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Claudia: Mi Amo construye mi destino.

en No Consentido

Seguí lamiendo el gigantesco miembro dejándolo limpio de esperma, mi pequeña lengua era la encargada de exportar cualquier resto hasta el interior de mi garganta, no podía dejar de hacer esta tarea, tampoco podía mirarlo directamente a los ojos, sólo podía seguir centrada en mis obligaciones, finalmente un gesto brusco de su mano contra el frente arrincono mi cara de su virilidad, dejando entrever el último hilo de esperma que recogí con un pequeño gesto de mis labios.

Retiro sus peludas piernas de mi rostro y guardo su robusto miembro en sus pantalones. Se levantó con dificultad de aquella silla, el cansancio de mi violación dificultaba sus movimientos. Lentamente se dirigió hacia un espejo que tenía tras la puerta, observé arrodillada, como de su bolsillo sacaba un pañuelo y un peine primero se limpió el sudor de la frente y luego se peinó, se puso la camisa dentro de los pantalones haciendo presión para poder cubrir su voluminosa barriga con un tosco movimiento.

Yo seguía debajo de la mesa, era mi lugar, allí me tenía que quedar hasta nuevo aviso.

Volvió dirección a mi posición.

- Perrita, has hecho un buen trabajo, eres una mocosa, pero poco a poco vas aprendiendo a ser mi putita, ahora levántate y arréglate que estás hecha       una porquería, ja ja ja.

Su risa reflejaba orgullo. Yo no podía entender cómo obtenía satisfacción de abusar y humillar de esta manera a una niña de 15 años la que sólo obedecía aterrorizada ante tal abusador

Al levantarme noté un fuerte dolor en mis rodillas, tenía el cuerpo totalmente magullado, tuve que apoyar las manos sobre la mesa ya que un fuerte mareo podría haberme hecho caer al suelo.

- Rápido maldita perra, dirígete hacia el espejo y arréglate que no tengo todo el día cojones!

Me levanté rápidamente, al verme en el espejo descubrí que estaba totalmente despeinada, aun así los cosméticos permanentes hicieron su trabajo y no estaba tan desmaquillada como hubiera imaginado.

Al verme bonita sentí en mí un suave pero incomprensible sentimiento de bienestar, como podía sentirme así después de todo lo que sucedido?  En fin no tenía tiempo para reflexiones si no quería otro castigo o sea que me peine con los mismos dedos ya que él no tuvo la gentileza de dejarme su peine, me arreglé la vestimenta para disimular la violación, justo en ese momento fue cuando el consolador se deslizó fuera de mi intimidad, pero justo antes de intentar introducirlo, mi señor gritó:

- Perra, te esta salido el dildo verdad?

Sí señor, perdón señor. Respondí asustada mirando sofocada hacia el suelo.

- No te muevas!

Se acercó y con una patada separo las piernas, acerco la mano hacia mi agujero y apretó hundiendo duramente el dildo hacia mi interior, me encogí instintivamente del dolor.

Rápidamente, pero estremeciéndome de sufrimiento, me reajustar el tanga para sujetar bien el consolador.

- Bueno perrita ahora vamos a casa, tengo que hablar con tu padre, dejaré que contestes a sus preguntas pero no digas nada que te delate y tu padre     descubra la puta que te convertí.

Salió de la puerta precipitadamente, era consciente de que no podían vernos juntos, así que salimos disparados por puertas traseras del instituto, una vez en la calle me indicó  que me sentara detrás de su coche y rápidamente nos dirigimos a casa.

Yo no entendía nada, que le quería contar a mi padre?  Si mi padre se enteraba de lo que este monstruo me hacía, lo mataría allí mismo! Pero mi profesor no mostraba  nerviosismo. Una vez llegado a mi destino, se dirigió al coche y me señaló con la cabeza que hiciera lo mismo.

- Corre! hoy será un gran día para ti, te abriré una infinidad de puertas que tu pequeña mente no puede llegar ni a imaginar.

Mi profesor llamo al timbre de mi casa, mi padre abrió la puerta, miro extrañado que viniera acompañada de aquel Hombre, pero aún más cuando me vio vestida así .

- Buenos días señor Morrus,  soy el director del instituto donde estudia su hija, debo hablarle de comportamientos extraños que tanto a mí como al           consejo de profesores nos ha preocupado.

Vi la cara de mi padre totalmente desencajada, yo lo conocía y entendía que aquello le estaba cogiendo por sorpresa.

- Bueno pase usted sentémonos en el sofá, vemos que tan grave me explicar de mi niña... (Exclamo mi padre con incredulidad ante mi profesor).

Yo me quedé allí quieta escuchado la conversación, nadie me ordeno lo contrario.

- Señor Morrus no tengo nada grave que explicar y menos si entre todos le ponemos remedio. En resumen podríamos decir, que Claudia va retrasada en    todas las materias que impartimos en el instituto, no sabe muy bien cómo sociabilizarse con los otros alumnos, utiliza vestimentas inadecuadas para      así al menos atraer la atención del sexo masculino, fíjese como nos vino hoy en clase.

Mi padre me mira de reojo ruborizado y posteriormente respondió a mi profesor.

- Debo confesar que no sabía que venía a clase con tan poca ropa, pero me extraña lo de su rendimiento, hasta el momento no tenía problemas con los   estudios.

Mi profesor me miró con una sonrisa amable como nunca había hecho, para posteriormente dirigirse a mi padre.

- Entiendo perfectamente que le extrañe, Claudia es una alumna muy inteligente, pero la adolescencia y el fuerte ímpetu que pone para comportarse         como una mujer, le está provocando mayormente estos problemas además le falta una figura materna a la que reflejarse.

Yo me quedé perpleja, mi cerebro no entendía cómo podía decir todas estas cosas sobre mí, podría tener razón en que yo echaba de menos una madre, pero si vestía y me comportaba así era única y exclusivamente porque él me obligaba, como podía ser tan sinvergüenza? Pero una vez más no dije nada y deje que mi padre siguiera escuchando atentamente el mismo Hombre que hacía apenas unos minutos estaba violando salvajemente a su propia hija.

Mi padre asentó la cabeza y con un gesto de comprensión se dirigió a mi violador.

- Entiendo: su madre se fue de casa cuando Claudia apenas tenía 2 años yo creía que entre yo y sus hermanas habíamos conseguido solucionar esta       falta, pero es posible que no haya sido suficiente, estas edades son muy complicadas. Bien propone alguna solución para que mi niña vuelva a rendir     en los estudios?

- Por supuesto señor Morrus .  (Rió gratamente ante mi padre) Mire voy a sincerarse con usted, yo tuve una hija a muy temprana edad, cuando mi hija      tenía la edad de Claudia me separé de la mujer debido a sus infidelidades, yo siempre quise tener a mi hija al lado y luché por la custodia, pero fue        imposible, piense que con estas leyes es casi imposible que un Hombre gane la custodia a su mujer. Laura (este es su nombre) se llevaba muy              bien conmigo, pero fue vivir con la madre y todo cambió, yo contacté con e el instituido y me explicaron que su rendimiento escolar era bajísimo,            también tenía problemas de adaptación.

En las pocas visitas que su madre me permitía pude ver que frecuentaba malas amistades y vestía muy provocativa. Yo quería solucionarlo, pero justamente es cuando mi mujer volvió a casarse y marcharse de Europa. Poco más y podido saber de Laura , actualmente tiene 28 años y tengo entendido que fue a Estados Unidos con el sueño de ser actriz , pero el dinero fácil le ha llevado a una mala vida , ya sabe usted a lo que me refiero, no puedo seguir explicándole porque la tristeza me invade cada vez que lo recuerdo .

El rostro de mi profesor desprendía una fuerte tristeza, no pude evitar que unas pequeñas lágrimas brotaran de mis ojos. Por primera vez sentí una cierta compasión por él.

Mi padre puso la mano sobre su hombro como símbolo de comprensión.

- La entiendo perfectamente, (respondió mi padre) yo también he pasado por una separación, créeme lo entiendo perfectamente.

- He de confesar que su hija me recuerda muchísimo a Laura, (reanudó mi profesor) este fue el verdadero motivo de que me preocupe tanto por su hija,   normalmente un director no tiene tiempo para hacer lo mismo con cada uno de sus alumnos. En fin, creo firmemente que si le ponemos ganas               podemos solucionar los pequeños problemas de Claudia antes de que sea demasiado tarde.

 Mi padre asentó un par de veces con la cabeza mirando a mi profesor.

- Bueno, le agradezco su preocupación, que es lo que podemos hacer con esta hija tan rebelde? ( pregunta sonriendo a mi profesor ) .

- Mire señor Morrus aparte de profesor y director del instituto también estoy licenciado en psicología (realice la carrera después de perder a Laura) creo       que si permite llevar a Claudia asiduamente a mi consulta, conseguiremos solucionar estos pequeños problemas y evitar que surjan de mayores.

Mi padre lo miro avergonzado para posteriormente decirle que no tenía recursos económicos para pagar este tipo de consultas.

- Esto para nada es un problema! (respondió mi profesor ) en ningún momento había pensado en eso, quiero ayudar a su hija y no quiero nada a             cambio por dios !

Mi padre sonrió agradecido, se le veía contento que un psicólogo se preocupara por mí desinteresadamente.

- Perfecto! ( Exclamó mi padre) no hablemos mas, dejo a mi niña en sus manos, veo cuando alguien tiene buenas intenciones y usted me cae                  fenomenal , seguro que consigue convertirla en una estudiante modelo .

Yo volví a quedar paralizada, esta vez ante las afirmaciones de mi padre. Ahora podría llevarme a su consulta cuando quisiera! no obstante por otro lado también me preguntaba si habría alguna verdad en todo lo que  le explicó a mi padre ; ¿ cómo podía creer algo que dijera mi violador ?

Mientras yo pensaba en lo sucedido, mi profesor se despidió de mi padre y después amablemente de mí:

- Adiós Claudia, nos vemos mañana en el instituto.

- Si Señor, respondí automáticamente.

Ambos rieron por mi impulsiva respuesta.

- Mira que educada se ha vuelto, (respondió mi profesor) no hace falta que me digas si señor! No seas mala, no te burles de tu profesor que no soy un     general.

Posteriormente mi padre abrió la puerta, quedándonos por fin solos en casa.

- Claudia! vete a tu habitación, no te castigare pero a partir de hoy harás caso en todo lo que te diga el director y no intentes búrlate como has hecho       ahora al despedirte.

Estuve a punto de hablar con mi padre del equivocado que estaba, pero una vez más me fui sin decir nada obedeciendo las órdenes de mi papa .

Una vez en mi habitación tuve los primeros momentos de tranquilidad, me fui hacia el espejo y vi reflejada alguien distinto, una niña a la que un hombre de 60 años podía hacer lo que quisiera, cuando quisiera, aquella niña llevaba unos tacones altísimos una especie de falda que parecía más bien un cinturón y debajo un "hilo dental" que sujetaba estoicamente un enorme pene de plastico que perforaba su intimidad. En estos momentos por primera vez sintió mucha rabia y quiso reencontrarse a sí misma desnudándose y posteriormente retirar el consolador que la había torturado durante todo el día. Aquel agujero estaba totalmente enrojecido pero a la vez dilatado.

Justo liberada de aquellas "cadenas" me reencontré conmigo misma, recordando que aquel desgraciado me prohibió quitarme ese artefacto salvo cuando tuviera de lavarme o hacer mis necesidades, Pero en ese preciso instante me revele!  él no era nadie para obligarme a nada,  menos aún encerrada en mi propia habitación donde era imposible que lo supiera. Me pase el resto del día desnuda en mi cama acurrucada como un bebé, llorando discretamente para que nadie pudiera escucharme, después de una cuantas horas finalmente me quedé dormida hasta la mañana siguiente la cual no podía ni imaginar lo que me sucedería.

Continuará...