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Claudia: Acostúmbrate a ser usada!

en Dominación

Claudia: Acostúmbrate a ser usada!

Después de mi última vergonzosa experiencia, no dejaba de dar vueltas a todas y cada una de las humillaciones que con tan sólo 15 añitos me estaban sucediendo. No podía entender porque a mí me ocurría todo aquello, el pánico no me dejaba reaccionar, sólo pensaba en obedecer las órdenes del señor al que forzosamente pertenecía.

Una vez introducido en mi interior ese enorme consolador como sus normas indicaban, me estire en la cama, a pesar de la sensación de estar totalmente abierta, el cansancio fue apropiándose de mí hasta terminar dormida.

El despertador sonó a las 6 de la mañana, una hora que yo había puesto para tener más tiempo para arreglarme y ponerme tan guapa como fuera posible, mi intención era la de hacer feliz a mi profesor y poder evitar así cualquier maltrato o castigo que se le ocurriera.

Así pues me maquille lo más sexy posible, utilizando pestañas postizas y colores permanentes y así evitar que los cosméticos se corrieran en el caso de que me salieran lágrimas de los ojos , pues debido a mi tristeza podía llorar en cualquier momento .

También use el vestidito más corto que poseía en mi armario, mostraba la mayor parte de mis pechos los cuales me  encargue que fueran visualmente grandes gracias a un buen sujetador, también se podían ver totalmente las piernas hasta llegar el punto de mostrar gran parte de mis nalgas, no hace falta decir que los tacones fueron los más altos que encontré.

Finalmente utilicé un tanga que me sujetara reciamente el consolador que en ningún momento me saque de mi interior.

Aunque reconocerlo me fuese muy difícil, tener dentro aquel simulador de pene torturando mi intimidad, me hacía sentir predispuesta a vestir de  ese modo.

Una vez totalmente arreglada salí rápidamente de casa, no sea que mi papá me pillara con esa ropa.

Fue dificultoso andar con aquellos grandes tacones y el consolador adentro sin que se notase,  pero vergonzosamente poco a poco creo que me acostumbre a estar con él.

Al faltar poco para llegar a la escuela mentalmente hice un repaso de todas y cada una de las órdenes y palabras que mi profesor gravo en mi mente:

- Te dirigirás a mí como AMO, y siempre que te pregunte, responderás con este nombre. En clase delante de los demás, no te está permitido hablar, no digas ni hagas nada a no ser que yo te ordene, olvídate de los deberes y ejercicios de clase etc. tú sólo esperas sentada, sé que tu cerebro es el de una perra y por el que sirves no te harán ninguna falta las Matemáticas” .

- Cuando no estés frente a mí deberás llevar dentro el consolador, sólo te permito quitártelo para hacer tus necesidades, para que te duches y estés siempre apta para ser usada. NUNCA! Más vengas sin arreglar.

 - Cada día eres más sumisa y tu cerebro está siendo dominado, con el tiempo perderás cualquier síntoma de rebelión, no aprenderás ni entenderás nada más que las órdenes de tu Amo y Señor. En este punto es cuando me pedirás de rodillas que no te abandone, preferirás estar muerta antes de no estar conmigo. Sé que en estos momentos todavía no te crees lo que te estoy contando porque eres muy joven y todavía te falta mucha educación, pero créeme, poco a poco sabrás que lo que  estoy diciendo es la pura verdad".

 Cada vez que recordaba estas palabras y todos sus abusos me sentía más confusa, yo en aquellos momentos empezaba a dudar si era el pánico lo que me hacía obedecer o bien la mente se me adaptaba a ser sumisa tal i como él afirmaba, quien sabe si eran ambas cosas juntas las que me hacían seguir todo aquel suplicio? Era esto la educación al que se refería?

En aquellos momentos no podía hacer otra cosa, pero me auto-convencí de que en punto pudiera saldría de todos los horrores que me estaban sucediendo.

Debido a tener la mente centrada en aquellas palabras, no me di cuenta que ya estaba en clase, donde todos los alumnos comenzaban a situar en los pupitres correspondientes. Yo todavía estaba más o menos tranquila ya que hasta última hora no me tocaba mi violador.

Me situé en mi pupitre,  sintiendo como aquel gran mástil entraba aún más dentro de mí, los pensamientos de nuevo volvieron a contradecirse, por un lado sentía un fuerte dolor que además tenía que disimular, pero también me hacía más vulnerable y predispuesta a seguir el orden de tenerlo constantemente en mi interior, en definitiva por muy humillante que fuese  aceptarlo,  mi cuerpo me traicionaba al sentirse sutilmente excitado.

La profesora de inglés la cual tenía a primera hora, no tardó en sobresaltarme, diciéndome que me fuese hacia la sala del director.

El corazón comenzó a latir rápidamente, hay que recordar que mi violador aparte de profesor, también era el director del instituto, de ahí la libertad que éste tenía para humillarme y abusar de mí en cualquier momento. Así pues tuve que levantarme y pasar por delante de toda la clase en silencio, con las miradas obscenas de los alumnos masculinos observándome vestida así,  de todas formas esas miradas eran lo menos preocupante.

Al llegar a la puerta del director los nervios se apoderaron de mí, sentí una fuerte y constante angustia, que me hizo temblar las piernas y sudar mi cuerpo.

Tímidamente con la mano blanda, llamé a la puerta de aquella sala que anteriormente perdí la virginidad, dignidad y quién sabe cuántas cosas más.

- Adelante!

La fuerte y gruesa voz de mi Amo traspaso por el otro lado. Lentamente giré el pomo de la puerta que tantos recuerdos recientes me llevaba, la  intensidad de los temblores y la fría sudor, aumentaron al verlo sentado en aquella gran mesa.

 Estaba corrigiendo exámenes, llevaba sus características camisas blancas que debido a su sobrepeso marcaban su envergadura, los botones de la camisa dejaban entrever su peludo torso que prácticamente se juntaba con su espesa barba.

A pesar de estar sentado las dimensiones de altura y peso seguían viéndose descomunales, mis inocentes ojos, tenían delante un auténtico monstruo de grandes dimensiones.

Una vez dentro, cerré suavemente la puerta, quedándome totalmente quieta aunque el constante temblor era inevitable, cogí mis manos hacia la espalda como símbolo de sumisión, esperando atentamente cualquier orden, este levantó la cabeza para mirar con atención mi tembloroso cuerpo,  lo repaso lenta y cuidadosamente como si de un examen se tratara.

- Gírate Puta!

Fueron sus primeras palabras, no hace falta decir que me volví automáticamente, continúo en silencio  mi corrección.

- Muy bien, con 15 añitos ya sabes vestir como la puta que llevas dentro, veo que haces caso a la perfección, llevas el dilo dentro de ti perra?

Si Amo!

- Pues a que esperas a inclinarte y separar las piernas para que te pueda ver! Crees que haré caso de una puta de mierda como tú?

No Amo, perdón Amo.

Sabía que no podía fallar, tenía que hacer exactamente lo que me dijo si no quería un castigo, de momento lo estaba haciendo todo bien, me incline situando una mano contra la puerta y separando las piernas, con la otra mano apartando la tira del tanga que me sujetaba el consolador.

- Muy bien, ya intuía que a estas alturas, eres incapaz de mentirme, pero quería verlo con mis propios ojos, También no hace falta que te pregunte si lo tuviste desde ayer introducido en tu puto culo, se que lo has hecho solo verte entrar por la puerta.

 Si Amo obedecí en todo lo que me ordeno.

Mi inocencia hizo creerme que de este modo estaría contento y podría volver otra vez hacia la clase con los demás alumnos... Sin envagro evidentemente no fue así.

- Acércate perra y ven aquí!

Después de reincorporarme y ponerme las bragas otra vez sujetando el consolador, me acerqué lentamente hacia llegar a él.

En ese instante ya  intuí que algo hice mal pero fue demasiado tarde… Aquel enorme monstruo de 1.90 m se levantó con agresividad para posteriormente alargar su firme brazo y pegarme sin explicación alguna, con tanta fuerza que caí bruscamente al suelo. 

Hubiera perdido el conocimiento si no fuese porque su mano me agarro fuertemente del pelo levantando a plomo  mi pequeño cuerpo.

- Puta malcriada reacciona si no quieres que te vuelva a pegar.

Con los ojos difusos intenté recuperar rápidamente la estabilidad para no sufrir más dolor en mi cuero cabelludo,  ya que esto le permitía tenerme alzada.

Perdón  Amo, ya me mantengo erguida no volverá a pasar, "fueron las palabras que me salieron instintivamente”.

- Eso espero desgracia humana, No sabes porque te pegue verdad?

- No Amo yo creía que, que, haber hecho ahahaha todo lo que me había ordenado..... respondí  con lágrimas en los ojos.

- Pues así aprenderás que tu posición frente a mí es estar siempre arrodillada y no te levantarás hasta que diga lo contrario, entendido?

Si Amo lo he entendido, no lo hare nunca más, perdóneme señor, respondí mientras me arrodillaba delante sus pies.

- Eso espero! ahora caminarás a cuatro patas hasta dar la vuelta a la mesa y quédate allí donde pongo mis piernas, una perrita como tú cave perfectamente, ese será tu sitio cuando estés en mi despacho.

Sin más ande arrodillada al lugar indicado, una vez dentro descubrí que allí nadie me vería, estaba totalmente recubierto de madera, sólo podía salir por delante justo donde él pondría sus gruesas piernas.

Ya  arrodillada  en la ordenada posición llamaron a la puerta!

- Adelante! respondió mi Dueño. Era la profesora de inglés que preguntaba por mí.

- ¿Dónde está  Claudia? Dijo extrañada la profesora!

Mi mente despertó, Era ahora o nunca, tan solo que saliera una palabra de mis labios, todos mis problemas se habrían terminado!

Debido a la fuerte bofetada me salía sangre de ellos, estaba dolorida y despeinada, era una niña debajo de su mesa!  Sólo que mi suave voz utilizara la palabra  Ayuda!  Todo terminaría, esa escuela descubriría lo que hacía ese hombre conmigo y pospuesto me escaparía de todas sus monstruosidades, pudiendo mi vida empezar de nuevo!

Pero sin saber porqué, no salió ninguna palabra de mis labios, simplemente me quedé allí, quieta, en total silencio, sin apenas respirar, arrodillada y debajo una mesa, siguiendo sus directrices y escuchando la conversación que a continuación tuvieron ambos  profesores.

 - Claudia está en casa, (dijo mi señor en respuesta a la pregunta de la profesora) es que no se si te fijaste que es una chica con problemas de adaptación, su forma de vestir es un claro ejemplo, busca caminos equivocados para ser aceptada por los demás alumnos, yo le he sugerido que para hacer amistades no hace falta  vestir así. Ella pobrecita avergonzada salió disparada hacia casa, ya he hablado con sus padres para explicarle la situación. Usted cree que tome una  mala decisión? (Pregunto mi dueño)

- NO, para nada  yo pensaba exactamente lo mismo, hoy en día no debemos reprimir las atuendos de nuestros alumnos  pero el caso de Claudia es especial, una chica tan joven, que viste con tan poca ropa sólo se buscara malas amistades, es evidente que tiene problemas de adaptación y tenemos de encontrar la manera de ayudarla. (Respondió la profesora).

- Bueno, pues a ver si entre todos podemos ayudarla, ya he hablado  con sus padres, estos hablarían con ella, pero hoy no volver a la escuela.

La puerta del despacho se cerró, yo intuí que la profesora de inglés hizo un gesto afirmativo y posteriormente volvió al aula.

 No podía creer lo que había escuchado, mi Amo mentía descaradamente, pero era tal su seguridad que incluso yo dudaba de que fuera la verdad lo que contaba de mí, estaba volviéndome loca…

Sus pasos se acercaron dirección a la mesa, tuve que apartar esa conversación de profesores  de mi cabeza,  para centrarme y cumplir a rajatabla todas sus órdenes a no ser que quisiera recibir otro castigo. Este se sentó lentamente en la silla que chirrió al sufrir aquel gran peso, mi visión quedo totalmente limitada, solo podía ver las maderas que recubrían la mesa y por delante sus enormes piernas y parte de la barriga de aquel monstruo de casi 60 años.  Posteriormente éstas se separaron obligándome a retirar ligeramente la cabeza  para que quedase situada entre ellas.

Él no hablaba sólo podía observar sus movimientos, al desabrocharse el primer botón de sus pantalones  entendí lo que me esperaba, vi como sus estropeadas manos desabrocharon su pantalón para después bajarse los  pantalones junto con su ropa interior, parecía que tuviera prisa, definitivamente con un enérgico movimiento  saco su enorme masculinidad  delante de mí, sin esperar unos segundos cogió mi cabeza dirección a su gran miembro hasta que mi cara quedo aplastada ante él, note su calor y penetrante olor.

- Abre la boca cojones! (Grito de golpe rompiendo el inquietante silencio anterior)

Sin ningún tipo de resistencia abrí mis labios con todas mis energías, de un golpe su masculinidad se adentro bruscamente hasta el fondo de mi garganta , su mano me sujetaba el cuello  de modo que la embestida no me hiciera perder el equilibrio hacia atrás , no recuerdo cuántas embestidas recibí , pero fueron interminables , aquel enorme trozo de carne entraba y salía rápidamente de mi garganta  yo aprendí acompañar sus embestidas de modo que no fuera tan doloroso, sentía su calor entre mis labios , aquel enorme pene, se desplazaba adelante y atrás por encima de mi lengua  obligándola a notar su fuerte sabor .

- Así me gusta Puta, a ti también te gusta verdad perrita?

Paró por un momento sus embestidas a modo que pudiera responder.

- Si señor, me gusta mucho servir para algo!

Sin su miembro dentro de mí, recupere por un instante mi mente  y recordé que si tan solo hubiera hablado para pedir ayuda todo hubiera terminado... Pero no, no lo hice, pensé que esa idea seguiría torturándome por el resto de mi vida. No obstante sus siguientes palabras volvieron a descolocarme, parecía que supiera lo que estaba pensando por que rápidamente exclamo:

- Como te quedaste calladita bajo la mesa tengo que premiarte, veo que vas avanzando y por este motivo te daré el placer de tragar todo mi semen perrita, también te daré el placer de que me lo pidas  tu misma, quiero que de tu vocecita salgan las siguientes palabras: Muchas gracias señor por ser tan generoso de dejarme tener su polla en mi  boca y recibir su semen dentro de mí.

Totalmente derrotada respondí cada una de las palabras tal y como mi dueño deseaba.

Así pues continuaron las embestidas una tras otra, adelante hacia atrás, las rodillas totalmente adoloridas los labios desencajados y como no dentro de mi permanecía sujetado su regalo. No podía estar más humillada, escondida debajo una mesa recibiendo toda su enérgica hombría y esperando el placer de recibir dentro de mi garganta toda su gran "generosidad".

Quien sabe cuánto tiempo seguí recibiendo sus arremetidas, llego un punto donde  estas aun fueron más aceleradas, creía que me partiría el cuello tras la fuerza de su pene entrando en mi garganta, definitivamente llego una última embestida que incluso levanto mis rodillas del suelo, el agarro mi cabeza con sus dos manos con su descomunal fuerza para  evitar romper  así, mi frágil cuello, sin pausa en esa misma posición, una fuerte presión impacto contra mi paladar  fue  ya su esperado semen que salía explosivamente provocando la ingestión directa hacia mi estomago, aun no entiendo como pude seguir tragando,  ahogada por su enorme pene todo ese espeso liquido.

Poco a poco mi dueño empezó a retirar su miembro  deslizándolo suavemente por mi sufrida lengua, esto me dio el aire suficiente para dar abasto a tragar cada una de las gotas de semen que aquella enorme polla aun tenia para dar.

Ya conocía su característico sabor y el calor de aquel líquido denso, también tenía claro que hasta que no dejara a mi dueño  totalmente limpio de esperma, no podía dejar de trabajar y lamer cualquier resto que quedase. Todo esto me  quedo grabado en la mente,  la primera vez que me violó.

Una vez más sin entenderme a mí misma, me sentía como orgullosa de haber hecho contento a mi señor.

Cada vez era más evidente, ya fuera por el miedo atroz que le tenía, porque mi carácter era sumiso y realmente me estaba  educando, simplemente mi corta edad o mejor aún, por todas y cada una de estas razones. Mi AMO me tenía dominada y seguiría el camino anunciado que este deseaba .