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Las Zorras De Mi Mamá y Hermana En El Bus

en Voyerismo

Les voy a contar porque acompañaba a todos lados a mi madre y a mi hermana, a las cuales después de esta experiencia empecé a ver de forma muy distinta. Esto sucedió cuando yo estaba en secundaria hace ya varios años, fue una de las primeras veces que experimente ver el sexo de otras personas y también cuando deje de ver a mi madre y hermana como mujeres santas y virtuosas y las empecé a ver como un par de putas hermosas… Aunque después entendí que la sexualidad es algo normal

Todo esto se origina en que como ambas tienen unos cuerpos de campeonato, es común que despierten la libido y lascivia de los hombres que las ven. Ambas son blancas de ojos claros y cabellos oscuro y largo, nariz fina y labios carnosos. Las dos tienen unas cinturas de avispa, además cuentan con unas grandes y redondas nalgas y ni hablar de las hermosas tetas que ambas poseen.

A sus 35 años su cuerpo seguía siendo el de una jovencita, ya que nada de su cuerpo se encuentra fuera de su sitio, se mantiene en forma por el ejercicio yoga y dieta balanceada, sus piernas son un verdadero monumento a la perfección y eso que ella nos pario a ambos. En aquella época siempre vestía sexy y escotada. Mi madre se veía también que en muchas ocasiones creyeron que ella era nuestra hermana mayor en lugar de nuestra madre.

Por otro lado mi hermana a sus 18 años cumplidos, se veía mucho mayor de 20. Todo su cuerpo era firme y suave, y lo sigue siendo, practica gimnasia desde niña y cuanto entro a la preparatoria pasaba horas en el gimnasio. Ella prefería usar prendas pegadas al cuerpo que resaltaban mejor sus hermosas piernas, su redondo trasero su vientre plano y sus enormes pechos.

Ambas saben bien que tiene cuerpos hermosos y saben sacar provecho de eso. Me percate desde muy joven que a ambas les gusta mucho lucir su cuerpo, por lo que en sus guardarropas abundan las prendas diminutas y entalladas, por esto cuando andan por la calle, todos los tipos se les quedan viendo mientras pasan, y otros les dicen varios piropos obscenos, otros más atrevidos les tocan el pandero descaradamente mientras les manifiestan lo buenas que están.

A ambas les encanta vestir con la ropa más sensual que se puedan encontrar; a pesar de los reproches de papá ellas no dejaban de ponerse minúsculas faldas o los pantalones ajustados, de manera que dejan ver lo plano de su vientre y lo abultado de sus sexos y sus nalgas, las cuales se marcan perfectamente, sobre todo que a ambas les gusta vestir calzas de malla de colores muy claros, donde se llega a notar la minúscula ropa interior que visten, en su mayoría tangas, las cuales se les encajan perfectamente en la raja de su culo y si a esto le aumentamos que se mete también la calza entre sus nalgas, imagínense que espectáculo tan maravilloso, luego con el par de senos que ambas se cargan, los cuales son firmes y muy redondos, por esto nunca se ponen el incómodo sujetador, por lo que es frecuente que se noten a la perfección sus pezones a través de la tela de sus ropas.

En una ocasión cuando yo tenía catorce o quince años salimos del cine, fuimos a ver esa película de Will Smith donde se dedica arreglar citas; lo recuerdo porque desde lo que paso no puedo ver esa película sin recordar lo sucedido y en general no tolero las películas románticas. Tomamos un autobús saliendo del cine el cual abordamos sin ningún problema. En esa ocasión mi madre llevaba un sexy pantalón pegado a su cuerpo y una blusa holgada que dejaba al descubierto su vientre y ombligo. Mi hermana por otro lado llevaba puesta un vestido corto casi como minifalda y de tirantes delgados abotonado por el frente.

Obviamente ambas con sus respectivas tangas y zapatos de tacones altos. Las dos llevaban joyería de fantasía que las hacía ver como putas baratas pero claras que en ese momento yo no lo notaba así; llevaban aretes en forma de aro y collares de colores que hacían juego con sus tangas, además de ir maquilladas como para salir de cacería.

El autobús que abordamos iba un poco lleno y no había asientos vacíos juntos, por lo que ellas me dijeron que me sentara y ellas permanecieron paradas cerca de mí. Pero calles más adelante comenzó a subir demasiada gente, por lo que en pocos minutos el bus iba completamente repleto, casi de inmediato se acomodaron tras de mi madre y de mi hermana, dos tipos jóvenes de buena apariencia, por lo que mi madre y mi hermana no demostraron ninguna incomodidad al respecto.

Al poco tiempo pude apreciar como estos tipos intercambiaban miradas y sonrisas de complicidad mientras frotaban sus penes en las nalgas de mi madre y mi hermana, sin que ellas mostraran algún tipo de reacción, más adelante los fulanos envalentonados con la pasividad de mis familiares ya habían extraído sus penes y se los sobaban entre las rajas del culo de ambas, aprovechando que las calzas se les introducían bastante en la raja de sus nalgas.

Entonces me percaté que el que tenía en turno a mi hermana, deslizaba lentamente la mano por el costado de sus muslos recorriéndolos a conciencia hasta alcanzar su plano vientre para después bajar lentamente a su abultado sexo, donde el tipo delineaba el contorno de su cocho con las yemas de los dedos, la cara de mi hermana se encontraba ruborizada por la acción del desconocido, supongo que acalorada por la excitación.

Notaba como ella disimuladamente se inclinaba un poco al frente mientras levantaba el culo para encajarse el miembro del tipo lo más posible, haciendo un imperceptible movimiento de sus nalgas sobre el paquete del desconocido, mientras una de las manos del individuo se metió por debajo del top de mi hermana apoderándose de su delicioso seno, jugando calientemente con su Delicado pezón el cual no tardo en ponerse duro como una pequeña cereza. Con su otra mano el joven hizo a un lado la tanga rosa de mi hermanita y coloco su pene entre sus redondas nalgas, ella en un rápido movimiento se puso de puntitas y se inclinó un poco hacia delante, lo que le permitía la conglomeración de gente, para facilitarle la penetración al guapo desconocido quien no dudo en introducir su miembro en el interior de la raja de mi hermana. Cuando mi hermana se inclinó sentí como su pecho rozaba mi nuca y aunque yo trataba de ver disimuladamente se debió notar que ponía mucha atención por que pude escuchar que me trato de susurrar “No veas. Ve por la ventana” antes de un quejido callado mientras se mordía los labios con los ojos cerrados, y se bamboleaba al ritmo de las ya poco discretas embestidas de desconocido.

La situación de mi madre casi era la misma, sólo que ella era tocada directamente bajo la calza, podía percibir claramente las manos de su manoseador bajo la delgada tela de su pantalón de malla, las cuales se notaban perfectamente mientras recorrían el trasero de mi madre, se percibía como el tipo apretaba y aflojaba con sus manos las grandes carnes de las nalgas de mi madre, incluso la parte de la cintura de su tanga alcanzaba a asomar fuera de su calza color lila, también pude notar cómo el sujeto deslizaba su mano de arriba a abajo a través de toda la raja de su culo, donde en repetidas ocasiones se detuvo a la altura de su ano, donde alcance a notar que introducía un dedo en su apretado orificio, mientras mi madre sólo respiraba apresuradamente, ya que sus grandes tetas subían y bajaban de lo agitado de su respiración y sus pezones se encontraban completamente erguidos de la calentura.

En determinado momento el tipo tomó el resorte de su calza y lo retiró hacia abajo, dejando las nalgas de mi madre a la vista, se notaba perfectamente la parte trasera de sus tanga, perfectamente encajada en su culo, el desconocido tomó los elásticos de su tanga, y los deslizó hacia abajo de la cintura, logrando retirarlos del trasero de mi madre. Al carecer de oposición por parte de mi madre, el fulano rompió la prenda íntima de mi madre y la colocó en su bolsillo, y en diestro movimiento introdujo su pene en el culo de mi madre, la cual sólo atinó a emitir un apagado suspiro, sólo pude ver la cara de calentura de mi madre que de inmediato cerró sus azules ojos y mordió levemente sus carnosos y rojos labios, el tipo no se medía ante nada en ocultar sus acciones para con mi madre, ya que incluso extrajo uno de sus pechos dejándolo fuera de su fina camiseta, sobándolo casi a la vista de cualquiera que pudiera haberse dado cuenta de esta situación.

Mi hermana trataba de sostenerse de los tubos pegados a los asientos mientras era penetrada, su cara ya no era discreta cualquiera podía darse cuenta de lo que pasaba, pero como en cualquier ciudad grande a nadie le importaba. No paso mucho tiempo antes de que el chico que tenía a mi hermanita se saliera de ella y echara una gran cantidad de semen sobre sus nalgas al tiempo que rompía la tanga de mi hermana para guardarla en su bolsillo como trofeo como lo había hecho su amigo con la de mi madre. Después tuvo el descaro de poner la falda de mi hermana sobre sus globos de carne empapados de semen y este minúsculo pedazo de tela quedo igualmente impregnado de la semilla del desconocido.

Mientras tanto el otro tipo se esmeraba en meter y sacar su miembro del apretado orificio de mi madre, ella trataba de sostenerse fuertemente del tubo superior del autobús mientras era sodomizada. Mi madre también se dio cuenta de que las veía porque solo dijo “perdóname, solo olvídalo” con sus ojos cerrados y una cara de placer que solo he vuelto a ver en películas porno. Después de unos minutos más de fricción el tipo extrajo el pene y eyaculó en las nalgas de mi madre, procediendo a acomodar la calza de mi madre en su lugar, dejando la calza de mi madre al igual que la de mi hermana, totalmente llena de semen, mientras mi madre se introducía Nuevamente su teta descubierta dentro de sus ropas.

Después de esto mi madre y mi hermana solo bajaron la mirada y todo termino justo a tiempo pues faltaban pocas manzanas para llegar a nuestra parada. Ante todo esto yo estaba a 1000, por lo que al movernos para abandonar el autobús, me aproximé a mi madre y a mi hermana, y aprovechando el cúmulo de personas para descender del transporte, les comencé a tocar sus duras nalgas con tremenda excitación, frotando a ambas con intenso deseo, yo no sé si ellas se dieron cuenta que quien les metía mano era yo, ya que mi manoseo distaba mucho de ser discreto y la única persona que se encontraba detrás de ellas era yo. Ninguna de las dos hizo ningún movimiento de desaprobación, por lo que les apreté el culo sobre las prendas mojadas de semen por los desconocidos, llegándoles a meter con fuerza mis dedos en la raja que formaban sus nalgas, incluso pueda sentir sus apretados y calientes anos, sobre todo ya que no contaban con el estorbo de sus tangas, sintiendo el calor que desprendían ese par de deliciosos culos, tanto el de mi madre como el de mi hermana, lo cual es la sensación más caliente de toda mi vida.

Estábamos cerca de la puerta por lo que rápidamente me extraje mi pene y me masturbé apuntando a sus deliciosos traseros, creo que en ese momento ellas se dieron cuenta de reojo porque para mi sorpresa sentí las calientes manos de ambas en mi masculinidad y empezaron a masturbarme con habilidad. A la hora de estallar, ellas dirigieron los chorros y procuraron regalarse tanto mi madre como mi hermana, una cantidad casi igual de mi caliente leche, la cual chocó deliciosamente dejando goterones de lefa en sus culos que se unió a la que habían dejado los desconocidos. Al bajar mi hermana dijo “Calladito…va a ser nuestro secretito”, “No le vayas a decir nada a tu padre…” me dijo mi madre entre orden, súplica y amenaza, yo solo asentí con la cabeza no tenía destreza para hilar alguna palabra menos una oración; por lo que ambas me dieron un beso en la mejilla y dijeron “buen chico” y después me dieron otro beso cada una muy cerca de la comisura de los labios. Así abandonamos el autobús que me mostró el lado desconocido, excitante, muy candente de las zorras de mi madre y mi hermana.

No sé exactamente que paso en mi mente ese día pero desde entonces me gustó espiarlas mientras eran folladas por diferentes hombres en cualquier situación y estoy muy seguro que ellas salían que las espiaba porque de vez en cuando miraban a donde estaba escondido y sonreían o guiñaban el ojo incluso en ocasiones mandaban besos.

Esa es la razón por la que me gustaba acompañarlas a todos lados y ver las cosas que podían hacer mis familiares. Yo nunca intente nada con ellas, aunque ahora que soy adulto entiendo que ellas varias veces me incitaron pero yo era bobo e inocente, tal vez fue por eso que me volví adicto al porno de tríos de maduras y jovencitas, a relatos de incesto de madres e hijas; cosa que arruino mi matrimonio pues mi ex esposa me descubrió fantaseando con mi suegra.

Escribo esta historia por recomendación de mi terapeuta (Asmodeo) pues asegura que es una forma sana de sacar el recuerdo de lo que viví en mi juventud. Pues ahora todas mis relaciones, fallidas, están basadas en mujeres maduras de buen ver con hijas adolescentes o en mujeres jóvenes con madres medianamente candentes, pues sé que como mi madre y mi hermana jamás encontrare otro par.