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Disfrutando la tina

en Hetero: General

Llegaba yo de vuelta a casa, luego de un largo día de trabajo, de esos que te dejan muy agotada física y mentalmente.

Mi piso no es muy grande;  salón de estar, la cocina y la habitación están casi en el mismo lugar, y luego está el baño.  Mi segundo lugar favorito de la casa, el primero es la cama.

Es mi segundo lugar favorito porque tiene una tina junto con la ducha, lo que lo hace perfecto para esos días de trabajo que parecen un lunes eterno.

Pues llegue a casa bien cansada y ya venía soñando con un rico baño con espumas, aromas, velitas y una buena copa de vino, pero cuál es mi sorpresa, que al entrar está encendido el toca discos, con una música muy suave y sexy.

Mi chico tiene llave del apartamento así que entra y sale cuando quiere, resulta que él también había  tenido un día muy duro y se había ido a casa a darse el baño que yo estaba deseando.  Cuando supe que era él quien estaba descansando en mi tina, me fui quitando la ropa poco a poco, excitándome a mi misma para entrar al baño.

Así me quite esa tediosa ropa de trabajo, las medias, los zapatos y el sujetador. Solo me deje las bragas, me encanta cuando él me las quita suavemente, sentir su mirada deseosa me pone fiera.

Entre sigilosa al baño para que no me notara,  él estaba realmente relajado. Me agache junto a la tina y metí mi mano en el agua en cuanto la moví él abrió los ojos y me miro fijamente.

Le pregunte: ¿Mal día?

Él: sí ¿y tú?- Le dije: me parece que toda la semana será un eterno lunes. Mientras le acariciaba su pierna debajo del agua. Con mirada de gatita mala.

Me dijo: ven y relájate conmigo.

Enseguida me metí a la tina, todavía de pie enfrente de él, se acerco a mí y comenzó a bajar mis pantis, es todo un seductor cuando hace eso. Las saco y las tiro, tomo mis piernas con sus manos mojadas y las acaricio con fuerza, apretándolas, me las beso.

Me tomo por la cintura me volteo y me sentó entre sus piernas, nos dimos un beso, de esos deliciosos, donde las lenguas juegan, los dientes muerden, las sonrisas de las ganas afloran. El agua se movía, estaba tibia y jabonosa.

Nos dedicamos un rato a tocarnos, Él enjabonó mis senos, los  beso y lamió como quiso. Yo jugaba con su polla y vellitos debajo del agua. Entre besos y jabón,  su nene se puso duro, podía verlo bien levantado entre el agua y la poca espuma. Lo fui besando por todo su pecho y él se levanto  un poco, para yo encontrarme con su tiburón listo para comerme.

Comencé a chuparlo, masajeando sus huevos, de rodillas en la tina y entre sus piernas. Pase toda mi lengua por sus vellitos, los acaricie completos y le di unas jaladas, para que sintiera un poco de dolor. Eso hizo que él me tomara por mi cabello mojado, y me pregunto: -¿gatita, quiere su biberón?- Cuando le dije: -sí bebe, quiero mi leche-.  Llevó mi cara directo a su polla y la metió con suavidad, pero pronto comenzó a moverse duro y rápido dentro de mí, él empujaba mi cabeza, mientras yo envolvía con mi lengua su polla entera y muy mojada, desde la cabeza  hasta la base, tanto que mis labios rosaban sus vellos llenos de agua. Se estaba follando muy divino mi boquita.

Mi lengua no dejaba de darle vueltas a su tronco duro y caliente, húmedo que subía y bajaba en mi boca, cuando lo metía entero yo lograba acariciar con mi lengua la base de su polla. De pronto la saco y la puso entre mis tetas, con un poco más de jabón le hice una cubana muy resbalosa que llevaba la punta de su polla jugosa hasta mi lengua. Él apretaba duro mis tetas.

Me pide que me levante y me pone en cuatro y me da una dura embestida, siento como su abdomen pega fuerte de mis nalgas que hasta salpica un poco de agua. Estoy tan excitada que no tardo en tener un orgasmo. Me pide que me agache de nuevo.

Se puso de pie frente a mí y me dijo:- quiero correrme en tu boca. Le chupe los huevos uno por uno y subí por esa polla dura como tronco con mi lengua lentamente, mirándolo a los ojos, pase mi lengua por los vellos mojados y le eche de mi saliva en su enorme cabeza.

Él me dice: -abre grande esa boquita nena, quiero que me lo chupes como me gusta.-  Y yo como gatita deseosa, hice caso. Mis cabellos interfieren un poco, los aparto y sigo mamando. Él le agrega un poco de su saliva y se la lamo toda y mi lengua envuelve su polla y lo chupo duro y rápido, succionándolo, con ansiedad de tomar mi premio,  y siento como mi boca se llena de su rica leche, mi lengua la saborea, se sale un poco de mi boca y va a mis tetas. La recojo con los dedos y me los chupo mirándolo. Me pide que le limpie su polla. Juego con la lengua un poquito y lo saboreo entero de nuevo.

Yo, no dejo nada. Fue un baño muy placentero y relajante. 

Artemisa