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Dime que si Estrella...

en Hetero: Infidelidad

DIME QUE SI ESTRELLA…

No lo podía creer cada uno de los semáforos en su camino lo encontraba en rojo, aquel tránsito estaba imposible, ¿de dónde salían tantos carros?

- ¡Oh Dios! Llegaré muy tarde…

Aquellas “pitoretas” de los autos la estaban volviendo loca, era un caos el tránsito, era hora de salida de los colegios y todos los padres iban por sus hijos, la mayoría de ellos a tiempo, no como ella que llevaba intentando llegar al colegio de su hijo por casi una hora.

- ¡No debiste tardar tanto en el supermercado Estrella!

Se regañaba a sí misma, sin embargo, había creído que podría llegar a tiempo. Un pequeño hilo de sudor bajó de su cuello por en medio de sus senos, lo que le hizo recordar que aún no llevaba su carro para que le repararan el aire acondicionado, lo que de seguro le causaría un problema con su esposo si se le ocurría siquiera mencionarlo, ya tenía tres semanas de haberle dicho que lo llevara al taller, ahora solo esperaba que Jairo no mencionara nada al respecto, ese niño a veces podía ser realmente “chismoso”.

Se reclinó un poco hacia atrás y se acomodó un poco su blusa, esa blusita era fresca y a ella le encantaba sin embargo le marcaba mucho sus senos, si, sus enormes senos que no pasaban inadvertidos y que hoy se mantenían apretados en su blusita blanca, resaltando aún más, no era que a ella no le gustaran, pero a veces desearía que las miradas no se detuvieran tanto en esa parte de su cuerpo, a veces incluso sentía que muchos hombres que conocía no podían decir el color de sus ojos, pero ¡vaya que podrían decir el tamaño de sus pechos!. Su esposo los adoraba y ella potenciaba el disfrute de él con “sus niñas”.

- ¡Tetas deliciosas mi amor!

Una sonrisa se dibujó en su rostro y eso bajó un poco el nivel de estrés.

Dos cuadras más, vuelta a la derecha y al fin llegó frente al colegio de su hijo, era muy probable que tuviera que escuchar “la carreta” de discurso de la maestra de su hijo sobre la puntualidad y demás, ella tenía razón, pero no dejaba de ser molesto escuchar sus regaños.

Parqueó lo más rápido que pudo y subió corriendo las gradas, divisando casi de inmediato a su hijo sentado en una banca sonriendo animado con otro niño y una mujer que no conocía.

-Jairo, hijo, ya estoy aquí

Su hijo se acercó, su cara que recientemente sonreía animada, cambió de inmediato por una cara de enojo absoluto.

-Mamá, otra vez tarde, la maestra hará una nota para ti y mi papá

Pasó de largo sin dejarla ni siquiera decir una palabra.

-Lo siento, ya sabe cómo son los chicos de su edad.

Era la mujer que estaba con su hijo y el otro niño, quien habló y extendiendo la mano dijo:

-Lorna, mucho gusto, ¿Estrella verdad?

Ayy Dios que pena y que confusión.

-Ehhh si… perdón, no entiendo.

-No, no se disculpe, más bien le explico que la maestra debía irse de inmediato y yo me ofrecí a quedarme cuidando a su hijo que es amigo de mi hijo, yo estoy apoyando un poco a la escuela, soy maestra de matemáticas y espero un nombramiento para dar clases, de momento ayudo con algunos chicos que tienen problemas con las matemáticas aquí en la escuela de mi hijo. Pierda cuidado que cuento con la confianza de la institución y por eso la maestra ha aceptado que cuidara de su hijo hasta que usted llegara.

-Oh perdón es que había demasiadas presas con el tránsito y no medí el tiempo en el supermercado y el aire acondicionado de mi carro se descompuso hace unas semanas y… oh Dios la maestra debió ponerse furiosa, ya me ha pasado antes y mi hijo igual está furioso y yo estoy hecha un caos…

Sus palabras salieron como un torrente totalmente nerviosa ante la situación y aquella mujer.

Lorna la observó detenidamente y en dos segundos parecía haber escaneado su rostro, pero fue cuando siguió con la mirada el hilo de sudor que bajaba de su cuello a sus senos, cuando Estrella sintió una sensación diferente y extraña, los ojos de Lorna se posaron en sus pechos y ella no recordaba haber visto en los ojos de ninguna mujer antes aquel brillo mientras miraba sus enormes “niñas”. No, no, ya… ya basta con eso… no hay nada extraño, estaba paranoica.

-No te preocupes ya lograras arreglar la situación con la maestra, pero creo que de momento no deberías volver a llegar tarde por Jairo.

-Oh si, tendré que tomar medidas extremas para que no me vuelva a pasar. Lorna de verdad le agradezco de corazón que me haya ayudado a cuidar de mi hijo hasta que yo llegara.

-Fue un placer y por favor háblame de tu, creo que tenemos la misma edad y bueno ambas somos madres de un par de pequeñuelos que se llevan muy bien.

Ambas se despidieron y mientras Estrella caminaba a su auto le volvió esa sensación extraña de ser observada por aquella mujer de una forma muy particular, casi podía sentir la mirada de Lorna sobre su cuerpo mientras caminaba de espalda a ella.

Aquel día continuó bastante similar de caótico, pelea con Jairo por haber llegado nuevamente tarde a recogerlo, su perro había destruido otra vez un par de plantas en el jardín, la cena había quedado bastante mal a pesar de su esfuerzo porque el pollo no se re cocinara y por último su esposo había llamado para decirle que llegaría tarde y ella realmente quería dormir temprano, pero cuando su esposo llegaba tarde, igualmente hacía su reseña del día y ella debía escucharlo a pesar de que le importaban poco sus mil historias laborales y quisiera dormir.

Jairo en su enojo se había retirado más temprano de lo usual a su cuarto y aunque ella no le dejaba usar sus juegos electrónicos tarde, esa noche debería hacerse la tonta, porque finalmente no se sentía moralmente bien para una nueva pelea con él, ya más tarde iría a apagar todo lo que él dejaba encendido cuando se dormía.

Estaba sumergida en la tina de baño, con mucha espuma aromática, aquel momento al menos era totalmente suyo y estaba dispuesta a disfrutarlo al máximo.

A veces extrañaba tanto su vida de soltera, cuando era una incipiente decoradora de interiores, profesión que dejó por su maternidad, pero que pensaba retomar y no lo había hecho en años por dedicarse por entero a su hijo, su esposo y la atención del hogar en general.

Cerró sus ojos y sus manos en forma inconsciente empezaron a recorrer su cuerpo sumergido en el agua y resbaloso por el jabón, pasó sus manos por el cuello e hizo masajes suaves, luego bajó sus manos a sus enormes tetas que ya no tenían la firmeza de antes de amamantar a su hijo, pero que seguían siendo sugerentes, siguió por su abdomen y abriendo un poco sus piernas llevó su mano a su sexo, con su dedo medio empezó a estimular suavemente su clítoris, después introdujo el dedo dentro de su vagina suavemente una y otra vez, regresando nuevamente a su clítoris, estaba muy excitada, necesitaba liberar esa tensión del día brindándose a sí misma placer, lamentablemente su esposo y ella últimamente no tenían ni cantidad ni calidad de sexo, el trabajo y los compromisos de su esposo se habían convertido en sus mayores enemigos sexuales. Ella había encontrado en la masturbación una oportunidad de satisfacerse sexualmente.

Con su mano derecha seguía en su sexo, estimulando ahora con más fuerza su clítoris y con su otra mano apretaba sus tetas, iba de una a la otra apretando con sus dedos sus pezones totalmente duros.

Jadeaba totalmente excitada y aceleraba sus dedos en su clítoris.

-Ahhh… ahhh… si… si… ahhhh

Era un escape, su escape y desde hace mucho su mayor fuente de satisfacción sexual.

Exhausta se quedó un poco más en la tina, fue a arropar a su hijo y ya en la cama a punto de dormirse escuchó el carro de su esposo entrando a la cochera, era caso perdido hacerse la dormida, él la despertaría para contarle su día, pero esta vez intentaría engañarlo, después de un rato ya lo sintió en la habitación, se acercó a darle un beso y el olor a licor le llegó de inmediato.

- ¿Has bebido?

-Un poco…

De pronto sintió como él se apoderaba en forma casi violenta de su boca y el sabor a licor fue muy fuerte.

-Espera cariño no me gusta que me tomes así

- ¿Y por qué no, eres mi mujer y quiero hacerte mía

En ese momento él inició una invasión muy fuerte de su cuerpo, estaba muy excitado, como hacía mucho tiempo no lo sentía, en un momento su esposo la había despojado de su pequeña bata de dormir y la penetraba con total fiereza sin haberle dado tiempo siquiera de lubricarse.

-Me lastimas

-Me encanta hacértelo así, fuerte, rudo, eres mi puta

¿Su puta?, aquello no le gustaba nada, él nunca se había comportado así, la estaba sometiendo casi por la fuerza.

Probablemente por su estado etílico no tardó tanto en terminar, pero ella se sentía ofendida e indignada, él solo se rodó a su lado de la cama y se durmió.

Ella no pudo dormir bien esa noche y los próximos días trató con toda frialdad a su esposo que finalmente le pidió perdón argumentando que el licor le había hecho perder el control.

Después de días de no hacerle el amor lo hacía de aquella forma soez en donde ni siquiera le importó que ella no estaba en absoluto preparada ni dispuesta, era un asco.

-Estrella necesitamos renovar nuestra relación, hacer cosas nuevas, te he pedido tanto que hagamos un trio… algo diferente, algo nuevo.

- Y yo te he dicho mil veces que no me meteré en la cama con una puta de esas que te gustan

-Elígela tu

- ¿Te has vuelto loco?, ¿de dónde crees que buscaré a una mujer para un trio?

-Una amiga

- ¿Una amiga? Estás demente, ¿Qué clase de amigas crees que tengo?

Esa noche hicieron el amor y a pesar de la noche “del licor”, ella debía aceptar que en lo sucesivo hubo un poco más de frecuencia en sus relaciones sexuales y éstas fueron un poco más satisfactorias, casi como en los buenos tiempos. Sin embargo en ella parecía haberse instalado un rechazo a su esposo, un desgano por estar con él, una continua desconfianza y sequedad.

Un par de semanas después en la escuela de su hijo, Estrella se encontró de nuevo con Lorna, a quien muy a su pesar recordaba muy bien, en el fondo no estaba muy segura si le caía bien, lo que si estaba segura era que le intrigaba un poco.

-Hola Estrella, que gusto verte.

-Hola, igualmente es un gusto verte.

-Quería verte hace días porque quería ofrecerte mi ayuda

- ¿Tu ayuda?

- ¿Sí, recuerdas que soy maestra de matemáticas?

- Sí claro, me contaste cuando te conocí

-Bueno, pues sé que Jairo tiene algunas dificultades con las matemáticas y yo te ofrezco en forma desinteresada ayudarle después de las clases, tal vez un par de días a la semana, donde gustes, en tu casa o en la mía

A Estrella la tomó por sorpresa el ofrecimiento, sin embargo, su hijo realmente si necesitaba ayuda y por boca de otras madres del grupo de su hijo sabía que Lorna era realmente una excelente maestra, que había ayudado muchísimo a los chicos. Sin estar totalmente segura, pero temiendo ser descortés contestó.

-Sería genial, indíqueme cuánto cobra usted por favor

-Estrella recuerda tutearme y lo haría con todo gusto, no por ganarme algún dinero, sino como una forma de ayudarlo, igualmente les daría las clases a él y a mi hijo juntos si no es un problema para ti.

-En absoluto, todo lo contrario, creo que les hará muy bien estudiar juntos, ellos se llevan muy bien y si quiere las clases pueden ser en mi casa, no sé si a su esposo le moleste y mi esposo pasa todo el día en el trabajo, mi casa está lejos de vecinos y es muy apropiada por el silencio para las clases.

-Perfecto, ¿te parece empezar en un par de días por la tarde?

-Claro, muchas gracias

-Con todo gusto

Lorna inesperadamente se acercó, la abrazó y le besó en la mejilla, sus pechos rozaron los suyos y por un microsegundo le pareció que aquel gesto no era del todo inocente. ¿Qué te pasa Estrella?, ya basta con esto, esa mujer está siendo sumamente amable.

-Por cierto Estrella, no tengo esposo, nos vemos entonces.

-Nos vemos, gracias nuevamente.

Estrella no entendía porque desde que acordaron la visita se sentía un tanto ansiosa, su esposo estuvo más que de acuerdo de las clases para Jairo.

La tarde de las clases transcurrió bastante fluida, realmente Lorna era una buena maestra, luego habían tomado café y habían charlado amenamente, los temas fueron bastante triviales, sin embargo, Estrella sentía que Lorna parecía muy interesada en conocer más de ella y además hacía muchas preguntas acerca de su relación marital, ella intentaba ser muy efusiva, pero casi estaba segura que Lorna leía entre líneas que ella no estaba tan feliz con su esposo. Estrella sospechaba que ese repentino despertar de su esposo a tener más relaciones sexuales era producto de alguna especie de cargo de conciencia, porque realmente parecía hacerlo en forma casi ritual y ella sentía que era más por disimular que porque realmente lo deseara. Sin embargo y contrario a las otras ocasiones en que él tuvo alguna aventura, ésta vez a ella no le parecía el fin del mundo, habían entrado en una monotonía tal que ella sencillamente disfrutaba lo que podía y por su lado seguía auto complaciéndose.

Ya llevaban tres semanas de clases y Jairo mejoraba montones, ya pronto sería el examen y Estrella estaba segura que con las clases de Lorna era un hecho que su hijo ganaría una excelente nota.

-Estrella ¿qué te parece si dejamos que hoy los chicos se diviertan un poco y disfruten esos juegos electrónicos juntos? Se lo han ganado, han estudiado mucho.

A Estrella le pareció un justo premio y los chicos locos de la felicidad subieron a la habitación de Jairo a jugar, ambas se quedaron solas.

-Bueno, ¿no sé qué quieras hacer mientras tanto?

-Espero no lo tomes a mal, pero me encantaría conocer tu casa, me parece hermosa

-Claro, que pena, solo conoces la planta baja, vamos te mostraré, toda mi casa la he decorado yo misma, ya sabes que soy decoradora de interiores de profesión.

-Sí, justamente por eso quiero conocer toda tu casa, estoy segura que tienes un gusto excelente y puede que incluso requiera de tus servicios.

La sonrisa de Lorna era realmente preciosa.

-Claro, sería un placer, adoro decorar

Subieron a la segunda planta y empezaron a recorrer los aposentos, entraron a la habitación de su hijo que era un caos de ruido por el juego, siguieron a la pequeña sala de televisión, un baño y por último fueron a su habitación.

-Lorna quiero mostrarte el balcón y mi orgullo que son las plantas que tengo ahí, están hermosas

-Claro, me encantaría

Pasaron por la habitación y Lorna detallaba cada espacio de la misma, cada elemento decorativo, deteniéndose en la enorme cama. Estrella se sintió algo incómoda cuando Lorna después de observar detenidamente la cama la miró directamente a su rostro y nuevamente vio aquel brillo extraño en su mirada que notara aquella primera vez. Estrella se sintió algo incómoda y siguió hacia el balcón y empezó a contar la historia de cada una de sus plantas, donde las compró, como las cuidaba y demás.

- ¿Bajamos?

-Dime algo…

- ¿Si?

- ¿Eres feliz en esa cama?

-Ahhh, ehhhh… no sé a qué te refieres, obviamente es mi cama, la adoro, ya me he acostumbrado a ella

Lorna sonrió

-Déjame que te has ensuciado de tierra acá

Lorna se acercó y con sus dedos muy suavemente limpió la mejilla de Estrella

El gesto que se antojaba inocente y trivial parecía haberle quemado la piel y de inmediato se petrificó, nunca había tenido el rostro de Lorna tan cerca del suyo. Sus labios eran pequeños, pero tan carnosos como había visto pocos, sus ojos algo rasgados, tan oscuros y a la vez tan luminosos le parecían enigmáticos. Lorna no hizo ningún intento por alejarse y Estrella no se podía mover, así que quedaron tan cerca que podían escuchar la respiración la una a la otra.

La primera en romper el silencio fue Lorna.

-Eres tan bella Estrella, tan sensual

Estrella se iba a desmayar, Lorna acarició con su mano su rostro, deteniéndose a delinear con sus dedos su temblorosa boca, después con su dedo índice bajó siguiendo la misma línea de la gota de sudor del día que se conocieron hasta su pecho.

Todas sus alarmas se encendieron.

-Para Lorna, yo no soy así, ¿Qué te pasa?, ¡basta ya!, ¡detente!

Aunque intentó que su tono de voz fuera lo más fuerte y enfático posible, solamente salió una voz débil en tono de súplica.

-Tu cuerpo no dice que me detenga

-Eres lesbiana, esto es horrible, ¡yo no lo soy!

-No me encasilles en esa palabra, yo soy una mujer que es capaz de hacer sentir a otra mujer, una mujer que disfruta de su sexualidad sin importar lo que la sociedad considere correcto, yo soy una mujer que puede amar con todas las fuerzas de su ser a otra mujer, yo soy una mujer que puede hacerte sentir en esa cama lo que nunca antes has sentido en tu vida.

Estrella no podía respirar, podría morir en cualquier momento.

Lorna la apretó contra sí y llevó su boca a la suya. Estrella jamás había besado a otra mujer y en ese momento pensó en empujarla, incluso golpearla, echarla de su casa y de su vida, no quería volver a saber de aquella sucia mujer que desde el principio la había visto como una posible conquista, ahora entendía que había aprovechado lo de las clases de su hijo para acercarse a ella, quería abofetearla y tirarla a la calle como merecía por faltarle al respeto, por el abuso que estaba cometiendo contra ella.

Sin embargo, aquellos labios carnosos se movían sobre sus labios con una suavidad exquisita a un ritmo que la había desarmado, era una delicia la forma como esa mujer movía sus labios sobre los suyos y de pronto la lengua de Lorna entró en la suya y ella deseó expulsarla de ahí y muy al contrario la recibió con su propia lengua. El beso se hizo más intenso, más fuerte y ambas se apretaron fuertemente entrelazadas con sus brazos, apretando sus pechos, era una sensación nueva e increíblemente excitante, las manos de Lorna tomaron sus enormes pechos y empezaron a acariciarlos con la habilidad de la mejor amante. Estrella no supo en que momento llevó sus propias manos a los pechos de Lorna y sintió esa sensación nueva de tocar los pechos de otra mujer y se volvió loca, eran mucho más pequeños que los suyos, pero eran firmes y deliciosos, los pezones de Lorna estaban totalmente erectos, sus bocas seguían besándose ahora en forma más fuerte y salvaje, ambas gemían y sus lenguas se entrelazaban en una danza absolutamente erótica.

En un momento más ambas estabas con sus senos desnudos y Lorna de inmediato empezó a chupar los pechos de Estrella con una urgencia total, Estrella echó su cabeza hacía atrás totalmente sumida en el deseo que provocaba aquella mujer en ella, en un momento más Lorna la tumbaba en la cama y empezaba a abrir el cierre de sus jeans. Fue en ese momento que Estrella volvió a la realidad y esa realidad la aplastó, se puso en pie de inmediato y llena de furia gritó.

- ¡Lárgate de mi casa! Llévate a tu hijo y no vuelvas nunca más, no me dirijas la palabra nunca más, ¡lesbiana asquerosa fuera de mi vida!

Lorna aún semidesnuda con sus pequeños y hermosos senos con esos pezones aun totalmente erectos por la excitación, mirándola directamente a los ojos le dijo:

-Puedes gritar y decir lo que quieras, tu boca puede mentir, pero tu cuerpo no.

Con toda la pasividad se colocó su sostén, su blusa sin dejar de mirar directamente a los ojos de Estrella, en un momento más escuchó como pasaba al cuarto de su hijo por su niño y en un rato más escuchó alejarse de su casa el carro de Lorna.

Fue entonces cuando rompió a llorar, sin entender porque su cuerpo se sentía totalmente vacío, porque había ocurrido aquello y porque había reaccionado de aquella manera a los besos y caricias de Lorna, nunca había sentido semejante oleada de excitación, nunca en su vida.

Las semanas siguientes fueron una tortura excepto por la excelente nota que su hijo había obtenido en matemáticas, la mejor que hubiese obtenido alguna vez, sin embargo el sólo hecho de estar en el mismo colegio donde estaba Lorna la hacía sentir totalmente descontrolada, había logrado evitarla, sin embargo algo dentro suyo deseaba con ansias verla y pedirle perdón por haberla echado de su casa, finalmente Lorna no la obligó a nada, ella había cedido ante la seducción absoluta de aquella enigmática y hermosa mujer.

Su esposo y ella habían peleado fuertemente, ella se había negado a seguirle el jueguito encarándolo y haciéndole saber que sospechaba que él tenía nuevamente una aventura, aunque obviamente él lo negó, ella notó que no hizo el mayor esfuerzo por ser convincente.

-Estrella si al menos aceptaras algo nuevo en nuestra relación… un trío con otra mujer…

Deseaba mandarlo al diablo con su famosa “petición”, empero, no tenía energía para aquello, en su cabeza solo existían aquellos recuerdos imborrables del momento vivido con Lorna.

Los días siguieron pasando en forma similar, ella y su esposo se habían distanciado más aún aunque vuelto a tener sexo en un par de ocasiones, su consabido sexo de siempre, carente de novedad y de aquel erotismo que ella tanto anhelaba.

Llegó el fin del año escolar y hubo un paseo al campo para la fiesta de fin de curso. Estrella había preferido no ir, pero era parte del comité organizador de padres de familia, ya se había enterado que Lorna había sido formalmente contratada y que el siguiente año ya daría clases como maestra parte del equipo docente y ya no en calidad de colaboradora. Le dio mucho gusto saber eso, ella lo merecía y era una excelente maestra, su hijo y el hijo de Lorna siguieron siendo grandes amigos y se visitaban mutuamente sin que hubiese ningún contacto entre sus madres, cada una recogía a su hijo en la casa de la otra sin siquiera bajarse del auto, los chicos nunca notaron nada diferente o extraño.

Los chicos ya habían comido y jugaban entre sí por todo lado, a lo lejos Estrella divisó a Lorna, estaba sola de pie observando a los chicos, algo por dentro más fuerte que sí misma la hizo acercarse.

-Quería felicitarte por tu nombramiento, me enteré que el próximo año serás una maestra contratada parte del equipo docente. Es totalmente merecido, eres una excelente maestra.

Lorna se volteó y Estrella pudo volver a ver cerca suyo aquel rostro adorable con esos carnosos labios que recordaba cada día sobre su boca.

-Gracias

El silencio que prosiguió la puso nerviosa, la tensión entre ambas se podía cortar con un cuchillo.

-Lo siento, no debí tratarte de la manera que lo hice

-No importa, yo aposté por ti y perdí, estaba dentro de las posibilidades que eso ocurriera, no hay nada que disculpar, por mi parte no ocurrió nada.

Lorna volvió nuevamente a darle la espalda y siguió observando a los chicos.

-Mi hijo irá de campamento y creo que el tuyo también, pensaba que quizá podríamos vernos y tomar un café

Oh por Dios, ¿porque había hecho eso?, debía alejarse de esa mujer y por el contrario la invitaba a tomar un café.

Lorna la miró nuevamente casi con desdén.

- ¿Donde?

- No sé, en algún café que te guste

-Solo aceptaría tomar un café en tu casa

Estrella la miró fijamente a los ojos.

- ¿Pero no crees que es mejor algún sitio donde hagan un buen café?

Lorna le volvió de nuevo la espalda seguido de un…

-No, gracias

-Por favor toma un café conmigo Lorna

- ¿En tu casa?

De nuevo aquel incómodo silencio.

-Dime que si Estrella

-Si

¡No lo podía creer! se había vuelto loca, pero era muy tarde para echar atrás, la sonrisa en el rostro de Lorna le hizo temblar todo el cuerpo. ¡Era tan hermosa!

En unos días más los chicos se fueron de campamento y Lorna y Estrella acordaron el día en que tomarían el café en casa de la segunda. Estrella se juró a si misma que le dejaría muy en claro a Lorna que ella era totalmente heterosexual y que la idea del café era estrictamente como una forma de agradecerle por su ayuda con Jairo y como forma de volver a entablar la amistad impersonal que tuvieron antes del incidente que las separara.

Lorna llegó puntual e impresionantemente bella, a pesar de lo delgada que era tenía unas piernas gruesas y hermosas y un culo que parecía haber sido esculpido por el mejor escultor. Era bella, muy bella, enigmáticamente bella. Estrella se había puesto casi inconscientemente su famosa blusa blanca que la hacía ver totalmente sexi, pero en un arrebato loco había decidido no ponerse sostén, estaba totalmente consciente que sus pezones estaban erectos desde el momento mismo en que le abrió la puerta a su amiga, una minúscula tanga y un short de mezclilla completaban todo lo que llevaba encima, ella no tenía el culo hermoso de Lorna, pero sus piernas eran largas y torneadas y su culo pasaba por excitante, aunque las reinas seguían siendo sus tetas monumentales, eran su mayor atributo físico.

Charlaron en forma trivial un rato, sobre la escuela, el campamento de los chicos y por último de ellas…

-Lorna, debo dejarte muy en claro que yo soy totalmente heterosexual, nunca siquiera toqué a una mujer y no siento atracción ninguna hacia las mujeres, adoro los hombres, me encantan los hombres.

Lorna sólo guardó silencio, mirándola fijamente a los ojos.

¡Esa mirada, esa boca, esa mujer!

Estrella se acercó a Lorna…

-Los recuerdos me atormentan y he pensado que este fantasma debo matarlo hoy mismo, necesito besarte de nuevo para estar segura que todo fue un error que yo no siento nada besándote ¿me lo permites?

-No

Estrella no esperaba esa respuesta negativa y cortante.

-Por favor, necesito mostrarte y mostrarme que no siento absolutamente nada besándote.

-No, aquí no, sólo dejaría que me beses en el sitio donde nos besamos por primera vez, ahí donde tu cuerpo ha sentido otras veces con un hombre, quiero que compruebes lo que sientes con una mujer

-No entiendes, yo solo quiero besarte para convencerme y convencerte de que soy totalmente heterosexual, no necesito estar en mi habitación ni tener cerca mi cama

-Sí, sé que te quieres y me quieres probar lo que dices, pero solo accederé si es en tu habitación

-Lorna eso no tiene sentido

-Dime que si Estrella…

En un par de minutos ambas subieron y entraron a la habitación, a esa misma habitación donde tuvieron ese primer contacto.

Estrella la miró un momento más y de inmediato supo que no necesitaba probar nada, que deseaba con locura a aquella mujer, que lo que sentía era real y no aguantaba ni un momento más, se acercó y tomó con sus labios aquellos labios carnosos que soñara todos y cada uno de los días desde que los besara por primera vez.

Lorna solo se dejó besar, pero no correspondió en absoluto.

-Lorna por favor, por favor…

-Dímelo, dímelo…

-Te deseo Lorna, te he deseado cada día desde que nos besamos por primera vez, no me hagas esto, sabes que me estoy volviendo loca

La sonrisa de Lorna fue la mejor respuesta que pudiese recibir

Lorna se acercó y como lo hiciera la primera vez empezó a besar a Estrella con aquella erótica suavidad que fue subiendo de intensidad hasta volverse totalmente intensa. Sus lenguas se entrelazaron con una urgencia absoluta, sus bocas se succionaban literalmente, las manos de Lorna fueron directo a los pechos enormes de Estrella apretándolos con aquel deseo que la sobrepasaba.

-Eres una malvada, sabes que adoro tus tetas gigantes y hoy me has abierto la puerta son esa blusa blanca que adoro, sin sostén y con esos pezones a punto de romper la tela. ¡Me vuelves loca Estrella!

La respuesta de Estrella fue despojarse de su blusa y dejar libres aquellas tetas que amenazaban con explotar de deseo. Casi de inmediato despojó a Lorna de su minúsculo vestido que le quedaba como un guante descubriendo con sorpresa que Lorna no llevaba nada debajo, no existía ninguna prenda de ropa interior debajo de su vestido, lo que la hizo casi gritar de deseo, ambas volvieron a besarse con fiereza para luego tumbarse en la cama totalmente desnudas, Lorna chupaba con absoluta urgencia las tetas de Estrella, mientras Estrella buscaba el sexo de Lorna para meter sus dedos, encontrando que esa mujer exquisita estaba ya totalmente húmeda al igual que lo estaba ella, en un momento más Lorna hábilmente se había deslizado entre sus piernas y estaba mamando su clítoris, ¡aquello era indescriptible!, los labios carnosos y deliciosos de Lorna chupaban en forma desesperada su concha palpitante que estaba a punto de explotar en un orgasmo monumental, nunca en toda su vida Estrella sintió una boca más hábil y que le propinara aquel nivel de placer.

-Eres deliciosa Estrella, me fascinas

-Tú lo eres más Lorna, una reina excitante. Déjame mamarte amor… déjame intentar darte placer, muero de deseo por ti

-Estrella sé que es tu primera experiencia con una mujer, iras poco a poco, no tienes que hacerlo hoy

- Lo deseo, te deseo, deseo probar tus jugos, quiero sentirte por completo

La respuesta de Lorna fue subir y fundirse nuevamente en un beso profundo y salvaje, Estrella sintió ese sabor salobre de su sexo en la boca de Lorna y eso la excitó y la motivó aún más, mientras ambos sexos se rozaban al ritmo de su deseo, Estrella se liberó de aquel beso abrumador y recostando a su mujer hermosa, ahora con una nueva habilidad se colocó entre sus piernas y observando el hermoso rostro de Lorna desencajado de excitación empezó a darle todo el placer que su boca podía, jamás había chupado una concha y aquel sabor se le antojaba una delicia salobre con aroma a mujer y no cualquier mujer, su primer mujer, la mujer que le había robado la paz, la mujer que se había metido en sus sueños, Estrella chupaba y chupaba, metía su lengua en aquella vagina caliente y mojada sintiendo como iban saliendo pequeños hilos de jugos de mujer.

En un momento más se encontraban cruzadas mamándose mutuamente sus palpitantes conchas, hasta que Lorna al borde del orgasmo la colocó de manera que ambas quedarán con las piernas entrecruzadas como “tijereta” rozándose fuertemente sus clítoris en un compás sexual excitante y fuerte.

Gemían como locas, los gemidos cada vez se hacían más fuertes y frenéticos casi gritos de placer absoluto.

La primera en correrse con un grito de placer y un orgasmo tan intenso que nunca había sentido en toda su vida fue Estrella, seguida en un momento más por Lorna que entre jadeos y gemidos gritaba su nombre… ahhh, ahhh,,, Estrella… Estrella mi amor… ahhhh… ahhhh…

Ambas temblaban, estaban exhaustas, fue difícil separar sus piernas, sus conchas palpitaban totalmente mojadas.

Se tumbaron en las almohadas una al lado de la otra y se fundieron en un abrazo seguido de un beso excitante, sereno, suave, el beso de dos amantes que acaban de satisfacerse absolutamente.

-Lorna… fue el mejor sexo de mi vida

-Y vendrá más y mejor mi amor

-Me vuelves loca…

-Y tú a mí, incluso antes de que me conocieras ya me tenías loca de deseo

- ¿Me habías visto antes?

-Muchas veces

-Eres una delicia Lorna… mi amor…

-Mmmmmm

-Mi esposo, mi hijo, mi deseo por ti… hay tanto…

-Vamos poco a poco Estrella, poco a poco…

-Creo que me enamoraré de ti Lorna

-Qué bueno Estrella porque yo ya lo estoy de ti

Volvieron a besarse con aquella fuerza inicial, Estrella estaba segura que volverían a hacer el amor en ese mismo momento y sabía que era ese sexo el que quería en su vida, por encima de todo y todos…