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A mi tía Isabel le gusta jugar sucio conmigo 2

en Amor filial

Los días pasaron, incluso meses. Todo lo que disfruté de mi tía al parecer había quedado en el pasado. De ratos nos visitaba con mi primo, otros días con mi tío, su esposo, y a veces sola, pero nada ocurrió. Cuando se presentaba a la casa con esa vestimenta que me enloquecía tanto, lo único que pensaba era en la gran experiencia que viví con ella. Mi verga se me levantaba cuando le miraba esas sabrosas tetas llenas de su dulce líquido. Ponerse esas blusas escotadas me encendían en seguida. O admirar esa ricura de culo que mueve cuando caminaba por toda mi casa. Lo que daría por volver a oler esas ricas bragas que cubren su más exquisita raja. Cuando me encerraba en el cuarto o cuando mis papás aún no llegaban del trabajo le dedicaba un tiempo a las fotos de mi tía y a los recuerdos para masturbarme. Cuando lo hacía recordaba esas chichotas bien paradas y puntiagudas. Sacaba la lengua e imaginaba que las chupaba, que las exprimía con mis labios. Que delicia. Mi verga se endurecía.

Pasaron cuatro años. Ahora tenía 19 años. Ya era mayor de edad y había crecido en todos los aspectos. Tanto mentalmente como físicamente. Medía 1.78, mi cuerpo ya tenía aspecto de joven adulto, como debería. Mi verga tenía un tamaño decente. 20 centímetros estando en perfecta erección. Lástima que aún seguía siendo virgen. De complexión era y sigo siendo delgado. No so feo hasta eso. Al menos tenía ese punto a mi favor para llamar la atención de las chicas, más no de la que más esperaba. Mi tía Isabel. Después de no verla tanto tiempo, mis papás y yo fuimos a su casa a festejar el cumpleaños de su esposo que cumplía 42 años. Yo estaba ansioso de verla. De volver a disfrutar de esa escultura. Al llegar nos abrió mi tía Gabriela hermana de mi tío Francisco. La saludamos así como a todos los que ya habían llegado. El día estaba soleado y no hacía calor, por lo que la fiesta la organizaron en el patio. Saludé y felicite a mi tío.

-          Tío, muchas felicidades!, lo abracé.

-          Muchachote, muchas gracias.

Mientras lo estaba abrazando apareció ella por arte de magia. Salió de la casa caminando hacia nosotros. Dios mío, que mujer estaban presenciando mis ojos. Aún seguía estando hermosa y buenísima. Como olvidar esos pechos. Llevaba puesta una blusa roja con una abertura en forma de circulo en medio de esos deliciosos pechos. Se le notaba que había hecho ejercicio puesto que sus curvas se le notaban más. Llevaba unos mallones color negro muy ajustados a su entrepierna y a su culo ni se diga. Aunque aún no se lo admiraba juraría que lo tenía muy pegado a esas ricas nalgas paradas. Solté a mi tío para que siguiera saludando. Mi tía se fue acercando y me saludó. Tenía que abrazarla y sentir esas tetas sobre mí.

-          Jorge, hola!!

-          Tia!

Que sabrosas. Suaves, paradas. Firmes, sobre todo. Aunque tenía la ayuda de su brasier podía asegurar que no lo necesitaba para brillar como una verdadera diosa. Su aroma me envolvió con ese abrazo. Fresco y dulce. Al apartarnos nos miramos a los ojos. Se puso seria y nerviosa. Lo pude notar. Incluso diría que incomoda. Y se lo respetaba. Tal vez luego de marcharse de mi casa reflexionó lo que hizo y se arrepintió. Pero hicimos un trato, y se lo cumplí y se lo seguiré cumpliendo. Pasó el rato. Yo platiqué con unos primos y primas. Mis papás charlaban con mis tíos y sus amistades. Era imposible no verla. Sentada de piernas cruzadas hacían resaltar su hermoso culo. Que suerte tenía mi tío y esa silla de poder sentir esas nalgas. Se apartó el fleco del rostro y miró hacia donde estábamos mis primos. Vio que la estaba observando. Nuestras mirada se cruzaron en medio de todos. Aparté la mirada y de reojo vi que aún seguía viendo unos segundos más. Giré la cabeza hacia ella cuando ya no me miraba. No podía estar seguro si esa mirada me decía algo por lo que me propuse a averiguar. Pasaron dos minutos. Me dirigí a la mesa de refresco y tomé un vaso. Mientras decidía de cual servirme, mis oídos fueron encantados de esa suave y dulce voz.

-          ¿de cual te sirvo?, me preguntó mi tía Isabel.

El aliento se me había ido. Apareció de un parpadeo a mi lado.

-          …de este.

Mis ojos necesitaban volver a ver esas tetas, pero no podía ser tan descarado frente a ella. Se sirvió Coca Cola.

-          …¿y como has estado, ya en que año vas?

-          Estoy en 2° semestre de universidad.

-          Que bien. ¿Qué estudias?

-          Administración de Empresas.

-           Pues…échale ganas!!

-          Si, claro jaja

Hubo un silencio dónde sólo se me quedaba viendo mientras tomaba refresco. No apartaba sus ojos de los míos. ¿Qué pensará?, me pregunté. Sin decir nada siguió su rumbo a su silla. Fue inevitable ver ese ricote culo. Caminaba lento como si lo hiciera para que la viera. Regresé con mis primos. Platicábamos de la escuela, los amigos, de todo un poco. Vi que se levantó de su asiento. Caminó frente a nosotros algo tensa y nerviosa mirando el suelo. O al menos así la vi. Entró a la casa. Me quedé pensativo. Todos estaban afuera. Mis tíos charlaban al igual que mis primos. Caminé hacia adentro. Me asomé al comedor. No estaba. Subí a las recámaras. Caminé directamente a la de mis tíos. Pasé el baño que estaba en medio del pasillo y unas manos me jalaron pegando mi espalda a la pared.

-          ¿Por qué me sigues?, me preguntó seria.

-          …tía

-          Habla, me ordenó.

Miré la abertura que estaba en su pecho. Miró sus tetas.

-          Ya veo

Sin quitar sus manos de mis hombros, miró a las escaleras. Volvió a mi y miró detenidamente mi cuerpo. Se mordió los labios. Miró a las escaleras nuevamente y al mismo momento bajó sus manos a mi cinturón empezando a desabrocharlo.

-          …tía

-          ¿Qué?, preguntó mirando a las escaleras, a mis ojos y luego a mi pantalón

-          ¿Qué harás?

-          Tu que crees, respondió sonriendo.

Se arrodilló y bajó mi pantalón a mis tobillos. Me había excitado sus intenciones. Por lo que mi verga ya estaba algo erecta. Un bulto en mi bóxer se asomaba. Observó mi entrepierna. Subió la mirada a mis ojos bajándome los calzoncillos. Mi pene dio un salto moviéndose de izquierda a derecha.

-          Mmmm!!! Mira nada más, dijo mojándose los labios.

La agarró con su mano derecha y me la empezó a jalar lentamente. Abrió su linda boca y sacó la lengua. Lengüeteó mi glande. Que rico. Lo jugaba con su lengüita. No podía desaprovechar esa gran oportunidad. Es lo que tanto esperé. Se metió la mitad. La succionó. La chupaba con gusto.

-          Mmmm te sabe rica.

-          …¿si?

-          Si

La lamía con delicadeza. La untaba en toda su boca. En su paladar, en sus cachetes, se golpeaba la campana con mi punta. Apoyó sus manos en mi cintura y acercó su rostro de modo que le entrara toda. Dios, lo hizo. Le entraba mi verga en su rica boca. Mis pelotas descansaban en sus labios. Miró hacia arriba. Con la verga bien metida sacudía su lengua. Se la sacó. La escupió y se la volvió a meter.

-          …tía

Levantó las cejas.

-          Me gusta como lo haces.

Se la retiró.

-          ¿te gusta como mamo tu verga?

-          …si

No creí que me contestaría con ese vocabulario pero me excitó aún más. Rogaba por no venirme. Lo hacía tan bien que estaba al borde de querer explotar.

-          …espe..ra, tía

-          ¿Qué pasa?, ¿ya no quieres?

-          …no..si

Dejó de chuparla y se puso de pie.

-          ¿Entonces que pasa? ¿Mmm?,

Frotaba mi verga bañada de su saliva.

-          ¿…eh?

-          ¿quieres tocarme?, ¿eso quieres?

Soltó mi polla bien parada. Se limpió en su blusa y se la levantó mostrándome sus bellos pechos. Agarró mi cabeza y la metió a sus firmes chichotas.

-          Huele, mi amor.

Dios santo. Que maravilla. Le olían estupendamente. Con su mano derecha subió la copa de su teta izquierda.

-          Vamos!! Chúpala, corazón. Chúpasela a tu tía, me incitaba untando su punta en la nariz y en la boca.

-          La atrapé con la boca y se la comencé a chupar. La succioné como si bebiera de ella.

Lengüeteaba su punta. La jugaba. Que rico y exquisito momento. Sentí mi verga más dura. La metí entre sus piernas.

-          La tienes bien rica, corazón.

Tenía unas inmensas ganas de meterle la vergota y de lamerle las tetas.

-          Agarrarlas, Jorge. Chúpamelas. Quiero ver como me las comes, mi amor.

Decir eso, me género confianza y lo hice. Subí. Las manos y le destapé el otro seno. Las tomé y empecé a lamerle sus ricas puntas. Se las lengüeteé.

-          Eso!! Así!! Apriétamelas!! Sigue chupando, corazón!!!

-          ¿si?

-          Si, bebé. Comételas!! Sácale la lechita a tu tía Isabel!!

-          Me gustas tía

-          ¿si?

-          Si.

Era hermoso disfrutar de esas pechos. De esas puntas bien paradas y duras. Se las comía con gusto y con ganas. Necesitaba tanto de ellas.

-          Me encantas, tía. Me excitas mucho.

-          ¿si?, me preguntó acariciándome el pelo

-          Si. Me encanta verte el trasero. Me encantó...oler…tus bragas..aquella…vez

Apreté fuertemente tus tetas de modo que resaltaran más sus puntas y se las lengüeteé.

-          Aaa!!! Que rico!!! Eso, mi amor!! Chúpalas!!

Subí la mirada a su rostro y vi como lo disfrutaba. Sonreía y cerraba sus ojos dejándose llevar y olvidándose de la fiesta.

-          ¿así que te gustó…el olor de mis bragas?, me preguntó excitada.

-          Me encantó tanto que……tuve que volver a olerlo cuando me lo diste.

-          Agárrame el culo, me dijo.

Solté sus tetas y bajé las manos a su sabroso y parado culote. Dios mío, al fin estaba en mis manos esa parte que tanto disfruto ver. Estaban paradas y redondas. Agarró sus pechos y los presionó como lo hice. Sus ricas puntas estaban bien paradas. Las cubrí con mis labios y las chupe como si me diera de comer. Sonrió.

-          ¿te gusta el culo de tu tía?

-          Si, está…rico.

Le di unos masajes a esas glúteos. Le separaba las nalgas y empujaba mi verga resbalándola entré sus muslos y su vagina.

-          Mmmm se siente bien, dijo. 

-          Yo creo que…ya hay que…regresar, ¿no?

-          ¿tu quieres regresar?

-          …No pero…

-          ¿pero que?

-          Alguien…puede venir, dije viendo a las escaleras.

-          Nadie vendrá.

Se apartó de mí lentamente y se tapó los pechos. Se acomodó la blusa resbalando sus manos sobre sus lindas curvas. Me subí el bóxer y el pantalón y me lo abroche.

-          Entonces…¿no quieres manosear el culo de tu tía?

Gozar de ese sabroso culo es lo que más tenía ganas de hacer. Manosearlo, olerlo y si se pudiera hasta probárselo. Jugar con esas nalgas paradas. La suerte me estaba dando demasiado desde la primera vez.

-          Este…

Se dio la vuelta y se lo levantó dejándolo caer. Dios, le bailaban esos sabrosos glúteos. Se me hacía agua la boca de tan sabroso que lo tenía. El mallón tan ajustado la hacía lucir como la mejor de todas. Tragué saliva agarrando mi entrepierna. La tenía bien paradota.

-          Vamos!! Agárrale el culo a tu tía. Te va a gustar, me animaba levantándoselo y abriéndoselo, volteando a la izquierda de reojo hacia mí.

Mis ojos viajaban en ese admirable trasero. No podía negarlo, ni ocultarlo. Me arrodillé y se lo agarré con mis inocentes manos. Le apreté los preciosos glúteos. Mordí mis labios saboreándolos. Apoyó su mano derecha sobre mi cabeza y enterró mi cara a su culito.

-          Ven, huele.

Di un respiro en su zona que más me tenía loco. Su aroma me enamoró más de ella. Que delicia de culo. Di un segundo respiró llevándome ese olor a lo más adentro de mí.

-          Mmm!! ¿te gusta?, me preguntó riéndose descaradamente

-          Si tía, me encanta tu rico trasero.

Mi confianza y seguridad en mi hacia ella había progresado. De la nada fui muy positivo y directo a responder sus excitantes preguntas. Pegó sus pechos a la pared y paró un poco el culo, presionando mi rostro.

-          Vamos!! Huele!! Huélele el culote a tu tía!! 

Me encantaba que dijera esas palabras. Me excitaban cada segundo que pasaba. Movió su colita de izquierda a derecha, untándomelo. Agarró el resorte de su pantalón y se lo comenzó a bajar lentamente. Woow!, Mis ojos se agrandaron al ver ese calzón metido en medio de sus preciosas nalgas. Tragué saliva recuperándome de esa maravillosa vista. Soltó su mallón a la altura de sus muslos y separó sus sabrosas nalgas.

-          ¿Te gusta lo que ves o…es mucho para ti?, me preguntó mostrándome esa rica zona.

Reí nerviosamente. No sabía que contestar. Estaba tan impresionado y ocupado guardando esa imagen cautivadora, y que estaba a punto de ocasionarme una estremecedora eyaculación sobre mi bóxer.

-          Acércate, ven!!

Pegaba mi cara en medio de sus nalgotas. Quería que siguiera disfrutando de su apestoso culo. Era riquísimo olfatearle esa colita. Empezó a moverse golpeándolo en mi cara.

-          Isabel!!, gritaba mi tío. ¿Estás arriba?

-          …siii!!! Ahorita bajo!!!

Se subió el pantalón rápidamente.

-          Dios!! Metete al baño, córrele!!, me ordenó.

-          …si, contesté algo apresurado.

Antes de cerrar la puerta, miré a ella y sonrió caminando a las escaleras. Dejé pasar unos minutos y bajé.

-          ¿dónde andabas?, me preguntó mi mamá al llegar al patio

-          Fui al baño y…hablaba por teléfono

-          ¿En dónde si te estuve buscando?

-          …ah…es que estuve arriba.

-          Como sea, ya vamos a comer

Mis tías y mi mamá repartieron los platos. Mi tía se molestó al darme el mío. Miraba como le repartía a los demás. No podía creer que mi rostro había estado ya en ese hermoso trasero. Después de haber comido tanto me sentí muy lleno, por lo que decidí recostarme un poco en la cama de mis tíos. Cerré un momento los ojos. Estuve cinco minutos en reposo hasta que de sorpresa sentí un peso sobre mi entrepierna. Abrí los ojos y vi a mi tía montada sobre mí.

-          Hola mi amor, ¿me extrañaste?, me preguntó besándome el cuello

-          …tía…espera

-          ¿a que me espero?.

-          Es que…tengo miedo

-          ¿miedo?

-          …si…bueno, a que alguien venga.

-          Están ocupados, tranquilízate.

Verla sentada sobre mi aplastando mi verga con su rico culote me calentó en seguida. Se comenzó a levantar mi polla pegando en su entrepierna.

-          Mmmm ya reaccionó, dijo con un tono pícaro.

-          …ajá

Retrocedió su colita y comenzó a desabrocharme el pantalón otra vez. Con sus dedos agarró mi miembro por arriba del bóxer. La dobló hacia mi pierna derecha. La recostó. Aunque la tenía ya endurecida se doblaba con facilidad.

-          Mira que rico, dijo

Me gustaba ver como me la agarraba. Resbaló mi bóxer dejando salir mi verga bien paradota. La atrapó con su linda boca y se la metió hasta la mitad.

-          Mmmm!!!

Disfrutó mi verga con sus ojos cerrados. Que rico. La succionaba y lengüeteaba mi punta.

-          …tía..

Lo hacía de maravilla. Sabía mamar riquísimo la verga. Diría que es experta en esa técnica. La soltó dejándola bañada de su saliva.

-          ¿Quieres hacérmelo a mi?

-          …¿Cómo?

-          ¿Quieres probármela?

-          …pues…

Se paró y se quitó los mallones mirando hacia el pasillo. Vi como desnudaba sus bellas piernas. Dejándose el calzón se subió sobre mi pecho.

-          ¿listo?

-          …ajá, contesté estúpidamente mirando su zona.

Se acercó y dobló su calzón enseñándome esa raja y eso jugosos pliegues. Inclinó hacia adelante su rica vagina, diciéndome:

-          Vamos, pruébala

Pegué mi boca y le resbalé la lengua.

-          Mmmm más!! Vamos, no tengas miedo!!

Sabía ácida. Su sabor era raro al igual que su olor pero me gustaba a la vez. Así que me animé a probar por segunda vez.

-          Eso!!! Usa tu lengua!! Sólo la lengua, me decía.

Saqué lo más que pude mi dulce lengüita y le empecé a lamer.

-          Aaahhh!!! Sii!! Aquí, aquí hazlo, me pidió abriendo sus pliegues y señalándome donde se encontraba su clítoris.

Pegué mi boca a su hermosa raja y le lengüeteé donde me indicaba

-          Sii!!! Ahí!!! Mmmm!!!

Miré hacia su rostro. Vi como se mordía los labios y miraba hacia el techo columpiando lentamente su cintura. Probar esa exquisita vagina era lo mejor que jamás pensé probar y mucho menos en su casa y en su propia cama.

-          Que rico!! Sigue!! No te detengas!! Los haces bien!!

Me gustaba como lo disfrutaba, como me pedía más. Estiró su brazo derecho hacia atrás y agarró mi vergota. La jaló suavemente mientras le comía su rica concha.

-          ¿te gusta chupármela?, me preguntó muy excitada

-          Si.

-          ¿te sabe rica?

-          Si.

-          A mi…igual Aaahhh!! Sii!!!

-          Estás…hermosa

-          ¿si?, ¿te gusto mucho?

-          Si. Me encantas.

Abrí mi boca y le di un gran bocado a esos húmedos pliegues. Se agarraba las tetas. Se las manoseaba y se columpiaba.

-          ¿Qué te parece…si ahora me coges?

Por fin lo dijo. Aunque no lo pensaba todo el tiempo, pero muy dentro de mí era lo que más deseaba. Quedé sorprendido al darme esa petición. Y sin duda era algo que no me atrevería a rechazar.

-          ¿lo dices…en serio?

-          Ajá, contestó con una sonrisa.

Retrocedió llevando ese culo untándolo en mi verga. Se puso de pie arriba de la cama y se quitó el calzón. Se montó de nuevo. Mi verga se doblaba de lo excitado que estaba. La agarró frotándola en sus ricos pliegues y en su rabito.

-          La tienes bien parada.

-          …si

-          ¿quieres meterla ya?

-          …ajá

Se escupió la mano derecha y lubricó mi polla para luego colocarla en su maravillosa entrada. La presionó y a la vez bajó su trasero logrando metérsela. Dios santo, que bien se sentía.

-          Aaahhh!!! Tía!!

-          ¿Qué pasa, mi amor?, ¿sientes rico?

-          …sii!!! Mucho!!!

Sentó bien el culo hasta meterse todo. Se sentía extraordinario. Subió su culo sacándosela lentamente y volvió a sentarse. No pensé que fuera tan rico. Mordía mis labios. Cerraba mis ojos. No podía creer lo que estaba pasando. Penetraba a mi tía. Mi verga resbalaba en su rajita. Entraba y salía.

-          Me gusta como me entra

-          Si!! …A mi igual!!

Agarró su culo con sus bellas manos y se lo abrió sin dejar de brincarme.

-          Sii!!! Sigue tía!!

-          ¿tan rápido ya me das ordenes?, me preguntó riéndose

-          Dios!! Es que…me gusta!! Aaahhh!!!

-          Si, lo se!!! Coger es rico!!

-          …si!!!

-          ¿quieres ver que tan rico es?

-          …ajá, si

De repente comenzó a brincar más rápido como loca.

-          Dios!!! Aaaahhh!!!! Siii!!! Se…siente…rico!!!!

-          Si, verdad!!!

Disminuyó el ritmo.

-          Ven, chúpamelas, me pidió subiéndose la blusa e inclinándose hacia mí apoyando sus manos en la pared.

Se le colgaban muy poco.

-          Vamos!! ¿Qué esperas?, comételas!!!

Las agarré. Puse cada mano sobre cada pecho y le chupé las puntas. No dejaba de penetrarse. Seguía brincando con lentitud.

-          Eso, corazón!! Exprímelas, si quieres!!

Era toda mía. Su culo, sus tetas, toda ella era sólo para mí.

-          Lamelas!! Jálame las puntas!!

La obedecí. Apreté sus puntas con mis labios y las jalé suavemente.

-          Sii!! Así!! Succiónalas!!

Eso hice. Se las bebía.

-          ¿recuerdas cuando te di de mi leche?

-          …si

-          ¿no quieres?

-          …aaaa

-          Abre la boca, me ordenó.

Recuerdo muy bien aquella sabrosa experiencia. Y volver a repetirla sería de lo mejor. Hice lo que me pidió. Tomó sus ricos pechos y se los presionó apretando al mismo tiempo sus puntas con su índice y su pulgar. Lo hizo con un poco de fuerza hasta lograr que saliera un chisguete de su rico liquido blanco. Salpico mi boca.

-          ¿sabe rica?, preguntó sonriéndome

-          …si…sabe rica

-          ¿quieres más?

-          …si

Volvió a presionar sus pechos llenándome la boca de su leche. Que pervertida era. Mi miembro entraba y salía sin parar. La agarré de sus curvas. De la nada comenzó as saltarme como una vil loca.

-          Aaaahhh!!! Que rico!!!, decía yo

-          ¿sigo?

-          …si, contesté con los ojos entrecerrados envuelto en un mar de placer.

La descarada lo hizo con desesperación. Le gustaba hacerlo así.

-          Dios!!! Sii!!! …tia!!!

-          ¿Qué pasa, cosita?

-          No puedo!!! …no puedo más!!!

-          ¿ya no?

-          …nooo!!! Aaahhh!!!

-          Siento… que ya!!! Ya voy a terminar!!!

-          ¿te vendrás?

-          …sii!!! Lo haré!! Ya…casi!!!

-          Hazlo, mi amor!! Vente!!! Córrete dentro de tu tía!!!

-          No!! No puedo!!!

-          Claro que si!!! Vamos!!! Llénale la vagina a tu rica tía!!!

-          Dios!! Aaaahhh!!! Yaa!!! Siii!!! Sssiii!!!

Brinco sin parar. Lo hacía a propósito. Recostó su pecho sobre mí sin detenerse.

-          Vamos!! Vamos!! Se siente rica tu verga!! Quiero que t vengas!! Hazlo!!

Abrazó mi cabeza. Sus ricas tetas descansaban en mi rostro.

-          Tía!!! Dios!!! Siii!! Yaaa!! Yaa!! Aaaaaaahhhhh!!!! Siiiii!!!! Que ricooo!!!

La abracé penetrándola. Quería sentir ese delicioso e indescriptible placer. Me volví loco.

-          Eso!!! Vente!! Abrázame, abrázame!! Sigue!! Siento tu caliente liquido!! Me gusta!!

Me abrazó fuertemente la cabeza. Enterré mi cara en su cuello sin parar de expulsar semen. Se sentía extraordinariamente rico. Columpiaba su culo con mi verga adentro.

-          ¿te cansaste?

-          …si

-          Debo volver, corazón.

-          …ajá…si

-          Me gustó esto.

-          …a mi…igual

Sonrió y se levantó sacándose mi miembro flácido. Se puso el calzón y sus mallones. Miró mi verga y la chupó succionando los restos de semen.

-          Que rico sabe.

Se limpió sus labios y salió de la recámara caminando muy relajada y con un pasó muy sexy. Mientras caminaba se agarró las nalgas y se las levantó dejándoselas caer. Miró hacia atrás y sonrió. Lo había hecho para que la viera. Que hermosa se vio haciendo eso. Esperé a que se bajara para subirme el bóxer y el pantalón y tratar de descansar después de ese excitante y placentero momento. De la nada desperté. Estaba obscuro. Me había quedado dormido. Vi mi celular y eran las 7:45. Me asomé por la ventana. No había nadie en el patio pero se escuchaba gente. Bajé y vi que se habían metido. Estaban en el comedor.

-          Vaya!! Hasta que apareces!!, gritaba mi papá.

-          Hola

Me senté. Estaba un poco desubicado. El sueño aún no se me iba. Miré a mi alrededor y vi a mi tía junto a mi tío Francisco.

-          ¿quieres pastel?, me preguntó con unos encantadores y brillantes ojos.

-          Un pedazo pequeño, por favor

Mientras comía mi rebanada, sonó mi celular. Lo revisé y vi un mensaje de un número desconocido.

-          ¿disfrutas del pastel más que a tu tía culona?

Era mi tía. ¿Cómo consiguió mi número?. Ni idea pero me alegra que lo haya hecho.

-          Jaja como crees, si es en lo único que pienso.

-          ¿quieres verlo otra vez?

-          Me encantaría

-          ¿en serio?, ¿Qué tanto?

-          Mucho. Tanto que quisiera probarlo con un poco de este rico pastel.

-          Jaja ¿si?

Mire a ella y vi su bello rostro sonriendo. No me miraba pero le gustaba como le hablaba.

-          Si.

Dejó el celular y miró hacia mí. Me levanté y fui a dejar el plato a la cocina. Al dejarlo en el fregadero su encantadora voz penetró mi oído derecho con un susurro.

-          Mañana te veo aquí.

Dejó su plato junto al mío. Giré mi cuerpo para verla. Vi que regresó al comedor con los demás. Media hora después mis papás se estaban despidiéndose de todos. Hice lo mismo. De mis tíos, primos, conocidos. Cuando estaba a punto de despedirme de ella, se las ideó para que estuviéramos a solas.

-          Oye, ¿no traes con que taparte?, hace frío allá afuera.

-          Ah…no. Olvide mi sudadera.

-          Mmm a ver, te daré algo de tu tío.

-          Francisco le prestare una chaparra tuya para que se tape, le informaba a mi tío

-          Si, está bien. Hace frío.

-          Ven, acompáñame.

Subimos. Al llegar al segundo piso me tomó de la mano llevándome a la recámara. Abrió el closet y me dio un suéter. Afortunadamente me quedó. Lo planche con las manos sobre mi cuerpo quitando las arrugas. Me repente me dio un profundo beso.

-          Te esperó mañana.

-          Pero…tengo clases

-          Pues a ver como te las arreglas porque tienes que venir. ¿o que?. ¿vas a desaprovechar esta oportunidad?

Le sonreí.

-          ¡¡Jorge!!, gritaba mi papá

-          A las nueve estoy aquí.

-          Aquí te estaré esperando, dijo sonriendo.

Me acerqué y le planté un beso llevando mis manos a ese culo parado. Se las apreté como una despedida de ese día. Se rió.

-          Ya!! Que te esperan!!

Durante el camino no dejaba de pensar en ella. En su cuerpo, en sus pechos, en su rica cola, y en esa sabrosa cogida. Que aunque no duró mucho la disfruté al máximo. Al llegar a mi casa me lave los dientes y mi pantalón de dormir. Vi la hora y eran las 11:20. Cuando iba a prender la televisión, vibró mi celular. “Tía Isabel”.

-          “tengo un gran antojo de tu rica verga”

-          “me gustaría que estuvieras aquí y me la comas con esa linda boca que tienes, tía”

-          “jaja yo encantada”

-          “yo no he dejado de pensar en tus hermosas tetas y en ese lindo trasero”

-          “mañana será todo tuyo, hermoso”

-          “muero de ansias”

-          “yo igual. Muero de ganas de tener tu boca en mi concha y en mi culo”

-          “que delicia. Mañana te comeré toda.”

-          “eso espero. Te esperaré mañana. Dejaré una llave debajo de la maseta azul. Está junto al buzón”

-          “¿estarás dormidita?”

-          “si. Así que tendrás que ser original para despertar a esta dama”

-          “perfecto”

-          “Bueno corazón. Pues aquí te espero. Duérmete ya porque te necesito fresco para mañana”

-          “jaja está bien, descansa tía. Y gracias por la gran experiencia de hoy”.

-          “gracias también, hermoso. Descansa, besitos”.

Al día siguiente me levanté como normalmente lo hago cuando voy a la escuela. Mis papás no tenían que sospechar absolutamente nada. Salí de la casa y me esperé en un parque cerca de la casa de mi tía. Justo cuando iba directo a su casa vi a mi tío Francisco en su carro dirigiéndose al trabajo. Afortunadamente no me vio. Llegué a la casa de mi tía y busqué la llave donde me dijo que la dejaría. Al encontrarla entré en silencio. Dejé la mochila en la sala y fui a la cocina. Busqué sobras de la fiesta. Pastel era lo que estaba buscando. Partí un pedazo y subí a los cuartos. Vi a mi primo dormido. No había clases para ese día, ya que era día festivo. Caminé lentamente al cuarto de mis tíos y ahí estaba. Completamente dormida entre las sábanas. Entré al cuarto y cerré con seguro. Le di la vuelta a la cama. Dejé el plato sobre el buró y me incliné a escuchar su respiración. Estaba completamente sumergida en el sueño. Al estar boca abajo pasé mi mano por su cabeza siguiendo por su espalda, su cintura, subiendo por su montaña. Tenía las ganas de volver a tocar ese hermoso culo duro y parado. Tomé las orillas de la sábana que la cubría toda y la destapé por completo. Dios, se veía tan rica vestida únicamente con su camisón tan corto que tapaba la mitad de su hermosa colita. Mordí mis labios y tragué saliva saboreándomelo.

Me subí a la cama y la tomé de la cintura acercándola más al centro de la cama. Reaccionó ligeramente ante el movimiento más no se despertó. Encerré su cuerpo con el mío al poner las piernas aun lado de cada muslo y apoyando mis manos aún lado de cada hombro. Pasé mi rostro por su cabello negro. Su aroma era suave y rico. Descubrí su nuca y le di unos cuantos besos. Bajé a sus hombros e hice lo mismo. Mis labios tocaban esa fina y blanca piel. Probaba cada centímetro de ella. Continué besándola por encima de su tela. Mi boca formaba un camino por su espina dorsal hasta llegar a su coxis. Subí su camisón desnudando su lindo culo. Sólo tenía una delgada tela que más que nada parecía un hilo metiéndose entre sus redondos glúteos. Los besé, los probé, los chupé. Los mordí suavemente. Se movió. Miré hacia su cabeza. Agarré su colita y separé esas nalgas. Hacerle eso hizo que mi verga se comenzara a endurecer. Se asomaba su rico orificio atravesándose su hilo. Al querer disfrutar más de esa visa, lo doblé. Dios mío, se veía tan deliciosa. No tenía tan cerrado ese agujero. Incliné mi cara oliendo esa ricura de culo y resbalé la lengua probándolo. Tenía un sabor raro, ácido pero me encantó. Abrí mas la boca y lo tapé empezando a lengüeteárselo.

Aunque es algo sucio para algunos, para otros es algo encantador y muy excitante. Y más probárselo a una mujer tan rica como lo es ella. De repente, mientras me comía su culo,sentí su mano sobre mi cabeza. La presionó. Seguí lamiéndole y dándole pequeños golpes con la punta de la lengua en su lindo ano. Movió sus piernas separándolas y parando el culo. Lengüeteé ese agujerito. Lo cubrí de mi saliva.

-          Mmmm que rico, dijo mientras lamía ese hermoso culo

-          ¿te gusta, tía?

-          …Me encanta!! Sigue!! Chúpalo!!

Separé y junté sus nalgas sin dejar de chupar. Le di una fuerte nalgada haciendo temblar su nalga derecha.

-          Ay!! Que rico!!

-          Esta rico tu culo

-          ¿Te gusta? ¿Si?. Ven, comételo, dijo enterrando mi cara en su culote

Le lavaba esa deliciosa zona. La agarré de la cintura y la giré de modo que quedara boca arriba. Tomé sus piernas y las flexioné dejándola bien abierta. La sostuve de los muslos y le di una lamida que recorrió desde su hoyo hasta su clítoris.

-          Sii!! Que rico!!

La tenía cerradita y con un sabor acidito pero rico. Al darle la lamida abrí sus delicados pliegues humedeciéndola por completo. Me mojé los labios y le di un beso en sus arrugados pliegues. Subí lentamente a su clítoris y lo lengüeteé con desesperación.

-          Dios!!! Jorge!!! Aaaahhh!!!!

Sus piernas querían cerrarse pero no la dejé. Al contrario las separé más. Dejé de lamerla y me bajé a su rabito el cual ya estaba húmedo de mi saliva. Con la punta de la lengua le di suaves golpes como si se la metiera en ese sucio orificio.

-          Así!!! Chúpalo!! Métela!! Méteme la lengua!!

Regresé a su rajita y sin pedírselo penetré ese culo con mi dedo medio.

-          Mmmm!!! Que rico lo metes!! Anda, mételo todo!

Lo metí lentamente sin dejar de lamer esa sabrosa concha. Le sabía tan rica. Su mano formó un puño agarrándome del pelo. Su placer se centraba en ese puño. Miré a su rostro. Su boca estaba abierta y su cabeza se movía de un lado a otro lentamente. Tragaba saliva. Levantaba los pechos y daba fuertes respiros. Su mano derecha estaba sobre mi y la otra descansaba en su delgado abdomen. Seguí comiendo de su rica vagina. Viajó tan rápido el tiempo que de la nada apareció su mano bajando a su entrepierna con de merengue embarrado en su índice. Lo resbaló sobre sus pliegues y su clítoris. Volteé a verla y sólo vi una sonrisa en su rostro. Sin quitar la mirada comencé a comer ese merengue con la lengua. Al lamer su clítoris, sus ojos se entrecerraron. Mi lengua comenzó a invadirla de un abrazador y deleitante placer. Se chupó el dedo probando el merengue. Ambas manos las estiró a los lados de la cama. Aleteaba resbalándolas sobre el colchón. El ritmo de mi lengua lo hacia lento y rápido. Lengüeteaba su clítoris de arriba a abajo.

-          Mmmm!!! Sii!!! Me gusta!!!

Con el dedo metido en el culo le empecé a rascar por dentro. Lo sacaba y lo metía. Al sacarlo frotaba su entrada humedeciéndola con la lubricación de su ano. Lo cerraba y lo abría. Mientras hizo eso bajé a lamerle. Jugué con su hoyito probándoselo al mismo tiempo. Miré a ella y vi como se mordía sus ricos y finos labios. Di una última lamida y subí a ella metiéndome entre esas hermosas piernas haciendo un camino de besos por su pelvis, su ombligo, sus costillas, sobre esas hermosas tetas. Mientras se las chupaba las apreté haciendo resaltar esas deliciosas puntas. Las atrapé con mis labios y las succioné. Las lengüeteé. Seguí a su cuello, su mentón, sus mejillas. Mientras disfrutaba su rostro me abrazó, apretándome las nalgas y acariciando mi espalda. La besé. Metió su lengüita a mi boca recorriéndola por todos lados. Apartó sus manos de mi espalda y las pasó a mi cinturón. La ayudé bajándome el pantalón y el bóxer. Mi verga bailaba de lo erecta que estaba. La tomó con su mano derecha y la jaló suavemente.

-          Mmmmm!!! Que rica está!!!

La frotó sobre sus mojados pliegues. La untó sobre su rajita y se la metió poco a poco. Un placer indescriptible empezó a envolverme.

-          Empújala, me ordenó con esos ojos entrecerrados.

Di un respiró y se la enterré adentrando en esa vagina. Abrazó mi cintura con sus bellas piernas. Se colgó de mí apoyando sus manos sobre mis hombros. Me recosté sobre su pecho recargando mi cara sobre su cuello.

-          Mmmm!!!! Sii!!! Cógeme, mi amor!!!

-          Se siente tan rico, tía!! Aaahhh!!!

-          Si, corazón!! Se siente bien!! Sigue!! Cógete a tu tía!!

Aparté el pecho de el suyo quedando arrodillado. La tomé de la cintura y comencé a penetrarla. Empecé lento y suave. Le metía la verga hasta el fondo. Se agarró los pechos. Se los apretaba y se pellizcaba las puntas con sus dedos. Miré su cuerpo. Hermosísima. Abdomen plano, pechos bien formados, sus cuervas me volvían loco. Agarré sus tetas y aumente el ritmo de mi penetración.

-          Que rico, si!!! Así!!! , dijo muy excitada.

-          Sii!!! Me gusta como te entra, tía!!

-          Sii!!! Me entra bien rico!!! La tienes bien parada!!! Sigue!!! Vamos!!!

Me incliné a esos pechos y se los chupé. Lengüeteé sus ricas puntas. Sus manos abrazaron mi cabeza. Le gustaba que se las comiera.

-          Ven, ven, me llamó para que me acostara sobre ella

Lo hice. Pegué mi pechos con el suyo sin dejar de penetrarla. Agarre sus piernas y las flexioné. Seguí dándole de mi verga en su rica concha. Se sentía tan rico.

-          Que rico la metes!!! Házmelo más rápido!! Ándale!!

Aumente la velocidad de mi cogida. Dios que rico. Trataba de aguantar. De no echar a perder ese rico momento. Bastante esperé para que eso sucediera.

-          Aaahhh!!! Que ricooo!!! Sigue!!! Sigue!!!

-          ¿te gusta tía?

-          Sii…mi amor!!! Métela así!!! Se…siente bien rico!!! Aaaahhh!!!

-          Sii!! Siento rico!!

Seguí metiéndoselo. Estiró sus brazos a mi cara y rodeó mi cuello se colgó.

-          Cárgame!! Y sigue metiéndola!!!

La abracé y seguí metiéndoselo.

-          Aaahhh!!! Métemela toda, corazón!!! Métesela a tu tía!!!

-          Si, tía!!! Me encanta esto!!! Se siente bien rico!! Me gusta cogerte!!

-          Ay!!! Que rico siento!!! Ssiii!!!

Tanto le gustaba que comenzó a saltar. Ella tomó el control. Lo hacía lento y ala vez rápido. Cogía de maravilla. Sus ojos se entrecerraban. El placer de esa cogida era hermosa.

-          ¿te gusta cogerme?, me preguntó muy excitada.

-          …sii!!! Coges…rico!!! Me encanta!!

-          Recárgate en el respaldo. Cambiemos, ordenó.

Una vez que se apartó de mí, acomodé las almohadas y me recargue de modo que quedara recostado. Se acercó a mí a gatas, y se metió mi punta con su linda boca. Se la tragaba toda. Me daba una rica mamada. Apoyé mis manos sobre su cabeza y la bajé metiéndosela hasta la garganta. Su lengua me lamía el tronco y mi punta resbalaba por su paladar atravesando su campana. Volteó hacia mí. La tenía bien metidota. Se le escurría la saliva. Su tono de piel cambió a un tono rojo. Se estaba ahogando. Su respiración comenzaba a agitarse y sus ojos a derramar pequeñas lagrimas. La solté. Se la sacó rápidamente soltando un eructo y dando un gran respiro. Le escurría saliva por su mentón. Se limpió con la sábana y la lamió desde mis testículos hasta mi glande. Con sus labios cubrió mi punta y se propuso a chuparla como si bebiera de ella. La agarró como chupón. Lo hacía tan rico. Sonrió. Dejó de chupar y se arrastró hacia mí. Me montó y se la metió en esa rica vagina. Sus paredes vaginales abrazan mi verga bien paradota. Levanté mi pelvis para penetrarla. Lo hice suavemente disfrutando de esa exquisita sensación.

-          Ay que rico!!! Métela!! Sigue metiéndomela!! Siiii!!!, me pedía desesperada mientras se tocaba sus hermosas tetas.

-          ¿¿te gusta tía?? ¿¿Te gusta mi verga??

-          Sii!! Me encanta!! Está bien rica!!

La agarré de los laterales de su cadera y comencé a metérsela con ganas como si quisiera venirme en ese momento.

-          Aaahhh!!! Sigue!!! Que ricoo!!! Que ricoo!!!

-          Sii!! Díos, que rico!!!, dije.

Paré. Me senté apoyando mi espalda sobre las almohadas. Una vez que estábamos más cómodos comenzó a saltar, apoyando sus manos sobre mis hombros.

-          …tía!!!

-          ¿Qué?, preguntó con los ojos cerrados sintiendo mi vergota bien metida

-          Lo haces…bien sabroso!! Aaahhh!!!

-          ¿si mi amor?... ¿te gusta cogerme?

-          …sii!!! Me encanta!!! Dios!!!

Agarré su sabroso culo y la acerqué a mí sin sacarle mi verga. Se columpiaba. Abrí las piernas de modo que su culo cayera sobre mi pelvis. Al tener las piernas más libres tenía la facilidad de poder penetrarla mejor. Apreté las nalgas haciendo que mi verga se le metiera.

-          Sii!! Hazlo así!!

-          ¿quieres más?

-          Sii!!! Métela toda!!

Le tomé la palabra y seguí con ese movimiento. La penetré con más ganas aunque un poco cansado pero era mi tía. Y no podía desaprovechar.

-          Aaahhh!!! Sigue, sigue!!! No pares!!!

-          Si, tía!!! ¿te gusta mucho?

-          Siii!!! Mucho!!! Dios, que ricoo!!!, decía mirando al techo.

Enterré mi cara en su cuello y resbalé la lengua sobre esa blanca piel. Agarré bien sus trasero. Separaba y juntaba sus ricotas nalgas. Sin decirle metí mi dedo medio en la entrada de su culote. Solo había entrado la mitad.

-          Ay que rico!! Metelo!!! Metelo todo!!

Me excitaba tanto que lo pidiera. Comencé a rascarle el hoyo. Con su mano derecha agarró su seno derecho y me lo metió a la boca.

-          Anda chúpala!!! Come!!

La succioné. Se la chupé con ganas.

-          Sii!!! Eso!! Chúpale!!

Eran míos esos tres ricos atributos de su hermoso cuerpo. La disfrutaba al máximo. Me gustaba como apretaba su hoyo con mi dedo adentro. Lo retiré y le di una fuerte nalgada.

-          Aayy!!, se quejó.

Volví a penetrarle el ano y sacudí haciendo temblar sus ricas nalgas mientras le metía mi verga

-          Mmmm!!! Que rico, que rico!! Si, así!!! Aaaahhh!!!

-          Bríncame, tía!! Vamos!!! Sáltale a mi verga!!!

-          ¿eso quieres, papito?

-          Si!! Eso quiero!!

Me saltó. Mi miembro salía y entraba de esa rajita. Resbalaba maravillosamente. Me causaba una rica sensación.

-          Aaahhh!!! Tía!!! Que rico!!! Me encantas!!!! Sigue!!! Bríncame!!!

-          Si, hermoso!!! Mira como te brinco!!! Disfruta la concha de tu tía!!!

-          Sii!!! La disfruto mucho!!! Me gusta!!! Aaaahhh!!!

-          ¿te quieres venir?

-          Noo!!! Aún no!!! Pero como me dan ganas!!!

-          Que rico!! Quiero que te vengas!!! Pero…quiero que hagas antes algo!!

-          ¿Qué tía?, dime!!

-          Quiero que cojas por el culo!!

-          Claro!!! Si eso es lo que quieres, eso haré!!

-          ¿Si?

-          Si.

Se bajó de mí y me jaló hacia ella plantándome un beso. Nuestros cuerpos se pegaron de frente. Mi verga se metió entre sus muslos y sus pechos se recargaron sobre mi pecho. Se apartó y me rodeó tumbándose boca abajo enseñándome semejante culo.

-          ¿Qué esperas?, me preguntó llamándome acostando su cabeza sobre sus brazos.

Me di la vuelta y me senté sobre sus muslos. Levantó su traserito. Su cuerpo me enamoraba. Casi 40 años y lucir con un cuerpo de una de 20, era sensacional. Agarré sus glúteos y se los separé. Chupó su dedo medió y se lo metió. Se rió mirándome a los ojos. Mientras penetraba su rico hoyo me froté la verga aguantándome las ganas. Me excitó mucho lo que hacía. Lo retiró y se lo chupó.

-          Mmmm sabe rico, dijo.

-          ¿te gusta?

-          …si

Sonrió y volvió a metérselo. Era tan sucio lo que hacía pero tan rico que me calentó al cien. Lo retiró y estiró su mano extendida. La miré sin saber que hacer.

-          Ya me lo chupaste, ¿Qué más puede pasar?, me preguntó.

Tragué saliva y agarré su mano metiéndome a la boca ese dedo. Lo chupé. Sabía ácido y dulce. Agarró sus nalgas y las separó. Ver como se metía su dedo me excitó mucho que hice lo mismo con los míos. Me chupé mi índice y dedo medio y se los metí lentamente. Lo tenía un poco cerrado todavía, pero si quería que la penetrara por ahí, había que abrirlo un poco. Se lo enterré poco a poco. Vi como su orificio se estrechaba conforme le fui metiendo mis dedos.

-          Mmmm!! Me duele un poco…pero sigue. Métemelos!!

La obedecí hasta penetrarla bien. Que rica se vía con mis dedos bien metidotes en su sucio culo. Los giré de izquierda a derecha y viceversa para abrirlo bien. Lo cerraba. Apretaba su hoyito. Me recosté sobre ella besando sus hombros.

-          Ráscame el culo, me pedía con un tono muy seductor y sexy.

La complací unos minutos. Acariciaba por dentro. Cambié el ritmo a una rica sacudida. Su culo se tambaleaba del movimiento de mi mano.

-          Ay que rico!!! Sigue haciendo eso!!

-          ¿te gusta?

-          …si!!! Me gusta mucho!!

-          Sácalos, le pedí susurrándole su oído izquierdo

Dejé quieta mi mano y empezó a pujar retirando lentamente mis dedos resbalando de su húmedo orificio. Parecía como si estuviera cagando. Al sacármelos se los metí nuevamente.

-          Otra vez.

Mientras lo hacía olí su cabello, su cuello. Mordía su oreja. Al pujar cerraba sus ojos disfrutando de ese rico y repugnante momento. Descaradamente le volví a penetrar el culo sacudiéndolo con fuerza.

-          Ayy!!! Sii!!! Que rico!!!

Le saqué los dedos y junté sus piernas. Agarré sus nalgas y se las separé colocando mi verga sobre su hoyo. Cubrió sus nalgas con sus manos y se las separó lo más que pudo, dejando que me encargara de metérsela. Escupí mi mano y lubriqué mi punta y mi tronco. Coloqué mi punta y se la empujé lentamente con fuerza.

-          Empújala, vamos!! Métela!!

Di un respiro para tomar fuerza y se la enterré logrando metérsela.

-          Aaaahhh!!!

Me recosté sobre su espalda y seguí metiéndola.

-          Mmm!!! Sii!!! Métemela toda!!!  Vamos!!! Quiero tenerla bien adentro!!!

-          Estás algo apretada, tía!!

-          Sii!! Tu métela, mi amor!!! Vamos!!

La saqué un poco sin retirarla toda y se la metí con fuerza hasta llenarle ese rico culote

-          Aaaaaa!!! Soltó un gritó mirando hacia arriba y apretando la almohada con sus puños

-          Así la querías, ¿no?

-          Sii!! Tu sigue, tu sigue!!

La retiré y se la enterré. Le entraba tan rico. Tenía el culo bien profundo. La seguí penetrando.

-          Abrázame, abrázame, me pedía girando su rostro hacia mi.

Abracé su estómago. Levantó el culo penetrándose ella sola.

-          Que rico lo haces, tía!! Me encanta tu rico culo!! Estás bien buena!!

-          ¿si?, ¿estoy buena?

-          Si!! Me encantó lo que hice con tu colita.

-          A mi igual. Me fascinó. Dudo que tu tía lo llegara a hacer.

-          Entonces debo de ser muy afortunado, le dije besando su hombro derecho.

Abrí más las piernas para estar más cómodo y empecé a cogérmela con más rapidez

-          Que rico, si!!! Así!!! Hazlo Así!!!

-          ¿si, tía?

-          Si, corazón!! Vamos!! Dale verga a tu tía!!! Mmmmm!!!

Me encantaba como lo disfrutaba, como le entraba, como sentía mi verga en su rico hoyo. Se la saqué y se la metí en su rica concha mojada.

-          Aaaahhh!!! Sii!!! Que rico!!! Dios!!!!

-          Aaaahhh!!! Tía!!! Se siente riquísimo!!!

-          Si!!! Bien rico!!! Sigue!! No pares!!! Métela!!

-          Claro que si!!! Mmmm que delicia!!!

Que rico me la cogía. La sanción era absolutamente exquisita. Sentía tantas ganas de llenarla de semen pero no estaba seguro de como iba a reaccionar. Ya lo había hecho el día anterior pero esta vez era diferente.

-          Que rico se siente!!!

-          No se cuanto…más pueda…aguantar!! Aaahhh!!!

-          ¿ya quieres venirte?

-          Sii!!! Ya estoy a punto!!!

-          Hazlo!!! Vente!! Lléname la concha de su rico semen!! Hazlo de nuevo!!!

-          ¿si quieres? Aaahhh!!! Dios, que rico!!!

-          Si!! Si quiero!! Ándale hazlo!!!

Continúe metiéndosela como un maldito loco. Tenía tantas ganas de venirme. No aguantaba más. Lo necesitaba, lo deseaba tanto.

-          Sii!!! Tía, me vengo!!! Aaahhh!!!, gemía recargando mi frente sobre su nuca.

-          Vamos, bebé!! Hazlo!!! Báñame la concha, por favor!!!

-          Sii!!! Ya casi, ya casi!!

Lo metía y lo sacaba. El placer me envolvía tan rico.

-          Si, si, siiiii!!!! Aaahhh!!!! Que ricoooo!!!! Eso!!!!! Dios, tia!!!

-          Eso, corazón!!!! Vente!!! Sigue!!! No te detengas!!!

Mi verga expulsaba demasiado semen a pesar que ya había descargado la tarde anterior. Mi verga me pulsaba. Dios mío, se sentía extraordinariamente rico. Mis ojos se entrecerraban inconscientemente. Perdí el control ante esa abrazadora sensación. No dejaba de gemir mientras le vaciaba mi espesa leche.

-          Está espesa, Jorge, me decía riéndose.

-          …sii!!!

Estaba agotado. Mi verga la sentía entumida.

-          ¿ya?

-          …si…ya.

-          ¿Cansado?

-          Mucho

Le retiré mi verga. Estaba flácida cubierta de sus flujos y de semen. Me recosté aún lado de ella. Miró a mi verga y la tomó formando un anillo con sus dedos y los resbaló hacia arriba recogiendo mi semen. Al formar una pequeña porción alrededor de mi punta, la chupó.

-          Mmm que rico.

-          Son 10:45, dije.

-          ¿quieres algo de desayunar?

-          …aja. Si.

-          Bueno…pues vístete y ahorita te hablo.

Desayunamos juntos. Mi primo aún no despertaba afortunadamente. Después de esa mañana todo lo tomamos totalmente normal. Cuando iba a la casa, me saludaba normal, y cuando estábamos a solas me besaba, aprovechaba para chupármela, me la cogía por el culo y por esa rica concha que tiene. La confianza fue aumentando y mejorando cada vez más, que era imposible de creer. Todo esto sucedió hace un año y este año 2017 empezó muy bien al igual que el anterior.

Continuará. 

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