Hace unos días mi chico salió de casa para irse con los amigos a ver el fútbol,  yo había salido de casa al parque para ejercitar y regrese con demasiadas ganas de follar. Para mi sorpresa él ya se había ido. 

Así que me fui a la habitación para sacarme la ropa y darme una ducha, cuando se me ocurrió hacer unas fotos de mis tetazas riquísimas y un video donde se las movía apretándolas, lamiendo y mordiendo mis grandes pezones. Primero le pase las fotos y su respuesta fue: “mis tetazas”. Y luego le envié el video y me dijo: “Nena, deja de hacer eso que me he puesto duro”.

Por lo que decide lo siguiente, me acosté en nuestra cama y le pase una foto close p de mi coño súper mojado y babosito de las ganas con un mensaje que decía: “tengo unas ganas putisimas de ti”. Debo confesar que el futbol con los amigos es duro de vencer y aunque mi chico no se vino enseguida, logre tener una sesión súper salvaje de sexo a su regreso.

Llego a casa hecho un semental y yo ya estaba con las panties mojadas y los pezones en punta. Así que me puse boca abajo en la cama y le dije “estaba esperando por ti”.  Ese macho con toda su furia, levanto m culo y comenzó a chuparme el coño como nunca, metía su lengua y saboreaba todos mis jugos e intercalaba lengua con dedos, de lo excitada que ya yo estaba explote en minutos, lo que lo puso todavía más bestia.

Me levanto un poco más a la orilla de la cama y paso su polla dura por todo mi coño mojándolo de mi y luego me dijo; “ven aquí putita, vas a mamar como me gusta”. Me agarro del pelo y me lo metió entero a la boca, así iba él marcando el ritmo de la mamada y además echaba de su saliva para mojarlo y me salpicaba. Yo me sentía demasiado rica y muy perrita dándole esa mamada a mi macho, porque él estaba disfrutándola.

Después de un rato así, le roge que me follara durísimo, que quería sentir todo su poder dentro de mí, me volteo y me puso en cuatro y comenzó a follarse mi coño empapado. Mientras me embestía agarraba mi pelo y mis tetas y se escuchaba como su pubis pegaba de mis nalgotas. Para completar las estocadas, me empino bien el culo y me cayó a nalgadas mientras me seguía follando.

Se puso tan bestia y me penetraba con tanta fuerza, que duro mucho en correrse, yo le había pedido que se corriera en mi culo y que se chorreara a mi coño. Así lo hizo y luego, pasaba su polla con la leche entre mis rajitas.

Para terminar, me puso a limpiarle la polla de toda la leche que le quedaba, incluyendo los nuevos y los vellitos. Esa tarde follamos varias veces más, yo me sentía tan ardiente y con ganas, que lo único que quería era sentir su polla dentro de mí y tomar leche.   Yo tome leche como cachorrita sedienta.

Artemisa.