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Crucero luna de miel 3

en Hetero: Infidelidad

Después del polvo antes de la cena nos duchamos. Mientras mi mujer se arreglaba para la cena yo estaba vestido ya y con mi cabeza girando a mil por hora pensando en todo lo que estaba pasando. Era un cornudo y me gustaba. También había sido corneador, en realidad todo empezó por mi culpa con aquellas mamadas que em hicieron como bien me recordó mi mujer Natalia cuando hablamos del tema. Pero... ¿ eso le daba libertad para todo lo que estaba pasando?

 

Cuando vi salir del baño arreglada a mi mujer pensé que aquella noche yo acabaría siendo más cornudo aun. Llevaba un vestido blanco con minifalda y tirantes. Se agachó delante de mí para coger unos zapatos y pude verle su rajita depilada y si ano asomar entre sus nalgas prietas. Era el reto si, ir de blanco y sin ropa interior tanto chicos como chicas, pero ver a mi mujer así me hacia que mis sentimientos de dividieran. Por un lado verla sexy, provocativa y deseada por todos, y por otros pensar que era mi mujer, la futura madre de mis hijos o de los que yo pensaría que serían míos porque después de todo lo vivido....

 

Justo cuando mi mente se empezó a agobiar mi mujer tiró de mi mano sonriendo para salir del camarote y dirigirnos hacia el comedor. Por el camino nos encontramos a Edmun y Emma, los alemanes de 60 años. Nos saludaron y pude ver como Edmun elogiaba a mi mujer mientras le daba dos besos y un apretón en el culo con su enorme mano. Emma, su mujer, le dijo que estaba muy guapa con ese vestidito y sería el alma de la noche. Mientras en mi mente solo repetía una y otra vez la imagen de la mano de Edmun en el culo de mi  mujer. Si era mi mujer, ¿ porque me excitaba verla con otras personas?

 

Al entrar en el comedor nos dirigimos hacia nuestra mesa junto a Edmun y Emma. Pude ver cómo estaban sentados ya Jordi, Mónica, Pablo y Marina. Cuando vieron a mi mujer tan sexy y provocativa se levantaron y empezaron a aplaudir gritando piropos hacia ella. Ni que decir tiene que todas las mesas de alrededor clavaron sus ojos en mi mujer. Tanto es así que algún hombre se llevó una colleja de su mujer por mirar descaradamente a la mía.

 

- Tu también vas muy guapo Juan.- me dijo Mónica al sentarme a su lado

- Gracias Mónica tu si que vas guapa....y tu también Marina, vais estupendas las dos.- dije educado sin poder evitar mirar los escotes de cada una que eran bastante generosos.

 

Todos íbamos de blanco y sin ropa interior. Al poco de estar sentados llegaron Carlos e Idoia. Ella traía un vestido azul y el unos vaqueros y una camisa a rayas blancas y azules. Me quedé mirándolos extrañado porque pensaba que lo de ir de blanco era algo generalizado sin darme cuenta que solo nosotros íbamos de blanco. La cena empezó mientras charlabamos todos de una manera distendida y muy agradable como lo eran todas. Cuando terminamos con los postres decidimos irnos (los de blanco) a tomar algo a uno de los bares del barco y así dejar paso al siguiente turno de cenas. Así hicimos y nos fuimos. Empezamos en una terracita a tomarnos algo y más entrada la noche fuimos a una de las salas del barco. Como al día siguiente había una excursión de las más codiciadas del viaje, había mucha menos gente que de normal. Nos fuimos  a una de las esquinas más discretas del local y ahí seguimos con las bromas, las charlas y los sobeteos. Si, los sobeteos que no habían parado desde el momento en que salimos de cenar. No solo a mi mujer, si no a todos. Obviamente yo también pude sobar algo a Mónica e incluso a Emma que me sacaba bastantes años.

 

Empezamos a beber y beber.... y los juegos no solo eran simples sobeteos en aquel apartado. Las mujeres se fueron rondando encima de los hombres dándonos morreos de un minuto cronometrado. Así cada hombre con cada mujer. Otro de los "retos era jugar con el clítoris de ellas un minuto e intentar hacer que se corran. Ellas no se corrieron ninguna pero cuando el "reto" fue al revés mi polla soltó todo el semen en la boca de Marina, que fue la segunda que me la chupó. Como castigo por haber sido el primero en correrme fue que mi mujer debía chupar hasta correrse a los otros dos hombres como premio por haber aguantado. Yo, la verdad, ya no pensaba en nada y no me importaba nada. Había decidido pasar el resto de crucero disfrutando y cuando volviéramos a nuestra rutina ya hablaríamos lo que tuviéramos que hablar.

 

Ya muy avanzada la noche nos fuimos a los camarotes a dormir. O eso pensaba yo, porque  mi mujer dijo porque no seguíamos jugando en el camarote de Jordi y Mónica que era el más grande. Y así lo hicimos. En cuanto entramos al camarote Marina desnudo a mi mujer y la empezó a sobar las tetas de cara los dos hombres. Mónica me cogió de la mano mientras me empezó a sobar la polla por el pantalón.

- Yo aun no he tenido mi premio cariño. ¿ Querrás dármelo? - me dijo Mónica susurrándome muy sensualmente al oído.

- Vamos cabrón que tienes a mi mujer loca por que la folles.- dijo Jordi entre risas mientras se sacaba la polla ante Natalia y Marina la hacía arrodillarse para meterse la polla en su boca. La mirada de Natalia iba directamente a mi son una sonrisa muy picara mientras hacía desaparecer la polla de Jordi en su boca.

 

Marina hizo sentarme en la cama recostándome me quito toda la ropa y empezó a chuparme la polla. yo miraba a mi mujer mientras notaba aquella maravillosa lengua redondear mi glande para hundirse tragando todo el tronco. Podía ver como mi mujer disfrutaba con aquello mucho más que yo sin ningún tipo de remordimiento mi miramiento a lo que hacíamos.

Ella a 4 patas chupando ahora dos pollas mientras tanto Marina detrás de ella lamiendo su coño separando sus prietas nalgas para poder meter bien su cara y lamérselo. Entonces deje de ver. Mónica se colocó encima de mí en un 69 y pego su coño en mi cara. Estaba muy mojada y para mi fue una delicia notar  aquel flujo empaparme la cara. No tarde mucho en correrme en la boca de Mónica pero no se quitó de encima hasta que no la hice correrse de placer con mi lengua. Cuando se cambió de postura vi a mi mujer como una autentica actriz porno. Estaba cabalgando a Jordi que estaba sentado en el sofá mientras que Pablo la follaba a la vez el culo. Marina la tenía agarrada de los pelos y la hacía chuparle su raja. Al ver que habíamos terminado soltó a mi mujer que se quedó con aquella doble penetración y se vino a la cama con nosotros.

- Vaya putita que tienes. No solo le gustan las pollas si que no lo lame de maravilla.-dijo mientras se recostaba para chuparmela y volver a ponerme cachondo.

 

Yo no sabía qué decir y aunque lo hubiera sabido no hubiera podido ya que la mamada que me empezó a hacer Marina me dejo sin habla. Pronto los dos se corrieron tanto en su coño como en su ano. Mónica bajó de la cama y fue a chupar el semen que salía de la rajita de mi mujer y de su ano mientras que los dos hombres sonreían y hacían que mi mujer les limpiara bien las pollas que lejos de empequeñecerse seguían bien duras. Después de eso pude ver como mi mujer y Mónica se pusieron boca arriba con las piernas levantadas dejando bien a la vista sus rajas. Jordi empezó a follarlas cambiando de una a otra, y mientras tanto Pablo alternaba su polla en sus bocas. No tardaron mucho en llamar a Marina para que se colocara también en esa postura. Yo me senté en la cama pajeándome mientras que Jordi se divertía de lo lindo alternando en los tres coños. Pablo se bajo y empezaron una especia de carrusel follándoselas. El espectáculo era impresionante. Mi  mujer en medio de las otras dos mientras cada uno se follaba a su mujer y la mía alternando, hasta que en un momento empezó a correrse Pablo en mi mujer mientras que Jordi se follaba a Mónica. Al terminar y dejar libre el coño de Natalia, Jordi no tardó en penetrarla y correrse también dentro de ella. Yo estaba alucinando por la excitación y la borrachera del momento. Pude ver como cuando Jordi sacó su polla, del coño de mi mujer empezó a chorrear semen y fue cuando mi mujer me miró y sonriendo me dijo:

 

-Ven cariño, faltas tu por correrte en mi.- mientras se abría los labios de su rasurado coño.

 

Yo me acerque y se la metí haciendo que el semen que tenia dentro parte saliera a presión y parte se metiera mas dentro. Mientras los demás me jaleaban y mi mujer me sonreía hice que me corría dentro de ella, aunque en realidad no pude correrme no se si por la presión de tener a 5 personas mirándome, por que ya me había corrido varias veces esa noche, por todo el alcohol ingerido o por un cúmulo de las tres. El caso es que simulé mi corrida y la saque algo morcillona y llena del semen de los otros dos pensando que nadie se daría cuenta.

 

Después de aquello mi mujer se fue a lavar y luego nos fuimos a nuestro camarote de muy madrugada. Al día siguiente yo estaba con una resaca de campeonato ya que no suelo beber a menudo y menos en las cantidades de la noche anterior. Hasta la hora de comer no me desperté. Mi mujer ya no estaba a mi lado y con lo malísimo que estaba tampoco me importó mucho y seguí durmiendo hasta media tarde. Fue entonces cuando vi un papel en la mesilla diciendome que no me preocupe y descanse que ella estaba con las chicas por ahí. Efectivamente hasta por la noche no la vi. Era nuestra última noche en el barco y mi mujer me había preparado una cena romántica en uno de los restaurantes de pago del barco.

 

Esa noche la pasamos solos en pareja y pudimos hablar tranquilamente. Aunque hablamos de muchas cosas y muy variadas, entre las cosas que me dijo fue que en este crucero había realizado las fantasías que siempre había tenido y nunca se había atrevido a hacer. Me dió las gracias porque si yo no me hubiera dejado chupar la polla por Mónica y Marina, ella nunca se hubiera dejado llevar, pero aunque por unos instantes sintió rabia y odio hacia mi, ahora estaba más enamorada que nunca y quería vivir conmigo siempre. Otra de las cosas que me dijo que por un lado me tranquilizó y por otro me inquietó fue que podía quedarme tranquilo, que los seis que la habían follado estaban operados y no podían dejarla embarazada.

 

No me dijo más, solo que algún día me contaría todo lo que hizo aquel día y con quienes. Yo me puse a pensar que uno era Jordi, otro era Pablo, otro imagino que era Edmun y faltaban tres más, o dos más y yo mismo. Aunque me quedé tranquilo con lo que me dijo que solo yo podía embarazarla, mi mente empezó a elucubrar cuando me dijo, al mes siguiente de volver del crucero, que estaba embarazada. Ahora nuestro hijo tiene 3 meses y quiero pensar que ese niño que tenemos juntos es fruto de nuestro amor y la relajación que tuvimos en nuestro crucero de luna de miel.  

 

Pido perdón  por mi forma de expresarme si no es del todo correcta, por mi manera de escribir y por las posibles faltas ortográficas. Intento mejorar día a día para poder expresarme de la mejor manera posible y que podáis disfrutar leyendo los relatos tanto como yo disfruto escribiéndolos. Siempre agradezco cualquier comentario o crítica constructiva que me hagáis tanto aquí como en mi correo que está a vuestra disposición en mi perfil. Si os ha gustado el relato y tiene suficiente repercusión me plantearé escribir nuestro crucero pero desde la visión de mi mujer Natalia y así descubrir todo lo que sintió y vivió ella.

Muchas gracias por leerme y espero no haberos defraudado.