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Señora Medianoche: Tercera parte

en No Consentido

Eran pasada la medianoche y la oscuridad cubría la ciudad, el silencio solo era perturbado por unas sirenas a lo lejos y el de tres hombres que corrían por los callejones más apartados de la zona, no corrían asustados ni preocupados solo querían alejarse lo más rápido posible de la tienda que acababan de asaltar.

Cuando les pareció que habían corrido suficiente a una señal de uno de ellos se detuvieron resoplando, una vez recuperado el aliento se miraron y rieron encantados, todo había salido a la perfección, entraron por sorpresa cuando se disponían a cerrar la tienda, amenazaron al dueño con dos pistolas y lo obligaron a entregar todo el dinero de la caja registradora, inmediatamente después huyeron y eludieron por los oscuros callejones de la ciudad a cualquier posible perseguidor, ahora solo quedaba ir con calma a la casa de uno de ellos y repartir el botín.

-vaya vaya- dijo una voz en las alturas, ellos sobresaltados se giraron con brusquedad para ver quien hablaba, sobre una escalera de emergencia se encontraba una mujer enmascarada, con un traje totalmente negro muy ceñido que permitía ver sus curvas y admirar su figura- parece que han sido unos chicos malos- continuó ella con voz inocente, ellos aun la miraban embobados con una mezcla de admiración y terror, sabían que se trataba de ella, de la superheroina más temida de toda la ciudad, de nada menos que de Señora Medianochey que haya aparecido significaba que lo más probable es que pasaran la noche en la cárcel o en el hospital.

Por fin uno de ellos pudo reaccionar y disparo hacia ella, la bala solo se incrustó inútil en la pared del edificio ya que ella como un relámpago salto hacia atrás y usando la pared como trampolín se proyectó hasta el suelo usando ese impulso pateó la rodilla derecha del que le disparó partiéndola con un chasquido y antes que cayera al suelo golpeó con la palma el arma en sus manos que salió volando por los aires.

Sus compañeros trataron de reaccionar uno levantando el arma hacia su cabeza y el que estaba desarmado lanzando una patada, ella como estaba aún un poco desestabilizada tuvo que elegir, y eligió golpear el arma antes que pudiera disparar esta salió proyectada y se perdió en la oscuridad, pero no pudo esquivar la patada que le dio justo en el trasero, lanzo un quejido de dolor a la vez que caía al suelo, pero antes de que pudieran aprovechar su ventaja giró y se puso de pie de un salto, sin embargo, al parecer el golpe les devolvió algo de su maltrecha confianza así que ambos atacaron al mismo tiempo, pero ella no estaba dispuesta a hacer más concesiones, giro sobre si misma esquivando ambos golpes y aprovechó para golpear a uno en el hombro.

Lamentablemente se contuvo mucho y el golpe solo lo desequilibró, lo que la distrajo suficiente como para que el restante la rodeara con sus brazos y apretara con fuerza, no tenía la suficiente potencia como para hacerle daño, pero el que había recibido el golpe en el hombro le dio con toda la fuerza e impulso que pudo reunir un puñetazo en la boca del estómago, lo que le quito todo el aire de los pulmones.

Probablemente los ladrones pensaron que ya habían dado vuelta la tortilla, pero el que la sujetaba usó una de sus manos para apretar con fuerza su pecho derecho, esto era toda la apertura que ella necesitaba, en un solo movimiento se soltó del agarre, se agachó y lanzó el ladrón hacia adelante dándose este contra la pared perdiendo el sentido, él junto con el que aún estaba en el suelo agarrándose su rodilla estaban fuera de combate, solo quedaba uno que al ver a sus compañeros derrotados se dio la vuelta e intento huir, pero ella no estaba de humor para eso, de dos zancadas lo alcanzó y con un golpe certero en la nuca cayó como una piedra al suelo.

Suspirando lo levanto del cinturón a él y al otro ladrón inconsciente y los dejo al lado del de la rodilla partida. Espero unos minutos hasta que vio llegar a la policía y antes de que se bajaran de la patrulla ya se había ido saltando de techo en techo.

Cuando señora medianoche entró a su departamento por la ventana, toda el aura de tranquilidad se esfumó, se quitó la máscara con rabia y la arrojó al suelo, estuvo demasiado cerca para su gusto, sintió miedo en varias partes de la pelea y eso era lo más peligroso, se maldijo así misma por tonta y por arriesgada no había aprendido nada en todo ese tiempo, dijo un par de palabrotas y luego se calmó, se desnudó y se metió a la cama, pero no pudo dormir ya que aún estaba muy nerviosa, se quedó mirando el techo mientras reflexionaba sobre el ultimo tiempo.

Ya habían pasado 10 meses desde que volvió a vestirse de superheroina, en ese tiempo usando el dinero que había conseguido (no quería pensar como) nuevamente compro materiales para su traje principalmente Lycra negro y se confecciono un nuevo traje, esta vez era más simple y cómodo, pero sin quererlo también era aún más sexy y provocativo que el anterior , era tan ceñido y delgado que no dejaba casi nada a la imaginación, anteriormente ella se habría muerto de vergüenza con solo ponerse ese traje mucho menos salir a la calle, pero desde que había sido tan brutalmente humillada su sentido del pudor era menos sensible que antes.

Después de confeccionar su nuevo traje, sin mucho preámbulo comenzó a patrullar nuevamente, las primeras veces fueron horribles, al más mínimo problema se acobardaba y cometía estupideces estuvo varias veces al borde de verse sobrepasada y de caer derrotada nuevamente pero siempre se salvaba en el último minuto, unas veces por que lograba superar su miedo y pelear mejor y otras veces simplemente por suerte.

Pero después de las primeras semanas volvió a retomar su confianza, la prensa celebro el regreso de la señora medianoche y dio cuenta de sus nuevos esfuerzos para luchar contra el crimen, e incluso cuando ella empezó a aumentar la fuerza de sus golpes y aumentar el número de delincuentes que enviaba al hospital no la juzgaban y la seguían apoyando.

Cuando por fin se sintió lo suficientemente recuperada, se armó de valor y fue al callejón de su primera derrota, se quedó en la azotea del edificio más cercano durante la mayor parte de la noche esperando, no que llegaran sino a que tuviera el valor de acercarse lo suficiente, cuando lo tuvo bajó al nivel del suelo y se quedó agazapada en la oscuridad, la ola de recuerdos desagradables que la invadió la dejo abrumada, todo el callejón le recordaba su humillación, la marca en la pared, la basura al borde del pasadizo incluso ese desagradable olor, todo la hizo sentirse nuevamente como una niña asustada.

Sin darse cuenta empezó a temblar e iba a huir inmediatamente cuando sintió pasos en el pasadizo, de puro pánico se olvidó de que tenía superpoderes y que podría irse de un salto de ahí, miro en todas direcciones frenética, desesperada por ocultarse hasta que se percató que el único escondite posible era la basura, aguantando la respiración y tragándose la lagrimas que ya estaban brotando se metió en un contenedor de basura, lo peor es que estaba repleto, la basura le llegaba hasta el cuello y estaba tan asustada que ni siquiera pensó en salir de ahí.

Su mayor pesadilla se hizo realidad, por la entrada del callejón aparecieron el Jefe y JC caminando calmadamente, como comprenderán esto casi la hace desmayarse, cerro lo ojos y espero que pasara lo peor, pero esta vez tuvo suerte, ellos pasaron de largo y se detuvieron en la pared contraria mientras hablaban.

-no puedo creer que ese hijo de puta destrozara el teléfono- dijo JC enfadado- debí golpear más a ese gordo cabron.

-lo peor – le respondió el jefe suspirando- es que ahí estaban las imágenes de esa perra- algo en su tono le dijo a Lisa que se referían a ella y una pequeña esperanza surgió en su pecho.

-no me digas que no tenemos copias- dijo JC aún más enojado, el jefe negó con la cabeza Lisa tuvo que contener un suspiro, no podía creer que tuviera tanta suerte, aunque seguía asustada y enterrada hasta el cuello en basura por fin se pudo sentir aliviada, se quedó así mientras ellos hablaban de cosas intrascendentes hasta que se fueron ya de madrugada, en cuanto supo que no había peligro recupero su compostura y se fue lo más rápido que pudo a su departamento y se prometió no volver a ese barrio jamás.

Pero no se mantuvo inactiva durante mucho tiempo, dejo pasar unos días hasta que estuvo segura de que se había calmado y después de lavar varias veces su uniforme y volvió a sus patrullajes, que ya se extendían varios meses, la mayoría de las noches terminaban sin problemas dándole una paliza a todos los delincuentes que encontraba, pero había noches como esta que estaba al borde de ser derrotada.

Lo peor, reflexionó ella, es que no parecía estar avanzando, la ciudad seguía siendo el mismo pozo de inmundicia que era cuando llego ahí, podía seguir mandando delincuentes a la cárcel toda su vida y no lograría nada, tenía que pensar en cambiar su modus operandi, creía tener una idea, pero la llevaría a la práctica al día siguiente después de todo estaba agotada.

En la noche siguiente señora medianoche volvía a estar de patrulla, pero esta vez en una zona totalmente distinta, normalmente iba a los barros bajos de la ciudad donde era más común encontrar delincuentes, esta vez fue a una zona media cerca del centro conocida vulgarmente como la pequeña Sodoma, y tenía bien ganado el nombre, estaba compuesta por una serie de calles cuyo único objetivo era la prostitución, de todo tipo mujeres, hombres, transexuales, travestis, cualquier tipo de fetiche conocido podía ser satisfecho en ese lugar si tenías suficiente dinero.

La razón de que Lisa estuviera ahí, no era la prostitución, por cierto, que creía que era mala y que denigraba a las mujeres, pero la principal razón por la que decidió luchar ahí era porque era bien sabido por todos que en ese lugar se blanqueaba todo el dinero sucio de la ciudad, los mafiosos, los políticos y policías corruptos, narcotraficantes e incluso algunos jefes de bandas invertían su dinero en prostíbulos, bares y tiendas de masaje, también al parecer financiaban a algunos proxenetas y productores de películas pornográficas, Lisa pensaba que si atacaba con suficiente fuerza ahí tratando sobre todo de detener sus variados negocios que de todas maneras estaban, al menos en el papel, fuera de la Ley, lograría atacar la raíz del problema.

O al menos ese era el plan, ahora que estaba allí no sabía muy bien como le convenía actuar, después de todo no podía simplemente entrar a un prostíbulo a golpear gente al azar, tenía que pensar un plan, después de mucho reflexionar decidió que la mejor manera era encargarse primero de las prostitutas que trabajaban en la calle, más que de ellas de sus proxenetas, que eran los que realmente manejaban los negocios y probablemente tenían obligadas a esas pobres mujeres.

Una vez decidido su plan de acción estuvo el resto de la noche simplemente observando, era un territorio totalmente desconocido y no quería cometer errores tontos por falta de preparación y conocimiento, una vez que se sintió preparada se fue, decidida a volver al día siguiente.

Durante el día Lisa estuvo nerviosa, no sabía con certeza a que se iba a enfrentar, como actuar y si su plan en general funcionaria, sin embargo, pese a toda la inquietud que sentía nunca pensó en desistir, tenía que intentarlo por lo menos, la ciudad lo necesitaba.

Y así lo hizo, ya a las 10 de la noche estaba agazapada sobre un edificio decidiendo donde empezaría, pero había tantas prostitutas en las calles, era tan caótico, que no sabía por dónde empezar, cuando ya había decidido dejarlo al azar se fijó en una que estaba en la entrada de uno de los callejones, aun a esa distancia se daba cuenta de lo hermosa que era, era una rubia despampanante con caderas amplias y un busto generoso, vestía un top negro que le dejaba descubierto el ombligo y una falda muy corta. Le llamó la atención porque miraba nerviosa el callejón a sus espaldas reiteradamente, señora medianoche se fue a acercando curiosa de manera que cuando finalmente la prostituta entró en el callejón ella la siguió por arriba.

Miro con atención como la prostituta llegaba hasta el final del callejón donde la esperaba un hombre con aspecto peligroso, era de tamaño normal pero bastante grueso en una mezcla de musculatura y grasa, tenía el rostro con unos cuantos cortes y vestía un pantalón negro con una camiseta de diseño militar, por la forma en que lo miró la rubia se notaba que le tenía miedo, y con justa razón pensó Señora Medianoche ya que se percató que tenía un cuchillo oculto en la parte trasera del pantalón.

La superheroina observo como la joven prostituta se acercaba al hombre y le daba un fajo de billetes, a esa distancia a Lisa le pareció bastante, más de lo que ella estaba acostumbrada a ver, pero evidentemente a su proxeneta (porque Lisa ya estaba convencida de que eso era) no le pareció suficiente, empezó a insultarle a gritos, ella se encogía a cada palabra y se veía al borde de las lágrimas, Lisa se empezó a molestar no le gustaba que insultara a esa pobre chica ninguna mujer merecía que la llamaran puta barata o perra inútil, parte de ella quería intervenir pero aún no se sentía muy segura como para hacerlo, se encontraba en esa indecisión cuando el tipo ya harto de solo gritar le dio una bofetada que la envió rodando al suelo.

Ese golpe la convenció, ahora era un delito a los que estaba acostumbrada y ya sabía cómo debía actuar en esos casos, se dejó caer de la azotea de donde estaba y cayó justo entre el proxeneta y la mujer en el suelo, antes que él se recuperara de la sorpresa lo golpeó con ambas manos en el pecho, el salió volando hacia atrás…, o eso pensaba ella que pasaría, la verdad es que solo retrocedió dos pasos lanzando un quejido, intentando ignorar la sorpresa le lanzó un recto de derecha con más fuerza para que no lo pudiera soportar, pero él se agacho en el momento exacto y le contesto con un gancho al hígado.

Fue un buen golpe, cualquier otra persona hubiera sido derribada probablemente vomitando en el proceso, en el caso de ella, aunque no la dañó tanto, si la afectó sobre todo emocionalmente, retrocedió aturdida y apenas si vio el golpe que le llego en la nariz, esta vez fue ella la que salió volando hacia atrás, estaba segura que su nariz estaba sangrando, aunque no estaba rota, se levantó rápidamente, mientras que pensaba que las cosas no estaban yendo del todo bien.

Pero no tuvo mucho rato para pensar de todas maneras, el proxeneta se acercaba a grandes pasos con el puño levantado, antes que se acercara más ella le dio una patada lateral dirigida a su hígado, pero él la bloqueo con su codo, sin embargo, no basto solo con eso y cayó hacia un costado Lisa vio su oportunidad se lanzó hacia adelante pero el reacciono más rápido de lo que ella creía posible, giro en el suelo saliendo de su alcance y se paró de un salto, antes de que ella comprendiera lo que estaba pasando él le dio tres golpes en el rostro a la velocidad del rayo, poco le falto para caerse de espaldas y hace un par de meses lo habría hecho, pero en el último tiempo ya había tenido peleas difíciles y había adquirido bastante experiencia.

Él le lanzo un gancho al rostro, pero esta vez fue ella quien lo esquivo, amago una patada y cuando el bajo los brazos para bloquearla le dio dos golpes rápidos uno en las costillas y en otro en la mejilla, increíblemente los soporto de nuevo, e incluso le dio un puñetazo con toda su fuerza en su pecho derecho, ahora no pudo evitar gritar, esta vez sí que le dolió y le hizo daño, lo peor es que su enemigo se percató de inmediato de su debilidad y se abalanzó para seguir golpeándola ahí, desesperada Lisa recurrió al único método que se le ocurrió y le agarró las manos, se quedaron quietos en esa posición cada uno tratando de superar al otro en fuerza, ahí supo Lisa que ya había ganado la pelea, él por fuerte que fuera, seguía siendo un hombre normal incapaz de competir en cuanto a fuerza.

Y la diferencia de fuerza se notó de inmediato, las piernas de él empezaron a ceder lentamente, hasta que estaba al borde de estar de rodillas, Lisa ya estaba pensando que hacer cuando lo tuviera sometido cuando un terrible dolor en su vagina la hizo gritar y caer de rodillas al suelo cubriéndose el pubis con las manos, miro al proxeneta, pero se veía tan sorprendido como ella, miro detrás suyo y vio que la prostituta que ella estaba intentando salvar la miraba desde arriba con el pie aun levantado para darle una patada, antes que pudiera articular una pregunta ella le dio otra patada esta vez en el trasero justo entre sus nalgas lo que la hizo caer pesadamente hacia adelante.

La pobre superheroina apenas pudo balbucear unas silabas, el dolor y la confusión la dejaron en un estado patético, y el proxeneta no estaba dispuesto a esperarla, la agarró por la nuca y por el pantalón de su traje y la levanto del suelo y sin miramientos la lanzó contra una de las puertas del callejón, ella a una velocidad increíble se estrelló contra la puerta, que se abrió en el proceso, por lo que siguió su trayectoria hasta el suelo de la habitación.

Ella se puso a cuatro patas aturdida, se dio cuenta que estaba en una pequeña habitación cuadrada cuyo único mueble era una horrible cama en el medio de la habitación se preparó para salir de la habitación, pero por la única salida (por donde ella había entrado) entraron sus dos enemigos cerrando la puerta detrás de ellos.

-mira Toro-dijo la prostituta con voz desagradable-parece que está en las ultimas

-claro, Trixie- le respondió el con una voz grave y profunda- buena patada, por cierto.

Señora medianoche la poderosa superheroina, tuvo que hacer todo su esfuerzo para lograr ponerse de pie, estaba adolorida, atontada y lo que es peor asustada, pero esta vez no se dejaría vencer sin pelear hasta el final, se puso en posición de combate y avanzo cojeando hasta ellos.

Pero ya estaba demasiado debilitada como para defenderse, además para asegurarse Toro sacó su cuchillo, eso la hizo dudar por un segundo, pero ella sabía que los cuchillos no podían cortarla ni tampoco servirían para apuñalarla, Toro atacó con un corte lateral ella trato de esquivarlo, pero fue demasiado lenta, no la daño, pero su traje tenia uno corte amplio justo bajo sus pechos, antes que pudiera reaccionar ataco nuevamente esta vez diagonal en el vientre, rajando otra vez su traje y esta vez fue peor porque por la parte baja del agujero se veía su vello púbico.

Ni siquiera tuvo tiempo de sentirse avergonzada, esta vez fue Trixie la que la atacó, se puso a sus espaldas y en vez de golpearla o algo similar se agarró a su máscara por la parte alta y tiró con fuerza hacia atrás, ella desesperada la sujeto para que no pudiera sacarla, pero Toro le agarro los pechos con las manos y se los retorció con ira por simple instinto ella soltó su máscara y golpeo sus manos, él la soltó, pero Trixie le quito la máscara con éxito y lo celebro levantándola en el aire.

Lisa se quedó quieta en mitad de la habitación, mirando impotente como una simple prostituta se burlaba de ella, ni siquiera intento recuperar la máscara, creía que ya no tenía sentido si ya le habían visto claramente el rostro, en vez de eso intento darle un puñetazo, pero ella retrocedió dejando que golpeara el aire, cuando estaba desequilibrada Toro le abrazo por atrás atrapándole los brazos y apretó con todas sus fuerzas.

Lo único que pudo pensar Lisa es que Toro se había ganado su apodo, era el hombre más fuerte que había conocido, hace unos días otro lo había intentado y apenas le hizo nada, ahora bajo el apretón de Toro apenas podía respirar y sentía que se le romperían las costillas en cualquier minuto, no podía ni siquiera gritar y después de un rato no tenía energías para patalear tampoco, y se quedó quieta sufriendo en silencio.

Cuando ya estaba azul por la falta de aire y todo se volvía borroso él la soltó, cayó boca bajo y se quedó quieta recuperando el aire, aprovechando esto Trixie se sentó en la parte baja de su espalda y sin demora le tomo el pelo y jaló con fuerza obligándola a doblarse, con la otra mano le dio fuertes manotazos en el trasero haciéndola gritar a cada golpe.

En su fuero interno Lisa ya se había rendido se sabía derrotada y solo esperaba su mejor oportunidad para escapar, pero también sabía que de llegar esa oportunidad sería más tarde y mientras tanto estaba a su total merced, ni siquiera podía quitarse a esa puta de encima y tuvo que esperar que ella se aburriera y la soltara.

Dificultosamente se puso de pie, aunque solo fuera para mirarlos a la cara, poco más podía hacer, ya le costaba mantenerse de pie y con un pequeño empujón de Toro cayó sobre la vieja cama, intento reincorporarse, pero ese fue su último gesto de rebeldía, un puñetazo de Toro en la mandíbula la dejo pegada en la cama, con la cabeza dando vueltas.

Aprovechando que ella ya no se oponía, Toro uso su cuchillo para rajar su traje desde el cuello hasta la cintura, Trixie inmediatamente uso la rajadura para que quitarle de un solo movimiento la parte alta del traje, dejando sus pechos al descubierto, ambos victimarios se quedaron embobados viendo sus pequeños pechos que se movían apetitosos con cada respiración agitada, Lisa estaba aterrorizada, no podía creer que esto estaba pasando otra vez, el proxeneta que la había derrotado le agarró los pezones y se los retorció con fuerza , tanto que ella no pudo evitar gritar y llorar.

Sin soltarle los pezones ni por un segundo, se subió a la cama y se colocó entre sus piernas, Trixie por su parte sin ningún tipo de pudor se desnudó rápidamente, el hecho de tener que estar atenta de dos personas solo la confundía más y la hacía más vulnerable, por ejemplo, mientras miraba sorprendida como Trixie se desnudaba sin que nadie se lo pidiera, Toro soltó uno de sus pezones y llevó su mano a su entrepierna por debajo de su pantalón, manoseándola bruscamente.

Lo peor es que pese a todo el dolor, el cansancio y la vergüenza, su cuerpo estaba reaccionando al toque, sentía un calor que ya conocía en el bajo vientre, se odiaba a si misma por reaccionar así, pero no pudo evitar que su respiración agitada se fuera convirtiendo en gemidos, pero el hecho que le provocara placer fue totalmente accidental, el proxeneta no tenía ningún interés en hacerla sentir bien metió con torpeza dos dedos en si vagina y los agitó con brusquedad.

Lisa se quejó casi en grito, y sacudió su cuerpo buscando que se alejara, sin resultado, Toro le respondió apretando aún más su pezón como si quisiera arrancárselo de un tirón, lanzó un terrible alarido y se detuvo, Toro al parecer considero que eso era suficiente como juego previo tomo su pantalón y tiro hacia abajo con la clara intención de quitárselo, ella iba a sacudirse de nuevo, pero le tuvo miedo al dolor que se le avecinaba en respuesta, incluso levanto su cadera para que fuera más fácil quitar el pantalón mientras se tapaba el rostro con ambas manos para que no vieran como lloraba.

Una vez que el pantalón estuvo en una esquina de la habitación, el tiempo pareció detenerse mientras la prostituta (que ya se había quitado toda la ropa) y su proxeneta observaban a la superheroina derrotada totalmente desnuda, que ni siquiera hacia un esfuerzo por cubrir sus partes privadas, solo lloraba en silencio.

Toro, bastante impaciente, le abrió las piernas de golpe, casi dislocándole la rodilla, con dos movimientos se bajó el cierre y sacó su pene, Lisa sino hubiera estado llorando ahí habría empezado, era el pene más grande y grueso que había visto, empezó a pensar que no le decían Toro por su fuerza y fortaleza, se acomodó en posición y antes que ella le pudiera decir nada, rogarle o suplicar él lo metió de un solo envión hasta que la mitad estuvo dentro, fue lo suficiente para destrozarle su himen y hacerla gritar más fuerte de lo que había gritado nunca.

-para…por favor- balbuceó entre lágrimas- sácalo, sácalo …. Me va a partir.

Ni siquiera se dignó a contestarle solo se río en voz alta, mientras disfrutaba la estrechez de su interior, por eso le encantaba romper chicas vírgenes, y esa perra se lo había ganado con creses, ahora se lo haría pagar, todavía le dolía el rostro y el brazo de los golpes que le había dado esa puta ahora le iba a ser sentir más dolor que el que creía posible.

Y lo cumplió, terminó de penetrarla de un solo golpe y siguió el empujón hasta que su cabeza se dio contra la cabecera de la cama, Lisa gimoteó sin poder creer el dolor ni que tan profundo lo sentía, creía que debía haber llegado por lo menos al útero, era como se debe sentir una estaca clavada, apenas podía respirar y sollozaba cuando podía, de pura desesperación coloco las manos en el pecho de él y trató de empujar, no paso ni medio segundo hasta que recibió una oleada de golpes al rostro, su cabeza giraba de un lado al otro y sus lágrimas así como su saliva saltaban en todas direcciones, el solo paró cuando ella sangró por un corte en una ceja, podía ser muy dura y casi invulnerable pero si le pegaban tanto y tan fuerte tarde o temprano sangraría.

Después de que se detuvo, empezó un mete-saca brutal, Lisa solo podía sentir como la rompían por dentro sin siquiera dar un quejido, la verdad es que ya estaba semi inconsciente, apenas se percató cuando Trixie para humillarla más, literalmente se sentó en su rostro con tanta precisión que su ano quedó justo en su nariz, y su vagina en su boca, para Lisa que no era homosexual ni siquiera bisexual fue a la vez increíblemente humillante y también tremendamente asqueroso, sobre todo porque la prostituta se movía al ritmo de las embestidas de su proxeneta, pero pronto el asco y las arcadas fueron reemplazados por desesperación por respirar, el problema es que no tenía ni las fuerzas ni el valor de tratar de quitársela de encima, así que solo agito las manos inerme.

El Toro al acercarse al clímax aumento la velocidad de las embestidas, de manera que a Trixie le costó mantener el equilibrio, apretó más fuerte que nunca los indefensos pechos de Lisa y termino en su interior llenando su útero de esperma caliente y abundante, tanto fue que al sacar su pene fue como si se hubiera roto una represa y el semen se derramo por la cama.

Al menos la puta se le quitó de encima y por fin pudo respirar, pero el trauma de lo que estaba viviendo le impidió sentir alivio, trato de incorporarse, pero le faltó fuerza, se derrumbó nuevamente en la cama aprovechando para recuperar el aliento, esta vez tuvo unos 5 minutos de descanso, hasta que toro se le acercó y le dijo que se diera vuelta, ella considero sus opciones y aunque estaba mejor seguía débil como para enfrentarlo, reticente obedeció mostrándole el culo, en la parte alta de la cama se sentó Trixie y abrió las piernas expectante.

La superheroina no recibió ninguna orden, pero sabía lo que querían lentamente se acercó a la entrepierna de la puta, al acercarse era evidente el olor a sudor y semen y se preguntó cuántos clientes había tenido esta noche, una nalgada la apuró y llevó su lengua a su sexo, lamió como creía que le daría placer, pero estaba en terreno desconocido, así que siguió haciéndolo.

Creía que eso sería todo, pero de pronto sintió la cabeza del pene de Toro presionando contra su ano y se olvidó de lo que estaba haciendo.

-espera-gritó aterrada- me vas a matar, no por favor yo…- Trixie enojada la tomo del pelo y la hundió de nuevo en su sexo, lo que la calló no se escuchó su grito desgarrador cuando Toro empezó a violarla por el culo, esta vez le costó más, aunque embestía con fuerza Lisa se resistía apretando todos sus músculos anales. Pero a pesar de que le costó siguió avanzando perseverante, no se detuvo aun cuando le salió sangre desde el ano.

Cuando llegó hasta el fondo, Lisa podría jurar que estaba en uno de sus intestinos, se sentía tan adolorida que se habría dejado llevar por la inconciencia si Trixie en ese preciso momento no se hubiera corrido llenándole la boca de sus jugos.

Estuvo tan ocupada tosiendo que solo se acordó de su culo cuando Toro ya había eyaculado dejando su culo tan lleno como su vagina, esta vez si la dejaron en paz de verdad, se quedaron mirándola desde una distancia de dos metros.

Pero ella estaba demasiado ocupada recuperándose para darse cuenta, hasta que estuvo lo suficientemente bien como para sentarse, ahí recién los vio mirándola divertidos.

- ¿Qué haremos ahora contigo? – dijo Toro acercándose y tomándola por el mentón, ella no dijo nada ni lo repelió ni siquiera lo miró a la cara solo se concentró en su mano.

-creo- dijo Trixie- que debe haber otros clientes interesados en tu…nueva adquisición.

Toro estuvo encantado con la idea, la mando a buscar interesados mientras el salió para cuidar la única salida por fuera, la idea de que Toro la descubriera tratando de escapar la aterraba pero que la prostituyeran era mucho peor, se puso de pie y todo el cuerpo se quejó, pero lo ignoró busco en el suelo su traje, la única parte que encontró fue su pantalón, desesperada por cubrirse el pecho y tratar de escapar. uso un trozo de la sabana y se la envolvió en el pecho, ahora venía la parte difícil miro por la pared algo que le sirviera para escapar, después de que casi pierde las esperanzas, noto una esquina en que la pared parecía estar cediendo por la humedad.

Revitalizada fue sacando pedazo a pedazo, mirando a cada rato a sus espaldas por si aparecía Toro, cuando tuvo espacio suficiente atravesó el agujero sin demora, salió a otro callejón y antes de darle la oportunidad de descubrirla corrió hacia la calle donde le esperaba el espectáculo habitual de la pequeña Sodoma, pero eso fue un alivio en cualquier otro lugar una mujer con los pechos cubierto por una tela tan insignificante habría llamado la atención, aquí era una del montón, respiro hondo y antes de que alguien requiriera sus servicios se alejó a paso rápido pero calmado hacia la salida más cercana del barrio.

Sorpresivamente pudo alejarse sin problemas saliendo a uno de los barrios cercanos, cuando ya estaba más tranquila una mano la agarró por el hombro, esto la petrificó, lentamente se dio vuelta esperando lo peor, esperando que fuera Toro listo para darle otra paliza, pero afortunadamente era solo un tipo más o menos de la edad de Lisa, que la miraba con deseo en los ojos.

-te pagó $30- le dijo nervioso, parece que era la primera vez que hacia eso-si me la … chupas.

Lisa estuvo a punto de darle una bofetada, pero se lo pensó mejor, nada de lo que hiciera podría hacerla caer más bajo ni humillarse más y con $30 podría rentar un taxi para que la lleve a su casa, se quedó en silencio un minuto entero y luego asintió con la cabeza.

Ella esperaba que la llevara a otro lugar, pero el tipo le paso el dinero e inmediatamente se bajó el pantalón, tiene el pene pequeño, fue lo primero que pensó aliviada, aunque debía estar en el promedio, pero todos eran pequeños si los comparaba con el de Toro, sin demora se lo metió a la boca y jugó con el usando su lengua, el muchacho gimió extasiado, ella continuó esperando que terminara rápido ella abrió más la boca y…

-Alto ahí- escuchó, de pronto se quedó con la boca abierta vacía por que el muchacho ya había huido aun con los pantalones abajo, miro atontada y frente a ella había un hombre y una mujer policías, trato de seguir al muchacho, pero su posición arrodillada le perjudicó, no alcanzó ni a pararse antes que el hombre la derribara de un empujón y la mujer le pusiera las esposas y la levantara. El hombre policía además metió sin ninguna vergüenza una mano entre sus pechos y sacó el dinero que le había dado el chico, diciendo algo sobre evidencia, pero ella apenas prestaba atención.

-queda arrestada por los delitos de prostitución y alteración del orden público- dijo la policía con voz solemne, Lisa sin nada más que hacer se puso a llorar nuevamente, ahora sí que estaba perdida no sabía cómo salir de esta- tiene derecho a un abogado, tie….- ella simplemente ignoro el resto y se dejó arrastrar hasta la comisaria.

No hay que decir que el resto de la noche fue horrible para ella, le tomaron las fotos de rigor y la arrojaron a una celda que ni cama tenía, solo un inodoro que tuvo que usar frente a la mirada de algunos presos y policías, al menos tenía la celda para ella sola pensó, pero ese no era un consuelo suficiente, después de todo de verdad iba a ser condenada por prostitución e iría a la cárcel.

-oye- le gritó un guardia desde la puerta de tu celda, ella se despejo de su auto desprecio y lo miró esperando, sorpresivamente le abrió la puerta- fuera, alguien pagó tu fianza.

Ella estupefacta salió de la habitación casi por inercia ¿Quién? Si ni siquiera había dicho su nombre, ni había usado su llamada, firmo lo que le pusieron enfrente y salió de la comisaria buscando quien había sido su rescatador para poder agradecerle. Hasta que lo encontró, delante de ella a unos metros se encontraba el Toro sonriendo con las manos en los bolsillos, el estupor y el miedo la invadieron a partes iguales paralizándola, él se acercó hasta estar al alcance de su mano.

- ¿Cómo? - fue lo único que pudo decir Lisa.

-tengo mis métodos- dijo encogiéndose de hombros- me costaste dos de los grandes, tendrás que devolverlos, pero es una de las obligaciones de un hombre como yo el sacar a sus chicas de la cárcel.

- ¿acaso crees- la ira la hizo recuperar el valor- que porque me sacaste de ahí seré tu puta? Vete a la mierda- se dio la vuelta para irse después de todo estaba al frente de los policías y no le haría nada.

-espera Lisa- ella iba decidida a ignorarlo y sus palabras resonaron hasta que avanzo tras pasos, hasta que comprendió el real significado de lo que acababa de decir, se detuvo en el acto y se dio vuelta más pálida que un muerto- después de todo no creo que tengas donde ir.

Él se alejó y se dirigió a los estacionamientos, ella solo espero tres segundos antes de seguirlo apresurada él se subió a un auto y encendió el motor e hizo el ademan de irse.

-espera- le pidió- por favor, ¿Qué quieres decir?

-bueno sabes…-le sonrió escalofriante disfrutando de su miedo- tuve que decirle tu nombre a la policía y aprovechando también llamé a tus padres, a tus amigos y a tu universidad… ah también a tu casera, todos saben la razón por la que fuiste detenida ayer… no creo que nadie quiera saber más de ti.

Lisa simplemente cerró los ojos mientras su mundo se caía a pedazos, sabía que él tenía razón, se había quedado sola y sin nada y con el antecedente de haber sido prostituta nadie nunca iba a querer contratarla, ya no era nadie y en un par de días ni siquiera tendría que comer, viendo que ya había ganado Toro apunto con su dedo el asiento del copiloto, ella lo miro por largos 5 minutos pensando en una salida, pero no encontró ninguna, sin siquiera poder llorar se sentó en el asiento del copiloto, el auto partió en seguida hacia su nueva vida.

- ¿Cómo supiste quién era? - fue lo único que pudo preguntar, el sin mirarla le contestó:

-tú no te diste cuenta porque pasaste toda la noche entre sus piernas, pero Trixie fue compañera del colegio tuyo, en esa época se llamaba Elena… a ti también te cambiaremos el nombre ¿Qué te parece Señora Sopla penes? -y estalló en una sonora carcajada, recién ahí Lisa empezó a llorar.