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El Psicoanalista (Aurora)

en Sexo con maduros

-Buenos dias, tu eres Aurora ¿ verdad? Pasa y siéntate. A ver cuéntame.- dije al ver a aquella chica de apenas 19 años entrar a mi consulta. Ya cuando pidió cita por teléfono me pareció una voz muy sensual, pero al verla me sentí más atraído por aquella figura delgada y delicada que se estaba sentando en el sofa.

 

- Bueno le cuento  mi historia. Me quedé huérfana hace tres años. Se hizo cargo de mi una tía mía pero al cumplir los 18 me echó literalmente de casa con una mano delante y otra mano detrás. Me vine a Madrid a ver si encontraba trabajo. Sabía que no sería fácil ya que no tengo estudios y no se hacer nada. Después de estar casi dos meses aquí buscando trabajo y viviendo en un pequeño hostal me salio un trabajo. La dueña del hostal, Teresa se llamaba, era una mujer de unos 50 años muy amable y atenta conmigo, me puso en contacto con un amigo suyo que me dijo que lo estaba pasando mal porque ahora le había salido un trabajo y tenía que dejar a su padre solo en casa. Me dijo que ella algunas tardes se pasaba para hacerle algo de compañía al hombre y así no estaba solo toda la tarde.

 

- O sea -le dije yo -  que realmente viniste a Madrid sin nada y buscabas cualquier trabajo no?.

 

-Si, si.- me dijo algo apenada. Vine sin nada y buscaba cualquier trabajo, limpiadora, cuidadora, dependienta. Eché como unos 100 currículum pero no me salía nada.Cuando Teresa me dijo eso, fue como un respiro ya que apenas me quedaban ahorros para seguir viviendo en el hostal sin trabajo.

 

Aquella misma tarde me fui con ella a conocer al anciano. Se llamaba Alfonso y tenía 74 años. Se le veía muy joven para su edad ya que yo me esperaba a alguien con problemas de movilidad o algo así, pero no era el caso. El problema de Alfonso era que tenía alzheimer y algunos problemas de de cabeza pero nada serio por lo que me comentó Teresa. Hasta hacía un par de años lo cuidaba su mujer pero falleció. Entonces su hijo se hizo cargo de él y trabaja casi siempre desde casa, pero le ascendieron en el trabajo y ahora tenía que viajar más. Entre charla y charla pasamos allí con Alfonso media tarde. También estuvimos echando una partida de cartas, tomando café y charlando porque aunque tenía alzheimer nos estuvo contando cosas de su juventud.

 

Cuando casi nos íbamos llegó el hijo de Alfonso, que también se llamaba Alfonso. Teresa lo saludó y me presento y le contó mi problema, Alfonso hijo fue muy amable conmigo y me dijo que nos ayudaríamos mutuamente con los problemas de cada uno.

El sueldo no era gran cosa, pero también tengo que aclarar que al no conocer a nadie en Madrid, no salir y tener todas las necesidades cubiertas de luz, agua. y comida, ahorraba toda la paga.

 

- Aceptaste el trabajo no?- le dije para que la chica parase y respirar un poco ya que desde que empezó a contarme su historia apenas había parado casi ni a respirar.

 

- Si acepté, además Teresa me dijo que allí estaría muy bien y me iría a ver alguna tarde para ayudarme y hacerme compañía.- me dijo mientras me miraba diciéndome con la miraba que había mucho más detrás de aquello.

Al día siguiente -  me dijo continuando a hablar- Teresa me ayudó a llevar mis pocas cosas a la casa de Alfonso y a instalarme. No quedaba lejos del hostal, pero se empeñó en acompañarme para también ser de apoyo moral. la verdad que era un encanto de mujer, eso pensaba yo.- me dijo quedándose pensativa sin querer decirme porque.

 

- ¿ Pensabas tu? ¿ pasó algo malo con ella? -le pregunté al notar el tono en que me lo dijo.

 

- No. Bueno si. Bueno no sé, es difícil de explicar. luego verás lo que digo. - me dijo mirando al infinito.

 

- Esta bien Aurora, perdona. Continúa por favor.- le dije tomando mis pertinentes apuntes en mi libreta.

 

- Pues me instalé  y aunque me costó un par de días acostumbrarme  al sitio, la verdad que estaba muy a gusto. Tenía mi propia habitación, con televisión y cuarto de baño independiente. Me levantaba y hacía el desayuno a Alfonso, luego hacía un poco la casa y nos íbamos a pasear si hacía buen día al parque. Al volver le ponía la comida, se echaba un rato la siesta y luego se levantaba para el café de media tarde. A veces venía Teresa a pasar la tarde y echar una partida a las cartas con Alfonso padre y conmigo. Alfonso hijo había veces que no venía a casa a dormir porque viajaba, pero la mayoría de los días sí que venía, aunque casi siempre después de las nueve de la noche.

 

- ¿ Cómo te sentías al estar todo el día pendiente de una persona tan mayor ?¿ No librabas ningún día?.- le dije interrumpiendo su relato.

 

- Sentirme...me sentía bien. Por una vez en mi vida me sentí útil. Alfonso hijo me dijo que su padre parecía haber mejorado desde que estaba yo en la casa. Ya no tenía ataques y parecía estar lúcido la mayor parte del tiempo, además que estaba como más alegre y menos apagado al no estar solo en casa todo el día. Y en cuanto a los días libres, Alfonso hijo me dijo que me cogiera un día a la semana o si necesitaba alguno más, que lo que necesitara, pero la verdad que no me lo cogía nunca porque como no conocía a nadie ni tenía amigos aquí pues prefería quedarme en casa.

 

- Ya pero salir un rato y despejarse, comprar algo en algún centro comercial, ver gente, tomarte un café, ir al cine o al teatro, nose Aurora, salir un rato de casa.- le dije pensando que hasta lo que me había contado pensaba que tenía un problema de dependencia y autoestima por estar tan centrada en el trabajo y no querer salir ni siquiera a tomarse algo o dar un paseo sola al parque.

 

- Sí, quizás debería haberlo hecho, pero nose. No se me da bien estar sola, ni hacer cosas sola, y aquí en Madrid no conozco a nadie. El caso es que me que quedaba en casa haciendo como otro día normal.

 

- Ya veo.- conteste consecuente y apunte en mis notas lo que pensaba sobre ella y su forma de ser.

 

- Teresa venía muy a menudo. Cuando llevaba dos semanas o así en la casa, me contó que Alfredo hijo estaba muy contento conmigo y que le había dicho de la mejoría de su padre. Yo me sentí muy orgullosa en aquel momento mientras tomábamos café y Alfonso padre aún estaba echándose la siesta. En un momento de la conversación me comentó que quizás mejoraría más si pudiera hacer las cosas normales de un hombre. Yo me quedé extrañada y le pregunté a qué se refería y me dijo que le podría aliviar de vez en cuando. Yo me quedé sin habla. Ella me empezó a decir que esas cosas son normales en el cuidado de ancianos, aliviarlos masturbándolos o dejarse tocar por ellos alguna vez , incluso dormir con ellos y así no se sienten tan solos. Al ser yo joven y guapa me dijo que no tendría problemas en excitarlo y quien sabe si quedarme yo satisfecha.

 

- Aurora, ¿ tú creíste todo aquello?. Le dije atónito sin dar crédito a que una mujer hecha y derecha como decía Aurora que era Teresa le hubiera dicho aquello.

 

- Si, y hay más.- Me dijo apenada mirando de nuevo al infinito evitando cruzar la mirada conmigo.

 

- Después de decirme todo aquello me dijo que podía subir a despertarlo y así aprovechar que estaba en su cuarto y poder aliviar con una paja. Yo estaba muy bien en la casa y me fiaba mucho de Teresa porque me había ayudado mucho y entendía que no podía mentirme de aquella manera. Cuando se levantó y me tendió la mano yo se la cogí. Me levanté y fui al cuarto de Alfonso. Ella sonriéndome, me abrió la puerta del cuarto y me empujo ligeramente susurrándome al oído estas palabras: "ya sabes lo que tienes que hacer, tu solo sé muy amable con él" y cerró la puerta cuando entre al dormitorio.

 

- Y qué hiciste.- dije más curioso por el morbo que por mi profesionalidad.

 

- Me acerque a su cama y le susurre despacio para que se despertara.  Él se extrañó de verme en su cuarto, pero sin que yo pudiera reaccionar me agarró del culo y me acerco más aún a su cama. Yo nerviosa, tenía en mente las palabras de Teresa, tenía en mente mi trabajo, tenía en mente que estaba sola en el mundo, tenía en mente lo bien que se han portado conmigo y metí mi mano bajo las sábanas. Pude ver en penumbras una sonrisa en la expresión de Alfredo padre. Se la agarré y empecé a masturbar su polla que pronto empezó a ponerse dura. Cuando estaba a punto de correrse se destapó y la corrida le cayó en el estómago y pecho mientras él jadeaba como si tuviera convulsiones.

 

-No hace falta que me des todos los detalles Aurora.- le dije cortándole ya que estaba siendo demasiado gráfica.

 

-Perdón.- dijo agachando la cabeza y continuó relatando lo que le pasó en aquella casa.

Después que se corriera lo limpie y salí de la habitación. No me había dado cuenta pero Teresa estuvo todo el rato en la puerta mirando lo que yo hacía. Al salir me felicito abrazándome y me dijo que lo había hecho muy bien pero como consejo para la próxima vez y solo si yo quería se la podía chupar y así no manchar nada, además de que terminaría antes.

Yo solo pude asentir mientras me acompañó a la cocina para ayudarme a preparar la merienda de Alfonso padre y algo para nosotras también. Aquella tarde pasó como todas y Teresa terminó por irse algo más tarde de lo normal. Supongo que se quedó para hacerme compañía y no estuviera sola pensado en lo que había hecho con Alfonso padre.

 

-¿ En ningún momento, le interrumpí de nuevo - pensó que Teresa la estaba usando para algo en concreto?

-No claro que no.- dijo como ofendida- Teresa solo me ha ayudado desde que estoy en Madrid, se ha portado muy bien conmigo y lo que me ha dicho ha sido por mi bien. Si me ha pasado lo que me ha pasado yo sola me lo buscado.

 

-Te comprendo, perdóname, sólo quería saber tu punto de vista, necesito saberlo todo para poder evaluarlo con precisión.- le dije al ver que se puso un poco a la defensiva cuando le deje ver que Teresa podía no ser tan buena como ella pensaba.

 

-Cuando teresa se fue.- dijo continuando - Alfonso padre me dijo que me sentara a su lado y me empezó a hablar agradecido de lo que había hecho aquella tarde. Me dijo que llevaba mucho tiempo sin poder aliviarse y que aquello le había levantado el ánimo. Yo estaba sentada a su lado mientras note cómo pasó una mano a mi alrededor para abrazarme allí sentados los dos. Después y sin parar de halagarme sujetó mi mano y la llevó despacio a su entrepierna. Yo lo miré y algo confusa le empecé a sobar mientras el me seguía dando las gracias. Tras un rato se la saqué para no hacerle daño con el roce dentro del pantalón. El empezó a gemir más profundamente y noté su mano en mi cabeza y empezó a hacer algo de presión empujándola hacia su polla. Le pude escuchar un "por favor" y me dio tanta pena de aquel pobre hombre y más recordando lo que había hablado con Teresa que empecé a chupársela inclinada sobre él. Al poco sonó la puerta de la calle. Era Alfonso hijo. Intente dejar de chuparla pero la mano de Alfonso padre hacía presión en mi cabeza y pronto sentí como Alfonso hijo entraba al salón. No pude verlo pero me imagino que me vio chupándola aunque no dijo nada y se fue a su cuarto. Segundos después Alfonso padre se corrió en mi boca tras varios gemidos.

 

-Vaya, sin duda una situación algo particular. Después de aquello ¿ hablaste con Alfonso hijo sobre lo que vio ?- le pregunte anotando en mi libreta varias cosas.

 

- Quise hacerlo pero me me daba mucha vergüenza. Los siguiente días también le hice alguna felación a Alfonso padre.  Teresa tardó varios días en volver pero cuando volvió me preguntó que tal me iba todo y como amiga mía que es, le conté lo que había hecho. Ella lejos de escandalizarse me animó y me dijo que muy bien. Me dejo ver que podía hacer más cosas, y así Alfonso padre estaría más completo como hombre y que una chica como yo al cuidado de un hombre debía satisfacer a los hombres a su cargo y así Alfonso hijo estaría mucho más contento con mi trabajo y ella también.

 

- Y tu Aurora que pensaste de todo aquello. ¿ Estabas dispuesta a hacer más por ellos?- le pregunté anotando más o menos los detalles que me iba contando.

 

- Yo...creo que si. Teresa no me hubiera aconsejado sobre nada perjudicial para mi. Se que ella es mi amiga, lo que pasa es que no salió todo lo bien que pensé.

 

- ¿ Por qué lo dices?¿ pasó algo malo después de aquello?- pregunté con curiosidad tanto profesional como privada ya que aquella historia era algo muy morboso que me sacaba de la rutina de mi trabajo que suele ser bastante aburrido.

 

- Le sigo contando si le parece.- me dijo pensativa como si estuviera ordenando sus ideas.

 

- Por supuesto Aurora, perdona. Continua.

 

- Como decía me dijo eso Teresa. Yo le dije que no podía que no tenia condones pero ella me dijo que con la edad de Alfonso padre no podría pasar nada y así yo también disfrutaría más. Que después de todo lo que pasaba y lo que trabaja no me vendría mal disfrutar un poco de alguien tan experimentado como Alfonso padre. Yo la dije que no, que me daba algo de reparo y que con las pajas creo que sería suficiente.

 

Pasaron varios días y yo seguí haciendo las felaciones a Alfonso padre. Una noche de tormenta estábamos los tres en el salón viendo la tele y Alfonso Padre dijo que se iba a acostar. Lo acompañe a su dormitorio como todas las noches y volví al salón. Al llegar, Alfonso hijo me dijo que su padre se ponía muy nervioso con las tormentas y sería bueno que no estuviera solo aquella noche. Yo claro imagínese la cara que se me puso.- me dijo mientras se le veía en la expresión como revivía aquellos momentos. Alfonso hijo se levantó y agarrándome de mi mano hizo que me levanta tirando de mi. Me guió hasta el cuarto de su padre y abrió la puerta con exactamente estas palabras mientras me daba un cachete en el culo; "anda bonita, pasa la noche con él".

 

Alfonso hijo cerró la puerta tras de mí mientras que veía como Alfonso padre que estaba tumbado en la cama leyendo me miró y dejando el libro en la mesita de noche, retiró la sábana y la manta haciéndome hueco para que me metiera. Yo caminé hacia él nerviosa y le escuchó decir "así pasarás calor preciosa, porque no te desnudas". Yo estaba tan nerviosa que ni asentí ni dije nada, simplemente me quite el pantalón y la camiseta. Nunca llevo sujetador para ir por casa así que mis pechos quedaron al aire. Noté su mirada en ellos y me senté en la cama vestida solo con unas braguitas blancas. Alfonso padre me tapó con las sábanas y seguidamente me empezó a acariciar los pechos mientras me decía lo agradecido que estaba de que yo lo acompañara en aquella noche de tormenta.

 

-¿ Que se le pasaba por la cabeza en aquel momento, Aurora?- le pregunté algo cachondo debo admitir.

 

-Mil cosas.- me contestó muy calmada. Se me pasó por la cabeza que debía ser amable ya que aquella era la única familia que tenía en ese momento. Se me pasaron las palabras de Teresa que no podía pasar nada ya que era muy viejo. También lo que me dijo que me merecía disfrutar un poco y también se me pasó por la cabeza que aquel pobre anciano se esperaba aquello de mi y no podía defraudarlo ni a él, ni a su hijo, ni a Teresa.

 

- Ya veo, confiaba en ellos y los apreciaba ¿no?.- le dije .

- Si. dijo suspirando.Aurora respiro unos segundos y tras poner en orden sus ideas volvió a seguir contándome. - Me empezó a sobar mis pechos en cuanto me tumbé a su lado. Se giró hacia mí y pude notar como estaba desnudo. Noté sus labios por mi cuello mientras me susurraba cosas al oído. Sus manos tocaron mis pechos y bajaron hasta acariciarme la braguita. Después me metió su mano dentro de mi braguita y empezó a tocarme.

 

-¿ Qué sentías en ese momento?- pregunte ya algo caliente.

 

- Tranquilidad. Era raro. Me gustaba. Sentía como una sensación de tranquilidad y como que sabía que tenía que hacer aquello, que tenía que dejarme. Aquellas manos tocándome....era como un placer oculto. Note que me mojé enseguida. Estaba deseosa que pasaran más cosas. Sentirlo dentro. Después de un rato tocándome se colocó encima de mi. Noté su polla rozar mis mojados labios y como buscaba la entrada de mi coño.

 

- Vale, vale Aurora. No.....no hace falta que entres en detalles.- dije cortándole de nuevo mientras me tapaba mi polla dura con la carpeta donde iba apuntando todo. ¿ Estabas tranquila que un anciano te follara sin condón?.

 

- Si porque como Teresa me había dicho que no podía pasar nada, pues estaba muy tranquila, ademas fue algo super dulce nose explicarlo. por un lado lo deseaba, pero por otro era un anciano, supongo que no era natural, pero nose.

 

- Tu sabes que eso no es así ¿ no?. Un hombre fértil, es fértil desde su pubertad hasta el fin de sus días. - le dije para sacarla del error al que Teresa le había inducido.

 

- Si-dijo con voz lastimera.- ahora lo se, pero entonces Teresa me había dicho aquello y yo la creí. Supongo que Teresa no sabía que estaba equivocada.

 

- Bueno continua por favor. Cuéntame qué pasó después de esa noche y si cambió en algo la relación con alguno de los dos "Alfonsos".

 

- Pues a la mañana siguiente me desperté en la cama de Alfonso padre y algo avergonzada me fui a lavarme y vestirme para hacer el desayuno. Alfonso hijo ya se había ido a trabajar, así que me puse a hacer las tareas diarias. Cuando se levantó Alfonso padre fue como si nada hubiera ocurrido. No me habló del tema ni hizo nada que no fuera normal...hasta después de comer. Me dijo que si me apetecía echar un rato la siesta con él. La verdad que la petición fue casi obligación porque según lo dijo me agarro del brazo y tiró de mí suavemente hasta que eché a andar detrás de él hasta su cuarto. Allí se tumbó y me hizo una seña con cara picara para que me tumbara. Yo lo hice y nada más hacerlo me empezó a sobar por encima de la ropa  hasta desnudarme mientras empujaba mi cabeza despacio hasta su polla y empecé a chupársela. Al poco me dijo que si podía esa vez ponerme encima y cabalgarle. Yo asentí y me coloque encima. Dirigí su polla hacia mi coñito que con tanto sobeteo la verdad que estaba bastante mojado y me senté encima de él. No tardó mucho en correrse y yo también disfrute al notar el semen caliente llenarme por dentro.

 

-Vale Aurora, no hace falta...-dije dándome cuenta que estaba muy cachondo y la debía haber parado mucho antes.

 

-Perdón. Dijo la chica algo avergonzada de contar todo aquello. Después me levanté y lo deje dormir. Cuando llegó Alfonso hijo no me dijo nada sobre lo de la noche anterior, y yo tampoco saque el tema. En la siguiente semana lo hice con Alfonso padre al menos unas 5 veces hasta que una noche de sábado estábamos viendo una película los tres en casa. Alfonso hijo no había salido y era raro ya que los fines de semana aprovechaba a salir con un ligue que tenía. Alfonso padre se fue a acostar y yo me quede con Alfonso hijo. Justo cuando iba a decirle que me iba a ir a dormir, él me dijo si podíamos hablar. Yo tenía miedo que me despidiera porque me quedaría en la calle y le miré avergonzada casi segura que me iba a decir algo de lo que estaba pasando con su padre y al final me echaría.

 

-Pero por que te iba a despedir?- le dije interrumpiendo de nuevo.

 

- No se, quizás no quería que hubiera llegado tan lejos con su padre. Quizás solo quería que lo aliara con una paja. Quizás no le gustaba cómo limpiaba...o como cocinaba...no se...dijo mirando al suelo muy avergonzada

 

- Bueno, es normal que tuvieras miedo. Continúa por favor.- le dije para que se tranquilizara un poco y siguiera contándome.

 

- Pues me hizo sentarme a su lado y me sirvió una copa aunque no bebo. Me dijo que estaba muy contento con mi actitud, que estaba cuidando muy bien a su padre y que era un encanto de muchacha. Me estuvo un buen rato alabando y mientras bebíamos como si fuéramos dos amigos en vez de jefe empleada. Me estuvo contando que llevaba tiempo saliendo con una mujer, pero que lo había dejado porque él no podía tener hijos y ella quería casarse y formar una familia. Yo lo vi muy destrozado cuando me lo empezó a contar. La verdad que me dio mucha pena porque parecía muy buena persona. Tras un par de copas y contándonos nuestras vida durante largo rato, yo me empecé a encontrar algo ida por el alcohol. Notaba como me miraba mas y como me empezó a acariciar primero el brazo y luego el pelo y luego fue bajando hasta acariciar los pechos. Yo lo miré  y no dije nada. Él al ver que no le decía nada, empezó a meter la mano por dentro de mi ropa y me empezó a sobar por debajo.

 

- A ver Aurora, ¿ Por que no lo paraste?-pregunté yo.

 

- No se, es que se le veía tan indefenso, tan triste, tan necesitado...que no pude. Además me daba miedo que pudiera despedirme si se enfadaba así que le deje que me siguiera sobando. Pronto empezó a besarme en la boca mientras me quitaba la ropa y eso dio paso a que bajara a chuparme mis pechos mientras me quitaba la parte de abajo. Después de eso me siguió sobando y me giró colocándome a cuatro patas en el sofá y pronto sentí como apuntaba con su polla mi coño y empujaba. La noté entrar y cómo suspiró cuando la sacó para volverla  a meter casi entera de nuevo. Estuvo un buen rato embistiendo  hasta que pude notar como me inundó mi coño entres espasmos y sujetándome fuerte del pelo. Después la sacó y me pidió perdón y se fue a su cuarto.

 

- Tu no trataste de pararlo en ningún momento por lo que me cuentas.- le dije para darle a entender si ella en todo momento consentía aquello.

 

- No, no lo paré. Es raro, pero me sentía querida en aquella casa y no me importaba, no se.- dijo dudando de sus propias palabras. Además era muy placentero para mí notar como un hombre descarga dentro de mi. Nunca lo había sentido antes de llegar a esa casa y como pensaba que no podía pasar nada, pues simplemente disfrutaba yo también un poco de aquello.

 

- Muy bien Aurora. Como fue la relación con los dos a partir de ese momento, cuéntamelo.

 

- Al día siguiente por la mañana yo me levanté y preparé los desayunos de todos. Desayunamos los tres en la mesa como una familia y salimos a dar un paseo por el parque, pero esta vez los tres juntos.  Al rato de estar en el parque sonó el teléfono de Alfonso hijo y por lo que pude escuchar era su novia que quería quedar con él. Yo pensé que si se arreglaba lo suyo  con la novia, no volvería a pasar lo de la noche anterior.

 

- Simplemente te había usado aquel día por desquitarse un poco y disfrutar, ¿ no?.

 

- Sí, eso pensé, pero no fue así. Él nos dejó en el parque y se fue a casa de su novia para quedar y comer por lo que nos dijo. Yo me volví a casa son Alfredo padre y le hice la comida. Después de comer se fue a echarse la siesta y como iba siendo habitual me llamó para que le aliviara.  Se la chupe hasta que se corrió y luego se durmió como un niño. El resto de tarde pasó normal hasta que regresó Alfonso hijo. Su padre ya se había acostado y yo estaba leyendo en el salón. Sin mediar palabra entro y me miró. Se acercó a mí  y sin decirme nada me giro contra el sofá. Me sobo las tetas desde atrás y rápidamente me bajó el pantalón del pijama que llevaba y las braguitas y  me la metió de golpe. Yo gemí fuerte cuando el me tapo la boca y me dijo : "Shhh, te gusta esto eh putita" entre susurros en mi oreja mientras me la metía y sacaba muy rápidamente como buscando correrse pronto. Me agarró del pelo y tirando hacia él, mi cuerpo se arqueó y noté como soltaba su semen dentro de mi palpitando su polla muy dentro.

 

- ¿ Que pensabas de todo aquello?-pregunté-

 

-Me sentía culpable y más las siguientes semanas porque me siguió follando pero de una forma mas sutil, mas cariñoso. A veces dormía con él y otras con su padre. Apenas dormía ya en mi cuarto, solo lo usaba para cambiarme de ropa y poco más.

 

- O sea que estabas como de mujer de uno y de otro según te requerían.- dije de una manera algo más suave que lo que pensaba de verdad. ¿ Siempre te buscaban ellos?.

 

- No.- dijo con voz apenada como arrepintiéndose avergonzada. La verdad que a veces era yo quien entraba en el dormitorio de Alfonso hijo por la noche y con la excusa de que vino tarde y cansado y quería relajarlo acabé sentándome encima de él y cabalgándolo hasta que se corría. También alguna mañana entraba a despertar a Alfonso padre y se la chupaba o a veces que se despertaba con la dura me sentaba encima de él sin que se despertará hasta que cuando lo hacía yo ya estaba con su polla dentro de mi.

 

- Entonces cuánto llevas con ellos en esas condiciones.- le pregunté para saber de cuanto así estuvo la chica con ellos.

 

- De eso hace ya 6 meses.- me dijo mirando a uno de los cuadros de arena que tengo colgado en mi despacho. Pero estuve un mes  o casi dos así.  De hecho Teresa seguía viniendo a casa y Alfonso padre se lo decía como algo natural cuando lo despertaba chupándosela o  cuando me follaba. Incluso a veces estando ella allí, me decía de hacerlo en el cuarto y ella esperaba en el salón terminando el café. Lo siguiente que me pasó fue que un día vino Teresa con un amigo muy mayor de Alfonso padre.

 

- ¿ Muy mayor? No me digas que también te dijo de hacer cosas mientras esperaban tomando café. -dije algo alucinado con todo lo que Aurora me estaba contando.

 

- Era un amigo de Alfonso padre que se encontró Teresa en la calle y le dijo que iba a verlo y se apuntó para un café. Tendría unos 80 años y no tenía mucha movilidad, de hecho entró ayudado por Teresa a la casa. El caso es que serví los cafés y entre la charla Teresa me dijo sin que lo oyera en amigo de Alfonso que era una pena porque estaba muriéndose y apenas recordaba un placer en su vida. Luego Alfonso padre charlando también me dieron a entender que podría aliviarlo en sus últimos días. Yo la verdad que no quería, pero también tengo que decir que me estaba dando mucha pena la historia del hombre, de cómo se quedó viudo, de cómo sus hijos lo abandonaron, hasta estuvo unos años viviendo en la calle.

 

- Y la final lo hiciste ¿ no?- le dije condescendiente.

 

- Si, me daba mucha pena. Lo acompañé a mi cuarto y allí lo desnude y deje que me sobara y chupara mis pechos mientras lo pajeaba hasta ponerlo duro. Después para que él no hiciera mucho esfuerzo me puse encima y lo cabalgue hasta que se corrió. No tardó mucho.- dijo Aurora como recordando aquello  con vergüenza y algo de pena.

 

 

- La vida nos lleva por caminos extraños, y hacemos lo que hacemos según el momento. No vale la pena ni lamentarse ni arrepentirse Aurora, no sirve de nada.

 

 

 

- Lo se, no me arrepiento la verdad.- dijo seria y con la mirada perdida. Es algo que quise hacer y nadie me obligó a ello. El caso es que después de aquel amigo y varios días después vino otro y no supe decir que no.

 

- ¿ Amigos de Alfonso padre todos?- pregunte para saber si su amiga Teresa también aprovechaba para llevar a sus amigos.

 

- No, alguna vez también vino Teresa con algún conocido suyo.

 

- En todo este tiempo con cuántos abueletes crees que estuviste.- pregunté curioso.

 

- La verdad no lo se, pero creo que unos 15 en estos últimos seis meses.- me contestó. También es verdad que alguno repitió. Otros no porque ciertamente fallecieron. -dijo apesadumbrada. Al menos dos si que fallecieron.- terminó diciendo.

 

- Entonces -dije sin saber bien cómo afrontar la pregunta.- el hijo que esperas es de alguno de ellos.

 

- No lo sé. Alfonso hijo me hizo ir a una fiesta en una casa rural en año nuevo. Fueron varios amigos suyos, algunos con sus parejas y también fue Alfonso padre y dos ancianos más que eran los padres de dos de los que fueron.

 

- ¿ Quienes erais? ¿ Recuerdas sus nombres o cuántos erais en total?

 

- Pues eramos Alfonso padre y Alfonso hijo, dos matrimonios, cuatro hombres de la edad de Alfonso hijo y dos ancianos que eran el padre de una de las mujeres y el otro era padre de uno de los amigos de Alfonso hijo y yo. En total trece.

 

- Y qué pasó en año nuevo, cuéntame.

 

Ella sin decir palabra se levantó y con el rostro algo compungido se acercó a donde estaba yo sentado. Me tapé como pude la erección que se me veía en el pantalón y mire que sacaba su móvil y me lo daba para que viera las fotos.

 

-No recuerdo apenas nada de ese día. Solo recuerdo que me dieron de beber y con la música empecé a bailar y divertirme como hacía mucho que no hacía. Me sentía genial, como si estuviera mejor que en familia. Y poco más recuerdo. Lo siguiente que fui consciente fue que me desperté el día 1 por la casi noche agotada y se había ido todo el mundo menos un matrimonio y los Alfonsos. Esa noche yo me acosté con Alfonso padre y luego me fui a dormir con Alfonso hijo. Al día siguiente nos volvimos a casa. Encontré las fotos un día en el ordenador de Alfonso hijo y las pasé la móvil. Fue cuando decidí irme de aquella casa. Aun no sabia que estaba embarazada.

 

Yo mientras miraba las fotos. Me quedé asombrado al verla a ella bailando encima de una mesa con un top corto y una minifalda. En el suelo se veían los demás como si la estuvieran jaleando para quitarse la ropa. Así debía ser porque la siguiente foto sale ya en tanga y sujetador en la misma mesa con una copa en la mano.

Pasé a la siguiente foto y salia con dos hombres mayores a los lados y ella agarrada a ellos ya solo con el tanga puesto. Ellos tenían sus manos en los pechos de Aurora y se les veía una cara de vicio y a la vez felicidad por tocar una teta de una chica jovencita como aquella.

La siguiente foto era parecida a la anterior pero esta vez era con las dos mujeres de los matrimonios. Cada una estaba a un lado de Aurora y mientras que una le sobaba las tetas la otra le giraba la cara para besarse con ella, viéndose en la foto como sus lenguas se tocaban.

Pase varias fotos en las que salía morrenadose y sobando al resto de personas de la fiesta.

 

Yo  miré a Aurora. Estaba de pie ante la ventana mirando a la calle con la mirada perdida mientras yo seguía viendo las fotos.

 

- Me da un poco de vergüenza que me vea así.- me dijo- pero creo que así entenderá mejor porque me fui de aquella casa.

 

No la conteste y seguí pasando fotos. En la que estaba viendo, Aurora estaba a cuatro patas mientras chupaba una polla de uno que no se le veía la cara y otro se la estaba follando desde atrás. Las dos mujeres estaban apoyadas en su espalda y besándose mientras le sobanan las tetas. Mi excitación era máxima en aquel momento, pero no sabía que podría ir a más.

 

Pasé una foto mas dudando se devolverle el móvil o verlas todas.  En la siguiente foto salió cabalgando a uno de los viejos sentado en un sofá mientras otro de los amigos de Alfonso hijo la follaba el culo haciéndole una doble penetración. Hubo varias fotos así y con varios follándola. En ningún momento se veía a Aurora ni con mala cara ni sería, todo lo contrario, se la veía risueña y en algunas con cara de vicio.

 

La siguiente me sorprendió porque salía con lencería muy sexy atada a  una mesa y abierta de piernas. Pase otra foto mas y supe porque estaba así. En las siguientes fotos salían todos los integrantes de la fiesta follandola o haciendo que se la chuparan. Hasta una de las mujeres aparece con un dildo puesto follandola. La siguiente foto es un primer plano de su coño lleno de semen. Las tres siguientes muestran más corridas y como el semen rebosaba del coño depilado de Aurora. Pienso que se debieron correr todos o casi todos en su coño en aquellas tomas.

 

- Las fotos son muy....explícitas. No recuerdas nada de esto Aurora.- pregunté desviando la mirada un segundo del móvil y viendo como me miraba con los brazos cruzados con cara de "no me juzgues por favor".

 

- No, nada. Al ver las fotos es como si tuviera recuerdos perdidos, pero no los recuerdo mucho.

 

Seguí pasando fotos. En la siguiente salían las dos mujeres lamiendo la rajita de Aurora para limpiarla supongo y que pudieran seguir follándola. Tras varias tomas así, sale ya limpia y tumbada en la alfombra y una de las mujeres sentada en su cara mientras la otra seguía a 4 patas y comiendole el coño a Aurora mientras uno de los amigos de Alfonso hijo se la follaba.

 

Las siguientes fotos se veía como estando en el suelo estaba haciendo una doble penetración. Era una foto de primer plano donde se veía perfectamente  el coño y el ano de Aurora siendo penetrada por dos pollas, Pasé más fotos y se veía como se la siguen follando mientras tiene dos pollas en las manos y chupa alternado mientras mira a cámara sonriendo.

 

- Supongo que alguno de los que salen es el padre mi hijo.- dijo mirando por la ventana como avergonzada sin querer mirarme.

 

- Ya veo.- dije pensando en cómo podría quedarme con las fotos ya que me parecían muy morbosas. Ganó mi ética profesional y le devolví el móvil aunque la razón de no copiarme las fotos era porque no encontré la forma sin que ella lo supiera.- Sigues  viviendo con ellos o te has ido de allí?- pregunté con la polla dura marcando en el pantalón.

 

- No, ahora estoy viviendo con Teresa. Alfonso padre murió poco tiempo después de ese fin de semana.

 

- Vaya lo siento.- dije imaginando como se debía sentir.- ¿y trabajas en algo ahora?.

 

- No. bueno si. bueno, es que Teresa de vez en cuando lleva a algún amigo suyo a mi habitación. Dice que es una forma de ganar dinero fácil para no tener problemas al nacer ya que un niño tiene muchos gastos.

 

- ¿ Teresa te prostituye?- pregunte al oír relatarme lo que acaba de decir.- Pero cuánto llevas así.

 

- Dos meses llevo con Teresa. En esos meses solo me ha presentado a 9 personas.- dijo de una manera que no parecía prostitución. Además me ha presentado aún señor que necesita ayuda en su casa. Tiene mucho dinero y necesita alguien para compañía y cuidar de la casa. He hablado con él y me dijo que se encargaría de todos los gastos del niño cuando al final me vaya a vivir a su casa, así que por ese lado estoy contenta.

 

- Bueno Aurora, está muy bien que me cuentes todo y te desahogues. Piensa que la vida viene como viene y no debes arrepentirte de nada. Has hecho lo que debes hacer en cada momento y ahora tienes que ser fuerte por tu futuro hijo. ¿ Quieres venir la semana que viene a otra consulta?- le dije porque quería oír qué más cosas habían pasado en la vida de Aurora después de la fiesta y durante su estancia en aquel hostal.

 

- Sí, pero deberíamos hablar del dinero que cuesta, yo...

- No te preocupes, ya encontraremos la forma, por el dinero no te preocupes.- le interrumpí deseando oír el resto de su vida.

-Muy bien Juan, muchas gracias. La verdad que necesitaba contar todo esto en voz alta. Sentirme escuchada y no sentirme juzgada por nadie.- me dijo mientras se ponía el abrigo para marcharse.

 

En cuanto salió por la puerta me fui al baño a aliviar la tensión que tenía y no tarde apenas unos segundos en correrme después de todo lo escuchado y visto.  Espero que vuelva pronto por aquí para seguir escuchando sus aventuras, aunque me pregunto qué pasaría si fuera a verla al hostal en una visita amigable y desinteresada.