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Ayana pierde su virginidad (Yellow Star)

en Parodias

Ayana era muy joven para el sexo.

Pero allí estaba, sin poder hacer nada para evitarlo. Había sido drogada, sin ella saberlo, por su padrastro, quien le había ofrecido aquél café humeante para relajarse después del estudio. Casi al momento había caído al suelo, sus músculos estaban totalmente paralizados. Y su padrastro la había llevado allí abajo, al sótano que nunca se usaba, a donde había movido una cama preparada para aquella ocasión.

Allí estaba, la había desnudado completamente y estaba tirada en esa cama.

Su cuerpo esbelto, con una cabellera rubia atada en dos coletas, y unos ojos marrones a juego con su pelo, unos pechos enormes y una vagina cerradita y virgen, estaban completamente a merced de su violador.

Ya había intentado resistirse, sin éxito. No tenía fuerza física debido al fármaco, y además su padrastro tenía una fuerza y un cuerpo enormes, demasiado para que Ayana pudiese impedirle nada. Había metido sus dedos en su virginal vagina y había chupado la conchita con avidez. La pobre Ayana no había podido reprimir gritos de placer, porque además esa droga tenía un potente efecto afrodisíaco que excitaba las sensaciones de aquella inocente chica rubia.

De manera que, al extraer dos dedos empapados de flujos de la cuevita de Ayana, consideró que estaba lista para ser iniciada.

Él la miraba tocándose la gigantesca polla en erección con placer. Había llegado el momento de desvirgar a aquella hijastra que a todas horas encendía su deseo. La a iba a abrir por primera vez, antes de que lo hubiese hecho el imbécil de su novio.

Plegó sus hermosas piernitas hacia atrás, empujando los muslos con fuerza hacia la cintura de la niña y apoyó el pene a la entrada de ese coñito virgen que sobresalía entre las piernas, rozando ya con el glande los suaves labios de la chica. Ayana, al notarlo, cerró los ojos y chilló, impotente ante su desfloración inminente.

Y la polla separó aquellos labios por primera vez, haciendo que Ayana recibiera su primera verga. La lubricación del coñito de Ayana no pudo impedir que el glande entrase entero dentro de ella, que su entrepierna recibiese su primer hombre dentro de ella. Y la inocente chica percibió como algo grande avanzaba por su sitio hasta ahora intacto, que empezaba a ensanchar su intimidad…

No pudo evitar pensar en su novio, al que mentalmente pidió perdón por haberle dicho anoche que no quería hacer todavía el amor, que no estaba lista y que probarían otra noche. Ya no sería así, ya no se llevaría él su virginidad.

El miembro viril se introdujo progresivamente dentro de aquella vagina virgen, la mitad de aquella carne penetraba ya a Ayana. Y entonces se produjo el inevitable encontronazo con la virginidad deseada por aquél perverso padrastro. Él sintió como su polla tocaba la membranita, pero no detuvo su avance. Y Ayana sintió como algo en ella intentaba imponer resistencia al sexo, pero él avanzaba más y más dentro de ella. Y algo le empezaba a doler dentro de su vagina…

Ayana sustituyó la expresión de temor en su cara por una mueca de sufrimiento al sentir como el sexo masculino avanzaba sin importarle llevarse el himen por delante. De un crujido, la delicada telita que mantenía virgen a Ayana fue desgarrada al continuar la penetración, y la rotura violenta del himen provocó en ella una inmediata sensación de profundo dolor en su casta vagina. Gritó, gritó muy alto y se revolvió por el suplicio que había supuesto ser desvirgada así, sin tacto y de forma no consentida.

Pero de nada sirvió para disuadir al violador, al padrastro excitado que sin más miramientos acabó por deslizar toda su polla dentro de esa vagina estrenada y dolorida. El avance hizo sufrir más a Ayana al sentir que la completa totalidad de aquél miembro estaba ensartado en su estrecha vagina hasta entonces no invadida y que se hacía sitio entre sus tiernas paredes vaginales, donde parecía no haber tanto espacio. El dolor era máximo para la joven.

Y aquél padrastro malvado empezó a follar a la drogada jovencita con fuerza, entrando y saliendo de ella como loco…

Y así fue como la joven y no preparada Ayana perdió su virginidad. Mi tributo al momento culmen del capítulo 07 de la serie hentai Cool Devices, titulado ‘Yellow Star’, el cual recomiendo encarecidamente por ofrecer una historia no sólo muy excitante desde el punto de vista sexual sino también por su argumento.