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La profesora de universidad 2

en Dominación

- ¿Vas a ser un buen alumno?- me pregunto con mirada lasciva cuando entré a su dormitorio. Yo asentí sin poder pensar en nada más que el placer que había obtenido hacia pocos minutos al entrar por primera vez en su coño sin condón. Me sujeté mejor la toalla enrollada en mí y me acerque a la cama.

- A partir de ahora seré tu profesora, me llamaras profesora y me obedecerás en todo lo que te diga, ¿has comprendido? me dijo acomodándose en la cama.

- Si claro.- conteste yo inmediatamente.

- Si ¿qué? me replicó ella con un tono más fuerte.

- Si profesora, obedeceré y seré el mejor alumno que tenga usted.- conteste rápido.

Me miró y sonrió. Me hizo sentarme y me acarició la cabeza mientras me decía que estaba segura que sería un buen alumno y mejor perrito. Yo la miré algo extrañado.  Aunque venia de un pueblo pequeño y mi educación había sido bastante religiosa, no significaba que no sabía nada de sexo. Había tenido algunas novias, y había visto suficiente porno para entender que aquella arrugada profesora lo que le gustaba era el tema de Dominación. A mí nunca me había llamado la atención pero la realidad era que aquel tono que usaba conmigo y poder ser usado por una mujer era algo que poco a poco me estaba excitando sobremanera.

- Estoy segura que serás muy bueno. Ahora quiero que el perrito lama los pies a la profesora.- me dijo mientras guiaba mi cabeza hacia sus pies. Yo empecé a lamer sus dedos del pie derecho. Me arrodille en el suelo para estar más cómodo y lamí uno por uno sus dedos y luego pasé a los del pie izquierdo. Los metía en la boca y pasaba mi lengua entre ellos. Mi polla estaba durísima y mi toalla cayó al suelo. Allí desnudo arrodillado ante la cama chupando y adorando los pies de mi profesora no sé exactamente el tiempo que estuve. Mientras lamía miraba de reojo su coño y como ella me miraba y sonreía al verme obedecer. Cuando había chupado varias veces los dos pies vi como su mano empezó a masturbarse. Se acariciaba su clítoris y se acomodó más en la cama. Sus dedos abrían sus labios vaginales y luego hacían círculos en su clítoris. Mi polla estaba a mil  de aquel momento tan morboso. Nunca hubiera imaginado vivir algo como aquello. Aurora me hizo una señal y me recosté en la cama entre sus piernas y empecé a lamer aquel coño que llevaba tiempo mirando de reojo. Mi lengua saboreaba aquellos flujos que seguían siendo fuertes, pero yo estaba encantado. Ella acariciaba mi pelo mientras yo lamía. Mi cara se empezó a mojar inevitablemente al empezar a lamer más rápido y más profundamente. Notaba como apretaba mi cabeza con sus manos hacia ella haciendo que mi cara se hundiese más en su mojado coño. Yo lamía. Yo tragaba. Apenas podía respirar cuando ella empezó a gemir más y mas y noté como se convulsionaba y apretaba las piernas atrapando mi cabeza entre jadeos y gemidos. Finalmente apartó mi cabeza diciéndome que había sido muy buen perrito y que sabía lamer, que ahora tendría un premio.

Me hizo tumbarme y se puso a masturbarme. Aquello era increíble. Mi polla dura apuntando al techo y mientras aquella mujer me sobaba  los huevos y hacia aparecer y desaparecer mi glande dándome un placer inmenso. Chupo la punta y dejó caer saliva por el tronco de mi polla para poder masturbarme mejor. Después acarició mis huevos. Yo no podía creer el placer que estaba dándome en ese momento. Note como me miró y me dijo:

- Sabes que no puedes correrte hasta que yo te lo diga. Si no, tendrás que acatar mi castigo.- Me dijo mientras me masturbaba de una forma lenta pero precisa.

- Si profesora, no lo hare.-dije yo bastante seguro de mi mismo.

- Eso lo veremos.-dijo y mientras que siguió masturbándome llevo un dedo empapado en saliva a mi ano y lo empezó a redondear. Fue inmediato el efecto y perdí control sobre mi polla que empezó a ponerse más dura aun. Hizo algo de presión y a la vez que aquel dedo entro en mi ano, mi polla exploto lanzando chorros de semen al aire que finalmente cayeron encima de mi pecho. Aquello había sido la mejor corrida de mi vida. No podía creer tanto placer.

- Te has corrido sin mi permiso perrito.- me dijo limpiándose la mano que algo de semen aun tenía en mi cara. -Ahora tendré que castigarte. Ve a lavarte que me tienes que hacer la cena.- me dijo levantándose para lavarse las manos en el baño. Cuando ella termino entre a lavarme y al salir me dijo que me pusiera un mandil como de criada que tenia y me dejaba el culo al aire. Era negro y blanco y lo único que me faltaba era la cofia. Me fui sin rechistar a la cocina y prepare lo que me dijo de cena. Al terminar de cenar me ordeno prepararle una copa  y al ofrecer la copa me dio que me pusiera a 4 patas en el suelo que quería ver una película y así hice. Al ponerme de rodillas ella puso sus pies reposado en mi espalda. Menos mal que no fue una película entera, simplemente fue un capítulo de la serie "mujeres desesperadas" y terminó la copa. Cuando la serie termino y mientras cambiaba los canales empezó a juguetear con sus pies en mi boca. Yo chupaba según los pasaba. No sabía realmente que pasaba pero estaba disfrutando. Después de chuparle los pies un rato se abrió de piernas y me indico que mi proceso de aprendizaje como alumno suyo seguía por volver a lamer su coño, cosa que hice encantado. No tardó mucho en correrse con mi boca chupando pero me di cuenta que aquello la excitaba tanto como a mi incluso quizás más.

Rápidamente me hizo sentarme en el sofá y me volvió a cabalgar allí. Se movía despacio buscando su placer, pero aquello hacia que mi polla dura de nuevo entrara y saliera de su coño despacio y mojándose mas y mas. Ella se movía rítmicamente, sin mirarme mientras su contoneo hacia que su clítoris se rozase contra mí  y eso la llevara a correrse de nuevo en poco tiempo. Yo estaba a mil y deseando volver a correrme, pero ella se puso de pie y me dijo que la siguiera. La seguí y fuimos a su habitación y con las palabras "ponte a 4 patas en el suelo perrito" yo obedecí y me coloque.

- Eres mi perrito pero no voy a dejarte sin correrte, así que ordeñaré.- dijo mientras me ponía una venda en los ojos.

- Gracias profesora.- fue lo único que acerté a decir mientras mi polla aun dura no bajaba dada la excitación del momento. Yo oí el ruido de un cajón abrirse y cerrarse poco más tarde. Notaba su presencia a mí alrededor. Me dio al menos un par de vueltas y luego noté como se agachaba detrás de mí. Yo estaba un poco avergonzado por la posición ante mi profesora pero mi excitación apenas me dejaba pensar. Su mano acarició una nalga y bajó hasta mi polla. Me empezó a masturbar. Luego me soltó y volvió a masturbarme. Esta vez noté su mano algo más fría y resbaladiza. Se había echado algún lubricante. La situación era muy morbosa y eso hacía que mi polla se endureciera y palpitara a punto de explotar. Ella lo notaba y la soltaba. Llevaba su mano a mi ano y lo masajeaba. Noté como hacia más presión y un dedo entró. Yo gemí.

- Vaya con el perrito, así que te gusta esto ¿eh?-me dijo con voz de pícara. Yo solo pude asentir mientras notaba como metía y sacaba su dedo despacio de mi ano. Luego lo sacó del todo y siguió masturbándome un rato más. Yo no veía nada pero notaba la maestría con la que me masturbaba. Por un instante dejó de masturbarme y escuche que me decía:

- Ahora sí que serás un auténtico perrito. Y diciendo esto noté una presión mayor en mi ano. Note como algo frío quería entrar dentro de mi ano, y seguidamente las manos de Aurora me agarraron por la cintura e hicieron fuerza para atraerme hacia ella. Note mi ano abrirse  y como algo duro y frío entraba con gran facilidad. Mi profesora me estaba follando y suponía que era con un arnés pero no podía verlo. Empezó a meter y sacar y note como su mano bajo hasta mi polla e inmediatamente empecé a notar como mi polla palpitaba. Ella se dio cuenta que me iba a correr y me quitó la venda de los ojos y pude ver como ella detrás de mi metía y sacaba un arnés rosa de dentro de mi ano. Al verme reflejado en el espejo de esa manera y con la estimulación que tenía, mi polla empezó a soltar chorros de semen directamente al suelo.

- Ja ja ja, parece que te gusta que te folle como a una perra.-dijo riéndose mientras me daba un par de cachetadas en las nalgas. Después sacó su arnés de mi ano y me dijo que limpiara todo aquello, que ella se iba a dormir. Que podía dormir en la alfombra pero que la despertase a las 9:00 am lamiendo su  coño. Yo asentí y le di las gracias a mi profesora. Limpié aquello y al tumbarme en la alfombra ella ya dormía. Pude ver como desnuda tumbada en la cama estaba mi profesora, la mujer que en apenas unas horas me había hecho disfrutar más que ninguna otra novia que había tenido. Pero el dilema era claro. Merecería la pena soportar humillaciones como dormir en la alfombra o que volviese a follar mi ano que aun lo notaba palpitar....todo eso lo pensaba mientras mis ojos se cerraban hasta el día siguiente.

 

Espero sus comentarios en mi correo tanto buenos como críticos para así poder rectificar en futuras publicaciones. Estas historias son  fruto de experiencias vividas, tanto física como mentalmente, ya que no hay nada más poderoso que la mente y la imaginación, pero aun así, los nombres que aparecen están cambiados para salvaguardar la intimidad de las personas que fueran reales en las historias.

Muchas gracias y espero que les gustase el relato y no defraudarles en los siguientes. Gracias.