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O nos la chupas o te vuelves a casa andando

en MicroRelatos

Hubo un verano que me junte con gente bastante pijilla, mis padres alquilaban un estudio muy pequeño que más parecía a un zulo que a otra cosa, aún así yo me hice amiguete de gente con pasta, que vivía en la zona más cara del pueblo con unos chalets que se te caían los cojones al suelo (que envidia pasaba)...

De ese grupo de amigos había una chica algo mayor que nosotros bastante mona, Belén, tenía la fama( bien ganada) de ser algo sueltecilla y bastante facilona, y aunque hablaban mal de ella por eso mismo todos estábamos deseando que nos hiciese una pajilla alguna noche de las que nos juntabamos, pero nunca paso nada con nadie de nosotros, aunque sí con gente ajena a nuestro grupo, normalmente gente de más edad que nosotros que eramos unos críos.

 

A mitad de verano Belén se echó un novio fijo, el típico chulo-pavas de los años noventa, recién sacado el carnet del coche, flipao y gilipuertas, lógicamente nos veía muy niños para hacer nada con nosotros, así que el tonto capullo del novio era quien se la follaba, encima presumía de lo bien que la chupaba su novia, nosotros muertos de envidia y asco.

 

Una noche quedamos para tomar algo en un local, estábamos todos incluido ella, a los diez o quince minutos apareció el novio, con su ford escort y cinco amigos ( todos metidos tipo lata de sardinas en el coche) la llamaron y ella como una novia obediente subió en ese coche que le cambiaría el verano...

 

Al día siguiente la noticia ya había corrido de casa en casa, todo el mundo conocía la historia, el pinta monas y sus amigos ya habían dado a conocer su aventura nocturna con Belén, resulta que se habían ido a las fiestas de un pueblo cercano, y al acabar la noche se la llevaron a una pequeña cala que había por la zona, la amenazaron con que si quería volver el coche se la tenía que chupar a todos, al novio primero y a los cinco amigos después, ella accedió he hizo las seis rigorosas felaciones, pero con ella no cumplieron el trato y el novio la dejó allí mismo por puta.

Arrancaron el coche y se largaron, ella tuvo que venirse andando, llorando, hasta que se cruzó con la primera cabina telefónica, llamo a casa y su padre la recogió.

Nunca más la vimos ese verano, supongo que por vergüenza o miedo, su ex ya se había encargado de poner grafitis por todas las calles cerca de su casa "BELÉN ES UNA PUTA"... a mí me daba mucha pena, porque me molaba la chiquilla, pero nuestra amistad acabó esa noche, jamás he vuelto a cruzar una palabra con ella.

 

Han ido pasando los años, nos hemos visto, pero somos como dos desconocidos más que van quedándose detrás, ni un tímido saludo, ahora ella tiene marido y dos hijos, y a pesar de los años aún se puede leer el grafiti de su ex, pero ya solo queda el nombre de Belén.