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El hombre de hielo que me derritió...

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¡Mierda!... nunca se ponía vestidos y justo el día que había querido ponerse uno, hacía un frío tremendo, sentía las piernas heladas como hielo con su vestidito corto. Había llovido toda la tarde y a esa hora había bajado mucho la temperatura... típico día de Octubre...

Había salido con su "Doncito" a tomar algo... su pareja desde hacía 10 años… ese bar le gustaba... habían ido un par de veces antes y el ambiente era agradable... ya habían bebido un poco, pero ella no se sentía mareada aún... aunque la verdad hoy tenía ganas de beber un poco más de lo usual... se sentía algo aburrida y generalmente el licor lograba animarla...

Después de tantos años juntos, era algo difícil no saber exactamente de qué hablarían, ellos conversaban generalmente temas triviales... la familia, conocidos en común, asuntos de la casa.

El “Doncito”, como era usual en él, había empezado a conversarle al Mesero, siempre le gustaba charlar con los meseros… el mesero llega de nuevo con las últimas bebidas solicitadas y el Doncito inicia su historia de siempre... -Juro que le pondré música... Dios!! diez años escuchando aquella historia... el chico campesino... que fue a la ciudad... estudió, luchó y luchó...etc... bueno ya debería estar acostumbrada... era evidente por su cara que el pobre mesero no deseaba continuar aquella conversación, el bar estaba lleno y de seguro tenía mucho trabajo, sin embargo con mucha cortesía le escucha "la perorata" sin fin a mi marido. De pronto su cara de prisa por irse de la mesa cambió y parecía interesado en la charla... bueno, él no ha escuchado un millón de veces la historia, como la he escuchado yo... para mí fue interesante alguna vez... alguna vez... hace mucho tiempo.

Aprovecho para dar un vistazo a mi entorno, la barra del bar estaba llena... más hombres que mujeres... vaya que parecían animadas las conversaciones de esa barra... observo por primera vez en casi una hora de estar en el bar a las demás personas que están ahí... una mesa de jóvenes... madre mía, como han bebido!!... ya están "haciendo loco"... por allá una pareja algo dispareja de edad, pero no tanto como el Doncito y yo... a nosotros los casi treinta años de diferencia se nos notan a kilómetros!!

Continúo con el escrutinio del sitio, justo en dirección a mi mesa casi al extremo del salón una pareja... me llama la atención él... parecen llevar una buena charla... me gusta ese hombre... tiene un "no sé qué" que captura mi mirada... tiene una expresión muy seria... ¿estará molesto?... no... es una seriedad diferente... está concentrado escuchando a la mujer enfrente suyo. Ella muy atractiva... sexi... su cabello pasó por un salón de belleza no hace más de 24 horas... instintivamente toco mi cabello, mis rizos alborotados ya olvidaron ir al salón de belleza... no veo bien la cara de la mujer, por la posición en que está sentada, pero asumo que tendrá un maquillaje impecable, casi puedo jurar que ella está "embobada con él"... si ya lo sé... ese es el tipo de mujer que siempre está acompañada de tipos atractivos e interesantes... si, ella tiene con qué... vuelvo mi atención al hombre nuevamente... me gusta... realmente me gusta él... en ese momento él siente mi mirada y fija sus ojos en mi... Dios... oh... oh…

-Quita la mirada estúpida, te pilló viéndolo... voltea hacia otro lado tu vista... despista... quita, quita la mirada... no... no puedo... sus ojos se clavan en mí y mis ojos se clavan en él...

¡Qué vergüenza!... ¿Cómo podes mantenerle la vista si estás que te morís de la pena???... algo me dicen sus ojos… pero no entiendo... se dio cuenta que me parece muy atractivo... ¿Se estará burlando de mí?... qué pena...

El Mesero se disculpa... -Vuelve tu mirada, dejá de mirar a ese hombre o tu Doncito empezará a hacer drama... me comenta algo que le dijo el Mesero...

-¿Que??... disculpa querido… no... no escuché...

 -Linda, ¿pero que estabas haciendo que no escuchaste??...

-Eh... eh... nada... nada... viendo a los chiquillos de aquella mesa... de seguro han bebido mucho y ya están “muy locos”...

-¿Cuáles?... ahh si... mirá y son muy jóvenes, ya no deberían venderles más licor.

El “extraño” hombre que yo observaba se puso de pie, caminaba hacia el baño, con el “rabo” de mi ojo pude observarlo ahora de pie... vestía jeans y camisa blanca con rayas azules... se ve muy bien... su forma de caminar no deja duda... el tipo es muy seguro de sí mismo... y creo que sabe que lo observo... aunque en apariencia observo a mi Doncito, él parece saber que en realidad mi atención está puesta en su caminar... ¡me gusta ese hombre!... auuuchhhhh... que rabia... ¡me gusta tanto ese hombre!

Sigo la charla con mi Doncito... de reojo lo veo a él regresar a su mesa...

Pedimos otras bebidas... ahora si me siento un poquito mareada... solo un poquito... me he relajado y he evitado a toda costa mirar de nuevo a aquel hombre... ¿me habrá mirado él a mí?... noooooooooo... obvio que no.

-Linda, voy a fumar... ya regreso...

-Ok...

En ese momento el “Hombre Misterioso” se vuelve a levantar para ir al baño... aprovecho que estoy sola en ese momento para mirarlo de lleno. Él me miró... ¿me miró?... si... si... me miró... y yo le sonreí como imbécil... uyyy soy una imbécil... él solo hizo un movimiento pequeño con la cabeza, como asintiendo... ayyy tengo que hacer algo... un bolígrafo... si... tengo uno en el bolso... una servilleta... me levanto... ¿me volví loca?... ¿cómo se te ocurre semejante cosa?... es el licor... ¿no estarás pensando?... si... si... me voy casi corriendo al baño... a lo lejos veo la sombra del Doncito fumando en el parqueo... corre... corre... me quedo de pie y me recuesto en la pared... justo la pared que divide los baños de hombres y mujeres... parezco adolescente... ¿que estoy haciendo?... baaaahhh al diablo... que me importa... lo haré…

Él salió del baño y justo cuando pasa a mi lado, extiendo mi mano y le entrego la servilleta apuñada... mi mano tiembla... me volví loca... ¿cómo puedo estar haciendo esto?... este tipo debe estar muerto de la risa de ver mi torpeza, pero sus ojos no parecen decir que se está burlando de mi... huyo... corro a mi mesa... con el tiempo justo de sentarme y lograr algo de compostura... viene el Doncito... nunca hice algo como esto en diez años de relación... evito mirarlo... solo trato de recobrar la normalidad.

Ya es algo tarde... bebimos algo más...alguien llama al Doncito...

-Linda es mi hijo... dame un momento.

-Ok...

No soy capaz de mirar a la mesa de él... tomo mi celular fingiendo leer algo... llega un mensaje... remitente no registrado...

-Te espero en 5 min. atrás...

Levanto mi mirada hacia él... si... él me mandó ese mensaje... era su mensaje... ¿qué hago?... ¿qué hago?... el Doncito termina su llamada...

-Querido, me siento un poco mal del estómago... voy al baño... pero no te vayas a asustar, voy a tardar un poco, me duele el estómago.

-¿Linda que pasa?... ¿algo de lo que comimos te sentó  mal??...

-Creo que sí... por favor vas a tener paciencia, creo que tardaré un poco, ¿si?...

-Si Linda, ve amor.

Él se levantó de su mesa y caminó hacia "atrás"...

Me levanté como si un resorte lo hiciera por mí... iba aterrada... mis piernas parecían fallar... estaba congelada, pero a la vez sentía esa mezcla de adrenalina y excitación al máximo... casi corrí... entre las sombras de los arbustos estaba él... me detuve un microsegundo... ¿estaba soñando?... ¿y si me iba a decir algo feo, algo grosero?...

Sigo el camino y llego a su lado... huele bien... muy bien... él no dice una palabra, me hala de la mano y me acerca, coloca la mano en mi cintura y me atrae con fuerza, lleva su otra mano a mi cabeza y me hala fuertemente del cabello y toma mi boca con la suya... con una fuerza arrolladora... me come literalmente la boca con la suya... ¡Dios!... casi no puedo respirar... estoy enajenada con aquel beso... automáticamente me vuelvo loca de la excitación... electricidad pasa por todo mi cuerpo... su boca sabe a licor, a cigarro... eso me mata, me excita aún más... me pego a su cuerpo... ahhhhhhhhhh siento su sexo... duro... su pantalón parece a punto de explotar... llevo mi mano hacia ese punto justo... mmmmmmmmm... ¿hace cuanto no siento una erección así de firme?... es una roca esa verga... que delicia... torpemente bajo su cremallera... lo toco... si... si... ese beso se hace cada vez más intenso, más profundo... ¡creo que voy a morrrrrrrrrrriiiiiiiiiiirrrrrrrrrrrrr!....

Quita su mano de mi cintura y la lleva debajo de la falda de mi vestido... yo he logrado sacar su pene del pantalón y lo acaricio con toda la fiereza que mi excitación logra... con mi otra mano recorro su espalda... recorro sus nalgas... él busca el camino hasta mi sexo y me toca... ya no pude más... gemí... gemí fuerte... aunque quise ahogarlo no pude... sus dedos están en mi sexo... estoy húmeda a muerte... caliente como una perra en celo... él baja un poco su cabeza y chupa ahora mi cuello...

La mano que tenía en mi cabello ahora aprieta mis pechos... va de uno al otro apretándolos, como queriendo imprimir son su mano la forma de mis pechos... mis pezones son pequeños, pero están erectos a reventar...  para, para... la adrenalina y la excitación me tienen a punto de caer al suelo... su respiración está súper acelerada también... al límite... ambos respiramos con fuerza... como intentando seguir con vida entre tanta excitación... metió sus dedos en mi vagina!!!!!... hummmmmmmmmmm.... mmmmmmmmmmmm... los mueve dentro de mí... me voy a correr... aprieto con toda mi fuerza su verga... moviendo mi mano para masturbarla...  la quiero chupar... me la quiero comer...  su verga está súper húmeda... muy lubricada... me voy a correr... Esto va más allá de lo que mi cuerpo y mis nervios pueden soportar... él gime también... su gemido era mezcla de placer y de pérdida de control... en ese momento él vuelve a besarme con esa fuerza bestial... saca su mano que estaba en mi sexo y la lleva a nuestras bocas... yo instintivamente subo la que tenía en su verga y la coloco entre nuestras bocas también... él vuelve a tomar con la otra mano mi cabello... yo con mi brazo libre le atraigo con fuerza hacia mí... quiero su sexo muy pegado al mío... mis dedos están totalmente húmedos... los suyos empapados también... ambos seguimos besándonos y a la vez chupando nuestros dedos... en medio de las bocas... en ese momento él se detiene... se separa, si no se detiene él, yo no habría sido capaz de detenerme nunca... nunca... escucho como cierra su cremallera y me mira... yo no he sido capaz de moverme ni un centímetro... tiemblo... tiemblo... mi boca parece haber crecido cuatro veces su tamaño... él me mira... se acerca y me da un beso fugaz en la boca... tan rápido como tierno... y con su mano extendida me indica el camino... aun no dice una sola palabra... Dios... ¡me tengo que ir!... el Doncito... ¿cuánto tiempo ha pasado?... ohhhhhhhhhhhhhhhhh por Dios... no puedo caminar...

¿Qué digo?... él no ha dicho nada... ¿debo decir algo?... que torpe soy... debo correr yaaaaaa.... no debo decir nada... solo debo irme... una voz totalmente desconocida salió de mi garganta... ronca, tan bajito que por un momento creí no haberlo dicho...

-Llámame...

No era una solicitud, era una orden... era como el SOS de quien muere de no recibir lo ordenado... entonces por primera vez él dijo algo...

-Lo haré... que pases bonita noche...

Aún no sé cómo logré moverme... como logré pasar al lado de ese hombre sin pedirle que me llevara con él a cualquier sitio, que me alejara de aquel Doncito de sexo añejo y amor vencido...

Logré caminar... entré como alma que lleva el diablo al baño de mujeres... me miré en el espejo, esa cara no era mi cara... estaba roja, mi boca estaba hinchada... mi corazón palpitaba a mil... mi sexo estaba húmedo... totalmente mojado...

¿De donde salió ese hombre?... ¿Quién es???... por Dios, habría dado mi vida porque me llevase con él... al sitio que fuera... una noche... una noche con él me habría bastado... llámame... llámame...  

-¿Linda?... ¿linda?, ¿estás bien???.... linda ya pasó mucho tiempo... háblame o voy a entrar...

Era el doncito con voz bastante alarmada.

-Estoy bien, solo dame un poco más de tiempo... ya voy... anda a la mesa... ya llego...

Intenté volver a la normalidad... ¿podría alguna vez después de esto volver a la normalidad?...

Al salir, la mesa de él estaba vacía... y yo me sentí igual... llámame, llámame... mi hombre de hielo... llámame...