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La Niñera Obediente I.

en Grandes Series

I

Catherine caminaba por los pasillos en completa oscuridad, no era la primera vez que recorría ese camino en esas condiciones así que ya conocía el camino, podría haber encendido la luz, pero quería pasar lo más desapercibida posible, por esa razón caminaba con pasos pequeños y lentos, la razón de tanto secretismo era simple, cerca del pasillo por el que pasaba estaba el departamento de su casero, un tipo horrible y desagradable que siempre la asediaba cuando se atrasaba con el pago de la renta, la fecha de pago ya había llegado ayer y al igual que los últimos 3 meses no había podido pagar a tiempo.

Finalmente pudo llegar hasta su puerta seguía moviéndose con lentitud y silenciosa, alcanzó a sacar las llaves cuando escuchó un ruido a sus espaldas, no tuvo que darse vuelta para darse cuenta de que su casero estaba saliendo de su departamento, tratando de equilibrar velocidad y sigilo abrió la puerta y se zambulló dentro, cerrándola a sus espaldas.

No era la primera vez que le hacía un esquinazo a su casero de esa manera, pero esta vez sintió que hubiera corrido la maratón, había sido un día largo y difícil, la tensión emocional fue demasiado para ella y se fue deslizando por la puerta hasta sentarse en el suelo.

Se quedó unos minutos así en la oscuridad, respirando lentamente aun después que el ruido a sus espaldas se acabó, seguramente su casero se había aburrido de vagar en el pasillo, había sido un día horrible, había caminado por horas en el centro de la ciudad ofreciendo sus servicios en distintos trabajos, la mayoría la rechazaron de plano, en otros le hicieron una entrevista rápida y le dijeron que la llamarían pero Catherine vio en sus ojos que no tenían intención de hacerlo.

Ese día había sido la guinda de la torta de un mes también horrible, aunque también podía decir que las cosas venían mal hace mucho tiempo, una serie de malas decisiones y mucha mala suerte la habían dejado así, sin trabajo y el dinero suficiente como para almorzar mañana, ya había estado mal antes, la verdad es que su vida no había sido fácil,  pero esta vez su eterno optimismo estaba desapareciendo,  ya tenía 24 años y otra vez debería empezar de nuevo, apenas si tenía la fuerza para seguir intentando, a pesar de todo su esfuerzo no había conseguido mucho, vivía en un sucio departamento que era básicamente un dormitorio y el baño, no tenía amigos ni familia y ni hablar de novio.

Catherine, suspiró una vez mas y se puso rápido de pie, no podía seguir lamentándose toda la noche, se sentó en su cama mientras encendía su vieja laptop, como siempre se tardó varios minutos en encender pero ella esperó pacientemente, no es que tuviera otra cosa mejor que hacer, finalmente pudo usarlo y entró a todos los portales de empleo que conocía, como había hecho los últimos días, postuló a todos los trabajos que tenía alguna posibilidad de ser elegida, luego dejó el equipo suspendido y fue a darse una ducha.

Volvió 15 minutos después, envuelta en una toalla y el pelo aun algo húmedo, se sentía algo más tranquila y relajada iba a apagar su laptop e irse a dormir cuando vio que tenía una notificación de su correo electrónico, revisó sorprendida y esperanzada y no se decepcionó, era una invitación a una entrevista de trabajo que sería mañana temprano, por la redacción del correo realmente parecía que tenia una oportunidad seria de conseguir el trabajo, pero mantuvo a raya sus expectativas, revisó de que oferta de empleo era y notó que tampoco daba mucha información.

La oferta de empleo era bastante escueta, pedía a una mujer soltera entre 21 y 28 años, atractiva y con disponibilidad inmediata, al menos Catherine no tenía nada que preocuparse en el factor atractivo, cualquiera que la viera al pasar no dudaría que era bien parecida, tenía una estatura media un cabello largo y negro y una piel blanca y suave, tenía además un lindo rostro con labios gruesos y unos ojos color avellana y bastante expresivos, pero lo que realmente destacaba de ella era su cuerpo curvilíneo, a pesar de su cuerpo delgado tenia un trasero pronunciado y firme y unos pechos grandes y redondos, en definitiva era una bella y sensual mujer.

A pesar que cumplía todos los requisitos y que la entrevista se veía prometedora no podía evitar tener dudas, se veía algo sospechoso, la manera en que la apariencia física parecía ser realmente el único requisito y el hecho que le enviaran la respuesta 20 minutos después de postular además de lo anormal que contestaran a esa hora, al menos la entrevista era en un café popular en el centro así que no era una trampa para secuestrarla o algo así, de todas maneras le parecía raro.

Catherine suspiro profundamente por segunda vez esa noche, normalmente habría declinado la oferta, pero ahora estaba al borde del abismo y no podía declinar una oportunidad así, si seguía este ritmo en una semana no tendría para comer o hasta la echarían de su departamento, tal vez no quedaría en la calle, su casero tenía la mala fama de aprovecharse de las mujeres jóvenes como ella que no podían pagar el arriendo, las hacía acostarse con el a cambio de permitirle quedarse en él departamento,  aun así Catherine no tenía ninguna intención que ese tipo feo y viejo le pusiera sus manos encima.

Finalmente se dio cuenta que no tenía opción, envió un correo de vuelta confirmando su presencia y por fin apagó todo y se fue a dormir.

II

Al día siguiente llegó al café 10 minutos antes de la hora acordada, se pidió el café mas barato del menú y se lo tomó en silencio mientras esperaba, el local estaba medianamente vacío y no se veía mucho movimiento por lo que se notó de inmediato cuando llegó la persona que la citó aquí, era una mujer de unos cuarenta años bien conservados, alta y morena, vestida con un traje de dos piezas que parecía ser más caro que su departamento, la mujer la notó nada más llegar se fue directamente hacia ella, cuando llegó a su altura Catherine se puso de pie y le dio la mano con cortesía, ella respondió el gesto y con la mano aun sujeta la miró fijamente de arriba hacia abajo.

Catherine no pudo evitar sentirse incomoda, no solo se sentía observada se sentía juzgada y analizada, era como si la mujer viera a través de su ropa con una mirada de depredador, Catherine sintió un escalofrió recorrerle la espalda e instintivamente dio un paso hacia atrás, por suerte la misteriosa mujer aparentemente satisfecha con lo que vio sonrió satisfecha y luego de soltarle la mano se sentó tranquilamente en frente de ella.

Mientras la mujer pedía un café Catherine miró de reojo su ropa, el sentirse tan profundamente observada disminuyó su confianza, había venido con ropa simple, unos pantalones de tela negra y una camisa blanca con poco escote, normalmente se sentiría segura con esa ropa, ahora pensaba que era demasiado simple para ese momento, afortunadamente a ella no le pareció importar y cuando llegó el café empezó a hablar con ella.

Primero se presentó como Juliet, empresaria, no especificó de que pero a Catherine no le quedó duda de que era algo que daba millones, pasó la siguiente media hora preguntándole cosas, su nivel de educación, experiencia laboral, en general las cosas típicas que se preguntan en una entrevista de trabajo, Catherine se fue relajando y olvidando su temor inicial paulatinamente, parecían que las cosas le iban bien, Juliet parecía responder satisfecha a todas sus respuestas e incluso le invitó un segundo café y unos pastelillos, finalmente le dijo que ya no tenía más preguntas.

Catherine pensó que le diría el típico “te llamamos” y se separarían, grande fue su sorpresa cuando Juliet dijo que estaba de acuerdo y que quería contratarla, no alcanzó a preguntar de que trabajo estaban hablando cuando ella le puso un contrato sobre la mesa, lo leyó con cuidado y lo que vio le sorprendió y le asustó en partes iguales, era un contrato de confidencialidad, básicamente no podía comunicar ni verbalmente ni por escrito nada de lo que se diga en la presente reunión, el castigo económico por no cumplir, era horrible, no podría pagarlo ni en tres vidas, Catherine después de un momento de duda firmó el contrato y lo marcó con su huella digital, después de todo solo comprometía su silencio y nunca había sido muy chismosa.

- Bien Cathy- dijo alegre mientras guardaba el contrato recién firmado en su bolso- el trabajo que te ofrezco es simple, necesito que seas la niñera de mi hijo Mark de 13 años.

- ¿niñera? - preguntó simplemente, no porque le disgustara el trabajo sino porque no entendía porque tantas molestias para un trabajo tan simple.

- si, de niñera- contestó tranquilamente, tal ve entendiendo su confusión, después de eso escribió una cifra en un papel y se la acercó- esto es lo que te pagaríamos mensualmente- eso hizo abrir los ojos sorprendida a Catherine, era mucho, ella no ganaba eso en un año completo de trabajo, lo que le hizo tener muchas mas dudas del trabajo que le ofrecían.

- ¿por qué pagan tanto por un trabajo de niñera? - preguntó sin poder contenerse, aunque por su mente pasaba todo lo que podría hacer con esa cantidad de dinero, Juliet sonrió aun tranquila y le explicó con calma.

- eso es por que no espero que seas una niñera normal- le dijo finalmente- la condición especial es que espero que tu... obedezcas en absolutamente todo a Mark- Catherine abrió la boca sorprendida, Mark era un chico con las hormonas alborotadas, obedecerlo en todo significaría…, Juliet asintió con la cabeza, adivinando sus pensamientos- así es, hacerle caso en todo lo que te ordene, además que tienes que permitir que el haga lo que quiera, por supuesto hay una excepción si esta comprometida la salud de cualquiera de los dos, pero básicamente tienes que obedecer cualquier orden que él de.

Ambas dejaron que el silencio cubriera el espacio entre ellas, Catherine bajó la vista avergonzada, porque a pesar de que sabía muy bien que terminaría haciendo para Mark, estaba considerando la oferta, realmente necesitaba el dinero y nunca encontraría ningún empleo que pagara tanto como ese, por extraño que fuera todo, podría ser la oportunidad que había estado esperando toda su vida, se mordió el labio inferior sin darse cuenta y Juliet supo que solo faltaba un ligero empujón para que aceptara.

- Cathy…- dijo Juliet tranquilamente y sujeto su mano con suavidad- mira también tengo que ver si Mark esta de acuerdo, porque no hacemos lo siguiente, hagamos pequeñas pruebas para ver si ambos se llevan bien, primero cuídalo por un día, digamos el próximo martes, si ambos están de acuerdo, cuídalo por un fin de semana, y si ambos están de acuerdo aun una semana entera, que sería la última prueba, después firmarías un contrato permanente si todo va bien, por cada prueba te pagaría esto- le pasó otro papel escrito, no era tanto dinero como el primero pero le serviría para pagar la renta y todavía le quedaría bastante.

Catherine bajó los ojos una vez más, de aceptar estaría aceptando prácticamente tener sexo con un adolescente que ni conocía y someterse a cada uno de sus deseos, se estremeció a su pesar, sin saber si era miedo o… ¿anticipación?, sacudió la cabeza concentrándose y volvió a alzar la vista, ahora segura de su decisión.

- si acepto- dijo con una voz mucho mas tranquila de lo que realmente sentía- ¿me pagaría la mitad por adelantado? - Juliet conforme por que la había convencido acepto rápidamente con la cabeza- entonces estoy de acuerdo, al menos el próximo martes… seré la niñera de Mark.

III

Catherine despertó ese día temprano, dijeron que la pasarían a buscar a las 8 de la mañana, por lo que arrastró fuera de su cama a las 6:30, aun semi dormida se fue a la ducha, el agua sobre su cuerpo desnudo la fue despertando paulatinamente, a medida que desaparecía el aturdimiento era reemplazado por nerviosismo, aun no podía terminar de creer lo que iba a hacer el día de hoy, sin poder evitarlo se sonrojó y empezó a limpiar su cuerpo mas minuciosamente, media hora después salió de la ducha muy limpia y muy avergonzada.

Se tomó un café aun envuelta con la toalla, mientras miraba sobre su cama donde había tirado toda su ropa para decidir que llevar, en un principio pensaba ir muy arreglada y con su ropa más llamativa, pero lo descartó rápidamente, no quería dar ese tipo de impresión, aunque tampoco estaba segura de que quería mostrar, todo era muy confuso para ella, finalmente se decidió por ir simple, uso ropa interior blanca de algodón, encima unos jeans azules y una camiseta negra de mangas cortas.

Se miró al espejo algo indecisa, pero definitivamente pensó que era su mejor opción, al menos para el primer día, salió de su departamento cuando faltaban 15 minutos para las 8, el tiempo suficiente para llegar al lugar de reunión, caminó tranquilamente por el pasillo cruzándose en el camino con su casero que la miraba molesto.

- buenos días- dijo Catherine tranquilamente, ya le había pagado en cuanto Juliet le dio el dinero del adelanto, aunque cuando lo hizo le confundió que su casero parecía mas molesto que satisfecho de recibir el pago, seguía molesto aparentemente porque solo le saludó con un gruñido y una mirada fija en sus pechos, ella suspiró y siguió su camino sabiendo casi como si lo viera con sus propios ojos que él se quedaría mirando lascivamente su trasero, movió exageradamente su cintura burlándose de él, mostrándole a ese viejo seboso un trasero que nunca podría tocar si ella podía evitarlo.

Finalmente salió del edificio y caminó sin prisas dos cuadras hasta llegar a un estacionamiento cerca de un parque, a pesar de que llegó 5 minutos antes ya la estaban esperando, la misma Juliet estaba parada tranquilamente al lado de un auto no muy llamativo, aunque evidentemente caro, al ver llegar a Catherine inmediatamente sonrió y le hizo señas, por su cara de alivio tal vez no esperaba que se presentara, de inmediato se acercó y la saludó, sin más preámbulo ambas se subieron al auto.

A Catherine le sorprendió notar que Juliet también se subía en el asiento trasero a su lado, la razón era que el auto tenía un joven chofer de aspecto taciturno, Catherine hizo como Juliet y apenas lo miró, una vez cerrada la puerta ellos de inmediato el auto se puso en movimiento, Juliet cerró una puerta transparente que los separaba del conductor y se giró hacia ella sonriente.

El viaje transcurrió en una amena conversación, Juliet le preguntaba cosas ligeras y le contaba algunas anécdotas, haciendo un esfuerzo para mantener a Catherine entretenida, ella estaba agradecida del gesto y la conversación sirvió para aliviar un poco sus nervios, al verla estaba nerviosa que le criticara el atuendo simple que llevaba pero incluso le alabó lo cómoda que se veía, aparentemente sin doble intención, en general Juliet le pareció una mujer encantadora, al menos si obviabas el hecho que le estaba pagando por acostarse con su hijo adolescente, Catherine trataba de imaginar la razón por la que lo hacía cuando llegaron a su destino.

Se sorprendió un poco al ver el imponente edificio, pensaba que la llevarían a una mansión en las afueras, pero la llevaron a un edificio de departamentos mas caros en el centro de la ciudad, aturdida siguió a Juliet cuando entró por la puerta principal, de inmediato los empleados del lugar la saludaron cortésmente y de paso a ella también como su acompañante, casi en un minuto ya estaban sentadas en la oficina del gerente y tras dar sus datos le dieron una tarjeta negra que tenía su nombre en ella.

Finalmente salieron hacia el ascensor, al frente de el Juliet se despidió de ella, diciendo que tenía que dirigirse hasta el ultimo piso, luego se fue dejándola nuevamente sola y nerviosa, cerró los ojos, suspiró y entró en el ascensor, al cerrarse la puerta a sus espaldas marcó de inmediato el pent-house, tuvo que usar su tarjeta de seguridad para que el ascensor aceptara la orden y comenzara a subir.

Se quedó quieta esperando pacientemente, escuchando la música ligera del ascensor y mirando su reflejo en el gran espejo en la pared, se veía tan nerviosa como se sentía, ajustó un poco su ropa sobre todo el área del escote que no quería que se viera demasiado, aunque se dio cuenta lo inútil que era con solo una palabra de Mark tendría que desnudarse completamente, la idea la puso mas nerviosa y caminó dentro del ascensor tratando de calmarse.

Cuando finalmente llegó al ultimo piso no se sentía para nada preparada, se bajó del ascensor solamente porque si no este se cerraría, frente a ella había una puerta donde nuevamente tuvo que pasar su tarjeta de seguridad, la puerta se abrió con un sonido electrónico, se quedó mirando fijamente el interior del departamento, respiró profundamente y entró al lugar, las puertas se cerraron a sus espaldas como cerrando su vía de escape.

Su corazón parecía que quería salirse del pecho, nunca recordaba haber estado tan nerviosa antes, caminó lentamente por el pasillo, arrastrando los pies por la alfombra de apariencia costosa y mirando de reojo los adornos en la pared que eran de apariencia mas normal pero igualmente desconocidas para ella, finalmente llegó al final del pasillo, hubiera quedado estupefacta de no estar tan ansiosa, donde el pasillo mostraba una suerte de oscuridad y elegancia sutil aquí era exactamente lo contrario, con un gran espacio abierto y luminoso con adornos ostentosos y nada sutiles.

Quedó mirando un rato alrededor aturdida hasta que notó un ruido en el centro de la sala, se acercó con pasos dudosos y lo que mas llamó la atención era una televisión que no podía ser considerada otra cosa que gigante, tenía el tamaño de una pared completa de su departamento y al verla Catherine solo pudo pensar en como la habían metido a la habitación, vio la escena de un hombre con armadura moviéndose hacia adelante y se tardó unos segundos en darse cuenta que era un videojuego, al mismo tiempo se dio cuenta que había alguien sentado en un sofá jugándolo.

Asumiendo que era Mark se acercó a un costado del sofá, allí lo vio por primera vez, a un chico de trece años normal, delgado y bajo, con ligero acné en la cara y el pelo negro desordenado sobre sus hombros, vestía aún más casual que Catherine, con un buso deportivo y unas pantuflas negras, la primera impresión de la joven fue que no era feo, seguramente a otras chicas de 13 años les parecería lindo y quizás algo misterioso, a ella por otro lado mucho mayor que el no podía impresionarla menos.

Se quedó parada a un costado del sofá mirándolo por casi un minuto, el no hizo demostración alguna de haber notado que estaba allí, o no se había dado cuenta o simplemente la estaba ignorando, algo que Catherine no podría creer, asumía que en cuanto la viera dejaría todo lo que estaba haciendo y se le… abalanzaría encima, se movió incomoda en el mismo lugar un rato indecisa si interrumpirlo o no, finalmente decidió que no tenía sentido quedarse allí todo el día, así que le habló.

- hola- bastó esa palabra para que detuviera su juego y girara su vista hacia ella, la mirada penetrante amenazó con paralizarla, así que se forzó así misma a continuar- soy Catherine, puedes llamarme Cathy…si quieres, yo... seré tu nueva niñera- los ojos del muchacho la recorrieron de la cabeza a los pies en unos segundos, luego giró de nuevo su rostro y miró hacia la pantalla.

- ok- dijo y siguió jugando como si nada, poco le faltó a Catherine para abrir la boca aturdida, pero se las arregló en el ultimo segundo para mantener su sorpresa sin reacción externa, no supo que mas hacer aparte de quedarse de pie exactamente en la misma posición- no te quedes allí parada- continuó Mark- siéntate.

Por un segundo la joven pensó en contestarle que no quería sentarse, cuando recordó los términos del acuerdo, tenía que obedecer a todas las ordenes del adolescente, probablemente no tendría problemas en desobedecer algo tan simple, tal vez ni siquiera era una orden para él, pero lo hacía por ella, tenía que acostumbrarse a cumplir sus ordenes y mejor que sea mas temprano que tarde, con lentitud se sentó en un sillón cercano, pudo ver que Mark hizo un extraño gesto como conteniendo una sonrisa, lo que hizo que Catherine se sonrojara furiosamente.

Se distrajo un segundo entre el sonrojo sorpresivo y el disfrute de la increíble comodidad del sillón, pero luego se puso tensa esperando la siguiente orden que seguramente vendría, pero para su sorpresa ni siquiera volvió a mirarla, se concentró en el videojuego y la dejó sentada ahí esperando, esto debió haber sido lo ideal para ella, que la dejara tranquila mientras pasaba las horas jugando a ese estúpido videojuego, pero la verdad es que se molestó, se molestó mucho, no tenía idea porque y tampoco estaba segura de querer saber porque, pero ella se había preparado mentalmente durante días para hacer algo mucho mas exigente que sentarse a ver como jugaba, no podía evitar sentirse algo… decepcionada.

Pasaron un largo rato así, la molestia de Catherine se fue enfriando y fue reemplazada por una especie de apatía, intercambiaba miradas entre Mark y la pantalla, notando al adolescente cada vez mas concentrado y frustrado, en la pantalla se centró mas en la calidad de la imagen sorprendida de lo bien que se veía, no tenía mucha experiencia en videojuegos, salvo algunos pequeños de teléfono, para ella parecía una película, si no hubiera visto al chico con el control en la mano así lo habría creído, quedó maravillada un rato hasta que notó algo raro, era un poco repetitivo, el hombre de la pantalla avanzaba hasta cierto punto, moría, volvía un poco antes y  se repetía el ciclo, así por varios minutos, se dio cuenta finalmente que Mark estaba bloqueado en esa parte del juego lo que le generó cierta alegría vengativa.

Después de un rato, después de perder por doceava vez arrojó el mando a un costado mientras murmuraba palabrotas en voz baja, Catherine no pudo contener una ligera sonrisa y para su mala fortuna en ese preciso momento Mark pareció acordarse de ella y la miró fijamente, lentamente su sonrisa se diluyo mirando un cierto brillo en los ojos del joven.

- ¿quieres probar? - dijo y le mostró el control.

- No- dijo tranquilamente, ni siquiera había visto un juego así antes de hoy, haría el ridículo simplemente si lo intentaba, lamentablemente Mark no la dejó ir tan fácilmente.

-ven- le dijo tranquilamente, curiosamente Catherine sintió una especie de electricidad recorriéndole la espina al escuchar una orden, obedeció mucho más fácil y rápido que en la primera ocasión, se paró enfrente suyo en un par de segundos, obedeciendo unos gestos se sentó a su lado y tomó el mando escuchó las instrucciones para jugar algo ausente, distraída por lo cerca que estaba el cuerpo del adolescente, finalmente cuando empezó a jugar se tardó 3 segundos en que el personaje saltara por el costado del camino cayendo hacia el vacío.

Una risa seca salió del boca de Mark, Catherine no se molestó, sonrió un rato y trató de concentrarse para seguir intentándolo, apenas notó cuando el joven salió de su costado y se sentó detrás de ella, recién se dio cuenta cuando pegó su pecho a su espalda, lo que causó su segunda caída estrepitosa, en la pantalla y un pequeño grito y salto de ella en el sillón, tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no salir de allí o empujarlo, así que solo trato de concentrase en la pantalla mientras él se pegaba aún más de manera que hasta podía sentir su entrepierna en su trasero.

Su intento de concentración no funcionó, en la pantalla todo se quedó quieto mientras Mark se acomodaba a sus espaldas, podía sentirlo claramente, el cuerpo que era notoriamente mas pequeño que el propio, pegado completamente a ella, lo que sentía con mas claridad era el endurecido miembro de Mark separados por la ropa de ambos, pero aun así colocado cómodamente entre sus nalgas, así era imposible concentrarse en nada, lo único que podía preguntarse en ese momento es donde estaban las manos del joven.

- Juega- le ordenó y contestó donde estaban sus manos dándole un sonoro golpe en la parte derecha de su trasero, esta vez sujeta como estaba no pudo moverse, pero no pudo evitar un pequeño grito, que al ser más bajo en volumen pareció casi un gemido, Mark se rio nuevamente de ella y ella solo pudo sonrojarse mientras trataba de avanzar en el juego.

No es necesario decir que en esas condiciones no pudo hacer mucho, tal como Mark empezó a morir de una y mil maneras, pero ella apenas si lo notó estaba mas atenta en como las manos del adolescente recorrían la parte externa de sus muslos con suavidad, recorriendo desde sus rodillas hasta los lados de sus nalgas, dando de vez en cuando algunos agarrones que hacía que Catherine se estremeciera de pies a cabeza, lentamente pero sin pausa las manos de Mark avanzaban cada vez mas hacia arriba pasando deteniéndose un rato en su cintura y envolviéndolo con sus brazos, disfrutando del tacto sobre su vientre plano y subiendo aún más lentamente.

En la pantalla solo era un caos, porque la que debía estar controlando al personaje estaba mas preocupada de que no se le escapara ningún gemido, no podia negar que se estaba excitando de a poco con el manoseo ligero, sentía como sus pezones se empezaban a endurecer y como una pequeña humedad surgía entre sus piernas, no quería mostrarle a Mark lo que provocaba en ella así que se mordía el labio inferior y se restregaba los muslos entre ellos, intentando acallar sus ansias.

Ninguno de los intentos de callarse funcionó cuando las manos de Mark llegaron a la parte baja de sus pechos, bastó con que sus dedos rozaran levemente sus sostén para que un suave gemido saliera de los labios de Catherine, una pequeña risa vino del adolescente mientras reanudaba su asalto a sus pechos, esta vez agarrándola con algo mas de brusquedad, tomó cada uno de sus senos con una mano para cada uno y los exprimió, no tan fuerte como para causarle daño, pero si lo suficiente como para desacomodar su brasier.

La repentina estimulación casi hace que suelte el control que tenía en las manos, sin darse cuenta se inclinó hacia atrás pegándose mas a Mark, que ya no se reía de ella y aumentó la velocidad de sus dedos, abarcando cada centímetro de sus pechos y respirándole en el cuello a la joven, la respiración de Catherine se hizo pesada, sentía su mente nublada y los pechos pesados y muy sensibles, pensaba que sus pezones romperían su ropa de tan duros que estaban y estaba segura que su ropa interior estaba mojada, en la pantalla se podía ver al personaje moverse sin ton ni son por todas partes, sin intención de avanzar solo apretando botones para obedecer la orden de Mark.

Pasaron varios minutos en ese estado, parte de la mente de Catherine estaba molesta y avergonzada de dejar que un simple adolescente la hiciera sentir así, pero esa parte de su mente era abrumada por el placer que nublaba sus pensamientos, gemía suavemente ajena a lo que pasaba a su alrededor, deseando que avanzara mas y metiera sus manos bajo su camiseta, en eso estaba cuando repentinamente Mark la soltó.

Catherine casi se queja en voz alta, pero quedó paralizada pensando entre nieblas, como si esperara la siguiente acción u orden de Mark, si estuviera más despejada se sorprendería de lo increíblemente sumisa que se encontraba, ahora aturdida como estaba solo se tenía la mente en blanco esperando, tan solo esperando, aunque curiosamente en ese preciso momento empezó a jugar mejor en el videojuego, aunque no los suficiente para avanzar más allá de lo que llegó Mark.

Cuando ya Catherine se estaba volviendo impaciente y de apoco la niebla de su mente comenzaba a despejarse Mark hizo su movimiento, en vez de tocarla levantó la parte trasera de su camiseta hasta la mitad de su espalda, pero en vez de terminar de sacarla como ella esperaba se fue directamente a la parte de atrás de su brasier, empezó a mover el cierre tratando de liberarlo sin resultado, por primera vez allí se mostró la inexperiencia del joven, incapaz de soltarlo por mucho que quisiera, incluso fue tanta su brusquedad que le causó dolor en la piel lo que la sacó un poco de su ensoñación.

- ¿quieres… que me lo quite yo? – la pregunta sorprendió tanto al joven como a la chica que preguntó, quedaron un segundo en completo silencio, Mark se detuvo por un momento en su infructuoso intento por quitarle la prenda y la miró fijamente.

- si, quítatelo- dijo simplemente y retrocedió un poco, no demasiado solo lo suficiente como para que ella extrañara su contacto, rápidamente Catherine dejó a un lado el control y sin sacarse la camiseta metió las manos debajo de la ropa y con un suave movimiento de manos la prenda cayó hacia adelante, sintió placer y alivio a partes iguales cuando sus pechos se liberaron y quedaron directamente contra la suave tela de su camiseta- sigue jugando ahora- le dijo Mark al recibir el brasier directamente de sus manos.

De inmediato Catherine siguió su orden, mientras nuevamente sentía una electricidad recorrer su espalda, no alcanzó a preocuparse de su estado mental porque Mark no esperó mas para continuar su asalto a sus pechos ahora casi desprotegidos, el suave sopor volvió a su mente y se dejo tocar mientras gemía cada vez mas fuerte, sin darse cuenta de que entre menos atención prestaba a la pantalla mas avanzaba en el juego.

El toqueteó continuó implacable, Catherine sentía al mismo tiempo como sus jugos corrían por sus muslos y el miembro de Mark crecía aun mas y temblaba ligeramente sobre su trasero, sus dedos recorrían y apretaban constantes, moldeando sus suaves pechos como si fueran arcilla en sus manos, agarrando sus pezones a través de la tela y pizcándolos ambos al mismo tiempo, hizo que ella diera el gemido más alto del día y estuviera tan cerca de correrse que los ojos se le pusieran blancos por una milésima de segundo, al notar la reacción por tomar sus pezones, se concentró en ellos tocándolos, moviéndolos y torciéndolos con suavidad.

Catherine aceleró su respiración, ya jugaba con los dedos temblando y casi con los ojos cerrados, sentía como un orgasmo se acercaba sin poder ni querer hacer nada para evitarlo, inclinó su cabeza tan atrás que su nuca descansaba en el hombro del muchacho y este aprovechó para besarle y morderle el cuello vulnerable, cuando faltaba solo un instantes para que al fin ella acabara pasó lo impensable, de alguna manera se las ingenió para que el personaje del videojuego superara la parte que para Mark fue imposible, de inmediato las caricias se detuvieron, con pequeñas nalgadas la hizo moverse a un lado y tomando el mando el se volvió a centrar en la pantalla.

Ella se quedó a su lado arrodillada sobre el sofá, mirándolo aturdida, su cuerpo y mente incapaz de procesar porque su liberación había sido interrumpida por un juego, su mano se estiró iba a tomarlo del hombro y pedirle que continuara con ella, pero se interrumpió a mitad de camino, su mente se despejó los suficiente para recordar lo que hacía ahí y a quien le iba a pedir que la hiciera terminar, se retiró mas avergonzada que nunca en su vida y con voz cortada pidió que le indicara donde esta el baño, le respondió con pocas palabras dándole una vaga dirección.

IV

 

Unos minutos después estaba en un baño mas grande que su departamento mirando su reflejo completamente avergonzada, no podía creer lo cerca que había estado de correrse a manos de ese inexperto adolescente, ni siquiera estaba desnuda, solo la tocó a través de su ropa y ella casi estalla en un orgasmo, estaba tan avergonzada, lo peor es que era el hombre que mas cerca había estado de conseguirlo, aunque tenía experiencia sexual, todas sus aventuras fueron insatisfactorias, malos amantes y falta de preparación hicieron que ni siquiera disfrutara, ahora se miraba en el espejo enrojecida y los pezones visibles a través de la ropa y casi no se reconocía.

Pasó casi media hora en el baño, su excitación bajo a niveles manejables, pero aun tenía fantasías de Mark cogiéndosela allí mismo en el baño, aun sonrojada y luego de mojarse un poco la cara salió del baño, fue lentamente a la sala, sacudiendo su cabeza intentando despejarla, al llegar vio a Mark de pie y apagando la televisión con rostro satisfecho, su ayuda en el videojuego le sirvió aparentemente, a Catherine le alegró bastante que lo hubiera apagado, aunque le avergonzaba admitirlo quería que se fijara exclusivamente en ella en lo que le quedaba del día.

Mark la vio cerca y se acercó lentamente, Catherine se quedó estática esperando que llegara hasta ella, llegó en un momento quedándose parado delante de ella, al estar ambos de pie se notaba la diferencia de tamaño, aun no siendo muy alta le sacaba casi una cabeza a Mark, la diferencia de altura solo resaltaba lo joven que era y hacía sentirse mucho mas avergonzada a Catherine, pese a eso se quedó quieta tratando de adivinar que haría con ella a continuación.

Después de un rato de mirar fijamente sus pechos lo llevó más allá y volvió a agarrarlos y a masajearlos, aunque algo distraído esta vez, piñizcaba sus pezones y movía sus pechos como si quisiera ver como rebotaban de lado a lado, Catherine no reaccionó, esperaba algo más, no sabía que pero ese jugueteó no parecía provocarle lo mismo que hace un momento, afortunadamente para ella Mark tampoco se veía satisfecho y en cualquier momento le ordenaría algo, estaba segura y la idea la entusiasmaba mas de lo que le gustaría.

- tengo hambre- dijo finalmente- ¿sabes cocinar? – ella solo asintió con la cabeza, no era una experta pero lo hacía lo mejor posible con el poco tiempo y escasos recursos que tenía- anda a la cocina y prepara algo para que ambos comamos, algo simple y rápido- nuevamente asintió con la cabeza, sintiendo esta vez menos emoción por la orden de Mark, alcanzó a dar dos pasos hacia la cocina cuando el joven la detuvo tomándola de la mano- no vas a necesitar tus pantalones para eso, quítatelos.

Catherine quedó con la mente en blanco por un segundo, hasta que la oleada de placer otra vez la atravesó, ya no podía negarlo, Mark había despertado una fantasía sumisa en ella, con rapidez y sin poder ocultar su sonrisa se inclinó y abrió el botón y el cierre de su jeans, tomándolo de los costados los bajo lentamente, no por dudas sino para darle un espectáculo al joven que no le quitaba ojo de encima, finalmente dejó a la vista sus blancas piernas y su ropa interior, que mostraba acusadora una mancha húmeda sobre su vagina.

Los ojos de Mark estaban fijos en sus bragas, el sentido de vergüenza de Catherine estaba en pausa aparentemente porque disfrutó cada segundo, sabiendo perfectamente que a través de la tela húmeda podia ver el contorno de su vello púbico y hasta de sus labios vaginales, finalmente viendo que él no decía nada se dio vuelta y moviendo mucho sus caderas se dirigió a la cocina, pero ese gesto hizo que él reaccionara y antes de marcharse le diera una sonora nalgada en su trasero casi descubierto, Catherine pegó un ligero brinco mientras se reía sorprendida.

Llegó finalmente a la cocina, después de observarla rápidamente se dirigió hasta donde parecía estar guardada la comida, ya no le sorprendía el tamaño del lugar ni lo caro de los muebles, pensaba solo en obedecer con rapidez sus órdenes, se decidió rápido a hacer varios emparedados de queso y jamón, concentradísima como estaba en su labor no se dio cuenta que Mark vino detrás de ella, silenciosamente se colocó detrás de ella y de improviso tomo su trasero con una mano y su pecho izquierdo con la otra.

Cathy se sobresaltó ligeramente, esperaba recibir en algún momento otro ataque sexual de Mark, gimió levemente mientras se relajaba en sus manos, esta vez el manoseo de su pecho pasó a segundo plano con el contacto directo con la piel de su trasero, sus piernas temblaron y se fue apoyando en el pecho de Mark, esto lo obligó a soltar su trasero pero a cambio pegó su entrepierna a él, lo que fue recibido por un lindo gemido de ella, rodeó sus cadera con ambas manos y la pegó a un más su cuerpo, pasó sus manos por debajo de su camiseta y por fin tocó directamente los pechos de su niñera, ella casi grita ahí mismo, su mente se paralizó y de nuevo la dejó al borde del orgasmo, en ese mismo momento Cathy terminó los emparedados y Mark dándose cuenta la tomó de los hombros y la giró con brusquedad.

Mark miró sus ojos unos segundos, vacíos de todo excepto de placer y deseo, sin poder detenerse sujetó a la chica por la nuca y la atrajo a un beso salvaje, Cathy reaccionó con eso abrazó al muchacho por la cintura y devolvió el beso con aun mas salvajismo, metió su lengua en su garganta y trataba de hacer que el hiciera lo mismo, notó con algo de sorpresa que el pobre no besaba muy bien, le faltaba experiencia, pero no le importó siguió avanzando ella hasta que Mark llevó la mano hasta su vientre y la deslizó suavemente hasta su pubis metiendo la mano dentro de sus bragas.

Catherine se alejó de su boca solamente para lanzar un chillido de placer, retrocedió un poco pero Mark la siguió acorralándola, movió la mano al interior de sus bragas de una manera primitiva sin saber lo que hacía, pero en el estado que estaba ella fue suficiente para volverla loca, abrió sus piernas tratando de facilitar el acceso a sus dedos y sus manos se dirigieron a sus propios pechos para masajearlos ansiosa, en esas condiciones no duró demasiado en un par de segundo de ruidos acuosos y gritos de placer, Catherine tuvo el orgasmo mas devastador de toda su vida.

Sintió un estallido en su mente y durante un glorioso instante sus ojos se voltearon y todo el mundo despareció para ella, Mark se retiró y miró feliz lo que había causado en esa mujer muchos años mayor que él, limpió su mano llena de los jugos de su niñera y la limpio en su pelo y en su camiseta,  luego tomando el plato de emparedados se sentó en la mesa y la miró de reojo, ella por su parte durante su orgasmo las piernas cedieron finalmente y quedo sentada en el suelo, gimiendo y tratando de enfocar su vista.

Cuando al fin reaccionó vio a Mark sentado y le hacia gestos para que acercara, podría haberse parado e ir caminando esos metros que lo separaban, pero ella decidió que era mejor ir a cuatro patas y con la cabeza baja, ahora un poco mas despejada le sorprendía lo rápido que se había dejado someter por ese muchacho, pero a esta altura no podía retractarse, llegó junto a él y arrodillándose apoyó su cabeza en su muslo, aprovechando para descansar un poco.

V

Se quedó tranquila ahí por varios minutos, respirando lentamente y sintiéndose cada vez mas soñolienta, Mark tampoco la quitó, le acariciaba con tranquilidad su cabello y llevaba pedazos de emparedados que ella comía agradecida, aprovechando abría su boca mas de lo necesario para que el metiera los trozos de comida y ella aprovechaba a lamer sus dedos y saborearlos como si fueran parte de la comida.

Catherine se sentía extrañamente en paz, hace unas horas estaba increíblemente nerviosa, jamás había pensado que estaría arrodillada tan tranquila al lado de Mark, sentía algo de vergüenza, pero era mínima en comparación con su calma y placer aun persistente, en ese momento no tenía dudas que quería volver a trabajar allí en la próxima prueba, miró de reojo la entrepierna del chico y vio que aun tenia un bulto en sus pantalones que evidenciaba su erección.

Lo miró por un segundo aun distraída cuando una repentina idea cruzó su mente, ¿y si era él el que no quería la próxima prueba? Después de todo había pasado todo el día haciendo que ella disfrutara, ella ya obtuvo su liberación, pero ¿él? Aun seguía igual, se sintió de pronto culpable y preocupada, se sentía tan egoísta que de inmediato decidió actuar por primera vez activamente sin esperar la orden de Mark.

El adolescente notó con sorpresa como su niñera pasaba de estar en un tranquilo sopor a una actividad enérgica, lo hizo girar suavemente en la silla hasta que estuvo de frente a ella, sin mas palabras se quitó la camiseta y la arrojó a un lado, Mark miró algo aturdido los hermosos pechos de Cathy, blancos como la leche y coronados por pezones pequeños y rosados que estaban tan puntiagudos que parecían que le apuntaban, sin darle tiempo para acostumbrarse a la situación comenzó a tratar de bajar los pantalones del muchacho, que ayudó lo suficiente para liberar su pene que dio un ligero golpe en la mejilla de Cathy.

A ella no le importó, pensó hacer esto para satisfacer a Mark pero ella misma se estaba excitando, miró fijamente el joven falo y olfateó profundamente sintiendo el olor almizcle de su liquido preseminal, olvidándose de todo recorrió con su lengua cada centímetro del miembro de Mark, disfrutando del sabor y de los pequeños temblores del joven, vio su rostro deformado por el placer y se detuvo por un segundo, no era por una simple mamada que se había quedado en topless, tomó sus pechos y como había visto en películas envolvió su pene con ellos, estrujándolos moviéndolos suavemente.

Mark se inclinó hacia atrás y gimió despacio, tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no correrse de inmediato, pero ella no lo dejó estar, viendo como disfrutaba aceleró sus movimientos, movió sus tetas con gracia y agilidad sintiendo como temblaba el miembro, aprovechando el movimiento también cubrió con su boca la punta del falo y con cada movimiento subía y bajaba el rostro llegando cada vez mas profundo casi hasta rozar la propia garganta, finalmente con un exclamación de Mark, sus pechos  y barbilla se vieron cubiertos de su semen, se detuvo de inmediato y retrocedió a su posición de rodillas, mirándolo satisfecha.

Por un segundo se alegró de por una vez haber podido tomar la iniciativa y no solo quedarse quieta gimiendo, después de todo se supone que ella era la experimentada, esperaba que el también estuviera satisfecho, mientras miraba al joven que se recuperaba respirando agitadamente respiró profundamente por la nariz, disfrutando algo ausente el olor de Mark sobre ella, miró de reojo la hora en un reloj en la pared y abrió los ojos aturdida, en diez minutos se acababa la primera prueba, no se había dado cuenta de lo rápido que pasó la hora, iba a esperar a que Mark reaccionaba, pero no podía salir así, estaba sudada y despeinada, tenía semen seco en su piel y olía inconfundiblemente a sexo.

- ¿puedo ducharme en tu baño? - preguntó aun arrodillada, con algo de suplica en su tono, Mark solo asintió con la cabeza mirando también el reloj en la pared, ella rápidamente se puso de pie y tomó sus cosas que estaban desperdigadas por la casa, cuando estaba en la puerta del baño lista para entrar escuchó la voz de Mark ordenándole desde la cocina.

-deja todo fuera del baño- casi instantáneamente todas las prendas que llevaba en la mano cayeron al suelo, además en un solo movimiento se quitó sus bragas empapadas y las dejó con el resto en un montón desordenado, entró al baño sin cerrar con pestillo la puerta y se duchó rápidamente.

 

VI

 

Terminó en unos minutos, solo lo hacía mecánicamente mirando de vez en cuando a la puerta esperando que Mark le hiciera una visita sorpresa, pero no pasó nada, se secó algo triste y después completamente desnuda salió del baño, esperando que él estuviera esperándola, pero nuevamente se vio decepcionada, miró el suelo y notó que solo estaba su pantalón, su camiseta y sus zapatillas, toda la ropa interior, así como su teléfono y tarjeta de seguridad ya no estaban, se puso la ropa que quedaba y algo dudosa se dirigió hacia la puerta.

Allí estaba él, con sonriendo y haciendo algo con su teléfono, no le molestó tanto como debería, eso era menor en comparación con lo que ya habían hecho, quedó esperando pacientemente a su lado con las manos cruzadas sobre su vientre y algo sonrojada, finalmente le entregó el teléfono y la miró fijamente a los ojos.

- Anoté mi numero en él- ella sonrió y asintió con la cabeza- envíame un mensaje al llegar a tu casa, además notaras que no estaba tu ropa interior, es mía ahora- dijo con voz firme, o lo mas firme que pudo conseguir con su voz cambiante, aun así para Cathy se convirtieron en verdad absoluta, asintió firme con la cabeza a pesar que por dentro se sentía bastante tonta- también toma- dio la tarjeta de seguridad- para la próxima vez- dicho esto se marchó hacia el interior de la casa dejándola un poco aturdida en la puerta, finalmente salió al ascensor y bajó al primer piso.

Durante el trayecto estuvo en silencio mirando su reflejo en la pared, se notaba fácilmente que no llevaba brasier, pero a ella no le importaba, en realidad llevaba la mente en blanco tratando de procesar todo lo que había pasado, todo lo que ella había hecho y como se había sentido, llegó al primer piso sin haber tenido ninguna respuesta a todas sus preguntas, probablemente estaría los siguientes días tratando de descifrar que le había pasado.

Al salir del ascensor se cruzó con algunos hombres que miraron hipnotizados sus senos, que a pesar que no quería se sacudían con cada simple paso, antes se habría molestado, ahora le eran indiferentes en su mayoría, aunque algunas miradas especialmente desvergonzadas hacía que sintiera pequeñas oleadas de excitación, finalmente estaba llegando a la salida cuando fue abordada por una mujer, se tardó un segundo en darse cuenta que era Juliet, que con solo mirarla notó que las cosas habían ido bien.

- Cathy…- iba a preguntar, pero ella la interrumpió.

- Juliet me gustaría intentar con el fin de semana si es posible- una sonrisa fue la única respuesta que necesitó.