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La Niñera Obediente II.

en Grandes Series

I

Para Catherine los días siguientes a la primera jornada de trabajo con Mark fueron un completo torbellino de emociones, pasó de la tranquilidad a la vergüenza y de esta a la ansiedad para pasar nuevamente a la tranquilidad en el lapso de unas pocas horas, un ciclo que se repitió bastantes veces a medida que pasaba el tiempo.

Inició todo su caos mental el mismo martes, cuando regresaba a su departamento sentada en el auto al lado de Judith, a diferencia del viaje de ida el trayecto fue recorrido en un silencio incomodo, se miraban reojo de vez en cuando pero no intercambiaron mas palabras, Catherine solo se ponía roja cada vez que se cruzaban sus miradas y tanto Judith como el chofer solo miraban como sus pechos rebotaban con cada sacudida del vehículo.

Aunque sus senos bamboleantes eran motivo para sentirse avergonzada, sobre todo porque por su falta de brasier y la humedad que le dejó la ducha la blusa se le pegaba a la piel y no dejaba mucho a la imaginación, aun así la verdadera razón por la que estaba avergonzada era simplemente porque estaba sentada al lado de ella, no podía estar cómoda al lado de la madre de Mark, después de todo lo que hizo con él las ultimas horas, demonios, aun sentía el sabor de su semen en su lengua, estar ahora al lado de ella parecía incorrecto de varias maneras distintas.

Al menos el viaje no fue demasiado largo, con una rápida despedida se alejó del auto, se sintió más aliviada mientras caminaba a su hogar, ignoró las miradas entre sorprendidas y lujuriosas de los hombres en las calles y llegó sin contratiempos al edificio, hubiera llegado directamente a su departamento, pero en el camino se cruzó nuevamente con el viejo desagradable que tenía por casero.

Normalmente habría pasado a su lado con un escueto saludo, no le debía nada así que no tenía mucho que hablar con él, pero esta vez cuando el gruño algo por lo bajo y quedó mirando fijamente sus pechos casi sin protección sintió como una rara corriente eléctrica le recorría la espalda, se quedó paralizada, mirándolo embobada a menos de dos metros de él, hasta podía sentir su olor a sudor y cerveza barata, él apenas se dio cuenta mirando hipnotizado los pechos que se movían con cada respiración agitada y tal vez hasta sus pezones que se notaban claramente a través de su delgada camiseta.

Por un momento se sintió aturdida, como un conejo frente a los faros de un auto, su propia reacción la confundió, miró al hombre frente a él para ver si había cambiado algo, todo era igual, su barba canosa y descuidada, su rostro arrugado y su barriga prominente que se podia ver la parte baja a través de la camiseta muy corta para él, al notar que era igual la única explicación que pudo encontrar es que la que había cambiado era ella, la idea la asustó y despertó lo suficiente como para moverse, se alejó con un gruñido y entró en su departamento en tiempo récord.

Se quedó un rato al lado de la puerta, respirando algo agitada y las mejillas enrojecidas, se habría quedado así, pero recordó la ultima orden que le dio Mark y escribió un rápido mensaje en su teléfono, ya llegué dijo sencillamente mientras se tendía en su cama, la respuesta llegó unos minutos después como un OK, esperó pacientemente una media hora más, pero no le llegó otro mensaje, finalmente agotada se durmió y terminó ese extraño día.

Los días siguientes fueron parecidos, fluctuaba entre la calma y la vergüenza al recordar todo lo que había hecho, ni siquiera se atrevía a salir de su departamento por miedo a encontrarse con el casero, no por que el fuera a hacer algo, si no porque ella no sabía cómo ella misma reaccionaría, la idea de que podría disfrutar de la mirada de ese tipo la aterraba, en ese momento esperaba mas que nunca a que Mark le enviara un mensaje, pero el teléfono se mantuvo en silencio durante días, para su angustia, tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no bombardearlo a mensajes, sentía que eso sería renunciar a la poca dignidad que le quedaba.

Por lo que pasó los siguientes días encerrada, solo salió cuando se le acabaron las provisiones, aun así salió a oscuras y rápidamente, compró lo que necesitaba e iba a volver a su casa, pero se dio cuenta que era media tarde, si iba seguramente se cruzaría con otras personas en el edificio sobre todo con su casero que casi siempre estaba allí, lo sabía de cuando lo evitaba para no que no le cobrara la renta, y la verdad es que ella no se sentía preparada para encontrarse con él, ella misma lo encontraba surrealista cuando pensaba en ello, su casero ni siquiera se imaginaba el efecto que provocaba en ella con solo mirarla, aun así no quería arriesgarse.

Para no apresurarse en llegar a casa ella decidió dar unas vueltas en la zona comercial de la ciudad, ya lo había hecho antes, pero era la primera vez que lo hacía con dinero que podia gastar, era una sensación extraña para ella, miraba los escaparates con una mirada distinta y después de algunas vueltas una extraña idea asalto su cabeza, no había pensado como iría vestida para la próxima prueba con Mark.

La vez anterior había ido con ropa sencilla, pero esta vez quería ir mas preparada, mas sensual, la sola idea era suficiente para que se enrojecieran sus mejillas aun así persistió en ella, dio unas vueltas mas por la zona, esta vez con un objetivo en mente, compró varias prendas de ropa de distinto tipo y diseño aunque todas tenían en común que acentuaban sus curvas y mostraban suficiente piel para hacerla ver aun mas sexy que la última vez, también llevó un poco de perfume y maquillaje y otras cosas todas pensadas para el fin de semana en casa de Mark.

Después de sus compras, se fue satisfecha a su casa, olvidándose que debía hacer tiempo para no encontrarse con el casero, pero Catherine tuvo un extraño golpe de suerte y a pesar de la hora se encontró con el pasillo completamente vacío.

No salió de su casa en los siguientes días, la angustia y vergüenza aun le llegaba por momentos pero menos frecuentemente, ahora era reemplazado por ansias y expectativas, revisaba su ropa constantemente aun indecisa de como iría vestida, practicaba maquillándose largos ratos frente al espejo y miraba taciturna el teléfono esperando algún mensaje de Mark, se sentía como una quinceañera algo tonta, no podía creer como se había reducido a esto por un chico con casi la mitad de su edad, a pesar de sus dudas no podía pensar él sin sentir que se derretía por dentro.

Las cosas siguieron así hasta el viernes, el día anterior al fin de semana acordado, Catherine al fin había alcanzado algo de paz interior, no había perdido su deseo, sino que se resignó a él, se daba cuenta que algo había despertado en ella, no tenía sentido seguir negándolo solo podia vivir con eso y disfrutarlo mientras pueda.

Pasó el día terminando de decidir como iría vestida y ultimando algunos detalles de su presentación personal, pasó la mayoría de la tarde afeitando con su sumo cuidado su pubis, hasta que quedó suave como la piel de un bebe, estaba probándolo con sus dedos cuando el teléfono hizo el sonido que había esperado toda la semana, olvidándose de que estaba desnuda de la cintura para abajo salió corriendo del baño y tomó el teléfono y miró el simple mensaje de Mark, Mañana 11 am no traigas ropa interior, no le importó que sus planes de vestimenta cambiaran ligeramente, solo sonrió feliz y escribió una respuesta, Claro😊, ¿quieres algo más?, quedó mirando fijamente el chat abierto hasta que ya se hizo evidente que no recibiría una contestación, la falta de respuesta no le afectó tanto como la ultima vez, de todas maneras lo vería al día siguiente así que simplemente se fue a dormir.

II

 

Catherine reprimió un bostezo con el dorso de su mano, no había dormido muy bien, estuvo nerviosa y ansiosa toda la noche, dejándole dormir solo a ratos y muy superficialmente, al menos estaba sin grandes ojeras pensó al mirarse en el espejo retrovisor del taxi en que iba, esta vez rechazó amablemente la oferta de Judith de ir a buscarla,  no quería que se repitiera la incomodidad de su ultimo viaje, el taxista recorrió todo el viaje sin palabras para la joven que se movía aun nerviosa en su asiento, estaba ocupado mirando sus piernas desnudas por el retrovisor.

Finalmente llegaron, Catherine pagó rápido y se bajó del vehículo, el taxista se quedó mirando nostálgico su trasero mientras se alejaba, ella entró al edificio y tras un escueto saludo al portero se subió al ascensor y fue al último piso.

En el trayecto se miró en el espejo una ultima vez, le costó elegir su vestimenta pero creía haber acertado, se había decidido por una falda negra y suelta que llevaba por encima de la rodilla y una blusa blanca que era de un material elástico que se le pegaba completamente a cada parte de su torso, era casi transparente y mostraba bastante, era diseñado para llevarlo con ropa interior por supuesto, por esa razón es que iba con una chaqueta que la cubrió durante el trayecto, chaqueta que se sacaría de inmediato al llegar allá, también llevaba una muda de ropa en un bolso pequeño, porque tendría que estar dos días en la casa de Mark.

El ascensor llegó al piso echó un último vistazo al ligero maquillaje que había decidido y entró al piso con su tarjeta de seguridad, al poner un pie en el pasillo sintió como su nerviosismo desaparecía de golpe y una extraña calma cubrió su mente, avanzó lentamente mientras se sacaba la chaqueta y se la dejaba bajo el brazo, caminó con lentitud por el pasillo sin prestar tanto atención a los adornos de las paredes como la última vez, estaba expectante que en cualquier momento aparecería Mark esperándola, pero no fue así, entró a la sala sin haberlo visto y se dirigió hacia el televisor que para su agrado estaba apagado.

Pudo ver la nuca del joven por encima del respaldo del sillón se acercó con toda la gracia que pudo reunir y se quedó con el saludo en la garganta, en el sillón estaba Mark pero este no estaba solo, a su lado había una hermosa jovencita que se inclinaba cariñosamente sobre él, la imagen la dejó estupefacta, tanto como ella cuando la miró de vuelta y específicamente como iba vestida, se quedaron mirando fijamente hasta que Mark notó su presencia ,de inmediato sus ojos quedaron fijos en sus pechos de una manera que a Cathy debió parecerle grosera pero que solo hizo que su cuerpo se estremeciera.

- siéntate- le dijo con voz firme, Catherine obedeció de inmediato, se sentó en el mismo sillón apartado que la ultima vez, mientras en el sillón Mark dejó de mirarla y continuó su conversación con la chica a su lado, ambos se inclináron sobre el otro e ignoraron deliberadamente a Cathy, ella solo se quedó quieta y en silencio mirando como el joven que había estado esperando toda la semana ver se concentraba en otra mujer en frente suyo.

Esperó pacientemente otra orden o que se fijara en ella, pero esperó en vano, durante la siguiente media hora fue como si ella no existiera en la habitación, la vez anterior paso algo parecido esa vez estuvo centrado en un videojuego, pero solo sintió apatía y tal vez algo de aburrimiento, ahora se sentía completamente enojada, cruzó los brazos sobre su pecho e hizo un mohín mientras los miraba, la joven era bonita tenía que reconocerlo, debía de tener la edad de Mark o tal vez un poco mayor, delgada y un poco mas alta que él, de cabello rubio y un rostro delicado con unos bellos y grandes ojos verdes, tenia un cuerpo de bailarina con curvas delicadas y piernas largas y firmes.

Catherine se quedó sentada, sintiendo como si tuviera una piedra en el estómago, temblaba ligeramente y solo quería ponerse a llorar, ni siquiera podía prestar atención a lo que hablaban, le pareció que era algo sobre trabajo escolar, pero no le quedó claro y en realidad tampoco le importaba mucho, solo esperó lo mas pacientemente que pudo usando todas sus fuerzas para no gritar ni llorar.

Finalmente dejaron de hablar, se pusieron de pie y se despidieron con un abrazo y un beso en la mejilla, con voz seca Mark le ordenó que la acompañara a la puerta, antes de darse cuenta de lo que pasaba se puso de pie y caminó a su lado hasta la salida de la casa, fue como si sus piernas tuvieran voluntad propia, caminó con la cabeza baja solo escuchando los pasos de la joven a su lado, sin atreverse a mirarla llegó hasta la puerta usó su llave de seguridad para llamar al ascensor y se quedó a un lado aun mirándose los pies, se hubiera quedado allí hasta que ella se fuera pero ella le tomó la barbilla y le obligó a levantar la vista hasta ver sus grandes ojos verdes.

- No sé quién eres tú- le dijo con voz desagradablemente dulce- y no me puede importar menos, pero en mi vida había visto alguien mas patética- Cathy con lo dolida que estaba antes, bastó sentirse atacada para pararse derecha y mirarla con molestia, pero no le respondió- crees que viniendo aquí mostrando tus tetas como una vaca cualquiera ¿vas a conseguir algo? - acompañó su pregunta con un ligero golpe a su pecho derecho.

Catherine escuchó con atención y por un segundo se ofendió e iba a responder cuando notó la situación en que estaba, siendo regañada por una adolescente que apenas le llegaba a la barbilla, su molestia se transformó en vergüenza, porque tampoco podía negar que tenía razón lo que le decía la chica, a falta de otra respuesta que no fuera arrojarla al ascensor, solo sonrió con tensión e indicó la puerta abierta del ascensor.

- espero que tenga un buen día señorita- antes de seguir siendo insultada se dio vuelta y cerró la puerta a sus espaldas, se quedó un rato así apoyándose en ella, conteniendo las lagrimas en sus ojos, avanzó después de un par de respiraciones profundas, caminando por el pasillo con mucho menos entusiasmo que la anterior vez.

Llegó a la sala junto a Mark nuevamente, este estaba sentado tranquilamente en el sillón de siempre, con pasó lento se quedó de pie delante de él, aun estaba dolida no quedaba nada del entusiasmo de esta mañana, parte de ella quería irse simplemente, darse la vuelta, marcharse a su casa y llorar en su cama, la razón por la que aun se quedaba no era el dinero, se quedaba únicamente por Mark, porque él no le había dicho que se fuera, era poca base para sujetarse pero era lo único que Catherine tenía.

Ahora que estaba de pie frente a él, Mark se inclinó hacia atrás y disfrutó de la vista de la hermosa chica que tenía frente a él, sin darse cuenta de su expresión al borde de las lágrimas, Cathy notó dos cosas, en primer lugar su bolso y su chaqueta ya no estaban donde ella la había dejado, lo segundo es que Mark tenía una notoria erección aprisionada en el pantalón, eso no sirvió para hacerla sentir mejor, ni siquiera sabía si lo había provocado ella o la joven que ya había abandonado el lugar.

- veo que obedeciste mi orden- dice Mark, indicando con la mano su busto- al menos en la parte de arriba, muéstrame debajo de tu falda. - Catherine de inmediato llevó sus manos a los bordes de su falda y los levantó hasta su cintura, dejando completamente descubierta su depilada entrepierna, la orden fue llevada a cabo sin dudas, pero también sin entusiasmo, la mirada lujuriosa de Mark sobre su entrepierna solo le generó un pequeño cosquilleo donde antes le habría nublado la mente de placer.

-ponte sobre mi- continuó ordenándole, Cathy no se hizo de rogar con suavidad se puso sobre el sofá con las rodillas rodeando los muslos de Mark, pensó en sentarse sobre el regazo del joven, pero prefirió mantenerse derecha sobre él, con sus senos delante de su rostro  y su parte baja al alcance de sus manos, manos que usó de inmediato envolviendo su trasero y apretando con firmeza, la sensación de sus dedos sobre sus nalgas sobando y apretando le devolvieron algo de la ansia sexual con la que llegó, pero no era nada en comparación a la vez pasada, Mark debió presentir que algo estaba mal, tal vez por lo rígida y fría que estaba, la empujó suavemente por los hombros hasta que ella quedó sentada en sus rodillas.

Su trasero desnudo quedó sobre las rodillas de Mark, Cathy se inclinó hacia atrás y se quedó esperando sorpresivamente cómoda en esa posición, el joven recorrió su cuerpo con sus ojos y manos, desde sus rodillas hasta sus hombros, con una lentitud y suavidad que ella le parecía familiar, por un segundo se olvidó de sus preocupaciones y se relajó, disfrutó un poco al menos hasta que las manos llegaron hasta su cara y se apartaron con brusquedad.

Se quedó estupefacta pero no tanto como Mark en frente de ella, su rostro reflejaba sorpresa absoluta y tal vez algo de miedo, por instinto Catherine llevó sus manos a su rostro y recién allí sintió la humedad en sus mejillas, había estado llorando sin darse cuenta, rápidamente llevó sus manos al rostro y se limpió  las lagrimas pero el daño ya estaba hecho, el pobre adolescente se inclinó hacia atrás tanto que casi se sumergió en el cómodo sofá, abrió la boca aturdido y balbuceó un par de veces sin tener idea de que hacer o decir.

- ¿Qué...? ¿qué te pasa? - pudo pronunciar finalmente, mientras ella aun intentaba limpiar todo rastro de lágrimas de su rostro.

 -nada- dijo intentando disimular, pero sus lagrimas no se detenían incluso casi podía sentir un sollozo en su garganta luchando por escapar, trató de inclinarse sobre el para que se olvidara y siguiera con lo suyo, pero este la sujetó de los hombros y le impidió acercarse.

-habló en serio dime que te pasa, es una orden- eso la convenció, en ese momento las palabras que firmó en el acuerdo se habían convertido en una instrucción absoluta, de una manera que iba más allá de la simple obligación legal, para ella una orden de Mark era algo que no solo cumplía de inmediato sino que ni siquiera dudaba, ni siquiera que fuera como este caso, que lo que menos quería era decirle la verdad, empezó a hablar, bajó la cabeza y le dijo todo, absolutamente todo, como había estado todo el tiempo desde la última vez con emociones fluctuantes, como esperaba su mensaje en todo momento durante la semana, como ansiaba volver a verlo contando los días y apresurándose a venir incluso gastando dinero para ser más atractiva para él, su llegada y encontrarlo al distraído con otra chica,  como la ignoró a pesar de todo lo que se había esforzado, la estocada final que le dio a su espíritu la chica a las puertas del ascensor.

Mark la escuchó con calma, Catherine esperaba que en cualquier momento él la interrumpiera, que le dijera que no se creyera mas de lo que era, que era básicamente una prostituta glorificada, incluso esperaba una bofetada o tal vez incluso peor una risa burlona, temblaba ligeramente mientras hablaba, decir toda la verdad en voz alta, verdad que ni siquiera se había atrevido a reconocerse a si misma, fue a la vez liberador y aterrador, decirlo frente a la encarnación misma de su deseos y miedos hicieron de la experiencia aún más…perturbadora.

Finalmente terminó de contar sus miedos e inseguridades se quedó callada, siguió con la mirada baja y el rostro abnegado de lágrimas, no tuvo que esperar demasiado Mark reaccionó finalmente, no con una bofetada como se temía, solo apoyó su mano en su cabeza y acarició suavemente su pelo, la gentileza de su mano le sorprendió, alzó la mirada y vio su rostro, no se veía molesto o decepcionado, se veía preocupado y algo culpable, se dejó acariciar por un rato pero finalmente se inclinó sobre el hasta que su cabeza estuvo apoyada sobre su hombro.

Pasaron largos minutos así, sentados y cómodos uno junto a otro,  en ese tiempo Catherine se calmó y se relajó, se acomodó mas de manera que quedó a horcajadas sobre sus muslos y sus pechos casi sobre su rostro, tanto movimiento hizo reaccionar a Mark, la sujetó del pelo de su nuca, con firmeza aunque sin causarle daño, de la misma manera la acercó a su rostro y la besó con brusquedad, Cathy no tardó ni un segundo en devolverle el beso con pasión, sus lenguas se entrecruzaron y bailaron entre ellas, las manos del joven abandonaron su cabello y la sujetaron del trasero masajeando sus nalgas por debajo de la falda, ella respondió con un gemido satisfecho sin dejar de besarlo.

Por un acuerdo tácito se separaron y se miraron sonrientes por un momento, Mark soltó su trasero lentamente y dejó sus manos reposar en su cintura, por unos minutos tan solo se miraron a los ojos y Catherine sintió como las ultimas partes de su preocupación desaparecían y eran reemplazados por las oleadas de placer que había estado esperando toda la semana.

- anda al baño, límpiate y regresa aquí- dijo al fin, de inmediato ella hizo lo que le decían, mientras se levantaban recibió una sonora nalgada, solo lo respondió con una risa coqueta antes de dirigirse al baño, nada mas llegar se miró al espejo, era un maldito desastre, sus lagrimas habían dejado su maquillaje corrido y disparejo, sus ojos estaban hinchados y tenía saliva seca en la barbilla, sin demorarse mas se lavó con agua del grifo, fue lenta y minuciosa por lo que se tardó varias minutos, cuando terminó la única muestra que quedaba de su indeseado llanto eran sus parpados hinchados, decidió no volver a maquillarse y salió sin más demora del baño.

Encontró a Mark en el sillón de siempre, en la mesa frente a el había varios bocadillos y algunas bebidas, Mark en ese momento ponía algo en el televisor, por un segundo Cathy pensó que se pondría a jugar como la primera vez, pero notó que era una película que estaba pausada desde el inicio, se quedó parada junto a él en una posición respetuosa esperando instrucciones.

-Cathy- dijo al verla, esa sola palabra bastó para sacarle una sonrisa, era la primera vez que él decía su nombre, parte de ella pensaba que simplemente lo había olvidado- ven conmigo, veamos esto juntos.

La niñera se sentó a su lado y se acurrucó con él, de inmediato el dio inicio a la película y al mismo tiempo comenzó a acariciar a la joven a su lado aprovechándose de lo desprotegido que estaba su cuerpo con su ligero conjunto de ropa.

III

 

Estuvieron en esa forma durante la hora y media que duró la película, durante ese rato ambos estuvieron apretados y acaramelados entre ellos, en algún momento de la película ella se terminó recostando en su regazo para darle más acceso a su cuerpo sobre todo su trasero, intocable mientras permaneciera sentada, pero a pesar de todos sus esfuerzos Mark solo le dio un manoseo superficial, manteniendo su excitación, pero sin aumentarla o acercarla al ansiado clímax.

Catherine esperó pacientemente, se dejó controlar y se alimentaba de la comida que Mark le llevaba a la boca,  también le devolvió el favor en algunas ocasiones alimentándolo de la misma manera, pero era diferente, ella le daba comida con devoción como si fuera su función alimentar a un emperador, él en cambio la alimentaba con cierta condescendencia, como quien le da bocadillos a una mascota querida, Catherine se daba cuenta que ese acto inocente trataba de dejar esclarecida la naturaleza  de su relación, a ella no le importaba, disfrutaba de su posición, y la idea de estar sometida a ese chico le daba una sensación de satisfacción plena que no creía que podría conseguir de otra manera, mientras pensaba con morbosidad en lo bajo que había caído en tan poco tiempo cuando la película finalmente llegó a su fin.

Se quedaron unos minutos más en la misma posición, los dedos de Mark se movían inquietos sobre el pubis de su niñera, ella gemía suavemente aun expectante y se contorneaba entre sus piernas disfrutando de su atención, hasta que con unas cariñosas palmadas en el trasero la daba a entender que debería levantarse, se puso de pie con lentitud y quedó seria con la mirada baja, obediente.

- es hora de hacer otra cosa ¿no crees? – ella asintió rápidamente, algo le decía que finalmente tendría sexo con ella y estaba impaciente- quiero que limpies mi habitación- Cathy abrió los ojos sorprendida y luego se rio por lo bajo, no era la primera vez que la sorprendía de esa manera, en ese momento ya estaba segura de que lo hacía apropósito, no se preocupó demasiado, de todas maneras, asumía que no tendría que esperar demasiado.

-Entiendo…, tu habitación está en…- él le dio rápidas instrucciones para llegar allí, se giró e iba hacía allí cuando el habló de nuevo.

-espera- se quedó estática como por arte de magia, incluso quedó con el pie en alto en una cómica posición, se giró de nuevo y lo miró entusiasmada- aunque apruebo la ropa que elegiste, creo… que no la vas a necesitar para esto, quítatela.

Dudó  solo por un segundo, mas que nada para decidir que se quitaba primero, decidió por los más simple, se agachó y se quitó las zapatillas quedándose descalza rápidamente, luego tratando de ser sensual se quitó la falda lentamente y dando un paso al costado la dejó abandonada en el suelo, finalmente le dio la espalda a Mark y se quitó la blusa con un grácil movimiento y la tiró sobre su falda, luego expectante por la reacción del adolescente se volteó y abrió ligeramente las piernas, dándole una visión completa de cada parte de su cuerpo.

Para su sorpresa lo encontró de pie frente a ella mirándola con absoluta satisfacción, ella solo sonrió mientras sentía como los ojos del muchacho quemaban su cuerpo desnudo solo con su mirada, nunca había sentido algo así, al estar así de desnuda y expuesta hizo que cada centímetro de su piel ardiera de deseo incontrolable, tuvo que usar todo su autocontrol para no abalanzarse contra él y rogarle que se la follase, esperaba que tuviera algo especial planeado por lo que caminó lentamente hacia la habitación, notando que el caminaba a su lado sin poder apartar sus ojos de su cuerpo.

Catherine caminó balanceando sus caderas coqueta, a través de su mente inundada de placer notaba que tenía hasta el nacimiento de sus muslos mojados con sus propios jugos, suerte para ella que Mark caminaba observando simplemente, no estaba segura que podría soportar su toque sin correrse o perder su escaso autocontrol, cuando llegaron a la habitación del joven su mente se despejó un poco, estaba tan desordenada, ropa esparcida por todos partes, libros y revistas arrumbaos en el suelo, platos sucios y envoltorios vacíos a los pies de su cama y eso es solo lo que alcanzaba a ver, se quedó algo aturdida hasta que una sonora nalgada la hizo dar un brinco con un respingo, después de mirar atrás se rio ligeramente se puso manos a la obra.

 

IV

 

Fue una labor larga y difícil pero no imposible para nuestra protagonista, una de las decenas de trabajos que había realizado era precisamente de limpieza en un bar, no era el trabajo mas agradable que había tenido, pero al menos la preparó para limpiar ese desastre, fue esquemática y organizada llenó bolsas de basura y ordenó libros y revistas, incluso se dio el tiempo de separar las revistas por categoría, lo que no era difícil porque casi todas era pornográficas de las ligeramente eróticas a abiertamente obscenas, habría terminado en unas horas sino hubiera sido por Mark.

Mientras ella trabajaba el se quedó sentado en el centro de la habitación, cada vez que ella pasaba a su lado la toqueteaba, le agarraba los pechos, acariciaba su pubis o piñizcaba su trasero, no hubiera sido una molestia sino fuera porque ella se quedaba quieta mientras lo hacía olvidándose de su trabajo, tenia que recibir una nalgada para reaccionar y seguir trabajando, además de al darse cuenta de lo que hacía pasaba cada vez que podía cerca del joven demorando demasiado su objetivo.

Hubiera estado trabajando así el resto del día si Mark no se hubiera dado cuenta y decidiera retirarse de la habitación, a pesar de la decepción de Cathy fue suficiente para acelerar su labor, se puso a trabajar con mas empeño y pese a sus propios cálculos terminó en menos de una hora, miró en todas direcciones con la satisfacción del trabajo bien hecho, no se había dado hasta ese punto lo espacioso que era, ya debería estar acostumbrada a que cada habitación de ese lugar fuera mas grande que el cuartucho a que llamaba su casa, pero le seguía pareciendo increíble, el cansancio que sentía se lo recordaba, lo único que quería era darse una ducha, tenía una fina capa de sudor cubriendo su piel y algunos rastros de polvo humedecido y otras basuras que se le habían pegado al cuerpo, fue lentamente hacia la sala buscando a Mark lo encontró cerca de lo cocina jugueteando con su laptop, la vio nada mas aparecer frente a él la miró con lujuria y ella bajó los brazos reprimiendo el impulso de cubrirse, no la avergonzaba su desnudes sino lo sucia que se encontraba, el no notó nada y simplemente la miró con gusto.

-terminé de ordenar- dijo aun avergonzada- ¿puedo usar tu ducha?

-adelante- dijo con una sonrisa y con una extraña mirada en los ojos, cuando ella se dio vuelta continuó- una pregunta, ¿Qué prefieres? Pizza o comida china.

-pizza- dijo simplemente y le dio la espalda, mientras se dirigía al baño se aseguró de que sus caderas se contornearan lo suficiente como para darle una buena vista al joven, ella no pudo verlo, pero el miró su teléfono un momento mas y decidió que la llamada por comida podría esperar y se dirigió al baño.

Mientras Catherine estaba disfrutando de su merecida ducha el joven entró al baño, sin mayor problema ya que estaba sin pestillo, ella no se percató porque estaba con los ojos cerrados y ensordecida por la corriente de agua, el muchacho con cuidado encendió el agua de una tina de jacuzzi ubicada en una esquina del baño, rápidamente alcanzó la cantidad y temperatura que quería, se desvistió y se preparó a meterse a la ducha con su niñera.

Cathy suspiraba relajada mientras el agua caliente le corría por el cuerpo, sentía que su cansancio iba desapareciendo lentamente, no notó cuando Mark entró desnudo a la ducha y se puso detrás de ella, cuando el la abrazó por atrás y apretó sus pechos por sorpresa ella emitió un grito ahogado y lanzó un rápido codazo hacía atrás, estuvo a 3 centímetros de darle en la sien y mandarlo a dormir pero se detuvo a tiempo, dándose cuenta quien era se relajó de inmediato y se dejó hacer a su discreción.

Mark jugueteó con sus pezones mientras ella instintivamente abrió sus piernas y apoyó sus manos contra la pared de la ducha, cuando ella sintió el pene erecto del joven contra sus nalgas gimió necesitada y empujó su trasero hacia atrás empujando a Mark hacia atrás, por un segundo sintió que sus esfuerzos sirvieron de algo y que el miembro del chico bordeaban sus labios inferiores, empezó a gemir y a balbucear en voz baja, el chico curioso se inclinó sobre ella para poder oírla por sobre el sonido de la ducha.

- follame… por dios, lo necesito, métemela lo necesito, por favor- el adolescente se había estado conteniendo pero existen pocos hombres que puedan resistir una solicitud así, de todas maneras aguantó lo suficiente para salir de la ducha arrastrando del brazo a su niñera, Cathy pensó que iba a llorar, veía como otra vez iba a quedar con ganas de que ese chico la follara como quería, ni siquiera la había dejado terminar de ducharse, aun estaba enjabonada, pensó que la llevaría a otra parte, se sorprendió cuando se dio cuenta de su destino.

Vio la tina y entendió lo que él quería sin esperar mucho se metió con delicadeza al agua y vio como el hacía lo mismo casi encima suyo, se recostó sobre uno de los bordes y dejó que el se pusiera entre sus piernas, ni siquiera se preocupo en la temperatura del agua, solo veía el cuerpo flacucho del joven como si fuera un adonis y acariciaba su pecho con suavidad, Mark no estaba para seguir demorándose, alineó la cabeza de su pene con su vagina, iba a entrar lentamente pero tampoco ella estaba para seguir demorando el asunto, envolvió su cintura con sus piernas y de un solo tirón lo atrajo hacia sí.

Ambos gimieron al unísono, por primera vez en mucho tiempo Cathy se sentía completa gritó de placer cuando él llevó sus manos a los pechos y apretó como si la vida se le fuera en eso, sintió dolor, pero fue aplastado por las oleadas de placer que la bombardeaban, fue suficiente para soltar el agarre sobre la cintura y lo remplazó con un simple abrazo en los hombros, con la nueva posición Mark aprovechó para darle un beso profundo metiéndole la lenga prácticamente hasta la garganta, también usando nueva libertad comenzó a moverse al interior de su dispuesta niñera.

Mark soltó sus pechos y envolvió su trasero bajo el agua, Cathy apenas sintió sus dedos hundiéndose en la suave piel de sus glúteos, porque en ese momento el adolescente empezó un saca y mete torpe y sin ritmo pero suficiente para que ella gimiera cada vez que llegaba hasta el fondo, el agua de la tina caía por los bordes ante el movimiento violento, Mark dejó de besarla y decidió morderle el hombro mientras sus movimientos pélvicos pasaban de ser torpes a ser simplemente salvajes, de no estar tan perdida en el placer le habría dicho al chico que se contralora un poco, pero en ese momento en lo único que pensaba es que fuera más rápido.

Sin pedirlo cumplió su deseo, e incontrolablemente sus gritos se fueron haciendo más altos y más cercanos entre sí, Catherine había estado al borde del orgasmo muchas veces a lo largo del día, esta vez ya no pudo contenerlo más, con un último grito de placer su espalda se arqueó y sus ojos se volvieron blancos cuando el orgasmo mas poderoso de su vida lo atravesaba, por mas de dos segundos su mente se quedó en blanco y sus músculos perdieron fuerza antes de relajarse y quedar semi consciente en los brazos de Mark, por suerte para su cansado cuerpo el muchacho también había llegado a su límite, con un último empellón llenó de semen el interior de Catherine.

Ambos se quedaron resoplando por varios minutos, disfrutando del agua que quedaba y del mutuo contacto, Catherine pestañó un par de veces y lentamente se deslizó al mundo de los sueños, después de un rato Mark notó su respiración tranquila y se rio mientras salía de la tina miró por un segundo su aun persistente erección y a su dormida niñera, tenía el resto del fin de semana podía dejarla descansar un rato, pensó mientras salía del baño.

 

V

 

Catherine abrió los ojos con lentitud, se tardó unos segundos en darse cuenta donde estaba y recordar donde estaba, se levantó rápido de la tina y se secó con una toalla que estaba cerca, salió del baño y al notar la luz de la ciudad en la ventana se dio cuenta que no había dormido mucho rato, debían ser las 8 de la tarde, caminó hacia la sala sin tener el impulso de cubrir su desnudes ahora que estaba limpia, lo encontró en el sillón habitual, con ropa distinta, un pantalón corto y una camiseta suelta, tenía apariencia de piyama y dada la hora no era una idea alocada.

Se quedó a su lado mirándolo los 3 segundos en que el se tardó en notar su presencia, probablemente caminando descalza no hacía demasiado ruido , cuando la vio sonrió y le mostró el celular que estaba usando.

-compre comida y me acaban de llamar de recepción, el vendedor esta subiendo por el ascensor ahora- le estiró unos cuantos billetes y continuó- anda y págale.

-ok- dijo tomándolos, pero cuando escuchó el timbre y se dirigía hacia allá, se dio cuenta de un simple, aunque grave problema, su ropa o mas concretamente la falta de ella, se dio vuelta con dudas e iba a decirle sus preocupaciones a Mark, pero al ver su rostro firme supo que no había sido una equivocación, él quería que fuera desnuda a recibir a un desconocido repartidor de pizzas, por un segundo pensó en quejarse pero se detuvo, la orden había sido clara y ella misma se molestaría con ella por desobedecerlo, además, la idea no le parecía tan horrible como sería esperable.

Nuevamente cruzó el pasillo esta vez con una mezcla de miedo y anticipación, al llegar a la puerta sentía que sus piernas temblaban y que se quedaba sin aire, tuvo que reunir fuerza solo para abrir ligeramente la puerta, lo suficiente para que pudiera pasar su cabeza y su brazo izquierdo hasta el hombro.

Al abrirlo pudo ver a un joven  de unos veintitantos con el uniforme típico de las pizzerías, era de apariencia común y se veía bastante distraído, al menos hasta que la vio sacar el brazo por la puerta, hablaron bastante poco, ella preocupada de terminar rápido y que no alcanzara a ver nada por la puerta y el sospechaba que andaba con poca ropa y quería echar un vistazo si era posible, el corazón de Cathy latía tan fuerte que pensaba que el podría escucharlo a través de la puerta, apenas si escuchó el precio de la comida solo tendió los billetes que le pasó Mark,  y le dijo que se quedara con el cambio, el le entregó el paquete de dos pizzas una sobre otra y ahí tuvo el primer problema, apenas si podía sujetar el voluminoso paquete con una mano, se maldijo a si misma, debió haber pedido comida china.

Después de unos segundos de intentos de tratar de entrar el paquete con una mano, se resignó viendo que el repartidor notaba su dificultad y que no tenía intenciones de marcharse hasta que ella cerrara la puerta, finalmente abrió mas la puerta lentamente, el rostro del repartidor le mostró claramente que podía ver su pecho izquierdo por el espacio de la puerta, Cathy tenía su rostro completamente rojo y su respiración agitada, tratando de simular estar en perfecto estado mental tomó el paquete con ambas manos y finalmente lo pasó a través de la puerta, mostrando sin esperarlo la mitad completa de su cuerpo desnudo, se quedó paralizada por un segundo notando como el repartidor fijaba su vista en la parte visible de su pubis, antes que murmurara una despedida y cerrara la puerta de una patada.

Recorrió rápidamente el pasillo hacia la cocina, queriendo alejarse rápidamente del desconocido que la había visto desnuda, aun sentía a su corazón que corría como un caballo desbocado y su rostro rojo hasta las orejas, pero a pesar de todo lo avergonzada que se sentía no podía evitar notar que su exposición había encendido algo dentro de ella, la emoción y la vergüenza se mezclaban a partes iguales y no había llegado a la cocina cuando sentía una nueva humedad entre sus piernas.

Mark estaba esperándola en la cocina con dos platos sobre la mesa, ella rápidamente se sentó a su lado y comieron en silencio y con lentitud, Cathy comía distraída, pensando aun en lo que pasó en la puerta y en como la hizo sentir, restregaba sus muslos y miraba al joven a su lado con un deseo apenas oculto, él por supuesto lo notó sorprendido, no esperaba que estuviera ansiosa tan rápido y si tenía alguna duda los pezones de Catherine lo apuntaban rígidos y exigentes.

La comida no duró demasiado, ambos demasiado impacientes como para disfrutar en calma de su comida, dejaron abandonados sus platos y demás sobre la mesa y ambos caminaron ansiosos hasta habitación de Mark, ella entró primero y sin mirar atrás se quedó sentada en la cama mirando hacia la puerta, vio divertida que él se quedó mirando sorprendido su habitación, seguramente llevaba tanto tiempo si ordenar que se había olvidado como era.

Sacudió la cabeza y se concentró en la bella mujer desnuda en su cama, se acercó lentamente hasta que estuvo a menos de un metro de ella, ella alzó la vista y acercó su rostro buscando que la besara, esta vez el no estaba interesado en eso, con voz seca le ordenó que se colocara sobre manos y rodillas en el centro de la cama, no se tardó un segundo en obedecer esa orden, estaba mirando las almohadas antes incluso que el terminara de dar la orden.

Catherine dobló el cuello y miró como Mark es arrodillaba detrás de ella, se bajó los pantalones cortos y liberó su pene de su prisión, aunque ella no pudo verlo porque de inmediato lo llevó entre sus húmedos labios vaginales, Cathy agradeció internamente tenía miedo de que deseara quitarle su virginidad anal, pero al menos esta vez solo quería su entrepierna.

Al contrario que la primera vez, Mark se lo tomó con mas calma, acarició sus muslos mientras subía las manos hasta que llegaron a su trasero, donde dio unos ligeros golpes y avanzó hasta sus anchas caderas, sujetándola con fuerza, hubo un momento de quietud donde solo se escuchaba los gemidos ansiosos de la niñera, hasta que Mark la jaló con fuerza hasta que sus testículos chocaron con su trasero.

Cathy respondió con un gemido largo y profundo mientras apretaba las frazadas con sus dedos, Mark se quedó un segundo disfrutando de lo estrecho del interior de su niñera, sin pensarlo le dio una sonora nalgada que ella contestó con un gemido mas fuerte si era posible, alegre le dio unas cuantas mas mientras empezaba a entrar y salir de su vagina.

Por un rato solo se escuchaba en la habitación el sonido característico y similar a un estruendoso aplauso, Catherine simplemente se dejó llevar sintiéndose completamente sometida, sus tetas se movían con cada embestida y en algún momento cerró los ojos y su lengua comenzó a colgar de su boca abierta del placer, no tardó mucho en alcanzarse al punto culmine, sintió que sus brazos fueron perdiendo paulatinamente sus fuerzas hasta que terminó apoyando su cabeza en el colchón, su anhelado orgasmo llegó segundos después acompañados por la nalgada mas fuerte que le había dado Mark.

El adolescente vio cómo su niñera gritaba de placer y temblaba incontrolablemente hasta que es quedara quieta y en silencio sobre la cama, solo su trasero continuaba en alto mientras parecía inconsciente en esa posición, él estuvo a punto de correrse inmediatamente al ver así, tan vulnerable, agarró su cintura con mas fuerza y aceleró sus movimientos haciendo que Cathy despertara ligeramente del sopor post orgásmico para gemir suavemente y tratar de ponerse en posición nuevamente.

No tuvo tiempo de lograrlo en ese momento Mark sintió que estaba a punto de explotar, sacó su miembro del interior de Cathy y se corrió salvajemente sobre sus nalgas enrojecidas de las constantes nalgadas que le había dado, luego de eso se tumbó a su lado respirando agitadamente por unos minutos hasta que cayó dormido unos minutos después.

Cathy se quedó así por un segundo, con su trasero en alto y el rostro hundido en la cama, lo incomodo de su posición no la dejaba dormirse, tardó varios minutos en reunir suficiente fuerza para ponerse en movimiento, se levantó de la cama lentamente se aseguró que Mark estuviera debajo de las frazadas de la cama y apartó su pantalón corto dejándolo en el suelo, luego se acostó a su lado y apoyando la cabeza en su pecho se durmió abrazándolo con suavidad.

Nota del Autor: hola, gracias por leer el relato, espero que les haya gustado, esta vez pude presentar la continuación de esta historia en un plazo prudente, pero me temo que la tercera parte se demorara mucho mas, la razon es que estoy sin ideas para una continuación, asi que tengo que pensar un tiempo en como continuarlo, por cierto estoy feliz de recibir consejos o ideas por los comentarios de aqui o por mi correo, saludos y gracias de nuevo.