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El juego de cartas

en Confesiones

Me llamo Amalia y tengo 44 años, casada y con un hijo que acaba de cumplir hace unos días 16 años, en el mes de julio. Mi marido es directivo de una empresa que aun a día de hoy funciona bien, y gracias a eso nuestra situación económica no pasa por muchos apuros. Aunque también estos años la situación a cambiado un poco y ahora tiene que viajar algo más que antes. Soy morena, de pelo negro, aun no me tiño, no lo necesito, media melena, mi figura se mantiene en la media, no estoy gorda, pero tampoco estoy delgada, mis pechos son generosos, algo caídos, por lo grande y pesados que son, no tengo aureolas grandes, pero si son de un color más oscura que mi piel y rugosos, mis pezones no suelen abultar demasiado, pero debido al color oscuro de mis aureolas me es difícil que no se noten si no llevo sujetadores. Tengo que llevar ropa que no se trasparente si no quiero llamar la atención. Cintura estrecha y algo de cadera, tengo un buen culo, de nalgas redondas, llaman la atención al igual que mis pechos. Ando un poco descuidada, y este verano he dejado crecer mis vellos casi en libertad, por lo que tengo una buena mata de vellos negros y rizados que me llegan hasta casi la entrada de mi ojete. Soy de labios grandes y arrugados, y el color en esa zona es también mucho más oscura que en el resto de mi piel.

 Este verano ha sido algo diferente, mi marido ha tenido que trabajar y apenas a tenido tiempo de estar con nosotros. Apenas lo hemos visto en todo el verano, solo unos días en el mes de junio y otros cuantos en el mes de julio.

 Debido a eso y a lo bien que se llevan padre e hijo, mi hijo Pablo estaba casi todos los días de mal humor. Mi hijo está acostumbrado a verme desnuda aunque ya debido a la edad que tiene intento que sea las menos veces posible, pero no intento taparme si entra y me pilla desnuda.

 Tengo que decir que esto que voy a relatar ocurrió porque me encontraba sola, hacía muchos días que no mantenía una relación con mi marido y porque una noche sin querer vi como mi hijo se masturbaba.

 Estaba acostumbrada a verlo de pequeño, hacía mucho que no veía el miembro de mi hijo, y no sospechaba que hubiera crecido hasta ese extremo, mi hijo no es un niño corpulento, es más bien retraído, de piel blanca, para la edad que tiene está en la media diría yo. Pero cuando le vi el pene completamente erecto, casi le llegaba al vientre, algo curvo, gordo y sonrosado. Estuve varios días con esa visión del falo en la cabeza. Era incluso más grande que el del padre casi sin lugar a dudas. El no sospechaba nada.

 A finales de julio, y por el cumpleaños de mi hijo, mi marido se presentó en casa con sus cuatros mejores amigos. Otro Pablo, Juan, Sebas y el gordi, nunca me quedé con el nombre de ese chico, solo con su mote. Y la verdad que el chico no estaba gordo siquiera. Todos son de la misma edad que mi hijo. Solo se llevan meses entre ellos.

 La sorpresa era tal que ni yo siquiera sabía que vendrían, y aunque no me hizo gracia tener a los cinco en la casa de la playa, tampoco era plan de arruinar el poco rato que iban a estar, en teoría solo venían a pasar la tarde, volvían a la ciudad con mi marido por la noche.

La mala suerte empezó nada más llegar, la tarde se empezó a nublar y en apenas una hora comenzó a llover, la playa quedaba descartada, tampoco era plan de mandarlos a cualquier cafetería con la que estaba cayendo, además no cabíamos todos en el coche ya que éramos siete. Me propuse hacer una merienda mientras ellos jugaban a la play en la tele grande del salón. No era más de las seis cuando llamaron a mi marido por teléfono y tuvo que salir pitando para la ciudad, lo que iba a ser una tarde tenía pinta de convertirse por lo menos en una noche, aunque ellos estaban como locos, me hicieron llamar a los respectivos padres para indicarles a todos que se quedaban en casa. Mi hijo estaba loco de contento y los chicos igualmente.

 Creo que en esa tarde jugaron a todo lo que podían jugar, incluso al esconder, se comportaban como chiquillos y la verdad es que me estaban contagiando, ya que me hacían reír con cada una de las ocurrencias que tenían. Intentaba mantenerme al margen pero a veces me usaban a mí para esconder cualquier cosa que se les ocurría. Era más de las 10 de la noche, cuando se cansaron de botar por toda la casa y se quedaron algo más relajados en el salón. Fue cuando me pidieron si tenía alguna baraja para jugar a las cartas. Todos estaban en bañador y camiseta, aunque estaba lloviendo no hacía frío, la única que estaba vestida era yo, llevaba un pantalón vaquero y una camiseta blanca, debajo llevaba un sujetador que impedían que se transparentara nada. estuvieron jugando un buen rato, yo estaba sentada a la mesa con ellos, junto a mi hijo y al otro Pablo, enfrente Sebas, Juan y el gordi.

 Iban pasando de un juego a otro, hasta que al gordi se le ocurrió el juego de la carta más alta. No me explicaron nada, pero me dio carta a mí también. Se hizo un silencio misterioso, la cogí pensando en jugar también, todos fueron levantando y resultó que la carta más alta era la mía, y la carta más baja la del otro Pablo. Todos rieron, y el gordi me dijo que tenía que mandarle cualquiera de las cosas que los otros decidieran al Pablo,  todos reían y yo con ellos. Gané varias manos más pero no perdí ninguna, varios más ganaron y todos perdieron menos yo. Participaba en las discusiones cuando alguno no quería hacer algo, el juego era divertido, me lo estaba pasando bien con los niños y sobre todo viendo como mi hijo se lo pasaba bien con ellos y dejándome participar en sus juegos. Hasta que me tocó perder. Me di cuenta que habían estado esperando ese momento, era el Sebas quien había ganado, él solo podía elegir cual de las cosas que los otros le pedían iba a hacerme. Y claro está ninguna de las tres eran similares a las que habíamos estado haciendo antes.

 Una de ellas, darme un beso en los labios, la segunda dejarme que me subiera la camiseta y dejar que me diera un beso en una de las tetas y la tercera, dejar que metiera una de sus manos por dentro de mi pantalón y tocara mi coño. La que Sebas eligió fue meter la mano por dentro de mi pantalón, a lo que me negué en rotundo. Me dijeron de todo, pero no estaba dispuesta a aceptar. Al final se quedó en darme un beso en una de mis tetas, pero impuse una condición, ninguno de los demás podía verlo.

 Me coloqué de espalda al resto y Sebas frente a mí, tengo que decir que sentí un cosquilleo nada más ver con la cara que me miraba el chaval. Escuchaba al resto protestar por no poder verlo, me levanté la camiseta y dejé que Sebas viera mi sujetador, era blanco, tipo deportivo, muy elástico, sentí como uno de los chavales se levantaba y giré la cabeza, en ese momento Sebas aprovechó para meter una de sus manos por el filo de la prenda y sacar mi pecho derecho fuera de él, no me dio tiempo a impedírselo, al segundo tenía su boca chupando mi pezón, pasando su lengua y estrujando con su mano mi pecho. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda y sentí como mi braga comenzaba a mojarse. No estuvo más de quince segundos, cuando atiné a decirle que ya estaba bien. Había conseguido ponerme el pezón duro y chupaba con ganas sin dejar de estrujar mi pecho.

 .-para ya!! Ya!! Sebastian ya!!

 Por fin el chico retiró su boca y me volví a guardar el pecho en el sujetador. Todos aplaudieron detrás de él. Me había mojado. Me había calentado la boca de aquel chico. Mi intención era decir que no jugaba más, pero la voz de mi hijo retumbó en el salón.

 .-mamá ahora no puedes parar de jugar!!

 Le sonreí sin decir nada y ya habían vuelto a dar cartas. Todos miraban al Sebas como si hubiera hecho una proeza. Estaba como en trance. No sabía bien que me había ocurrido. No quería tocarme, pero sentía como mi braga no dejaba de mojarse. Sin darme cuenta en la siguiente mano volvía a perder. Y ahora era mi hijo el que había ganado. Lo miré a los ojos y pude ver el deseo que había en los suyos, no me lo podía creer. A mi cabeza vino la visión de hacía unos días, recordaba la polla de mi hijo dura y sentí como otro escalofrío recorría mi espalda. Ni siquiera escuché las pruebas, solo miraba a mi hijo. Lo notaba distinto. Tenía que dejar que me bajara el pantalón por detrás y tenía que dejarlo que pasara su polla entre mis nalgas rozando mi braga. Me negué no podía dejarlo hacer algo así. Pero antes de que pudiera decir mucho más, mi hijo me había levantado y había desabrochado el pantalón vaquero.

 Yo solo podía quejarme.

 .- por favor Pablo, no lo hagas!! No le hagas esto a tu madre!! No está bien!! No sigas!!

 Solo escuchaba a los demás vitoreando a mi hijo y casi sin darme cuenta estaba viendo como el gordi se pasaba la mano por el bulto que producía su bañador, lo que estaba viendo no me lo podía creer, el bulto era grande demasiado grande para ser su pene.

 .-mamá levanta los brazos!!

.-no hijo!! Por favor!!

.-has perdido debes dejar que haga la prueba!!

 Levanté los brazos y mi hijo tiró de mi pantalón hacía abajo, al hacerlo se llevó mi braga también para abajo, todos quedaron callados al ver aparecer ante ellos mi frondoso monte de vellos negros. No me había dado cuenta solo miraba las caras de los chicos y como me miraban, me estaba negando, pero mi interior no dejaba de mojarse, sentí las manos de mi hijo directamente sobre mis cachetes, las apretó y las abrió con ímpetu, sentí un espasmo de placer al sentir las manos de mi hijo en mi nalgas. Volví a escuchar la voz de mi hijo.

 .-mamá abre las piernas!!

 Lo hice instintivamente, al momento sentí algo caliente y duro colarse entre mis muslos, volví a sentir otro espasmo y esta vez no pude reprimirlo, tuve que cerrar los ojos y la boca para no gemir allí mismo. Era el badajo de mi hijo, me llegaba hasta los vellos, era largo, gordo y muy duro.

 .-joder mamá estás caliente!! Estás toda mojada!! Joder como resbala!!

 Sentía el prepucio de mi hijo recorrer todos mis labios, sabía que si quería entraría de una sola vez, golpeaba mi clítoris que ya estaba duro como una piedra, debía sentirlo en la punta de su capullo. Estuvo unos segundos pasando su polla por todo mi coño de arriba abajo, mientras se agarraba con ganas a mis nalgas. Varias veces su polla quedó a punto de entrar pero no atinó a hacerlo, o no quiso, no lo sé, pero me dejó caliente a más no poder. No quería parecer una mujer fácil y con voz tajante le indiqué que su tiempo había terminado. Se retiró y me volví a subir la braga. Tenía a los cuatro chicos tocándose los bultos grandes por encima del bañador. Juan que no había dicho nada en toda la noche me dijo.

 .-yo también quiero pasar mi polla por tu coño!!

 Fui rotunda.

 .- cuando ganes podrás hacerlo!!

 Y volví a sentarme intentando que no se me notara lo caliente que estaba. Mi hijo se la meneo un segundo delante de mi cara, pero no quise mirarlo. Y terminó por guardársela de nuevo dentro del bañador. Escuchaba los comentarios de los cinco chicos. Y como le preguntaban a mi hijo que se sentía. Fue cuando me di cuenta que podía ser que algunos o todos fueran vírgenes.

 .-a ver un momento!! ¿Quien de ustedes a estado con una chica?

 Solo el otro Pablo levantó la mano.

 .-¿todos ustedes sois vírgenes?

 Todos asintieron con la cabeza.

 .-¿ y que pretendéis perder la virginidad conmigo?

 Volvieron a asentir.

 .- joder!! Si podría ser la madre de todos ustedes!!

 Mi hijo habló.

 .- si mamá pero tu estás más buena que las madres de todos estos. Y las chicas de nuestra edad no quieren!!

.-Pero Pablo esto no está bien!! Y si se entera alguien?? No quiero ni pensar que pasaría si tu padre se entera de esto!!

.-Mamá ninguno de nosotros le vamos a decir nada a nadie!!

 Era mi hijo quien me estaba diciendo eso. No me lo podía creer, y no podía dejar de pensar en esas pollas todas sobre mi.

 .- y si dejamos de jugar y te follamos ya, me voy a correr antes de metértela siquiera!!

 La ocurrencia de Juan me hizo reir.

 .-como queréis hacerlo?

 La respuesta fue unísona.

 .-queremos follarte todos juntos, todos a la vez!!

.-chicos no tengo tantos agujeros para que todos lo hagáis a la vez!!

 Y reí con una risa histérica.

 .-hemos visto videos en Internet donde lo hacen hasta siete chicos con una mujer!!

.-eso es Internet!! A ver bajaros todos los bañadores que yo vea a que me enfrento!!

 La reacción fue instantánea, en segundos los tenía a todos desnudos completamente delante de mí, menos la de Juan y la del Sebas que parecían más normales, dentro de lo que cabe a jóvenes de esas edad, la de Pablo, la de mi hijo y sobre todo la del gordi, daban miedo.

 .-¿Queréis que me desnude yo, o queréis hacerlo vosotros?

 No tardaron en acercarse todos como lobos, eran diez manos tocándome, tirando de mi camiseta, de mi pantalón de mi braga y de mi sujetador, me corrí sin remedio. ¿Quién iba a pensar que iba a ser la primera en hacerlo?.

 Me llevaban casi en volandas, tenía manos estrujando mis tetas, mi culo, tenía varios dedos metidos en mi coño, dedos de varias manos diferentes, incluso sentía uno intentando entrar en mi culo, que sin estar dilatado era imposible. No tardé en estar sentada sobre la polla de Pablo, estaba en el suelo, se había tendido en el suelo y me había hecho montarme encima, estaba sentada sobre su polla, el segundo orgasmo me llegó sin remedio, nada más sentir como ese trozo de carne se colaba en mi interior, era más grande que la de mi esposo y era la más pequeña de los tres monstruos. No tardé en sentir como Sebas me la metía en la boca, en apenas unas sacudidas sentí un torrente de leche inundándome la boca, no me lo esperaba, y tragué sin remedio, nunca me había gustado tragarme la leche de mi marido, pero la de este chico sabía diferente, al momento sentí como Pablo se corría en mi interior, de nuevo un mar de leche me inundaba, la sentía golpeando mi útero. Una cantidad bestial de leche en mi interior, caliente, muy caliente. Apenas había tragado la leche de Sebas cuando Juan me la metió en la boca, lo mismo, varias sacudidas y de nuevo sentí un torrente de leche que me impedía respirar sin tragar.

 Había mezclado los sabores de dos leche en mi boca sin apenas tiempo a saborearlas. Pablo me levantó una pierna y se salió de debajo mía, no me había dado tiempo a bajarla cuando mi hijo se colaba debajo, esta vez si atinó a metérmela, me miraba con ojos de lujuria, me estaba follando a mi hijo, o mejor dicho era él quien me follaba a mí, me hacía botar literalmente sobre su polla, le daba igual que unos segundos antes se hubiera corrido su amigo dentro mía, no tardé en sentir como ahora mi hijo se convulsionaba debajo de mis piernas, no llegué al orgasmo, lo miraba, nunca pensé que algo así podría pasarme, aunque lo hubiera deseado desde que vi su pene completamente erecto. Su corrida fue larga, me moví dándole placer, como yo se hacerlo, lo escuchaba gemir debajo mía, estaba extasiada, en menos de quince minutos y ya tenía dentro de mi cuatro corridas de cuatro chicos diferentes. Por un segundo pensé que todo iba a terminar demasiado rápido. Lo que no imaginaba siquiera era la capacidad de recuperación que tiene un chico de dieciséis años. Todavía no había sacado su polla de mi interior y desde atrás sentía al gordi abriéndome las nalgas, giré la cabeza y le dije que ni se le ocurriera intentarlo por el culo. Rió y aun con la polla de mi hijo en mi interior sentí como intentaba meterla con rabia en mi coño, mi hijo se salió y la polla del gordi ocupó su lugar, ya sabía porque le decían el gordi, su polla era gorda, muy gorda, rozaba todas las paredes de mi vagina, no pude impedir gemir con fuerza al sentir como entraba, era grande y muy gorda.

 Con la boca abierta sentí como uno de los chicos buscaba mi boca, Sebas volvía a tenerla dura y me pedía más boca, Juan estaba debajo mía y mordía literalmente mis tetas, me hacía daño pero no tenía boca ni movimiento alguno para quejarme, las embestidas del gordi eran duras, me estaba llevando al limite, me iba a volver a correr en segundos, no me lo podía creer, volvía a tener a Pablo y a mi hijo con las pollas duras delante de mi cara queriendo entrar en mi boca también, esto no se iba a terminar tan pronto como yo esperaba. Veinte minutos y volvían a estar con las estacas dispuestas.

 Tuve que dejar de chupar para gemir como una posesa cuando sentí la leche del gordi. No se cuantos chorros habían soltado dentro de mi interior, desde luego la suficiente para dejar embarazada a cualquier niña que se lo hubieran propuesto. El gordi me dejó exhausta, sentía mi cuerpo temblar, la corrida había sido bestial, la suya y la mía.

 ¿Cuántas veces me había corrido ya? ¿Cuatro?¿ Cinco? ¿Cuántas corridas más llegarían?

 El gordi se quitó de detrás mía y sentí como Juan ocupaba su lugar, por un momento intenté decirles que debían parar un momento, que tenían que dejarme respirar, pero este chico comenzó un mete y saca endiablado, su polla era más pequeña, pero no se como llegaba justo a mi punto g y volví a sumirme en una oscuridad bendita. Además tenía a cuatro pollas delante de mi cara pidiéndome paso en mi boca. Y no me dejaban hablar. Casi ni podía respirar.

 Tuve que dejar de mamar para gemir con fuerza, el cabrón me había llevado a un orgasmo en cuestión de segundos, sentí como la sacaba de mi coño y la colocaba entre mis nalgas y sentí como se corría soltando cuatro o cinco chorros de leche entre mis nalgas, en cuanto se paró sentí como su líquido caliente corría entre la raja de mi culo y llegaba hasta mi coño. Los hice parar un momento.

 .-chicos!! Chicos!! Un momento!! Dejad que salga la leche de mi interior!! Que me vais a llenar las tripas por completo!!

 Hice algo de fuerza y sentí como salían parte de las tres anteriores corridas. Me corrían muslos abajo y goteaba de mis labios. Una mano en mi espalda me hizo volver a ponerme a cuatro, no me podía creer que Juan ya estuviera repuesto, giré la cabeza y lo vi agacharse y sentí su lengua recorrer todo el canal de mis nalgas y pararse en el agujero de mi culo, sentí un escalofrío. Era raro que dejara a mi marido hurgar en mi puerta trasera, siempre había tenido miedo a que me hiciera daño. Pero era diferente una polla que una lengua y este chico sabía como usarla. El gordi no tardó en meterse debajo de mis muslos y hacerme que me sentara sobre su cara, estaba a punto de decirle que se iba a comer la corrida de los demás cuando Sebas volvió a meter su polla en mi boca, este también sabía usar su lengua, estaba chupando todo mi coño, lo recorría de un lado a otro, jugaba con mi clítoris mientras Juan abría mis cachetes y metía su lengua en mi trasero. Mi hijo y Pablo jugaban cada uno con una de mis hinchadas tetas, las sentía grandes y sentía perfectamente cada lametón que le prodigaban a mis duros pezones. Sebas me tenía cogida de la cabeza como si pensara que me quisiera escapar, sentía las manos de Pablo y mi hijo recorrer mi vientre y apretar mis pechos a veces con furia, otras como si fueran dos recién nacidos, la boca del gordi seguía succionando todo lo que salía de mi maltrecho coño y las manos de Juan apretaban y apretaban y no dejaban de apretar mis nalgas como si fuera su juguete preferido a la vez que metía una y otra vez su lengua en mi encharcado ojete y recorría una y otra vez todo el canal de mis nalgas, llegaba a veces incluso a sentir las bocas de los dos hurgando en mi coño.

 Ahora todo era más tranquilo, más pausado, podía deleitarme con la mamada al Sebas y podía sentir en mi cuerpo todas esas caricias.

 Creo que entré en un orgasmo continuo, sentía cada poro de mi piel, sentía cada una de mis partes gozando. Sentí como Juan se acomodaba detrás mía, estaba en trance, no podía decirle que no, sentí su polla queriendo entrar en mi culo, le costó, sentí una descarga cuando su capullo se clavó en mi interior, gemí con fuerza, le pedía más.

 .-si!! si!! Fóllame el culo!! Fóllamelo!! Quiero sentir tu polla dentro de mi culo!! Quiero que todos os corráis dentro de mi culo!!!

 El gordi se había quitado de debajo mía, sentí como otro chico se colaba, era el Sebas.

 .- quiero correrme dentro tuya!!

.- si hazlo cariño!! córrete cuantas veces quieras!! Córrete!!

 No me hacían daño, uno se movía debajo y el otro me daba desde atrás, los dos Pablo y el gordi nos miraban con las pollas en las manos. No tardé en sentir como los dos las tenían completamente dentro de mi interior. Nunca había sentido algo así. No podía dejar de gemir como una loca, el primero en correrse fue Juan, sentí como empujaba con fuerza y me agarraba de las caderas con más fuerza. Terminó la sacó y me dio un beso en la mejilla, Sebas comenzó a moverse más rápido.

 Me hacía botar encima suya, intentaba chupar mis tetas cuando se movían por encima de su cara, me agaché más para que pudiera hacerlo.

 .-correte cariño!! correte dentro!! Lléname de leche!!

 Apretó mis tetas y soltó un largo gemido a la vez que se convulsionaba debajo.

 .-así!! Cariño!! asi!! Dale a mamá toda tu leche cariño!!

 Se salió de debajo mía con una risa.

 Me levanté del suelo, me dolían las rodillas, llevaba más de hora y media en esa postura.

 Le hice señas al Pablo para que se sentara en uno de los sillones. Lo hizo rápidamente. Me senté a horcajadas y me clavé su polla en el coño, de una sola vez y hasta los huevos.

 .-¿no querías follarme? Pues hazlo cabrón!!

 Ahora tenía más poder de movimiento, la sacaba y metía con furia, le sacaba gemidos a la vez que me apretaba las tetas. miré a mi hijo.

 .-ya sabes lo que quiero!! Quiero que me la metas por el culo hasta correrte!!

.- si mamá!! Te voy a llenar entera!!

 La polla de mi hijo no era la de Juan, aunque estaba dilatada, le costó meter su capullo, pero no me hacía daño, estaba tan excitada que solo sentía placer.

 .-empuja cariño!! empuja!! Métele a mamá tu polla!! Métemela!!

 El otro Pablo ayudó abriéndome las nalgas y la polla de mi hijo se me clavó hasta los huevos, casi no podía respirar, nunca había sentido la sensación de sentir los huevos de dos hombres pugnando por entrar dentro de mi. Se acoplaron a la perfección, me hacían gemir como a una loca, Pablo me chupaba las tetas a la vez que mi hijo me las ordeñaba y las refregaba desde atrás por la cara del otro chico. Los dos estallaron a la vez. Nunca pensé que después de tantas corridas aun podrían tener fuerza y más leche para volver a inundarme por dentro. Fue bestial. Aun me estaba reponiendo cuando sentí al gordi detrás de mí.

 .-ahora no me vas a decir que no ¿verdad?

.-no cariño!! quiero que me llenes con tu polla y me hagas correr de nuevo!! Quiero toda tu leche en mi culo!!

 La polla de Pablo ya estaba flácida y se había salido de mi coño, sentí como el gordi entraba despacio en mi coño, me había sujetado por el pelo, y estirado hacía él, me la clavó de una sola vez, sacándome un gemido más fuerte de lo que nadie esperaba.

 .-illo tranquilo!! Que es mi madre!!!

.- no te preocupes hijo que me gusta!! Me gusta la polla de tu amigo!! Si!!

 Pablo seguía chupando mis tetas cada vez que me acercaba a su cara, el gordi comenzó a moverse con fuerza, hacía sonar mis nalgas, me hacía gritar de placer. Paraba en seco para respirar y seguía follándome con fuerza.

 .-cabrona!! Que buena que estas!! Te vamos a follar todos los días!!! Te vamos a dar todos por culo todos los días!!! Zorra!! Puta!!!

.-illo no te pases!!!

.-dejalo hijo!! Me gusta!! Me gusta que me llame puta!!!

 Y sentía como hundía con fuerza su polla por completo, paró y sentí como la sacaba despacio, tenía que prepararme, sabía lo que venía a continuación. Se agachó y abriéndome las nalgas metió su lengua en mi ya dilatado culo. Sentí su lengua calentándome más aun. No me podía explicar como no le daban asco sentir la lefa de los demás en sus bocas. Pero eso ahora mismo me daba igual. Volvió a levantarse y apuntó su capullo a mi culo. Era más gordo, sabía que me iba a doler, su capullo no entraba. Lo hizo despacio, entre las lamidas de Pablo en mis tetas y la polla del gordi rozando mi culo, volví a corrreme, de pronto sentí como apretaba más fuerte, apretó hasta sentir como mi esfínter cedía y su capullo se colaba.

 .-joder que gorda!! Eso duele!!

.-gordi sácasela a mi madre no ves que le duele!!

.-no!! No!! No la saques por el amor del cielo!!! No la saques ahora!! Que me corro!!

 El gordi empujó hasta sentir como se iba abriendo paso en mi interior, no tenía nada que ver con el tamaño de la de los demás, por el coño pasaba, pero por el culo me estaba llevando al cielo. No paró hasta tenerme totalmente empalada. Me costaba respirar. Sacó y metió y creí morirme de gusto.

 .-me muero!! Que gusto joder!!! Nunca había sentido algo así!! Cabrón que polla tienes!!! Dame!! Dame!! No te pares!!! Dame más!! Mas fuerte!! Mas fuerte!!

 Empezó a darme despacio me hacía rabiar, terminé por moverme yo, se quedó quiero y fui yo quien me iba metiendo y sacando todo lo fuerte que podía mover mi cuerpo. Tardó una eternidad, una eternidad que me hizo gozar como nunca lo había hecho. Cuando sentí que explotaba dentro, aun sentí como se hinchaba más y como su leche ardiendo a la vez que me quemaba, refrescaba mi maltrecho instentino. Le pedí que no la sacara hasta que no se le bajara estuvo un buen rato ya que al cabrón no se le bajaba. Por fin entre risa salió de mi maltrecho culo y como pude me dejé caer en el sillón. Sentía como me latía todo el cuerpo. Tenía los ojos cerrados y de pronto sentí algo caliente caer en mi cara. No me lo podía creer, abrí los ojos y tenía a los cuatros que habían visto como me follaba el gordi apuntando con sus pollas semiduras sobre mi cuerpo. El primero fue Juan, soltó varios chorros aun de leche en mi cara y en mi pelo. Pablo se corrió sobre mis tetas, varios chorros casi transparente ya de leche, mi hijo y Sebas decidieron darle otro color a mi poblada mata de vellos, me llenaron toda de leche que me fui refregando con la mano.

 Miré al gordi, y este parecía que ya no le quedaban fuerza. La tenía morcillona, un buen rabo que incluso así parecía más grande que la de mi marido.

 Reí y todos reímos sin poder contenernos. Por fin como pude les dije que me iba a la ducha a darme un buen baño.

 Estaba dentro de la tina cuando el gordi apareció por la puerta, con su polla en la mano.

Me miró.

 .-ya no me quedan fuerza gordi!! Si quieres correrte encima mía te dejó!!

 Se acercó y me dijo,.

 .-no quiero correrme quiero mearte!!

 Y antes de que me diera tiempo a moverme comenzó a soltar una meada que me llenaba toda. Intentaba con las manos que no me llegara pero era imposible apuntaba a todas partes. Por fin desistí y lo dejé hacer. El cabrón hasta así me estaba calentando de nuevo, no tardaron en aparecer los demás por la puerta y antes de que me diera cuenta los tenía a todos meándome por completo, al principio no me gustaba, pero el calor de ese líquido hizo que instintivamente abriera la boca y dejara que incluso me mearan la boca. Habían casi conseguido que me corriera de nuevo. Era un placer extraño, diferente. Placentero,

 .-que cabrones sois, no habéis tenido bastante con follarme que también me vais a mear por completo!!

.-los machos marcan su territorio y nosotros estamos marcando el nuestro!!

 Esa noche dormí como nunca lo había hecho. Sintiendo un placer extraño por todo mi cuerpo. El trabajo de mi marido al final se retrasó y lo que solo iba a ser una tarde se convirtió en toda una semana.  Una semana que no podré olvidar en mi vida.  Todos los días recibía más de veinte corridas.  Les daba igual donde fuera y con quien fuera.  Me estuvieron follando hasta viendo como mi marido aparcaba el coche en la entrada de la casa.