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Mi primera vez y como me cambio la vida-Parte 4

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Mi Primera Vez Y Como Me Cambio La Vida (Parte 4)

La noche anterior llegue a mi casa después de que Luis me diera una cogida espectacular, mi esposa me rasuro la verga, las nalgas y el huequito, me hizo dormir con un vibrador amarrado a mis caderas estilo sodomita y pensando estar toda rasuraditá para mi macho, este me pide que le haga un servicio con uno de sus amigos que había llegado del exterior.

Eran las 3.45 y Luis me acababa de llamar para darme la dirección donde tenía que ir a dar un servicio. No podía creer en el lapso de 4 a 5 días, había sido desvirgado por un hombre que me tenía loco, mi esposa me había hecho el beso negro, mi esposa me había sodomizado haciéndome dormir con un vibrador clavado a mi  después de que mi amante me había cogido toda una tarde, y ahora mi macho me mandaba en una cita a ciegas a un hotel como una verdadera puta. Me excitaba la idea de estar de call girl, pero prefería estar siendo clavado por mi macho que no dejaba de satisfacerme y hacer sentir especial y me tenía en las nubes con todas estas experiencias que me estaba haciendo vivir.

Camino al hotel Los Tajibos, pensaba en cómo me trataba, y me gustaba como me hacía de todo. Pensaba en lo que me había hecho mi esposa la noche anterior y como me gusto dormir con el vibrador dentro mío. Creo que nunca habría dejado que me tratase así, es más nunca habría permitido a mi esposa que me haga lo que me hacía, de no haber sido Luis el que me desvirgo días antes. Es más nunca tuve la sensación de ir al baño después de que me haya cogido. Como alguna vez leía que cuando se las metían sentías que querían defecar. Conmigo nunca pase por esas sensaciones, es más ni el día que Luis me desvirgó. Siempre lo disfrute. Sera que era nato en mí ser puta? Pensaba. Y sin darme cuenta llegue al hotel. No me di cuenta, tal vez por lo que estaba ocupada pensando en todo lo que me estaba pasando esta semana que me pareció rápido el viaje hacia el hotel.

Entre al hotel al área de los departamentos y llame al intercomunicador del número de habitación que me indico Luis. Al instante contesto una voz varonil. Alo?, conteste, soy Roberto, amigo de Luis. Ah sos vos? Pasa que te estaba esperando. Su vos con un acento argentino norteño me gusto. Estaba medio nerviosa. Cuando llegue frente a la puerta del departamento justo cuando estaba por golpear se abría. Y salió un hombre tremendamente simpático, varonil y de un cuerpo musculoso. Media unos 1.90. Realmente atractivo. Tenía una camisa azul de manga corta que hacia brotar sus pectorales y los músculos de sus brazos. Tenía la cabeza rasurada. Era varonil, aunque después me dijo que era gay. Al abrir la puerta me dijo: mucho gusto Roberto, Soy Sebastián, Pasa por favor. Le dije gracias. Pase y se quedó mirándome mientras ingresaba. Sentía que sus ojos me desvestían. Yo estaba muy nervioso porque me había gustado como nunca me imaginé. Era sumamente atractivo y bastante varonil.

Mira, me dijo, sé que es un poco temprano pero para romper el hielo compre este vino blanco que es bastante refrescante en este calor. Uff que bueno dije. Me parece bastante bien mientras me sentaba en el sofá del living. Él se fue a servir los dos vasos de vino. Cuando se acercaba pude ver un tremendo bulto en su entre pierna. Tenía unos jeans que mostraba unas piernas bien trabajadas por el gimnasio y un bulto que gritaba por salir. Y me dijo a modo de romper el hielo como quien dice, Roberto y a que te dedicas? Le dije que era gerente de una empresa de publicidad. Y eres casado? Le dije que sí y que era muy discreto. Me dijo no te preocupes que es lo que yo también busco. La discreción y el respeto son importantes.

Me dijo salud, por el placer de conocerte, le conteste igual. Mientras me miraba fijamente a los ojos hasta hacerme bajar la vista. En eso me dijo, eres tímida, no? El escuchar que se refería a mí en femenino me encendió los motores. Si bastante. Y replico, hace cuanto tiempo que andas en esto? Le dije en qué? Me dijo que andas con hombres. Me reí y le dije que hace 4 o 5 días, recién me había desvirgado Luis. Vale decir solo 5 días. Me miro y se rio como diciendo no te creo. Y desde entonces haces servicios a hoteles? Le dije que? NO, esto lo hice porque Luis me pidió, pero no es mi intención volver a repetirlo. Soy casado y me cuido bastante. Y por qué lo hiciste ahora? Me pregunto Sebastián. Le dije, porque me tiene embobada en cómo me coge que sin querer me dejo hacer lo que él quiera. Desde que me desvirgó solo me tiene pensando en él. Pues es la primera vez que me pasa algo así. Me dijo, espero que después que estés conmigo no quieras dejarme jamás y seas mi novia regular cuando llegue a Santa Cruz. Me reí y le dije, ya veremos sonrojándome. Y dime como empezaste esto? Y empecé a contarle desde el principio, cosa que ya se los conté antes. En eso me dijo que como me había enganchado con Luis, si él era un chiquillo, Le dije, que sí, pero que sabía cómo hacerme vivir. A lo que me dijo, cuando termine contigo no querrás dejarme, Te hare vivir y sentir una verdadera hembra. Sonriendo le dije, como que ya escuche ese verso. Él se paró y acercándose me dijo, veras que hallaras la diferencia entre un hombre y un muchacho. Y en eso me planto un beso en la boca. Me quede quieta. Pero me gusto como actuaba. Me sentía tan débil frente a él.

Volvió a llenar las copas de vino y seguimos charlando, mientras el rozaba con sus dedos mi cuello y me hacía estremecer. Yo cada vez le hablaba más coquetonamente y a él le gustaba. Yo me pare y me dirigí a la ventana con mi copa en mano para ver los jardines del hotel. Mientras miraba sentí como él se acercó por detrás y empezó a besar mi nuca agarrándome con sus duras manos de mi cadera y apretándome hacia el pude sentir su bulto entre mis glúteos, yo pretendí zafarme moviéndome un poco hacia adelante, pero Sebastián me agarro con más firmeza y me atrajo más fuerte hacia él, dándome señal que no me escaparía y que el dominaba. Me quede quieta y mientras besaba mi cuello recosté mi cabeza sobre sus hombros hacia atrás y le di un mensaje de que me rendía a sus brazos. Seguía besando mi cuello delicadamente y fue subiendo a mi oreja y empezó a meter su lengua haciéndome escapar un gemido de excitación.

Mientras lamia mi oreja y besaba mi cuello y me ponía a mil empezó a desabotonar mi camisa, luego desabrocho mi pantalón y lo dejo caer, y sin dejarme que me dé la vuelta y el siguiendo besando mi cuello desabrocho sus pantalones para dejarlos caer al suelo, y lo mismo hizo con su camisa. Cuando logro sacarse la camisa me apretó hacia su cuerpo y el sentir su velludo cuerpo pegado a mi espalda hizo que diera un suspiro de excitación. Trate de soltarme de él y me dijo, tranquila nena y coloco mis manos sobre la silla del comedor y me dijo no te muevas. Cerré los ojos y empezó a lamer mi cuello y bajar por mi espalda lamiéndola. Ya llegando a mis caderas hizo que me incline hacia delante para darle mejor acceso a mi colita, Empezó a besar mis glúteos y darme pequeños mordiscones diciéndome que tenía el culo más bello. Tu culo debe ser la envidia de muchas mujeres y de hombres también no? Le dije, no se? Y empezó a abrir mi culo para depositar su lengua dentro mi huequito y me empezaba a hacer gemir. En eso agarra su copa y toma un sorbo y se acerca justo donde empieza la colita y deja resbalar de sus labios un chorro de vino que se desliza por mi rajita hasta llegar a mi huequito y el con su lengua empieza a lamer mi huequito diciendo, esto sí que es delicioso. Un buen vino con un delicioso culo.

Me toma de las manos y me lleva al borde de la cama haciéndome recostar boca abajo con mi verga al borde de la cama, dejando mis piernas fuera de la cama. Abre mis nalgas y derrama más vino y empieza a lamer mi huequito tratando de que no escape una gota de vino y a darme una comida deliciosa que me tenía gimiendo y pidiéndole que no pare lo que estaba haciendo. Derramaba vino en mi espalda y bajaba lamiéndome la espalda hasta llegar a mi huequito dándome una comida bárbara de culo. Yo ya casi gritaba de placer y le decía que me encantaba como me lo hacía. Y me preguntaba si me gustaba, le contestaba que sí, luego bajaba a mi huequito y mientras me comía sentía que me metía un dedo, este me hizo gritar de dolor. Él no lo saco, pero lo dejo quieto y al rato empezó a masajearme hasta que me fui acostumbrando al grosor de su dedo. No me había percatado del grosos de sus dedos, Eran realmente gruesos y largos. Tenía unas manos muy varoniles y grandes. Y me empezó a hacer gemir. Luego empieza a meterme un segundo dedo. Este me hace gritar y a pedirle que lo haga despacio. Me dice ok mi amor. Solo quiero que lo disfrutes y te acostumbres así podrás aguantar mi verga.

Mientras derramaba más vino en mi colita me lamia y me metía ahora dos dedos. Los sacaba derramaba vino me devoraba el culo y volvía a meterme dos dedos y me hacía gemir de placer. Luego me pidió que me recueste boca arriba, levanto mis piernas y empezó a volver a comerme el culo. Sentía que me devoraba con desesperación, gemía fuerte y sentía como su lengua entraba en mi dilatado huequito, mientras con su mano sobaba mi verga que ya estaba dura. Subía hasta mi verga, la chupaba y volvía a mi hoyito. Me decía que con el tiempo estaría tan adicto a su verga que mi hoyito parecería una conchita deliciosa. Que me la chuparía y dilataría hasta que este hinchadita como una conchita. Yo estaba a mil que le contestaba: lo que tú quieras papito y el con más ansias me devoraba el culo.

El mientras me comía el culo y me chupaba la verga se sacó los  pantalones y su calzoncillo, Volvió a subir hasta llegar a mis pechos y empezó a lamerlos y seguí subiendo hasta mi cuello y me lamia y besaba el cuello medio recostado a mi lado. Yo cerraba los ojos disfrutando todo lo que este hombresote me hacía. Luego se recostó de espaldas y me puso encima de su cuerpo. Empecé a besar su cuello completamente entregado a él. Fui bajando besando su velludo pecho y me dirigía a su estómago, cuando llegue a la altura de su verga, me quede sorprendido de lo que veía. Era una verga de unos 22 cm, circuncidada, trigueña y el grosor era increíblemente grueso. Agarraba con mi mano y no podía cerrar mis dedos completamente esa verga descomunalmente gruesa. Nunca me imaginé que hubiera verga tan gruesa y larga. Al mirarla me asuste, decía dentro mío que no me entraría en mi apretado culito.

Empecé a sobarla y a querer chupársela, pero no cabía en mi boca, sentía que me estrechaba la boca al máximo cuando lograba metérmela y cuando lo hacía no llegaba a meterla completamente quedando unos 12 cm afuera, Cada chupada sentía que me ahogaba y me salían lágrimas de los ojos, pero me encantaba sentir semejante polla en mi boca y el gemía. Me dijo que me acostumbraría a chupársela y que me encantaría cada vez más, y así parecía. Cada vez que le chupaba me encantaba más y sentía derretirme por semejante verga. Cuando ya casi podía meterme una buena parte de esa verga, Sebastián me dio la vuelta con una facilidad quedando en posición de 69. Ufffff, me sentía en la gloria, sentir como me comía el culo y saborear tremenda verga me volvía loco. Cuanto más me devoraba mi huequito, más me desesperaba por chuparle mejor esa verga y me decía que lo hacía delicioso, lo cual me gustaba y me esforzaba más por darle placer a mi macho.

Ya cuando estaba que no daba más de excitación, le rogaba que me haga suya. Lo deseaba con locura, aunque sabía que me partiría con tremendo mástil. Me dijo aguanta nena que te estoy dilatando ese huequito bien para que después disfrutes como te hago mi perra y te hago sentir esta verga que te hará adicta y una verdadera puta, le contestaba con vos jadeante, ya papito. Y seguía chupando y deleitándome chupando su verga mientras sentía que su lengua entraba y salía de mi huequito y me masajeaba con sus dedos el huequito. Al cabo de un rato me dijo, date la vuelta y siéntate en mi verga para que te vayas acostumbrando. Me di la vuelta y quede sobre su verga y sentía tremendo pedazo de carne en la puerta de mi cavidad. Poco a poco fui bajando. Estaba muy excitada y nerviosa de que me vaya hacer daño ese monstruo delicioso, pero lo deseaba dentro de mí. Fui bajando y sentir que su cabeza entrara me hacía gemir de placer y un dolor inmenso se apoderaba de mi huequito. Sentía que me desgarraba, me decía con cuidado amor que si o si te la meto toda. Cada milímetro que ingresaba sentía un dolor tremendo y paraba para tomar aire y dejar que mi huequito se acostumbre a tremendo grosor. Una vez se acostumbraba bajaba un poquito más. El dolor me hacía doblar sobre su pecho, donde me quedaba un rato a descansar mientras él me masajeaba la espalda y me besaba el cuello. Eso hacía que me distraiga del dolor y se vaya volviendo en placer. Pero a cada milímetro que entraba ese placer desaparecía nuevamente y me hacía gritar de dolor.

El tiempo que estuve bajando ese mástil me pareció eterno y súper doloroso. Cuando sentí la base de su verga tocar mis nalgas, me sentí en la gloria. Sentía que nunca lograría clavarme esos 22 cm. Me quede un momento quieta y empecé a sacarla hasta la puntita y otra vez me sentaba con mi peso para bajar y sentir como me inundaba tremenda verga. Cada vez el dolor era menos y las subidas y bajadas por ese mástil se hacían más frecuentes, hasta que el dolor desapareció completamente y un placer indescriptible me producía cada embestida. Sentía que me estremecía y ese estremecimiento subía por mi columna hasta mi cabeza y empecé a convulsionar en unos orgasmos continuos, que sentía que salía de mi huequito mis jugos de lo que me venía. Él me decía, amor ni he empezado a cogerte bien y ya estas teniendo múltiples orgasmos. Vos sí que te harás adicta a que te coja cuando yo quiera y esta verga será tuya enterita. Me encantaba lo que me decía y me excitaba más lo que me decía. Mis gemidos eran más fuertes. Nunca pensé que una verga así me estaba dando tanto placer y me hacía gemir como una verdadera hembra.

Luego hizo que me tumbe sobre su pecho y me dio la vuelta quedando el sobre mí, con mis piernas abrazando sus caderas y su verga dentro mío, levanto un poco mis piernas y empezó a metérmela y sacar agarrándome de los tobillos. Sentía que cada embestía me la metía hasta las amígdalas. Un rato de esos la saco de golpe y sentí un gran vacío dentro mío, que me hizo gemir, extrañando lo que me llenaba y me dio la vuelta poniéndome boca abajo e hizo que levante mi cola como ofreciéndosela y empezó a comerme mi dilatado huequito haciendo unos sonidos que me demostraba que disfrutaba comerme el culo, yo gemía y le rogaba que me la meta y me decía, en un segundo amor, y te hare tan feliz. Y seguía comiéndome, se puso de rodillas colocando su verga en la puerta de mi dilatado huequito y me la empezó a meter suave y poco a poco aumentaban sus embestidas. El me agarraba de las caderas dominando sus embestidas y de rato en rato me acariciaba la verga con una mano. Yo gemía de placer. Y el metía y sacaba su verga que me estaba dando placer y no paraba de tener orgasmos y gemir viniéndome. Me había pasado antes, pero nunca con tanta intensidad.

El siguió el mete y saca, mientras yo sentía que me hallaba en las nubes y me pregunto si alguna vez había sentido que me llenaban el culo de leche? Le dije que el único había sido Luis D., pero que no quería que él se corriese. Me dijo, no mi amor. Te dije que te haría mi mujercita y lo serás de ahora en adelante y no volverás a recibir leche de nadie más que no sea yo en ese bello culo. Solo asentí con la cabeza, cuando recibí una palmada fuerte en mi culo que me éxito, pero que me dolió y me dijo, respóndeme amor, le dije, si amor, solo tu serás el que se venga dentro mío de ahora en adelante. Y contesto: bien, ahora prepárate que serás mi mujer y te vendrás junto conmigo. Le dije que sí y empecé a pajearme mientras me metía y sacaba. Me dijo que así no. Que me vendría con el sin tocarme la  verga. Y le dije que sí, que quería satisfacerlo. Empezó a cogerme duro. Pensé que no aguantaría, me sentía muy dilatado y demasiado caliente que me hacía gemir y de pronto me dijo ahora vente amor que me tienes loco. Y empezó a embestirme fuerte hasta el fondo y de pronto sentí un chorro súper abundante golpear mis intestinos y empecé a convulsionar en un orgasmos increíble y a botar leche de mi verga. Gritaba como loco en completo orgasmo. Nunca había sentido un orgasmo tan fuerte y que me haga venir de tal manera y sin tocarme. El seguía botando su leche dentro de mí y a medida que seguía sus embestidas sentía que su leche salía de mi culo rebalsando y churreando por mis muslos. Me sentía tan suya que cuando quede rendida boca abajo con su verga todavía dura dentro mío empezó a besar mi espalda y cuello, y a seguir su mete y saca que me dejaba loquísima. Cuando deja de botar su leche se recostó a mi lado e hizo que me recostara sobre su pecho y nos dormimos un rato. Estaba agotada y satisfecha. Me sentía su mujer.

Al cabo de unos 10 minutos, me levante y me fui a la ducha. Me bañe bien y sentía como salía su leche chorreando por mis piernas. Cuando estuve bien limpia, me seque y me fui a la cocina a tomar algo mientras él se metió a la ducha. Me quede en el living pensando en que nunca había sentido tremendos orgasmos y que me encantaba todo lo que me hizo. En eso sentí que me abrazo por detrás, me dio un beso en el cuello y agarrándome de una mano, me guio hasta el sillón del living, se sentó y abrió su toalla que la tenía alrededor de su cintura dejándome ver esa bella verga casi dura. Inmediatamente me arrodille y empecé a chupársela mirándolo a los ojos. Me decía que le encantaba como se la chupaba. Después de un rato y cuando la tenía como piedra me tomo de las manos y me guio a que me siente sobre su verga. Sentía que me entraba hasta lo más profundo. Empezó a guiar mis movimientos. Me sentía indefenso frente a él y su cuerpo todo musculoso me dominaba. Cuando estuve bien empalmado se parao sujetándome de las nalgas pero levantándome y el guiando el mete y saca de su verga. Yo estaba que gemía y me aferraba a su cuello besando su cuello y pecho gimiendo. Se paró apoyado en la pared y empezó a moverme con sus brazos presionando mis glúteos. Gemía como loca de placer y ahora si sentía que el dominaba y lo abrase y empecé a besarlo apasionadamente, mientras sentía tremenda verga bien clavada dentro mía y mi verga rozar su vientre que me estaba llevando a un continuo orgasmo y el empezó a hacerlo más rápido hasta que los dos nos volvimos a venir. Yo gritaba de placer diciéndole que me volvía loca y que quería que nunca deje de cogerme y que deseara siempre ser su puta. Me decía que así seria. Me recostó sobre la mesa del comedor y seguí cogiéndome y con mis piernas alrededor de sus caderas empujando par que me lo clave profundo y de pronto empieza a volverse a venir. Me decía putita me estás haciendo venir por 3era vez. Eres deliciosa y no paraba de embestirme y a sentirme inundada de su leche. Mientras el la tenía dentro mío yo apretaba con mi verga para que me deje toda su leche y él me decía que delicioso lo que le estaba haciendo. Luego empezó a sacarla y le rogué que la deje un rato más dentro de mí y me dio una embestida para metérmela de nuevo preguntándome si me gustaba y le conteste que no me gustaba, que me encantaba y me reí. Se acercó y me dio un beso en mi boca sin que me oponga. La empezó a sacar y apenas la sentí afuera, me incorpore y me arrodille y se la empecé a chupar limpiándole mis jugos y los restos de su leche que estaba alrededor de su verga. Y me decía que puta más golosa. Me encanta que seas así conmigo. Y yo le decía que cada vez lo satisfaceria mas. Termine de chupársela y me pare diciéndole con cara picarona, te gusto amor? Y me dio una palmada en el culo y me dijo que era adictiva y que deseaba más. Le dije que tenía que irme, que ya era tarde. Me fui a la ducha y me bañe rápido. Ya eran las 8:30 de la noche. Me vestí y cuando me despedía le dije que me encantaba agarrándole su verga y dándole un beso en la boca. Me dijo que me llamaría al día siguiente para verme de nuevo. Le dije que estaré esperando ansiosa su llamada. Me dijo que el salía a las 9am del hotel. Pero que me llamaría en el día. Le conteste ok. Me acerque le bese sus labios y me dirijo a la puerta. Cuando llegaba a la puerta me dijo y beso para lo que te hace gozar dejándola fuera de su bóxer. Me di la vuelta y me arrodille sin pensarlo y se la chupe un rato. Me pare y le dije que me iba porque si no me quedaba de nuevo. Cerré la puerta al salir de su departamento. Mi cabeza estaba a 1000.

Me dirijo al parqueo pensando en todo y como me había dejado y sin pensar me roce la verga y la tenía re dura. Me subí al coche y mientras me dirigía a la casa no dejaba de revivir cada segundo de lo que paso. En eso se me ocurrió que al día siguiente, como el salía al trabajo a las 9am, lo sorprendería temprano así me dejaba bien cogida y con una buena cantidad de lechecita dentro mío.

Lo que ocurrió se los cuento en la quinta parte de esta historia y como  pase la noche en casa.

Espero les guste mis relatos. Son todos reales. Mi correo electrónico es robert_gj7777@hotmail.com. Espero sus comentarios y si desean me escriben a este mail.