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Señora Medianoche: segunda parte

en No Consentido

El día siguiente de su derrota, Lisa se despertó tarde, se quedó quieta en la misma posición durante media hora, hasta que se atrevió a moverse e inmediatamente su cuerpo se quejó, no recordaba haber estado tan adolorida nunca, solo ponerse de pie fue un suplicio, sus pies le estaban pasando factura después de haber corrido varias cuadras descalza y una vez dado un par de pasos el dolor de su trasero le recordó todo lo que el gordo había jugado con él.

Arrastro los pies hasta el baño donde se miró en su espejo de cuerpo entero, donde casi se pone a llorar se vio con grandes ojeras, un ojo morado y un feo moretón en la comisura de su boca al lado de un corte vertical, sus brazos estaban también algo morados, pero lo peor tenia era sus pechos que habían sido golpeados, estrujados y retorcidos tantas veces, estaban con una mezcla de colores morado, verde y azul que demostraban cuanto habían sufrido incluso sus pezones normalmente rosados y pequeños se veían rojos y estirados, las rodillas también se veían rojas y con cortes destacando su humillación de pasar la mayor parte de la noche de rodillas.

Además de los daños se veía que en su pelo y su rostro tenia manchas de semen resecos, y en su vagina y piernas tenia restos de basura, en su pelo púbico incluso habían atorados trozos de alguna cosa desconocida y además la gran marca de pintura que había en su abdomen le marcaba aún más todo lo que había pasado, se dio vuelta ante el espejo y en ese momento si lloró amargamente, vio cómo su trasero del que siempre estuvo tan orgullosa estaba marcado en diferentes partes por golpes y manotazos además aun tenia basura pegada a los glúteos, abrió lentamente sus nalgas y vio las tristes condiciones de su ano, que estaba tan abierto que parecía que podría entrar una mano entera en él y más rojo de lo que ella habría querido nunca, el gordo realmente tuvo una fijación con su trasero y se lo termino destruyendo más que si simplemente la hubieran violado por ahí, se preguntó cuánto tardaría en sanar completamente nunca había estado tan dañada en tantas partes distintas así que no lo sabía.

Aun meditando se ducho en su pequeña ducha, ni siquiera el agua en la temperatura perfecta la hizo sentir mejor, se lavó minuciosamente sobre todo el pelo y su vagina, pero aún se sentía muy sucia, empezó a repasar mentalmente todo lo ocurrido mientras se lavaba, sin darse cuenta empezó a tocarse de un modo más caliente solo reacciono cuando gimió levemente, se detuvo inmediatamente furiosa consigo misma, comportándose como una verdadera puta pensó rabiosa. Además, se percató que inconscientemente evitaba intentar borrar la marca de pintura de su cuerpo y cada vez que su mano se acercaba sentía un miedo en lo más hondo de su pecho, por lo que al salir limpia de la ducha todavía estaba marcada, se enojó aún más consigo misma.  

La rabia no le duro mucho de todas maneras, fue sustituida por el miedo cuando se acercó a su televisión cubierta solo por su toalla, ante ella estuvo aterrada varios minutos hasta que se decidió a prenderla y cambiar el canal a un noticiero local, ese grupo de pandilleros tenían en su poder un video de su humillante rendición así como una imagen de su rostro si lo subían a internet o lo conseguía un periodista, podía darse por muerta… o algo peor, literalmente temblando escucho las noticias durante una hora hasta que se empezó a calmar, apago las noticias y se vistió ordeno un poco sus cosas, hizo su cama que estaba tan asquerosa como estaba ella antes de bañarse y cuando no le quedó otra cosa para distraerse se recostó en su cama mirando el techo y se puso a reflexionar.

Al parecer la banda no quería usar el material… aun al menos, lo que le daba un poco de tiempo, el problema principal era simplemente que le daba pavor enfrentarse de nuevo a ellos lo más probable si los fuera a enfrentar es que se tirara al suelo en cuanto los viera y comenzaría a suplicar, solo de pensar en ellos hacia que, por un lado un frio le atenazaba el pecho y por el otro cierto calor en su ingle que la avergonzaba terriblemente, debía reconocer que esos tipos al menos sabían cómo encender a una mujer y que habían usado ese conocimiento en ella, lo que lo convertía en lo más humillante de la pelea y ahora lejos de su alcance cada vez que pensaba en el beso que tuvo con el jefe mientras la toqueteaba, cuando ella le hizo una felación al flaco, o cuando JC casi la ahoga con su esperma, e incluso cuando el gordo jugaba con su culo se empezaba a calentar y como se negaba a masturbarse la vagina le ardía y la estaba volviendo loca, no entendía como podía sentir vergüenza y excitación al mismo tiempo.

Pero además de eso no podría salir más como la señora medianoche hasta que hiciera un traje nuevo (y se comprara un par de zapatillas) y ya se había gastado todos sus ahorros en su primer traje, no podía pedirles dinero a sus padres para comprárselo, ellos ya tenían suficiente con pagar la renta de su departamento, así como todos sus gastos, no podía pedirles más, y los materiales eran caros necesitaba al menos $100 y no tenía idea como conseguirlos además que había perdido también su celular en la pelea no recordaba cómo ni cuándo, pero que no la hubieran llamado al teléfono de su departamento le decía que al menos no estaba en poder de la banda.

En otras palabras, le faltaba la fuerza y los medios para arreglar las cosas con la banda, además que ellos tenían material para destrozarla aun antes de empezar a pelear, en verdad que la habían derrotado pensó amargamente tal vez habían conseguido matar a definitivamente a la señora de medianoche.

Las siguientes dos semanas no fueron fáciles, iba a la universidad como un zombi y volvía igual, directo a su casa, dormía poco y comía menos incluso su higiene disminuyó porque se duchaba menos seguido ya que cada vez que se desnudaba miraba la marca (que aún no borraba) recordaba esa noche en el callejón y le llegaba una mezcla de emociones bastante fuerte, además sentía que su cuerpo jugaba con ella sentía una gran sensibilidad, cada roce de la ropa en su piel la abrumaba por lo que dejó de usar ropa interior.

Además de la tensión que sentía la ciudad tampoco iba muy bien, cada día al llegar miraba las noticias en su televisión y los medios se tardaron dos días en darse cuenta que la señora de medianoche estaba perdida, señalaban que no solo no había sido vista, sino que no había habido delitos frustrados, ya a la semana se discutía que le podía haber pasado algunos creían que se había rendido y colgado el traje, otros pensaban que le habían matado y su cuerpo lanzado al rio, pero la mayoría pensaba que había sido derrotada, violada y vendida a un prostíbulo o a un jeque árabe.

Lo que no se esperaban los medios, ni nadie siendo sincero es que la gran cantidad de delincuentes que se había sentido intimidados por la labor de la luchadora contra el crimen se envalentaron con su ausencia y la siguiente semana fue la más sangrienta de los últimos 20 años, cientos de casos de homicidio, robos violentos, mujeres violadas en los callejones o en sus mismas casas, guerras de bandas en mitad de las calles, en fin todo lo que había avanzado señora de medianoche en su lucha contra el crimen desapareció en una semana, lo que a Lisa le hizo sentir aún más miserable.

Fue viendo esas escenas que decidió que debía volver, la ciudad necesitaba una heroína, aunque sea tan torpe como ella reflexionó. debía encontrar una forma de conseguir dinero lo más rápido posible, aunque las formas que se le ocurrían la hacían sentir estúpida de solo pensarlo, incluso barajo la idea de robar, usar sus poderes para robar el dinero, pero la sola idea le asqueaba preferiría prostituirse, aunque eso también le daba nauseas.

Pensando en eso estaba sentada en el patio de su universidad cuando sintió que alguien se sentaba a su lado.

-hola Lisa ¿Qué tal? - era Sarah su amiga más cercana en la universidad, era una chica pequeña y algo rellena, pero lo compensaba con un bello rostro y una hermosa sonrisa.

-hola- le respondió sin animo y apenas mirándola, solo reacciono con el feroz piñizco que le dio en el trasero haciendo que literalmente saltara del asiento y se sobara, antes hubiera sido una sorpresa sentirlo, pero desde el… incidente sentía dolor en todas sus partes suaves, miro furiosa hacia Sarah, pero la vio sonriendo tan alegremente que se le paso la rabia y termino sentándose al lado de ella.

- ¿Por qué piñizcas? - le dijo, respondiéndole la sonrisa.

- para ver si te despiertas un poco- le dijo cambiando la cara a preocupada- has estado rara toda la semana, ¿te puedo ayudar en algo?- Lisa simplemente la miró sin poder creer lo buena amiga que era y durante un segundo pensó en contarle absolutamente todo decirle de sus poderes, de como se hizo una superheroina… de como la derrotaron, lo que se vio obligada a hacer para mantener su virginidad… desechó la idea no solo sería peligroso para ella saber, sino que también no creía estar preparada para decirlo.

-no creo- le dijo triste.

-pero ¿me quieres decir que te pasa? -

-bueno…-empezó dudando- lo cierto es que necesito dinero y no sé cómo conseguirlo.

- ¿mucho? - Lisa asintió con la cabeza ante eso Sarah se quedó en silencio un momento

-Lisa sabes que si yo tuviera dinero te le prestaría…

-y tú sabes que no podría aceptarlo- le contesto ella rápido, Sarah sonrió divertida por un segundo, pero volvió a ponerse seria.

-Pero… se de una forma en que puedes conseguir ese dinero- vio que Lisa la miró con suma atención y entonces continuó- hay una familia… que necesita urgentemente una… niñera por una tarde…

- ¿y sabes cuánto pagan? - dijo sin mucha fe.

- $90…

-noventa…- dijo estupefacta- ¿tanto para cuidar a un niño?

-ese es el asunto- dijo desviando la vista- no es un niño… es bastante mayor, la verdad tuvo problemas con la ley, no sé qué hizo, pero tiene una especie de arresto domiciliario, pero no lo cumple se ha escapado dos veces y si se escapa una tercera puede que lo encierren de verdad, el problema es que sus padres deben viajar mucho así que han contratado varias chicas para que lo cuiden…. Más bien para que lo vigilen, pero no le duran mucho por eso le subieron tanto al pago.

- ¿sabes por qué no le duran? - le dijo muy interesada en el trabajo. Ella negó con la cabeza. - ¿sabes cómo contactar a la familia?

-si… pero piénsalo bien, este chico algo debe tener, no quiero que te pase nada, solo te lo dije porque necesitas dinero, pero no me gustaría que tomaras el trabajo. - Lisa lo pensó, pero era demasiado bueno como para rechazarlo, con eso solo le faltaría un poco como para tener un nuevo traje y si la contrataban otra vez hasta podía hacerle algunas mejoras, además su dignidad no se vería aún más golpeada, incluso estaría contribuyendo a la sociedad ayudando a un joven delincuente.

-tendré cuidado Sarah, te lo prometo, pero realmente necesito el dinero…- ella asintió triste tomo su teléfono y marco un número.

-hola, señor Andrade soy Sarah ¿se acuerda de mí? .... si. La misma, ¿todavía busca una niñera?... no yo no, pero tengo una amiga interesada…si, si puede a ¿qué hora?  Ok… le daré su número…pero va a estar ahí, muchas gracias…adiós. -cortó el teléfono- bueno, el trabajo es tuyo, subieron el precio ahora es $100 porque ahora tienes que estar hasta el día siguiente, tienes que estar allá el viernes a las 6 y terminas el sábado a las 10 de la mañana. - Lisa le abrazó estaba más feliz de lo que había estado hace tiempo ella le respondió el abrazo con fuerza y le dijo al oído-te acompañaré, no sabes dónde queda recuerda cuidarte ¿ya?...

El viernes Lisa estuvo de buen ánimo cuando terminaron sus clases fue a su casa y se vistió con una falda negra que le llegaba hasta la rodilla y una camisa celeste además lleno un bolso con ropa de recambio y otros artículos de higiene y salió de su casa el viernes a las 5 de la tarde se encontró con Sarah que la llevó hasta la casa de la familia Andrade se despidió de Lisa no sin repetirle que se cuidara y se marchó.

Lisa toco la puerta y espero mientras observaba la casa, era una casa no muy lujosa pero bastante grande casi tres veces su apartamento, estaba en un barrio normal, en su labor como heroína no entraba mucho en la zona en primer lugar porque no la conocía mucho y además por que no había muchos delitos, la casa estaba de rejas y se veía un auto todoterreno en el patio.

Una señora de mediana edad le abrió la puerta, la miro por un segundo, y le pregunto:

- ¿eres Lisa? - ella asintió con la cabeza y la señora la hizo entrar en la casa y la llevo hasta la sala donde había un hombre también de mediana edad vestido con un traje de negocios después de saludarse le explico su trabajo, le dijo que su hijo Pablo había tenido unos problemas con la ley y su condena era dos años de arresto domiciliario, tenía una tobillera que avisaba cuando se alejaba más de 10 metros de su casa, su trabajo principal era mantenerlo dentro de la casa evitar que saliera por cualquier medio, además cocinar para él y para ella que él no sabía hacer ni un huevo frito, dicho esto salieron rápidamente a la vez que le decían que él estaba en el sótano.

Sin esperarlo rápidamente se quedó sola en la casa, al parecer ellos querían salir lo más rápido posible de ahí, ni siquiera se molestaron en saber cómo era ella. Con esos pensamientos en mente fue hacia el sótano, bajo la escalera lentamente por que estaba oscuro, y vio a un chico sentado viendo una televisión él era como de su edad, de contextura normal, de su tamaño, con el pelo moreno en una cola y el rostro surcado de granos, algo en él tal vez su juventud o su actitud desinteresada le hizo recordar a los jóvenes que la habían derrotado por lo que solo se quedó ahí parada mirándolo sin saber muy bien que es lo que sentía.

- ¿cuánto tiempo te piensas quedar mirando? – dijo sin mirarla, lo que la hizo sobresaltarse- ¿te gusta? - durante un segundo Lisa pensó que se refería a si mismo, pero recién ahí se percató de lo que él veía en la TV, era una película porno pero no una normal, vio con estupor que era una sumamente fuerte, más de lo que ella había visto nunca, por lo que alcanzo a ver antes de apartar la vista era sobre al menos cuatro hombres violando a una mujer, sin poder evitarlo se puso a temblar, era lo que podía haber pasado sino se hubiera entregado y la sola idea la hacía sentir aterrada.

Lo peor es que él se percató de su reacción, se puso de pie mientras se reía y se acercó hasta ella, ahí se dio cuenta que él era más bajo que ella, pero eso no disminuyo su temor, intentaba moverse o reaccionar, pero estaba paralizada, se sentía como un conejo deslumbrado por las luces de un auto, él la miro de arriba abajo apreciativamente como si fuera un trozo de carne lo que la hizo sentir a un peor.

-Lisa me imagino- solo pudo moverse cuando él le toco el rostro, eso fue como si le devolviera la vida, retrocedió dos y asintió con la cabeza.

-soy Lisa, yo voy a acompañarte este fin de semana hasta que vuelva tus padres, espero que no tengamos problemas- tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para poder decirlo sin que le temblara la voz, pero no impresiono al muchacho, el seguía viéndola con la misma expresión de superioridad sin un ápice de duda.

Volvió a acercarse hasta que obligo a Lisa a retroceder para mantener la distancia y así paso hasta que ella choco su espalda contra una pared.

-yo espero que lo pasemos bien-le dijo mientras ponía una mano en su cintura y le sonreía, otra vez se quedó estupefacta y trataba de forzarse a sí misma a moverse a recordarse que había peleado y derrotado a tipos más grandes fuertes y armados que un simple muchacho, el al ver que no mostraba más resistencia que un temblor con la otra mano le acaricio el muslo por debajo de la falda, eso hizo que otra sensación distinta a el miedo la invadiera y empezó a sentir un ardor que la hizo estremecerse, esto le basto para reaccionar y le dio un empujón a Pablo, este sorprendido por su fuerza cayo hacia atrás.

Ella quiso aprovechar esta oportunidad para recuperar en algo su dignidad así que quiso salir caminando tranquilamente, y lo hizo, pero le dio tiempo a él para levantarse y colocarse nuevamente delante de ella, esta vez no estaba tan asustada se pudo controlar mejor, si la llegaba a tocar lo empujaría más fuerte esta vez no tanto como para que se diera cuenta que tenía superpoderes, pero lo suficiente para que no vuelva a faltarle el respeto.

Pero Pablo no la toco lo que hizo sin dejar de sonreír maliciosamente fue en un solo movimiento tomar su falda por los lados y tirarla hacia arriba, Lisa se quedó dos segundos impactada con la falda a la altura de los hombros sin poder creer lo que hizo, además un frio en su pubis le recordó que, como lo hacía desde hace unas semanas, no llevaba ropa interior.

Después de que termino su estupor le quito por la fuerza la falda a Pablo y de un par de manotazos lo alejo, estaba tan avergonzada que si no necesitara el dinero desesperadamente simplemente se habría ido, lo peor es que el chico se burlaba a carcajadas de ella, no había pasado ni 15 minutos y ya la habían humillado de nuevo, se empezó a alejar de allí furiosa pero nuevamente se puso delante esta vez trato de esquivarlo con tan mala fortuna que se tropezó con algo y cayó sobre el suelo donde había precisamente un tarro de pintura que la ensucio de la cabeza a la cintura dejando su camisa inutilizable.

Se puso de pie de un salto casi fuera de si le iba a romper la cara de un puñetazo a ese delincuente, pero vio que puso cara de preocupado y dudo un segundo.

-perdón, perdón. -dijo alzando las manos- no quería que pasara eso, perdón- verlo tan visiblemente arrepentido calmo a Lisa que recordó que también quería venir aquí a ayudar a rehabilitar a un joven delincuente así que bajo los brazos que ya había alzado en gesto agresivo.

- ¿por qué hiciste esto? -le dijo Lisa.

-perdón, es que te vi tan hermosa, que no pude contener- sonrió apenado, ella se hubiera sonrojado si no estuviera cubierta de pintura y se cubrió lo pechos que con la camisa llena de pintura se veían a través de la tela- pero para pedirte disculpas permíteme lavar tu ropa, mientras te bañas, aquí tengo una ducha y todo ¿te parece? – ella miro hacia donde señalaba y vio un baño con una ducha, en verdad solo quería sacarse la pintura por lo que accedió, el sonrió por un segundo y a Lisa le pareció ver un brillo malicioso en sus ojos pero como despareció inmediatamente no le dio importancia.

Ella entro al baño se sacó su ropa y la dejo en la lavadora y se metió a la ducha, se concentró en quitarse la pintura de la cara y del resto del cuerpo debía apresurarse antes que se secara y fuera más difícil de sacar, si hubiera puesto más atención se habría dado cuenta como Pablo aprovechando su descuido entro sigilosamente al baño y saco su ropa desde la lavadora, así como las toallas que encontró dejando solo una que parecía una toalla para niños por lo pequeña que era y se marchó en el mismo modo.

Cuando por fin pudo sacarse toda la pintura, salió de la ducha se sentía bastante mejor y la sensación le duro hasta que vio la única toalla que había en la habitación. La tomo con incredulidad mientras buscaba algo más con lo cubrirse, busco su ropa en la lavadora, pero esta también había desaparecido.

Entreabrió la puerta buscando su bolso que tenía ropa de recambio, pero no estaba donde ella lo había dejado empezó a preocuparse, salió del baño con la pequeña toalla cubriendo su pubis y con otra mano cubriéndole sus pequeños pechos y miro por todo el sótano aprovechando que el joven no estaba, pero no encontró absolutamente nada con que cubrirse era como si alguien hubiera escondido a conciencia toda cosa con la que pudiera vestirse, ella se estaba desesperando a esa altura, estaba totalmente desnuda en una casa desconocida acompañada únicamente por un maniático sexual que definitivamente había planeado todo eso.

En eso pensaba cuando vio a Pablo este bajaba por la escalera y la miraba divertido.

- ¿Dónde dejaste mi ropa? - le grito Lisa intentando doblarse para que no viera nada, él se encogió de hombros y se siguió acercando, pero se quedó a una distancia prudente como si hubiera empezado a respetar sus empujones, a esa distancia empezó a rodearla ella intentaba seguir su movimiento, pero como estaba preocupada de cubrirse él fácilmente se colocó a sus espaldas y le dio el azote más grande que había recibido nunca justo en sus nalgas, ella grito de dolor y se llevó ambas manos a su maltrecho trasero olvidándose de cubrirse por delante, su contrincante aprovecho su oportunidad para pasar nuevamente delante de ella no sin antes tomar la toalla del suelo y darle un buen vistazo a su cuerpo desnudo.

Cuando por fin se percató la pobre Lisa que ni siquiera tenía la toalla para cubrirse las lágrimas le llenaron los ojos, su respiración empezó a hacerse más dificultosa y empezó a temblar no podía creer que nuevamente se encontraba en esta situación esta vez ni siquiera había peleado un solo adolecente la había manejado como a una tonta y ahora apenas si tenía la suficiente conciencia como para cubrirse bien ya que estaba dejando a la vista parte de su vello púbico y su pecho derecho al completo.

-no me toques- le dijo aterrada, a lo que él solo sonrió, se volvió a encoger de hombros y se alejó con la toalla bajo el brazo.

 -entonces estaré afuera- le comentó mientras empezaba a subir la escalera, Lisa se relajó un poco, pero recordó que no podía salir sin que tuviera problemas con la policía y que ella tuviera problemas con sus padres.

-espera- le gritó, pero el siguió subiendo la escalera sin mirarla siquiera lo que la obligó a correr como pudo, detrás de él tuvo que agarrarlo para que se detuviera y la mirara- no puedes irte tienes prohibición de salir … y te iras a la cárcel.

-y eso ¿te importa? ¿o es que no te van a pagar? No me engañas ni un poco, es obvio que yo no te intereso y lo único que quieres es ganar dinero – además de que tenía razón dijo todo eso mirando sin ningún pudor su cuerpo que como lo estaba agarrando con ambas manos estaba totalmente a la vista. Esto termino de romper los nervios de Lisa que moralmente no estaba ni mucho menos recuperada de su anterior humillación, se quedó embobada mirándolo con temor, bajo los brazos y se quedó quieta. Ni siquiera reacciono cuando Pablo empezó a tomarle fotos con su celular, ella sabía que debía molestarle o tratar de impedírselo, pero no podía convencer a su cuerpo a moverse.

Pablo no era un joven muy inteligente, pero hasta él se daba cuenta que en ese momento tenía casi el absoluto control de quien se suponía que debía vigilarlo, así que actuó en consecuencia la tomo del brazo y le llevo sin oposición alguna hasta su habitación ahí la sentó en su cama y le siguió sacando fotos con su teléfono, ya tenía unas veinte y hubiera continuado, pero Lisa pareció despertar de su letargo intentó torpemente quitarle el teléfono sin resultado.

Lisa pensaba a toda velocidad, no se le ocurría ninguna forma de recuperar el teléfono, la opción más obvia habría sido quitárselo por la fuerza ella seguía siendo más fuerte y rápida pero la verdad es que tenía miedo de hacerlo no porque él podría darse cuenta de sus poderes sino de perder, de recibir otra paliza, aun no estaba preparada, se resignó, sabía que lo que seguiría seria humillante y aún más degradante, pero era la única opción que tenía así que se puso de pie y lo miro fijamente, este parecía haber crecido, se sentía una niña indefensa frente a él.

- ¿Qué quieres? – le dijo finalmente.

-me imagino que ya sabes lo que quiero- dijo agarrando su pezón derecho y retorciéndolo sin ninguna resistencia de su parte.

-lo… se, pero necesito saber que vas a eliminar esas fotos y … saber que quieres en concreto.

- te propongo algo…- dijo con una confianza que a Lisa le resulto enferma, aunque sabía que tenía justa razón para tenerla, él la tenía justo donde quería- si tu prometes hacer absolutamente todo lo que te diga, sin peros, sin dudas y sin condiciones en este mismo momento te permito a ti misma borrar las fotos- ella sabía que era completamente esperado, sería su esclava hasta que volvieran sus padres y ella sabía lo que él le pediría, esta vez dudaba que fuera a poder conservar su virginidad.

- ¿quieres que me entregue completamente por unas cuantas fotos? -dijo intentando negociar algo, a lo que él se rio.

-bueno no son cualquier tipo de fotos, me imagino que pasaría si estas fotos empiezan a circular, pero no te falta razón- fue a su armario y sacó su billetera – haces esto por dinero ¿cierto? Entonces además de borrar las fotos te daré $ 100 y todos felices- ella contra su pesar asintió con la cabeza sabía que no podía conseguir nada mejor, aunque ahora se sentiría como una simple prostituta. Él le paso el teléfono y ella borro las fotos en el acto.

Inmediatamente después le ordeno que fuera a la cama, ella había prometido obedecer además de sentir pánico de oponerse a cualquier cosa que pudiera pedirle así que fue casi corriendo a sentarse en su cama. Él se desnudó rápidamente mostrándole a Lisa un cuerpo trabajado con más músculos de los que aparentaba con ropa, pero lo único en que ella pudo prestar atención fue a su pene que se alzaba orgulloso hacia el cielo.

Fue directamente hacia ella y a costa de empujones la hizo colocarse a cuatro patas, en ese momento Lisa comenzó a llorar, jamás pensó que su primera vez seria de esa manera ni con un tipo como él, detrás de ella sintió como el escupía en su mano y se mojaba el miembro, probamente para facilitar la penetración no porque le interesara como se sintiera ella, después la agarro por las caderas y la atrajo hacia él. Ella cerro los ojos y se preparó mentalmente para lo que venía, pero no estaba preparada para sentir su pene entre sus glúteos abriéndose camino, eso la asusto y se revolvió inquieta, pero un fuerte azote en su culo le recordó cuál era su lugar.

Solo pudo quedarse quieta sollozando cuando su pene empezó a presionar contra su ano, pensó que lo metería poco a poco, pero ni siquiera en eso tuvo razón de un solo envión le metió la mitad, ella sintió como si la estuvieran partiendo por la mitad gritó sin poder evitarlo y después se puso a gemir de dolor, él simplemente disfrutaba del momento dijo algo sobre que era apretada y la tomo del pelo y comenzó a tirar antes de empujar de nuevo, esta vez entró entero y la antigua superheroina no pudo hacer nada más que gritar de dolor, y se volvió peor cuando sin esperar ni un momento lo sacó y lo metió de nuevo brutalmente.

Después de eso Lisa dejo de gritar, solo se quedó quieta mientras él la embestía con furia como si tuviera algo personal contra su culo, en esa habitación solo se escuchaba el ruido de choque de pelvis y de vez en cuando un azote en el culo para ver si ella reaccionaba, y así siguió hasta que por fin llegó al clímax derramando su semen en su recto, luego se tendió sobre ella respirando agitado.

Lisa que pensó que al menos la dejaría tranquila por un rato se equivocó nuevamente, él se puso de pie y la obligó a ponerse de rodillas, después le dijo que le dejara el pene limpio, ella estaba demasiado rota como para negarse, simplemente lo lamio con los ojos cerrados sin querer ver lo que seguramente tenían impregnado, pero no pudo engañar ni a su nariz ni a su lengua que le recordaban que estaba haciendo, ignoro el horrible sabor, las arcadas y las ganas terrible de vomitar, y se lo dejó reluciente de saliva, pero hizo su trabajo demasiado bien porque su miembro volvía a estar erecto, ante la orden de él se lo metió a la boca y succionó poniendo en práctica todo lo que había aprendido en su anterior infortunio, no tardó nada en acabar esta vez, se estaba volviendo buena en eso pensó con pesar mientras se tragaba la esperma sin orden alguna.

Esto por fortuna para Lisa terminó de agotar la energía del joven que se echó en la cama y le ordeno que fuera a cocinar algo, ella tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para ponerse de pie y poder llegar cojeando a la cocina, cocinó arroz con salchichas, no tenía ni el ánimo ni las fuerzas para preparar algo más elaborado, se echó algo a la boca más para quitarse el sabor que porque tuviera hambre y le llevo el resto en un plato.

Él comió sin mirarla en ningún momento, ella lo prefería así por lo que no se quejó y se quedó en silencio sabiendo que debía aprovechar para descansar cada momento que tuviera, su descanso no duro mucho, empezó a retorcer su pezón con saña e incorporarse, Lisa se sorprendió queriendo que no la cogiera por el culo de nuevo y que fuera por la vagina que no se creía capaz de aguantar de nuevo por ahí, desgraciadamente para ella él no tenía intención de cambiar e hizo lo mismo más violento aun si cabía, esta vez no dejo de retorcer los pechos como si fueran corchos y de golpearle el trasero como a un tambor.

Después que hubo terminado, la tomo sin tardanza del pelo y la sujeto contra la pared y desde ahí volvió a penetrarla con furia por el ano, de la boca de Pablo solo salían insultos de la de ella solo gemidos ya no tenía fuerza ni para gritar, cuando hubo acabado y derramado su semen en su espalda la soltó y ella se derrumbó en el suelo.

Recién despertó al día siguiente, debió de haber perdido la conciencia sintió los ronquidos de Pablo y suspiró aliviada uso toda su fuerza de voluntad para moverse y poder llegar en silencio hasta el baño ahí se dio una ducha rápida, no sintió el placer que normalmente sentía en las duchas mañaneras esta vez tenia demasiado miedo que despertara el joven así que se limpió lisa y llanamente y salió. Volvió a la habitación y vio con alegría que el aun dormía, miro la hora eran ya las 9, le servía los padres de él deberían llegar en una hora y él no podría hacerle más y esta vez realmente no estaba en condiciones si solo lo intentaba esta vez le suplicaría que parara y no tenía ganas de suplicar otra vez.

Pero al parecer la suerte al fin le sonreía, después de buscar encontró su bolso y la ropa manchada de pintura, se vistió esta vez con unos jeans y una polera negra (como su estado de ánimo) y 15 minutos antes de la hora prometida se escuchó un auto llegar, esto despertó a Pablo que la miro y le sonrió burlonamente se puso de pie como si no le importara su desnudes y le puso los $100 en el escote, esto fue un golpe muy fuerte y lo peor es que no podía tirarle el dinero a la cara se repitió así misma que lo hacía por un bien mayor, para poder ayudar a la gente y a su ciudad pero en ese momento no le servía de nada, para mayor humillación le dio una última palmada en el trasero y se volvió a la cama.

Eso la libero, apenas si hablo con sus padres que le agradecían mucho mientras le pagaban después salió casi corriendo de esa casa prometiéndose no volver jamás, y ya en la calle fue caminando a paso acelerado hacia su casa. Las reflexiones inundaban su cabeza, tenía dinero suficiente para comprar todo lo que necesitaba y volver como la señora medianoche, seguía siendo virgen pero solo nominativamente sentía que su alma ya era la de una prostituta, no lloro solamente porque tenía hasta los ojos cansados solo se fue cojeando hasta su casa pensando en el futuro.