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Un lugar para tres

en Trios

Leo y yo siempre conversamos sobre nuestros deseos sexuales, él dice que mi sexo oral es brutal y para él es un vicio consumado.

Entre él y yo siempre habíamos querido probar este lado salvaje sobre todo por sus ganas de verme hacerle sexo oral a otro y de que dos hombres me llenaran de placer. Entonces…

En encuentro casual entre amigos, Leo va a acompañado de otro amigo, nos montamos en su auto y empezamos a dar vueltas por la ciudad. Muy divertidos conversando de todo.

Mientras estamos platicando y escuchando música, ellos van en la parte de adelante y yo en el asiento de atrás, cuando Leo me dice: - “Niña mira”. Y yo me acerco para ver que quiere mostrarme y cuando lo hago, los dos chicos tienen sus pollas afuera bien duras.

Aunque yo quedo un poco perpleja, me gusta lo que veo, a una polla ya la conozco muy bien y la otra me entusiasma. Yo le pregunto: “`¿Qué tienes en mente Leo?” y él me responde sin dudar: “quiero que le muestres tu musa a este”.

El otro chico conduce hacia un lugar solitario y como ya esta cayendo la noche, está un poco oscuro. Ellos se pasan a la parte de atrás del coche y se sientan a mi lado, yo quedo en medio con esas dos pollas bien paradas y mojadas.

Cada uno me planta un beso intenso en la boca y comienzan a tocarme, Leo se dedica a mis tetas y a morder mis pezones que enseguida se prenden para la fiesta y el otro siente humedecer sus dedos en mi coño. Yo estoy disfrutando con una mano en cada polla, masajeo y acaricio.

A Leo le gusta tener vello púbico, el otro se la depila. Tengo los dos extremos de un mismo manjar.

Leo en ese momento de disfrute, me insiste en que quiere que se la chupe al otro, yo hago caso y me inclino un poco para comenzar a lamer, en medio de la incomodidad de estar los tres, Leo se sienta detrás de mí, abre sus piernas y me hace quedar de rodillas frente al otro. Leo juega con mi chocho metiendo sus dedos y acariciando mis labios internos y mi clítoris. Mientras yo muy excitada, me dedico a devorarme la otra polla. El otro está disfrutando de mi intensa lengua, siente como va y viene desde la cabeza hasta la base al ritmo de mi saliva. Y de vez en cuando suelto algún gemido por culpa de los dedos de Leo. “Aaaahh”.

En ese instante, siento la embestida de Leo, me penetra sin avisar y casi muerdo al otro, me penetra varias veces con suavidad, empapa su polla de mis fluidos y me dice: “Ven aquí nena, prueba”. Entonces me voltean y siento en mi boca la rica polla de Leo, mojada de mis fluidos y la saboreo mirándolo disfrutar, él me toma por mi cabello y se folla mi boca como sabe que me gusta.

El otro comienza a follarme a un ritmo rápido y duro, me hace gemir y balbucear con la polla de Leo en mi boca, casi no puedo controlar lo que hago. Los tres estamos tan excitados que no devoramos en córrenos, yo soy la primera en sentir unos divinos espasmos que me recorren desde mi vagina hasta mi boca. De pronto el otro le dice a Leo: “Quiero que se la trague”. Leo me pide que me siente, y los dos se paran frente a mí con sus pollas divinas, les paso la lengua desde los huevos hasta la cabeza  una por una. Y Pareciera que ambos quieren meterlas en mi boquita, saco mi lengua y me dispongo a recibir mi rico premio.

El otro descarga primero su leche, entre mi boca y mi cara, la saboreo y la tomo. Y cuando llega el turno de Leo, me hace sacarla con su polla en mi boca, siento como la llena y se rebosa por los lados, se la lamo de su tronco, y derrama un poco en mis tetas, la agarro con mis dedos y los chupo, incitándolos a ellos. Les doy una lamida para limpiar sus pollas y no dejar nada. Los tres quedamos satisfechos.

Artemisa.