucho, me estás poniendo muy cachonda

-       Ya lo noto, mis dedos entran muy bien, lo tienes bastante húmedo.

-       Mmm – expresé los más bajo que pude mi excitación, estaba muy caliente y me resultaba difícil contenerme, me estaba metiendo los dedos muy deprisa en ese momento y lo hacía muy bien.

-       ¿Cómo te llamas guapa? – me preguntó entre jadeos y en voz baja

-       Me llamo, ahh, ahh, Mar..ta, mmm, que bien lo haces.

-       Te voy a meter mi polla ¿quieres?

-       ¿Aquí?

-       Venga, no se van a dar cuenta – no se lo había pensado, cuando dijo esto, y tenía la polla fuera y con el capullo acariciando mis nalgas, pasando por mi ano y sin más, me la metió hasta el fondo del coño.

-       ¡Dios! – grité lo más bajo que pude – tienes una buena polla, uff que dura está, y es grande

-       ¿Te gusta?

-       Me encanta

-       ¿Quieres que pare?

-       No, no pares

-       ¿Y la gente?

-       No me importa, ¡uff como me la metes, no pares, no pares!

Teníamos que hablar muy bajo para que no nos oyeran mucho, pero es que Raúl y yo estábamos demasiado cachondos como para parar.

-       Dime ¿tomas la píldora?

-       Si

-       Eso es estupendo ¡ ahhh, ahhh, uff, que coño más jugoso, me encanta como lo contraes, y como aprieta mi polla! No voy a aguantar más ¡me voy a correr!

-       ¡Si, córrete Raúl, déjame sentir tu leche calentita!

-       ¡Dios, uff, ya sale, ya sale, ahhhhhgrrrr! Mmm te lo he llenado todo Marta

-       Mmm si, lo he notado.

Tras decir eso, me ayudó a subirme las bragas y a ponerme las medias, me dio la vuelta y empezó a besarme en los labios apasionadamente, me sacó las tetas y empezó a lamerlas y a chuparlas, estuvimos un rato así y luego sentí como se empalmaba otra vez.

-       Venga arrodíllate y hazme una buena mamada

-       Mmm, sí, quiero saborear esta polla tan potente – dije mientras me arrodillaba.

 Aun no se la había guardado por lo que no tuve más que cogerla con mi mano derecha, seguidamente, empecé a pajearle, era muy grande, aun así, saqué mi lengua, lamia  su capullo y toda la polla, los huevos, era agradable lo tenía muy cuidado y sin apenas bello, luego me la metí en la boca y empecé a chupar y  saborearla todo con mucha entrega, cada vez lo hacía más rápido, y el se excitaba cada vez más.

-       ¿Te gusta Raúl? ¿te gusta cómo te la chupo?

-       Me encanta Marta, lo haces de miedo

-       Tienes una polla muy rica

-       ¿Sí? Entonces ¿te tragarás mi semen?

-       Si.

-       Ya queda poco, está a punto de salir

-       Córrete, venga, dámelo todo

-       ¡Ohhh, joder, ohh, ohh, ahh, ahh, ya, ya!

Raúl se corrió en mi boca y me lo tragué todo, fue lo más excitante que he hecho jamás. El luego se arregló, y me besó un poco más.

-       Quiero volver a verte Marta

-       Yo también, me has hecho disfrutar mucho.

Intercambiamos los teléfonos y nos hicimos una foto de recuerdo, luego, el metro se puso en marcha y él se bajó unas paradas después, nos despedimos con un beso y quedamos en llamarnos para salir algún día y pasarlo bien.

Aun me quedaban muchas paradas, ya que era la última, lo que no imaginé es lo que sucedió a continuación.

Los tres obreros rumanos no habían perdido detalle de lo que habíamos hecho, incluso nos grabaron con el móvil.

Se levantaron, y se pusieron detrás de mí.

-       Que puta eres ¿no? – dijo uno de ellos – como has hecho gozar a este tio, me pregunto si nos harías lo mismo a nosotros.

-       Tu sueñas tío, no me gustáis, oléis fatal, y estáis sucios y con pintura en las manos.

-       ¿Si? Pues mira zorra – dijo otro sacando una navaja – cuando salgamos del metro te vas a venir con nosotros y te vamos a follar como a una perra.

-       ¡No por favor! ¡dejadme en paz!

-       No no, guarra, nos vas a hacer gozar como animales.

Los muy cabrones, me hicieron bajar unas paradas antes de la mía, y me llevaron a su casa, no podía escavar, parecían colosos de lo grandes y fuertes que eran, tenían la mirada sucia y eran muy brutos.

Cuando llegamos a su casa, me llevaron al salón, era una casa grande, debían de vivir allí muchos más aunque en ese momento solo estamos ellos y yo.

-       ¡Quítate la ropa puta! – ordenó un rumano

-       ¡No, iros a la mierda hijos de puta!- tras decir eso, escupí a uno de ellos en la cara, eso provocó que me dieran una ostia y que entre los tres me quitaran toda la ropa.

-       Te vamos a follar hasta que nos vaciemos por completo en todos tus agujeros zorra.

Me pusieron de rodillas, se quitaron toda la ropa hasta quedar desnudos, cogieron la navaja y me la pusieron en el cuello.

-       Venga guarra, chúpame la polla y a estos dos hazles una paja mientras.

Obedecí y casi vomito, le sabía fatal, era muy grande y gruesa, y se notaba que no se había duchado hace días y los otros también, eran unos cerdos.

-       Hazlo bien, como al tío del tren, o si no lo va a lamentar, además tenemos un video estupendo donde se os ve follando, si nos dejas satisfechos lo borraremos y te dejaremos ir, si no, lo subiremos a internet y luego te dejaremos unas marcas muy bonita en tu preciosa cara.

Seguí chupando, tuve que empezar a esforzarme para que no hicieran nada de lo que habían dicho.

-       ¡Venga puta, lamela toda!

-       Ahora me toca a mí – dijo otro

Estuve como media hora chupando y lamiendo sin parar, se turnaban también para que les pajeara, luego me tumbaron encima de una mesa, uno empezó a metérmela por el coño con mucha fuerza y velocidad, mientras a los otros les pajeaba con cada mano y seguía chupando sus asquerosas pollas.

-       ¡Ohhh que zorra como lo tiene, tenéis que probarlo!

Se cambió con otro, que antes de meterla, me comió el coño, lo mordía, apretaba el clítoris, me metía sus sucios dedos llenos de pintura, y siguió hasta conseguir meterme 4 dedos.

Los otros también me chupaban las tetas, pellizcaban fuerte mis pezones, y las magreaban rápido con la intención de hacerme daño.

El coño se me estaba irritando de tanto que me metían sus pollas, mis tetas estaban rojas y me dolían mucho.

Besaban mis labios, y metían sus lenguas, sabían a alcohol, tabaco, les olía fatal el aliento, tenían los dientes sucios de no lavárselos.

Me levantaron y me pusieron en el suelo a cuatro patas, uno se puso debajo y me la metió por el coño, otro por detrás, sin lubricar ni nada invadió salvajemente mi ano y el otro me follaba la boca con tanta intensidad que me daban arcadas.

Estuvieron mucho rato así, yo no podía más, el culo me sangraba, el coño lo tenía al rojo vivo, y mi boca babeaba casi no podía respirar, mis lágrimas ocupaban mi cara, lo estaba pasando fatal.

Y llegó el momento, se corrieron en mis tres agujeros, yo no me di cuenta hasta que me lo enseñaron, me habían estado grabando todo el rato, no estábamos tan solos como yo creía, pues había otros dos rumanos más que tenían una cámara de video.

Cuando terminaron sus amigos, ellos también me follaron y los otros lo grabaron todo.

No los borraron como prometieron, los subieron a internet delante de mí, y esperaron un buen rato, empezaron a conectarse a la página miles de usuarios cachondos dispuestos a ver todo lo que me hacían,

El que si borraron fue el de Raúl, pero los otros videos no.

Para colmo, conectaron la Cam, y me volvieron a follar delante de miles de usuarios de internet, cada vez se conectaban más, me tuvieron así toda la noche.

Cuando amaneció, me dejaron vestirme y me fui.

Cuando llegué a mi casa quería morirme, me duché durante mucho rato, me lavé los dientes, tire a la basura toda la ropa que llevaba puesta y me fui a dormir.

Pasó el fin de semana, estuve encerrada en casa sin salir a ningún sitio.

El lunes antes de ir a trabajar, recibí una llamada de mi jefe, se había enterado por conocidos de los videos de internet, me dijo que no podía tener una secretaria tan puta trabajando en su empresa, así que me despidió.

Esos cabrones arruinaron mi vida.

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Este relato se lo dedico a Raúl, que me pidio que escribiera un para el, espero que le guste y a vosotros también.

Que conste que no tengo nada en contra de los rumanos, solo es un relato inventado. De hecho los pocos que he conocido tanto chicas como chicos son gente de p.m.

Bueno un beso a todos.

Me podeis escribir cuando querais, y si os apetece que os dedique algún relato y lo personalice, lo haré encantada.

Gracias a todos los que leeis mis relatos y los que me enviais emails.

Besos.....