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Las andanzas de mi esposa iv

en Grandes Relatos

                                                  LAS ANDANZAS DE MI ESPOSA IV

Mi mujer no tiene comparación, no se si llamarla adicta al sexo, ninfómana, la verdad no se, hemos vivido tantas cosas, hemos disfrutado tanto que realmente no sé como calificarla, pero la verdad es que siempre tenemos cosas nuevas o inquietudes nuevas.

Quien he leído mi relatos sabrá de que la primera vez que ella estuvo con otro hombre, fue en un periodo de su vida en que estábamos separados, lo que no le da la categoría de cuerno, no obstante, verla tan caliente, como se comportaba sin nada de tapujos, pensé que de una u otra forma ella me había puesto uno que otros cuernos, no perdía tiempo en preguntarle y la repuesta siempre fue la misma.

Un día que estábamos celebrando con unos amigos, nos tomamos unos tragos de Black Label, lo cual la puso bien cachonda y camino a la casa me dijo que le pidiera lo que fuera, pues lo haría, lógicamente estaba pensando que le pediría que lo hiciéramos en público, o con alguien, lo que no fue así.

En el trayecto suspire miles de veces, ella insistía en que le pidiera lo que fuera, pero mi solicitud estaba trabada en mi garganta, tanto que llegamos a la casa y nada de salir palabra alguna de mi boca, sólo cuando entramos en el ascensor atine a preguntar.

-¿ Tú me pusiste los cuernos con Robert ?, fue una pregunta que salió atropelladamente de mi boca, no sabía si la había hecho bien, si ella me había entendido o si simplemente no había dicho nada. Pero la respuesta no se hizo esperar.

-Si, pero él no fue el primero, dijo saliendo atropelladamente del ascensor y corriendo a encerrarse en la habitación de visita.

Esa noche no me quiso abril la puerta ni quiso dormir conmigo, pero en la mañana siguiente, bien temprano me la encontré en tanga sentada en la terraza  tomando una taza de café, no me aproxime a besarla como usualmente lo hago, no porque no quisiera, no sabía cuál sería su reacción y eso me limitaba.

-Dime lo que quieras saber, estoy dispuesta a contarte todo con los detalles y que suceda lo que tenga que suceder, me dijo con una sola  respiración  y solo esfuerzo de voz.

Yo no sabía que responder, no sé si estaba molesto, si me incomodaba la afirmación de haberlo hecho con Robert o simplemente me incomodaba saber que habían otros cuernos, sobre todo tenía temor a preguntar, de ahí que tomar la decisión de decirle.

-Di lo que quieras, quizás me enoje, pero no pasara nada y te prometo mañana estará olvidado, eso dije, no sé como pero lo dije.

Pasaron unos 10 minutos de silencio, lo sé porque tenía frente a mí un reloj decorativo con la figura de una gallina y no pude apartar mi mirada de allí, esperando algo o nada y justamente en el minuto decimo ella comenzó hablar,  primero  con palabras cortadas y luego haciendo largas pausas, pero finalmente organizó sus ideas y hablo fluidamente.

Recuerda cuando fui a New York, al día siguiente de mi llegada, fui con mi hermano a visitar unos amigos de él, que son de aquí, del barrio,  compañeros de infancia, ahí se reunieron varios para darme la bienvenida y otros para conocerme. En esa actividad me encontré con Eddy,  quien fue mi novio en la adolescencia,   compartimos una que otra cerveza, picaderas y finalmente él convenció a mi hermano que fuéramos a la discoteca.

Me llevaron a una disco en Manhattan,  sólo mi hermano, su novia, Eddy y yo, te confieso que llegamos como si fueran dos parejas de novios, ellos se ocuparon de lo suyo y me dejaron con el suelta en la disco, bailamos todo lo que se tocó y no se en que momento empezó pero nos dimos un beso, después ya no hubo forma de parar,  más que bailar estábamos teniendo sexo en la pista, el estrujaba su cuerpo contra el mío, de una u otra forma rosaba mi piel, mi sentido, mi concha, yo rechazaba nada, si me hubiese encuerado en la pista lo hubiese dejado y también que me coja.

A las tres de la madrugada decidimos regresar,  dejamos a mi hermano y su novia primero, luego fuimos fue al hotel a llevarme, en ese punto yo pensé que había terminado todo, pero él subió a la habitación conmigo y cuando la puerta se cerró me agarro por la espalda, me levanto y fue y me deposito en la cama,  no sé en que fracción de tiempo, pero en menos de un minuto me tenía desnuda en la cama y me estaba dando una mamada que me saco un orgasmo instantáneo, todo lo que te describo, entrar, desnudarme, besarme la concha y sacarme un orgasmo paso en minuto y medio, luego con la misma rapidez me la clavo, yo esperaba que también se correría con rapidez, pero no fue así.

No sé que se había tomado, pero me cogió por unos 15 minutos boca arriba, luego me puso boca bajo y me cogió por otro período igual, me subió arriba y cabalgamos hasta estar cansado, nos paramos de la cama y fuimos al mueble donde me puso en la posición del perrito, yo agarrada del espaldar de la cama, el con sus manos me agarraba las nalgas y me clavaba con fuerza y rapidez, los orgasmos llegaban en cada momento, ya lo hacía sin gemir, estaba cansada, me había corrido barias veces, pero estaba disfrutando de esa cogida.

Después de dos horas cogiendo, cuando meno lo esperaba, se corrió en mi coño y nos quedamos dormido, despertando a eso de las 8:00 de la mañana, al verlo comencé acariciar sus pechos y recordé que no se la había besado, me deslice bajo las sabanas y comencé a chuparle su verga que rápidamente fue creciendo, el ya estaba despierto pero sólo se dejó hacer lo que me apetecía, por lo que volví a cabalgarlo, me introduje su pene en mi concha mojada con el semen que me había echado en la madrugada, estaba tan húmedo que casi no sentía sus roces, es como si yo fuera una mujer ancha, que no lo soy, pero en eso me lubrique un poco mi culito y suavemente me la metí por el culo, waoo, todavía suspiro, fue algo indescriptible, me la entro toda, consiguiendo  sensaciones no experimentadas jamás, yo tenía el dominio, me la entraba con la velocidad, o lentitud que más me agradara en el momento, también me tocaba mi concha y el orgasmo lo pude sentir en sus orígenes, justamente detrás de mí oreja se produjo un circuito que bajo haciendo zi za por mi columna vertebral, estallando en mi un orgasmos que junto con el de él, me hicieron perder el conocimiento por unos segundos, creí morir, creí perder la respiración, creí que jamás me pararía de ahí, por eso te decía que no sabía como describirlo, eso fue todo.

Yo estaba perplejo por lo que había escuchado, mi polla estaba que explotaba, súper mojada y erecta, ella en la medida que me iba relatando, quizás sin saberlo se llevó una mano a su concha y se la acariciaba, en varios momentos cerro los ojos y lo que decía lo hacía viviendo el momento, de eso quise sentir celo, pero no fue así, solo la cargue, la lleve a la cama y la di una cogida de madre, terminando los dos agotados y al ver la hora, tuve que llamar a un restaurante chino para que nos llevaran comida, ya era el medio día. No quise que me contara nada más .

El Llanero Solitario

jeencruz@hotmail.com